14.04.2013 Views

ABCDFLOUWP - Nodo 50

ABCDFLOUWP - Nodo 50

ABCDFLOUWP - Nodo 50

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

En este libro encontrarás<br />

textos propios y ajenos.<br />

El objetivo no es otro que compartir<br />

unas ideas con otras personas.<br />

Quien quiera aproximarse a ciertos<br />

planteamientos anarquizantes, o<br />

buscar material de debate, o<br />

sencillamente ver qué dicen<br />

estxs “colgadxs”,<br />

encontrarán en este libro artesano un<br />

material que consideramos interesante.<br />

Grupo<br />

Chornoe Znamia<br />

SELECCIÓN Y MAQUETACIÓN: GRUPO CHORNOE ZNAMIA<br />

Edición: Ateneu Llibertari del Besòs (Barcelona)<br />

albesos@nodo<strong>50</strong>.org 2008<br />

A NIQUILEMOS LA EXPLOTACI N<br />

ANIQUILEMOS LA EXPLOTACIÓN<br />

PPALABRAS<br />

ALABRAS PARA EL EL DEBATE YY<br />

SOCIAL..<br />

LA LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL<br />

<strong>ABCDFLOUWP</strong><br />

NO COPYRIGHT, HAZ LO QUE TE DÉ LA GANA CON ÉL Y SU CONTENIDO.


sobre otra. Pero ese simil no se corresponde con el Estado, porque siempre<br />

en el Estado el individuo está sometido a la voluntad general, no es<br />

libre, no tiene libertad porque sufre la opresión de manera permanente, ya<br />

que “lo que el hombre pierde por el contrato social es su libertad natural y<br />

un derecho ilimitado a todo lo que le apetece y puede alcanzar; lo que<br />

gana es la libertad civil y la propiedad de todo lo que posee”. Bajo el<br />

Estado siempre somos niñxs, porque el padre siempre es el Estado. En<br />

otras palabras, bajo el Estado nunca seremos “Padres”, siempre tendremos<br />

que obedecer, pero eso sí, y aquí reside otra justificación de un prejuicio<br />

suyo, podremos tener derecho a poseer propiedades, lo que no<br />

decía era que estas pueden ser muy desiguales, que existirán jerarquías<br />

sociales de índole económico, y si existen estas jerarquías el privilegio<br />

persiste. Qué tipo de libertad es la que te afirma que eres libre cuando, por<br />

un condicionante económico, puedes vivir peor que cuando en estado<br />

natural, según él, te ves obligadx a asociarte y vivir en comunidad. No me<br />

convence, no “cedería” mi voluntad a esa supuesta “voluntad general”. No<br />

me apetecería ser un esclavo de dicha autoridad, más si entiendo que en<br />

dicha sociedad habrían ricxs y pobres. Para el que está abajo de la jerarquía<br />

social no es buena esa “voluntad general” para sus intereses, a<br />

menos que se le obligue o engañe para tal fin. Aunque, por otro lado,<br />

intenta limitar un poco esa propiedad privada, al igual que muchx izquierdista<br />

y progre trasnochadx de hoy día, cuando afirma sobre la propiedad<br />

de la tierra (para él el nomadismo no era ni tan siquiera tenido en cuenta)<br />

“para autorizar sobre cualquier porción de terreno el derecho del primer<br />

ocupante son precisas (...) que este territorio no esté aún habitado por<br />

nadie (...) que no se ocupe de él sino extensión de que se tenga necesidad<br />

de subsistir (...) que se tome posesión de él, no mediante vana ceremonia,<br />

sino por el trabajo y el cultivo”. ¿Y ese primer ocupante podrá<br />

pagar a gente para que trabajen para él? ¿Cómo se puede decir que es<br />

lo necesario para la subsistencia?. Esto tiene la misma consistencia que<br />

el artículo 47 de la Constitución ¡¡EEEjpppañola!!, ese que se cachondea<br />

en la cara de todxs cuando dice que tenemos derecho a una vivienda<br />

digna... ejem, sobran los comentarios, sólo que las “constituciones” contemporáneas<br />

siguen basándose en el principio abstracto del “contrato<br />

social”...<br />

Si yo estuviese en un estado natural y me ofreciesen esta forma<br />

de “asociación”, no la aceptaría o seguramente de hacerlo la abandonaría<br />

rápidamente, sin embargo y mira por donde, esto no se puede hacer, sería<br />

una auténtica locura, ya que somos libres pero “a fin de que este pacto<br />

social no sea una vana fórmula, encierra tácitamente este compromiso:<br />

22<br />

ANIQUILEMOS LA<br />

EXPLOTACIÓN<br />

PALABRAS PARA EL DEBATE Y LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL.<br />

Grupo Chornoe Znamia<br />

&<br />

Ateneu Llibertari del Besòs<br />

(Barcelona)<br />

Marzo 2008<br />

1ª Edición<br />

No Copyright


*En este recopilatorio hemos eliminado diferentes<br />

muestras de lenguaje específicamente<br />

masculino porque hoy día nos cagamos en los<br />

géneros normalizados, así que ponemos nuestras<br />

habituales “x” y demás incorrecciones<br />

gramaticales porque nos importa poco lo que<br />

diga la Real Academia de la Lengua o lo que<br />

pensarían lxs autorxs de los artículos y textos.<br />

Grupo Chornoe Znamia<br />

afirmó que “la más antigua de todas las sociedades, y la única natural, es<br />

el de la familia”, mentía descaradamente. Su concepción es patriarcal, eliminando<br />

cualquier tipo de posibilidad de una sociedad matriarcal, igualitaria<br />

o con una socialización en la crianza de la descendencia, es decir, el<br />

cuidado colectivo de lxs niñxs. Sin embargo él defiendía la familia patriarcal<br />

y justificaba la existencia del Estado en un paralelismo: “en la familia<br />

el amor del padre por sus hijos le remunera de los cuidados que les presta,<br />

y en el Estado el placer de mando sustituye a este amor que el jefe<br />

siente por su pueblo”. Es decir, partiendo de un principio patriarcal justifica<br />

el Estado. En otras palabras, es normal que existan las jerarquías<br />

sociales, si existen en la familia es normal que existan en el Estado, y<br />

esto, para él, significa también que se es libre ya que al individuo “no enajenan<br />

su libertad sino por su utilidad”. Me quiere hacer creer que yo acepto<br />

el poder del Estado porque acepto el poder paterno, del macho, del<br />

cabeza de familia. Las mujeres, en fin, mejor ni nombrarlas ya que son,<br />

según él, siervas del hombre... Primero aprende a obedecer en casa, con<br />

la familia, para luego obedecer fuera de ella... Esto es un principio falso.<br />

No puede afirmar que la familia es la sociedad más antigua, no tiene ninguna<br />

prueba, trasportó el modelo imperante en su época y lo trasladó<br />

como principio inmutable de toda la historia y prehistoria humana. Es natural,<br />

y punto, ningún argumento, justificación que no sobrepase la filosofía<br />

barata o lo metafísico. Y de ahí, de esa mentira aparece una de sus principales<br />

bases argumentales... Y siguiendo en el terreno de la metafísica,<br />

afirmó que “Cada uno de nosotros pone en común su persona y todo su<br />

poder bajo la suprema dirección de la voluntad general, y nosotros recibimos<br />

además a cada miembro como parte indivisible del todo”. Yo sólo sé<br />

que si le digo eso a un Mosso d’Esquadra en un test de alcoholemia seguro<br />

que me quitan todos los puntos del carné y me pega una paliza, y me<br />

lo merecería.... ¿Cómo pongo en común mi persona? No sé, quizás en<br />

alguna relación íntima sexual, y común, lo que se dice en común, no sé<br />

yo si es el término correcto. Tal vez hacia referencia a que yo, por ejemplo,<br />

por necesidades vitales, me pongo de acuerdo con otras personas<br />

para resolver problemas... Pues evidentemente, somos seres sociales,<br />

pero no entiendo que para ello necesariamente tenga que ceder mi voluntad<br />

y mi soberanía a algo metafísico (voluntad general), que respeta mi<br />

propia libertad (en teoría), y que en la realidad se plasma en el Estado -o<br />

en la Asamblea- (en el que se basa su modelo democrático). O utilizando<br />

su símil entre la familia y el estado. Yo, como hijo, vivo bajo la tutela de mi<br />

padre y cuando sea adulto tutelaré la vida de mi hijx. Para empezar eso<br />

que afirma no es otra cosa que el Poder, es decir, la opresión de una parte<br />

21


“Solidaridad”). Sin embargo, el pensamiento anárquico considera<br />

incompatible tales principios con un análisis, incluso superficial y<br />

simple, de la realidad. Como puede ser elx ser humano libre si<br />

existen relaciones de poder, de explotación, que merman nuestra<br />

capacidad de autonomía, es decir, la capacidad individual de adoptar<br />

unos principios y ser soberanxs sobre el devenir de nuestra<br />

existencia. El Poder, ya sea mediante la acción legisladora de los<br />

estados, de las leyes de Mercado, de las moralinas religiosas y<br />

demás relaciones jerárquicas nos impone lo que está bien y lo que<br />

está mal, eso sí, con todas las buenas palabras y justificaciones más<br />

o menos rebuscadas que tiene a su alcance.<br />

Uno de esos recursos más utilizados y vigentes para justificar<br />

los actuales modelos democráticos no son otros que las diferentes<br />

teorías que nos hablan del concepto del “Contrato Social”,<br />

destacando aún las tesis de Jean Jaques Rousseau, aunque sus<br />

principios contractualistas se pueden encontrar en la mayor parte<br />

del pensamiento que viene de la Ilustración hasta el de nuestros<br />

días.<br />

Rousseau justificó sus tesis en su obra titulada El Contrato<br />

Social, pieza fundamental de una sociedad, para él, libre. En pocas<br />

palabras, parte del principio de que el ser humano es bueno por<br />

naturaleza, e incluso reconoce que en un estado salvaje era libre y<br />

plenamente soberano. Sin embargo, afirma que por ciertas dificultades<br />

en su devenir, llega un punto que la vida salvaje ya no puede<br />

ser viable, por eso, comenta que deben de asociarse las individualidades<br />

que conforman la humanidad. Su modelo ideal es el basado<br />

en el contrato social, que vendría a ser la creación de una voluntad<br />

colectiva que defendiese la libertad de cada persona. Esta<br />

voluntad colectiva partiría del principio que viene dada por la suma<br />

libre de las voluntades individuales. Su formulación criticaría, por lo<br />

tanto, modelos como el del “Antiguo Régimen” en donde la población<br />

era sierva de los monarcas y de la Iglesia, siendo la soberanía<br />

de ambas instituciones de orígen divino. Su modelo se basaría en<br />

una especie de “democracia directa”, partiendo de la soberanía<br />

individual que se cede en favor de una soberanía colectiva, terminando<br />

finalmente por justificar así un modelo estatal de corte<br />

democrático.<br />

Si bien, como mucha teoría, sobre el papel parece muy bonita,<br />

pero analizándola en profundidad se puede apreciar que no es oro todo lo<br />

que reluce. Muchos principios de su teoría son completamente prejuiciosos<br />

y / o que con un mínimo de estudio, al menos desde la óptica actual,<br />

pueden ser perfectamente asumidos como falsos o poco claros. Cuando<br />

PRÓLOGO<br />

No conocemos a nadie que le guste trabajar, quienes afirman que se<br />

sienten realizadxs con su trabajo creemos que mienten, incluso a sí mismxs.<br />

¡Quién puede sentirse realizado bajo una forma de explotación! Nosotrxs, no.<br />

No nos gusta que nos exploten. Y el trabajo es una de las diferentes formas<br />

de explotación.Trabajar significa prostitución, o dicho en otras palabras, mercantilización…<br />

De nuestro tiempo y nuestro cuerpo. Y lo que criticamos es<br />

esta mercantilización, que esconde una de las formas primarias, o dicho de<br />

otra forma, básica de cualquier forma de explotación. Es ese sentimiento creado,<br />

la PROPIEDAD, que nos esclaviza, nos ha esclavizado y seguirá haciéndolo,<br />

a menos que nos pongamos la pilas y luchemos, con los medios que<br />

individualmente y, si se quiere, colectivamente, tengamos a nuestro alcance<br />

sobre el análisis meticuloso o la más completa espontaneidad, no somos vanguardia<br />

de nada ni de nadie, sólo explicamos lo que pensamos, qué cada cual<br />

piense y actúe como quiera.<br />

El mundo de la explotación basada en el trabajo ya no es el viejo<br />

mundo de antaño, en plena efervescencia social. Los últimos choques de clases<br />

entre la burguesía y el proletariado, en el estado español, se produjeron<br />

en los 70 e inicios de los 80. Una gran conflictividad social que en algunos<br />

casos se extendió más allá de los centros de explotación industrial, produciéndose<br />

grandes luchas y movimientos de solidaridad en los barrios, incorporándose<br />

a esas luchas muchas mujeres, tanto las que trabajaban asalariadas,<br />

como las que trabajaban en las casas en el rol clásico patriarcal de mujer<br />

“ama de casa”. Fueron años de conflictividad, de debates ideológicos que<br />

empezaron a cambiar la concepción de la lucha de clases. Sin embargo, este<br />

“asalto proletario”, es, de momento, en el mundo occidental, el último asalto<br />

proletario. En Italia fracasó, en el estado español también, en Francia finalmente<br />

fue aniquilado, así como en distintos lugares del mundo.<br />

Este asalto se inició en la década de los 60 y muere en los 80, tras un<br />

declive arrastrado desde los 70, por diversas causas, que sería un rollazo soltarte<br />

aquí todas ellas, pero podemos ver el caso de la ciudad de Barcelona y<br />

ya nos vale como ejemplo... A inicios de los 70 la ciudad estaba plagada de<br />

fábricas, la población crecía rápidamente tanto en la ciudad como en la llamada<br />

área metropolitana, barrios chabolistas abundaban, al igual que los barrios<br />

20 1


dormitorio para la masa inmigrante, auténticos lodazales y nidos de ratas. La<br />

gente era explotada en las fábricas, en condiciones duras y en algunos casos<br />

aberrantes, así como quienes malvivían en la nada de esos barrios también<br />

eran explotadxs y marginadxs. Esa masa obrera luchó, tenía la esperanza de<br />

que gritando el poder les escucharía. Pidieron reformas, y al calor de esa<br />

movilización social cada actor político entró en juego. En el campo revolucionario<br />

el predominio básico era de raíz reformista, el PSUC era la organización<br />

dominante, y ya por esas fechas CC.OO su satélite. Pero cabe preguntarse<br />

una cosa básica. ¿El PSUC era revolucionario? No, no lo era, sus cúpulas<br />

sabían que con su fuerte implantación podían cosechar “buenas posiciones”<br />

en una futurible Democracia. El PSUC y acólitos supieron sacar a la calle y<br />

desmovilizar eficientemente a gran parte de la clase obrera para sus objetivos,<br />

si bien en el proceso llamado de transición, terminaron siendo timados,<br />

con la irrupción de la UGT, filial del PSOE, y tras comprobarse que muchos<br />

conflictos escapaban de su radio de actuación, gracias a la irrupción de conflictos<br />

obreros autónomos o al leve resurgir de la CNT entre 1976 y 1978 y<br />

otras luchas llamadas por entonces cómo “alternativas” o “marginales”… Se<br />

encontraron debilitadxs en el proceso de transacción de la Transición, aunque<br />

con el paso de los años han “chupado” de la “sopa boba” como las otras<br />

corrientes de pensamiento democrático.<br />

Ya a inicios de los 80 el movimiento obrero estaba tremendamente<br />

debilitado. La conflictividad reciente disminuyó, en gran parte gracias a la integración<br />

de lxs comunistas autoritarixs, la irrupción de la UGT y un sindicalismo<br />

a la europea que se fraguó tras los Pactos de la Moncloa y el “diálogo<br />

social” entre la Patronal y sindicatos, los cuales en la nueva Democracia se<br />

transformaron, a cambio de unos cuantos millones de pesetas y miles de liberadxs,<br />

en una parte más implicada en la gestión y rapiña del Capitalismo. Los<br />

grandes centros obreros, por otro lado, sufrieron las diferentes reconversiones<br />

industriales encaminadas a adaptar el Capitalismo a los nuevos tiempos,<br />

en donde el consumismo debía de ser más importante, afianzarse una “clase<br />

media” para tal fin y minimizar el impacto cuantitativo de las masas obreras.<br />

En otras palabras, las reconversiones industriales tenían el objetivo de transformar<br />

la economía en una más basada en el sector servicios que en el sector<br />

industrial.<br />

Las consecuencias de estas políticas significaron un aumento del<br />

paro tremendo, más si tenemos en cuenta el contexto de crisis internacional<br />

del Capitalismo. El “miedo al paro” amordazó a muchísima gente que había<br />

luchado años atrás. De pensar que gritando el Poder les escucharía pasaron<br />

muchxs a ver la dura realidad: por mucho que gritasen el Poder nunca les<br />

escucharía. En este clima pragmático no fueron pocxs lxs líderes y activistas<br />

de movimientos sociales asamblearios, obreros o marginales (luchas feministas,<br />

antimilitaristas, presxs en lucha, gays y lesbianas, ecologismo…) que<br />

2<br />

YO NO HE FIRMADO EL<br />

CONTRATO SOCIAL<br />

Pese que la mayor parte de la población<br />

en esta época postindustrial y postmoderna<br />

tenga como valor fundamental enriquecerse<br />

a cualquier precio, cierto es que los estados<br />

y el propio Sistema siguen rigiéndose y<br />

justificándose, teóricamente, por los principios<br />

de la<br />

“Libertad”, la<br />

“Igualdad” y la<br />

“Fraternidad” (o<br />

19


18<br />

abandonaron toda lucha o que directamente fueron “tentadxs” por las políticas<br />

de integración del Sistema. Por otro lado los servicios de seguridad supieron<br />

durante la Transición atacar a los movimientos sociales inadaptables a los<br />

nuevos tiempos, los ecos de Vitoria, o sucesos como la quema de la sala<br />

Scala de Barcelona, son sólo algunos ejemplos del uso de la fuerza bruta por<br />

parte del Estado... Se ha escrito ya mucho sobre esto, así que muchxs ya<br />

saben de lo que hablamos, quien no sepa puede siempre instruirse.<br />

El estado español sufrió una transformación muy rápida. Al ritmo que<br />

la importancia cuantitativa obrera disminuía, la clase media fue implantándose<br />

en el marco de una tendencia que venía desde la década de los 60.<br />

Igualmente la llamada sociedad del consumo, pese a la crisis económica,<br />

tímidamente se fue afianzando, cada vez más gente se podía permitir un<br />

coche, una televisión… El control tecnológico igualmente se fue implantando,<br />

no perdiendo el carro de una nueva revolución tecno-industrial el estado español.<br />

Para tal fin tuvo mucha importancia la entrada en Europa en 1986 o la victoria<br />

del Sí a la OTAN, aunque en Catalunya fue mayoritario el NO.<br />

De los años 80, una de las pocas luchas sociales significativas fue el<br />

No a la OTAN, sin embargo el enfoque de esa lucha, básicamente el votar,<br />

afianzaba el control ideológico democrático y tras la derrota electoral, la lógica<br />

democrática forzaba algo así como el “aceptar la derrota e irse a casa”.<br />

La entrada en Europa supuso una inyección constante de dinero a las<br />

arcas del Estado español, si a eso le sumamos el escaparate de los JJ.OO<br />

del 92 en Barcelona o la EXPO de Sevilla del mismo año, podemos ver como<br />

los nuevos ejes económicos postindustriales españoles son el turismo, el sector<br />

del ladrillo y el aumento del sector servicios, reforzándose este proceso de<br />

terciarización con las privatizaciones de grandes empresas estatales, así<br />

como la concentración bancaria y la expansión de empresas del estado hacia<br />

otros mercados internacionales.<br />

Barcelona y su área metropolitana eran en los 70 uno de los mayores<br />

centros industriales de Europa, transformar todo esto a la nueva lógica del<br />

Capital exigía grandes transformaciones y riesgos. Más si tenemos en cuenta<br />

la difícil situación social de esos años, con conflictos importantes que han<br />

sido ninguneados por la Historia oficialista: Harry-Walker, La Maquinista<br />

Terrestre y Marítima, Roca, gasolineras, portuarixs, conflictos vecinales…<br />

Igualmente la irrupción de otros “sujetos” en la conflictividad social también se<br />

empezaba a manifestar. Grupos Autónomos y Libertarios de apoyo a esas<br />

luchas aparecieron en esos años, en muchos casos formados por jóvenes,<br />

adoptando muchos de ellxs la lucha o agitación armada como modelo válido<br />

y lo llevaron a la práctica. En los barrios ateneos libertarios y colectivos de<br />

diferente índole se afianzaban, las luchas de género más allá del igualitarismo<br />

barato tímidamente empezaban a aparecer, la conciencia ecologista también<br />

se manifestaba, así como el antimilitarismo con la aparición del movi-<br />

3


miento de objeción de conciencia, así como otros focos de lucha que hasta<br />

entonces permanecían mudos o silenciados tras muchas décadas.<br />

En 1986 Barcelona era una ciudad decadente, la industria tenía<br />

menos peso económico, el paro azotaba las calles, gran parte de la juventud<br />

nacida en los 70 moría en las calles por el fantasma de la Heroína, la delincuencia<br />

era alta y la población reclusa por este mundo basado en la<br />

Propiedad aumentaba de manera constante. Pero la paz social reinaba como<br />

lo demostró la lucha contra el ingreso en la OTAN. Fue la constatación de la<br />

derrota de toda una generación, mientras la nueva generación empezaba a<br />

ser adoctrinada en los centros educativos-domesticadores, por los mass<br />

media o esquilmada por la Heroína y/o atemorizada por el SIDA. Qué quedaba<br />

de todo aquel movimiento social de los 70 en 1986, pues poca cosa. Lxs<br />

autónomxs de carácter obreril estaban casi “extinguidxs”, algunos colectivos<br />

o grupos autónomos, sin embargo, aún existían. En el ámbito más libertario<br />

existían aún algunos ateneos, algunxs jóvenes adscritos a nuevos fenómenos<br />

sociales, como pudo ser el ambiente Punk, manifestaban simpatías o un activismo<br />

libertario, otras luchas más diversas, como el movimiento de objeción<br />

de conciencia, siendo una excepción, se encontraba en una situación mejor<br />

que en los 70. El anarcosindicalismo en los 80 se encontraba en pleno calvario<br />

tras los diferentes procesos de divisiones internas iniciados casi desde su<br />

florecimiento en 1976. En 1986 dos organizaciones se reclamaban como<br />

CNT, en pleitos judiciales, luchas internas, reproches y tácticas y actuación<br />

cotidiana diferenciadas. Mientras, quienes se seguían reclamando anarcosindicalistas,<br />

veían como sus locales se vaciaban de obrerxs.<br />

El verdadero triunfo del capitalismo fue integrar el pensamiento democrático<br />

en la mayor parte de la población. Ya hemos comentado anteriormente<br />

el papel de los sistemas educativos o el control de los mass media, la paz<br />

social en el ámbito laboral, así como la eficiente marginación y criminalización<br />

hacia quienes no aceptasen la nueva lógica capitalista. Tampoco se debe de<br />

menospreciar el tejerazo de 1981, psicológicamente fue una advertencia<br />

clara: si no os gusta lo que tenéis podemos volver al modelo antiguo... Pese<br />

a que el tejerazo era más bien una advertencia a diferentes nacionalismos no<br />

españoles, ya que “el problema obrero estaba solucionado” en 1981, no hay<br />

que olvidar que para una derrotada clase obrera, era un factor más de debilitamiento.<br />

De hecho en los 80 empezó a perderse la conciencia de clase por<br />

la mentalidad capitalista basada en la competitividad, el esfuerzo, la constancia<br />

para lograr, con un poco de suerte o genialidad, ascender socialmente en<br />

esta vida. Y el capitalismo supo atraerse hacia su campo de acción a millones<br />

de personas. En Barcelona esto es un hecho también visible. El nuevo sistema<br />

político capitalista y democrático ha integrado a cientos de miles de personas<br />

de la ciudad mediante algo tan básico como un puesto de trabajo. Es<br />

decir, si sumásemos el número de funcionarixs del Ayuntamiento, de la<br />

4<br />

sistemas de control.<br />

En el mismo proceso de llevar a cabo esta lucha en el único modo en<br />

que podemos llevarla a cabo -fuera de y contra toda formalidad e institucionalización-<br />

empezamos a desarrollar nuevas formas de relacionarnos basadas<br />

en la auto-organización, una horizontalidad basada en las diferencias únicas<br />

que nos definen a cada unx de nosotrxs como individuos cuya libertad se<br />

expande con la libertad del otrx. Es aquí, en la revuelta contra nuestra condición<br />

proletaria, donde encontramos ese proyecto positivo compartido que es<br />

diferente para cada unx de nosotrxs: la lucha colectiva por la realización individual.<br />

Willful Disobedience Vol 2. N. 12<br />

http://msnhomepages.talkcity.com/ProjectPl/willfuldisobedience<br />

Traducción Palabras de Guerra<br />

17


en los que la rabia de lxs explotadxs ha sido aprovechada para alimentar proyectos<br />

nacionalistas, racistas o religiosos que sirven sólo para reforzar la<br />

dominación son demasiados para contarlos. La posibilidad del fin del actual<br />

orden social es tan grande como nunca antes, pero la fe en su inevitabilidad<br />

no puede seguir pretendiendo tener una base objetiva.<br />

Pero para entender realmente el proyecto revolucionario y empezar el<br />

proyecto de resolver cómo llevarlo a cabo (y desarrollar un análisis de cómo<br />

la clase dominante consigue desviar la rabia de aquellxs a lxs que explota<br />

hacia sus propios proyectos), es necesario darse cuenta que la explotación no<br />

tiene lugar solamente en términos de producción de riqueza, sino también en<br />

términos de la reproducción de relaciones sociales. Independientemente de la<br />

posición de cualquier proletario particular en el aparato productivo, es de interés<br />

para la clase dominante que todxs tengan un rol, una identidad social que<br />

sirva en la reproducción de las relaciones sociales. La raza, el género, la etnicidad,<br />

la religión, la preferencia sexual, la subcultura, todas estas cosas pueden,<br />

efectivamente, reflejar diferencias muy reales y significativas, pero todas<br />

son construcciones sociales para canalizar estas diferencias en roles útiles<br />

para el mantenimiento del actual orden social. En las áreas más avanzadas<br />

de la actual sociedad donde el mercado define la mayoría de las relaciones,<br />

las identidades en gran medida llegan a estar definidas en términos de las<br />

mercancías que las simbolizan, y la intercambiabilidad está a la orden del día<br />

en la reproducción social, al igual que lo está en la producción económica. Y<br />

es precisamente porque la identidad es una construcción social y cada vez<br />

más una mercancía vendible por lo que lxs revolucionarixs deben ocuparse<br />

seriamente de ella, analizada cuidadosamente en su complejidad con el objetivo<br />

preciso de superar estas categorías hasta el punto de que nuestras diferencias<br />

(incluyendo aquellas que esta sociedad definiría en términos de raza,<br />

género, etnicidad, etc.) sean el reflejo de cada uno de nosotrxs como individuos<br />

singulares.<br />

Ya que no hay un proyecto positivo común que se encuentre en nuestra<br />

condición como proletarixs -como explotadxs y desposeídxs - nuestro proyecto<br />

debe ser la lucha para destruir nuestra condición proletaria, para poner<br />

fin a nuestra desposesión. La esencia de lo que hemos perdido no es el control<br />

sobre los medios de producción o de la riqueza material; son nuestras<br />

vidas mismas, nuestra capacidad para crear nuestra existencia en términos<br />

de nuestras propias necesidades y deseos. Por tanto, nuestra lucha encuentra<br />

su terreno en todas partes, en todo momento. Nuestro objetivo es destruir<br />

todo lo que aleja a nuestras vidas de nosotrxs: el capital, el estado, el aparato<br />

tecnológico industrial y post-industrial, el trabajo, el sacrificio, la ideología,<br />

toda organización que trate de usurpar nuestra lucha, en resumen, todos los<br />

Generalitat, de las diputaciones (gobierno central), saldrían un buen pico.<br />

Este “pico” no es otra cosa que un tejido laboral mínimo para establecer una<br />

clase media en virtud de unos salarios por encima de los salarios de talleres<br />

y fábricas, acorde con la nueva lógica consumista. Mientras el ámbito industrial<br />

padecía reconversiones industriales, se extendió un trabajo administrativo,<br />

vía Estado, que en la nueva lógica capitalista significaba crear una mínima<br />

clase media o directamente alta (altos cargos de la administración y políticxs).<br />

Si a esto le sumamos, en ciudades como Barcelona, un evento como<br />

los Juegos Olímpicos en 1992, las posibilidades de un turismo masificado y<br />

diversificado al mismo tiempo aumentaron. De hecho Barcelona desde los<br />

preparativos de los JJ.OO ha vivido en un constante ajetreo urbanístico y económico.<br />

Si miramos desde entonces casi todo el frontal del distrito de Sant<br />

Martí se ha transformado de un litoral decadente e industrial a barrios de<br />

nuevxs ricxs y clase media pujante, las oficinas de diferentes compañías<br />

abundan entre tanta arquitectura postmoderna, los Hoteles de entre 3 y 5<br />

estrellas surgen como champiñones. El Raval es un lugar infestado por la<br />

especulación, en donde el control social ha aumentado exponencialmente y<br />

en donde a lxs vecinxs de toda la vida del barrio se les ha sometido a un constante<br />

mobbing inmobiliario. La zona de Congresos de Montjuich se ha afianzado<br />

en otro eje económico de ferias y congresos internacionales, las infraestructuras,<br />

pese a la inversión constante, se quedan pequeñas cada pocos<br />

años... La especulación urbanística ya azotaba desde los preparativos de<br />

1992, pero el Fòrum 2004 sirvió como nuevo detonante en un clima de por sí<br />

tendente a la especulación urbanísitica. El resultado es una ciudad en donde<br />

un piso que no llega a 100 metros cuadrados se pueda vender en algunas<br />

zonas por más de un millón de euros. En todos estos procesos capitalistas<br />

muchas personas han sabido hacer fortuna. Es mentira afirmar que el<br />

Sistema no da oportunidades de ascensión social, sí que las da, pero todas<br />

ellas conducen a prostituirse por un salario o vivir del trabajo asalariado de<br />

otrxs. Sin embargo para un 70% de la población esto supone vivir por debajo<br />

o muy poco por encima de los 1000 euros al mes. A veces pensamos que el<br />

matrimonio homosexual se ha aprobado, dejando por sentado su labor integradora<br />

como medida “simbólica”, por aquello de que una hipoteca, por<br />

norma general, es mejor hacerla con una pareja (y mejor si estan casadxs),<br />

porque unx sólo es dificil que pueda sobrevivir. Este problema lo está sufriendo<br />

la gente más jóven, extendiéndose el concepto de juventud incluso más<br />

allá de la franja de 35 años. De hecho, si los problemas no son aún más graves<br />

es debido a que la nueva generación suele recibir apoyos familiares. Es<br />

decir, existe un pequeño “colchón” familiar de padres/madres a hijxs. No es<br />

extraño, por lo tanto, que a menos que se viva en pareja y se quiera vivir conjuntamente<br />

e hipotecadxs de por vida, el resto de la juventud viva aún en casa<br />

de sus padres. Aunque también cada vez es más habitual vivir con amigxs, en<br />

16 5


pisos compartidxs o incluso en pisos “patera”. De hecho la expansión económica<br />

de los últimos años en Occidente, sumándose a la difícil y endémica<br />

situación de miseria en la mayor parte de las zonas del mundo, ha provocado<br />

que un estado como el español, que solía tener emigradxs y corrientes migratorias<br />

internas, en apenas dos décadas, a pasado a recibir varios millones de<br />

personas de otra zonas.<br />

Esta llegada masiva de personas es consecuencia de la propia lógica<br />

capitalista, y, por desgracia, ha provocado que, por cuestiones “raciales” o<br />

“étnicas”, existan numerosos ejemplos de racismo y xenofobia, provocando<br />

divisiones entre explotadxs, recelos y prejuicios. Este contingente inmigrante<br />

es el equivalente a la clase obrera de los 70, que en aquel entonces solía<br />

venir principalmente de zonas como el sur peninsular. Ahora vienen de todos<br />

los rincones del planeta. Y Barcelona ha vivido esto de una forma impactante.<br />

En apenas 10 años hemos pasado de unas calles monocolor a pasear por<br />

nuestros barrios y ver diversidad de tonalidades, lenguas, costumbres... Es la<br />

nueva lógica del Capital, del capitalismo global, en dónde todo es mercancía,<br />

incluyendo las personas.<br />

Y si hablamos de las nuevas tecnologías vemos como estamos<br />

inmersxs en una revolución de consecuencias superiores o equiparables a las<br />

revoluciones industriales del XIX, que asentaron las bases del capitalismo del<br />

s.XX. El capitalismo de finales del XX e inicios del XXI es un capitalismo en<br />

exponencial expansión, en donde los estados son parte activa y manifiesta de<br />

estos procesos y en donde el panorama siempre es cambiante. En un plano<br />

local, vemos que la Barcelona de los 70 es diferente a la Barcelona actual. En<br />

las calles de Barcelona la conciencia obrera es minoritaria, incluso movimientos<br />

y luchas sociales que en los últimos años se han manifestado son más<br />

importantes e influyentes que la lucha en el campo laboral. El primerizo movimiento<br />

de objeción de conciencia, tras la propuesta integradora del estado de<br />

crear una prestación social substitutoria (PSS), se radicalizó hacia posturas<br />

insumisas, tanto al servicio militar como a la PSS, y al final ese movimiento<br />

social se puede afirmar que consiguió parte de sus objetivos, ya que esas formas<br />

de trabajo esclavo llamadas servicio militar o prestación social han terminado<br />

desapareciendo, sin embargo esa lucha no significó un riesgo para la<br />

estructura del Sistema ni el fin de los ejércitos, pero si un problema.<br />

Al calor de esta lucha, así como del asociacionismo y colectivos existentes<br />

a finales de los 80 surgió la lucha por la okupación, lucha diversa que<br />

en la ciudad de Barcelona, al abrigo del clima de especulación urbanística y<br />

cientos de propiedades abandonadas o en desuso, con una parte importante<br />

de la juventud marginada, un Poder más preocupado en otros asuntos, así<br />

como a otros factores, encontró un excelente lugar para arraigar, logrando ser<br />

un referente internacional en poco tiempo. La okupación fue vista con despreocupación<br />

en unos inicios por el Sistema, tras los sucesos del desalojo del<br />

permitido un proceso productivo más descentralizado, como porque cada vez<br />

más el tipo de trabajo necesario en las fábricas es en gran medida sólo supervisar<br />

y mantener las máquinas.<br />

A un nivel práctico esto significa que todxs somos, como individuos,<br />

prescindibles para el proceso de producción, porque todxs somos reemplazables,<br />

ese hermoso igualitarismo capitalista en el que todos somos iguales a<br />

cero. En el primer mundo, esto ha tenido el efecto de empujar a un creciente<br />

número de explotadxs a posiciones cada vez más precarias: trabajo temporal,<br />

trabajos en el sector servicios, desempleo crónico, el mercado negro y otras<br />

formas de ilegalidad, indigencia y prisión. El trabajo fijo con su garantía de una<br />

vida un tanto estable - incluso si esa vida no es propia- está dejando paso a<br />

una carencia de garantías donde las ilusiones proporcionadas por un consumismo<br />

moderadamente cómodo ya no pueden seguir ocultando que la vida<br />

bajo el capitalismo siempre se vive al borde de la catástrofe.<br />

En el tercer mundo, gente que ha sido capaz de crear su propia existencia,<br />

aun cuando ésta haya sido en ocasiones difícil, se está encontrando<br />

con que su tierra y otros medios para hacerlo le están siendo arrebatados al<br />

invadir (literalmente) las máquinas del capital sus casas y minar cualquier<br />

posibilidad de continuar viviendo de su propia actividad. Arrancadxs de sus<br />

vidas y tierras, se ven forzadxs a trasladarse a las ciudades donde hay poco<br />

empleo para ellxs. Surgen barrios de chabolas alrededor de las ciudades, a<br />

menudo con una población mayor que la de la propia ciudad. Sin ninguna<br />

posibilidad de trabajo fijo, lxs habitantes de estos barrios de chabolas están<br />

obligadxs a formar una economía de mercado negro para sobrevivir, pero esto<br />

también sirve todavía a los intereses del capital. Otrxs, en su desesperación,<br />

eligen la inmigración, arriesgándose al encarcelamiento en campos de refugiados<br />

y centros para extranjerxs indocumentadxs con la esperanza de mejorar<br />

su condición.<br />

Así, junto con la desposesión, la precariedad y la prescindibilidad son<br />

cada vez más los rasgos que comparten quienes componen la clase explotada<br />

mundial. Si, por un lado, esto significa que esta civilización de la mercancía<br />

está creando en su interior una clase de bárbaros que realmente no tienen<br />

nada que perder en derribarla (y no de los modos imaginados por lxs<br />

viejxs ideólogxs obreristas), por otro lado estos rasgos no proporcionan en sí<br />

mismos ninguna base para un proyecto positivo de la transformación de la<br />

vida. La rabia provocado por las miserables condiciones de vida que esta<br />

sociedad impone puede fácilmente ser canalizada en proyectos que sirven al<br />

orden dominante o al menos al interés específico de alguno u otro de lxs<br />

dominantes. Los ejemplos de situaciones en las pasadas décadas recientes<br />

6 15


había conocido y creado con sus semejantes, la única comunidad que le<br />

queda a la gente que compone esta clase heterogénea es la provista por el<br />

capital y el estado; la comunidad del trabajo y el intercambio de mercancías<br />

decorada con cualquier construcción ideológica nacionalista, religiosa, étnica,<br />

racial o subcultural a través de la cual el orden dominante crea identidades en<br />

las que canalizar la individualidad y la revuelta. El concepto de una identidad<br />

proletaria positiva, de un sólo proyecto proletario unificado y positivo, no tiene<br />

base en la realidad dado que lo que define a alguien como proletarix es precisamente<br />

que su vida le ha sido robada, que ha sido transformadx en un instrumento<br />

en los proyectos de lxs dominantes.<br />

La concepción obrerista del proyecto proletario tiene sus orígenes en<br />

las teorías revolucionarias de Europa y los Estados Unidos (particularmente<br />

ciertas teorías marxistas y sindicalistas). A finales del siglo XIX, tanto Europa<br />

occidental como el este de los Estados Unidos estaban en camino de ser<br />

completamente industrializados, y la ideología dominante del progreso igualaba<br />

el desarrollo tecnológico con la liberación social. Esta ideología se manifestó<br />

en la teoría revolucionaria como la idea de que la clase obrera industrial<br />

era objetivamente revolucionaria porque estaba en posición de apoderarse de<br />

los medios de producción desarrollados bajo el capitalismo (los cuales, como<br />

productos del progreso, se asumía que eran inherentemente liberadores) y<br />

ponerlos al servicio de la comunidad humana. Al ignorar a la mayor parte del<br />

mundo (junto con una porción significativa de lxs explotadxs en las áreas<br />

industrializadas), lxs teóricxs revolucionarixs eran de esta forma capaces de<br />

inventar un proyecto positivo para el proletariado, una misión histórica objetiva.<br />

Que esta se fundamentara en la ideología burguesa del progreso, se ignoraba.<br />

En mi opinión, lxs ludditas tenían una perspectiva mucho más clara,<br />

reconociendo en el industrialismo otro de los instrumentos de los amos para<br />

desposeerles. Con buenas razones, atacaron las máquinas de la producción<br />

masiva.<br />

El proceso de desposesión hace mucho que se ha consumado en<br />

Occidente (aunque por supuesto es un proceso que está ocurriendo en todo<br />

momento incluso aquí), pero en gran parte del Sur del mundo está aún en sus<br />

primeras fases. Sin embargo desde que el proceso comenzó en Occidente<br />

han habido algunos cambios significativos en el funcionamiento del aparato<br />

productivo. Las posiciones cualificadas en la fábrica han desaparecido en<br />

gran parte, y lo que se necesita en un/a trabajador/a es flexibilidad, la capacidad<br />

de adaptarse, en otras palabras, la capacidad de ser una pieza intercambiable<br />

en la máquina del capital. Además, las fábricas tienden a requerir<br />

muchxs menos trabajadorxs para mantener el proceso productivo, tanto a<br />

causa de los desarrollos en la tecnología y las técnicas de gestión, que han<br />

14<br />

cine princesa de 1996 cambió dicha percepción. Se endurecieron las leyes y<br />

la represión empezó a planear en un movimiento diverso que no tardó en ser<br />

el centro de expresión de otras luchas minoritarias. De hecho, sin el movimiento<br />

okupa, seguramente, la conflictividad social en Barcelona hubiese sido<br />

prácticamente inexistente. Ya son más de 20 años que planta cara, aunque<br />

actualmente podemos afirmar que es un movimiento, cuanto menos, estancado<br />

y con un fuerte rechazo social que impide que la crítica radical, que desde<br />

diferentes ámbitos del mismo se realiza, salga de lo que podríamos llamar su<br />

propio gueto. Sin embargo este gueto no es tan minoritario como podemos<br />

muchas veces creer, ciertas luchas, manifestaciones, actos, sabotajes, en<br />

definitiva, focos de conflictividad social, se han ido afianzando y dando muestras<br />

que el tan cacareado fin de la Historia es una patraña más que nos han<br />

intentado vender.<br />

Y así llegamos al 2008. La mayor parte de la población tiene una conciencia<br />

democrático-capitalista, no tanto por el fervor militante que puedan<br />

tener, ya que la mayor parte de la población vive con salarios inferiores a 1000<br />

Euros y en las elecciones los índices abstencionistas son cada vez mayores.<br />

Sin embargo la mentalidad consumista está muy arraigada y toda propuesta<br />

o lucha revolucionaria es vista como algo infantil, ilusoria y sin perspectivas.<br />

Sin embargo existe aún conflictividad social. El propio movimiento okupa y las<br />

luchas que directamente o indirectamente han surgido de él siguen existiendo.<br />

En algunas manifestaciones el movimiento okupa ha llegado a movilizar a<br />

miles de personas (desalojo del cine Princesa, manis de apoyo a la Hamsa o<br />

a La Kasa de la Muntanya, en apoyo a la okupación), en determiandos eventos<br />

capitalistas el conflicto social también se manifestó en las calles (suspensión<br />

de la cumbre del Banco Mundial en Barcelona y actos que se realizaron,<br />

cumbre euromediterranea del 2002...), en manifestaciones antifascistas la<br />

rebeldía también se ha mostrado (ha pasado a la memoria colectiva el de<br />

1999 en Sants)... Es decir, pese al pensamiento único generalizado, es cierto<br />

que ciertas capas marginales o automarginales de la población han mostrado<br />

su rechazo a la explotación cotidiana imperante, y muchas veces la crítica y<br />

la acción han seguido esquemas de base antiautoritaria.<br />

Hoy día en Barcelona vemos que los Centros Sociales Okupados, a<br />

excepción de centros como Can Vies o La Kasa de la Muntanya, son bastante<br />

recientes, ya que cuesta mucho conseguir que una casa o centro social<br />

pueda ser okupado más de un año. La legislación y presión policial más dura,<br />

la cada vez mayor escasez de espacios, así como otros factores han provocado<br />

que okupar sea algo bastante más complicado que hace unos años. Sin<br />

embargo sigue siendo el ámbito en dónde la lucha anarquista y antiautoritaria<br />

ha conseguido mayor influencia social. Los Ateneos libertarios siguen en<br />

decadencia, ya que si algo ha hecho decrecer los ateneos (normalmente en<br />

locales de alquiler) fue la irrupción de los centros sociales okupados. Antiguos<br />

7


ateneos han muerto, de la década de los 70 sólo quedaría como “herencia” el<br />

actual “Espai Obert” o el “Ateneu Enciclopèdic Popular”, sin embargo, en los<br />

últimos tiempos han surgido varios locales nuevos en este ámbito que han<br />

supuesto centros sociales con una mayor estabilidad, provocando que en<br />

algunos de esos espacios se tengan medios mucho más desarrollados que en<br />

los inestables centros sociales okupados. Acercándose a la década de existencia<br />

tenemos el Ateneo Libertario del Besós, el más reciente es el Ateneo<br />

Libertario de Sants. Otros proyectos similares se están formando, sin embargo<br />

otros duraron poco tiempo, normalmente por las dificultades de hacer frente<br />

al pago del alquiler... En el ámbito anarcosindical existe la CGT, proyecto<br />

bastante moderado pero que en algunos momentos puntuales ha protagonizado<br />

algunas luchas a tener en cuenta. Por otro lado la CNT “clásica” existe<br />

por duplicado en Barcelona y su entorno. Luchas internas y sucesos que sirvieron<br />

cómo excusa, forzaron una escisión para unxs, expulsión para otrxs, y<br />

la creación de facto de dos CNT’s, la cerrada y a veces autocomplaciente sector<br />

“federado” en el ámbito estatal (CNT- sector plaza Medinacelli) y otro “desfederado”<br />

(CNT-sector c/ Joaquin Costa).<br />

Es decir, los locales o espacios de encuentro de las luchas antiautoritarias,<br />

en una ciudad de casi 2 millones de personas, enmarcada en una<br />

área metropolitana que supera los 3’5 millones, se pueden resumir en una<br />

veintena de Centros Sociales Okupados, con cierta inestabilidad en el tiempo<br />

y a veces con práctica cotidiana más cercana a una sala de fiestas que a la<br />

de un centro social, algún ateneo libertario o colectivo con local propio, escasos<br />

pero con cierta estabilidad en el tiempo, y los dos locales existentes de<br />

las diferentes ramas anarcosindicales.<br />

Estos son los espacios que tenemos, pero igualmente debemos de<br />

considerar que no existe una linea de actuación claramente hegemónica. No<br />

existe un proyecto que aglutine a toda esta capa de marginales y automarginales<br />

y, por el momento, lo que domina es un marcado relativismo, con unxs<br />

activistas que en muchos casos son, cuanto menos, bastante eclépticos o<br />

ambiguos, en cuanto a su linea de actuación cotidiana. Sin embargo vemos<br />

como existen varios proyectos o formas de lucha diferenciadas.<br />

La corriente que tiene más fuerza es una linea que podríamos calificar<br />

como autónoma-libertaria moderada, que ha encontrado su base activa en<br />

sectores de la CGT, del movimiento okupa y de ciertas asociaciones civiles.<br />

Este proyecto se caracteriza por llevar cierta linea ciudadanista, a veces más<br />

marcada, otras menos, dependiendo de la lucha y el contexto de la misma.<br />

Normalmente su discurso se basa en una crítica contundente en los aspectos<br />

más generales del funcionamiento del Sistema, sin embargo, en el momento<br />

de plantear posibles reivindicaciones, éstas acaban siendo las auténticas finalidades<br />

de la lucha. Por otro lado suelen ser luchas que alardean de su carácter<br />

democrático. En cierta forma la finalidad ciudadanista es una mayor demo-<br />

8<br />

DE PROLETARIO A INDIVIDUO:<br />

HACIA UNA COMPRENSIÓN<br />

ANARQUISTA DE LA CLASE<br />

Las relaciones sociales de clase y explotación no son simples. Las<br />

concepciones obreristas, que están basadas en la idea de una clase objetivamente<br />

revolucionaría definida en cuanto a su relación con los medios de producción,<br />

ignoran la multitud de aquellxs en todo el mundo cuyas vidas les son<br />

robadas por el actual orden social pero que no pueden encontrar sitio dentro<br />

de sus aparatos productivos. Por tanto estas concepciones acaban presentando<br />

una comprensión limitada y simplista de la explotación y la transformación<br />

revolucionaria. Para poder llevar a cabo una lucha revolucionaria contra<br />

la explotación, necesitamos desarrollar una comprensión de las clases tal<br />

como existen actualmente en el mundo, sin buscar ninguna garantía.<br />

De una forma básica, la sociedad de clases es aquella en la que<br />

están quienes dominan y quienes son dominadxs, quienes explotan y quienes<br />

son explotadxs. Este orden social solo puede surgir cuando la gente pierde su<br />

capacidad para determinar las condiciones de su propia existencia. Por tanto,<br />

la característica esencial que comparten lxs explotadxs es su desposesión, su<br />

perdida de la capacidad para tomar y llevar a cabo las decisiones básicas<br />

sobre como vivir.<br />

La clase dominante se define en términos de su propio proyecto de<br />

acumulación de poder y riqueza. Aunque por supuesto hay conflictos significativos<br />

dentro de la clase dominante en cuanto a intereses específicos y competencia<br />

real por el control de los recursos y el territorio, este proyecto de tan<br />

largo alcance que tiene como objetivo el control del poder y la riqueza social,<br />

y por tanto de las vidas y relaciones de todo ser vivo, proporciona a esta clase<br />

un proyecto positivo unificado. La clase explotada no tiene un proyecto positivo<br />

semejante que la defina. En su lugar se define en cuando a lo que se le<br />

hace, lo que se le quita. Habiendo sido despojada de los modos de vida que<br />

13


cracia, ya que consideran que el problema del Sistema no es tanto la<br />

Democracia en sí misma sinó el contexto económico. Mostrándose, por lo<br />

tanto favorables a un sistema con mayor participación democrática y un capitalismo<br />

menos salvaje, en cierta forma, a veces sin saberlo, lxs ciudadanistas<br />

se transforman en lxs nuevxs socialdemócratas... De este ámbito, en los últimos<br />

años, han surgido campañas y luchas como la condonación de la deuda<br />

externa del terecer mundo, movimiento pro-Renta Básica, luchas antiglobalización<br />

(recordemos el extinto Movimiento de Resistencia Global o incluso la<br />

lucha de apoyo a lxs zapatistas), luchas contra la especulación (movimiento<br />

de V de Vivienda) e, incluso, la lucha de lxs inmigrantes sin papeles.<br />

Editoriales libertarias como Virus, entre su material, han publicado bastantes<br />

cosas que han interesado a esta corriente de actuación (aunque en el catálogo<br />

de esta editorial hay bastante diversidad de contenido), y periódicos como<br />

“La Directa” o el madrileño “Diagonal” han sido sus vocerxs. El activismo que<br />

ha llevado esta práctica se ha nutrido de anarcosindicalitas de la CGT,<br />

algunxs cenetistas y parte del movimiento okupa y autónomo, así como ciertos<br />

sectores independentistas radicalizados que han abrazado estos planteamientos.<br />

El proyecto anarcosindical en Barcelona está aún en plena crisis, y el<br />

auge que tiene esta organización en determinadas poblaciones de Catalunya<br />

y otras zonas del estado, acá no se produce. Posiblemente hasta que no exista<br />

un proceso de unificación de los dos sectores, será difícil ver un crecimiento<br />

relativamente importante de su proyecto. Sin embargo vemos como el proyecto<br />

del sector Medinacelli, más centrado en el sindicalismo y bastante apartado<br />

del resto del movimiento antiautoritario, está en franca bancarrota, mientras<br />

que el proyecto más aperturista del otro sector ha significado, como mínimo,<br />

un cierto contacto con el resto de luchas próximas. Por otro lado el proyecto<br />

de la librería “Rosa de Foc”, en el local “desfederado” de c/Joaquin<br />

Costa, ha significado un importante centro de difusión de las ideas anarquistas.<br />

Sin embargo, todos estos sectores parecen carecer de un proyecto claro,<br />

más allá de buscar un cierto crecimiento cuantitativo y esperar algún conflicto<br />

laboral. Sus medios de difusión son las dos “Solidaridad Obrera”, y en el<br />

ámbito estatal el periódico “CNT”. En el ámbito cegetista, el anarcosindicalismo<br />

es una corriente más en el sindicato, refugio, en cierta manera de gran<br />

parte de la izquierda extra-parlamentaria. Su práctica, básicamente ciudadanista.<br />

Numericamente tiene bastante importancia, y en los últimos tiempos<br />

algún conflicto en la órbita de este sindicato ha conseguido movilizar a bastante<br />

gente, como ha podido ser el conflicto de los autobuserxs de Barcelona,<br />

conflicto que se arrastra desde finales del 2007 y que en estos momentos aún<br />

perdura –nota. Estas lineas se escribieron en febrero de 2008-. Sus “portavoces”<br />

son los periódicos “Catalunya” y “Rojo y Negro”.<br />

El proyecto anárquico como tal no existe, existen, sin embargo, mul-<br />

12 9


titud de espacios de debate y de temas para tal fin. Se debate de cualquier<br />

aspecto de la lucha, se cuestiona todo, en definitiva, no existe un proyecto<br />

claro en nada. No hay proyecto insurreccional claro, tampoco uno de carácter<br />

reformista, tampoco se sabe como debe de ser la organización, hay quienes<br />

siguen creyendo en las organizaciones formales, con sus asambleas democráticas,<br />

sus congresos, estatutos y demás parafernalia, otrxs critican que en<br />

el clima formal pueden aparecer liderazgos, abusos y formas de burocratización,<br />

adopotando esquemas que se llaman informales, sin embargo de poco<br />

importa la teoría si, en la práctica, nos encontramos que cualquier proyecto<br />

suele ser torpedeado y criticado antes incluso de que se pueda llegar a alguna<br />

conclusión. Sin embargo no todo es negativo, y de este ámbito empiezan<br />

a surgir campañas cada vez más ambiciosas, fruto de la superación de las<br />

diferencias inherentes a cada grupo, colectivo e individualidades implicadas<br />

en la lucha. Empieza a notarse un cierto pensamiento de aceptar las diferencias<br />

ajenas y empezar a realizar cosas prácticas. Es decir, en otras palabras,<br />

hay ganas de luchar. Diferentes Centros Sociales Okupados, así como<br />

Ateneos, dan muestra de un movimiento anarquista que empieza a ser consistente.<br />

La publicación más conocida en el área metropolitana se podría considerar<br />

que es el periódico “Antisistema”, sin embargo infinidad de zines y<br />

publicaciones, o revistas libertarias dan muestra de la diversidad de propuestas<br />

anarquistas. Sin embargo, podemos destacar dos aspectos que en los últimos<br />

años se han producido en la lucha anarquista. Por un lado la excelente<br />

labor realizada en el campo de internet. Dos webs destacan especialmente,<br />

con un importante número de visitas diarias y una actualización más que envidiable.<br />

Son los portales www.alasbarricadas.org –nacido a raíz de una coordinadora<br />

anarquista contra el Banco Mundial- y www.klinamen.org –portal de una<br />

de las más importantes editoriales antiautoritarias actuales, ubicada en<br />

Madrid-. Estas dos páginas, así como otras de carácter más autónomo o<br />

social, tales como los diferentes Independent Media Center’s o el portal<br />

www.lahaine.org, han logrado que las luchas antiautoritarias de todos los matices<br />

tengan vías de expresión y difusión nuevas, llegando a competir estos<br />

portales con los mass media en internet. Sin embargo el peso de la Televisión<br />

sigue siendo imbatible...<br />

También podemos hablar de la corriente que podríamos calificar<br />

como autónoma. Es decir, desde una base marxista o libertaria, se muestra<br />

contraria a los partidos o sindicatos y favorable a los modelos de organización<br />

asamblearios. Esta base de organización y práctica es visible en campos de<br />

lucha como la okupación. En Barcelona parece existir normalmente una<br />

“Asamblea de okupas”. El propio funcionamiento de muchos de los C.S.O da<br />

muestras de este asamblearismo. Sin embargo es cierto que a veces se han<br />

producido diferentes roces internos debido a la propia metodologia democrática,<br />

criticada en los últimos tiempos por ciertas corrientes de pensamiento<br />

antiasamblearias. Algo similar puede decirse que sucede en otros ámbitos<br />

autónomos de lucha, como puede ser la lucha antipatriarcal. En cierta manera<br />

el ambiente autónomo es tenso, la presión externa es fuerte y muchos de<br />

los proyectos no acaban de cuajar... Pero esto, en el fondo, le ocurre al resto<br />

de las luchas antiautoritarias.<br />

Estamos en una situación histórica muy compleja, y somos gente que<br />

después del fin “de la lucha de clases”, del triunfo del Capitalismo, seguimos<br />

empeñadxs en luchar, en combatir, sin embargo raro es el proyecto de lucha<br />

que consigue resultados positivos, no existe ninguna forma de conciencia<br />

compartida al 100%. El relativismo imperante en la Sociedad también se refleja<br />

en el ámbito de luchas antiautoritarias, y los motivos de concienciación son<br />

muy diversos. En este libro queremos plasmar nuestra visión de la lucha,<br />

apostando por un cierto optimismo, con textos propios y ajenos, con el ánimo<br />

de ofrecer nuestra visión de la lucha en el movimiento de ideas anárquico.<br />

Grup Chornoe Znamia<br />

10 11


veces se inscriben claramente en un contexto determinado, de hecho, en el<br />

estudio del transcurso de nuestra especie tenemos mucho aún que descubrir<br />

como para lanzar análisis o hipótesis creibles. Sin embargo, es cierto que hay<br />

estudios de sociedades concretas en donde las relaciones jerárquicas, según<br />

dichos estudios, son en algunos casos nulas o casi nulas.<br />

El idealismo primitivista peca de querer volver a unos orígenes imposibles,<br />

puesto que difícilmente podríamos volver a una situación sin tecnología,<br />

sin lenguaje, sin sociedad, en fin, porque la inmensa mayoría de la gente,<br />

por no decir toda, sería, hoy día, incapaz de vivir sin tecnología, sin lenguaje<br />

y sin sociedad.<br />

E, incluso, podemos analizar con más detenimiento sus palabras “fetiche”:<br />

civilización, salvajismo, antitecnologismo… ¿Qué son? Sólo son palabras,<br />

y como todas ellas, fruto de la cultura, es decir, construcciones sociales.<br />

Desde el momento que el ser humano construyó el lenguaje, pensó y se<br />

expresó bajo él, murió la posibilidad de volver a esa “edad dorada” primitiva.<br />

Apelar a lo natural, a la Naturaleza, es fundamentar una teoría en una construcción<br />

social. Y en el fondo esto lo hace cualquier propuesta teórica y/o<br />

práctica, así que no hay que reprocharles nada, en todo caso, al igual también<br />

hacen otrxs, afirmar que estan en contra de todas las contrucciones sociales,<br />

y basarse ellxs también en unas. Sin embargo en este idealismo primitivista,<br />

aunque ellxs nieguen en muchos casos “los idealismos”, reside su atractivo.<br />

De hecho en cualquier idealismo revolucionario en el ámbito anarquista existe<br />

un algo, intangible, algo que no se puede expresar con palabras, pero que<br />

todxs aquellxs que han luchado lo han sentido. Lo siente la persona implicada<br />

en la abolición del patriarcado, la que busca la destrucción de todas las<br />

cárceles, quien quiere abolir el trabajo asalariado, quien desea tomar o destruir<br />

los medios de producción, quien lucha por la liberación animal, contra la<br />

destrucción de la “naturaleza”... En defintiva, entre quienes se cuestionan el<br />

poder establecido, las jerarquías sociales existentes y, en síntesis, luchan por<br />

lo que consideran justo. No afirmamos que todxs sientan lo mismo, pero<br />

hablándolo y sintiéndolo en nuestras propias carnes, sabemos que dentro de<br />

nosotrxs existe un deseo, no expresable en palabras, aunque a veces lo focalicemos<br />

en una o varias de ellas, ya sea Libertad, Salvajismo, Igualdad,<br />

Individualidad... Son sólo palabras, pero las ideas que hay detrás, son lo más<br />

real que vamos a sentir en nuestras vidas. Lo importante no son tanto las<br />

palabras como las ideas que hay detrás...<br />

No debemos de caer en el relativismo, el decir que todo vale. No<br />

todas las tácticas, estrategias y teorías son compatibles, y estamos lejos aún<br />

de un discurso hegemónico, y posiblemente no lo logremos nunca. Sin<br />

embargo si que se puede contribuir en el avance de la lucha con debates<br />

basados en el respeto, la autocrítica y a la propia adaptación con la realidad<br />

social. No somos partidarixs del dogmatismo, pero tampoco del relativismo.<br />

62<br />

que sólo por sí puede dar fuerza a los demás, y que quienquiera se niegue<br />

a obedecer la voluntad general será obligado a ello por todo el cuerpo.<br />

Esto significa otra cosa sino que se le obligará a ser libre”. Nunca se<br />

había dicho de una forma tan bonita, “obligar a ser libre”, algo tan sencillo<br />

como la obediencia y sumisión. El palo y la zanahoria, te acercamos a vislumbrar<br />

una utopía de Libertad, pero lo que de verdad nos interesa es que<br />

obedezcas, y si no lo haces, te obligaremos a ello. No especificó cómo se<br />

obliga a alguién a realizar algo en contra de su “voluntad”, pero sólo hay<br />

unos cuantos métodos: la amenaza, el chantaje, el uso de la fuerza bruta<br />

y tantas otras formas de explotación... No es consistente su teoría, y más<br />

tras padecer sus consecuencias históricas.<br />

Otros pensadorxs han corregido algunos aspectos de la obra de<br />

Rousseau, incluso algunxs se han mostrado contrarixs a muchos de los<br />

principios de él. Hobbes, por ejemplo, en su “Leviatán”, partió del principio<br />

de que el ser humano era un “lobo para sí mismo”, malo por naturaleza,<br />

por lo tanto, necesitaba al Estado para poder sobrevivir, ya que, pese a<br />

reconocer su maldad (inherente a la naturaleza humana), no dejaba de<br />

ser un “monstruo” por encima de la maldad individual, conteniendo así los<br />

impulsos salvajes humanos, los cuales, según él, eran horribles. El utilitarismo<br />

de John Stuart Mill nos habló de la Democracia, de que el bien de<br />

la mayoría nos aportaba la felicidad, por lo tanto las sociedades basadas<br />

en la democracia serían justas porque las leyes son realizadas por “la<br />

mayoría”. Kant comentaba aquello de que no se debe de hacer a los<br />

demás lo que uno no quiere para sí mismo, no está mal este principio, en<br />

definitiva es ponerse en la piel del otro, sin embargo afirma que “la razón<br />

humana es una razón legisladora, no sólo trata de entender o interpretar<br />

la realidad, sino de imponerle una normativa referente al comportamiento<br />

humano”. En otras palabras, el Estado, para todxs ellxs y sus seguidorxs<br />

contemporáneos, es útil y necesario. Max Weber sintetiza los postulados<br />

de Stuart Mill y los kantianos para justificar lo mismo de siempre. Hegel se<br />

hizo multitud de pajas mentales para vendernos la moto de que el Sistema<br />

perfecto era estatal, bajo una monarquía parlamentaria... Entre tanta miserable<br />

filosfía es preferible el realismo político de Maquiavelo en su obra “El<br />

Principe”, auténtico manual y libro de cabecera de muchx mandatarix y<br />

carroña que abunda por los parlamentos, que toda la hipocresia ética que<br />

abunda entre lxs justificadorxs de lo existente. Al menos Maquiavelo no<br />

ocultaba que era preferible para el gobernante ser temido y odiado que<br />

caer simpático pero no ser obedecido. La finalidad del Poder no es otra<br />

que la obediencia, sea de la forma que sea.<br />

No existe Libertad porque nuestra soberanía individual ha sido<br />

23


enajenada, y sin libertad individual no puede existir la libertad colectiva.<br />

No existe igualdad porque existen jerarquías sociales en base a criterios<br />

económicos, políticos, religiosos, de género (¿existe el género?, sería otro<br />

debate...), raciales (¿existen las razas?), culturales... No existe la fraternidad<br />

o solidaridad porque ésta no puede exisitir si existe la explotación, y<br />

vivimos en un mundo basado en y por la explotación. La Libertad,<br />

Igualdad y Fraternidad democrática son una gran mentira.<br />

El primer paso de la toma de conciencia anarquista es no “firmar”<br />

el “Contrato Social”.<br />

SEVERO ROSCI<br />

EXTRAÍDO DEL PERIÓDICO ANTISISTEMA, Nº8.<br />

LO NATURAL NO EXISTE<br />

Apelar a la naturalidad de algo, o una vuelta a la naturaleza es imposible.<br />

La cultura lo impide.<br />

Las aportaciones primitivistas a la lucha por la destrucción de la<br />

explotación son remarcables. Dentro del movimiento anárquico, así como en<br />

otros ambientes de marcado carácter antiautoritario, sus planteamientos han<br />

suscitado buenos e interesantes debates y reflexiones. En el ámbito práctico<br />

existe gran diversidad táctica entre quienes se profesan cómo primitivistas.<br />

El problema a nuestro juicio, del primitivismo, es su carácter fuertemente<br />

esencialista. Construye la dicotomía Civilización Vs Naturaleza u otras<br />

análogas, cómo domesticación Vs salvaje, sin embargo parece olvidarse de<br />

algo. No podemos volver, por poner un ejemplo, a ser salvajes, al menos en<br />

el sentido que ellxs plantean. Para el primitivismo la idea de salvajismo es la<br />

vuelta a lo original, a una sociedad idílica, a un nuevo “comunismo primitivo”.<br />

Para sustentar su ideología se basa en ciertos estudios arqueológicos y antropológicos,<br />

que en muchos casos parecen indicar que las sociedades más<br />

antiguas y prehistóricas eran, aparentemente, más igualitarias que las actuales<br />

y con un impacto negativo nulo o casi nulo con el medio que les rodeaba...<br />

Sin embargo, tampoco debemos de olvidar que dichos estudios son aún bastante<br />

discutibles y sujetos a múltiples interpretaciones. Es la basura postmoderna.<br />

Es lo que hay. Y en este ámbito de estudio, el de nuestros orígenes,<br />

hay una gran diversidad de opiniones, porque, ciertamente, no sabemos apenas<br />

nada de los mismos. No sabemos con certeza cuando apareció el lenguaje,<br />

tampoco sabemos cuando apareció exactamente el patriarcado, ni tan<br />

siquiera sabemos cuando aparecieron los primeros estados. La falocracia de<br />

la datación, de buscar orígenes remotos, de la búsqueda del pasado glorioso,<br />

en la mitificación de lo primitivo, hace que el pensamiento primitivista peque<br />

de esencialista.<br />

Sin embargo sí que sabemos que en los estudios de sociedades<br />

pasadas se dan diferentes indicios de formas de explotación. Entonces vemos<br />

que cada sociedad tiene sus peculiaridades, así como similitudes, en referencia<br />

a otras. También podemos ver como hay diferentes procesos que muchas<br />

24 61


voz italiana se acopla a este sentimiento admirablemente:<br />

“Entonces, en el fondo, ¿qué significa esta globalización de la que<br />

tanto hablan? ¿Será quizás el proceso de expansión de los mercados<br />

hacia la explotación de los países más pobres y de sus recursos fuera<br />

de los países ricos? ¿Será acaso la estandarización de la cultura y la<br />

difusión de un modelo dominante? Entonces, por qué no usar el término<br />

civilización que por cierto suena menos amenazante pero que<br />

calza muy bien, sin la necesidad de neologismos. No hay duda que la<br />

“media” -y no solamente los medios- tienen interés en mezclarlo todo<br />

en una muy insípida sopa de anti-globalización. Por lo tanto depende<br />

de nosotros esclarecer las cosas, llevar a cabo las críticas profundas<br />

y actuar consecuentemente”. (Terra Salvaggio, Julio 2000).<br />

Es una batalla por todo o nada. La anarquía es sólo un nombre para aquellxs<br />

que adoptan su compromiso de redención e integridad, y tratan de encarar<br />

qué tanto nos costará llegar allí. Nosotrxs -lxs seres humanxs -anduvimos una<br />

vez por el sendero correcto, si es que debemos creer en lxs antropólogxs.<br />

Por tanto buscamos la posibilidad de volver a ese estado nuevamente.<br />

Es muy posible que sea la última oportunidad que nos queda como especie.<br />

JOHN ZERZAN<br />

LA NO VIOLENCIA ES<br />

PATRIARCAL<br />

El patriarcado es una forma de organización social que produce lo<br />

que reconocemos comúnmente como sexismo. Pero va más allá del prejuicio<br />

individual o sistémico contra las mujeres. Consiste, en primer lugar, en la falsa<br />

división de las personas en dos categorías rígidas (hombre y mujer) que se<br />

afirman como naturales y morales. (Mucha gente perfectamente sana no<br />

encaja en ninguna de estas categorías fisiológicas, y muchas culturas no occidentales<br />

reconocen -y todavía lo hacen, si no han sido ya destruidas- más de<br />

dos sexos y géneros.) El patriarcado intenta destruir, social e incluso físicamente,<br />

a cualquiera que no encaje en una de estas dos categorías o que<br />

rechace este “binarismo de género”. El patriarcado continúa definiendo roles<br />

claros (económicos, sociales, emocionales, políticos) para los hombres y las<br />

mujeres y afirma (falsamente), que estos roles son naturales y morales. Bajo<br />

el patriarcado, la gente que no encaja o que rechaza estos roles de género es<br />

neutralizada mediante la violencia y el ostracismo. Se les hace parecer y sentir<br />

fexs, sucixs, temibles, despreciables, inútiles. El patriarcado es dañino para<br />

todxs, y es reproducido por cualquiera que viva en él. Haciendo honor a su<br />

nombre, pone a los hombres en una posición dominante y a las mujeres en<br />

una posición sumisa. Las actividades y características que están tradicionalmente<br />

asociadas al “poder”, o al menos al privilegio, pertenecen mayoritariamente<br />

a los hombres. El patriarcado otorga casi exclusivamente a los hombres<br />

la habilidad y el derecho al uso de la violencia.<br />

Con el género, como con la raza, la no violencia es una posición inherentemente<br />

privilegiada. La no violencia asume que en lugar de defendernos<br />

a nosotrxs mismxs de la violencia, podemos sufrir la violencia pacientemente<br />

hasta que una parte suficiente de la sociedad pueda ser movilizada a oponerse<br />

a ello pacíficamente (o que podamos esperar a “transformar” cualquier<br />

agresión que nos amenace individualmente.) Muchas de lxs que proponen la<br />

no violencia no la presentarán meramente como una práctica política acotada,<br />

sino como una filosofía que merece penetrar en el mismísimo tejido social<br />

60 25


y arrancar la violencia de raíz en todas sus manifestaciones.<br />

Pero el pacifismo parece no haberle dado a la violencia del patriarcado<br />

su consideración<br />

justa. Después de todo, en las guerras, en las revoluciones sociales y en la<br />

vida diaria, las mujeres y las personas transgénero son, dentro de la sociedad<br />

patriarcal, las receptoras primarias de la violencia.<br />

Si sacamos esta filosofía fuera de la impersonal arena política y la<br />

ponemos en un contexto más real, la no violencia implica que es inmoral que<br />

una mujer se defienda de un atacante o que estudie autodefensa. La no violencia<br />

implica que para una mujer maltratada es mejor marcharse que movilizar<br />

a un grupo de mujeres para darle una paliza y echar al marido maltratador<br />

de casa. La no violencia implica que es mejor ser violada que sacar un<br />

bolígrafo del bolsillo y hundirlo en la yugular del agresor (porque hacerlo<br />

supondría alimentar un supuesto ciclo de violencia y animar futuras violaciones).<br />

El pacifismo simplemente no resuena en las realidades diarias de la<br />

gente, a menos que esta gente viva en una extravagante burbuja de tranquilidad<br />

en la que toda forma de reactiva y pandémica violencia civil haya sido<br />

expulsada por la violencia sistémica y menos visible de la policía y de las fuerzas<br />

militares.<br />

Desde otra perspectiva, la no violencia parece capaz de tratar con el<br />

patriarcado. Al fin y al cabo la abolición del patriarcado requiere formas de<br />

resistencia que enfaticen la curación y la reconciliación. La concepción occidental<br />

de la justicia, basada en la ley y el castigo, es totalmente patriarcal. Ya<br />

los primeros códigos legales definían a las mujeres como propiedades, y las<br />

leyes fueron escritas para hombres que ostentaran bienes, que a su vez fueron<br />

socializados para no tratar con emociones; “los delitos” eran corregidos a<br />

través del castigo más que mediante la reconciliación. Y es más, al patriarcado<br />

no lo sostiene una elite poderosa que deba defenderlo por la fuerza, sino<br />

que lo sostiene todo el mundo.<br />

Dado que la distribución del poder dentro del patriarcado es mucho<br />

más difusa que en el estado o en el capitalismo (por ejemplo, un General que<br />

asesora a una empresa armamentística, posee un poder significativo dentro<br />

del estado y del capitalismo, pero no extrae específicamente del patriarcado<br />

mucho más poder que cualquier otro hombre, excepto quizás el de representar<br />

un rol modélico de virilidad), luchar contra los poderosos o máximos responsables<br />

juega un papel mucho más pequeño. En su lugar, las personas<br />

debemos construir una cultura que nos permita tener una identidad propia en<br />

términos de género y que nos apoye mientras construimos relaciones saludables<br />

y sanamos de generaciones de violencia y trauma. Esto es perfectamente<br />

compatible con el entrenamiento en autodefensa para mujeres y gente<br />

transgénero y ataca a las instituciones económicas, culturales y políticas que<br />

ejemplifican el patriarcado o son responsables de una forma especialmente<br />

26<br />

El periodo postmoderno, de acuerdo con Paul Virilio, corresponde “la era del<br />

súbito final de la industrialización, a toda la destrucción global ocacionada por<br />

el progreso”. Debemos sobrepasar la postmodernidad complaciente y deshacer<br />

tal progreso. La civilización es el fundamento que decide todo el resto.<br />

Como Freud anotara, “existen dificultades en la adaptación a la naturaleza de<br />

la civilización, la cual no dará el paso a ningún intento de reformarla”. Las “dificultades”<br />

provienen del origen de la civilización, como la renuncia forzada del<br />

Eros y de la libertad de los instintos; estas “dificultades” que, como Freud anticipó,<br />

producirán un estado de neurosis universal.<br />

Freud también se refirió al “sentido de culpa producido por la civilización en la<br />

cual se deposita un gran volumen del inconsciente, o aparece como un tipo<br />

de malestar, insatisfacción”. La magnitud del crimen llamado civilización explica<br />

la enorme cantidad de culpa acumulada, especialmente desde que la continua<br />

repromulgación del crimen u ofensa -la curvatura de la libertad de los<br />

instintos- es necesaria para mantener la coerción y la destructividad que la<br />

caracteriza.<br />

Spengler, Tainter y muchxs otrxs comparten la idea de que el colapso es inherente<br />

a las civilizaciones. Puede ser que estemos acercándonos al colapso de<br />

esta civilización más rápido de lo que podemos asimilarlo, con resultados casi<br />

inimaginables. ¿Será posible que junto con ver la rápida degradación del<br />

mundo físico, no veamos también la desintegración del sistema de símbolos<br />

de la civilización occidental? Es posible mostrar lo creíble del hundimiento de<br />

aquello sometido al dominio de la tecnología y el capital de muchas formas.<br />

Weber, por ejemplo, identificó la desfiguración o marginalización de las sensibilidades<br />

ético personales como la consecuencia más significativa del proceso<br />

de desarrollo moderno.<br />

El listado de los crímenes es virtualmente infinito. El interrogante es: si una<br />

vez que la civilización haya caído, nos reciclaremos en otra variante del crimen<br />

original.<br />

Este nuevo movimiento responde con su negativa. Lxs primitivistas obtienen<br />

fuerzas de la convicción de que -aún sin importar lo cruda que se haya convertido<br />

nuestra vida en los últimos diez mil años- durante los casi dos millones<br />

de años que habitamos el planeta la vida humana parece haber sido en<br />

verdad saludable y auténtica. Nos estamos desplazando, quienes formamos<br />

parte de esta corriente antiautoritaria, en la dirección del naturalismo primitivo,<br />

y contra una totalidad que nos aleja de esa condición.<br />

Como bien lo plantea Dario Fo, “Lo mejor de hoy es esta brisa y este fantástico<br />

sol -esos jóvenes que se organizan alrededor de todo el planeta”-. Otra<br />

59


lismo tecnológico y la pérdida de significado en la sociedad nunca ha sido<br />

entendida muy bien por lxs postmodernistas.<br />

Nacido tras la derrota de los movimientos sociales de los años sesentas y de<br />

su empobrecimiento durante las décadas posteriores a la derrota y previas a<br />

la reacción, el postmodernismo es el nombre para la posteridad de sus monstruosos<br />

hechos. Alegres en aceptar el presente como una tecnonatura y tecnocultura,<br />

Donna Haraway epitomiza alx postmodernx vencidx.<br />

La tecnología, parece ser que siempre estuvo; no hay razón para ubicarse<br />

afuera de su cultura; lo “natural” no es más que la perversa naturalización de<br />

la cultura. En resumen, no hay naturaleza que defender, “somos todos<br />

cyborgs3.” Esta instancia es obviamente en beneficio de la guerra contra la<br />

naturaleza; específicamente, de aquellas contra las mujeres, las culturas indígenas,<br />

las especies en extinción; es decir: contra toda forma de vida no creada<br />

artificialmente.<br />

Para Haraway, la próstesis tecnológica “se convierte en una categoría fundamental<br />

para entender nuestro más íntimo ser” en el proceso de fusionarnos<br />

con la máquina. “La tecnociencia es inequívocamente para nosotros ciencia”.<br />

Sin sorprendernos la escritora increpa a quienes resisten a la ingeniería genética,<br />

con la advertencia de que el mundo está demasiado “desordenado,<br />

sucio” para veredictos simplistas sobre las prácticas de tecnociencia. En verdad,<br />

oponerse a eso es algo “estúpido” y “reactivista”.<br />

Lamentablemente son demasiadxs lxs que siguen su senda de capitulación<br />

ante el periplo mortal al que hemos sido forzados. Daniel R. White escribe, en<br />

forma increíble, sobre “una rúbrica postmoderna-ecológica” cuyos pasos<br />

sobrepasan la contradicción entre opresor y oprimido. Para luego reflexionar,<br />

haciendo eco a lo dicho por Haraway, que “todos nos estamos convirtiendo en<br />

cyborgs”. “¿Qué tipo de criatura nos gustaría ser? ¿ Es que acaso queremos<br />

ser realmente criaturas? ¿No sería mejor ser máquinas? ¿En qué tipo de<br />

máquinas nos convertiremos?”.<br />

Michel Foucault fue, obvio es decirlo, la figura clave del postmodernismo, y su<br />

influencia no ha sido para nada liberadora. Foucault termina perdiendo el<br />

camino cuando habla sobre el poder. Concluye afirmando que el poder está<br />

en todas partes y en ninguna. Este argumento facilitó la noción de lo postmoderno,<br />

oponiéndolo a la noción de opresión por encontrarla anticuada. Más<br />

específicamente, Foucault terminó diciendo que resistirse a la tecnología es<br />

inútil, y que además las relaciones humanas no tenían otra escapatoria que<br />

ser tecnológicas.<br />

brutal del mismo. Matar a un policía que viola a trabajadoras sexuales o a personas<br />

transgénero sin techo; prenderle fuego a la oficina de una revista que<br />

conscientemente publicita un estándar de belleza que conduce a la anorexia<br />

y a la bulimia o secuestrar al presidente de una empresa que trafica con mujeres.<br />

Ninguna de dichas acciones priva de la construcción de una cultura de<br />

libertad. Sino que más bien es la gente con poder que conscientemente saca<br />

provecho del patriarcado, la que impide activamente la emergencia de esta<br />

cultura. Valorar relaciones más libres se complementa con una oposición militante<br />

a las instituciones que propagan relaciones explotadoras y violentas.<br />

Atacar a los más notables y probablemente incorregibles ejemplos del patriarcado<br />

es una manera de educar a la gente en la necesidad de una alternativa.<br />

La mayoría del trabajo requerido para superar el patriarcado probablemente<br />

será pacífico, centrado en la construcción de alternativas y la cicatrización de<br />

las heridas provocadas por éste. Pero una práctica pacifista que olvida el uso<br />

de cualquier otra táctica deja sin opción a la gente que necesita protegerse de<br />

la violencia aquí y ahora.<br />

En el caso de la violación y otras formas de violencia contra las mujeres,<br />

la no violencia implica las mismas lecciones que el patriarcado nos ha<br />

enseñado durante milenios: glorificar la pasividad -“poner la otra mejilla” y<br />

“dignificar el sufrimiento”- frente a la opresión. Todas las historias, mandamientos,<br />

parábolas y leyes contenidas en el Antiguo Testamento, uno de los<br />

textos más lúcidos que define cómo conservar y poner en práctica el patriarcado,<br />

aconsejan a las mujeres sufrir pacientemente la injusticia y rezar para<br />

que la divina Autoridad intervenga. (Esta prescripción es parecida a la fe que<br />

tiene el pacifismo en que los medios de comunicación diseminen imágenes<br />

del sufrimiento dignificado para motivar a las autoridades a que ejecuten la<br />

justicia). Dado que el patriarcado prescribe claramente una violencia masculina<br />

unilateral, las mujeres estarían interrumpiendo esta dinámica de poder, no<br />

reforzándola, sino reapropiándose de su capacidad de ejercer violencia. En<br />

este sentido, el hecho de que las mujeres reclamen la habilidad y el derecho<br />

al uso de la fuerza no pone fin por sí mismo al patriarcado, pero es una condición<br />

necesaria para la liberación de género, así como una forma útil de<br />

empoderamiento y de protección a corto plazo.<br />

Las pacifistas y las feministas reformistas han señalado a menudo<br />

que son las personas que practican el activismo militante las que son sexistas.<br />

En muchos casos específicos, dicha acusación ha sido válida. Pero la crítica<br />

frecuentemente se extiende a sugerir que el uso activista de la violencia<br />

es sexista en sí mismo, masculino, o por lo menos privilegiado. Como Laina<br />

Tanglewood explica: “Algunas ‘feministas’ recientes critican que el anarquismo<br />

ha condenado a la militancia a ser sexista y a no incluir a las mujeres...<br />

Esta idea es en realidad la más sexista.” Otras anarquistas señalan que “De<br />

hecho, la masculinización de la violencia, con su velada concomitancia sexis-<br />

58 27


ta y la feminización de la pasividad, realmente se debe más a aquellas personascuya<br />

noción del cambio no incluye la revolución o la aniquilación del<br />

Estado.” De igual forma, ¿qué noción de libertad no incluye la capacidad de<br />

las mujeres para defenderse a sí mismas? Respondiendo a la suposición de<br />

que las mujeres sólo pueden ser protegidas por unas amplias estructuras<br />

sociales, la activista Sue Daniels nos recuerda: “Una mujer puede deshacerse<br />

de un atacante por sí misma... No es en absoluto cuestión de quién sea<br />

físicamente más fuerte; es una cuestión de entrenamiento.” The Will to Win!<br />

Women and Self-Defense, un panfleto anónimo, añade lo siguiente: “Es ridículo<br />

que halla tantas organizaciones de apoyo y orientación para mujeres que<br />

han sido violadas, atacadas y maltratadas, y apenas ninguna que trabaje para<br />

preparar y prevenir que estas cosas sucedan. Debemos rechazar ser víctimas<br />

y deshechar la idea de que debemos someternos a nuestros agresores para<br />

mantenernos alejadas de una violencia aún más extrema. En realidad, someternos<br />

a nuestros agresores sólo contribuirá a una violencia futura contra<br />

otras”.<br />

La idea de que la violencia es masculina, o que el activismo revolucionario<br />

excluye necesariamente a las mujeres, queers y gente trans está,<br />

como otras premisas de la no violencia, basada en un olvido histórico. Se<br />

ignoran las mujeres nigerianas ocupadas en sabotear los yacimientos de<br />

petróleo; las mujeres mártires de la intifada palestina; las guerreras queer y<br />

transgénero de la Stonewall Rebellion; las miles de mujeres que lucharon con<br />

el Vietcong; las mujeres líderes de la resistencia Nativa al genocidio europeo<br />

y norteamericano; Mujeres Creando, un grupo de anarco-feministas de<br />

Bolivia; las sufragistas británicas que generaron disturbios y lucharon contra<br />

la policía. Se olvidan también las mujeres que ocuparon los más altos niveles<br />

de liderazgo al frente del Black Panther Party, las zapatistas, las Weather<br />

Underground, y otros grupos militantes. La idea de que defenderse de algún<br />

modo excluye a las mujeres es absurdo. Ni siquiera la historia del blanco y<br />

pacificado “Primer Mundo” lo corrobora, porque ni el patriarcado más efectivo<br />

que pudiéramos imaginar jamás sería capaz de impedir que toda la gente<br />

transgénero y todas las mujeres lucharan de manera militante contra la opresión.<br />

La gente partidaria de la no violencia que hace una limitada excepción<br />

con la autodefensa porque reconoce hasta qué punto es erróneo decir que las<br />

personas oprimidas no pueden o deben protegerse a sí mismas, no tiene<br />

estrategias viables para tratar con la violencia sistémica. ¿Sirve la autodefensa<br />

para defenderse de un marido maltratador, pero no para hacer saltar por<br />

los aires una fábrica emisora del dióxido que intoxica tu leche materna? ¿Qué<br />

hay acerca de una campaña más coordinada para destruir la empresa a la<br />

que pertenece la fábrica y es responsable de liberar los contaminantes? ¿Es<br />

autodefensa matar al general que envía a los soldados que violan a las muje-<br />

28<br />

debemos permanecer ciegxs a la riqueza multisensorial, a la diversidad y a la<br />

proximidad que la tecnología resta de nuestras vidas. El ciberespacio promete<br />

conexión, poder y variedad a las personas -que nunca habían estado tan<br />

aisladas, tan faltas de poder y estandarizadas-. En cada investigación se confirma<br />

que incluso unas pocas horas en internet producen los efectos antes<br />

mencionados. Pero la tecnología también sirve para extender el lugar de trabajo,<br />

a través de diversos aparatos electrónicos: como teléfonos portátiles o<br />

beepers, y el correo electrónico mantiene a millones “en servicio” sin importar<br />

la hora o el lugar.<br />

¿Cuál es el ethos cultural que ha irrumpido de criticismo y resistencia ante la<br />

legitimación de lo ilegítimo? El postmodernismo ha alcanzado finalmente el<br />

nadir de su bancarrota moral e intelectual.<br />

El postmodernismo<br />

Seyla Benhabib nos provee de una versión completa del pensamiento en tres<br />

hipótesis:<br />

“la muerte del hombre entendido como la muerte de su autonomía, del sujeto<br />

autoreflexivo, capaz de actuar bajo principios; la muerte de la historia, entendida<br />

como la ruptura del interés espistémico en la historia de la lucha de los<br />

grupos que construyen sus narrativas del pasado; la muerte de la metafísica,<br />

entendida como la imposibilidad de criticar o legitimizar instituciones, prácticas<br />

y tradiciones sino a través de la eminente apelación a la autolegitimación<br />

de las narrativas menores”.<br />

Marshall Berman encapsula el postmodernismo como “una filosofía de la desesperanza,<br />

enmascarada como moda intelectualoide radical. (…) es la contrapartida<br />

del colapso de la civilización que nos rodea”.<br />

Lxs postmodernistas defienden la diversidad, diferencia y hetereogeneidad, y<br />

escogen ver una realidad fluida e indeterminada. Un paralelo a esta actitud es<br />

el movimiento de productos no perecibles, que circulan vacíos de significado<br />

en el goblalizado ritmo consumista de comida chatarra. El postmodernismo<br />

insiste en la superficie y se esmera en desacreditar cualquier noción de autenticidad.<br />

Ningún significado es aceptado. Universalidades de todo tipo son despreciadas<br />

en favor de una supuesta particularidad. Por otro lado, el significado de<br />

una tecnología homogeneizante y universal no sólo no se<br />

cuestiona sino que se acepta como inevitable. La conexión entre el imperia-<br />

57


al estado de cosas reinante, ciego a la real colonización de la vida moderna<br />

e incluso menos crítico y descriminatorio que sus trabajos anteriores. Hardt y<br />

Negri hablan por su parte en forma bastante directa: “Seríamos anarquistas si<br />

no tuviesemos que ponunciarnos (…) desde el punto de vista de una materialidad<br />

constituida en las redes de cooperación productiva, en otras palabras,<br />

desde la perspectiva de una humanidad que es contruida productivamente<br />

(…) No, no somos anarquistas sino comunistas”. Animosamente, y para clarificar<br />

este punto, Jesús Sepúlveda observa en un texto complementario a su<br />

ensayo El Jardín de las peculiaridades2 (2002) “la anarquía, los movimientos<br />

sociales y los movimientos indígenas luchan contra el orden civilizado y sus<br />

prácticas de estandarización”.<br />

No todos los anarquistas subscriben la ola de suspicacias acerca de la tecnología<br />

y la civilización. Noam Chomsky y Murray Bookchin –actualmente fallecido-,<br />

en los Estados Unidos, por ejemplo, se aferran al concepto tradicional<br />

de desarrollo progresivo. El corazón marxista del anarcosindicalismo tipifica<br />

esta adhesión y se disipa entre sus camaradas de izquierda.<br />

Marx, que sabía muy bien sobre el impacto del proceso productivo y su curso<br />

destructivo como división del trabajo, no obstante creyó -o quiso creer- que la<br />

dinámica tecnológica debilitaría al capitalismo. Sin embargo”no todo lo que es<br />

sólido” se va a “derretir en el aire”; por el contrario, se convierte en lo que<br />

siempre fue. Y esto es tan cierto para la civilización como para el capitalismo.<br />

La civilización tiene hoy la forma que la tecnología le asigna, inseparable del<br />

resto del orden social -el paisaje mundial del capital-y encarna y expresa sus<br />

más profundos valores. “Nos queda solamente la condición tecnológica”, concluye<br />

Heidegger, cuya formulación fue en sí suficiente para exponer el mito de<br />

la supuesta “neutralidad” de la tecnología.<br />

Desde el origen de la división del trabajo hasta la actualidad, la tecnología ha<br />

sido una hipótesis, reprimida como un objeto de cuidado. Al punto que la tecnologización<br />

generalizada caracteriza el mundo y representa el aspecto más<br />

dominante de la vida moderna. Pero el velo se ha levantado. La colonización<br />

tecnológica -invasora de la vida cotidiana- y el sistemático desplazamiento del<br />

medio físico no pueder ser ignorados u ocultados. Un vendaval de interrogantes<br />

lo emplazan.<br />

La salud es uno de ellas, en la medida que somos testigos del resurgimiento<br />

y multiplicación de enfermedades -cada vez más resistentes a la medicina<br />

industrial que proclama haberlas erradicado-. Los antidepresivos, por su<br />

parte, muestran el aumento de síntomas como la tristeza, la depresión, la<br />

ansiedad y la desesperación; mientras, al mismo tiempo, se supone que<br />

res en una zona de guerra? ¿O deben las pacifistas permanecer a la defensiva,<br />

sólo respondiendo a ataques individuales y sometiéndose a sí mismas a<br />

la inevitabilidad de tales ataques hasta que la táctica no violenta haga cambiar<br />

de alguna forma al general o provoque el cierre de la fábrica, en un futuro<br />

incierto?<br />

Aparte de proteger al patriarcado de la oposición militante, la no violencia<br />

también ayuda a preservar las dinámicas patriarcales dentro del movimiento.<br />

Una de las mayores premisas del presente activismo anti-opresión<br />

(nacido del deseo común de promover movimientos más libres y empoderados<br />

y de evitar el cuerpo a cuerpo ampliamente contenido por dinámicas de<br />

opresión y de descuido que invalidó las luchas de liberación de las generaciones<br />

previas) es que las opresivas jerarquías sociales existen y se reproducen<br />

a sí mismas en el comportamiento de toda persona y deben ser superadas<br />

tanto interna como externamente. Pero el pacifismo prospera evitando la<br />

autocrítica. La mayoría de nosotrxs estamos familiarizadxs con el estereotipo<br />

parcialmente justificado de la auto-complacencia, la auto-celebración de activistas<br />

no violentxs que “personifican el cambio que desearían ver en el<br />

mundo” hasta tal grado que en sus mentes ellxs personifican todo lo correcto<br />

y bonito. Un seguidor de una organización pacifista exclamó, en respuesta a<br />

críticas entorno al privilegio, que el líder de raza blanca y género masculino<br />

perteneciente a un grupo, posiblemente no podía ejercer un privilegio por ser<br />

blanco y por ser hombre ya que se trataba de una buena persona, como si la<br />

supremacía blanca y el patriarcado fueran asociaciones enteramente voluntarias.<br />

En tal contexto, ¿con qué facilidad podría un grupo con un liderazgo predominantemente<br />

masculino, entendido como la personificación del ideal no<br />

violento, a resultas de su participación en un impresionante número de huelgas<br />

de hambre y sentadas, ser movilizado contra comportamientos opresivos,<br />

contra la transfobia o contra el abuso sexual?<br />

La tendencia del pacifismo a evitar la autocrítica no es sólo típica, es<br />

funcional. Cuando tu estrategia para vencer proviene de “capturar y mantener<br />

la superioridad moral como una ventaja frente a nuestros oponentes” es necesario<br />

retratarte a ti mismx como moral y a tu enemigo como inmoral. No cubrir<br />

fanatismos y dinámicas opresivas frente a líderes y miembros del grupo es<br />

simplemente contraproducente para tu estrategia escogida. Cuánta gente<br />

sabe que Martin Luther King Jr. trató a Ella Baker (quien es la responsable<br />

general de la construcción de la -Southern Christian Leadership Conference<br />

[SCLC], mientras King era todavía inexperto como organizador) como a su<br />

secretaria; y se rió en la cara de algunas mujeres de la organización cuando<br />

sugirieron que el poder y el liderazgo deberían ser compartidos; dijo además<br />

que el rol natural de las mujeres era la maternidad, y que ellas, desafortunadamente,<br />

se veían “forzadas” a ocupar las posiciones de “maestro” y “líder”; y<br />

echó a Bayard Rustin de su organización porque Rustin era gay? Pero enton-<br />

56 29


ces, ¿por qué estos factores, ampliamente disponibles cuando convertimos a<br />

King en un icono, conllevarían el encubrir tales faltas retratándolo como un<br />

santo? Para el activismo revolucionario, de todos modos, la victoria llegará a<br />

través del empoderamiento y del uso de mejores estrategias para combatir el<br />

estado y sobrevivir a la represión. Tal vereda requiere constante evaluación y<br />

autocrítica.<br />

A menudo preexisten asunciones sexistas que pintan a los grupos<br />

militantes más sexistas de lo que en realidad son. Por ejemplo, las mujeres<br />

eran, efectivamente, excluidas de las posiciones de liderazgo en el SCLC de<br />

King, cuando por el contrario las mujeres (por ejemplo, Elaine Brown) a veces<br />

alcanzaron las más altas posiciones en el Black Panther Party [BPP]. Aún así<br />

es el BPP, y no el SCLC, el que se alzó como el paradigma del machismo.<br />

Kathleen Cleaver lo refutó cuando dijo: “En 1970, el BPP tomó una posición<br />

formal en la liberación de la mujer. ¿Hizo el congreso de los Estados Unidos<br />

la más mínima declaración acerca de la liberación de la mujer?”<br />

Frankye Malika Adams, otra Pantera, dijo: “Las mujeres organizaron<br />

bastante la BPP. No sé cómo consiguieron ser un partido de hombres o pensaron<br />

como si lo fueran)”. Resucitando una historia más rigurosa del Black<br />

Panther Party, Mumia Abu Jamal documenta que fue, de alguna forma, “un<br />

partido de mujeres”. No obstante, el sexismo persistió entre los Panteras,<br />

como persistió en cualquier ambiente revolucionario, y en cualquier otro segmento<br />

de la sociedad patriarcal de hoy en día. El patriarcado no puede ser<br />

destruido de la noche a la mañana, pero puede ser gradualmente vencido por<br />

grupos que trabajan para destruirlo. El activismo debe reconocer al patriarcado<br />

como el principal enemigo y abrir espacios en los movimientos revolucionarios<br />

para mujeres, gente queer y gente transgénero para constituirse como<br />

fuerzas creativas a la hora de dirigir, asesorar y reformular la lucha (mientras<br />

también se da apoyo a los esfuerzos de los hombres para entender y contrarrestar<br />

nuestra propia socialización). Una evaluación honesta muestra que no<br />

importan nuestras intenciones, queda mucho trabajo por hacer para liberar el<br />

movimiento del control de las manos de los hombres y para encontrar formas<br />

más saludables y reconfortantes para tratar con patrones de abuso en las<br />

relaciones, sociales o sexoafectivas entre miembrxs del movimiento.<br />

Casi todas las discusiones tácticas o estratégicas en las que he participado,<br />

fueran éstas militantes o pacifistas, han sido atendidas y dominadas<br />

abrumadoramente por hombres. Lejos de mantener que las mujeres y la<br />

gente transgénero son de algún modo incapaces de participar en un amplio<br />

espectro de opciones tácticas (o incluso de discutirlas), haríamos bien en<br />

recordar las voces de aquellas que han luchado -violentamente, de manera<br />

desafiante, efectivamente- como revolucionarias. Con este fin: Mujeres<br />

Creando es un grupo anarco-feminista de Bolivia. Sus componentes se han<br />

dedicado a campañas de grafitis y campañas antipobreza. Protegen a la<br />

lización aparececería recién alrededeor de 9.000 años atrás. Un lapso empequeñecido<br />

por las miles de generaciones humanas que disfrutaron lo que se<br />

podría llamar estado natural de anarquía. La ortodoxia general en la literatura<br />

antropológica, incluyendo los textos universitarios, retrata la vida fuera de<br />

la civilización como aquella donde se goza de mucho tiempo para el ocio, un<br />

modo igualitario de distribución de comida y convivencia, relativa autonomía<br />

e igualdad de sexos y ausencia de violencia institucionalizada.<br />

Lxs humanxs usaban el fuego para cocinar vegetales fibrosos hace dos millones<br />

de años, y navegaron en altamar por lo menos 800. 000 años atrás.<br />

Tenían un nivel de inteligencia igual al nuestro y disfrutaban de una esplendorosa,<br />

pacífica adaptación al mundo natural como nunca la hemos vuelto a ver.<br />

Allí donde los textos de estudio solían hacer la pregunta retórica de por qué<br />

el homo sapiens se demoró tanto en adoptar la domesticación y la agricultura,<br />

ahora se interrogan sobre las razones reales de haberlo hecho.<br />

A medida que los frutos tanto negativos como terminales de la tecnología se<br />

tornan más nítidos, el viraje hacia una política anticivilización, luddista, cobra<br />

cada vez más sentido. No sorprende detectar su influencia, por ejemplo, en la<br />

jornada de protesta masiva en Genova -contra el G8, o grupos de los ocho<br />

países más poderosos-, en julio de 2001. Más de 300.000 manifestantes se<br />

apoderaron de las calles dejando un saldo de <strong>50</strong> millones de US$ en daños.<br />

El gobierno italiano responsabilizó al Bloque negro anarquista, y particularmente<br />

a su concepción primitivista, por el elevado nivel de manifestación.<br />

Una tarea urgente<br />

¿Cuánto tiempo más tenemos para hacer algo para salvar la biósfera y la<br />

humanidad? Las viejas ideas son equivalentes a sus deacreditados esfuerzos<br />

por liderar este mundo, convertido en una red masificada de producción y<br />

extrañamiento. Lxs anarquistas verdes o primitivistas prefieren la tesis de una<br />

comunidad radical y descentralizada donde se conozcan cara a cara, basándose<br />

más en lo que la naturaleza pueda darnos y no en qué tan definitiva<br />

pueda ser la dominación de la naturaleza. Nuestra visión, por razones más<br />

que obvias, se enfoca contra el dominio de la tecnología y el capital.<br />

La izquierda ha fracasado monumentalmente, en términos del individuo y en<br />

términos de la naturaleza. Al mismo tiempo, la distancia entre la izquierda y el<br />

nuevo movimiento anarquista se amplía. Pierre Bourdieu y Richard Rorty, por<br />

citar un ejemplo, esperaron absurdamente por un conexión rejuvenecida entre<br />

intelectuales y sindicatos, como si esta quimera pudiera de alguna forma cambiar<br />

algo al nivel básico. Jurgen Habermas -Between Facts and Norms-<br />

(Jurgen Habermas, Entre hechos y normas) produce una suerte de apología<br />

30 55


protestatario del Primer Mundo y las luchas de los pueblos indígenas para<br />

mantener su integridad contra el capital usurpador y la tecnología.<br />

Todo ello nos plantea una interrogante de suma importancia sobre este movimiento<br />

y su “amenazante” conexión con los siglos de luchas contra el imperio<br />

en el mundo aún no industrializado. Es decir: si tiene una<br />

orientación anarquista en ascenso, ¿en qué consiste este anarquismo?<br />

Creo que es perfectamente claro que se está convirtiendo en algo que no<br />

forma parte de la izquierda tradicional. Hasta ahora los movimientos modernos<br />

anticapitalistas aceptan en sus bases constitutivas la expansión de los<br />

medios de producción y la continuidad del desarrollo tecnológico. Hoy surge<br />

una negación explicita a esta orientación produccionista. En consecuencia, se<br />

trata del ascenso de una nueva tendencia anarquista.<br />

El movimiento anarco-primitivista -o simplemente primitivista- entiende que<br />

para develar las razones de la sombría realidad actual, se requiere una auscultación<br />

de las instituciones que universalmente se han dado por indiscutibles.<br />

A pesar de que lo posmoderno proscribe la investigación crítica sobre el<br />

origen de estas instituciones, la nueva perspectiva anarquista plantea incluso<br />

a la división del trabajo y la domesticación como causas fundamentales de la<br />

precariedad que gravita sobre nuestra existencia.<br />

La tecnología -es decir un sistema basado en una mayor división del trabajo<br />

y especialización- es también el motor de una cada vez más poderosa tecnologización<br />

de las condiciones de vida en el mundo. La civilización, que llega<br />

cuando la división del trabajo alcanza la etapa en que produce domesticación,<br />

es vista a su vez como muy problemática. En todas partes a lo largo de la historia<br />

la domesticación de animales y plantas fue asumida como algo obvio, en<br />

la actualidad esta lógica se observa con mayor detención. Detenernos, por<br />

ejemplo, en el significado de las expresiones ingeniería genética y clonación<br />

humana, es comnprenderlas como parte implícita del movimiento hacia la<br />

dominación de la naturaleza, es decir, la domesticación. Aunque resulte evidente<br />

que este alcance crítico despierte más interrogantes de los que responde,<br />

el desarrollo de una conciencia anarquista que se enfila hacia respuestas<br />

definitivas no puede retroceder.<br />

No se puede volver a la vieja, fallida izquierda. En este punto ¿quién no es<br />

capaz de darse cuenta que algo distinto se necesita con urgencia?<br />

Una de las fuentes de inspiración de la anarquía primitivista es el cambio<br />

paradigmático, notorio en las últimas décadas, de los estudios de antropología<br />

y arqueología en relación a la vida social durante la “prehistoria”. La civi-<br />

gente de la violencia policial durante las manifestaciones. En su acción más<br />

dramática, se armaron con cócteles molotov y cartuchos de dinamita y ayudaron<br />

a un grupo de granjeros indígenas a tomar un banco para demandar que<br />

les perdonaran la deuda que les estaba matando de hambre a ellxs y a sus<br />

familias. En una entrevista, Julieta Paredes, una miembro fundadora,<br />

explica los orígenes del grupo: “Mujeres Creando es una “locura” iniciada por<br />

tres mujeres [Julieta Paredes, María Galindo y Mónica Mendoza] desde la<br />

arrogante, homofóbica y totalitaria izquierda de la Bolivia de los ochenta... La<br />

diferencia entre nosotras y aquellos que hablan acerca del derrocamiento del<br />

capitalismo es que todas sus propuestas para una nueva sociedad provienen<br />

del patriarcado de izquierda. Como feministas, en Mujeres Creando queremos<br />

revolución, un cambio real del sistema... He dicho ya antes y quiero repetir<br />

que no somos anarquistas por Bakunin o la CNT, sino más bien por nuestras<br />

abuelas, y esta es una hermosa escuela de anarquismo”<br />

Sylvia Rivera, una drag queen puertorriqueña, habló acerca de su<br />

participación en la rebelión de Stonewall en 1969, provocada tras la redada<br />

policial, en el Stonewall Bar en Greenwich Village de la ciudad de Nueva York,<br />

con el fin de acosar a la clientela trans y queer.<br />

“No aceptaremos más mierda de ésta. Hemos hecho mucho por otros movimientos.<br />

Llegó el momento. En primera línea estaban los gays de las calles<br />

de Village y la gente sin techo que vivía en el parque de Sheridan Square frente<br />

al bar, después las drag queens y todo el mundo detrás nuestro... Estoy<br />

encantada de haber estado en los disturbios de Stonewall. Recuerdo que<br />

cuando alguien lanzó un cóctel Molotov, pensé:’¡Dios mío, la revolución finalmente<br />

está aquí!’ Siempre creí que tendríamos que defendernos. Estaba<br />

segura de que nos defenderíamos. Solo que no sabía que iba a ser esa<br />

noche. Estoy orgullosa de mí misma por haber estado allí aquella noche. Si<br />

me hubiera perdido ese momento, me habría sentido de algún modo dolida<br />

porque fue entonces cuando vi cómo cambiaba el mundo para mí y para mi<br />

gente. Aunque claro, todavía queda ante nosotras un largo camino por recorrer”.<br />

Ann Hansen, una revolucionaria canadiense, cumplió siete años de<br />

condena en prisión por estar involucrada en 1980 en los grupos clandestinos<br />

Direct Action y la Wimmin’s Fire Brigade, que, entre otras acciones, pusieron<br />

una bomba en la fábrica de Litton Systems (fabricante de componentes para<br />

misiles navales) y lanzaron bombas incendiarias en una cadena de tiendas de<br />

pornografía que vendía vídeos retratando violaciones. De acuerdo con<br />

Hansen: “Hay muchas formas diferentes de acción directa, algunas más efectivas<br />

que otras en diferentes momentos de la historia, pero en conjunción con<br />

otras formas de protesta la acción directa puede hacer más efectivo el movimiento<br />

por el cambio abriendo caminos de resistencia que no son ni fácilmente<br />

absorbidos ni fácilmente controlables para el estado. Desgraciadamente, la<br />

54 31


gente dentro del movimiento debilita sus propias acciones cuando fracasa en<br />

el entendimiento y el apoyo de las diversas tácticas disponibles... Nos hemos<br />

vuelto pacíficxs”.<br />

Emma Goldman, nacida en Rusia, -la anarquista americana más<br />

famosa-, participó en el intento de asesinato del empresario del acero Henry<br />

Clay Frick en 1892; partidaria de la Revolución Rusa y una de las primeras<br />

críticas con el gobierno leninista, escribe así acerca de la emancipación de las<br />

mujeres: “La historia nos cuenta que toda clase oprimida se gana la verdadera<br />

liberación de sus amos a través de sus propios esfuerzos. Es necesario<br />

que la mujer aprenda esta lección, que se dé cuenta de que no alcanzará su<br />

libertad hasta que alcance el poder para realizarla”.<br />

Mollie Steimer fue otra inmigrante anarquista rusa en América. Desde<br />

muy joven, Steimer trabajó con Frayhayt, un periódico anarquista en yiddish<br />

de Nueva York. En la portada del mismo aparece este lema: “La única guerra<br />

justa es la revolución social”. Desde 1918 en adelante, Steimer fue arrestada<br />

y encarcelada repetidamente por hablar claro en contra de la Primera Guerra<br />

Mundial o en apoyo de la Revolución Rusa, que, en aquel tiempo, antes de la<br />

consolidación leninista y las purgas, tenía un componente significativamente<br />

anarquista. En un juicio declaró: “Para el cumplimiento de esta idea (el anarquismo),<br />

consagraré toda mi energía y, si es necesario, daré mi vida por ello”.<br />

Steimer fue deportada a Rusia y luego encarcelada<br />

por los Soviets por su apoyo a lxs anarquistas presxs allí.<br />

Anna Mae Pictou-Aquash fue una mujer Mi’kmaq y una activista del<br />

American Indian Movement (AIM). Después de enseñar y orientar a la juventud<br />

Nativa, y “trabajar con las Boston’s African American and Native American<br />

Communities”, se unió a la AIM y se involucró en la ocupación de 71 días del<br />

Wounded Knee en la reserva de Pine Ridge en 1973. En 1975, en relación a<br />

un periodo de brutal represión, durante el cual al menos 60 miembros y partidarixs<br />

de la AIM fueron asesinadxs por paramilitares equipados por el FBI,<br />

Pictou Aquash estuvo presente en un tiroteo en el que dos agentes del FBI<br />

fueron asesinados. En noviembre de 1975, fue declarada fugitiva por evadir<br />

comparecencias ante el juzgado con los cargos de tenencia de<br />

explosivos. En febrero de 1976, fue encontrada muerta con un disparo en la<br />

nuca; el forense apuntó como causa de la muerte “hipotermia”. Tras su fallecimiento,<br />

se supo que el FBI la había amenazado de muerte por no delatar a<br />

otrxs activistas del AIM. Durante toda su vida, Pictou-Aquash fue una activista<br />

y revolucionaria muy comprometida: “Esta gente blanca piensa que el país<br />

les pertenece -no se dan cuenta de que si están ahora en el cargo correcto<br />

es solamente porque son más numerosos-. El país entero cambió con sólo un<br />

puñado de peregrinxs harapientxs que vinieron aquí en 1<strong>50</strong>0. Se puede coger<br />

a un puñado de indixs harapientxs para hacer lo mismo; yo intenté ser unx de<br />

esxs indixs.”<br />

rápido crecimiento, así como con el ímpetu profundo del movimiento social<br />

rejuvenecido.<br />

Al mismo ritmo en que los signos vitales de la vida en el planeta empeoran a<br />

toda escala, las mentes brillantes debieran poner atención y buscar soluciones.<br />

Pero, en cambio, la mayor parte de ellas encuentra infinitos modos de<br />

ponderar la paralizante dicotomía civilización versus naturaleza, incapaces de<br />

llegar a una conclusión por lo demás inevitable. Durante la modernidad, un<br />

puñado de individuos perspicaces comenzó este cuestionamiento.<br />

Horkheimer concluye que la dominación de la naturaleza -y de los humanos,<br />

en consecuencia- es la razón instrumental que conlleva tal dominación y proviene<br />

de las “capas más profundas de la civilización”. Bataille comprende que<br />

“en el mismo movimiento con que el individuo niega la madre naturaleza, abre<br />

el camino a la subyugación”.<br />

Por fin la necesaria reacción<br />

Después de casi 30 años de ausencia vemos renacer los movimientos sociales.<br />

Impulsados e informados por la crisis planetaria, alcanzan una profundidad<br />

de comprensión y análisis más aguda que la de aquellos les precedieron<br />

en los años sesentas. Para usar el término adecuado, este nuevo movimiento<br />

es por esencia “anarquista”. Fue partir de noviembre de 1999, cuando la<br />

protesta militante contra la Organización Mundial del Comercio (OMC) irrumpió<br />

en las calles de Seattle (EEUU), que la orientación antiglobalista de la<br />

lucha se hizo cada vez más evidente.<br />

“El anarquismo es la perspectiva dominante dentro del movimiento”, señaló<br />

Barbara Epstein, en 2001 en un artículo. Esther Kaplan lo documenta en<br />

febrero de 2002. Escribe:”desde que pasaron los hechos de Seattle, cada vez<br />

más activistas, sin mucha fanfarria, se han ido identificando explícitamente<br />

como anarquistas, mientras que los colectivos con esa perspectiva brotan por<br />

todas partes (…) El grupo marginal anarquista está convirtiéndose en el centro<br />

mismo del movimeinto”. David Graeber lo expresa sucintamente: “El anarquismo<br />

es el corazón del movimiento, su alma; la fuente de la mayoría de lo<br />

que es nuevo y esperanzador”.<br />

Henry Kissinger calificó las protestas de 1999/2000 como “señales de alerta”<br />

de un “peso político potencial” en los países industrializados del Tercer<br />

Mundo, y tambien como una amenaza al sistema mundial. El informe de la<br />

CIA Global Trends 2015 (Tendencias globales 2015), que se hiciera público en<br />

la primavera de 2000, predice que el mayor obstáculo a la globalización en el<br />

nuevo milenio provendrá de la probable acción conjunta entre el movimiento<br />

32 53


Se informa que el volumen de conocimientos se duplica casi cada cinco años;<br />

sin embargo en este mundo crecientemente tecnificado y homógeneo la<br />

“siempre eterna” realidad sigue adelante sin objeción, al menos hasta ahora.<br />

En la novela de Michel Houellebecq de 1998, Les Particules Elémentaires -un<br />

bestseller en Francia- se captura la triste, desilusionada modernidad en la que<br />

la clonación viene a ser como una redención. La civilización en sí misma ha<br />

fracasado y la humanidad termina liquidándose sometida por completo a la<br />

dominación. No puede ser más a tono con el total fiasco y cínico zeitgeist postmoderno.<br />

La cultura de los símbolos atrofió nuestros sentidos, reprimió nuestra experiencia<br />

no mediatizada, y nos condujoó, como predijo Freud, a un estado de<br />

“infelicidad interna permanente”. Hemos sido rebajados y empobrecidos al<br />

punto que estamos forzadxs a preguntarnos porqué la actividad humana se<br />

ha vuelto tan hostil a la humanidad –sin mencionar su enemistad hacia otras<br />

formas de vida en el planeta-.<br />

Dos libros publicados hace poco: All Connected Now: Life in the First Global<br />

Civilization (Todos conectados ahora: la vida y la primera civilización global) y<br />

What Will Be: How the New World of Information Will Change Our Lives (El<br />

mundo de la informática cambiará nuestras vidas) expresan desde sus mismos<br />

títulos el sometimiento a una cada vez más estandarizada e infeliz problemática.<br />

Estos trabajos reflejan el agotamiento de la creatividad y la bancarrota<br />

moral de una era que la masiva deshumanización y la rampante destrucción<br />

de la naturaleza se producen con el objeto de alcanzar frutos en sus proyectos<br />

interrelacionados.<br />

Entre los años 1997 y 1998 -y por muchos meses- se vio en el cielo del sudeste<br />

asiático una humareda: el producto de cuatro millones de hectáreas de<br />

bosques quemados. Cuatro años después, en el este de Australia, cientos de<br />

incendios consumieron sus bosques durante varias semanas, después de<br />

que algunos adolescentes decidieran prenderles fuego. En EEUU los niveles<br />

de contaminación del agua de napas subterráneas y suelos aumentan por<br />

efecto de la concentración de antidepresivos en la orina humana. La alienación<br />

en la sociedad y el aniquilamiento de las comunidades de plantas y animales<br />

se suman a una macabra, trabada danza de violencia que amenaza la<br />

salud y la vida.<br />

La existencia progresivamente cosificada incapacita cualquier cosa o sujeto<br />

que ose ponerla en duda. ¿De qué otra manera podemos dar cuenta de la<br />

asombrosa naturaleza complaciente del posmodernismo, alérgica a cualquier<br />

interrogante sobre los elementos básicos que constituyen la malevolencia<br />

tecno-capitalista? Sin embargo las interrogantes emergen con un perfil de<br />

52<br />

Rote Zora (RZ) fue un grupo alemán de guerrilla urbana de feministas<br />

antiimperialistas. Junto a las aliadas Células Revolucionarias, llevaron a cabo<br />

más de doscientos ataques, mayoritariamente poniendo bombas, durante los<br />

70 y 80. Apuntaron hacia pornógrafos; empresas explotadoras; edificios<br />

gubernamentales; compañias que traficaban con mujeres para ser esposas,<br />

esclavas sexuales y trabajadoras domésticas; entre otras cosas. En una<br />

entrevista anónima, integrantes del Rote Zora explicaron: “las mujeres del RZ<br />

empezaron en 1974 poniendo una bomba en el Tribunal Supremo en<br />

Karlsruhe porque queríamos la abolición total de la ‘218’ (la ley del aborto)”. A<br />

la pregunta de si la violencia daña al movimiento tanto como sus bombas, respondieron:<br />

“Zora 1: ¡Que daña al movimiento! Hable en todo caso de la instalación<br />

de la represión. ¡Las acciones no dañan al movimiento! Todo lo contrario,<br />

pueden y deben apoyarlo de una forma directa. Nuestro ataque contra los<br />

traficantes de mujeres, por ejemplo, ayudó a exponer a la luz pública sus<br />

negocios, a amenazarlos, y ahora ellos saben que tienen que anticiparse a la<br />

resistencia de las mujeres si quieren seguir adelante con sus negocios. Estos<br />

“caballeros” saben que tienen que prever la resistencia. A esto lo llamamos el<br />

fortalecimiento de nuestro movimiento. Zora 2: Hace ya mucho tiempo que la<br />

estrategia de la contrarrevolución ha comenzado a dividir totalmente al ala<br />

radical del resto del movimiento aislándolos para debilitar al movimiento entero.<br />

En los 70 tuvimos la experiencia de lo que significa que sectores de la<br />

izquierda adopten la propaganda del estado, cuando empiezan a presentar a<br />

aquellxs que luchan de manera autónoma como lxs responsables del estado<br />

de persecución, destrucción y represión. No solo confunden la causa con el<br />

efecto, sino que implícitamente justifican el estado de terror. Por lo tanto, son<br />

ellxs mismos quienes debilitan sus propias posiciones. Estrechando el marco<br />

de las protestas y las resistencias...”. La entrevista prosiguió planteando la<br />

siguiente cuestión: “¿Como pueden las mujeres no autónomas, no radicales,<br />

entender lo que queréis? Las acciones armadas tienen un efecto “ahuyentador”.<br />

Zora 2: Quizás es temible que la realidad del día a día sea cuestionada.<br />

Las mujeres a las que desde pequeñas se les ha machacado la cabeza con<br />

la idea de que son víctimas se vuelven inseguras si tienen que enfren- tarse<br />

al hecho de que las mujeres ni son víctimas ni son pacíficas. Esto constituye<br />

una provocación. Aquellas mujeres que experimentan su falta de poder con<br />

rabia pueden identificarse con nuestras acciones. Dado que cada acto de violencia<br />

en contra de una mujer crea una atmósfera de amenaza contra todas<br />

las mujeres, nuestras acciones contribuyen, incluso si sólo apuntan al responsable<br />

individual, al desarrollo de una atmósfera de ‘¡La resistencia es posible!’”.<br />

Hay, sin embargo, mucha literatura feminista que niega los efectos<br />

empoderadores (e históricamente importantes) de la lucha militante en el<br />

movimiento de mujeres y en otros movimientos, ofreciendo en su lugar un<br />

33


feminismo pacifista. Las feministas pacifistas apuntan al sexismo y al machismo<br />

de ciertas organizaciones militantes de liberación, a las cuales deberíamos<br />

dirigirnos para que lo reconozcan. El argumentar en contra de la no violencia<br />

y en favor de una diversidad de tácticas no debería implicar en absoluto<br />

un acuerdo con las estrategias o culturas de grupos militantes del pasado<br />

(por ejemplo, la postura machista del Weather Underground o el anti-feminismo<br />

de las Brigatte Rosse). Pero el hecho de tomarnos seriamente estas críticas<br />

no impide que señalemos la hipocresía de las feministas que censuran<br />

encantadas el comportamiento sexista de lxs militantes y a la vez lo cubren<br />

cuando son pacifistas lxs que lo cometen -por ejemplo, deleitándose con el<br />

cuento de que Gandhi aprendió de su mujer la no violencia, obviando los<br />

inquietantes aspectos patriarcales de su relación.<br />

Algunas feministas van más allá de las críticas específicas y tratan de<br />

forjar un enlace metafísico entre el feminismo y la no violencia: esta es “la<br />

feminización de la pasividad” antes mencionada. En un artículo publicado en<br />

el periódico de Berkeley Peace Power Carol Flinders cita un estudio de los<br />

científicos de la Universidad de California (UCLA) afirmando que las mujeres<br />

están programadas hormonalmente para responder al peligro no con el mecanismo<br />

del “ataca o corre”, el cual se atribuye a los hombres, sino con el mecanismo<br />

de “cuida o entabla amistad”. De acuerdo con estos científicos, las<br />

mujeres, en un estado de amenaza, “calman a lxs niñxs, alimentan a todo el<br />

mundo, difuminan la tensión y conectan con otras mujeres”. Este tipo de ciencia<br />

sensacionalista ha sido una herramienta favorable para reconstituir el<br />

patriarcado mediante la supuesta prueba de la existencia de diferencias naturales<br />

entre hombres y mujeres; la gente está demasiado predispuesta a olvidar<br />

principios matemáticos básicos con tal de poder entregarse a un mundo<br />

tan bien ordenado. A saber, dividiendo arbitrariamente a la humanidad en dos<br />

partes (hombre y mujer) basadas en un número muy limitado de características<br />

invariablemente producirán diferentes resultados que funcionan como<br />

cánones para cada parte. La gente que no sabe que un resultado extraído a<br />

través de tal operación aritmética no expresa, sino que oscurece la diversidad<br />

de las partes, declara felizmente que dichas partes son categorías naturales<br />

y continúan haciendo sentir a la gente como antinatural y anormal si no encajan<br />

con el cánon de la parte que les corresponde (No quiera Dios que encajen<br />

con el resultado de la parte opuesta. ¡Hagamos una pausa para brindar<br />

por la imparcialidad de la Ciencia!). Pero Flinders no se contenta con detenerse<br />

aquí, con el estudio implícitamente transfóbico y esencializador del género<br />

de la Universidad de California. Prosigue hurgando en “nuestro remoto<br />

pasado pre-humano. Entre lxs chimpancés, nuestras más cercanas relaciones,<br />

los machos patrullan el territorio en el que las hembras alimentan a las<br />

crías... Las hembras raramente están en estos frentes; ellas se dedican más<br />

al típico cuidado directo de su descendencia.” Flinders afirma que esto mues-<br />

EL CREPÚSCULO DE LAS<br />

MÁQUINAS<br />

Ha pasado tiempo desde que W.H. Auden lo resumiera con estas palabras:<br />

“La situación de nuestra época nos persigue como en un crimen escalofriante”.<br />

En la actualidad la crisis se manifiesta y profundiza en todas las esferas.<br />

Las condiciones recrudecen y ninguna de las respuestas de antaño permanece<br />

ya en pie. Una amiga y vecina suele hablarme -con elocuencia y discernimiento-<br />

sobre el trato con lxs otrxs, aconsejando recordar que todxs tenemos<br />

en algún modo el corazón partido.<br />

¿Será posible que haya todavía quienes no sepan cuál es la dirección a la que<br />

el sistema mundial -y esta sociedad en particular- nos lleva? El calentamiento<br />

global, una de las funciones de la civilización industrial, liquidará la biosfera<br />

mucho antes que acabe este siglo. Las especies se extinguen en todo el<br />

planeta a un ritmo acelerado. Avanzan “zonas muertas” en el océano. El aire<br />

y el suelo son envenenados progresivamente, los bosques tropicales sacrificados<br />

y todo lo demás que deviene con ello.<br />

Niñxs, incluso de dos años, son medicados con antidepresivos; paralelamente<br />

los desórdenes emocionales de la juventud se han más que duplicado en<br />

los últimos 20 años y la tasa de suicidios adolescentes se triplicó desde la<br />

década 1971/80. Un estudio reciente señala que casi un tercio de lxs estudiantes<br />

de secundaria beben alcohol por lo menos una vez al mes. Lxs investigadorxs<br />

concluyen que “entre menores de edad el consumo de alcohol<br />

alcanza en EEUU proporciones epidémicas”.<br />

La mayor parte de las personas consume alguna droga para soportar su vida<br />

cotidiana contra el telón de fondo de los brotes homicidas en los hogares,<br />

escuelas y centros de trabajo. Uno de los últimos cuadros patológicos -entre<br />

muchos otros- corresponde al infanticidio perpetrado por lxs padres. Una<br />

panoplia de estremecimiento y fenómenos horrorosos que emanan del corazón<br />

de la sociedad en desintegración. Hemos heredado un paisaje de vacío,<br />

codicia, estrés, aburrimiento, ansiedad en la cual nuestra naturaleza humana<br />

se degrada en la misma proporción de lo que queda vivo en el mundo natural.<br />

34 51


tra que “dedicarse al combate directo nunca ha constituido un rasgo especialmente<br />

adaptativo para las mujeres” y “las mujeres tienden a acercarse a la no<br />

violencia desde frentes distintos e incluso a vivir la no violencia de forma bastante<br />

diferente”. Flinders está cometiendo otro disparate en nombre de la ciencia,<br />

a parte de estar asumiendo un tono destacablemente sexista.<br />

Primeramente, el determinismo evolutivo que usa ni es escrupuloso ni se<br />

puede probar; su popularidad proviene de la utilidad de crear una coartada<br />

para las estructuras sociales históricamente opresivas. Incluso en este marco<br />

dudoso, Flinders es inexacta en sus asunciones. Lxs humanxs no se desarrollaron<br />

a partir de lxs chimpancés; más bien ambas especies se desarrollaron<br />

a partir de una misma predecesora. Lxs chimpancés son tan modernxs como<br />

lxs humanxs y ambas especies han tenido la oportunidad de desarrollar adaptaciones<br />

en el comportamiento que divergen del ancestro común. No estamos<br />

más atadas a las divisiones de género de lxs chimpancés de lo que ellxs lo<br />

están a nuestra propensión a desarrollar listas de palabras inmensas para<br />

oscurecer la verdad del mundo que nos rodea. En segundo lugar, a través del<br />

mismo camino que la llevó a afirmar la tendencia femenina a la no violencia,<br />

Flinders se ha encontrado con la afirmación de que el rol natural de las mujeres<br />

es confortar a lxs niñxs y alimentar a todo el mundo lejos de las lineas del<br />

frente. Flinders ha demostrado marcada aunque accidentalmente, que el<br />

mismo sistema de creencias que dice que las mujeres son pacíficas, también<br />

dice que el rol de las mujeres es el de cocinar y criar niñxs. El nombre para<br />

este sistema de creencias es el de patriarcado.<br />

Otro artículo de una feminista académica se pone esencialista en<br />

menos que canta un gallo. En el segundo párrafo de “Feminismo y No<br />

Violencia: Un Modelo Relacional” (Feminism and Nonviolence: A Relational<br />

Model), Patrizia Longo escribe: “Años de investigación (...) sugieren que a<br />

pesar de los problemas potenciales que supone, las mujeres han participado<br />

de forma consistente en la acción no violenta. Sin embargo, las mujeres eligen<br />

la no violencia no por desear mejorarse a sí mismas a través de un sufrimiento<br />

añadido, sino porque la estrategia encaja con sus valores y recursos”.<br />

Constriñendo a las mujeres a la no violencia parece que las feministas<br />

pacifistas deban también constreñir nuestra definición de los “valores y<br />

recursos” de las mujeres; definen qué rasgos son esencialmente femeninos<br />

encerrando a las mujeres en un rol falsamente identificado como natural, y<br />

dejan fuera a las que no encajan con ese rol.<br />

Es difícil cuantificar cuantas feministas aceptan hoy en día las premisas<br />

del esencialismo, pero parece que un amplio número de feministas de<br />

base no aceptan la idea de que el feminismo y la no violencia estén o deban<br />

estar inherentemente vinculados. En un foro de discusión on line, decenas de<br />

mujeres que se autodefinen como feministas respondieron a la cuestión:<br />

“¿Existe un vínculo entre la no violencia y el feminismo?”. Una mayoría de las<br />

<strong>50</strong> 35


presentes, algunas pacifistas, otras no, expresaron la creencia de que las<br />

feministas no necesitan apoyar la no violencia. Un mensaje lo resumió de la<br />

siguiente manera: “Todavía existe una presión sustancial dentro del feminismo<br />

que vincula a las mujeres a la no violencia. Pero existen también un montón<br />

de feministas ahí fuera, entre las que yo misma me incluyo, que no quieren<br />

verse a sí mismas automáticamente incluidas en una postura (esto es, la<br />

no violencia) simplemente por nuestros genitales o por nuestro feminismo”.<br />

Peter Gelderloos<br />

Traducido por :<br />

RIOT IN TRANSLATION (Sara y Miriam).<br />

DESTROY THE ©OPYRIGHT<br />

Nota editorial. Se han suprimido las “notas” del original por cuestiones<br />

de espacio.<br />

36<br />

truyen palacios y viven en tugurios, que cultivan el trigo y no pueden quitar<br />

el hambre a sus chicxs; unx de la muchedumbre anónima y envilecida que<br />

se yergue un segundo al recibir el golpe delx amx, pero que se somete<br />

todos los días, se conforma con el estado social, actual y, depuesta su<br />

momentánea actitud, tolera, ayuda y ejecuta todas las infamias, todas la<br />

bajezas.<br />

No productorxs, es cierto, pero no cómplices. No productorxs, sí;<br />

ladronxs si queréis -si vuestra poltronería tiene necesidad de otra ruindad<br />

para consolarse,- pero no esclavxs. Desde hoy, cara a cara, mostrando los<br />

dientes alx enemigx.<br />

Desde hoy, temidxs y no humilladxs.<br />

Desde hoy, en estado de guerra contra la sociedad burguesa.<br />

Todo, en el actual mundo capitalista, es indignidad y delito; todo nos<br />

da vergüenza, todo nos causa náuseas, nos da asco.<br />

Se produce, se sufre y se muere como un perro.<br />

Dejad, al menos, al individuo la libertad de vivir dignamente o de<br />

morir como persona, si vosotrxs queréis agonizar en esclavitud.<br />

El destino de la humanidad, se ha dicho, es aquel que ella misma<br />

se sabe forjar; y hoy no hay más que una alternativa: o en rebeldía o en<br />

esclavitud.<br />

“BRIAND” (SEVERINO DI GIOVANNI)<br />

49


No hay duda alguna que son parásitos, pero lo que nadie podrá<br />

hacer es llamarles esclavxs. Lxs esclavxs, en cambio, en su gran mayoría,<br />

son también parásitos mucho más costosxs que aquellxs. Y el parasitismo<br />

de esta mayoría de productorxs es mucho más inmoral, cobarde y humillante<br />

que aquel de lxs expropiadorxs.<br />

¿Llamaréis productorx, trabajadorx honradx o parásitos a aquelx<br />

que está empleadx en la fabricación de joyas, de tabaco, de alcohol, u ocupado<br />

nel far la ... serva al prete? (N. de R. “hacerle de sirvienta al cura”).<br />

Se me dirá que este parasitismo también es impuesto, que la necesidad<br />

de vivir nos obliga, a pesar nuestro, a someternos a esta actividad<br />

negativa y dañosa.<br />

Y con esta pobre excusa, con este cobarde pretexto se gana el pan<br />

nuestro, en forma vergonzosa y hasta criminal. Verdadera complicidad en el<br />

delito; criminalidad no inferior a aquella de lxs primeros responsables: lxs<br />

burguesxs.<br />

Y después de todo, ¿podréis negar que el rehusarse a colaborar en<br />

los embrollos de este régimen criminal, no es mucho más anárquico que el<br />

primero? ¿Podréis negar, acaso, que los dos tercios de la población de<br />

nuestras metrópolis sean parásitos?<br />

Es innegable que si por productorxs se calculan sólo aquellos que<br />

están ocupados en una producción verdaderamente útil, la humanidad, en<br />

su gran mayoría, se debe considerar parásita. Trabajéis o no trabajéis, si no<br />

formáis parte de la categoría de lxs campesinxs o de las pocas categorías<br />

verdaderamente útiles, no podéis ser más que parásitos, aunque os creáis<br />

trabajadorxs honradxs.<br />

Entre el parásito-trabajadorx que se somete a la esclavitud económico-capitalista<br />

y elx expropiadorx que se rebela, prefiero a este último. Este<br />

es un rebelde en acción, el otro es un rebelde que ladra, pero ... no muerde,<br />

o morderá solamente el día de la santísima redención.<br />

Dividido el esfuerzo entre toda la colectividad, dos o tres horas de<br />

trabajo, al día, serían suficientes para producir todo lo que se necesitaría<br />

para llevar una vida holgada. Tenemos, por lo tanto, derecho al ocio, derecho<br />

al reposo. Si el presente sistema social nos niega este derecho es preciso<br />

conquistarlo por cualquier medio.<br />

Es triste, en verdad, el tener que vivir del trabajo de otrxs. Se prueba<br />

la humillación al sentirse igualadxs a lxs parásitos burguesxs, pero se<br />

saborean también grandes satisfacciones.<br />

Parásitxs sí; pero no se beben las amargas heces de la sabida vileza,<br />

de la consentida expresión, no se sienten los tormentos de saberse unx<br />

de aquellxs que, humilladxs van uncidxs al carro delx triunfadorx, regando el<br />

camino con su propia sangre; unx de aquellxs que ofrecen riquezas a lxs<br />

parásitos y mueren de hambre sin osar rebelarse; unx de aquellxs que cons-<br />

EL DERECHO AL OCIO Y<br />

A LA EXPROPIACION<br />

INDIVIDUAL.<br />

Tu haces un trabajo que te gusta, que tienes una ocupación independiente<br />

y a quien el yugo delx patrónx no molesta mayormente; tú también<br />

que te sometes resignadx o cobarde en tu calidad de explotadx: ¿cómo<br />

te atreves a condenar así, tan severamente, a aquellxs que han pasado al<br />

plano de ataque en contra delx enemigx?<br />

Una sola cosa te queremos decir: “¡Silencio!”, por honestidad, por<br />

dignidad, por fiereza. -¿No sientes el sufrimiento de ellxs? ¡Cállate!- ¿No tienes<br />

la audacia de ellxs? Entonces, otra vez ¡cállate!<br />

Cállate, porque tú no sabes las torturas de un trabajo y de una<br />

explotación que se odian.<br />

Desde hace mucho tiempo se viene reclamando el derecho al trabajo,<br />

el derecho al pan, y, francamente, en el trabajo nos estamos embruteciendo.<br />

No somos más que lobxs en busca de trabajo, -de un trabajo duradero,<br />

fijo- y a la conquista de él se encaminan todos nuestros afanes.<br />

Estamos a la pesca continua, obsesionante del trabajo. Esta preocupación,<br />

esta obsesión nos oprime, no nos abandona nunca. Y no es que se ame al<br />

trabajo. Al contrario, lo odiamos, lo maldecimos: lo cual no impide que lo<br />

suframos y lo persigamos por todas partes. Y mientras imprecamos en su<br />

contra, lo maldecimos también porque se nos va, porque es inconstante,<br />

porque nos abandona -después de un breve tiempo: seis meses, un mes<br />

una semana un solo día. Y he aquí que transpuesta la semana, pasado el<br />

día, la búsqueda empieza de nuevo con toda la humillación que ella entraña<br />

para nuestra dignidad de personas; con el escarnio que implica a nuestras<br />

hambres: con la befa moral nuestro orgullo de individualidades conscientes<br />

de este ultraje, relajándonos y pisoteando nuestros derechos rebeldes, de<br />

anarquistas.<br />

Nosotrxs, anarquistas, sentimos la humillación de esta lucha para<br />

huirle al hambre y sufrimos la ofensa de tener que mendigar un pedazo de<br />

pan que nos es concedido de cuando en cuando como una limosna y a condición<br />

de renegar o poner en el desván de los trastos inútiles nuestro anar-<br />

48 37


quismo (si no queréis usar de medios ilegales para defender vuestro derecho<br />

a la vida, sólo os quedará como lugar de reposo el cementerio), y sufrimos<br />

más, porque tenemos conciencia de la injusticia que se realiza en contra<br />

nuestra. Pero donde se agranda nuestro sufrimiento hasta adquirir caracteres<br />

trágicos, es al desentrañar la vergonzosa comedia de la falsa piedad<br />

que se desarrolla a nuestro derredor, mordiéndonos de rabia por nuestra<br />

impotencia y también por sentirnos un poco viles -vileza que es a veces justificada,<br />

pero que casi siempre no tiene justificación alguna frente a esta inicua<br />

y cínica hipocresía que nos hace pasar a nosotrxs, trabajadorxs, como<br />

lxs beneficiadxs, cuando somos lxs benefactorxs; que nos coloca en situación<br />

de mendigxs a quienes se quita el hambre por misericordia, mientras,<br />

que en realidad somos nosotrxs lxs que damos de comer a todxs lxs parásitxs<br />

y les procuramos el bienestar de que gozan: que consumimos nuestras<br />

vidas entre los horrores de las privaciones, para saturar de goces las de<br />

ellxs, para permitir sus expansiones, sus placeres, -su ocio,- teniendo conciencia<br />

del despojo a que se nos somete. Quiere prohibirsenos hasta el<br />

poder sonreír ante las maravillas de la naturaleza, porque se nos considera<br />

como instrumentos, nada más que como instrumentos para embellecer su<br />

vida parasitaria.<br />

Nos damos cuenta de toda la insensatez de nuestros afanes; sentimos<br />

lo trágico, mejor dicho lo ridículo de nuestra situación: imprecamos,<br />

maldecimos, nos sabemos locxs y nos sentimos viles, pero todavía continuamos<br />

bajo la influencia (como cualquierx mortal) del ambiente que nos<br />

circunda, que nos envuelve en una malla de frívolos deseos, de mezquinas<br />

ambiciones de “pobres cristos” que creen mejorar un poco sus condiciones<br />

materiales, intentando arrancar de entre los dientes de lxs lobxs -de los que<br />

poseen y defienden la riqueza- una migaja de pan que no se consigue más<br />

que al elevado precio de nuestra carne y de nuestra sangre dejadas en los<br />

engranajes del mecanismo social.<br />

Y, a pesar nuestro, por necesidad o sugestión colectiva, nos dejamos<br />

arrastrar por el torbellino de la locura común. Y rotas, en nosotrxs, las<br />

fuerzas que nos mantienen íntegrxs en nuestra conciencia que ve claro en<br />

las cosas y sabe que no lograremos nunca por este camino destrozar las<br />

cadenas que nos mantienen esclavxs, porque no se destruye la autoridad<br />

colaborando con ella, ni se disminuye el poder ofensivo del capital ayudando<br />

a acumularlo con nuestro trabajo, con nuestra producción; rotas estas resistencias,<br />

decía, comenzamos a acelerar el paso y bien pronto veloz carrera,<br />

loca carrera sin sentido ni fin, que no nos conduce más que a soluciones<br />

transitorias, siempre vanas e inútiles.<br />

¿Qué decir? ¿Avidxs de ganancia? ¿Sugestión del ambiente?<br />

¿Insensatez? De todo un poco, aunque bien sabemos que con nuestro trabajo,<br />

bajo las condiciones del sistema capitalista, no resolveremos ningún<br />

sé muy bien que existe gran parte de compañerxs que cree sinceramente<br />

que estos actos son nocivos a los fines inmediatos de nuestra propaganda.<br />

Cuando hablo de mala fe, quiero señalar a aquellxs anarquistas tan sectarixs<br />

y tan individualófobxs, que a cada acto de expropiación empiezan por<br />

llamarlo “robo”, queriendo con esto negar al gesto cualquier base social y<br />

éticamente justificable desde el punto de vista anarquista, para asociarlo y<br />

ponerlo en común con todos aquellxs individuos vulgares e inconscientes<br />

(en gran, parte también excusables porque son productos genuinos del presente<br />

sistema social) que hacen elx ladrónx con la misma indiferencia que<br />

harían elx verdugo si esta última profesión les procurase aquello que buscan.<br />

Sin embargo, yo estoy bien lejos de justificar siempre y en todas las<br />

circunstancias alx expropiadorx. Una cosa que encuentro condenable en<br />

cierto número de expropiadorxs, es la corrupción a que se entregan cuando<br />

un buen golpe les ha salido bien. En ciertos casos, lo admito, la crítica y la<br />

condenación están bien justificadas, pero a pesar de todo esto, ella no<br />

puede llegar más allá de aquella hecha al buenx trabajadorx que consume<br />

su sueldo en borracherías y prostíbulos, hecho que, desgraciadamente, ocurre<br />

todavía y demasiado frecuentemente entre lxs nuestrxs.<br />

Ha sido dicho por ciertos críticos que la apología del acto individual<br />

engendra en ciertxs anarquistas el utilitarismo mezquino, una mentalidad<br />

estrecha y en contradicción con los principios de la anarquía, suposición tan<br />

antojadiza como decir que cada anarquista que tenga contacto con elementos<br />

no anárquicos, acaba por pensar en forma antianárquica.<br />

Pero hay una cosa que no quiero olvidarme de decir, y es la siguiente:<br />

siendo la expropiación un medio para substraerse individualmente a la<br />

esclavitud, los riesgos deben ser soportados individualmente, y los compañeros<br />

que practican la expropiación “per se” pierden todo derecho -aunque<br />

exista para las otras actividades anarquistas, y yo no lo creo- a reclamar la<br />

solidaridad de nuestro movimiento cuando caen en desgracia.<br />

La intención mía en este estudio no es la de hacer la apología de<br />

éste o de aquel hecho, sino la de llegar a las raíces del problema, la de<br />

defender el principio y el derecho a la expropiación, y el mal uso que ciertxs<br />

expropiadorxs hacen del fruto de sus empresas, no destruye el hecho<br />

mismo, como el hecho de que existan perfectxs canallas que se llaman<br />

anarquistas, no destruye el contenido ideológico de la anarquía.<br />

Examinemos una más grave acusación, la condena máxima: aquella que<br />

sostiene que los actos de expropiación individual atentan contra los principios<br />

anarquistas.<br />

Se ha llamado a lxs expropiadores, parásitos, ¡y es cierto! Son parásitos;<br />

no producen nada. Pero son parásitos involuntarixs, forzadxs, porque<br />

en la presente sociedad, no puede haber más que parásitos o esclavxs.<br />

38 47


que deben efectuar algunas categorías de obrerxs (y digo “categorías” porque<br />

hay varixs obrerxs que no conocen la bestialidad y el peligro terrible de<br />

ciertos trabajos ejecutados por otrxs trabajadorxs), no solamente implican<br />

una verdadera esclavitud, sino que se asemejan a un verdadero suicidio.<br />

En el fondo de las minas, al lado de las máquinas monstruosas, en<br />

las infernales fundiciones, en medio de los productos malsanos, la muerte<br />

está siempre en acecho. Cuerpos que se vuelven tísicos, pulmones envenenados,<br />

miembros lacerados, cuerpos curvados, ojos privados de la luz eterna,<br />

cráneos aplastados, he ahí lo que lxs honradxs trabajadorxs, a millares<br />

ganan con el sudado pan. Y ninguna piedad para ellxs, ninguna moral, ninguna<br />

religión para conmover alx aprovechadorx que junta sus millones amasados<br />

con diarios crímenes cometidos para obtener un poco más de beneficio,<br />

para llevar a sus cajas unos centavos más.<br />

¡Es necesario, por lo tanto, rodearlo de nuestra ternura, vaciar nuestro<br />

depósito lacrimógeno ante la mala fortuna que puede caer sobre la cabeza<br />

de algunx de ellxs, por el hecho forzado de alguno de lxs nuestrxs!<br />

Verdad, es que debemos mostrarnos buenxs, humanxs, generosxs<br />

cuando se trata de respetar la bolsa o la piel de nuestrxs enemigxs, y buenas<br />

bestias cuando nuestrxs enemigxs nos hacen reventar.<br />

¿De modo qué individualmente, no tenemos el derecho de tomar en<br />

nuestras manos la espada de la justicia sin el consentimiento colectivo? -<br />

¡No violéis la virginidad de la moral común con vuestros todavía no santificados<br />

pecados! ¡Un poco de paciencia, hermanxs míos, que el reino del Señor<br />

vendrá para todxs!<br />

“Si tenéis hambre, gruñid, pero quietxs: nosotrxs no estamos todavía<br />

prontos. Si se os apalea, rugid, pero no os mováis: tenemos aún plomo<br />

en los pies. Si se os masacra, después de haberos robado, ¡alto ahí! Volved<br />

la cara alx ladrónx, nosotrxs os proclamaremos héroes / heroínas. Pero si<br />

queréis recobrar el dinero sin nuestro consentimiento, aunque fuese con<br />

vuestro único riesgo, no lo hagáis, porque entonces no seréis más que<br />

villanxs bandidxs. Es la moral, nuestra moral”. ¡Mierda, entonces!<br />

Y me será permitido hacer una pregunta, la siguiente: cuando el<br />

capital me roba y me hace morir de hambre, ¿quién es el robado y quién el<br />

que muere de hambre: yo o la colectividad? ¿Yo? Y ¿por qué, entonces,<br />

solamente la colectividad tendrá el derecho de atacar y defenderse?<br />

Yo sé que la acción delx expropiadorx se puede prestar a muchas<br />

falsas interpretaciones, a muchos equívocos. Pero la culpa de todo esto, la<br />

responsabilidad por la falsificación de los motivos éticos, sociales y psicológicos<br />

que han determinado y determinan -en su gran mayoría- los actos<br />

individuales de expropiación, cae principalmente -en gran parte- sobre la<br />

mala fe de sus críticos.<br />

No por esto quiero sostener que todos sus críticos son de mala fe, porque<br />

problema esencial de nuestras vidas, salvo raros casos particulares y condiciones<br />

especiales.<br />

Cada aumento de nuestra actividad en el presente sistema social no<br />

tiene otro resultado que un aumento de la explotación en nuestro daño.<br />

Impostorxs son aquellxs que afirman que la riqueza es fruto del trabajo, del<br />

trabajo honesto, individual.<br />

Pasemos adelante. ¿Para qué detenerse a rebatir los sofismas de<br />

ciertas teorías económicas que no son sinceras ni honradas y que sólo convencen<br />

a lxs pobres de espíritu -desgraciadamente son la mayoría de la<br />

sociedad,- que no persiguen otra finalidad que la de cubrir torpes intereses<br />

con la apariencia de la legalidad y del derecho. Todxs vosotrxs sabéis que el<br />

trabajo honrado, el trabajo que no explota a otrxs, no ha creado nunca, en el<br />

presente sistema, el bienestar de persona alguna y mucho menos, su riqueza<br />

puesto que esta es el fruto de la usura y de la explotación, las cuales no<br />

se diferencian del crimen más que en las formas exteriores. Después de<br />

todo, no nos interesa un relativo bienestar material obtenido por la extenuación<br />

de nuestros músculos y de nuestro cerebro: queremos, sí, el bienestar<br />

adquirido por la posesión completa, absoluta del producto de nuestro esfuerzo,<br />

la posesión incontrastable de todo aquello que sea creación individual.<br />

Estamos, entonces, consumiendo nuestras existencias a total beneficio<br />

de nuestrxs explotadorxs, persiguiendo un bienestar material ilusorio,<br />

eternamente fugitivo, jamás realizable en una forma concreta, estable, porque<br />

la liberación de la esclavitud económica no nos podrá llegar por medio<br />

de un aceleramiento de nuestra actividad en la producción capitalista, sino<br />

con la creación consciente, útil, y con la posesión de lo que se produce.<br />

Es falso decir: “una buena recompensa, un buen salario por una<br />

buena jornada de trabajo”. Confiesa esta frase que deben existir lxs que<br />

producen y lxs que se adueñan del producto, y que después de haber quitado<br />

una buena parte para ellxs -aún no habiendo participado en su creacióndistribuyen,<br />

en base de criterio y principios absurdos, enteramente arbitrarios,<br />

aquello que creen conveniente darle alx verdadero productor. Establece<br />

la retribución parcial, el robo, la injusticia: consagra, por lo tanto, de hecho,<br />

la explotación.<br />

Elx productorx no puede aceptar como base equitativa y justa la<br />

retribución parcial. Solamente la posesión integra puede establecer las<br />

bases de la Justicia Social. Por consecuencia, todo concurso nuestro a la<br />

producción capitalista es un consentimiento y una sumisión a la explotación<br />

que se ejerce sobre nosotrxs. Cada aumento de producción es un remache<br />

más para nuestras cadenas, es agravar nuestra esclavitud.<br />

Más trabajamos para elx patrónx, más consumimos nuestra existencia,<br />

encaminándonos rápidamente hacia un fin próximo.<br />

Más trabajamos, menos tiempo nos queda para dedicarlo a activida-<br />

46 39


des intelectuales o ideales; menos podemos gustar la vida, sus bellezas, las<br />

de carga, resignada bestia que sufre, produce y está privada de todo. La<br />

satisfacciones que nos puede ofrecer; menos disfrutamos de las alegrías,<br />

felicidad se obtiene en el ocio. También se adquiere con el esfuerzo, pero<br />

los placeres, el amor.<br />

con el esfuerzo útil, con el esfuerzo que procura mayor bienestar - aquel<br />

No se puede pedir a un cuerpo cansado y consumido que se dedi-<br />

esfuerzo que acrecienta la variedad de mis adquisiciones, que me eleva,<br />

que al estudio, que sienta el encanto del arte: poesía, música, pintura, ni<br />

que de verdad me redime-.<br />

menos que tenga ojos para admirar las infinitas bellezas de la naturaleza.<br />

No hay, por lo tanto, felicidad posible para elx trabajadorx que<br />

Un cuerpo exhausto, extenuado por el trabajo, agotado por el hambre y la<br />

durante toda su vida está ocupado en resolver el terrible problema del ham-<br />

tisis no apetece más que dormir y morir. Es una torpe ironía, una befa sanbre.<br />

No hay felicidad posible para elx paria que no tiene otra preocupación<br />

grienta, el afirmar que una persona, después de ocho o más horas de un<br />

que su trabajo, que no dispone sino del tiempo que dedica al trabajo. Su<br />

trabajo manual, tenga todavía en sí fuerzas para divertirse, para gozar en<br />

vida es bien triste, bien desoladora, y para poder soportarla arrastrarla,<br />

una forma elevada, espiritual. Sólo posee, después de la abrumadora tarea,<br />

aceptarla sin rebelarse, se precisa, un gran coraje o una gran dosis de<br />

la pasividad de embrutecerse, porque para esto no necesita más que dejar-<br />

cobardía.<br />

se caer, arrastrar.<br />

Del deseo de vivir, de la desesperación íntima y profunda que nos<br />

A pesar de sus hipócritas cantores, el trabajo, en la presente socie-<br />

coloca frente a la perspectiva de toda una vida consumida, para beneficio<br />

dad, no es sino una condena y una abyección. Es una usura, un sacrificio,<br />

de gente indigna, de la desolación sentida al perder la esperanza en una<br />

un suicidio.<br />

salvación colectiva durante la fugaz trayectoria de nuestra breve existencia:<br />

¿Qué hacer? Concentrar nuestros esfuerzos para disminuir esta<br />

he ahí de lo que está formada la rebelión individual; he ahí de qué fuegos<br />

locura colectiva que marcha hacia el enervamiento. Es preciso poner en<br />

están alimentados los actos de expropiación individual.<br />

guardia alx productorx en contra de este fatigoso afán, tan inútil como idiota.<br />

Triste, muy triste, es la vida delx trabajadorx inconsciente; pero, ¡ay<br />

Es necesario combatir el trabajo material, reducirlo al mínimo, volverse<br />

de mí!, la vida del anarquista es verdaderamente trágica.<br />

vagxs mientras vivamos en el sistema capitalista bajo el cual debemos pro-<br />

Si vosotrxs no sentís todos los sufrimientos, toda la desesperación<br />

ducir.<br />

de vuestra trágica situación, permitidme deciros que tenéis piel de conejo y<br />

El ser trabajadorx honradx, hoy día, no es ningún honor, es una<br />

que el yugo no os está tan mal. Y si el yugo no os pesa; si por vuestra situa-<br />

humillación, una tontería, una vergüenza, una vileza. El llamarnos “trabajación<br />

particular no sentís la apresión directa delx patrónx; si, a pesar de<br />

dorxs honradxs” es tomarnos el pelo, es burlarse de nosotrxs, es, después<br />

todas vuestras superficiales lamentaciones, no podéis vivir sin el trabajo, por<br />

del daño, agregarnos la burla.<br />

qué no sabéis cómo ocupar vuestras horas de ocio, y a falta de un trabajo<br />

¡Oh soberbixs y magníficxs vagabundxs que sabéis vivir al margen<br />

manual, os aburrís terriblemente; si sabéis aguantar la disciplina cotidiana<br />

de las conformaciones sociales, yo os saludo! Humillado, admiro vuestra fie-<br />

de la oficina, respetar los continuos reproches de lxs capataces imbéciles o<br />

reza y vuestro espíritu de insumisión y reconozco que tenéis mucha razón<br />

malvadxs, reventar de trabajo primero, y de hambre después, sin que sintáis<br />

en gritarnos: “es fácil acostumbrarse a la esclavitud”.<br />

las ganas de abrazar alx más odiosx de lxs criminales, de llamarlx hermanx<br />

y no sentiros invadir la ternura hacia el oficio de verdugo, vosotrxs no habéis<br />

***<br />

alcanzado el grado necesario de sensibilidad para comprender los sufrimientos<br />

espirituales y los motivos sociales que determinan los actos de expropia-<br />

¡No!, el trabajo no redime, sino que embrutece. Los bellos cantos a<br />

ción individual, -de aquellos de los cuales yo hablo- y todavía menos tenéis<br />

las masas activas, laboriosas, pujantes: los himnos a los músculos vigoro-<br />

derecho de condenarles.<br />

sos: las aladas peroraciones al trabajo que ennoblece, que eleva, que nos<br />

Porque no sólo elx anarquista constata todo lo odioso de un trabajo<br />

libra de las malas tentaciones y de todos los vicios, no son más que puras<br />

bestial, criminal y no pocas veces inútil para el bien suyo y el de la humani-<br />

fantasías de gentes que nunca han tomado el martillo ni el escalpelo, de<br />

dad; no solamente se ve obligado a participar élx mismo en el mantenimien-<br />

gentes que nunca han encorvado el lomo sobre un yunque, que jamás se<br />

to de su propia esclavitud, la de sus compañerxs y la del pueblo en general,<br />

han ganado el pan con el sudor de su frente.<br />

sino que debe ejecutar este trabajo en una forma y condiciones tan horribles,<br />

tan insoportables y llenas de peligro que su vida se siente amenazada<br />

La poesía consagrada al trabajo manual no es más que una irrisión y un<br />

todos los instantes de la larga jornada; porque su trabajo, ciertos trabajos<br />

40 45


tanto la propiedad individual como la colectiva. Y si admite el derecho a la<br />

posesión individual, ¿cómo podría negarse alx individuo el mismo derecho a<br />

servirse de los medios que crea oportunos para entrar en posesión de lo<br />

que le pertenece?<br />

Cada acreedorx (y éste sería la clase productora frente a la capitalista)<br />

toma por la garganta a su deudorx en la hora y en la forma que más le<br />

convenga, y se hace restituir su producto -el cual se le ha arrebatado con el<br />

engaño y la violencia- en el menor tiempo posible. El individuo, basándose<br />

en la libertad, -y la libertad es la doctrina de la anarquía,- es el único y solo<br />

árbitro y juez en este acto de restitución.<br />

Se ha admitido la oportunidad y la necesidad de un acto colectivo,<br />

de una revolución social para expropiar a la burguesía, y el individuo, aún<br />

individualista, se asoció voluntario a esta idea, porque fue creencia general<br />

que un esfuerzo colectivo nos libraría más fácilmente de la esclavitud económica<br />

y política.<br />

Pero desde hace años esta confianza ha decrecido en muchxs<br />

anarquistas. Ha tenido que admitirse, al fin, que una verdadera liberación,<br />

una liberación profunda, anárquica, que arrancara de la conciencia de las<br />

masas -con seguridad de nunca más volver- el fetiche autoridad y nos permite<br />

instaurar un estado de cosas que no violara la libertad de cada unx,<br />

necesita forzosamente una larga preparación cultural, por consecuencia,<br />

muchos años todavía de sufrimientos bajo la explotación capitalista. De esto<br />

ha derivado que muchxs rebeldes nuestros, que en un primer momento<br />

habían abrazado con entusiasmo la idea de una revolución expropiadora se<br />

han dicho -sin disasociarse por esto del necesario trabajo de preparación<br />

revolucionaria- que tal espera significaba el sacrificio de toda su vida, consumida<br />

en condiciones odiosas y bestiales, sin ninguna alegría, sin goce alguno,<br />

y que la satisfacción moral de una lucha cumplida en pro de la liberación<br />

humana no era lenitivo suficiente para sus propias penas.<br />

“No tenemos más que una vida -se han dicho en su corazón- y ésta<br />

se precipita hacia su fin con la rapidez del relámpago. La existencia de la<br />

humanidad con relación al tiempo no es verdaderamente más que un instante<br />

fugaz. Si se nos esfuma este instante, si no sabemos extraerle el jugo<br />

que en forma de alegría nos puede dar, nuestra existencia es vana y desperdiciamos<br />

una vida de cuya pérdida no nos resarcirá la humanidad. Por lo<br />

tanto, es hoy cuando debemos vivir, no mañana. Es hoy cuando tenemos<br />

derecho a nuestra parte de placeres, y lo que hoy perdemos el mañana no<br />

nos lo puede restituir: está definitivamente perdido. Por eso es que hoy queremos<br />

gozar nuestra parte de bienes, es que hoy deseamos ser felices”.<br />

Pero la felicidad no se alcanza en la esclavitud. La felicidad es un don de la<br />

humanidad libre, de la humanidad dueña de sí misma, dueña de su destino;<br />

es el supremo don de la humanidad, humanidad que se niega a ser bestia<br />

engaño que nos deberían hacer sonreír, si no llenarnos de indignación y<br />

rebeldía.<br />

¡La belleza del trabajo ... el trabajo que eleva, ennoblece, redime! ...<br />

¡Si, si! Mirad allá, a lo lejos. Son lxs obrerxs que salen de las fábricas<br />

que surgen de las minas, que abandonan los puertos, los campos, después<br />

de la jornada de trabajo. ¡Miradlxs, miradlxs! Apenas si sus piernas<br />

pueden soportar aquellos cuerpos derrengados. Escrutad esas caras pálidas,<br />

mustias, extenuadas. Asomaos a esos ojos tristes, mortecinos, sin luz,<br />

sin vitalidad. ¡Ah, los bellos, los potentes músculos ... la alegría de los corazones<br />

por el trabajo que ennoblece! ...<br />

Penetrad en aquella fábrica y observarlxs en su actividad.<br />

Enclavadxs como parte integrante de la máquina, están constreñidxs a repetir<br />

por mil, por diez mil veces el mismo movimiento, automáticamente, como<br />

la máquina, sin que casi sea necesaria la intervención de sus cerebros.<br />

Podrían muy bien haberlos dejado en sus casos, puesto que una vez emplazadxs<br />

en sus puestos, continuaría igualmente sus trabajos. No conservan<br />

nada de la propia personalidad, de la propia individualidad. No son seres<br />

sensibles, pensantes, creadores. No son más que cosas sin espiritualidad,<br />

sin impulso propio. Van porque todxs van. Se mueven con ritmo uniforme,<br />

igual, sin independencia. Se les ha ordenado ejecutar aquel movimiento y lo<br />

deben hacer hoy, mañana, .. ¡siempre! ... ¡cómo las máquinas! ...<br />

Hemos llegado a la destrucción completa de la personalidad humana<br />

en el ochenta por ciento de la producción moderna. No se hallan ya lxs<br />

artesanxs, lxs artistas. La producción capitalista, no lxs pide, no lxs precisa.<br />

Se han inventado cosas para cada necesidad y máquinas para hacerlo todo,<br />

y hemos llegado al punto de tener que crear nuevas necesidades para<br />

poder fabricar nuevos productos. En realidad es esto lo que ya se hace y es<br />

por esto que la vida se va siempre complicando más y el vivir se hace cada<br />

día más difícil.<br />

Se ha suprimido la estética de las cosas y no se crea más que en<br />

serie, en montón. Se han educado los gustos en línea general; se ha distribuido<br />

en los individuos cualquier, originalidad artística, cualquier antojo diferente,<br />

y se ha alcanzado -¡oh, prodigio de la propaganda!- hacer apetecer a<br />

la generalidad aquello que a los capitalistas conviene fabricar: una misma<br />

cosa para cada individualidad distinta.<br />

Ya no se tiene necesidad de seres que creen, sino de entes que<br />

fabriquen; ya no existen -¡ay!- artistas, obrerxs intelectuales; sólo quedan<br />

obrerxs manuales. No se pone más a prueba nuestra inteligencia; en cambio,<br />

se mira si tenéis buenos músculos, si sois vigorosxs. No se mira mucho<br />

lo que sabéis, sino cuánto podréis producir. No sois vosotrxs los que hacéis<br />

marchar la máquina, es la máquina la que os hace marchar. ¡Y aunque<br />

parezca paradoja! -y no es más que la pura realidad- es también la maquina<br />

44 41


la que “piensa” lo que ha de hacerse, quedándoos a vosotrxs sólo la obligación<br />

de servirla, de hacer lo que ella enseña. Es ella el cerebro y vosotros el<br />

brazo; ella la materia pensante, creadora y vosotros la materia bruta, autómata:<br />

ella, la individualidad, vosotros la ... máquina.<br />

¡Horror! Si una sola individualidad se introdujese en el funcionamiento<br />

de la oficina Ford, por ejemplo, ella destruiría todo el engranaje de la<br />

producción.<br />

***<br />

Lxs obrerxs no son más que presidiarixs. O, si os ha de servir de<br />

mayor consuelo, soldados acuarteladxs en las fábricas. Todxs marchan al<br />

mismo paso; todxs hacen -a pesar de la variedad de los objetos- los mismos<br />

movimientos. No encontramos ya ninguna satisfacción en los trabajos que<br />

hacemos; no nos apasionamos por ellos, porque nos sentimos completamente<br />

extrañxs a los mismos. Seis, ocho, diez horas de trabajo, son seis,<br />

ocho, diez horas de sufrimiento, de angustia.<br />

No amamos, no, el trabajo; lo odiamos. No es nuestra liberación, ¡es<br />

nuestra condena! No nos eleva y libra de los vicios; nos abate físicamente y<br />

nos aniquila moralmente hasta tal extremo que nos deja incapacitadxs para<br />

sustraernos a ellos. Será necesario realizar estos trabajos, lo sé, pero será<br />

siempre de mala gana si se quiere mantener también mañana el presente<br />

sistema por economía de esfuerzos. Será siempre sufriendo aún cuando la<br />

jornada sea reducida a menos horas.<br />

Yo no sé qué piensan lxs animales de la carga que se les coloca<br />

sobre el lomo; pero lo que si sé decir por lo que observo y por lo que por mi<br />

mismo siento, es que la persona no ejecuta con alegría, con verdadera<br />

satisfacción, más que los trabajos intelectuales, artísticos. Si al menos no<br />

considerase malgastado e inútil su sacrificio, la persona se armaría de coraje<br />

y su fatiga le parecería menos amarga, menos dolorosa. Pero cuando<br />

observa que todo su esfuerzo es malgastado, que no es sino el trabajo de<br />

Sisifo con innumerables desastres y sacrificios en cada recaída, entonces el<br />

coraje huye de su corazón y en cada ser consciente, en cada ser sensible y<br />

humano, el odio se enciende en contra de este bárbaro y criminal estado de<br />

cosas y la aversión y la rebeldía en contra del trabajo es inevitable.<br />

Se comprende, entonces, que existan lxs desconformes que no<br />

quieren doblegarse a esta esclavitud repugnante. Se comprende que existan<br />

lxs vagabundos indomables que prefieren la incertidumbre de su mañana -la<br />

mayoría de las veces sin el mísero mendrugo acordado alx trabajadorx<br />

constante- antes que someterse a este sistema humillante. Se comprende la<br />

bohemia incorregible, sin genio si queréis, pero que no forma parte en el<br />

cortejo humillante de los arias ... Y se comprende, también, a lxs grandes<br />

42<br />

haraganes, lxs ociosxs ideales que pasando su vida en completa hermandad<br />

con la naturaleza, gozando al contemplar las maravillosas auroras, los<br />

melancólicos crepúsculos, colmando sus espíritus de melodías que sólo una<br />

vida simple y libre puede procurarles, imponiendo silencio a las imperiosas<br />

necesidades del hambre por no caer en la esclavitud en la cual nosotros<br />

estamos hundidxs. Sentadxs al borde del camino observan con infinita tristeza,<br />

con profunda piedad, la negra caravana que todos los días se encamina<br />

dócil y deshecha hacia las fábricas -prisiones que lxs engullen ya exhaustxs<br />

y los devuelven por la noche hechos cadáveres.<br />

Y huyen, huyen estxs ociosxs ideales con el corazón oprimido al ver<br />

tanta estulticia, tanta miseria, tanta locura. Huyen hacia la vida libre, indócil,<br />

no conformista diciéndole a su corazón que antes de someterse cada día a<br />

esta vida miserable, vil y privada de elevación y espiritualidad, la muerte es<br />

preferible.<br />

Odiar el trabajo manual en régimen capitalista, no significa ser enemigx<br />

de toda actividad, como aceptar la expropiación individual no equivale<br />

a hacer la guerra al trabajadorx-productoxr, sino alx capitalista-explotadorx.<br />

Estxs vagabundxs ideales a lxs que tanto admiro, tienen una actividad,<br />

viven una intensa vida espiritual, riquísima en experiencias, observaciones,<br />

goces. Son enemigxs del trabajo, porque encuentran malgastados en<br />

gran parte sus esfuerzos en aquella dirección; no pueden, por lo tanto,<br />

someterse a la disciplina que exige aquella especie de actividad, y no quieren<br />

tolerar que se haga de ellxs una máquina sin cerebro, que se mate, en<br />

fin, en ellxs aquella personalidad, que es lo que más aprecian.<br />

Entre estxs vagabundxs espirituales, -refractarixs a la domesticación<br />

y disciplina capitalistas, -es necesario buscar lxs expropiadorxs, lxs partidarixs<br />

de la expropiación individual, aquellxs que no quieren esperar a que las<br />

masas estén preparadas y dispuestas para cumplir el acto colectivo de justicia<br />

social. Estudiando bien los matices psicológicos, éticos y sociales que<br />

determinan esa actitud en ellxs, sabremos comprender, justificar y apreciar<br />

mejor sus actos y también defenderlxs de los ataques biliosos de muchxs de<br />

aquellxs que aún compartiendo las mismas ideas sobre muchos otros problemas,<br />

se afanan en tirar fango sobre, estxs impacientes que no saben<br />

resignarse hasta que llegue el día de la redención colectiva.<br />

El derecho a la expropiación individual no se puede negar, basándose<br />

sobre un cierto derecho colectivo a la expropiación. Si fueramos socialistas<br />

o comunistas-bolcheviques, podríamos negar al individuo el derecho de<br />

apropiarse -por los medios que estime más convenientes- de aquella parte<br />

de riqueza que a élx como productor le pertenece. Porque lxs bolcheviques<br />

y lxs socialistas niegan la propiedad individual y admiten una sola forma de<br />

propiedad: la colectiva. Pero este no es el caso de lxs anarquistas, sean<br />

individualistas o comunistas, pues todxs teórica y prácticamente admiten<br />

43


puede componerse de para-choques fabricados en México, de componentes<br />

electrónicos de Taiwan, siendo el conjunto ensamblado en Alemania mientras<br />

los beneficios circulan por Wall-Street.<br />

En cuanto a los Estados, acompañan esta mundialización deshaciéndose<br />

del sector público heredado de la economía de guerra (desnacionalización),<br />

“flexibilizando” y reduciendo el coste del trabajo tanto como sea posible.<br />

Esto tiene como resultado en Francia la Ley de las 35 horas que tanto reclamó<br />

a diestro y siniestro el movimiento ciudadanista (en sus manifestaciones<br />

oficiales cuanto menos), el movimiento de parados de 1998 y el PARE [Plan<br />

de ayuda para la vuelta al trabajo].<br />

La llegada de la izquierda al poder en 1981 y el movimiento de estudiantes<br />

y de ferroviarixs en 1986, son puntos de referencia que nos permiten<br />

situar el progreso de esta disolución y el reemplazo del viejo movimiento obrero<br />

por el ciudadanismo, en el marco de la mundialización.<br />

El movimiento de 1968, en Francia como en el resto del mundo, ha<br />

sido en efecto, “el último asalto contra la sociedad de clases”. Su fracaso<br />

marca la liquidación histórica de lo que hasta ese momento fue el sueño de la<br />

asunción histórica del proletariado como proletariado, es decir, como clase<br />

trabajadora. La autogestión y los consejos obreros han sido el límite más<br />

extremo de este movimiento. No nos arrepentimos. Después de esos años,<br />

también ha sido liquidada toda una contestación social mucha más amplia y<br />

multiforme, mientras se abatía sobre el mundo la pesada capa de plomo de<br />

los años ochenta.<br />

A pesar de que todavía se pueda oír en las manifestaciones el eslogan<br />

“todo es nuestro, nada es de ellxs”, es exactamente lo contrario a la realidad,<br />

y siempre ha sido así. Obviamente, hace referencia a un ilusorio “reparto<br />

de la riqueza” (¿y de qué riquezas podemos hablar hoy?), pero proviene<br />

directamente del viejo movimiento obrero que pretendía gestionar por sí<br />

mismo el mundo capitalista. Se vislumbra en esa frase a la vez un resurgir,<br />

una continuidad y una tergiversación de los ideales del viejo movimiento obrero<br />

(evidentemente en lo que tenía de menos revolucionario) por parte del ciudadanismo.<br />

Es lo que llaman el arte de aprovechar los restos. Más adelante<br />

volveremos sobre este punto.<br />

La desaparición de la conciencia de clase y de su proyecto histórico,<br />

agotados tras el estallido y la parcelación del trabajo, tras la desaparición progresiva<br />

de la gran fábrica “comunitaria” así como la precarización laboral<br />

(todo ello resultado no de un complot que trata de amordazar al proletariado,<br />

sino del proceso de acumulación del capital que ha conducido a la mundialización<br />

actual), han dejado al proletariado afónico. Éste llega incluso a dudar<br />

de su propia existencia, duda que ha sido enardecida por gran número de<br />

intelectuales y por lo que Debord definió como el “espectáculo integrado”, que<br />

no es más que la integración al espectáculo.<br />

82<br />

Somos personas con nuestros criterios, que luchamos por unas ideas, que,<br />

como hemos dicho, van más allá de las palabras usemos. En ese ambiente,<br />

pese a las diferencias que podamos tener, los sectores que queremos destruir<br />

la realidad presente e intentar contruir nuestros socialismos y anarquismos<br />

podemos tener posibilidades de éxito en nuestros proyectos. No, no somos<br />

primitivistas, sin embargo consideramos que son compañerxs y aliadxs en<br />

nuestra lucha. De hecho, pese a las diferencias teóricas, en la práctica, estamos<br />

en muchas cosas de acuerdo.<br />

GRUPO CHORNOE ZNAMIA<br />

63


64<br />

A escala mundial, tenemos movimientos como Greenpeace, etc., y todos<br />

aquellos sindicatos, asociaciones, lobbies, tercermundistas, etc., que se<br />

encontraron en Seattle. Dar aquí una lista completa sería pesado. Lo importante<br />

es que todas estas agrupaciones se encuentran ideológicamente en el<br />

mismo terreno, con variantes locales. El ciudadanismo es ahora un movimiento<br />

mundial, que descansa sobre una ideología común. De Seattle a Belgrado,<br />

de Ecuador a Chiapas, asistimos al auge de dicho movimiento, y ahora se<br />

trata, tanto para él como para nosotrxs, de saber qué camino emprenderá y<br />

hasta dónde puede llegar.<br />

II.- Premisas y fundamentos<br />

Las raíces del ciudadanismo deben buscarse en la disolución del<br />

viejo movimiento obrero. Las causas de esta disolución se encuentran tanto<br />

en la integración de la vieja comunidad obrera como en el fracaso manifiesto<br />

de su proyecto histórico, el cual ha podido manifestarse bajo formas extremadamente<br />

diversas (digamos, del marxismo-leninismo a los consejistas). Este<br />

proyecto llamaba, en sus diversas manifestaciones, a que el proletariado retomase<br />

el modo de producción capitalista, modo de producción del que son sus<br />

hijxs y por consiguiente sus herederxs. El crecimiento de las fuerzas productivas,<br />

en esta visión del mundo, también era la marcha hacia la revolución, el<br />

movimiento real a través del cual el proletariado se constituía como futura<br />

clase dominante (la dictadura del proletariado), dominación que conducía<br />

posteriormente (tras una problemática “fase de transición”) al comunismo. El<br />

fracaso real de este proyecto tuvo lugar durante los años veinte, y en 1936-<br />

38 en España. El movimiento internacional de los años 60 (1968), a menudo<br />

ha sido considerado “el segundo asalto proletario contra la sociedad de<br />

clase”, después del que tuvo lugar en la primera mitad del siglo XX.<br />

Con la crisis y la puesta en marcha de la mundialización en su forma<br />

moderna, los años 70 y luego los 80 marcan el ocaso y la desaparición de<br />

este proyecto histórico. Esta mundialización se caracteriza por la creciente<br />

automatización, es decir, por el paro en masa y la deslocalización productiva<br />

hacia los países más pobres, expulsando fuera de las fábricas al viejo proletariado<br />

industrial de los países más desarrollados. Se observa aquí una tendencia<br />

empresarial a “deshacerse”, al menos formalmente, de buena parte del<br />

sector productivo para relegarlo a la subcontratación, para idealmente no ocuparse<br />

más que de marketing y especulación. Es lo que lxs ciudadanistas llaman<br />

la “financiarización del capital”. Una empresa como Coca-Cola no posee<br />

actualmente, de forma directa, prácticamente ninguna unidad de producción,<br />

y se conforma con “gestionar la marca”, con hacer fructificar su capital bursátil<br />

y “reinvertir” comprando la competencia más pequeña, a la que anteriormenteya<br />

había forzado a la deslocalización, etc. Existe un doble movimiento<br />

de concentración del capital y de fragmentación de la producción. Un coche<br />

81


texto será empezar a definirlo de una manera más precisa.<br />

Por ciudadanismo, entendemos en principio una ideología cuyos rasgos<br />

principales son:<br />

1) La creencia de que la democracia es capaz de oponerse al capitalismo<br />

2) El proyecto de reforzar el Estado (o los Estados) para poner en<br />

marcha esta política.<br />

3) lxs ciudadanxs como base activa de esta política.<br />

La finalidad expresa del ciudadanismo es humanizar el capitalismo,<br />

volverlo más justo, proporcionarle de alguna forma, un suplemento de alma.<br />

La lucha de clases es sustituida aquí por la participación política de lxs ciudadanxs,<br />

que no sólo deben elegir a sus representantes, sino además actuar<br />

constantemente para hacer presión sobre ellxs, con el fin de que apliquen<br />

aquello para lo que fueron elegidxs. Naturalmente lxs ciudadanxs no deben<br />

en ningún caso sustituir a los poderes públicos. Pueden, de vez en cuando,<br />

practicar lo que Ignacio Ramonet ha llamado la “desobediencia cívica” (ya no<br />

“civil”, término que recuerda con excesiva incomodidad a la “guerra civil”),<br />

para obligar a los poderes públicos a cambiar de política.<br />

El estatuto jurídico de “ciudadanx”, entendido simplemente como<br />

natural de un Estado, adquiere un contenido positivo, incluso ofensivo. En<br />

cuanto adjetivo, “ciudadanx” describe en general todo lo que es bueno y generoso,<br />

aplicado y consciente de sus responsabilidades, y más generalmente,<br />

como se decía antaño, “social”. Es en este sentido que podemos hablar de<br />

“empresa ciudadana”, de “debate ciudadano”, de “cine ciudadano”, etc.<br />

Esta ideología se manifiesta a través de una nebulosa de asociaciones,<br />

de sindicatos, de órganos de prensa y de partidos políticos. En Francia<br />

tenemos asociaciones como ATTAC, lxs amigxs de “Monde Diplomatique”,<br />

AC! [actuar juntos contra el paro], Droit au Logement [Derecho a Techo],<br />

APOC [objetores de conciencia], la Ligue des Droits de l’Homme [Liga de<br />

Derechos Humanos], la red Sortir du nucléaire [Salir de lo nuclear], etc.. Vale<br />

la pena señalar que la mayoría de las personas que militan en el seno de este<br />

movimiento forman a menudo parte de varias asociaciones a la vez. En el<br />

plano sindical, tenemos a la CGT [vinculado al Partido Comunista Francés],<br />

SUD [fundado por trotskistas], la Confédération Paysanne, la UNEF [Unión<br />

Nacional de lxs Estudiantes de Francia], etc. En cuanto a los partidos políticos<br />

están representados por los partidos trotskistas y los Verdes. Sin embargo,<br />

los partidos políticos tienen un estatuto distinto, pero dejaremos esta cuestión<br />

para más adelante. A la extrema izquierda del ciudadanismo, podemos<br />

incluir a la Fédération Anarchiste, la CNT y los anarquistas antifascistas, que<br />

en la mayoría de los casos van a remolque de los movimientos ciudadanistas<br />

para añadir su grano de arena libertario, pero que se hallan de hecho en el<br />

mismo terreno.<br />

80<br />

DESARROLLAR RELACIONES DE<br />

AFINIDAD.<br />

”Hoy el alma se ahoga en una masa de encuentros al azar. Estamos buscando<br />

a aquell@s que aún están lo suficientemente viv@s para apoyarse<br />

un@s a otr@s más allá de esto; aquell@s que escapan de la Vida Normal.”<br />

Against Sleep and Nightmare<br />

Vivimos en una sociedad en la que la mayoría de nuestros encuentros<br />

han sido ya definidos en forma de roles predeterminados y relaciones<br />

en las que no tenemos nada que decir. Una aleatoriedad desprovista de sorpresa<br />

rodea el tormento programado del trabajo con un “tiempo libre” que<br />

carece del gozo, de la capacidad de asombro o de cualquier libertad real de<br />

actuar a nuestro antojo, un “tiempo libre” no muy diferente del trabajo del<br />

que se supone que es un respiro.<br />

La explotación se hace presente en el conjunto de la existencia al<br />

estar cada una de nuestras interacciones canalizadas hacia una forma de<br />

relacionarse que ya ha sido determinada en función de las necesidades del<br />

orden dominante, con el fin de garantizar la reproducción continuada de una<br />

sociedad en la que un@s poc@s controlan las condiciones de la existencia<br />

de tod@s, y por tanto poseen nuestras vidas.<br />

Así pues, la revuelta contra nuestra explotación no es esencialmente<br />

una lucha política o incluso económica, sino una lucha contra la totalidad<br />

de nuestra existencia actual (y por tanto contra la política y la economía),<br />

contra las actividades e interacciones cotidianas que nos son impuestas por<br />

la economía, el estado y todas las instituciones y aparatos de dominación y<br />

control que componen esta civilización. Esta lucha no se puede llevar a<br />

cabo por cualquier medio.<br />

Requiere un método de encontrarse y actuar en el mundo en el que<br />

se manifiesten aquí y ahora nuevas relaciones, las de individu@s libres que<br />

rechazan ser explotad@s y dominad@s e igualmente rechazan dominar o<br />

explotar. En otras palabras, nuestra lucha debe ser la reapropiación inmediata<br />

de nuestras vidas, en conflicto con la actual sociedad.<br />

65


Partiendo de esta base, el rechazo a la formalidad y el desarrollo de<br />

relaciones de afinidad no puede ser visto en términos meramente tácticos o<br />

estratégicos. Más bien, son el reflejo en la práctica de aquello por lo que<br />

estamos luchando si, efectivamente, estamos luchando por retomar nuestras<br />

vidas, por reapropiarnos de la capacidad de determinar las condiciones<br />

de nuestra propia existencia -es decir, la capacidad para la autoorganización.<br />

El desarrollo de relaciones de afinidad es específicamente el desarrollo<br />

de un profundo conocimiento del otro de un modo complejo, una profunda<br />

comprensión de las ideas, sueños, deseos, pasiones, aspiraciones,<br />

capacidades, y concepciones de la lucha y de la vida, de los demás. Es por<br />

supuesto un descubrimiento de lo que se tiene en común, pero más significativamente<br />

es un descubrimiento de las diferencias, de lo que es único en<br />

cada individu@, porque es en la diferencia donde se puede descubrir realmente<br />

qué proyectos se pueden llevar a cabo con otr@s.<br />

Dado que el desarrollo de relaciones de afinidad es en sí mismo un<br />

reflejo de nuestros objetivos como anarquistas y dado que se propone crear<br />

un conocimiento profundo y en constante expansión del/a otr@, no se<br />

puede abandonar simplemente al azar. Necesitamos crear adrede la oportunidad<br />

para los encuentros, discusiones y debates en los que nuestras ideas,<br />

aspiraciones y visiones de la lucha revolucionaria puedan ponerse en discusión,<br />

donde las afinidades reales y los conflictos reales salgan a la luz y se<br />

desarrollen-no con el objetivo de encontrar un termino medio en el que<br />

tod@s transijan por igual, sino para clarificar distinciones y así descubrir una<br />

base real para crear proyectos de acción que no sean simplemente desempeñar<br />

el papel de radical, activista o militante, sino que sean reflejos reales<br />

de los deseos, pasiones e ideas de quienes se impliquen.<br />

Aunque las publicaciones, los tablones de discusión en Internet y la<br />

correspondencia pueden proporcionar medios para hacer esto en algunos<br />

niveles, en cuanto que son foros abiertos tienden a ser demasiado aleatorios,<br />

con el riesgo de que la discusión pierda cualquier proyectualidad y se<br />

desvía hacia el intercambio democrático de opiniones que tienen poca conexión<br />

con la propia vida.<br />

A mi entender, las mejores y más significativas discusiones pueden<br />

tener lugar en encuentros cara a cara entre gente con alguna claridad de<br />

porqué se están reuniendo para discutir. Así pues, organizar grupos de discusión,<br />

debates, encuentros, etc. es una parte integral del desarrollo de relaciones<br />

de afinidad y por tanto de proyectos de acción.<br />

La necesidad de perseguir el desarrollo de relaciones de afinidad de<br />

forma intencionada no significa el desarrollo de una base formal para la afinidad.<br />

La formalidad socava la posibilidad de afinidad, porque está basada<br />

por naturaleza en un espacio común predeterminado, y por tanto arbitrario.<br />

66<br />

EL IMPASE CIUDADANISTA<br />

CONTRIBUCIÓN A UNA CRÍTICA DEL CIUDADANISMO<br />

“Si la lógica de la falsa conciencia no puede conocerse verídicamente, la búsqueda<br />

de la verdad crítica sobre el espectáculo debe ser también una crítica<br />

verdadera. Tiene que combatir, en la práctica, entre lxs enemigxs irreconciliables<br />

del espectáculo, y admitir estar ausente allí donde lo están ellxs. Son las<br />

leyes del pensamiento dominante, el punto de vista exclusivo de la actualidad,<br />

que reconoce la voluntad abstracta de la eficacia inmediata cuando se arroja<br />

hacia las concesiones del reformismo o de la acción común de los restos<br />

seudo-revolucionarios. Con ello el delirio se reconstituye dentro de la misma<br />

posición que pretende combatirlo. Por el contrario, la crítica que trasciende el<br />

espectáculo, debe saber esperar.”<br />

Guy Debord, La Sociedad del Espectáculo<br />

Las tesis que se presentan a continuación no pretenden decir la última<br />

palabra sobre el tema que tratan. Son más bien un conjunto de pistas que<br />

en algunos casos podrán ser seguidas, profundizadas, y en otros, sencillamente<br />

abandonadas. Si logramos dar algunos puntos de referencia (históricos,<br />

entre otros) a una crítica que todavía se busca a sí misma, alcanzaremos<br />

plenamente nuestro fin.<br />

Asimismo pensamos que ni este texto ni ningún otro podrá, por la sola<br />

fuerza de la teoría,derribar el ciudadanismo. La verdadera crítica del ciudadanismo<br />

no se hará sobre el papel, sino que será el resultado de un movimiento<br />

social que deberá forzosamente contener esta crítica, lo que no será, ni de<br />

lejos, su único mérito. Es el orden social al completo lo que será puesto en<br />

cuestión a través del ciudadanismo, precisamente porque éste orden lo contiene.<br />

El momento nos parece adecuado para iniciar esta crítica. Si el ciudadanismo,<br />

en sus inicios, ha podido mantener cierta confusión alrededor de<br />

lo que era realmente, hoy en día, sin embargo, se ve forzado debido a su propio<br />

éxito a avanzar cada vez más a cara descubierta. A más o menos corto<br />

plazo deberá mostrar su verdadero rostro. Este texto trata de anticipar este<br />

desenmascaramiento, para que por lo menos no nos pille desprevenidos y<br />

sepamos reaccionar de forma apropiada.<br />

1.- Definición previa<br />

Nos limitaremos a dar una definición introductoria del ciudadanismo,<br />

es decir, que se centrará únicamente en lo más evidente. El objetivo de este<br />

79


OBSERVATORIO METROPOLITANO CONTRA LA ESPECULACIÓN URBANÍSTICA<br />

Notas:<br />

http://www.klinamen.org/noalparking/<br />

(1). El conflicto contra el parking dela avenida Eladio Perlado, aún cuando es<br />

el más reciente, no es el único gran conflicto que ha vivido el barrio de<br />

Gamonal. En 1977 tras una decisión municipal en la que se acordó la subida<br />

de 5 de las antiguas pesetas el precio del billete del autobús, los habitantes<br />

del bario montaron en cólera y decidieron volcar y dar fuego a un autobús en<br />

medio de la calle Vitoria, una de las principales arterias de la ciudad que atraviesa<br />

el barrio... ....el tiempo pasa las luchas continúan.<br />

(2).Otra zona de la ciudad donde el ayuntamiento esta realizando un parking<br />

subterráneo, el cual no pudo ser frenado<br />

(3). Durante las cargas policiales llegaran a perderse, no una, sino varias pistolas<br />

reglamentarias. Hechos que, tras una reunión de la Junta de Seguridad<br />

local (Ayuntamiento, Subdelegación del Gobierno y mandos policiales), fueron<br />

sellados con un pacto de silencio.<br />

(4).El documental “¿De quien es la calle?” puede ser solicitado en la siguiente<br />

dirección de correo electrónico: apoyoencausados@klinamen.org<br />

78<br />

La organización formal se basa en una unidad ideológica o programática<br />

que resulta por último en adhesión a la organización como tal. Las diferencias<br />

se deben dejar a un lado por la causa de la organización, y cuando las<br />

diferencias se dejan a un lado, lo mismo ocurre con los sueños, deseos,<br />

aspiraciones y pasiones dado que éstas solo pueden pertenecer al individu@.<br />

Pero, de hecho, la organización formal no tiene nada que ver con la<br />

intención o la proyectualidad. En realidad, al proporcionar una ideología a la<br />

que adherirse, libra al individuo de la responsabilidad de pensar por si<br />

mism@ y desarrollar su propia comprensión del mundo y de su lucha en el.<br />

Al proporcionar un programa, libra al individuo de la necesidad de actuar<br />

autónomamente y hacer análisis prácticos de las condiciones reales en las<br />

que está luchando. Por tanto, en realidad la formalidad socava la proyectualidad<br />

y la capacidad para la autoorganización y de esta forma socava el<br />

objetivo de la lucha anarquista.<br />

Las relaciones de afinidad son la base necesaria de auto-organización<br />

en el nivel cotidiano más básico de lucha y de vida. Es el conocimiento<br />

profundo y creciente del/a otr@ lo que proporciona la base para desarrollar<br />

proyectos de revuelta que reflejen verdaderamente nuestras propias aspiraciones<br />

y sueños, para desarrollar una lucha compartida que se base en el<br />

reconocimiento y, en el mejor de los casos, el apasionado disfrute de nuestras<br />

muy reales y hermosas diferencias.<br />

El desarrollo de la revolución social requerirá, por supuesto, una<br />

organización de la actividad más allá del ámbito de nuestras relaciones de<br />

afinidad, pero son los proyectos que desarrollamos de estas relaciones lo<br />

que nos proporcionan la capacidad para la auto-organización, la fuerza para<br />

rechazar toda formalidad y, por tanto, a todos los grupos que pretenden<br />

representar la lucha, ya se llamen partidos, sindicatos o federaciones.<br />

En las relaciones de afinidad, empieza ya a desarrollarse una nueva<br />

forma de relacionarse libre de todos los roles y de toda relación social ya<br />

manida, y con ésta una aparente impredecibilidad que las autoridades<br />

nunca entenderán. Aquí y ahora, abrazamos un mundo de maravilla y gozo<br />

que es un arma poderosa para destruir el mundo de dominación.<br />

WILLFUL DISOBEDIENCE VOL. 2 NO. 12<br />

67


mental se estrenase. Sin embargo, después de una concentración de protesta<br />

en la puesta del edificio en cuestión, la gente se desplazó hasta una plaza<br />

cercana donde se proyectó el documental... Nada más y nada menos que un<br />

20 de diciembre, con una temperatura de 0ºC que no mermó ni un ápice el<br />

calor combativo de lxs que allí nos congregamos.<br />

Cabe decir además que el documental ha sido proyectado en otras realidades<br />

geográficas donde se sufren similares procesos especulativos como el barrio<br />

del Cabañal en Valencia, el “Forat de la Vergonya” en Barcelona, el barrio de<br />

Aluche en Madrid, Alicante, Granda, Zaragoza y todo un largo etcétera....<br />

La lucha sigue inexorable....<br />

....un proceso especulativo llamado “Master Plan”<br />

El conflicto y la lucha que hemos venido relatando en este escrito es solamente<br />

el inicio, o mejor dicho, una etapa de las futuras luchas que se avecinan en<br />

esta ciudad. Por suerte (o por desgracia para algunos) la movilización contra<br />

la especulación en Burgos continua activa, más aún cuando se avecina un<br />

nuevo proceso especulativo a gran escala, algo que ha venido a denominarse<br />

como “Master Plan”.<br />

Dicho proyecto que, como siempre, estaría respaldado por las grandes<br />

empresas constructoras y las principales cajas de ahorro de la ciudad, pretende<br />

aprovecharse de una de las reivindicaciones históricas de los habitantes<br />

de la ciudad de Burgos: el soterramiento del ferrocarril que parte en dos la ciudad.<br />

Soterramiento, hay que decirlo, que no se producirá, sino que será sustituido<br />

por un desvió, en el que, aprovechando el primigenio trazado del ferrocarril,<br />

que será sustituido por una carretera de cuatro carriles, se pretende<br />

destruir los numerosos espacios naturales que aún conserva la ciudad.<br />

Para ir terminando... Con este artículo hemos pretendido reflejar de forma nítida<br />

el desarrollo de un conflicto contra la especulación urbanística, un conflicto<br />

vecinal histórico en Burgos y que ha demostrado que la fuerza de la unión<br />

y de la acción colectiva son capaces de hacer frente al más grande de los<br />

contrincantes, sea quien sea, y se llame como se llame. Algo que se permanece<br />

en la memoria colectiva puede ser una valiosísima referencia de cara a<br />

las nuevas luchas que se avecinan, ya sea en Gamonal, en otros barrios de<br />

Burgos, o allá donde se sucedan.<br />

Gamonal<br />

junio de 2006<br />

68 77


que habría que sumar los 13.200 euros solicitados en concepto de daños.<br />

La prensa local aireó de forma parcial algunas de las partes de las que se<br />

componía el escrito de acusación del Ayuntamiento. Leyéndolo entre líneas,<br />

se desprende que el Ayuntamiento sigue fiel a su hipótesis inicial cuando, afirmando<br />

que “un grupo de jóvenes compuesto por 20 personas derribaron las<br />

vallas de las obras e invadieron la calzada de la calle Vitoria para intentar cortar<br />

el tráfico...” trata de aislar a lxs vecinxs detenidxs aludiendo de forma implícita<br />

al fantasma de las “personas ajenas al barrio” o la receta mágica de la<br />

kale borroka y/o grupos anti-sistema que suele servir para casi todo. Sin<br />

embargo, la cosa se complica mucha más cuando ni tan siquiera las propias<br />

imágenes publicadas por la prensa local se corresponde con lo redactado en<br />

dicho escrito de acusación, puesto que puede apreciarse perfectamente que<br />

quienes resisten al inicio de las obras de construcción del aparcamiento no<br />

son solamente “grupo de jóvenes”, y ni mucho menos tan sólo 20 personas.<br />

Rencorosos por el hecho de que un barrio entero osara desafiar su sacrosanta<br />

voluntad, lxs políticos y especuladorxs han puesto en marcha su particular<br />

venganza jurídica, en la que con el linchamiento jurídico y mediático de unxs<br />

pocxs detenidxs al azar, pretenden que escarmiente el barrio entero. Por eso<br />

solicitan penas astronómicas en forma de años de cárcel o cantidades de<br />

dinero. Sin embargo el tiro les ha salido por la culata, como se suele decir, la<br />

gente de Gamonal ha comprendido que, en el proceso que en breve dará<br />

comienzo, no solamente se pretende juzgar a una serie de personas concretas,<br />

sino la revuelta de un barrio entero contra la especulación urbanística y<br />

lxs caciques políticxs, algo que no podrá ser jamás tolerado por estos últimos.<br />

¿De quién es la calle?<br />

Es el título del documental(4) donde se recogen los momentos más significativos<br />

de la lucha contra el parking, incluyendo además entrevistas con la<br />

gente que ha vivido el conflicto en primera persona, además de interesantes<br />

colaboraciones musicales como la del grupo de un grupo de hip-hop de<br />

Gamonal que pone la banda sonora para las impactantes imágenes de la<br />

noche del 18 de agosto.<br />

Entre las múltiples avatares que acompañan la vida de esta documental cabe<br />

destacar el de la absoluta voluntad de censura desplegada desde medios<br />

municipales. A escasos dos días de su estreno en la Casa de la Cultura de<br />

Gamonal, un espacio público, recordémoslo, el permiso para su proyección es<br />

denegado por el señor Eduardo Francés, concejal al mismo tiempo de Cultura<br />

y de Policía, aludiendo a una supuestas obras de remodelación del edificio en<br />

cuestión. Una maniobra que, a todas luces, trataba de impedir que el docu-<br />

76<br />

[BURGOS] PARA QUIEN NO ESTUVO AL<br />

CORRIENTE DE LOS ACONTECIMIENTOS DE<br />

GAMONAL<br />

Para quien no estuvo al corriente de los acontecimientos<br />

De la lucha contra el parking y la especulación urbanística: ...la extraña e<br />

increíble historia de una Avenida llamada Eladio Perlado.<br />

Una ciudad llamada Burgos...<br />

Burgos es una pequeña ciudad al norte de la meseta castellana donde se desarrolla<br />

uno de los más intensos procesos de especulación urbanística de toda<br />

la geografía ibérica. Antigua “capital de la cruzada” franquista, desde mediados<br />

de los años 70 ha ido variando su estructura urbanística a pasos agigantados.<br />

Proceso propiciado, en gran medida, por la actividad imparable de las<br />

grandes constructoras que dominan la ciudad, interesadas más en el lucro<br />

personal e inmediato, que en los necesidades reales de sus respectivos habitantes.<br />

Un proceso especulativo de dimensiones espectaculares, más aún si tenemos<br />

en cuenta que nos estaríamos refiriendo una ciudad relativamente<br />

pequeña, que hunde sus raíces en dinámicas y aptitudes mentales del periodo<br />

tardo-franquista, caracterizadas en su mayor parte por una visión caciquil<br />

de la estructuración de la ciudad. Esta concepción de la estructuración urbana<br />

pone en evidencia una marcada jerarquización territorial y un empeño<br />

constante de hacer visible a los habitantes el apabullante de las entidades<br />

constructoras. Proceso en el que, a su vez, participarán los gestores de las<br />

administraciones locales, terminando en más de un ocasión con fragantes<br />

escándalos, como el denominado “caso de la construcción”, que se saldó con<br />

la inhabilitación del entonces alcalde de Burgos, José María Peña, y el encarcelamiento<br />

del actual magnate inmobiliario y de los medios de comunicación,<br />

69


el señor Miguel Méndez Pozo.<br />

Burgos es conocida por su frío siberiano, por el, a veces, hosco carácter de<br />

sus habitantes, por sus morcillas, por guerreros, más legendarios que históricos,<br />

como el Cid, y también, todo hay que decirlo, por el accidente laboral que<br />

el 13 de enero de 2005 costó la vida a 10 trabajadores mientras trabajaban<br />

para la empresa constructora Arranz Acinas en una subcontrata del<br />

Ayuntamiento de Burgos.<br />

...y un barrio llamado Gamonal.<br />

Gamonal es uno de los barrios más populosos de la ciudad de Burgos; recibe<br />

su particular toponimia de un tipo de planta denominada “gamón”, que<br />

según parece abundaba en la zona.<br />

El antiguo pueblo de Gamonal de Río Pico fue definitivamente engullido por<br />

la ciudad de Burgos para convertirse en uno de los barrios que albergarían el<br />

importante éxodo rural que, a mediados de los años 70, llegaría a la ciudad<br />

procedente del campo. De esta manera, las gentes que fueron sucesivamente<br />

llegando comenzaron a trabajar en las múltiples fábricas que se crearon,<br />

situadas en un polo industrial de nueva configuración ubicado justo en el<br />

mismo borde del nuevo bario de Gamonal. Era necesario, por lo tanto, crear<br />

nuevas viviendas donde alojar a estxs recién llegadxs, las cuales se construyeron<br />

con la celeridad y los ínfimos materiales que demandaban los nuevos<br />

tiempos.<br />

Todo ello apuntaba al desarrollo del problema de estructuración poblacional<br />

que arrastra actualmente dicho barrio, y por consiguiente la ciudad , en el que<br />

las cifras hablan por si solas: la ciudad de Burgos posee en torno a 175.000<br />

habitantes, 80.000 de las cuales se hacinarían en Gamonal dentro de una<br />

estructura urbanística desordenada, característica del periodo post-franquista,<br />

fruto del proceso especulativo que hemos venido señalando y fuente de<br />

conflictos como el que a continuación relataremos(1).<br />

El conflicto del aparcamiento de la Avenida Eladio Perlado<br />

El aparcamiento subterráneo que el Ayuntamiento de Burgos tenía proyectado<br />

construir en la avenida Eladio Perlado desató, desde un principio, un intenso<br />

rechazo en el barrio de Gamonal, en tanto que, lxs vecinxs de dicha zona<br />

lo percibirán como una clara agresión. Su ubicación era incompatible con el<br />

tipo de avenida en el que abundan las casas altas, y por la que, además,<br />

pasaría un río subterráneo. A lo que hay que añadir que, otro de los aparcamientos<br />

realizados por el ayuntamiento en un zona colindante, provocó daños<br />

Desde la propia tarde del viernes 19 de agosto, en la que fue convocada una<br />

nueva asamblea par informar de la situación, se expuso colectivamente y de<br />

forma reiterada que en ningún momento se pensaba dejar solxs a lxs detenidxs,<br />

añadiéndose además que se iba a estar con ellxs “fuesen o no fuesen<br />

del barrio” (como puede comprobarse en el video-documental ¿De quién de<br />

es la calle?, al que luego nos referiremos). Algo, sin duda alguna, sumamente<br />

importante y valioso la hora de afrontar el proceso al que estxs compañerxs<br />

han de enfrentarse.<br />

De la lucha contra el parking<br />

a la solidaridad con todxs lxs detenidxs y encausadxs.<br />

A)La lucha da sus frutos.<br />

En enero de 2006 el Ayuntamiento de Burgos hará público que da por desestimada<br />

la realización de un parking subterráneo en la Avenida Eladio Perlado.<br />

Ante la imposibilidad de oponerse a la gran movilización vecinal, cabe resaltar<br />

que uno de los lemas de las manifestaciones siguientes fue “Si las vuelven<br />

a traer las romperemos otra vez”, el Ayuntamiento decide dar marcha<br />

atrás a sus pretensiones, no sin antes elaborar minuciosamente su particular<br />

venganza diseñada desde hacía meses.<br />

B) Ensañamiento y persecución municipal.<br />

Inmediatamente después de los hechos del 18 de agosto algunxs vecinxs<br />

comenzaron a recibir citaciones judiciales, lo que resultaba sorprendente es<br />

que ninguno de ellxs había sido ni detenidx ni identificadx aquella tardenoche.<br />

Dichas citaciones respondían a un claro intento de criminalizar y castigar<br />

a aquellxs vecinxs que, desde medios municipales, eran consideradxs<br />

significativxs. Algunas de estas denuncias llegarán incluso después de que<br />

pasaran 8 meses, acompañadas además de múltiples irregularidades. Todas<br />

encuadrables dentro de un mismo patrón acusatorio: “desordenes públicos, e<br />

incitación a tirar las vallas”, referidas ambas a los hechos acaecidos durante<br />

la mañana. Cabe decir que, todas estas acusaciones son consideradas falsas<br />

por lxs vecinxs que las han recibido, fruto de una venganza municipal a posteriori.<br />

A finales de mayo de 2006, el Ayuntamiento hará público, a través de una<br />

intensa campaña de criminalización en los medios locales, el escrito de acusación<br />

contra lxs 8 vecinxs detenidxs arbitrariamente la noche del 18 de agosto.<br />

En su escrito de acusación el Ayuntamiento solicita de entre 7 a 8 años de<br />

cárcel para cada unx de lxs procesadxs, un total de 54 años de cárcel, a lo<br />

70 75


son aprovechados a modo de barricada incendiaria para frenar el avance policial(3),<br />

quienes incluso llegaran romper los cristales del portal de la avenida<br />

para acceder a su interior como si de autenticas tropas de ocupación se tratase<br />

(lo sorprendente es que algunx de ellxs es vecinx del barrio de toda la<br />

vida).<br />

Las obras que tenían previsto dar comienzo la mañana del 18 de agosto de<br />

2005 van a concluir ese misma noche, la acción colectiva de cientos y cientos<br />

de vecinxs que se echaron a la calle hace que, en meses siguientes, la<br />

ubicación del parking en la avenida sea desestimada.<br />

Aquella noche histórica en la ciudad de Burgos se saldará con 8 personas<br />

detenidas arbitrariamente, quienes además de ser brutalmente agredidas y<br />

vejadas, se enfrentan actualmente a un proceso jurídico en el que el<br />

Ayuntamiento de Burgos solicita escalofriantes condenas, cuestión que más<br />

adelante pasaremos a analizar con detalle.<br />

La manipulación mediática.<br />

“Los medios de comunicación en democracia son lo que las pistolas en dictadura”.<br />

Dicho anónimo y recurrente<br />

Después de las porras, las pelotas de goma y las cargas indiscriminadas, lxs<br />

especuladores y políticxs de turno utilizaron otra de sus armas favoritas: la<br />

manipulación de los medios de comunicación. La totalidad de los mas-media<br />

locales se harán amplio eco de la noticia, sin embargo su versión de los<br />

hechos difiere mucho de lo realmente acontecido la jornada del 18 de agosto<br />

en Gamonal.<br />

Si los medios escritos plantearon inicialmente la fantasiosa hipótesis de la llegada<br />

de miembros de la Kalle borroka para participar en los enfrentamientos,<br />

el alcalde, Juan Carlos Aparicio, en una rueda de prensa convocada a toda<br />

prisa tras su precipitado regreso de sus vacaciones en Turquía, señala que<br />

todo ha sido obra de un reducido grupo de “radicales anti-sistema” que se<br />

habrían coordinado a través de internet.<br />

Por otro lado, cuando la hipótesis Kalle Borroka comenzó a perder peso,<br />

desde la Subdelegación del Gobierno se apuntó hacia “grupos anarquistas<br />

radicales” y/o “extrema izquierda”; diferentes versiones para ocultar lo evidente:<br />

que cientxs y cientxs de vecinxs había participado en la revuelta contra el<br />

parking y la especulación urbanística, y que las personas que habían sido<br />

detenidas arbitrariamente esa noche eran todas gentes del barrio, algunxs de<br />

ellxs a demás tuvieron que transcurrir varios días hospitalizadxs.<br />

en las viviendas, las cuales terminaron por resquebrajarse.<br />

Otra de las causas que, desde el mismo inicio, provocó indignación entre lxs<br />

vecinos de Gamonal fue que la realización de las obras recayó en la empresa<br />

constructora Arranz-Acinas, que como hemos ya apuntado, está involucrada<br />

en el accidente laboral en el que murieron 10 trabajadores. Parece ser que,<br />

donde estos trabajadores se cambiaban, una lonja propiedad de dicha empresa,<br />

también se almacenaba maquinaria y material inflamable. La combinación<br />

resulto mortal, sin embargo la empresa constructora continúa afirmando que<br />

el accidente fue debido a circunstancias que los propios trabajadores provocaron.<br />

Aún cuando lxs políticxs locales se afanaron en repetir de forma machacona<br />

que la constructora era modélica, respaldando implícitamente la versión de la<br />

empresa (subcontratada por el propio ayuntamiento), las gentes del barrio<br />

percibieron que de nuevo entre políticxs y constructorxs se estaba dando un<br />

proceso de corporativismo, o más bien, de flagrante encubrimiento, con el fin<br />

de hacer tragar al barrio una nueva imposición caciquil, esta vez en forma de<br />

aparcamiento subterráneo...<br />

Alguna voz anónima señaló audazmente que todo podía resumirse con la<br />

habitual letanía de “favores que lxs políticxs debían a lxs constructorxs”, etcétera.<br />

Igualmente, el aparcamiento fue percibido como un mero negocio especulativo.<br />

Lxs vecinxs de Eladio Perlado se cansaron de repetir al ayuntamiento que<br />

existían otros aparcamientos cercanos que se encontraban medio vacíos.<br />

¿Por qué entonces construir otro?. ¿Por qué el ensañamiento del<br />

Ayuntamiento y su negativa constante a dar marcha atrás? ¿Quién gobierna<br />

realmente en la ciudad de Burgos, lxs políticxs que dicen representarnos o<br />

sus amigxs especuladorxs? Y así una larga lista de preguntas, todas ellas sin<br />

respuesta....<br />

Con todo, quizá aquello que supuso el detonante del conflicto, fue la actitud<br />

totalmente caciquil del Ayuntamiento, tratando de imponer a toda costa, y por<br />

todos los medios, el parking a sus supuestxs usuarixs. En todo momento trató<br />

de hacer ver de forma absolutamente prepotente que su decisión era irrevocable,<br />

y que todas las protestas eran debidas a un “puñado de agitadores politizados”.<br />

Los hechos demostrarían a posteriori que los que protestaban contra<br />

su imposición eran algo más que un “puñado de agitadores”.<br />

74 71


La movilización:<br />

Contra el parking y contra la Especulación.<br />

Las movilizaciones contra la construcción de un parking en la Avenida Eladio<br />

Perlado van a dar comienzo a partir de marzo de 2005. De forma prácticamente<br />

semanal, todos los lunes, comienzan a realizarse manifestaciones que<br />

recorrían la propia avenida en las que se reunía una gran cantidad de vecinos,<br />

no solamente las personas afectadas directamente por la construcción<br />

del aparcamiento, sino también otrxs vecinxs del barrio que apoyaban la lucha<br />

contra la especulación. La atención que los medios de comunicación locales<br />

concedían a estas movilizaciones era prácticamente nula, en ocasiones<br />

rayando incluso el menosprecio, lo que representará la antesala de la manipulación<br />

mediática con la que después dichos medios abordarían los hechos.<br />

Manipulación mediática que dará comienzo en junio de 2005 cuando lxs<br />

vecinss deciden hacerle llegar sus quejas al mismo oído del alcalde mientras<br />

inauguraba un parque en Gamonal, quejas que se hicieron extensibles al presidente<br />

del Consejo de Barrio, un señor que solo se representa a si mismo,<br />

teniendo ambos que abandonar Gamonal escoltados por la policía. La reacción<br />

airada de los medios de comunicación señaló la parte de la barricada en<br />

la que los medios oficiales de comunicación se situaban. Como no podría<br />

haber sido de otra manera, al lado de sus gestorxs políticxs y dueñxs empresariales,<br />

es decir, al lado de lxs de toda la vida.<br />

En el transcurso de la lucha fueron celebradas diversas asambleas vecinales<br />

multitudinarias, conviene destacar, por su especial importancia, aquella que<br />

se celebró a finales de junio de 2005 en la Casa de la Cultura de Gamonal<br />

algunos días después de los hecho que hemos narrado. Durante el desarrolló<br />

de la misma fueron identificados una pareja de agentes de la Brigada de<br />

información de la Policía Nacional (lo que antes venía a llamarse políticosocial),<br />

los cuales, identificados por un vecino que tomó la palabra, fueron<br />

gentilmente invitados a abandonar la sala a grito de ¡fuera!, ¡fuera!, ¡fuera!...<br />

La consiguiente reacción fue una autentica campaña de intimidación por parte<br />

de la Subdelegación del Gobierno, empeñada en criminalizar y señalar con el<br />

dedo a aquellxs vecinxs del barrio que, según su criterio, no eran “ni políticamente<br />

correctos, ni buenas compañías”.<br />

Llega el verano, y a pesar de que el ayuntamiento se había comprometido a<br />

no dar comienzo a las obras durante el periodo estival, nadie, ni en Eladio<br />

Perlado, ni en Gamonal, se fiaba de la palabra de estxs señorxs. Un grupo de<br />

vecinxs había sido ya expulsado, y no de muy buenas maneras, del pleno<br />

municipal donde se decidió aprobar la construcción del aparcamiento, preludio<br />

de la que aún estaba por venir. Las malas maneras con que la policía reci-<br />

bió a lxs vecinxs del parque de Virgen del Manzano(2) el día 11 de agosto<br />

anunciaron, pero a pequeña escala, lo que ocho días más tarde sucedió en<br />

Eladio Perlado.<br />

18 de Agosto<br />

El 18 de agosto de 2005 van a comenzar de madrugada las obras de construcción<br />

de un descomunal parking en la Avenida Eladio Perlado. Sin previo<br />

aviso, sin posibilidad de reclamación alguna, tratando de imponer “su” obra<br />

mediante la política de hechos consumados. Un vecino con el sueño ligero dio<br />

la voz de alarma, inmediatamente fueron llegando varixs efectivxs de la policía<br />

local y nacional para escoltar a los obreros, contratados para colocar las<br />

vallas, que acotarían el perímetro donde pensaba construirse el parking.<br />

Pitos, sirenas, cacerolas y alta-voces hicieron que unxs 60 vecinxs se echaran<br />

a la calle para intentar detener el inicio de las obras, poniéndose frente a<br />

los camiones para complicar el colocado de las vallas. La policía local comenzó<br />

a cargar con dureza, ancianxs, niñxs y todo elx que pasaba por allí fueron<br />

golpeadxs brutalmente. Aquella misma mañana se produjo la primera de las<br />

detenciones y un número indeterminado de personas tuvo que pasar por el<br />

hospital.<br />

Esa misma tarde es convocada una asamblea vecinal en el patio de un colegio<br />

cercano, la tensión podía percibirse en los alrededores. Las vallas habían<br />

sido colocadas y la policía local custodiaba el perímetro donde en breve darían<br />

comienzo las obras. Después de 30 minutos de asamblea multitudinaria,<br />

en la que se expusieron los hechos de la mañana, se decide partir en manifestación<br />

hasta el cercano perímetro vallado que acotaba la avenida entera,<br />

donde, sin pensárselo dos veces, la gente empieza a zarandear las vallas que<br />

van siendo derribadas ante la mirada atónita de la policía local. Tras unos<br />

minutos de confusión, esta realizará un amago de carga, pero se verá desbordada<br />

por la situación.<br />

Sin embargo, una vez que llega la noche, y habiendo solicitado refuerzos,<br />

comienza una carga indiscriminada a la que lxs vecinxs de Gamonal responden<br />

arrojándoles todo aquello que tenían a mano, no solo aquellos que estaban<br />

en la calle, sino incluso desde las ventanas de sus casas, de donde<br />

comenzaron a llover sartenes, botellas, bolsas de basura, naranjas, patatas e<br />

incluso un tapa de un inodoro. La avenida se convierte en un autentico escenario<br />

de guerra, la caseta de obra que había instalado la empresa arde.<br />

Vuelan las pelotas de goma, una de ellas, disparada a apenas 5 metros, va a<br />

ir a para a la cabeza de unx chavalx que pierde el sentido. Los contenedores<br />

72 73


irremplazables entre sí. El debate queda abierto, y también es respecto a<br />

todas estas preguntas, que debemos “saber esperar”.<br />

VII.- Conclusión provisional<br />

Hemos intentando evocar en este texto los principales límites y debilidades<br />

del ciudadanismo. Queda claro que no se trata solamente de límites<br />

o debilidades “teóricas”, sino muy reales y que le resultarán fatales a corto o<br />

largo plazo. Tampoco se trata de quedarse sentado de brazos cruzados,<br />

“esperando” a que el ciudadanismo se derrumbe, dejando lugar mágicamente<br />

a la revolución. Sin duda, a este movimiento todavía le quedan muchos<br />

recursos, es capaz de adaptarse a nuevas condiciones. Pero hemos precisado<br />

aquí a qué “condiciones” no sabrá adaptarse. En cualquier caso, no hemos<br />

hecho más que esbozar la crítica, que otros proseguirán.<br />

Otra pregunta a la que hemos tratado de responder, es aquella que<br />

trata la forma de abordar la crítica. Demasiado a menudo, algunxs revolucionarixs<br />

critican a lxs que consideran reformistas, bajo el único pretexto de que<br />

no son revolucionarixs. Eso es presentar el debate como si se tratara de un<br />

simple debate de opiniones, en definitiva iguales o igualmente vacías: palabras<br />

vacías frente a la todopoderosa realidad objetiva del mundo. De proceder<br />

así, se puede defender cualquier cosa: preferir lxs indios de Zerzan a lxs<br />

cowboys de Kaczynski, el Renacimiento a la sociedad industrial, lxs proletarixs<br />

con gorra a lxs jóvenes raperxs con Nike.<br />

El próximo movimiento revolucionario, también deberá hallar su propio<br />

lenguaje. Probablemente no se expresará en los términos que aquí se<br />

emplean, que son los de una cierta tradición teórica. El lenguaje teórico que<br />

empleamos, es una herramienta para comprender la revolución que vendrá,<br />

pero no es esa revolución. Deberemos salir del empleo mágico-afectivo del<br />

lenguaje, que es el lenguaje de la alienación contemporánea, el lenguaje de<br />

los que no tienen ningún poder práctico sobre el mundo y que no puede, por<br />

lo tanto, hacer otra cosa que soñarlo. Solamente lxs que no tienen ningún<br />

poder sobre el mundo pueden decir lo que sea sin miedo a ser desmentidxs,<br />

ya que saben que su discurso carece de consecuencias.<br />

En el mundo de la integración capitalista, ya no hay ni verdad ni mentira:<br />

sólo sensaciones efímeras. Y debemos dejar de temer a la verdad. Si,<br />

ocurre a menudo que percibimos la voluntad de decir la verdad como una<br />

dominación -un “fascismo”, una voluntad de hegemonía del discurso- es porque<br />

en el mundo capitalista sólo lxs que dominan pueden pretender decir la<br />

verdad, ya que son ellxs quienes la crean, quienes detentan el monopolio de<br />

la “palabra verdadera”. Pero esta verdad es tan manifiestamente falsa, y<br />

nuestra impotencia a la hora de contestarla tan aplastante, que acabamos<br />

asqueadxs de cualquier tentativa de buscar la verdad: finalmente terminamos<br />

dudando de la posibilidad de poder decir cualquier cosa cierta, es decir, en la<br />

98<br />

Ante esta ausencia de perspectivas, la lucha de clases únicamente<br />

podía encerrarse en luchas defensivas, a veces muy violentas, como en el<br />

caso de Inglaterra. Pero esta energía era sobretodo la energía de la desesperación.<br />

También se puede resaltar que esta pérdida de perspectivas positivas<br />

se ha manifestado a menudo, en las personas que han vivido los años 60-70,<br />

por una desesperación personal muy real llevada a veces hasta sus últimas<br />

consecuencias, el suicidio o el terrorismo.<br />

El ciudadanismo se inscribe pues en este marco: enterrada la revolución,<br />

cuando ya ninguna fuerza se sentía capaz de emprender la transformación<br />

radical del mundo y en vista de que la explotación seguía su curso, era<br />

necesario que se expresara alguna forma de contestación.Esta fue el ciudadanismo.<br />

Su acto oficial de nacimiento puede situarse en el transcurso de la<br />

agitación de diciembre de 1995 [en Francia]. Este movimiento, nacido sobre<br />

la base real de la oposición a la privatización del sector público y al consiguiente<br />

empeoramiento de las condiciones de trabajo y la pérdida del propio<br />

sentido del trabajo, no podía en esa situación manifestarse sino como defensa<br />

del sector público y no como cuestionamiento de la lógica capitalista en<br />

general, tal y como se manifiesta en el servicio público. La defensa de dicho<br />

sector implica lógicamente que se considera que dicho sector está, o debería<br />

estar, fuera de la lógica capitalista. No fue una buena crítica la que se le hizo<br />

a este movimiento cuando se le reprochó ser un movimiento de privilegiadxs,<br />

o sencillamente de egoístas corporativistas. Pero sí se puede constatar que<br />

incluso las acciones más generosas o radicales de este movimiento contenían<br />

los mismos límites. Abastecer gratuitamente todos los hogares de electricidad,<br />

es una cosa: reflexionar sobre la producción y el uso de la energía es<br />

otra. Se puede ver en estas acciones que el Estado es concebido como una<br />

comunidad parasitada por el capital, capital que se interpone entre lxs ciudadanxs-usuarixs<br />

y el Estado. El ciudadanismo no dice otra cosa.<br />

Podemos ver que el ciudadanismo no podría recuperar un movimiento<br />

que fuese más radical. Por el momento, tal movimiento sencillamente no<br />

existe. El ciudadanismo se desarrolla como ideología producida necesariamente<br />

por una sociedad que no concibe perspectivas de superación [del sistema].<br />

También podemos resaltar que el movimiento de 1995, fecha de nacimiento<br />

del ciudadanismo, fue un fracaso, hasta en sus limitados objetivos<br />

básicos. La privatización del sector público sigue viento en popa y tal sector<br />

puede incluso situarse en la vanguardia de la ideología de lo privado, en cuanto<br />

empresa participativa, de implicación en la gestión, etc. En él, hay despidos<br />

masivos, se genera cada vez más precariedad laboral, el denominado “trabajo-<br />

joven”, se suprimen puestos de trabajo y se sobrecarga los que quedan.<br />

También el sector público está en primera línea respecto a la aplicación<br />

de la ley de las 35 horas, es decir, a la flexibilización. Una vez más, si<br />

fuera necesario, podemos ver que la lógica del Estado y la del capital no se<br />

83


oponen en absoluto, lo que constituye una de las limitaciones internas<br />

del ciudadanismo.<br />

III.- La relación con el Estado, el reformismo y el Keynesianismo.<br />

La relación del ciudadanismo con el Estado es a la vez de oposición<br />

y de apoyo, pongamos de apoyo crítico. Puede oponerse al Estado, pero no<br />

puede prescindir de la legitimidad que le ofrece. Los movimientos ciudadanistas<br />

deben convertirse rápidamente en interlocutores y para ello, algunas<br />

veces deben emprender acciones “radicales”, es decir, ilegales o espectaculares.<br />

Se trata a la vez de situarse en posición de víctima, de coger al Estado<br />

en falta (es decir, oponer el Estado ideal al Estado real) y de llegar lo más rápidamente<br />

posible a la mesa de negociaciones. La llegada de los CRS<br />

[Cuerpos de Seguridad Republicanos, antidisturbios] viene a confirmar que<br />

lxs ciudadanistas han sido entendidxs. Naturalmente, todo esto debe suceder<br />

bajo la mirada de las cámaras. Aquí, la represión es la precursora de los movimientos<br />

ciudadanistas: el enfrentamiento ya no es como en otros tiempos el<br />

momento en que se mide la relación de fuerzas, sino que consiste en una legitimación<br />

simbólica. De ahí, por ejemplo, el malentendido entre René Riesel<br />

[ex-miembro de la Internacional Situacionista] y algunos otros de la<br />

Confédération Paysanne que pretendían generar esta relación de fuerzas, y<br />

José Bové (y manifiestamente la mayor parte de la Confédération), que a través<br />

de una acción espectacular pretendían hacer de su movimiento un interlocutor<br />

con el Estado, en lo que de hecho se obtuvo un logro parcial.<br />

El propio Estado acepta generosamente estas prácticas, y cualquiera<br />

puede hoy hacer una pequeña manifestación, por ejemplo, bloquear la periferia<br />

y ser recibido oficialmente a continuación para exponer sus reivindicaciones.<br />

Lxs ciudadanistas se indignan con este estado de cosas que han contribuido<br />

a crear, pensando que, aún y así, no se debe molestar al Estado por<br />

minucias. Lxs interlocutorxs privilegiadxs ven con malos ojos a lxs parásitxs y<br />

demás aves de rapiña de la democracia.<br />

Asimismo, algunas prácticas ciudadanistas son promovidas directamente<br />

por el Estado, como lo demuestran las “conferencias ciudadanas” o<br />

“los debates de ciudadanxs” con las cuales el Estado se arroga el “dar la palabra<br />

a lxs ciudadanxs”. Es interesante ver hasta qué punto este movimiento se<br />

conforma con cualquier sucedáneo de diálogo, y están dispuestos a ceder en<br />

cualquier cosa con tal de que se les escuche y que lxs expertos hayan “atendido<br />

a sus inquietudes”. El Estado juega aquí el rol de mediador entre la<br />

“sociedad civil” y las instancias económicas, del mismo modo que lxs ciudadanistas<br />

harán de intermediarios entre el programa del Estado (que no es otra<br />

cosa que la correa de transmisión de la dinámica del capital) revisado de<br />

forma crítica, y la “sociedad civil”. Se ha visto con la ley de las 35 horas.<br />

84<br />

fácilmente que algunxs puedan sentirse atraídos hacia Zerzan [teórico neoprimitivista<br />

de los EE.UU.] o Kaczinski [más conocido como “Unabomber”],<br />

entre otras regresiones, y la condición misma de la propia liberación. Lxs primitivistas<br />

quieren liberarse de la humanidad, volver a la armonía primordial de<br />

la comunidad restringida y aislada. Pero tal regreso es imposible. No hay<br />

afuera del capitalismo.<br />

En 1860, Marx aun podía escribir en El Capital: “Para reencontrar el<br />

trabajo común, es decir la asociación inmediata, no es necesario regresar a<br />

su forma primitiva natural, tal como aparece en los albores de todos los pueblos<br />

civilizados. Tenemos muy cerca un ejemplo en la industria rústica y<br />

patriarcal de una familia de campesinos que produce para sus propias necesidades<br />

(...)”. Este “ejemplo” ha desaparecido. Toda la actividad humana, o<br />

casi toda, está regida por el capitalismo, lo que lleva a algunos -Zerzan o Kaczinski, y<br />

muchxs otrxs- a añorar los “buenos viejos tiempos”, sean primitivofuncionales o patriarcal-artesanales.<br />

Pero ninguna de estas formas de organización social supo resistir al<br />

capitalismo, por lo que nos parece muy difícil que puedan constituir su futuro, a menos<br />

que se postule una naturaleza de la humanidad cuya manifestación serían estas formas,<br />

y también una autodestrucción del capitalismo (es decir, del mundo) en una catástrofe<br />

tras la cual podrían con toda comodidad volver a ocupar su lugar, momentáneamente<br />

usurpado. Pero esta “autodestrucción” del capitalismo, también sería la nuestra,<br />

por lo que debemos plantearnos el futuro a partir del capitalismo, nos<br />

guste o no.<br />

Hemos visto que la globalización de lxs individuos desborda considerablemente<br />

los límites del trabajo asalariado. Cada uno de los aspectos de la<br />

vida está sometido a esta globalización, con lo que cada uno de los aspectos<br />

de la vida pedirá ser transformado unitariamente. Dicho de forma más llana,<br />

hoy no se puede cambiar nada sin cambiarlo todo. Esta será la principal condición<br />

de la revolución venidera.<br />

De forma muy concreta, cada problema que heredaremos del capitalismo,<br />

no podrá resolverse más que a escala de una sociedad entera.<br />

Residuos nucleares, transportes, agricultura, todo esto nos llevará a decisiones<br />

y modos de organización que deberán ser tratados globalmente, fuera de<br />

la propiedad privada y de la división jerárquica del trabajo. Y no se tratará sólo<br />

de trabajo. El “mundo sin fronteras” que el capitalismo ha creado para la mercancía<br />

será efectivamente un mundo sin fronteras para la humanidad. No<br />

habrá derecho de aduanas. Dejaremos para más adelante la necesidad de<br />

desarrollar todo lo que esto implica. También podríamos analizar lo que podrían<br />

ser las formas de organización que las personas adoptarían, pero la enorme<br />

cantidad de problemas prácticos que pueden llegar a plantearse será tal<br />

que deberán ponerse en práctica necesariamente soluciones inéditas y sin<br />

duda, marcadas a menudo por la urgencia. La iniciativa individual será quizás<br />

entonces tan importante como el consenso general, a sabiendas de que son<br />

97


capital crea sus propios “bárbarxs” internos), pero también conlleva una desmoralización<br />

del trabajo, considerado por todo el mundo como algo vacío de<br />

sentido, puramente arbitrario, una obligación exterior, una explotación. La<br />

moral del trabajo que compartían antiguamente burguesía y proletariado se<br />

está diluyendo en el movimiento de la integración capitalista. La integración<br />

capitalista (problema central que tendremos que afrontar más adelante) se<br />

percibe cada vez como algo más artificial, y en todos los casos, es muy problemática,<br />

y conduce a lo que se podría denominar una neurosis de masa,<br />

relacionada con el sentimiento de haber perdido todo el control sobre su propia<br />

vida. El próximo movimiento revolucionario no podrá eludir esta constatación,<br />

ya que dicha impotencia, que corresponde a lo que se denominó en otro<br />

tiempo alienación, forma parte integrante de nuestra relación con el mundo<br />

capitalista.<br />

VI.- “¡Proletarixs del mundo, no tengo ningún consejo que daros!”<br />

No vamos a hacer el ridículo presentando aquí lo que deberá ser el<br />

próximo movimiento revolucionario. Nadie puede decirlo con certeza sin caer<br />

en una ideología de recambio. Aún y así, podemos imaginar a partir de lo que<br />

ya existe lo que este movimiento podrá ser, es decir, lo que en la situación<br />

presente es el germen de una situación futura.<br />

La mundialización del capital y la disolución de los capitales nacionales<br />

implican que se tratará de un movimiento mundial, y no precisamente bajo<br />

la forma caricaturesca de una acción contra la OMC o la CNUCED[?]. No se<br />

tratará de ir quemar Frankfurt o Bruselas, sino de actuar contra el capitalismo<br />

tal y como aquí se presenta, donde nos encontramos: porque aquí, donde nos<br />

encontramos, es dónde se juega realmente la mundialización. La mundialización<br />

del capital también es la mundialización de la lucha, y cuando se decide<br />

en Nueva York lo que se produce en México y se empaqueta en Pas-de-<br />

Calais [una región en el norte de Francia], todo ataque local tiene repercusiones<br />

globales.<br />

La disolución de la conciencia de clase y del viejo movimiento obrero,<br />

tienen también como consecuencia que cada uno se encuentra sólo en su<br />

vida, frente a la explotación y la dominación, de forma simultánea. Ya no hay<br />

refugio posible, ni comunidad dónde replegarse. La identidad que uno se<br />

construía a través del trabajo tiende a disolverse y ser progresivamente sustituida<br />

por la esfera de lo privado, de la peña de amigxs o familiares, del ocio.<br />

Pero con la masificación del ocio, la descomposición de la familia y la brutalidad<br />

de las relaciones sociales, lo particular se encuentra constantemente reexpulsado<br />

hacia lo general. Elx humanx moderno es unx humanx público.<br />

Nunca, a lo largo de toda la historia de la humanidad, las personas se<br />

han visto obligadas a pensarse de forma tan global, en tanto que humanidad,<br />

a escala mundial. Esto implica a la vez sufrimiento (por lo que se entiende<br />

96<br />

Lxs ciudadanistas juegan aquí el papel otorgado anteriormente a los<br />

sindicatos en el mundo del trabajo, para todo lo que se denomina “problemas<br />

de la sociedad”. La amplitud de la mistificación muestra también la amplitud<br />

del campo de la contestación posible, que se ha extendido a todos los aspectos<br />

de la sociedad. En su relación con el Estado, lxs ciudadanistas por lo<br />

menos en Francia- empiezan a enfermar a consecuencia de su victoria. Cada<br />

vez más, el movimiento se escinde y se recompone entre lxs que tienden a<br />

confiar en el poder (a la izquierda), y los más radicales, que quieren continuar<br />

la lucha. Pero el problema esencial ha quedado planteado. Una vez que la<br />

izquierda llegue al poder ¿a quién más podrían votar? ¿Hacen falta más<br />

Verdes en el gobierno, o deben éstos retirarse del poder para ejercer más<br />

favorablemente su papel de oposición?<br />

Pero, ¿para qué sirve un partido político, si no es para entrar en la<br />

arena democrática? El ciudadanismo es por propia constitución incapaz de<br />

concentrarse en un partido, por lo menos en las sociedades democráticas que<br />

conocemos. Haría falta una dictadura o una democracia autoritaria para que<br />

las aspiraciones de la pequeña y la mediana burguesía entrasen en resonancia<br />

con una contestación más amplia, y lograsen organizar un partido democrático<br />

de oposición radical. Lo hemos visto en Belgrado o en Venezuela con<br />

el nacional-populismo de Chávez. En cambio, allí donde hay democracia los<br />

partidos que representan las aspiraciones de esta pequeña y mediana burguesía<br />

ya existen, y es precisamente de este sistema de partidos del que gran<br />

parte de lxs ciudadanistas ya no se fían. En los países más desarrollados, el<br />

ciudadanismo se concentra esencialmente alrededor de un deseo de democracia<br />

más directa, “participativa”, de una democracia de “ciudadanxs”.<br />

Naturalmente no proponen ningún modo de conseguirlo, y este deseo de<br />

democracia directa acaba, como siempre, ante las urnas o en la abstención<br />

impotente.<br />

Desde este punto de vista, los Verdes ofrecen un espectáculo interesante<br />

puesto que manifiestan este límite del ciudadanismo. Surgidos de los<br />

movimientos ecologistas de los años 70, han sabido mantenerse a flote<br />

durante los años 80. Pero siguen basándose en el viejo modelo de partido,<br />

una forma jerarquizada que es antinómica a la naturaleza nebulosa de las<br />

fuerzas vivas del ciudadanismo. Debido a su propia naturaleza, corrían pues<br />

el riesgo de hallarse frente a la experiencia real del poder, que es lo que<br />

acabó por suceder. De hecho, este es el último riesgo político que corren lxs<br />

“reformistas”, el de gobernar. Militar en este cuadro no está siempre exento de<br />

consecuencias, como los Verdes han podido comprobar a sus expensas.<br />

Lo que permite bordear el riesgo, es el “lobbying”. Los lobbies no ejercen<br />

nunca el poder de forma directa. Por lo tanto, no se les puede imputar los<br />

“fracasos” del Estado. El militantismo del “lobbying” no tiene fin, en todos los<br />

sentidos del término. He aquí algo enormemente satisfactorio para las perso-<br />

85


nas que deseen compromiso sin correr demasiados riesgos políticos. En un<br />

lobby, uno se encuentra entre lxs suyxs, no es necesario buscar una base<br />

social, como ocurre con los partidos clásicos, usando medios más o menos<br />

demagógicos.<br />

Unx puede con toda tranquilidad, mostrarse “radical”. Unx puede<br />

hacer tranquilamente de consejerx críticx del Príncipe, sin tener que afrontar<br />

las dificultades de gobernar. Unx puede lamentar eternamente la falta de<br />

“voluntad política” en materia nuclear, de inmigración o de salud pública, sin<br />

necesidad de considerar, en lo más mínimo, lo que un Estado puede hacer<br />

efectivamente en el contexto capitalista.<br />

Uno de los ejemplos más delirantes de ello es la inenarrable asociación<br />

ATTAC. Es sobremanera conocido que la idea misma de una tasación de<br />

las transacciones bursátiles hace contorsionarse de hilaridad alx economista<br />

más estúpidx. Resulta evidente que la aplicación en un sólo Estado de esta<br />

tasación lo sumiría en una profunda crisis y que es visiblemente imposible la<br />

aplicación mundial de esta medida. Salta a la vista que incluso en el caso de<br />

que una organización como la OMC, presa de un arrebato de locura, predicara<br />

esta medida, el rechazo mundial sería tal que no le quedaría más remedio<br />

que dejarlo de nuevo en su cajón. Y para llevarlo al absurdo, si tal medida<br />

fuera aplicada, se seguiría automáticamente un aumento mundial de la explotación,<br />

para corregir las pérdidas.<br />

Todo ello no impide a lxs economistas de ATTAC pregonar sobre este<br />

asunto con curvas y gráficas, ante la indiferencia socarrona de quienes ejercen<br />

el poder. Estarán dispuestxs a recibirlxs de vez en cuando, para reírse un<br />

rato, y sobretodo para mostrar hasta qué punto el Estado muestra atención<br />

hacia todas las propuestas que lxs ciudadanxs estén dispuestos a hacer. De<br />

todas formas, hay que conceder a ATTAC el mérito de haber introducido, en<br />

una disciplina tan siniestra como es la económica, ese elemento cómico del<br />

que carecía. Vemos aquí que su impotencia no es todavía un problema para<br />

el ciudadanismo. Casi nadie piensa en juzgarlo sobre la base de sus resultados,<br />

puesto que la urgencia de obtener resultados todavía no se ha hecho<br />

sentir. Cuando esto empiece a hacerse a gran escala, es indudable que ya no<br />

le quedará mucho tiempo.<br />

Llegados a este punto, no podemos dejar de evocar la cuestión del<br />

“reformismo” ciudadanista. Sabemos que lxs ciudadanistas asumen de buena<br />

gana este calificativo. Se entiende que quieren, a través del empleo de este<br />

término, sugerir que son más pragmáticxs y más realistas que lxs malditxs<br />

idealistas revolucionarixs. Y efectivamente, podemos ver hasta dónde llega su<br />

pragmatismo y su realismo con una asociación como ATTAC.<br />

En cualquier caso nosotrxs, pobres revolucionarixs, compensamos<br />

nuestra falta de pragmatismo con la mala costumbre de juzgar a menudo las<br />

cosas recurriendo a la historia, es decir, a lo que realmente se ha producido<br />

86<br />

de producción capitalista de los últimos veinte años han pulverizado todo esto<br />

y han generado la separación de lxs individuos.<br />

En el transcurso de su expansión, el capitalismo tuvo que destruir las<br />

antiguas comunidades de origen campesino para crear la clase obrera que<br />

necesitaba. Y justo después de haberla creado, debe destruirla de nuevo, y<br />

se encuentra con el problema de integrar a millones de individuos en su<br />

mundo.<br />

Lxs ciudadanistas proponen una respuesta irrisoria cuando intentan<br />

recomponer el vínculo que unía antiguamente a la “clase obrera” mediante<br />

otro que uniese a lxs “ciudadanxs”, es decir, el Estado. La voluntad de reconstituir<br />

dicho vínculo a través del Estado se manifiesta en el nacionalismo latente<br />

de lxs ciudadanistas. Se sustituye el capital abstracto y sin rostro por figuras<br />

nacionales, por el bigote de José Bové o la rehabilitación del himno zarista<br />

en Rusia (por supuesto que en este caso no se trata de ciudadanismo, sino<br />

de la manifestación de un nacionalismo mucho más general e igualmente sin<br />

ninguna salida). Pero el Estado sólo puede proponer símbolos y sucedáneos<br />

a esos vínculos, puesto que él mismo está saturado de capital, para así decirlo,<br />

y tan sólo puede agitar sus símbolos en el sentido que le dicta la lógica<br />

capitalista a la que pertenece. Proponer alx “ciudadanx” como vínculo manifiesta<br />

la existencia de un vacío, o mejor dicho, que incumbe ahora al capitalismo,<br />

y únicamente a él, la tarea de integrar a esos miles de millones de personas<br />

que se encuentran privadas de la comunidad. Y debemos constatar<br />

que, hasta ahora, lo consigue a duras penas.<br />

Sin embargo, se sigue percibiendo al capitalismo como una fuerza<br />

exterior y hostil a la humanidad, ya sea porque la priva de pan o porque la<br />

priva de “sentido”. En las sociedades capitalistas avanzadas esto se manifiesta<br />

mediante la fuga de individuos separadxs hacia lo que los sociólogos denominan<br />

“la esfera privada”, es decir, el ocio, la familia o lo que queda de ella,<br />

la pandilla de amigxs, etc. De esta forma, se desarrolla lógicamente un mercado<br />

de la separación que se materializa en las herramientas de comunicación-consumo.<br />

Pero en el mundo de las mercancías, ese consumo del “estar<br />

juntos” acaba siendo un “poseer solo” que vuelve a caer en la separación que<br />

en un principio debía paliar.<br />

El propio trabajo, que constituye siempre la principal fuerza de integración<br />

del capital, se percibe cada vez más como una obligación exterior y<br />

ya sólo sirve de un modo muy marginal para dibujar la identidad de individuos<br />

cada vez más perdidxs en la masa y cada vez más faltxs de identidad propia.<br />

En el momento en que las profesiones desaparecen y se ven reemplazadas<br />

por funciones que no requieren ninguna competencia particular, esta situación<br />

no es nada sorprendente. El “mundo del trabajo” también se ha convertido en<br />

el de la incompetencia. Algunas personas perciben esta dinámica de descalificación<br />

como algo decadente (y la dinámica de la integración mediante el<br />

95


ción y de producir para dicha acumulación pasa por encima de cualquier idea<br />

de “necesidad”, así como de la necesidad vital que supone para la humanidad<br />

preservar su medio ambiente. El capital tan sólo obedece a sus propios fines,<br />

no puede ser un proyecto humano. No existe “mundialización” otra. Ante él no<br />

están las necesidades de la humanidad, sino la necesidad de la acumulación.<br />

Si, por ejemplo, se dedica a reciclar, la rama que se cree para ello hará todo<br />

lo necesario para tener siempre cosas que reciclar. El reciclaje, que no es más<br />

que otra forma de producir materia prima, crea siempre más desechos “reciclables”.<br />

Además, contamina tanto como cualquier otra actividad industrial.<br />

Para evitar confusiones, es importante que aclaremos que no compartimos la<br />

idea un tanto paranoica que ciertos “radicales” difunden, según la cual el capital<br />

contaminaría para crear un mercado de la descontaminación, o en cualquier<br />

caso que todo daño causado por el capitalismo engendraría mercados<br />

para arreglar dichos daños, como lo haría “unx bomberx incendiarix”. Existen<br />

no pocos daños que nadie quiere reparar sencillamente porque su reparación<br />

no constituye ningún mercado. Prueba de ello es que la mayoría de las veces<br />

los Estados deben asumir solos el coste de las descontaminaciones, lo que<br />

puede conducir a una situación conflictiva entre los Estados y las empresas,<br />

conflicto que se hace visible en el debate “quién contamina / quién paga”. La<br />

verdadera cuadratura del círculo que el “capitalismo ecológico” debe resolver<br />

y lo que realmente está en juego en las “reglamentaciones ecológicas” es evitar<br />

los estragos y sobre todo los gastos, sin por ello ahuyentar a los inversores.<br />

Nunca se trata de no contaminar más, sino de saber quién debe pagar<br />

cuando la contaminación es demasiado catastrófica y visible. El supuesto<br />

“mercado de la descontaminación”, contrariamente al del reciclaje, no existe<br />

realmente, ya que el único beneficio que se puede conseguir es el de conformarse<br />

con determinadas reglamentaciones y no supone nada más que una<br />

carga para las empresas, carga que les conviene limitar lo máximo posible.<br />

Nadie quiere descontaminar, como se pudo comprobar recientemente en la<br />

Conferencia de la Haya. Podríamos desarrollar todavía más este tema pero<br />

sobrepasaríamos las intenciones de este texto. En cualquier caso, queda<br />

claro que no se puede plantear una gestión “humana” de la producción capitalista,<br />

y menos aún seguir con dicha producción tal como se encuentra.<br />

Todo está por reconstruir. La revolución también será el momento del<br />

“gran desmantelamiento” y el de la recuperación sobre bases inéditas de la<br />

actividad humana, actualmente casi dominada por completo por el capital. El<br />

viejo movimiento revolucionario manifestaba el vínculo que unía capitalismo y<br />

proletariado. Hasta elx más explotadx de lxs obrerxs podía sentirse depositario,<br />

a través de su trabajo, de un mundo futuro en el que el trabajo dominaría<br />

al capital. El Partido era al mismo tiempo una familia y el germen de un estado<br />

obrero, por lo que todos lxs jefxs sindicales podían sentirse vinculadxs a la<br />

comunidad obrera del presente y del futuro. Las transformaciones del modo<br />

94<br />

hasta ahora. Y estamos forzados a constatar que el reformismo surge siempre<br />

en los momentos de crisis del capitalismo. El Front Populaire [Frente<br />

Popular], por ejemplo, era reformista. En un momento en que la insurrección<br />

obrera era generalizada, en que las fábricas estaban ocupadas, entre otras<br />

respuestas, el Front Populaire daba vacaciones pagadas a los obreros y las<br />

obreras, cosa que jamás había sido reivindicada. Keynes también era reformista,<br />

y la crisis de 1929 tuvo algo que ver. Sin embargo actualmente no hay<br />

huelgas insurreccionales, ni crisis de las inversiones, ni bajadas significativas<br />

del consumo. Incluso la reciente y relativa subida de los tipos de interés, tras<br />

un decenio de bajada continua, y la muy previsible “debacle” de los “valores<br />

tecnológicos”, son percibidos más bien como una consolidación de los mercados<br />

que como un riesgo de crisis. No hay actualmente ninguna crisis real<br />

del capital. No debería pues de haber reformistas.<br />

Por otro lado, todas las reformas emprendidas en el capitalismo no<br />

han sido más que para salvar el propio capitalismo. No hay reformas anticapitalistas.<br />

Keynes no se escondía de ser un liberal, ni de querer salvar el sistema<br />

liberal puesto en peligro por la crisis de 1929. Deberemos detenernos<br />

aquí un instante sobre Keynes, presentado por el ciudadanismo como el economista<br />

de los milagros, remedio a todos nuestros males. Ante todo, cabe<br />

decir que Keynes conocía muy bien el capitalismo de su época, puesto que<br />

había amasado una fortuna personal de <strong>50</strong>0.000 dólares dedicando únicamente<br />

una hora y media al día a transacciones internacionales en divisas y<br />

bienes, al tiempo que trabajaba para el gobierno inglés. Se entiende que el<br />

Crack de 1929 no le haya dejado indiferente.<br />

El Crack de 1929 marca la entrada del capitalismo en su periodo<br />

moderno. Es el resultado de la formidable expansión del siglo XIX, que parecía<br />

no tener que hallar ningún límite, especialmente en América. El sueño<br />

americano llegaba a su punto álgido e iba a terminar en pesadilla. Este sueño<br />

reposaba sobre el espíritu de empresa, en la audacia empresarial de lxs herederxs<br />

de lxs conquistadorxs del Oeste, pero fue abatido por la realidad del<br />

capitalismo, dónde las inversiones no se hacían por gusto al riesgo o espíritu<br />

de empresa, sino para lograr beneficios. Alcanzado su madurez, el capitalismo<br />

comenzaba a estancarse y se empezaba a percibir que el crecimiento<br />

indefinido no era adquirido para siempre, como si de una ley natural se tratase.<br />

Las inversiones bajaban, o más bien se descalabraban. Las teorías económicas<br />

clásicas postulaban que mientras hubiese demanda, siempre habría<br />

oferta, obviando el hecho que las empresas no producen para administrar<br />

bienes sino para extraer la plusvalía de la producción.<br />

Fue en este contexto que intervino Keynes. El elemento realmente<br />

necesario era la inversión, saber crear nuevos mercados, inventar nuevos<br />

productos, entrar en el mundo del consumo de masas. En el contexto de la<br />

crisis, el Estado debía hacerse cargo del esfuerzo inicial, es decir: volver a<br />

87


poner, en la medida de lo posible, a trabajar a la gente, establecer una política<br />

monetaria inflacionista y crear infraestructuras como base sobre la que el<br />

capital privado pudiera reinvertir. ¿Quién fabricará automóviles, dice Keynes,<br />

si no hay suficiente carreteras? De hecho, el presidente Roosevelt ya había<br />

empezado a poner en práctica esta política sin el preciado apoyo teórico que<br />

Keynes le aportaría más tarde. Tampoco debemos olvidar que la crisis de<br />

1929 había echado a millones de paradxs a la calle, y que las “uvas de la ira”<br />

empezaban a madurar peligrosamente.<br />

Vemos en todo caso que el keynesianismo es esencialmente liberal.<br />

Considera simplemente que el liberalismo no puede regularse por sí mismo,<br />

que el simple juego de la oferta y la demanda no es el motor que permitiría al<br />

capital crecer indefinidamente, y que es pues al Estado a quien le corresponde<br />

reconstruir las condiciones de crecimiento, para dejar paso posteriormente<br />

a los inversores privados. En 1934 Keynes escribe en una carta al New<br />

York Times: “Veo el problema de la recuperación económica de la siguiente<br />

forma: ¿Cuánto tiempo necesitarán las empresas ordinarias para acudir en<br />

ayuda de la economía? ¿A qué escala, por qué medios y durante cuánto tiempo<br />

los costes anormales del gobierno deben proseguir a la espera de dicha<br />

recuperación?”. Hemos subrayado “anormales”. Se ve claramente que la idea<br />

de Keynes no era de ninguna manera la de un control permanente y continuo<br />

del capital privado por el Estado o por diversas instancias internacionales.<br />

Keynes no era socialista. De hecho, estaba tan lejos del socialismo que en<br />

1931 escribió, en referencia al “comunismo”: “¿Cómo podría adoptar una doctrina<br />

que, prefiriendo el pan a las tortas, exalta al proletariado maloliente en<br />

detrimento de la burguesía y de la “intelligentsia”, que a pesar de todos sus<br />

defectos, son la quintaesencia de la humanidad y están ciertamente tras toda<br />

obra humana?”. Es verdad que la burguesía era entonces bien diferente a<br />

aquello en lo que se ha transformado, y que todavía no sentía la necesidad<br />

de lamentarse, junto a Viviane Forrester, sobre lo que ha convenido llamarse<br />

a despecho “el horror económico”.<br />

Para terminar, es necesario señalar que las teorías de Keynes tenían<br />

sus límites, y que el capitalismo tiene otros métodos para “impulsar las inversiones”:<br />

10 años después de la crisis de 1929, empezaba la guerra que iba a<br />

devastar el mundo, dar un golpe de látigo inesperado al progreso tecnológico,<br />

y hacer entrar el mundo industrializado en los felices años del consumo de<br />

masas. De hecho, Keynes en persona aportó su contribución a este “impulso<br />

de las inversiones” escribiendo un opúsculo titulado Cómo financiar la guerra.<br />

Lxs ciudadanistas pretenden criticar el liberalismo valiéndose de Keynes. Ya<br />

que tampoco pretendieron nunca ser anticapitalistas se deduce de ello que, si<br />

están contra el liberalismo sin dejar de ser procapitalistas, están por lo que se<br />

llamó en otro tiempo “socialismo”, es decir, capitalismo de Estado. Así se<br />

entiende mejor la presencia de trotskistas en sus filas. Pero, lógicamente,<br />

88<br />

Anteriormente, hemos comentado que el ciudadanismo acomodaba<br />

los restos del viejo movimiento revolucionario. El ciudadanismo quiere ser hoy<br />

“reformista” porque en el fondo el viejo movimiento revolucionario no constituía<br />

una superación del capitalismo sino su gestión por parte de la “clase ascendente”<br />

que algún día se esperaba que fuera el proletariado. La “gestión obrera”<br />

del capital se ha convertido simplemente en “reparto de la riqueza” o “<br />

tasación del capital”, la producción ha ido desapareciendo en favor del beneficio,<br />

del capital financiero y del dinero. Un eslogan francés proclama “De l’argent,<br />

il y en a, dans les poches du patronat” [Dinero sí que hay, en los bolsillos<br />

de la patronal]. Y es cierto, pero ¿en nombre de qué debería llegar ese<br />

dinero a los bolsillos de lxs proletarixs, perdón, lxs “ciudadanxs”? El viejo<br />

movimiento obrero, ya que no pudo llevar a la realización de la comunidad<br />

humana, se reduce, de forma obscena y reveladora, a conseguir parte de los<br />

beneficios capitalistas (aunque es importante comentar que si “sólo” se le pide<br />

dinero al capitalismo es porque sabemos que no podemos esperar nada<br />

más). Es sin duda motivo suficiente para desalentar a unx viejx revolucionarix,<br />

unx de aquellxs que creía que podría construir un mundo mejor. Pero si la<br />

creencia de que se podía construir ese mundo mediante la gestión obrera del<br />

capital ya era una ilusión, también lo es creer que se puede obligar al capitalismo<br />

a compartir sus beneficios para sumo contento de todxs lxs “ciudadanxs”,<br />

si aceptamos que su dinero puede darnos felicidad. El ciudadanismo<br />

aborda el centro de una ilusión que tiene un siglo de antigüedad, y dicha ilusión,<br />

de hecho ya muerta, está a punto de ser destruida.<br />

“Todo es nuestro, nada es de ellxs”, proclaman obstinadxs lxs manifestantes.<br />

Sin embargo, el capital, esa masa de dinero que sólo pretende acumularse<br />

mediante la dominación de la actividad humana, y por consiguiente,<br />

mediante la transformación de dicha actividad según sus propias reglas, ha<br />

creado un mundo en el que “todo es de él, nada es nuestro”. Y no incumbe<br />

únicamente a la propiedad privada de los medios de producción, sino también<br />

a su naturaleza y sus objetivos. El capital no se conformó con apoderarse de<br />

todo lo necesario para que la humanidad pudiera sobrevivir, lo que constituyó<br />

el primer paso de su dominación, sino que lo ha transformado, gracias a la<br />

industrialización y la tecnología, de forma que actualmente casi nada se produce<br />

para ser consumido sino sencillamente para ser vendido.<br />

Producir para satisfacer nuestras necesidades no puede venir del<br />

capitalismo. No queda prácticamente nada de la actividad humana precapitalista.<br />

El mundo se ha convertido realmente en una mercancía. El capital no es<br />

una fuerza neutra que, “orientada” convenientemente, podría engendrar la<br />

felicidad de la humanidad de la misma manera que provoca su perdición. No<br />

puede “descontaminar de la misma manera que contamina”, como pretendía<br />

unx ciudadanista ecologista, puesto que su propio movimiento lo conduce<br />

ineluctablemente a contaminar y destruir, o sea, el movimiento de acumula-<br />

93


y desarrollado (actualmente ya existen las premisas por ejemplo la posición<br />

anti-americanista desarrollada por José Bové y muchos otros). No obstante,<br />

la crítica del capital mundializado no tiene que enfrentarse con la posibilidad<br />

de volver al capital nacional, defendido por el Estado. Si esta alternativa muy<br />

improbable entrara en juego, lo más probable es que se desencadene una<br />

guerra. Como podemos ver, nada garantiza que el próximo movimiento social<br />

sea revolucionario.<br />

En todo caso, contribuirá a desenmascarar definitivamente el ciudadanismo,<br />

y puede que abra una nueva vía para retomar el muy viejo proyecto<br />

de transformar el mundo, más allá del Estado y del capital.<br />

V. Ciudadanismo y revolución.<br />

Todo el viejo movimiento revolucionario se basaba en el hecho de que<br />

lxs obrerxs tomasen las riendas del modo de producción capitalista, del que<br />

se sentían virtualmente dueñxs, visto el lugar efectivo que ocupaban en la<br />

producción. La automatización y la precarización de los años 70 han pulverizado<br />

ese lugar efectivo, que correspondía a una verdadera relación entre el<br />

proletariado y la producción. Algunxs radicales, como lxs de la Encyclopédie<br />

des Nuisances o G. Carmatte (de Invariance), intuyeron o teorizaron dicha<br />

transformación. Sin embargo, no podían salir de la antigua concepción de la<br />

revolución sin abandonar la revolución misma, y de hecho es lo que ocurrió.<br />

La Internacional Situacionista tan sólo preconizaba que “se emplearan mejor<br />

las fuerzas productivas” para crear situaciones mediante los consejos obreros.<br />

No vieron (pero, ¿cómo verlo en aquel momento?) que el modo de producción<br />

capitalista era capitalista y la automatización que ellos preconizaban<br />

no era un medio para liberar tiempo y “vivir sin tiempo muerto y disfrutar sin<br />

obstáculos”, sino tan sólo un modo de extraer beneficio para el capital. Y tras<br />

la “contrarrevolución” de los años 70-80, se han conformado con identificar<br />

esa producción que lxs obrerxs no pudieron recuperar como fuente de todos<br />

los males. En lugar de percibir la desaparición del viejo movimiento obrero<br />

como una nueva condición de un movimiento revolucionario naciente, y sobre<br />

todo como una oportunidad para ese movimiento, lo han vivido como una<br />

catástrofe. De hecho fue una gran catástrofe para ese viejo movimiento obrero,<br />

su certificado de defunción. La gran mayoría de la generación posterior a<br />

los movimientos del 68 se ha perdido en el vacío ocasionado por esa derrota.<br />

Y no pretendemos en absoluto reprochárselo, ya que ni en un día ni en veinte<br />

años se puede olvidar una concepción vigente durante un siglo.<br />

Hoy en día, se puede empezar a efectuar un balance. Desde 1995, hemos tenido<br />

el dudoso privilegio de poder observar como se reconstruía una ideología sobre las<br />

ruinas de la revolución. Hemos podido identificar rápidamente los nuevos aspectos de<br />

dicha ideología, pero hemos tardado mucho más tiempo en percibir su talante arcaico,<br />

es decir, lo determinada que estaba por la historia.<br />

92<br />

también se defienden de esto. Es realmente complicado saber que es lo que<br />

quieren.<br />

Afirmamos que actualmente -Nota. Este texto ya tiene alrededor de<br />

10 años- no hay ninguna crisis capitalista y ellxs, naturalmente, afirman todo<br />

lo contrario. En efecto, es necesario que haya una crisis para que se les necesite.<br />

La crisis es el elemento natural del reformismo. Creyeron encontrar una<br />

en el Sur-Este Asiático, pero esta crisis era más bien la prueba de que el capitalismo<br />

ha aprendido bien las lecciones de Keynes y que ya no cree que el<br />

liberalismo pueda regularse solo. Así es que la crisis asiática ha sido rápidamente<br />

sofocada, inclusive con algunas “consecuencias sociales”. Pero al<br />

capitalismo le traen sin cuidado las “consecuencias sociales”, mientras no se<br />

le ponga radicalmente en cuestión. Ya no habrá keynesianismo social, ya no<br />

habrá más Gloriosos Años Treinta. Eso también ha quedado atrás.<br />

Si lxs ciudadanistas pueden hablar de crisis, es que primero habló de<br />

ella el Estado. Desde hace 30 años, se dice que Francia esta en crisis. Esta<br />

“crisis”, real en su inicio, ha sido luego una forma de justificar la explotación.<br />

Hoy en día, es la “recuperación” la que juega este papel y lxs reformistas<br />

están fastidiadxs. Ello les obliga a reajustar su discurso, siempre calcado al<br />

del Estado, y aquellxs que nos hablaban de una crisis mundial generalizada<br />

nos hablan hoy de “repartir los frutos del crecimiento”. ¿Dónde está la coherencia?<br />

¿Dónde están pues esxs keynesianos antiliberales, esxs reformistas<br />

sin reforma, esxs estadistas que no pueden participar en el Estado, esxs ciudadanistas?<br />

La respuesta es simple: están en un callejón sin salida, en un<br />

impase.<br />

Puede parecer descabellado afirmar que un movimiento que ocupa<br />

tan manifiestamente todos los ámbitos de la contestación pueda encontrarse<br />

en un impase. Algunxs verán en ello una afirmación gratuita, dictada por no<br />

se sabe bien que resentimiento. Sin embargo hemos evocado más arriba la<br />

descomposición y la desaparición de un movimiento mucho más viejo y dotado<br />

de una base social infinitamente más amplia y combativa, sin haber adoptado<br />

para ello ninguna precaución oratoria particular, tan evidente nos parece<br />

hoy esa desaparición. De la misma forma pensamos que otro movimiento<br />

social es posible sobre bases, hasta la fecha, inéditas.<br />

IV. Ciudadanismo y ciudadanxs<br />

Cuando Ignacio Ramonet habla de desobediencia “ cívica “ y no de<br />

desobediencia “ civil “, marca una clara diferencia que muestra la relación que<br />

existe entre el ciudadanismo y su propia base. La palabra “civil” se refiere de<br />

forma objetiva y neutra alx ciudadanx de un Estado que no ha elegido nacer<br />

en él. El término “cívicx” define lo que corresponde a unx buenx ciudadanx,<br />

es decir, aquella persona que demuestra activamente que forma parte de ese<br />

Estado. Como lo podemos comprobar, la diferencia es esencialmente de<br />

89


carácter moral. En efecto, una de las fuerzas del ciudadanismo reside en ese<br />

carácter esencialmente moral, por no decir moralizador. Pasa fácilmente de la<br />

denuncia de la “crisis” a la propuesta de “repartir los frutos del crecimiento” sin<br />

tener en cuenta los hechos y sin realizar ningún análisis.<br />

Lo que cuenta es tener la posición más “cívica” posible, es decir, la<br />

más generosa, la más moral. Y por supuesto, todo el mundo se posiciona por<br />

la paz, contra la guerra, contra la “mala-comida”, por la “buena-comida”, contra<br />

la miseria, por la riqueza. En resumen, más vale ser ricx y gozar de buena salud en<br />

tiempos de paz, que ser pobre y estar enfermo en tiempos de guerra.<br />

En un mundo que se sitúa enérgicamente, un siglo después de<br />

Nietzsche, más allá del bien y del mal, lo que más se vende es la moral. Pero<br />

esa necesidad de consolación es imposible de satisfacer. Podemos ver por<br />

ejemplo el malestar que causó entre las filas de lxs ciudadanistas el penoso<br />

asunto de Givers. Esta revuelta tuvo la particularidad de ser al mismo tiempo,<br />

un resurgimiento arcaico de la agitación obrera y la manifestación de una desesperación<br />

muy propia de los tiempos de hoy. Unx ciudadanista se preguntaba<br />

desde las páginas del periódico “Le Monde”, durante el motín, si la acción<br />

de lxs obrerxs de CELLATEX podía ser calificada de “acción ciudadana”.<br />

Podemos contestar: el agua hasta el cuello, totalmente perdidxs, lxs obrerxs<br />

asalariadxs de Givers no disponían del optimismo y la inquietud bien pensante<br />

propia de lxs lectorxs del “Monde Diplomatique”, no son ciudadanxs y no<br />

actuaron como tales. La impotencia, que manifestaron lxs ciudadanistas para<br />

actuar en tales circunstancias, demuestra de sobra que tipo de reacción podrían<br />

tener en otras circunstancias, a escala más grande. Naturalmente no tardarían<br />

en llamar a la represión de lxs malxs ciudadanxs, en nombre de la<br />

democracia, del Estado de Derecho y de la moral. En efecto, el discurso del<br />

ciudadanista en “Le Monde” no iba encaminado a otra parte, ya que pretendía<br />

con su cuestionamiento insidioso (totalmente objetivo, por supuesto)<br />

impedir cortar cualquier simpatía que pudiera surgir y llamar a la razón lxs ciudadanxs<br />

para preparar la posible represión (que no tuvo lugar, naturalmente,<br />

ya que en la situación actual, lxs trabajadores no tenían otra opción que negociar).<br />

De todas maneras, es interesante ver cómo en esta mini-crisis, unx ciudadanista<br />

se apresura en proponer sus servicios de mediador al Estado. El<br />

ciudadanismo es potencialmente un movimiento contrarevolucionario. El<br />

ejemplo nuestra también que el ciudadanismo es incapaz de reaccionar ante<br />

movimientos que no han sido creados por él mismo.<br />

Por otro lado, es importante destacar que la base social delx ciudadanismo<br />

es mucho más amplia y difusa que la formada por militantes de asociaciones<br />

y de sindicatos. El ciudadanismo refleja las preocupaciones de una<br />

determinada clase media culta y de una pequeña burguesía que ha visto desaparecer<br />

sus privilegios y su influencia política a la vez que desaparecía la<br />

antigua clase obrera. La reestructuración mundial del capitalismo ha provoca-<br />

90<br />

do la caída del viejo capital nacional y por consiguiente, la de la burguesía que<br />

lo poseía y de las clases medias que ésta empleaba. La antigua sociedad burguesa<br />

del siglo XIX, oliendo todavía a Ancien Régime [Antiguo Régimen], ha<br />

desaparecido por completo.<br />

La consolidación del Estado y la crítica de la mundialización actúan<br />

como nostalgia de ese viejo capital nacional y de esa sociedad burguesa, así<br />

como la crítica de las multinacionales no es sino expresión de la nostalgia de<br />

los negocios familiares. Una vez más, se lamentan de un mundo que se ha<br />

perdido. Un mundo que se ha perdido dos veces, puesto que en el término<br />

“ciudadanx” también se refiere a la antigua denominación republicana, sin<br />

duda alguna a la del inicio de la revolución burguesa y no a la de la Comuna<br />

de París (aunque una reciente película interminable y voluntariamente anacrónica<br />

que trata el tema parece indicar que se quiere recuperar también a la<br />

Comuna). Pero esa revolución se llevó a cabo y nosotrxs vivimos en el mundo<br />

que ella creó. Lxs sans-culotte se sorprenderían si vieran la transformación<br />

que ha sufrido la República que ellxs mismxs ayudaron a construir, pero de la<br />

misma manera que es imposible vivir dos veces la misma situación, los muertos<br />

nunca regresan. No obstante, puede ser que futurxs sans-culottes vestidos<br />

de Nike anden algún día paseando por algún rincón de un moderno<br />

suburbio.<br />

Mediante el ciudadanismo las clases medias desheredadas reconstruyen<br />

su identidad de clase perdida. De modo que un local “bio” puede presentarse<br />

como “un escaparate de los estilos de vida y de pensamiento ciudadano”.<br />

¡Ojo! Que sepan las personas que no coman “bio” que no son “ciudadanxs”.<br />

Unx joven ciudadanista puede entonces llegar a simplificar rápidamente<br />

sus dudas sobre el proletariado: “¿Qué se puede esperar de ellxs? Van<br />

a comprar a Auchan (un supermercado)”.<br />

Lxs ciudadanistas no podrán, sobre las bases que ocupan actualmente,<br />

recuperar movimientos sociales más radicales ya que se encuentran visceralmente<br />

separados por completo de éstos. Llegado el momento, sólo<br />

podrán ofrecer al Estado que defienden una garantía moral para su represión.<br />

Las seudo-soluciones que proponen ante una situación de crisis real aparecerán<br />

como lo que realmente son, un medio para preservar el orden existente.<br />

Cuando importantes grupos de personas empiecen a buscar repuestas a<br />

sus situaciones concretas, las oposiciones abstractas y sin fin entre Estado y<br />

capital, “verdadera” democracia y democracia que vivimos o “economía solidaria”<br />

y liberalismo, son insuficientes. Un movimiento que surge de una gran<br />

crisis, es decir, del cuestionamiento de las mismas condiciones de existencia,<br />

no aguantará por mucho tiempo estos juegos.<br />

Sin embargo, como lxs ciudadanistas están ahí, podrán ocupar<br />

durante un tiempo la revuelta, la cual podría también tomar la forma de un<br />

nacionalismo exacerbado, nacionalismo que ellxs mismos habrán alimentado<br />

91


medida de nuestras posibilidades, hacer inteligible el mundo en que vivimos.<br />

En lo arbitrario del espectáculo, todo es cuestión de “puntos de vista”. Desde<br />

“su punto de vista, cada uno puede a la vez tener razón o no tenerla, y la indiferencia<br />

liberal respeto al otro se manifiesta en el respeto a todas las “opiniones”.<br />

La llamada “revolucionaria” a la subjetividad, residuo del surrealismo y<br />

del situacionismo vaneigemista [Vaneigem era miembro de la Internacional<br />

Situacionista], es hoy más reaccionaria que nunca, cuando el capitalismo<br />

mismo llama a la separación gozosa: “Soñad, nosotrxs haremos el resto”. Al<br />

contrario, debemos hallar de nuevo un lenguaje común. Sólo podremos realmente<br />

construir nuestra subjetividad siendo capaces, junto a otrxs, de captar<br />

la objetividad del mundo que compartimos. Entender es dominar, luego poder<br />

cambiar el mundo. Empezar a tratar de entender es reestablecer la comunicación<br />

con aquello que nos rodea, quebrar el hielo que nos separa.<br />

No hemos criticado a lxs ciudadanistas porque no tengamos los mismos<br />

gustos, los mismos valores o la misma subjetividad. Y tampoco hemos<br />

criticado a lxs ciudadanistas en cuanto personas, sino al ciudadanismo en<br />

cuanto falsa conciencia y en cuanto movimiento reaccionario, como se decía<br />

antes; es decir, como movimiento que contribuye a ahogar lo que todavía sólo<br />

está en germen. Lo hemos criticado históricamente, o al menos esa era nuestra<br />

intención.<br />

Tanto es así que no dudamos que una gran cantidad de personas,<br />

empalagadas por las contradicciones del ciudadanismo en su loable deseo de<br />

actuar sobre el mundo, se unirán un día a aquellxs que desean transformarlo<br />

realmente. No somos ni más ni menos “radicales” que el momento en el que<br />

nos encontramos<br />

ALAIN C.<br />

99


100<br />

PRÓLOGO CHORNOE ZNAMIA<br />

PÁG.1<br />

ÍNDICE<br />

DE PROLETARIADO A INDIVIDUO WILLFULL DESOBEDIENCE<br />

PÁG. 13<br />

YO NO HE FIRMADO EL CONTRATO SOCIAL SEVERO ROSCI<br />

PÁG. 19<br />

LA NO VIOLENCIA ES PATRIARCAL P.GELDERLOOS<br />

PÁG. 25<br />

EL DERECHO A LA EXPROPIACIÓN INDIVIDUAL SEV. DI GIOVANNI<br />

PÁG. 37<br />

EL CREPÚSCULO DE LAS MÁQUINAS JHON ZERZAN<br />

PÁG. 51<br />

LO NATURAL NO EXISTE CHORNOE ZNAMIA<br />

PÁG. 61<br />

DESARROLLAR RELACIONES DE AFINIDAD WILL. DESOBEDIENCE<br />

PÁG. 65<br />

GAMONAL PEÑA DE GAMONAL<br />

PÁG. 69<br />

EL IMPASE CIUDADANISTA ALAIN C.<br />

PÁG. 79


montar nuestro propio proyecto. Nadie limita a nadie, sólo, quizás,<br />

falta un poco de sentido común. Debemos de ser más optimistas, de<br />

ver que tenemos capacidades y que existen proyectos que llevan tiempo<br />

funcionando, puede que nunca rozando la perfección, pero sí que<br />

apuntando trazos correctos. Es obvio que de nosotrxs depende, principalmente,<br />

el resultado de nuestras luchas...<br />

Grupo Chornoe Znamia<br />

PALABRAS FINALES<br />

Quizás te preguntes qué es lo que ha motivado esta recopilación<br />

y edición. Principalmente nos han movido las ganas de compartir<br />

ciertos textos e ideas que considerábamos interesantes. Pensamos que<br />

la práctica de muchxs compañerxs antiautoritarixs es la acertada, aunque<br />

a veces lamentamos ciertos problemas que se producen en el contexto<br />

de las luchas autogestionarias. Este recopilatorio pretende ser<br />

una aportación a los debates existentes, a la par que una herramienta<br />

para poder aproximarse a parte de las ideas antiautoritarias...<br />

Vemos claramente que la vieja sociedad proletaria y su “lucha<br />

de clases” ha sido substituida en este occidente mercantilizado por la<br />

sociedad postmoderna y su ausencia teórica de conflictividad social. El<br />

ciudadanismo es la constatación, a nuestro juicio, de dicha visión de la<br />

realidad. La lucha de clases ha muerto, por lo tanto sólo queda reformar<br />

el Sistema... Quienes en ese contexto aún creen en la revolución,<br />

o incluso en la negación de todo proyecto, se encuentrann completamente<br />

noqueadxs. La postmodernidad ha confirmado que los viejos<br />

esquemas de lucha no nos sirven de gran cosa, puesto que todos han<br />

fracasado. Fracasó el proyecto anarcosindical, tuvo sus momentos en<br />

otra época, pero dificilmente, a menos que cambien de enfoque completamente,<br />

en nuestros días se podrían dar situaciones propicias para<br />

su desarrollo revolucionario. Por otro lado la crítica a los burocratismos<br />

existentes y manipulaciones constatadas en el medio asambleario<br />

tampoco nos aseguran grandes resultados prácticos bajo esos esquemas<br />

organizativos. Frente a esta constatación parte de las luchas<br />

actuales siguen los rígidos esquemas de otra lucha fracasada, que no<br />

fue otra que la “Autonomía”, que de proletaria sólo tuvo ciertas manifestaciones<br />

en Italia y en zonas del estado español en los 70. De esa<br />

“Autonomía”, ciertos sectores han sabido permanecer en un discurso<br />

combativo, sin embargo ese movimiento al márgen de partidos y sindicatos,<br />

basado en la democracia directa, demostró que, a menos que<br />

se sepa “controlar” la asamblea por parte de lxs elementos más activxs<br />

en los planteamientos revolucionarios, normalmente el Sistema conseguía<br />

vencer y en muchos casos integrar, dichos conflictos en su dinámica<br />

depredadora. No es que reneguemos de las asambleas, sencillamente<br />

pensamos que no hay que transformarlas en una finalidad,<br />

104 101


puesto que en el fondo no son otra cosa que un encarnizado campo de<br />

batalla político, de la oratoria y de las manipulaciones. Sencillamente<br />

la aceptamos como un medio, porque en la cultura dominante es la<br />

forma primaria de coordinación que las personas “de la calle” suelen<br />

utilizar en momentos de conflicto. Pensamos que la construcción de<br />

nuevas y viejas formas de lucha, no basadas en las asambleas sería lo<br />

deseable, sin embargo nos rendirnos ante la evidencia de que aún, la<br />

mayor parte de las personas que se proclaman revolucionarias son<br />

partidarias de la democracia directa como método organizativo y reflejo<br />

de la autogestión de la futura sociedad revolucionaria. Pensamos<br />

que es un error y mostramos nuestras dudas, sin embargo no rechazamos<br />

la solidaridad entre nuestras respectivas luchas.<br />

El gran gueto antiautoritario es, en realidad, la suma de varios<br />

micro-guetos. Existe el gueto presista, el anarcosindicalista, el okupa,<br />

el feminista, el antiespecista, el primitivista, lxs insus, etc. Cada gueto<br />

tienen activistas eficientes, sin embargo rara es la lucha que logra el<br />

apoyo solidario de los otros micro-guetos. Pensamos que muchas<br />

veces perdemos el tiempo en debates que, ciertamente, son necesarios,<br />

pero que si no van acompañados de resultados prácticos no conducen<br />

a ningún lugar. Si debemos de esperar a que una lucha sea lo<br />

“suficientemente pura” cómo para interesarnos, deberíamos quizás<br />

dedicarnos mejor a otra cosa. Sobre la realidad que vemos a nuestro<br />

alrededor es en dónde debemos de incidir. Nos guste o no, debemos<br />

de poner nuestros esfuerzos en luchar por lo que nos motiva y, no lo<br />

olvidemos, nos apasiona y divierte también. A veces parece que hay<br />

compañerxs que parecen haber olvidado eso, y permanecen en sus<br />

respectivas torres de Babel machacándose el cerebro con estériles<br />

debates ideológicos... No somos vanguardia de nadie, sencillamente<br />

expresamos lo que pensamos.<br />

Y pensamos que los contactos, a falta de una corriente hegemónica,<br />

son necesarios, así como las coordinaciones y campañas realizadas<br />

más allá del reducido círculo más afín. Y no nos lamentamos,<br />

ciertamente, esta falta de corriente hegemónica, de centro neurálgico,<br />

nos libra de muchos problemas y pone en el mismo plano horizontal a<br />

todas las luchas, a día de hoy sólo mediante la solidaridad entre explotadxs<br />

podemos conseguir que éstas, aisladas entre ellas, logren cierta<br />

incidencia y conflictividad social.<br />

¿Quienes somos? Lxs que no creemos en el ciudadanismo ¿Qué<br />

queremos? No ser explotadxs ¿Qué hacemos ante la explotación?<br />

Luchar para su total desaparición. ¿Cómo lo podemos hacer? Mediante<br />

la lucha individual y colectiva contra cualquier forma de explotación.<br />

Y para nosotrxs la explotación es el resultado de ciertas rela-<br />

ciones sociales y medioambientales que nos provocan, en un plano<br />

individual y/o colectivo, la pérdida de nuestra/s autonomía/s. Es decir,<br />

cuando nos explotan acatamos roles de sumisión y obediencia. Y ni<br />

queremos ser sumisxs, ni tampoco queremos ser obedientes.<br />

Queremos poder decidir sobre todxs los aspectos vitales que nos afectan.<br />

En otras palabras, queremos ser soberanxs de nosotrxs mismxs.<br />

Y sabemos que eso sólo es posible bajo el resultado de relaciones<br />

libres de explotación entre personas. Es bien sencillo, no queremos<br />

explotar ni ser explotadxs. Bajo estas premisas, bajo este tipo de relaciones,<br />

estamos seguro que nuestras luchas podrán salir de su aislamiento<br />

y, ciertamente, pensamos que ya empiezan a surgir proyectos<br />

antiautoritarios que logran salir de su respectivo y estrecho marco de<br />

actuación.<br />

Sobre la lucha pensamos que cada persona que ha decidido<br />

luchar por su libertad es lo suficientemente madura para plantearse<br />

hasta dónde quiere llegar en un momento determinado. No somos<br />

nadie para valorar si es correcto o no el uso de la fuerza, nuestro día<br />

a día, nuestras impresiones personales, decidirán si apoyamos o no<br />

ese recurso.<br />

Ciertamente, nosotrxs pensamos que en este momento, si aparece<br />

una lucha interesante, potenciar su radicalización, ya sea porque<br />

formamos parte de la misma lucha o porque desde fuera nos cause<br />

simpatías, es un linea de actuación acertada. No tenemos fórmulas<br />

mágicas, pero ganas nos sobran.<br />

Por otro lado, la radicalización de la lucha la entendemos como<br />

una generalización social del conflicto, intentando que el conflicto<br />

rebase el estricto marco identitario de orígen, que no deja de ser una<br />

muestra de rechazo al poder establecido basado en relaciones jerárquicas<br />

y explotadoras. La solidaridad entre luchas, entre espacios diferentes<br />

pero con muchas cosas en común, es un camino que podemos<br />

explorar, valorar y entonces, decidir si es el camino correcto o no. Tirar<br />

piedras a nuestro propio tejado sólo nos provocaría un permanente<br />

aislamiento. Posiblemente esta sea una de las causas de las muchas,<br />

quizás demasiadas, lamentaciones en el llamado movimiento antiautoritario.<br />

Nuestra crítica general al Sistema es acertada, tenemos un<br />

montón de espacios, ateneos, centros sociales, distribuidoras, locales,<br />

periódicos... Posiblemente si se potenciasen más, si en vez de abrir<br />

otro nuevo local en un barrio con dos o tres locales más afines, medio<br />

vacíos en algunos casos, nos integrasemos y potenciasemos lo existente<br />

lograríamos un mayor conocimiento mútuo y en algunos casos<br />

una mayor incidencia en la calle. Si igualmente, potenciamos un proyecto<br />

existente pero no nos acaba de convencer, siempre podremos<br />

102 103

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!