ABCDFLOUWP - Nodo 50

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abandonaron toda lucha o que directamente fueron “tentadxs” por las políticas
de integración del Sistema. Por otro lado los servicios de seguridad supieron
durante la Transición atacar a los movimientos sociales inadaptables a los
nuevos tiempos, los ecos de Vitoria, o sucesos como la quema de la sala
Scala de Barcelona, son sólo algunos ejemplos del uso de la fuerza bruta por
parte del Estado... Se ha escrito ya mucho sobre esto, así que muchxs ya
saben de lo que hablamos, quien no sepa puede siempre instruirse.
El estado español sufrió una transformación muy rápida. Al ritmo que
la importancia cuantitativa obrera disminuía, la clase media fue implantándose
en el marco de una tendencia que venía desde la década de los 60.
Igualmente la llamada sociedad del consumo, pese a la crisis económica,
tímidamente se fue afianzando, cada vez más gente se podía permitir un
coche, una televisión… El control tecnológico igualmente se fue implantando,
no perdiendo el carro de una nueva revolución tecno-industrial el estado español.
Para tal fin tuvo mucha importancia la entrada en Europa en 1986 o la victoria
del Sí a la OTAN, aunque en Catalunya fue mayoritario el NO.
De los años 80, una de las pocas luchas sociales significativas fue el
No a la OTAN, sin embargo el enfoque de esa lucha, básicamente el votar,
afianzaba el control ideológico democrático y tras la derrota electoral, la lógica
democrática forzaba algo así como el “aceptar la derrota e irse a casa”.
La entrada en Europa supuso una inyección constante de dinero a las
arcas del Estado español, si a eso le sumamos el escaparate de los JJ.OO
del 92 en Barcelona o la EXPO de Sevilla del mismo año, podemos ver como
los nuevos ejes económicos postindustriales españoles son el turismo, el sector
del ladrillo y el aumento del sector servicios, reforzándose este proceso de
terciarización con las privatizaciones de grandes empresas estatales, así
como la concentración bancaria y la expansión de empresas del estado hacia
otros mercados internacionales.
Barcelona y su área metropolitana eran en los 70 uno de los mayores
centros industriales de Europa, transformar todo esto a la nueva lógica del
Capital exigía grandes transformaciones y riesgos. Más si tenemos en cuenta
la difícil situación social de esos años, con conflictos importantes que han
sido ninguneados por la Historia oficialista: Harry-Walker, La Maquinista
Terrestre y Marítima, Roca, gasolineras, portuarixs, conflictos vecinales…
Igualmente la irrupción de otros “sujetos” en la conflictividad social también se
empezaba a manifestar. Grupos Autónomos y Libertarios de apoyo a esas
luchas aparecieron en esos años, en muchos casos formados por jóvenes,
adoptando muchos de ellxs la lucha o agitación armada como modelo válido
y lo llevaron a la práctica. En los barrios ateneos libertarios y colectivos de
diferente índole se afianzaban, las luchas de género más allá del igualitarismo
barato tímidamente empezaban a aparecer, la conciencia ecologista también
se manifestaba, así como el antimilitarismo con la aparición del movi-
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