La-antiguedad-del-Futuro_pdf - Espacio de Arpon Files
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<strong>La</strong> antigüedad <strong><strong>de</strong>l</strong> futuro… / A. H. Toledo<br />
Barney Hill, resi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> New Hampshire, regresaban a casa<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> unas vacaciones en Canadá en 1961, hacia las ocho<br />
<strong>de</strong> la noche <strong><strong>de</strong>l</strong> 19 al 20 <strong>de</strong> septiembre miraron lo que parecía<br />
‘una estrella cayendo <strong><strong>de</strong>l</strong> cielo’, la cual <strong>de</strong>spués tomó forma <strong>de</strong><br />
un disco volante; se <strong>de</strong>tuvieron a la orilla <strong><strong>de</strong>l</strong> camino para<br />
observar cómo aquél objeto tomaba tierra en una loma cercana.<br />
El señor Hill usó sus binoculares para mirar mejor el aparato en<br />
un intento <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificarlo. A él le pareció distinguir una fila <strong>de</strong><br />
individuos parecidos a personas que se asomaban por las<br />
ventanas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el interior <strong>de</strong> la nave y que a su vez lo veían a él,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> lo cual no tuvo más recuerdos <strong>de</strong> lo que había<br />
pasado. Lo que sí recuerdan que pasó es que ‘en seguida’ ya se<br />
encontraban bien cerca <strong>de</strong> su casa ¡a 50 kilómetros más al sur!,<br />
pero con dos horas <strong>de</strong> retraso...<br />
Después <strong>de</strong> tan rara experiencia presentaron secuelas<br />
psicosomáticas: sufrieron <strong>de</strong> pesadillas, síndrome <strong>de</strong> ansiedad y<br />
úlceras gastroduo<strong>de</strong>nales. Finalmente, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> dos años <strong>de</strong><br />
sufrimiento, <strong>de</strong>cidieron consultar un psiquiatra en Boston.<br />
Mediante técnicas <strong>de</strong> hipnosis regresiva, el prestigiado Dr.<br />
Benjamin Simon logró inducir en ellos (cada uno por separado)<br />
la rememoración <strong>de</strong> lo que había pasado en aquellas ‘horas<br />
perdidas’. Ambos contaron la misma historia: dijeron haber<br />
sido llevados al interior <strong><strong>de</strong>l</strong> plato volador por un grupo <strong>de</strong><br />
hombrecillos que les sacaron <strong>de</strong> su Chevrolet “Bel Air” mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o<br />
57, llevándoselos en estado <strong>de</strong> shock al interior, don<strong>de</strong> les<br />
hicieron <strong>de</strong>snudarse.<br />
Después <strong>de</strong> que a Betty le introdujeran por el ombligo<br />
una larga aguja, fue llevada a entrevistarse con quien parecía ser<br />
el ‘capitán <strong>de</strong> la tripulación’. Este sujeto, parecido a un insecto,<br />
más bien pequeño, <strong>de</strong> ojos gran<strong>de</strong>s y alargados hacia atrás, le<br />
mostró a la señora Hill algún tipo <strong>de</strong> mapa en el que podían<br />
verse los ‘caminos comerciales <strong><strong>de</strong>l</strong> espacio’ y supuestas ‘vías <strong>de</strong><br />
exploración interestelar’. Estas rutas implicaban la unión entre<br />
puntos (estrellas) unidos por líneas continuas y discontinuas,<br />
respectivamente.<br />
Después <strong>de</strong> esta rarísima experiencia, los Hill fueron<br />
<strong>de</strong>jados en libertad y completamente ilesos. Posteriormente, y<br />
bajo sugestión hipnótica, Betty fue capaz <strong>de</strong> reproducir el mapa<br />
estelar que, según ella, le había sido mostrado en el interior <strong>de</strong> la<br />
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