ABCDFLOUWP - Nodo 50
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ta y la feminización de la pasividad, realmente se debe más a aquellas personascuya<br />
noción del cambio no incluye la revolución o la aniquilación del<br />
Estado.” De igual forma, ¿qué noción de libertad no incluye la capacidad de<br />
las mujeres para defenderse a sí mismas? Respondiendo a la suposición de<br />
que las mujeres sólo pueden ser protegidas por unas amplias estructuras<br />
sociales, la activista Sue Daniels nos recuerda: “Una mujer puede deshacerse<br />
de un atacante por sí misma... No es en absoluto cuestión de quién sea<br />
físicamente más fuerte; es una cuestión de entrenamiento.” The Will to Win!<br />
Women and Self-Defense, un panfleto anónimo, añade lo siguiente: “Es ridículo<br />
que halla tantas organizaciones de apoyo y orientación para mujeres que<br />
han sido violadas, atacadas y maltratadas, y apenas ninguna que trabaje para<br />
preparar y prevenir que estas cosas sucedan. Debemos rechazar ser víctimas<br />
y deshechar la idea de que debemos someternos a nuestros agresores para<br />
mantenernos alejadas de una violencia aún más extrema. En realidad, someternos<br />
a nuestros agresores sólo contribuirá a una violencia futura contra<br />
otras”.<br />
La idea de que la violencia es masculina, o que el activismo revolucionario<br />
excluye necesariamente a las mujeres, queers y gente trans está,<br />
como otras premisas de la no violencia, basada en un olvido histórico. Se<br />
ignoran las mujeres nigerianas ocupadas en sabotear los yacimientos de<br />
petróleo; las mujeres mártires de la intifada palestina; las guerreras queer y<br />
transgénero de la Stonewall Rebellion; las miles de mujeres que lucharon con<br />
el Vietcong; las mujeres líderes de la resistencia Nativa al genocidio europeo<br />
y norteamericano; Mujeres Creando, un grupo de anarco-feministas de<br />
Bolivia; las sufragistas británicas que generaron disturbios y lucharon contra<br />
la policía. Se olvidan también las mujeres que ocuparon los más altos niveles<br />
de liderazgo al frente del Black Panther Party, las zapatistas, las Weather<br />
Underground, y otros grupos militantes. La idea de que defenderse de algún<br />
modo excluye a las mujeres es absurdo. Ni siquiera la historia del blanco y<br />
pacificado “Primer Mundo” lo corrobora, porque ni el patriarcado más efectivo<br />
que pudiéramos imaginar jamás sería capaz de impedir que toda la gente<br />
transgénero y todas las mujeres lucharan de manera militante contra la opresión.<br />
La gente partidaria de la no violencia que hace una limitada excepción<br />
con la autodefensa porque reconoce hasta qué punto es erróneo decir que las<br />
personas oprimidas no pueden o deben protegerse a sí mismas, no tiene<br />
estrategias viables para tratar con la violencia sistémica. ¿Sirve la autodefensa<br />
para defenderse de un marido maltratador, pero no para hacer saltar por<br />
los aires una fábrica emisora del dióxido que intoxica tu leche materna? ¿Qué<br />
hay acerca de una campaña más coordinada para destruir la empresa a la<br />
que pertenece la fábrica y es responsable de liberar los contaminantes? ¿Es<br />
autodefensa matar al general que envía a los soldados que violan a las muje-<br />
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debemos permanecer ciegxs a la riqueza multisensorial, a la diversidad y a la<br />
proximidad que la tecnología resta de nuestras vidas. El ciberespacio promete<br />
conexión, poder y variedad a las personas -que nunca habían estado tan<br />
aisladas, tan faltas de poder y estandarizadas-. En cada investigación se confirma<br />
que incluso unas pocas horas en internet producen los efectos antes<br />
mencionados. Pero la tecnología también sirve para extender el lugar de trabajo,<br />
a través de diversos aparatos electrónicos: como teléfonos portátiles o<br />
beepers, y el correo electrónico mantiene a millones “en servicio” sin importar<br />
la hora o el lugar.<br />
¿Cuál es el ethos cultural que ha irrumpido de criticismo y resistencia ante la<br />
legitimación de lo ilegítimo? El postmodernismo ha alcanzado finalmente el<br />
nadir de su bancarrota moral e intelectual.<br />
El postmodernismo<br />
Seyla Benhabib nos provee de una versión completa del pensamiento en tres<br />
hipótesis:<br />
“la muerte del hombre entendido como la muerte de su autonomía, del sujeto<br />
autoreflexivo, capaz de actuar bajo principios; la muerte de la historia, entendida<br />
como la ruptura del interés espistémico en la historia de la lucha de los<br />
grupos que construyen sus narrativas del pasado; la muerte de la metafísica,<br />
entendida como la imposibilidad de criticar o legitimizar instituciones, prácticas<br />
y tradiciones sino a través de la eminente apelación a la autolegitimación<br />
de las narrativas menores”.<br />
Marshall Berman encapsula el postmodernismo como “una filosofía de la desesperanza,<br />
enmascarada como moda intelectualoide radical. (…) es la contrapartida<br />
del colapso de la civilización que nos rodea”.<br />
Lxs postmodernistas defienden la diversidad, diferencia y hetereogeneidad, y<br />
escogen ver una realidad fluida e indeterminada. Un paralelo a esta actitud es<br />
el movimiento de productos no perecibles, que circulan vacíos de significado<br />
en el goblalizado ritmo consumista de comida chatarra. El postmodernismo<br />
insiste en la superficie y se esmera en desacreditar cualquier noción de autenticidad.<br />
Ningún significado es aceptado. Universalidades de todo tipo son despreciadas<br />
en favor de una supuesta particularidad. Por otro lado, el significado de<br />
una tecnología homogeneizante y universal no sólo no se<br />
cuestiona sino que se acepta como inevitable. La conexión entre el imperia-<br />
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