ABCDFLOUWP - Nodo 50
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había conocido y creado con sus semejantes, la única comunidad que le<br />
queda a la gente que compone esta clase heterogénea es la provista por el<br />
capital y el estado; la comunidad del trabajo y el intercambio de mercancías<br />
decorada con cualquier construcción ideológica nacionalista, religiosa, étnica,<br />
racial o subcultural a través de la cual el orden dominante crea identidades en<br />
las que canalizar la individualidad y la revuelta. El concepto de una identidad<br />
proletaria positiva, de un sólo proyecto proletario unificado y positivo, no tiene<br />
base en la realidad dado que lo que define a alguien como proletarix es precisamente<br />
que su vida le ha sido robada, que ha sido transformadx en un instrumento<br />
en los proyectos de lxs dominantes.<br />
La concepción obrerista del proyecto proletario tiene sus orígenes en<br />
las teorías revolucionarias de Europa y los Estados Unidos (particularmente<br />
ciertas teorías marxistas y sindicalistas). A finales del siglo XIX, tanto Europa<br />
occidental como el este de los Estados Unidos estaban en camino de ser<br />
completamente industrializados, y la ideología dominante del progreso igualaba<br />
el desarrollo tecnológico con la liberación social. Esta ideología se manifestó<br />
en la teoría revolucionaria como la idea de que la clase obrera industrial<br />
era objetivamente revolucionaria porque estaba en posición de apoderarse de<br />
los medios de producción desarrollados bajo el capitalismo (los cuales, como<br />
productos del progreso, se asumía que eran inherentemente liberadores) y<br />
ponerlos al servicio de la comunidad humana. Al ignorar a la mayor parte del<br />
mundo (junto con una porción significativa de lxs explotadxs en las áreas<br />
industrializadas), lxs teóricxs revolucionarixs eran de esta forma capaces de<br />
inventar un proyecto positivo para el proletariado, una misión histórica objetiva.<br />
Que esta se fundamentara en la ideología burguesa del progreso, se ignoraba.<br />
En mi opinión, lxs ludditas tenían una perspectiva mucho más clara,<br />
reconociendo en el industrialismo otro de los instrumentos de los amos para<br />
desposeerles. Con buenas razones, atacaron las máquinas de la producción<br />
masiva.<br />
El proceso de desposesión hace mucho que se ha consumado en<br />
Occidente (aunque por supuesto es un proceso que está ocurriendo en todo<br />
momento incluso aquí), pero en gran parte del Sur del mundo está aún en sus<br />
primeras fases. Sin embargo desde que el proceso comenzó en Occidente<br />
han habido algunos cambios significativos en el funcionamiento del aparato<br />
productivo. Las posiciones cualificadas en la fábrica han desaparecido en<br />
gran parte, y lo que se necesita en un/a trabajador/a es flexibilidad, la capacidad<br />
de adaptarse, en otras palabras, la capacidad de ser una pieza intercambiable<br />
en la máquina del capital. Además, las fábricas tienden a requerir<br />
muchxs menos trabajadorxs para mantener el proceso productivo, tanto a<br />
causa de los desarrollos en la tecnología y las técnicas de gestión, que han<br />
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cine princesa de 1996 cambió dicha percepción. Se endurecieron las leyes y<br />
la represión empezó a planear en un movimiento diverso que no tardó en ser<br />
el centro de expresión de otras luchas minoritarias. De hecho, sin el movimiento<br />
okupa, seguramente, la conflictividad social en Barcelona hubiese sido<br />
prácticamente inexistente. Ya son más de 20 años que planta cara, aunque<br />
actualmente podemos afirmar que es un movimiento, cuanto menos, estancado<br />
y con un fuerte rechazo social que impide que la crítica radical, que desde<br />
diferentes ámbitos del mismo se realiza, salga de lo que podríamos llamar su<br />
propio gueto. Sin embargo este gueto no es tan minoritario como podemos<br />
muchas veces creer, ciertas luchas, manifestaciones, actos, sabotajes, en<br />
definitiva, focos de conflictividad social, se han ido afianzando y dando muestras<br />
que el tan cacareado fin de la Historia es una patraña más que nos han<br />
intentado vender.<br />
Y así llegamos al 2008. La mayor parte de la población tiene una conciencia<br />
democrático-capitalista, no tanto por el fervor militante que puedan<br />
tener, ya que la mayor parte de la población vive con salarios inferiores a 1000<br />
Euros y en las elecciones los índices abstencionistas son cada vez mayores.<br />
Sin embargo la mentalidad consumista está muy arraigada y toda propuesta<br />
o lucha revolucionaria es vista como algo infantil, ilusoria y sin perspectivas.<br />
Sin embargo existe aún conflictividad social. El propio movimiento okupa y las<br />
luchas que directamente o indirectamente han surgido de él siguen existiendo.<br />
En algunas manifestaciones el movimiento okupa ha llegado a movilizar a<br />
miles de personas (desalojo del cine Princesa, manis de apoyo a la Hamsa o<br />
a La Kasa de la Muntanya, en apoyo a la okupación), en determiandos eventos<br />
capitalistas el conflicto social también se manifestó en las calles (suspensión<br />
de la cumbre del Banco Mundial en Barcelona y actos que se realizaron,<br />
cumbre euromediterranea del 2002...), en manifestaciones antifascistas la<br />
rebeldía también se ha mostrado (ha pasado a la memoria colectiva el de<br />
1999 en Sants)... Es decir, pese al pensamiento único generalizado, es cierto<br />
que ciertas capas marginales o automarginales de la población han mostrado<br />
su rechazo a la explotación cotidiana imperante, y muchas veces la crítica y<br />
la acción han seguido esquemas de base antiautoritaria.<br />
Hoy día en Barcelona vemos que los Centros Sociales Okupados, a<br />
excepción de centros como Can Vies o La Kasa de la Muntanya, son bastante<br />
recientes, ya que cuesta mucho conseguir que una casa o centro social<br />
pueda ser okupado más de un año. La legislación y presión policial más dura,<br />
la cada vez mayor escasez de espacios, así como otros factores han provocado<br />
que okupar sea algo bastante más complicado que hace unos años. Sin<br />
embargo sigue siendo el ámbito en dónde la lucha anarquista y antiautoritaria<br />
ha conseguido mayor influencia social. Los Ateneos libertarios siguen en<br />
decadencia, ya que si algo ha hecho decrecer los ateneos (normalmente en<br />
locales de alquiler) fue la irrupción de los centros sociales okupados. Antiguos<br />
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