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ABCDFLOUWP - Nodo 50

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ces, ¿por qué estos factores, ampliamente disponibles cuando convertimos a<br />

King en un icono, conllevarían el encubrir tales faltas retratándolo como un<br />

santo? Para el activismo revolucionario, de todos modos, la victoria llegará a<br />

través del empoderamiento y del uso de mejores estrategias para combatir el<br />

estado y sobrevivir a la represión. Tal vereda requiere constante evaluación y<br />

autocrítica.<br />

A menudo preexisten asunciones sexistas que pintan a los grupos<br />

militantes más sexistas de lo que en realidad son. Por ejemplo, las mujeres<br />

eran, efectivamente, excluidas de las posiciones de liderazgo en el SCLC de<br />

King, cuando por el contrario las mujeres (por ejemplo, Elaine Brown) a veces<br />

alcanzaron las más altas posiciones en el Black Panther Party [BPP]. Aún así<br />

es el BPP, y no el SCLC, el que se alzó como el paradigma del machismo.<br />

Kathleen Cleaver lo refutó cuando dijo: “En 1970, el BPP tomó una posición<br />

formal en la liberación de la mujer. ¿Hizo el congreso de los Estados Unidos<br />

la más mínima declaración acerca de la liberación de la mujer?”<br />

Frankye Malika Adams, otra Pantera, dijo: “Las mujeres organizaron<br />

bastante la BPP. No sé cómo consiguieron ser un partido de hombres o pensaron<br />

como si lo fueran)”. Resucitando una historia más rigurosa del Black<br />

Panther Party, Mumia Abu Jamal documenta que fue, de alguna forma, “un<br />

partido de mujeres”. No obstante, el sexismo persistió entre los Panteras,<br />

como persistió en cualquier ambiente revolucionario, y en cualquier otro segmento<br />

de la sociedad patriarcal de hoy en día. El patriarcado no puede ser<br />

destruido de la noche a la mañana, pero puede ser gradualmente vencido por<br />

grupos que trabajan para destruirlo. El activismo debe reconocer al patriarcado<br />

como el principal enemigo y abrir espacios en los movimientos revolucionarios<br />

para mujeres, gente queer y gente transgénero para constituirse como<br />

fuerzas creativas a la hora de dirigir, asesorar y reformular la lucha (mientras<br />

también se da apoyo a los esfuerzos de los hombres para entender y contrarrestar<br />

nuestra propia socialización). Una evaluación honesta muestra que no<br />

importan nuestras intenciones, queda mucho trabajo por hacer para liberar el<br />

movimiento del control de las manos de los hombres y para encontrar formas<br />

más saludables y reconfortantes para tratar con patrones de abuso en las<br />

relaciones, sociales o sexoafectivas entre miembrxs del movimiento.<br />

Casi todas las discusiones tácticas o estratégicas en las que he participado,<br />

fueran éstas militantes o pacifistas, han sido atendidas y dominadas<br />

abrumadoramente por hombres. Lejos de mantener que las mujeres y la<br />

gente transgénero son de algún modo incapaces de participar en un amplio<br />

espectro de opciones tácticas (o incluso de discutirlas), haríamos bien en<br />

recordar las voces de aquellas que han luchado -violentamente, de manera<br />

desafiante, efectivamente- como revolucionarias. Con este fin: Mujeres<br />

Creando es un grupo anarco-feminista de Bolivia. Sus componentes se han<br />

dedicado a campañas de grafitis y campañas antipobreza. Protegen a la<br />

lización aparececería recién alrededeor de 9.000 años atrás. Un lapso empequeñecido<br />

por las miles de generaciones humanas que disfrutaron lo que se<br />

podría llamar estado natural de anarquía. La ortodoxia general en la literatura<br />

antropológica, incluyendo los textos universitarios, retrata la vida fuera de<br />

la civilización como aquella donde se goza de mucho tiempo para el ocio, un<br />

modo igualitario de distribución de comida y convivencia, relativa autonomía<br />

e igualdad de sexos y ausencia de violencia institucionalizada.<br />

Lxs humanxs usaban el fuego para cocinar vegetales fibrosos hace dos millones<br />

de años, y navegaron en altamar por lo menos 800. 000 años atrás.<br />

Tenían un nivel de inteligencia igual al nuestro y disfrutaban de una esplendorosa,<br />

pacífica adaptación al mundo natural como nunca la hemos vuelto a ver.<br />

Allí donde los textos de estudio solían hacer la pregunta retórica de por qué<br />

el homo sapiens se demoró tanto en adoptar la domesticación y la agricultura,<br />

ahora se interrogan sobre las razones reales de haberlo hecho.<br />

A medida que los frutos tanto negativos como terminales de la tecnología se<br />

tornan más nítidos, el viraje hacia una política anticivilización, luddista, cobra<br />

cada vez más sentido. No sorprende detectar su influencia, por ejemplo, en la<br />

jornada de protesta masiva en Genova -contra el G8, o grupos de los ocho<br />

países más poderosos-, en julio de 2001. Más de 300.000 manifestantes se<br />

apoderaron de las calles dejando un saldo de <strong>50</strong> millones de US$ en daños.<br />

El gobierno italiano responsabilizó al Bloque negro anarquista, y particularmente<br />

a su concepción primitivista, por el elevado nivel de manifestación.<br />

Una tarea urgente<br />

¿Cuánto tiempo más tenemos para hacer algo para salvar la biósfera y la<br />

humanidad? Las viejas ideas son equivalentes a sus deacreditados esfuerzos<br />

por liderar este mundo, convertido en una red masificada de producción y<br />

extrañamiento. Lxs anarquistas verdes o primitivistas prefieren la tesis de una<br />

comunidad radical y descentralizada donde se conozcan cara a cara, basándose<br />

más en lo que la naturaleza pueda darnos y no en qué tan definitiva<br />

pueda ser la dominación de la naturaleza. Nuestra visión, por razones más<br />

que obvias, se enfoca contra el dominio de la tecnología y el capital.<br />

La izquierda ha fracasado monumentalmente, en términos del individuo y en<br />

términos de la naturaleza. Al mismo tiempo, la distancia entre la izquierda y el<br />

nuevo movimiento anarquista se amplía. Pierre Bourdieu y Richard Rorty, por<br />

citar un ejemplo, esperaron absurdamente por un conexión rejuvenecida entre<br />

intelectuales y sindicatos, como si esta quimera pudiera de alguna forma cambiar<br />

algo al nivel básico. Jurgen Habermas -Between Facts and Norms-<br />

(Jurgen Habermas, Entre hechos y normas) produce una suerte de apología<br />

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