ABCDFLOUWP - Nodo 50
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En este libro encontrarás<br />
textos propios y ajenos.<br />
El objetivo no es otro que compartir<br />
unas ideas con otras personas.<br />
Quien quiera aproximarse a ciertos<br />
planteamientos anarquizantes, o<br />
buscar material de debate, o<br />
sencillamente ver qué dicen<br />
estxs “colgadxs”,<br />
encontrarán en este libro artesano un<br />
material que consideramos interesante.<br />
Grupo<br />
Chornoe Znamia<br />
SELECCIÓN Y MAQUETACIÓN: GRUPO CHORNOE ZNAMIA<br />
Edición: Ateneu Llibertari del Besòs (Barcelona)<br />
albesos@nodo<strong>50</strong>.org 2008<br />
A NIQUILEMOS LA EXPLOTACI N<br />
ANIQUILEMOS LA EXPLOTACIÓN<br />
PPALABRAS<br />
ALABRAS PARA EL EL DEBATE YY<br />
SOCIAL..<br />
LA LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL<br />
<strong>ABCDFLOUWP</strong><br />
NO COPYRIGHT, HAZ LO QUE TE DÉ LA GANA CON ÉL Y SU CONTENIDO.
sobre otra. Pero ese simil no se corresponde con el Estado, porque siempre<br />
en el Estado el individuo está sometido a la voluntad general, no es<br />
libre, no tiene libertad porque sufre la opresión de manera permanente, ya<br />
que “lo que el hombre pierde por el contrato social es su libertad natural y<br />
un derecho ilimitado a todo lo que le apetece y puede alcanzar; lo que<br />
gana es la libertad civil y la propiedad de todo lo que posee”. Bajo el<br />
Estado siempre somos niñxs, porque el padre siempre es el Estado. En<br />
otras palabras, bajo el Estado nunca seremos “Padres”, siempre tendremos<br />
que obedecer, pero eso sí, y aquí reside otra justificación de un prejuicio<br />
suyo, podremos tener derecho a poseer propiedades, lo que no<br />
decía era que estas pueden ser muy desiguales, que existirán jerarquías<br />
sociales de índole económico, y si existen estas jerarquías el privilegio<br />
persiste. Qué tipo de libertad es la que te afirma que eres libre cuando, por<br />
un condicionante económico, puedes vivir peor que cuando en estado<br />
natural, según él, te ves obligadx a asociarte y vivir en comunidad. No me<br />
convence, no “cedería” mi voluntad a esa supuesta “voluntad general”. No<br />
me apetecería ser un esclavo de dicha autoridad, más si entiendo que en<br />
dicha sociedad habrían ricxs y pobres. Para el que está abajo de la jerarquía<br />
social no es buena esa “voluntad general” para sus intereses, a<br />
menos que se le obligue o engañe para tal fin. Aunque, por otro lado,<br />
intenta limitar un poco esa propiedad privada, al igual que muchx izquierdista<br />
y progre trasnochadx de hoy día, cuando afirma sobre la propiedad<br />
de la tierra (para él el nomadismo no era ni tan siquiera tenido en cuenta)<br />
“para autorizar sobre cualquier porción de terreno el derecho del primer<br />
ocupante son precisas (...) que este territorio no esté aún habitado por<br />
nadie (...) que no se ocupe de él sino extensión de que se tenga necesidad<br />
de subsistir (...) que se tome posesión de él, no mediante vana ceremonia,<br />
sino por el trabajo y el cultivo”. ¿Y ese primer ocupante podrá<br />
pagar a gente para que trabajen para él? ¿Cómo se puede decir que es<br />
lo necesario para la subsistencia?. Esto tiene la misma consistencia que<br />
el artículo 47 de la Constitución ¡¡EEEjpppañola!!, ese que se cachondea<br />
en la cara de todxs cuando dice que tenemos derecho a una vivienda<br />
digna... ejem, sobran los comentarios, sólo que las “constituciones” contemporáneas<br />
siguen basándose en el principio abstracto del “contrato<br />
social”...<br />
Si yo estuviese en un estado natural y me ofreciesen esta forma<br />
de “asociación”, no la aceptaría o seguramente de hacerlo la abandonaría<br />
rápidamente, sin embargo y mira por donde, esto no se puede hacer, sería<br />
una auténtica locura, ya que somos libres pero “a fin de que este pacto<br />
social no sea una vana fórmula, encierra tácitamente este compromiso:<br />
22<br />
ANIQUILEMOS LA<br />
EXPLOTACIÓN<br />
PALABRAS PARA EL DEBATE Y LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL.<br />
Grupo Chornoe Znamia<br />
&<br />
Ateneu Llibertari del Besòs<br />
(Barcelona)<br />
Marzo 2008<br />
1ª Edición<br />
No Copyright
*En este recopilatorio hemos eliminado diferentes<br />
muestras de lenguaje específicamente<br />
masculino porque hoy día nos cagamos en los<br />
géneros normalizados, así que ponemos nuestras<br />
habituales “x” y demás incorrecciones<br />
gramaticales porque nos importa poco lo que<br />
diga la Real Academia de la Lengua o lo que<br />
pensarían lxs autorxs de los artículos y textos.<br />
Grupo Chornoe Znamia<br />
afirmó que “la más antigua de todas las sociedades, y la única natural, es<br />
el de la familia”, mentía descaradamente. Su concepción es patriarcal, eliminando<br />
cualquier tipo de posibilidad de una sociedad matriarcal, igualitaria<br />
o con una socialización en la crianza de la descendencia, es decir, el<br />
cuidado colectivo de lxs niñxs. Sin embargo él defiendía la familia patriarcal<br />
y justificaba la existencia del Estado en un paralelismo: “en la familia<br />
el amor del padre por sus hijos le remunera de los cuidados que les presta,<br />
y en el Estado el placer de mando sustituye a este amor que el jefe<br />
siente por su pueblo”. Es decir, partiendo de un principio patriarcal justifica<br />
el Estado. En otras palabras, es normal que existan las jerarquías<br />
sociales, si existen en la familia es normal que existan en el Estado, y<br />
esto, para él, significa también que se es libre ya que al individuo “no enajenan<br />
su libertad sino por su utilidad”. Me quiere hacer creer que yo acepto<br />
el poder del Estado porque acepto el poder paterno, del macho, del<br />
cabeza de familia. Las mujeres, en fin, mejor ni nombrarlas ya que son,<br />
según él, siervas del hombre... Primero aprende a obedecer en casa, con<br />
la familia, para luego obedecer fuera de ella... Esto es un principio falso.<br />
No puede afirmar que la familia es la sociedad más antigua, no tiene ninguna<br />
prueba, trasportó el modelo imperante en su época y lo trasladó<br />
como principio inmutable de toda la historia y prehistoria humana. Es natural,<br />
y punto, ningún argumento, justificación que no sobrepase la filosofía<br />
barata o lo metafísico. Y de ahí, de esa mentira aparece una de sus principales<br />
bases argumentales... Y siguiendo en el terreno de la metafísica,<br />
afirmó que “Cada uno de nosotros pone en común su persona y todo su<br />
poder bajo la suprema dirección de la voluntad general, y nosotros recibimos<br />
además a cada miembro como parte indivisible del todo”. Yo sólo sé<br />
que si le digo eso a un Mosso d’Esquadra en un test de alcoholemia seguro<br />
que me quitan todos los puntos del carné y me pega una paliza, y me<br />
lo merecería.... ¿Cómo pongo en común mi persona? No sé, quizás en<br />
alguna relación íntima sexual, y común, lo que se dice en común, no sé<br />
yo si es el término correcto. Tal vez hacia referencia a que yo, por ejemplo,<br />
por necesidades vitales, me pongo de acuerdo con otras personas<br />
para resolver problemas... Pues evidentemente, somos seres sociales,<br />
pero no entiendo que para ello necesariamente tenga que ceder mi voluntad<br />
y mi soberanía a algo metafísico (voluntad general), que respeta mi<br />
propia libertad (en teoría), y que en la realidad se plasma en el Estado -o<br />
en la Asamblea- (en el que se basa su modelo democrático). O utilizando<br />
su símil entre la familia y el estado. Yo, como hijo, vivo bajo la tutela de mi<br />
padre y cuando sea adulto tutelaré la vida de mi hijx. Para empezar eso<br />
que afirma no es otra cosa que el Poder, es decir, la opresión de una parte<br />
21
“Solidaridad”). Sin embargo, el pensamiento anárquico considera<br />
incompatible tales principios con un análisis, incluso superficial y<br />
simple, de la realidad. Como puede ser elx ser humano libre si<br />
existen relaciones de poder, de explotación, que merman nuestra<br />
capacidad de autonomía, es decir, la capacidad individual de adoptar<br />
unos principios y ser soberanxs sobre el devenir de nuestra<br />
existencia. El Poder, ya sea mediante la acción legisladora de los<br />
estados, de las leyes de Mercado, de las moralinas religiosas y<br />
demás relaciones jerárquicas nos impone lo que está bien y lo que<br />
está mal, eso sí, con todas las buenas palabras y justificaciones más<br />
o menos rebuscadas que tiene a su alcance.<br />
Uno de esos recursos más utilizados y vigentes para justificar<br />
los actuales modelos democráticos no son otros que las diferentes<br />
teorías que nos hablan del concepto del “Contrato Social”,<br />
destacando aún las tesis de Jean Jaques Rousseau, aunque sus<br />
principios contractualistas se pueden encontrar en la mayor parte<br />
del pensamiento que viene de la Ilustración hasta el de nuestros<br />
días.<br />
Rousseau justificó sus tesis en su obra titulada El Contrato<br />
Social, pieza fundamental de una sociedad, para él, libre. En pocas<br />
palabras, parte del principio de que el ser humano es bueno por<br />
naturaleza, e incluso reconoce que en un estado salvaje era libre y<br />
plenamente soberano. Sin embargo, afirma que por ciertas dificultades<br />
en su devenir, llega un punto que la vida salvaje ya no puede<br />
ser viable, por eso, comenta que deben de asociarse las individualidades<br />
que conforman la humanidad. Su modelo ideal es el basado<br />
en el contrato social, que vendría a ser la creación de una voluntad<br />
colectiva que defendiese la libertad de cada persona. Esta<br />
voluntad colectiva partiría del principio que viene dada por la suma<br />
libre de las voluntades individuales. Su formulación criticaría, por lo<br />
tanto, modelos como el del “Antiguo Régimen” en donde la población<br />
era sierva de los monarcas y de la Iglesia, siendo la soberanía<br />
de ambas instituciones de orígen divino. Su modelo se basaría en<br />
una especie de “democracia directa”, partiendo de la soberanía<br />
individual que se cede en favor de una soberanía colectiva, terminando<br />
finalmente por justificar así un modelo estatal de corte<br />
democrático.<br />
Si bien, como mucha teoría, sobre el papel parece muy bonita,<br />
pero analizándola en profundidad se puede apreciar que no es oro todo lo<br />
que reluce. Muchos principios de su teoría son completamente prejuiciosos<br />
y / o que con un mínimo de estudio, al menos desde la óptica actual,<br />
pueden ser perfectamente asumidos como falsos o poco claros. Cuando<br />
PRÓLOGO<br />
No conocemos a nadie que le guste trabajar, quienes afirman que se<br />
sienten realizadxs con su trabajo creemos que mienten, incluso a sí mismxs.<br />
¡Quién puede sentirse realizado bajo una forma de explotación! Nosotrxs, no.<br />
No nos gusta que nos exploten. Y el trabajo es una de las diferentes formas<br />
de explotación.Trabajar significa prostitución, o dicho en otras palabras, mercantilización…<br />
De nuestro tiempo y nuestro cuerpo. Y lo que criticamos es<br />
esta mercantilización, que esconde una de las formas primarias, o dicho de<br />
otra forma, básica de cualquier forma de explotación. Es ese sentimiento creado,<br />
la PROPIEDAD, que nos esclaviza, nos ha esclavizado y seguirá haciéndolo,<br />
a menos que nos pongamos la pilas y luchemos, con los medios que<br />
individualmente y, si se quiere, colectivamente, tengamos a nuestro alcance<br />
sobre el análisis meticuloso o la más completa espontaneidad, no somos vanguardia<br />
de nada ni de nadie, sólo explicamos lo que pensamos, qué cada cual<br />
piense y actúe como quiera.<br />
El mundo de la explotación basada en el trabajo ya no es el viejo<br />
mundo de antaño, en plena efervescencia social. Los últimos choques de clases<br />
entre la burguesía y el proletariado, en el estado español, se produjeron<br />
en los 70 e inicios de los 80. Una gran conflictividad social que en algunos<br />
casos se extendió más allá de los centros de explotación industrial, produciéndose<br />
grandes luchas y movimientos de solidaridad en los barrios, incorporándose<br />
a esas luchas muchas mujeres, tanto las que trabajaban asalariadas,<br />
como las que trabajaban en las casas en el rol clásico patriarcal de mujer<br />
“ama de casa”. Fueron años de conflictividad, de debates ideológicos que<br />
empezaron a cambiar la concepción de la lucha de clases. Sin embargo, este<br />
“asalto proletario”, es, de momento, en el mundo occidental, el último asalto<br />
proletario. En Italia fracasó, en el estado español también, en Francia finalmente<br />
fue aniquilado, así como en distintos lugares del mundo.<br />
Este asalto se inició en la década de los 60 y muere en los 80, tras un<br />
declive arrastrado desde los 70, por diversas causas, que sería un rollazo soltarte<br />
aquí todas ellas, pero podemos ver el caso de la ciudad de Barcelona y<br />
ya nos vale como ejemplo... A inicios de los 70 la ciudad estaba plagada de<br />
fábricas, la población crecía rápidamente tanto en la ciudad como en la llamada<br />
área metropolitana, barrios chabolistas abundaban, al igual que los barrios<br />
20 1
dormitorio para la masa inmigrante, auténticos lodazales y nidos de ratas. La<br />
gente era explotada en las fábricas, en condiciones duras y en algunos casos<br />
aberrantes, así como quienes malvivían en la nada de esos barrios también<br />
eran explotadxs y marginadxs. Esa masa obrera luchó, tenía la esperanza de<br />
que gritando el poder les escucharía. Pidieron reformas, y al calor de esa<br />
movilización social cada actor político entró en juego. En el campo revolucionario<br />
el predominio básico era de raíz reformista, el PSUC era la organización<br />
dominante, y ya por esas fechas CC.OO su satélite. Pero cabe preguntarse<br />
una cosa básica. ¿El PSUC era revolucionario? No, no lo era, sus cúpulas<br />
sabían que con su fuerte implantación podían cosechar “buenas posiciones”<br />
en una futurible Democracia. El PSUC y acólitos supieron sacar a la calle y<br />
desmovilizar eficientemente a gran parte de la clase obrera para sus objetivos,<br />
si bien en el proceso llamado de transición, terminaron siendo timados,<br />
con la irrupción de la UGT, filial del PSOE, y tras comprobarse que muchos<br />
conflictos escapaban de su radio de actuación, gracias a la irrupción de conflictos<br />
obreros autónomos o al leve resurgir de la CNT entre 1976 y 1978 y<br />
otras luchas llamadas por entonces cómo “alternativas” o “marginales”… Se<br />
encontraron debilitadxs en el proceso de transacción de la Transición, aunque<br />
con el paso de los años han “chupado” de la “sopa boba” como las otras<br />
corrientes de pensamiento democrático.<br />
Ya a inicios de los 80 el movimiento obrero estaba tremendamente<br />
debilitado. La conflictividad reciente disminuyó, en gran parte gracias a la integración<br />
de lxs comunistas autoritarixs, la irrupción de la UGT y un sindicalismo<br />
a la europea que se fraguó tras los Pactos de la Moncloa y el “diálogo<br />
social” entre la Patronal y sindicatos, los cuales en la nueva Democracia se<br />
transformaron, a cambio de unos cuantos millones de pesetas y miles de liberadxs,<br />
en una parte más implicada en la gestión y rapiña del Capitalismo. Los<br />
grandes centros obreros, por otro lado, sufrieron las diferentes reconversiones<br />
industriales encaminadas a adaptar el Capitalismo a los nuevos tiempos,<br />
en donde el consumismo debía de ser más importante, afianzarse una “clase<br />
media” para tal fin y minimizar el impacto cuantitativo de las masas obreras.<br />
En otras palabras, las reconversiones industriales tenían el objetivo de transformar<br />
la economía en una más basada en el sector servicios que en el sector<br />
industrial.<br />
Las consecuencias de estas políticas significaron un aumento del<br />
paro tremendo, más si tenemos en cuenta el contexto de crisis internacional<br />
del Capitalismo. El “miedo al paro” amordazó a muchísima gente que había<br />
luchado años atrás. De pensar que gritando el Poder les escucharía pasaron<br />
muchxs a ver la dura realidad: por mucho que gritasen el Poder nunca les<br />
escucharía. En este clima pragmático no fueron pocxs lxs líderes y activistas<br />
de movimientos sociales asamblearios, obreros o marginales (luchas feministas,<br />
antimilitaristas, presxs en lucha, gays y lesbianas, ecologismo…) que<br />
2<br />
YO NO HE FIRMADO EL<br />
CONTRATO SOCIAL<br />
Pese que la mayor parte de la población<br />
en esta época postindustrial y postmoderna<br />
tenga como valor fundamental enriquecerse<br />
a cualquier precio, cierto es que los estados<br />
y el propio Sistema siguen rigiéndose y<br />
justificándose, teóricamente, por los principios<br />
de la<br />
“Libertad”, la<br />
“Igualdad” y la<br />
“Fraternidad” (o<br />
19
18<br />
abandonaron toda lucha o que directamente fueron “tentadxs” por las políticas<br />
de integración del Sistema. Por otro lado los servicios de seguridad supieron<br />
durante la Transición atacar a los movimientos sociales inadaptables a los<br />
nuevos tiempos, los ecos de Vitoria, o sucesos como la quema de la sala<br />
Scala de Barcelona, son sólo algunos ejemplos del uso de la fuerza bruta por<br />
parte del Estado... Se ha escrito ya mucho sobre esto, así que muchxs ya<br />
saben de lo que hablamos, quien no sepa puede siempre instruirse.<br />
El estado español sufrió una transformación muy rápida. Al ritmo que<br />
la importancia cuantitativa obrera disminuía, la clase media fue implantándose<br />
en el marco de una tendencia que venía desde la década de los 60.<br />
Igualmente la llamada sociedad del consumo, pese a la crisis económica,<br />
tímidamente se fue afianzando, cada vez más gente se podía permitir un<br />
coche, una televisión… El control tecnológico igualmente se fue implantando,<br />
no perdiendo el carro de una nueva revolución tecno-industrial el estado español.<br />
Para tal fin tuvo mucha importancia la entrada en Europa en 1986 o la victoria<br />
del Sí a la OTAN, aunque en Catalunya fue mayoritario el NO.<br />
De los años 80, una de las pocas luchas sociales significativas fue el<br />
No a la OTAN, sin embargo el enfoque de esa lucha, básicamente el votar,<br />
afianzaba el control ideológico democrático y tras la derrota electoral, la lógica<br />
democrática forzaba algo así como el “aceptar la derrota e irse a casa”.<br />
La entrada en Europa supuso una inyección constante de dinero a las<br />
arcas del Estado español, si a eso le sumamos el escaparate de los JJ.OO<br />
del 92 en Barcelona o la EXPO de Sevilla del mismo año, podemos ver como<br />
los nuevos ejes económicos postindustriales españoles son el turismo, el sector<br />
del ladrillo y el aumento del sector servicios, reforzándose este proceso de<br />
terciarización con las privatizaciones de grandes empresas estatales, así<br />
como la concentración bancaria y la expansión de empresas del estado hacia<br />
otros mercados internacionales.<br />
Barcelona y su área metropolitana eran en los 70 uno de los mayores<br />
centros industriales de Europa, transformar todo esto a la nueva lógica del<br />
Capital exigía grandes transformaciones y riesgos. Más si tenemos en cuenta<br />
la difícil situación social de esos años, con conflictos importantes que han<br />
sido ninguneados por la Historia oficialista: Harry-Walker, La Maquinista<br />
Terrestre y Marítima, Roca, gasolineras, portuarixs, conflictos vecinales…<br />
Igualmente la irrupción de otros “sujetos” en la conflictividad social también se<br />
empezaba a manifestar. Grupos Autónomos y Libertarios de apoyo a esas<br />
luchas aparecieron en esos años, en muchos casos formados por jóvenes,<br />
adoptando muchos de ellxs la lucha o agitación armada como modelo válido<br />
y lo llevaron a la práctica. En los barrios ateneos libertarios y colectivos de<br />
diferente índole se afianzaban, las luchas de género más allá del igualitarismo<br />
barato tímidamente empezaban a aparecer, la conciencia ecologista también<br />
se manifestaba, así como el antimilitarismo con la aparición del movi-<br />
3
miento de objeción de conciencia, así como otros focos de lucha que hasta<br />
entonces permanecían mudos o silenciados tras muchas décadas.<br />
En 1986 Barcelona era una ciudad decadente, la industria tenía<br />
menos peso económico, el paro azotaba las calles, gran parte de la juventud<br />
nacida en los 70 moría en las calles por el fantasma de la Heroína, la delincuencia<br />
era alta y la población reclusa por este mundo basado en la<br />
Propiedad aumentaba de manera constante. Pero la paz social reinaba como<br />
lo demostró la lucha contra el ingreso en la OTAN. Fue la constatación de la<br />
derrota de toda una generación, mientras la nueva generación empezaba a<br />
ser adoctrinada en los centros educativos-domesticadores, por los mass<br />
media o esquilmada por la Heroína y/o atemorizada por el SIDA. Qué quedaba<br />
de todo aquel movimiento social de los 70 en 1986, pues poca cosa. Lxs<br />
autónomxs de carácter obreril estaban casi “extinguidxs”, algunos colectivos<br />
o grupos autónomos, sin embargo, aún existían. En el ámbito más libertario<br />
existían aún algunos ateneos, algunxs jóvenes adscritos a nuevos fenómenos<br />
sociales, como pudo ser el ambiente Punk, manifestaban simpatías o un activismo<br />
libertario, otras luchas más diversas, como el movimiento de objeción<br />
de conciencia, siendo una excepción, se encontraba en una situación mejor<br />
que en los 70. El anarcosindicalismo en los 80 se encontraba en pleno calvario<br />
tras los diferentes procesos de divisiones internas iniciados casi desde su<br />
florecimiento en 1976. En 1986 dos organizaciones se reclamaban como<br />
CNT, en pleitos judiciales, luchas internas, reproches y tácticas y actuación<br />
cotidiana diferenciadas. Mientras, quienes se seguían reclamando anarcosindicalistas,<br />
veían como sus locales se vaciaban de obrerxs.<br />
El verdadero triunfo del capitalismo fue integrar el pensamiento democrático<br />
en la mayor parte de la población. Ya hemos comentado anteriormente<br />
el papel de los sistemas educativos o el control de los mass media, la paz<br />
social en el ámbito laboral, así como la eficiente marginación y criminalización<br />
hacia quienes no aceptasen la nueva lógica capitalista. Tampoco se debe de<br />
menospreciar el tejerazo de 1981, psicológicamente fue una advertencia<br />
clara: si no os gusta lo que tenéis podemos volver al modelo antiguo... Pese<br />
a que el tejerazo era más bien una advertencia a diferentes nacionalismos no<br />
españoles, ya que “el problema obrero estaba solucionado” en 1981, no hay<br />
que olvidar que para una derrotada clase obrera, era un factor más de debilitamiento.<br />
De hecho en los 80 empezó a perderse la conciencia de clase por<br />
la mentalidad capitalista basada en la competitividad, el esfuerzo, la constancia<br />
para lograr, con un poco de suerte o genialidad, ascender socialmente en<br />
esta vida. Y el capitalismo supo atraerse hacia su campo de acción a millones<br />
de personas. En Barcelona esto es un hecho también visible. El nuevo sistema<br />
político capitalista y democrático ha integrado a cientos de miles de personas<br />
de la ciudad mediante algo tan básico como un puesto de trabajo. Es<br />
decir, si sumásemos el número de funcionarixs del Ayuntamiento, de la<br />
4<br />
sistemas de control.<br />
En el mismo proceso de llevar a cabo esta lucha en el único modo en<br />
que podemos llevarla a cabo -fuera de y contra toda formalidad e institucionalización-<br />
empezamos a desarrollar nuevas formas de relacionarnos basadas<br />
en la auto-organización, una horizontalidad basada en las diferencias únicas<br />
que nos definen a cada unx de nosotrxs como individuos cuya libertad se<br />
expande con la libertad del otrx. Es aquí, en la revuelta contra nuestra condición<br />
proletaria, donde encontramos ese proyecto positivo compartido que es<br />
diferente para cada unx de nosotrxs: la lucha colectiva por la realización individual.<br />
Willful Disobedience Vol 2. N. 12<br />
http://msnhomepages.talkcity.com/ProjectPl/willfuldisobedience<br />
Traducción Palabras de Guerra<br />
17
en los que la rabia de lxs explotadxs ha sido aprovechada para alimentar proyectos<br />
nacionalistas, racistas o religiosos que sirven sólo para reforzar la<br />
dominación son demasiados para contarlos. La posibilidad del fin del actual<br />
orden social es tan grande como nunca antes, pero la fe en su inevitabilidad<br />
no puede seguir pretendiendo tener una base objetiva.<br />
Pero para entender realmente el proyecto revolucionario y empezar el<br />
proyecto de resolver cómo llevarlo a cabo (y desarrollar un análisis de cómo<br />
la clase dominante consigue desviar la rabia de aquellxs a lxs que explota<br />
hacia sus propios proyectos), es necesario darse cuenta que la explotación no<br />
tiene lugar solamente en términos de producción de riqueza, sino también en<br />
términos de la reproducción de relaciones sociales. Independientemente de la<br />
posición de cualquier proletario particular en el aparato productivo, es de interés<br />
para la clase dominante que todxs tengan un rol, una identidad social que<br />
sirva en la reproducción de las relaciones sociales. La raza, el género, la etnicidad,<br />
la religión, la preferencia sexual, la subcultura, todas estas cosas pueden,<br />
efectivamente, reflejar diferencias muy reales y significativas, pero todas<br />
son construcciones sociales para canalizar estas diferencias en roles útiles<br />
para el mantenimiento del actual orden social. En las áreas más avanzadas<br />
de la actual sociedad donde el mercado define la mayoría de las relaciones,<br />
las identidades en gran medida llegan a estar definidas en términos de las<br />
mercancías que las simbolizan, y la intercambiabilidad está a la orden del día<br />
en la reproducción social, al igual que lo está en la producción económica. Y<br />
es precisamente porque la identidad es una construcción social y cada vez<br />
más una mercancía vendible por lo que lxs revolucionarixs deben ocuparse<br />
seriamente de ella, analizada cuidadosamente en su complejidad con el objetivo<br />
preciso de superar estas categorías hasta el punto de que nuestras diferencias<br />
(incluyendo aquellas que esta sociedad definiría en términos de raza,<br />
género, etnicidad, etc.) sean el reflejo de cada uno de nosotrxs como individuos<br />
singulares.<br />
Ya que no hay un proyecto positivo común que se encuentre en nuestra<br />
condición como proletarixs -como explotadxs y desposeídxs - nuestro proyecto<br />
debe ser la lucha para destruir nuestra condición proletaria, para poner<br />
fin a nuestra desposesión. La esencia de lo que hemos perdido no es el control<br />
sobre los medios de producción o de la riqueza material; son nuestras<br />
vidas mismas, nuestra capacidad para crear nuestra existencia en términos<br />
de nuestras propias necesidades y deseos. Por tanto, nuestra lucha encuentra<br />
su terreno en todas partes, en todo momento. Nuestro objetivo es destruir<br />
todo lo que aleja a nuestras vidas de nosotrxs: el capital, el estado, el aparato<br />
tecnológico industrial y post-industrial, el trabajo, el sacrificio, la ideología,<br />
toda organización que trate de usurpar nuestra lucha, en resumen, todos los<br />
Generalitat, de las diputaciones (gobierno central), saldrían un buen pico.<br />
Este “pico” no es otra cosa que un tejido laboral mínimo para establecer una<br />
clase media en virtud de unos salarios por encima de los salarios de talleres<br />
y fábricas, acorde con la nueva lógica consumista. Mientras el ámbito industrial<br />
padecía reconversiones industriales, se extendió un trabajo administrativo,<br />
vía Estado, que en la nueva lógica capitalista significaba crear una mínima<br />
clase media o directamente alta (altos cargos de la administración y políticxs).<br />
Si a esto le sumamos, en ciudades como Barcelona, un evento como<br />
los Juegos Olímpicos en 1992, las posibilidades de un turismo masificado y<br />
diversificado al mismo tiempo aumentaron. De hecho Barcelona desde los<br />
preparativos de los JJ.OO ha vivido en un constante ajetreo urbanístico y económico.<br />
Si miramos desde entonces casi todo el frontal del distrito de Sant<br />
Martí se ha transformado de un litoral decadente e industrial a barrios de<br />
nuevxs ricxs y clase media pujante, las oficinas de diferentes compañías<br />
abundan entre tanta arquitectura postmoderna, los Hoteles de entre 3 y 5<br />
estrellas surgen como champiñones. El Raval es un lugar infestado por la<br />
especulación, en donde el control social ha aumentado exponencialmente y<br />
en donde a lxs vecinxs de toda la vida del barrio se les ha sometido a un constante<br />
mobbing inmobiliario. La zona de Congresos de Montjuich se ha afianzado<br />
en otro eje económico de ferias y congresos internacionales, las infraestructuras,<br />
pese a la inversión constante, se quedan pequeñas cada pocos<br />
años... La especulación urbanística ya azotaba desde los preparativos de<br />
1992, pero el Fòrum 2004 sirvió como nuevo detonante en un clima de por sí<br />
tendente a la especulación urbanísitica. El resultado es una ciudad en donde<br />
un piso que no llega a 100 metros cuadrados se pueda vender en algunas<br />
zonas por más de un millón de euros. En todos estos procesos capitalistas<br />
muchas personas han sabido hacer fortuna. Es mentira afirmar que el<br />
Sistema no da oportunidades de ascensión social, sí que las da, pero todas<br />
ellas conducen a prostituirse por un salario o vivir del trabajo asalariado de<br />
otrxs. Sin embargo para un 70% de la población esto supone vivir por debajo<br />
o muy poco por encima de los 1000 euros al mes. A veces pensamos que el<br />
matrimonio homosexual se ha aprobado, dejando por sentado su labor integradora<br />
como medida “simbólica”, por aquello de que una hipoteca, por<br />
norma general, es mejor hacerla con una pareja (y mejor si estan casadxs),<br />
porque unx sólo es dificil que pueda sobrevivir. Este problema lo está sufriendo<br />
la gente más jóven, extendiéndose el concepto de juventud incluso más<br />
allá de la franja de 35 años. De hecho, si los problemas no son aún más graves<br />
es debido a que la nueva generación suele recibir apoyos familiares. Es<br />
decir, existe un pequeño “colchón” familiar de padres/madres a hijxs. No es<br />
extraño, por lo tanto, que a menos que se viva en pareja y se quiera vivir conjuntamente<br />
e hipotecadxs de por vida, el resto de la juventud viva aún en casa<br />
de sus padres. Aunque también cada vez es más habitual vivir con amigxs, en<br />
16 5
pisos compartidxs o incluso en pisos “patera”. De hecho la expansión económica<br />
de los últimos años en Occidente, sumándose a la difícil y endémica<br />
situación de miseria en la mayor parte de las zonas del mundo, ha provocado<br />
que un estado como el español, que solía tener emigradxs y corrientes migratorias<br />
internas, en apenas dos décadas, a pasado a recibir varios millones de<br />
personas de otra zonas.<br />
Esta llegada masiva de personas es consecuencia de la propia lógica<br />
capitalista, y, por desgracia, ha provocado que, por cuestiones “raciales” o<br />
“étnicas”, existan numerosos ejemplos de racismo y xenofobia, provocando<br />
divisiones entre explotadxs, recelos y prejuicios. Este contingente inmigrante<br />
es el equivalente a la clase obrera de los 70, que en aquel entonces solía<br />
venir principalmente de zonas como el sur peninsular. Ahora vienen de todos<br />
los rincones del planeta. Y Barcelona ha vivido esto de una forma impactante.<br />
En apenas 10 años hemos pasado de unas calles monocolor a pasear por<br />
nuestros barrios y ver diversidad de tonalidades, lenguas, costumbres... Es la<br />
nueva lógica del Capital, del capitalismo global, en dónde todo es mercancía,<br />
incluyendo las personas.<br />
Y si hablamos de las nuevas tecnologías vemos como estamos<br />
inmersxs en una revolución de consecuencias superiores o equiparables a las<br />
revoluciones industriales del XIX, que asentaron las bases del capitalismo del<br />
s.XX. El capitalismo de finales del XX e inicios del XXI es un capitalismo en<br />
exponencial expansión, en donde los estados son parte activa y manifiesta de<br />
estos procesos y en donde el panorama siempre es cambiante. En un plano<br />
local, vemos que la Barcelona de los 70 es diferente a la Barcelona actual. En<br />
las calles de Barcelona la conciencia obrera es minoritaria, incluso movimientos<br />
y luchas sociales que en los últimos años se han manifestado son más<br />
importantes e influyentes que la lucha en el campo laboral. El primerizo movimiento<br />
de objeción de conciencia, tras la propuesta integradora del estado de<br />
crear una prestación social substitutoria (PSS), se radicalizó hacia posturas<br />
insumisas, tanto al servicio militar como a la PSS, y al final ese movimiento<br />
social se puede afirmar que consiguió parte de sus objetivos, ya que esas formas<br />
de trabajo esclavo llamadas servicio militar o prestación social han terminado<br />
desapareciendo, sin embargo esa lucha no significó un riesgo para la<br />
estructura del Sistema ni el fin de los ejércitos, pero si un problema.<br />
Al calor de esta lucha, así como del asociacionismo y colectivos existentes<br />
a finales de los 80 surgió la lucha por la okupación, lucha diversa que<br />
en la ciudad de Barcelona, al abrigo del clima de especulación urbanística y<br />
cientos de propiedades abandonadas o en desuso, con una parte importante<br />
de la juventud marginada, un Poder más preocupado en otros asuntos, así<br />
como a otros factores, encontró un excelente lugar para arraigar, logrando ser<br />
un referente internacional en poco tiempo. La okupación fue vista con despreocupación<br />
en unos inicios por el Sistema, tras los sucesos del desalojo del<br />
permitido un proceso productivo más descentralizado, como porque cada vez<br />
más el tipo de trabajo necesario en las fábricas es en gran medida sólo supervisar<br />
y mantener las máquinas.<br />
A un nivel práctico esto significa que todxs somos, como individuos,<br />
prescindibles para el proceso de producción, porque todxs somos reemplazables,<br />
ese hermoso igualitarismo capitalista en el que todos somos iguales a<br />
cero. En el primer mundo, esto ha tenido el efecto de empujar a un creciente<br />
número de explotadxs a posiciones cada vez más precarias: trabajo temporal,<br />
trabajos en el sector servicios, desempleo crónico, el mercado negro y otras<br />
formas de ilegalidad, indigencia y prisión. El trabajo fijo con su garantía de una<br />
vida un tanto estable - incluso si esa vida no es propia- está dejando paso a<br />
una carencia de garantías donde las ilusiones proporcionadas por un consumismo<br />
moderadamente cómodo ya no pueden seguir ocultando que la vida<br />
bajo el capitalismo siempre se vive al borde de la catástrofe.<br />
En el tercer mundo, gente que ha sido capaz de crear su propia existencia,<br />
aun cuando ésta haya sido en ocasiones difícil, se está encontrando<br />
con que su tierra y otros medios para hacerlo le están siendo arrebatados al<br />
invadir (literalmente) las máquinas del capital sus casas y minar cualquier<br />
posibilidad de continuar viviendo de su propia actividad. Arrancadxs de sus<br />
vidas y tierras, se ven forzadxs a trasladarse a las ciudades donde hay poco<br />
empleo para ellxs. Surgen barrios de chabolas alrededor de las ciudades, a<br />
menudo con una población mayor que la de la propia ciudad. Sin ninguna<br />
posibilidad de trabajo fijo, lxs habitantes de estos barrios de chabolas están<br />
obligadxs a formar una economía de mercado negro para sobrevivir, pero esto<br />
también sirve todavía a los intereses del capital. Otrxs, en su desesperación,<br />
eligen la inmigración, arriesgándose al encarcelamiento en campos de refugiados<br />
y centros para extranjerxs indocumentadxs con la esperanza de mejorar<br />
su condición.<br />
Así, junto con la desposesión, la precariedad y la prescindibilidad son<br />
cada vez más los rasgos que comparten quienes componen la clase explotada<br />
mundial. Si, por un lado, esto significa que esta civilización de la mercancía<br />
está creando en su interior una clase de bárbaros que realmente no tienen<br />
nada que perder en derribarla (y no de los modos imaginados por lxs<br />
viejxs ideólogxs obreristas), por otro lado estos rasgos no proporcionan en sí<br />
mismos ninguna base para un proyecto positivo de la transformación de la<br />
vida. La rabia provocado por las miserables condiciones de vida que esta<br />
sociedad impone puede fácilmente ser canalizada en proyectos que sirven al<br />
orden dominante o al menos al interés específico de alguno u otro de lxs<br />
dominantes. Los ejemplos de situaciones en las pasadas décadas recientes<br />
6 15
había conocido y creado con sus semejantes, la única comunidad que le<br />
queda a la gente que compone esta clase heterogénea es la provista por el<br />
capital y el estado; la comunidad del trabajo y el intercambio de mercancías<br />
decorada con cualquier construcción ideológica nacionalista, religiosa, étnica,<br />
racial o subcultural a través de la cual el orden dominante crea identidades en<br />
las que canalizar la individualidad y la revuelta. El concepto de una identidad<br />
proletaria positiva, de un sólo proyecto proletario unificado y positivo, no tiene<br />
base en la realidad dado que lo que define a alguien como proletarix es precisamente<br />
que su vida le ha sido robada, que ha sido transformadx en un instrumento<br />
en los proyectos de lxs dominantes.<br />
La concepción obrerista del proyecto proletario tiene sus orígenes en<br />
las teorías revolucionarias de Europa y los Estados Unidos (particularmente<br />
ciertas teorías marxistas y sindicalistas). A finales del siglo XIX, tanto Europa<br />
occidental como el este de los Estados Unidos estaban en camino de ser<br />
completamente industrializados, y la ideología dominante del progreso igualaba<br />
el desarrollo tecnológico con la liberación social. Esta ideología se manifestó<br />
en la teoría revolucionaria como la idea de que la clase obrera industrial<br />
era objetivamente revolucionaria porque estaba en posición de apoderarse de<br />
los medios de producción desarrollados bajo el capitalismo (los cuales, como<br />
productos del progreso, se asumía que eran inherentemente liberadores) y<br />
ponerlos al servicio de la comunidad humana. Al ignorar a la mayor parte del<br />
mundo (junto con una porción significativa de lxs explotadxs en las áreas<br />
industrializadas), lxs teóricxs revolucionarixs eran de esta forma capaces de<br />
inventar un proyecto positivo para el proletariado, una misión histórica objetiva.<br />
Que esta se fundamentara en la ideología burguesa del progreso, se ignoraba.<br />
En mi opinión, lxs ludditas tenían una perspectiva mucho más clara,<br />
reconociendo en el industrialismo otro de los instrumentos de los amos para<br />
desposeerles. Con buenas razones, atacaron las máquinas de la producción<br />
masiva.<br />
El proceso de desposesión hace mucho que se ha consumado en<br />
Occidente (aunque por supuesto es un proceso que está ocurriendo en todo<br />
momento incluso aquí), pero en gran parte del Sur del mundo está aún en sus<br />
primeras fases. Sin embargo desde que el proceso comenzó en Occidente<br />
han habido algunos cambios significativos en el funcionamiento del aparato<br />
productivo. Las posiciones cualificadas en la fábrica han desaparecido en<br />
gran parte, y lo que se necesita en un/a trabajador/a es flexibilidad, la capacidad<br />
de adaptarse, en otras palabras, la capacidad de ser una pieza intercambiable<br />
en la máquina del capital. Además, las fábricas tienden a requerir<br />
muchxs menos trabajadorxs para mantener el proceso productivo, tanto a<br />
causa de los desarrollos en la tecnología y las técnicas de gestión, que han<br />
14<br />
cine princesa de 1996 cambió dicha percepción. Se endurecieron las leyes y<br />
la represión empezó a planear en un movimiento diverso que no tardó en ser<br />
el centro de expresión de otras luchas minoritarias. De hecho, sin el movimiento<br />
okupa, seguramente, la conflictividad social en Barcelona hubiese sido<br />
prácticamente inexistente. Ya son más de 20 años que planta cara, aunque<br />
actualmente podemos afirmar que es un movimiento, cuanto menos, estancado<br />
y con un fuerte rechazo social que impide que la crítica radical, que desde<br />
diferentes ámbitos del mismo se realiza, salga de lo que podríamos llamar su<br />
propio gueto. Sin embargo este gueto no es tan minoritario como podemos<br />
muchas veces creer, ciertas luchas, manifestaciones, actos, sabotajes, en<br />
definitiva, focos de conflictividad social, se han ido afianzando y dando muestras<br />
que el tan cacareado fin de la Historia es una patraña más que nos han<br />
intentado vender.<br />
Y así llegamos al 2008. La mayor parte de la población tiene una conciencia<br />
democrático-capitalista, no tanto por el fervor militante que puedan<br />
tener, ya que la mayor parte de la población vive con salarios inferiores a 1000<br />
Euros y en las elecciones los índices abstencionistas son cada vez mayores.<br />
Sin embargo la mentalidad consumista está muy arraigada y toda propuesta<br />
o lucha revolucionaria es vista como algo infantil, ilusoria y sin perspectivas.<br />
Sin embargo existe aún conflictividad social. El propio movimiento okupa y las<br />
luchas que directamente o indirectamente han surgido de él siguen existiendo.<br />
En algunas manifestaciones el movimiento okupa ha llegado a movilizar a<br />
miles de personas (desalojo del cine Princesa, manis de apoyo a la Hamsa o<br />
a La Kasa de la Muntanya, en apoyo a la okupación), en determiandos eventos<br />
capitalistas el conflicto social también se manifestó en las calles (suspensión<br />
de la cumbre del Banco Mundial en Barcelona y actos que se realizaron,<br />
cumbre euromediterranea del 2002...), en manifestaciones antifascistas la<br />
rebeldía también se ha mostrado (ha pasado a la memoria colectiva el de<br />
1999 en Sants)... Es decir, pese al pensamiento único generalizado, es cierto<br />
que ciertas capas marginales o automarginales de la población han mostrado<br />
su rechazo a la explotación cotidiana imperante, y muchas veces la crítica y<br />
la acción han seguido esquemas de base antiautoritaria.<br />
Hoy día en Barcelona vemos que los Centros Sociales Okupados, a<br />
excepción de centros como Can Vies o La Kasa de la Muntanya, son bastante<br />
recientes, ya que cuesta mucho conseguir que una casa o centro social<br />
pueda ser okupado más de un año. La legislación y presión policial más dura,<br />
la cada vez mayor escasez de espacios, así como otros factores han provocado<br />
que okupar sea algo bastante más complicado que hace unos años. Sin<br />
embargo sigue siendo el ámbito en dónde la lucha anarquista y antiautoritaria<br />
ha conseguido mayor influencia social. Los Ateneos libertarios siguen en<br />
decadencia, ya que si algo ha hecho decrecer los ateneos (normalmente en<br />
locales de alquiler) fue la irrupción de los centros sociales okupados. Antiguos<br />
7
ateneos han muerto, de la década de los 70 sólo quedaría como “herencia” el<br />
actual “Espai Obert” o el “Ateneu Enciclopèdic Popular”, sin embargo, en los<br />
últimos tiempos han surgido varios locales nuevos en este ámbito que han<br />
supuesto centros sociales con una mayor estabilidad, provocando que en<br />
algunos de esos espacios se tengan medios mucho más desarrollados que en<br />
los inestables centros sociales okupados. Acercándose a la década de existencia<br />
tenemos el Ateneo Libertario del Besós, el más reciente es el Ateneo<br />
Libertario de Sants. Otros proyectos similares se están formando, sin embargo<br />
otros duraron poco tiempo, normalmente por las dificultades de hacer frente<br />
al pago del alquiler... En el ámbito anarcosindical existe la CGT, proyecto<br />
bastante moderado pero que en algunos momentos puntuales ha protagonizado<br />
algunas luchas a tener en cuenta. Por otro lado la CNT “clásica” existe<br />
por duplicado en Barcelona y su entorno. Luchas internas y sucesos que sirvieron<br />
cómo excusa, forzaron una escisión para unxs, expulsión para otrxs, y<br />
la creación de facto de dos CNT’s, la cerrada y a veces autocomplaciente sector<br />
“federado” en el ámbito estatal (CNT- sector plaza Medinacelli) y otro “desfederado”<br />
(CNT-sector c/ Joaquin Costa).<br />
Es decir, los locales o espacios de encuentro de las luchas antiautoritarias,<br />
en una ciudad de casi 2 millones de personas, enmarcada en una<br />
área metropolitana que supera los 3’5 millones, se pueden resumir en una<br />
veintena de Centros Sociales Okupados, con cierta inestabilidad en el tiempo<br />
y a veces con práctica cotidiana más cercana a una sala de fiestas que a la<br />
de un centro social, algún ateneo libertario o colectivo con local propio, escasos<br />
pero con cierta estabilidad en el tiempo, y los dos locales existentes de<br />
las diferentes ramas anarcosindicales.<br />
Estos son los espacios que tenemos, pero igualmente debemos de<br />
considerar que no existe una linea de actuación claramente hegemónica. No<br />
existe un proyecto que aglutine a toda esta capa de marginales y automarginales<br />
y, por el momento, lo que domina es un marcado relativismo, con unxs<br />
activistas que en muchos casos son, cuanto menos, bastante eclépticos o<br />
ambiguos, en cuanto a su linea de actuación cotidiana. Sin embargo vemos<br />
como existen varios proyectos o formas de lucha diferenciadas.<br />
La corriente que tiene más fuerza es una linea que podríamos calificar<br />
como autónoma-libertaria moderada, que ha encontrado su base activa en<br />
sectores de la CGT, del movimiento okupa y de ciertas asociaciones civiles.<br />
Este proyecto se caracteriza por llevar cierta linea ciudadanista, a veces más<br />
marcada, otras menos, dependiendo de la lucha y el contexto de la misma.<br />
Normalmente su discurso se basa en una crítica contundente en los aspectos<br />
más generales del funcionamiento del Sistema, sin embargo, en el momento<br />
de plantear posibles reivindicaciones, éstas acaban siendo las auténticas finalidades<br />
de la lucha. Por otro lado suelen ser luchas que alardean de su carácter<br />
democrático. En cierta forma la finalidad ciudadanista es una mayor demo-<br />
8<br />
DE PROLETARIO A INDIVIDUO:<br />
HACIA UNA COMPRENSIÓN<br />
ANARQUISTA DE LA CLASE<br />
Las relaciones sociales de clase y explotación no son simples. Las<br />
concepciones obreristas, que están basadas en la idea de una clase objetivamente<br />
revolucionaría definida en cuanto a su relación con los medios de producción,<br />
ignoran la multitud de aquellxs en todo el mundo cuyas vidas les son<br />
robadas por el actual orden social pero que no pueden encontrar sitio dentro<br />
de sus aparatos productivos. Por tanto estas concepciones acaban presentando<br />
una comprensión limitada y simplista de la explotación y la transformación<br />
revolucionaria. Para poder llevar a cabo una lucha revolucionaria contra<br />
la explotación, necesitamos desarrollar una comprensión de las clases tal<br />
como existen actualmente en el mundo, sin buscar ninguna garantía.<br />
De una forma básica, la sociedad de clases es aquella en la que<br />
están quienes dominan y quienes son dominadxs, quienes explotan y quienes<br />
son explotadxs. Este orden social solo puede surgir cuando la gente pierde su<br />
capacidad para determinar las condiciones de su propia existencia. Por tanto,<br />
la característica esencial que comparten lxs explotadxs es su desposesión, su<br />
perdida de la capacidad para tomar y llevar a cabo las decisiones básicas<br />
sobre como vivir.<br />
La clase dominante se define en términos de su propio proyecto de<br />
acumulación de poder y riqueza. Aunque por supuesto hay conflictos significativos<br />
dentro de la clase dominante en cuanto a intereses específicos y competencia<br />
real por el control de los recursos y el territorio, este proyecto de tan<br />
largo alcance que tiene como objetivo el control del poder y la riqueza social,<br />
y por tanto de las vidas y relaciones de todo ser vivo, proporciona a esta clase<br />
un proyecto positivo unificado. La clase explotada no tiene un proyecto positivo<br />
semejante que la defina. En su lugar se define en cuando a lo que se le<br />
hace, lo que se le quita. Habiendo sido despojada de los modos de vida que<br />
13
cracia, ya que consideran que el problema del Sistema no es tanto la<br />
Democracia en sí misma sinó el contexto económico. Mostrándose, por lo<br />
tanto favorables a un sistema con mayor participación democrática y un capitalismo<br />
menos salvaje, en cierta forma, a veces sin saberlo, lxs ciudadanistas<br />
se transforman en lxs nuevxs socialdemócratas... De este ámbito, en los últimos<br />
años, han surgido campañas y luchas como la condonación de la deuda<br />
externa del terecer mundo, movimiento pro-Renta Básica, luchas antiglobalización<br />
(recordemos el extinto Movimiento de Resistencia Global o incluso la<br />
lucha de apoyo a lxs zapatistas), luchas contra la especulación (movimiento<br />
de V de Vivienda) e, incluso, la lucha de lxs inmigrantes sin papeles.<br />
Editoriales libertarias como Virus, entre su material, han publicado bastantes<br />
cosas que han interesado a esta corriente de actuación (aunque en el catálogo<br />
de esta editorial hay bastante diversidad de contenido), y periódicos como<br />
“La Directa” o el madrileño “Diagonal” han sido sus vocerxs. El activismo que<br />
ha llevado esta práctica se ha nutrido de anarcosindicalitas de la CGT,<br />
algunxs cenetistas y parte del movimiento okupa y autónomo, así como ciertos<br />
sectores independentistas radicalizados que han abrazado estos planteamientos.<br />
El proyecto anarcosindical en Barcelona está aún en plena crisis, y el<br />
auge que tiene esta organización en determinadas poblaciones de Catalunya<br />
y otras zonas del estado, acá no se produce. Posiblemente hasta que no exista<br />
un proceso de unificación de los dos sectores, será difícil ver un crecimiento<br />
relativamente importante de su proyecto. Sin embargo vemos como el proyecto<br />
del sector Medinacelli, más centrado en el sindicalismo y bastante apartado<br />
del resto del movimiento antiautoritario, está en franca bancarrota, mientras<br />
que el proyecto más aperturista del otro sector ha significado, como mínimo,<br />
un cierto contacto con el resto de luchas próximas. Por otro lado el proyecto<br />
de la librería “Rosa de Foc”, en el local “desfederado” de c/Joaquin<br />
Costa, ha significado un importante centro de difusión de las ideas anarquistas.<br />
Sin embargo, todos estos sectores parecen carecer de un proyecto claro,<br />
más allá de buscar un cierto crecimiento cuantitativo y esperar algún conflicto<br />
laboral. Sus medios de difusión son las dos “Solidaridad Obrera”, y en el<br />
ámbito estatal el periódico “CNT”. En el ámbito cegetista, el anarcosindicalismo<br />
es una corriente más en el sindicato, refugio, en cierta manera de gran<br />
parte de la izquierda extra-parlamentaria. Su práctica, básicamente ciudadanista.<br />
Numericamente tiene bastante importancia, y en los últimos tiempos<br />
algún conflicto en la órbita de este sindicato ha conseguido movilizar a bastante<br />
gente, como ha podido ser el conflicto de los autobuserxs de Barcelona,<br />
conflicto que se arrastra desde finales del 2007 y que en estos momentos aún<br />
perdura –nota. Estas lineas se escribieron en febrero de 2008-. Sus “portavoces”<br />
son los periódicos “Catalunya” y “Rojo y Negro”.<br />
El proyecto anárquico como tal no existe, existen, sin embargo, mul-<br />
12 9
titud de espacios de debate y de temas para tal fin. Se debate de cualquier<br />
aspecto de la lucha, se cuestiona todo, en definitiva, no existe un proyecto<br />
claro en nada. No hay proyecto insurreccional claro, tampoco uno de carácter<br />
reformista, tampoco se sabe como debe de ser la organización, hay quienes<br />
siguen creyendo en las organizaciones formales, con sus asambleas democráticas,<br />
sus congresos, estatutos y demás parafernalia, otrxs critican que en<br />
el clima formal pueden aparecer liderazgos, abusos y formas de burocratización,<br />
adopotando esquemas que se llaman informales, sin embargo de poco<br />
importa la teoría si, en la práctica, nos encontramos que cualquier proyecto<br />
suele ser torpedeado y criticado antes incluso de que se pueda llegar a alguna<br />
conclusión. Sin embargo no todo es negativo, y de este ámbito empiezan<br />
a surgir campañas cada vez más ambiciosas, fruto de la superación de las<br />
diferencias inherentes a cada grupo, colectivo e individualidades implicadas<br />
en la lucha. Empieza a notarse un cierto pensamiento de aceptar las diferencias<br />
ajenas y empezar a realizar cosas prácticas. Es decir, en otras palabras,<br />
hay ganas de luchar. Diferentes Centros Sociales Okupados, así como<br />
Ateneos, dan muestra de un movimiento anarquista que empieza a ser consistente.<br />
La publicación más conocida en el área metropolitana se podría considerar<br />
que es el periódico “Antisistema”, sin embargo infinidad de zines y<br />
publicaciones, o revistas libertarias dan muestra de la diversidad de propuestas<br />
anarquistas. Sin embargo, podemos destacar dos aspectos que en los últimos<br />
años se han producido en la lucha anarquista. Por un lado la excelente<br />
labor realizada en el campo de internet. Dos webs destacan especialmente,<br />
con un importante número de visitas diarias y una actualización más que envidiable.<br />
Son los portales www.alasbarricadas.org –nacido a raíz de una coordinadora<br />
anarquista contra el Banco Mundial- y www.klinamen.org –portal de una<br />
de las más importantes editoriales antiautoritarias actuales, ubicada en<br />
Madrid-. Estas dos páginas, así como otras de carácter más autónomo o<br />
social, tales como los diferentes Independent Media Center’s o el portal<br />
www.lahaine.org, han logrado que las luchas antiautoritarias de todos los matices<br />
tengan vías de expresión y difusión nuevas, llegando a competir estos<br />
portales con los mass media en internet. Sin embargo el peso de la Televisión<br />
sigue siendo imbatible...<br />
También podemos hablar de la corriente que podríamos calificar<br />
como autónoma. Es decir, desde una base marxista o libertaria, se muestra<br />
contraria a los partidos o sindicatos y favorable a los modelos de organización<br />
asamblearios. Esta base de organización y práctica es visible en campos de<br />
lucha como la okupación. En Barcelona parece existir normalmente una<br />
“Asamblea de okupas”. El propio funcionamiento de muchos de los C.S.O da<br />
muestras de este asamblearismo. Sin embargo es cierto que a veces se han<br />
producido diferentes roces internos debido a la propia metodologia democrática,<br />
criticada en los últimos tiempos por ciertas corrientes de pensamiento<br />
antiasamblearias. Algo similar puede decirse que sucede en otros ámbitos<br />
autónomos de lucha, como puede ser la lucha antipatriarcal. En cierta manera<br />
el ambiente autónomo es tenso, la presión externa es fuerte y muchos de<br />
los proyectos no acaban de cuajar... Pero esto, en el fondo, le ocurre al resto<br />
de las luchas antiautoritarias.<br />
Estamos en una situación histórica muy compleja, y somos gente que<br />
después del fin “de la lucha de clases”, del triunfo del Capitalismo, seguimos<br />
empeñadxs en luchar, en combatir, sin embargo raro es el proyecto de lucha<br />
que consigue resultados positivos, no existe ninguna forma de conciencia<br />
compartida al 100%. El relativismo imperante en la Sociedad también se refleja<br />
en el ámbito de luchas antiautoritarias, y los motivos de concienciación son<br />
muy diversos. En este libro queremos plasmar nuestra visión de la lucha,<br />
apostando por un cierto optimismo, con textos propios y ajenos, con el ánimo<br />
de ofrecer nuestra visión de la lucha en el movimiento de ideas anárquico.<br />
Grup Chornoe Znamia<br />
10 11
veces se inscriben claramente en un contexto determinado, de hecho, en el<br />
estudio del transcurso de nuestra especie tenemos mucho aún que descubrir<br />
como para lanzar análisis o hipótesis creibles. Sin embargo, es cierto que hay<br />
estudios de sociedades concretas en donde las relaciones jerárquicas, según<br />
dichos estudios, son en algunos casos nulas o casi nulas.<br />
El idealismo primitivista peca de querer volver a unos orígenes imposibles,<br />
puesto que difícilmente podríamos volver a una situación sin tecnología,<br />
sin lenguaje, sin sociedad, en fin, porque la inmensa mayoría de la gente,<br />
por no decir toda, sería, hoy día, incapaz de vivir sin tecnología, sin lenguaje<br />
y sin sociedad.<br />
E, incluso, podemos analizar con más detenimiento sus palabras “fetiche”:<br />
civilización, salvajismo, antitecnologismo… ¿Qué son? Sólo son palabras,<br />
y como todas ellas, fruto de la cultura, es decir, construcciones sociales.<br />
Desde el momento que el ser humano construyó el lenguaje, pensó y se<br />
expresó bajo él, murió la posibilidad de volver a esa “edad dorada” primitiva.<br />
Apelar a lo natural, a la Naturaleza, es fundamentar una teoría en una construcción<br />
social. Y en el fondo esto lo hace cualquier propuesta teórica y/o<br />
práctica, así que no hay que reprocharles nada, en todo caso, al igual también<br />
hacen otrxs, afirmar que estan en contra de todas las contrucciones sociales,<br />
y basarse ellxs también en unas. Sin embargo en este idealismo primitivista,<br />
aunque ellxs nieguen en muchos casos “los idealismos”, reside su atractivo.<br />
De hecho en cualquier idealismo revolucionario en el ámbito anarquista existe<br />
un algo, intangible, algo que no se puede expresar con palabras, pero que<br />
todxs aquellxs que han luchado lo han sentido. Lo siente la persona implicada<br />
en la abolición del patriarcado, la que busca la destrucción de todas las<br />
cárceles, quien quiere abolir el trabajo asalariado, quien desea tomar o destruir<br />
los medios de producción, quien lucha por la liberación animal, contra la<br />
destrucción de la “naturaleza”... En defintiva, entre quienes se cuestionan el<br />
poder establecido, las jerarquías sociales existentes y, en síntesis, luchan por<br />
lo que consideran justo. No afirmamos que todxs sientan lo mismo, pero<br />
hablándolo y sintiéndolo en nuestras propias carnes, sabemos que dentro de<br />
nosotrxs existe un deseo, no expresable en palabras, aunque a veces lo focalicemos<br />
en una o varias de ellas, ya sea Libertad, Salvajismo, Igualdad,<br />
Individualidad... Son sólo palabras, pero las ideas que hay detrás, son lo más<br />
real que vamos a sentir en nuestras vidas. Lo importante no son tanto las<br />
palabras como las ideas que hay detrás...<br />
No debemos de caer en el relativismo, el decir que todo vale. No<br />
todas las tácticas, estrategias y teorías son compatibles, y estamos lejos aún<br />
de un discurso hegemónico, y posiblemente no lo logremos nunca. Sin<br />
embargo si que se puede contribuir en el avance de la lucha con debates<br />
basados en el respeto, la autocrítica y a la propia adaptación con la realidad<br />
social. No somos partidarixs del dogmatismo, pero tampoco del relativismo.<br />
62<br />
que sólo por sí puede dar fuerza a los demás, y que quienquiera se niegue<br />
a obedecer la voluntad general será obligado a ello por todo el cuerpo.<br />
Esto significa otra cosa sino que se le obligará a ser libre”. Nunca se<br />
había dicho de una forma tan bonita, “obligar a ser libre”, algo tan sencillo<br />
como la obediencia y sumisión. El palo y la zanahoria, te acercamos a vislumbrar<br />
una utopía de Libertad, pero lo que de verdad nos interesa es que<br />
obedezcas, y si no lo haces, te obligaremos a ello. No especificó cómo se<br />
obliga a alguién a realizar algo en contra de su “voluntad”, pero sólo hay<br />
unos cuantos métodos: la amenaza, el chantaje, el uso de la fuerza bruta<br />
y tantas otras formas de explotación... No es consistente su teoría, y más<br />
tras padecer sus consecuencias históricas.<br />
Otros pensadorxs han corregido algunos aspectos de la obra de<br />
Rousseau, incluso algunxs se han mostrado contrarixs a muchos de los<br />
principios de él. Hobbes, por ejemplo, en su “Leviatán”, partió del principio<br />
de que el ser humano era un “lobo para sí mismo”, malo por naturaleza,<br />
por lo tanto, necesitaba al Estado para poder sobrevivir, ya que, pese a<br />
reconocer su maldad (inherente a la naturaleza humana), no dejaba de<br />
ser un “monstruo” por encima de la maldad individual, conteniendo así los<br />
impulsos salvajes humanos, los cuales, según él, eran horribles. El utilitarismo<br />
de John Stuart Mill nos habló de la Democracia, de que el bien de<br />
la mayoría nos aportaba la felicidad, por lo tanto las sociedades basadas<br />
en la democracia serían justas porque las leyes son realizadas por “la<br />
mayoría”. Kant comentaba aquello de que no se debe de hacer a los<br />
demás lo que uno no quiere para sí mismo, no está mal este principio, en<br />
definitiva es ponerse en la piel del otro, sin embargo afirma que “la razón<br />
humana es una razón legisladora, no sólo trata de entender o interpretar<br />
la realidad, sino de imponerle una normativa referente al comportamiento<br />
humano”. En otras palabras, el Estado, para todxs ellxs y sus seguidorxs<br />
contemporáneos, es útil y necesario. Max Weber sintetiza los postulados<br />
de Stuart Mill y los kantianos para justificar lo mismo de siempre. Hegel se<br />
hizo multitud de pajas mentales para vendernos la moto de que el Sistema<br />
perfecto era estatal, bajo una monarquía parlamentaria... Entre tanta miserable<br />
filosfía es preferible el realismo político de Maquiavelo en su obra “El<br />
Principe”, auténtico manual y libro de cabecera de muchx mandatarix y<br />
carroña que abunda por los parlamentos, que toda la hipocresia ética que<br />
abunda entre lxs justificadorxs de lo existente. Al menos Maquiavelo no<br />
ocultaba que era preferible para el gobernante ser temido y odiado que<br />
caer simpático pero no ser obedecido. La finalidad del Poder no es otra<br />
que la obediencia, sea de la forma que sea.<br />
No existe Libertad porque nuestra soberanía individual ha sido<br />
23
enajenada, y sin libertad individual no puede existir la libertad colectiva.<br />
No existe igualdad porque existen jerarquías sociales en base a criterios<br />
económicos, políticos, religiosos, de género (¿existe el género?, sería otro<br />
debate...), raciales (¿existen las razas?), culturales... No existe la fraternidad<br />
o solidaridad porque ésta no puede exisitir si existe la explotación, y<br />
vivimos en un mundo basado en y por la explotación. La Libertad,<br />
Igualdad y Fraternidad democrática son una gran mentira.<br />
El primer paso de la toma de conciencia anarquista es no “firmar”<br />
el “Contrato Social”.<br />
SEVERO ROSCI<br />
EXTRAÍDO DEL PERIÓDICO ANTISISTEMA, Nº8.<br />
LO NATURAL NO EXISTE<br />
Apelar a la naturalidad de algo, o una vuelta a la naturaleza es imposible.<br />
La cultura lo impide.<br />
Las aportaciones primitivistas a la lucha por la destrucción de la<br />
explotación son remarcables. Dentro del movimiento anárquico, así como en<br />
otros ambientes de marcado carácter antiautoritario, sus planteamientos han<br />
suscitado buenos e interesantes debates y reflexiones. En el ámbito práctico<br />
existe gran diversidad táctica entre quienes se profesan cómo primitivistas.<br />
El problema a nuestro juicio, del primitivismo, es su carácter fuertemente<br />
esencialista. Construye la dicotomía Civilización Vs Naturaleza u otras<br />
análogas, cómo domesticación Vs salvaje, sin embargo parece olvidarse de<br />
algo. No podemos volver, por poner un ejemplo, a ser salvajes, al menos en<br />
el sentido que ellxs plantean. Para el primitivismo la idea de salvajismo es la<br />
vuelta a lo original, a una sociedad idílica, a un nuevo “comunismo primitivo”.<br />
Para sustentar su ideología se basa en ciertos estudios arqueológicos y antropológicos,<br />
que en muchos casos parecen indicar que las sociedades más<br />
antiguas y prehistóricas eran, aparentemente, más igualitarias que las actuales<br />
y con un impacto negativo nulo o casi nulo con el medio que les rodeaba...<br />
Sin embargo, tampoco debemos de olvidar que dichos estudios son aún bastante<br />
discutibles y sujetos a múltiples interpretaciones. Es la basura postmoderna.<br />
Es lo que hay. Y en este ámbito de estudio, el de nuestros orígenes,<br />
hay una gran diversidad de opiniones, porque, ciertamente, no sabemos apenas<br />
nada de los mismos. No sabemos con certeza cuando apareció el lenguaje,<br />
tampoco sabemos cuando apareció exactamente el patriarcado, ni tan<br />
siquiera sabemos cuando aparecieron los primeros estados. La falocracia de<br />
la datación, de buscar orígenes remotos, de la búsqueda del pasado glorioso,<br />
en la mitificación de lo primitivo, hace que el pensamiento primitivista peque<br />
de esencialista.<br />
Sin embargo sí que sabemos que en los estudios de sociedades<br />
pasadas se dan diferentes indicios de formas de explotación. Entonces vemos<br />
que cada sociedad tiene sus peculiaridades, así como similitudes, en referencia<br />
a otras. También podemos ver como hay diferentes procesos que muchas<br />
24 61
voz italiana se acopla a este sentimiento admirablemente:<br />
“Entonces, en el fondo, ¿qué significa esta globalización de la que<br />
tanto hablan? ¿Será quizás el proceso de expansión de los mercados<br />
hacia la explotación de los países más pobres y de sus recursos fuera<br />
de los países ricos? ¿Será acaso la estandarización de la cultura y la<br />
difusión de un modelo dominante? Entonces, por qué no usar el término<br />
civilización que por cierto suena menos amenazante pero que<br />
calza muy bien, sin la necesidad de neologismos. No hay duda que la<br />
“media” -y no solamente los medios- tienen interés en mezclarlo todo<br />
en una muy insípida sopa de anti-globalización. Por lo tanto depende<br />
de nosotros esclarecer las cosas, llevar a cabo las críticas profundas<br />
y actuar consecuentemente”. (Terra Salvaggio, Julio 2000).<br />
Es una batalla por todo o nada. La anarquía es sólo un nombre para aquellxs<br />
que adoptan su compromiso de redención e integridad, y tratan de encarar<br />
qué tanto nos costará llegar allí. Nosotrxs -lxs seres humanxs -anduvimos una<br />
vez por el sendero correcto, si es que debemos creer en lxs antropólogxs.<br />
Por tanto buscamos la posibilidad de volver a ese estado nuevamente.<br />
Es muy posible que sea la última oportunidad que nos queda como especie.<br />
JOHN ZERZAN<br />
LA NO VIOLENCIA ES<br />
PATRIARCAL<br />
El patriarcado es una forma de organización social que produce lo<br />
que reconocemos comúnmente como sexismo. Pero va más allá del prejuicio<br />
individual o sistémico contra las mujeres. Consiste, en primer lugar, en la falsa<br />
división de las personas en dos categorías rígidas (hombre y mujer) que se<br />
afirman como naturales y morales. (Mucha gente perfectamente sana no<br />
encaja en ninguna de estas categorías fisiológicas, y muchas culturas no occidentales<br />
reconocen -y todavía lo hacen, si no han sido ya destruidas- más de<br />
dos sexos y géneros.) El patriarcado intenta destruir, social e incluso físicamente,<br />
a cualquiera que no encaje en una de estas dos categorías o que<br />
rechace este “binarismo de género”. El patriarcado continúa definiendo roles<br />
claros (económicos, sociales, emocionales, políticos) para los hombres y las<br />
mujeres y afirma (falsamente), que estos roles son naturales y morales. Bajo<br />
el patriarcado, la gente que no encaja o que rechaza estos roles de género es<br />
neutralizada mediante la violencia y el ostracismo. Se les hace parecer y sentir<br />
fexs, sucixs, temibles, despreciables, inútiles. El patriarcado es dañino para<br />
todxs, y es reproducido por cualquiera que viva en él. Haciendo honor a su<br />
nombre, pone a los hombres en una posición dominante y a las mujeres en<br />
una posición sumisa. Las actividades y características que están tradicionalmente<br />
asociadas al “poder”, o al menos al privilegio, pertenecen mayoritariamente<br />
a los hombres. El patriarcado otorga casi exclusivamente a los hombres<br />
la habilidad y el derecho al uso de la violencia.<br />
Con el género, como con la raza, la no violencia es una posición inherentemente<br />
privilegiada. La no violencia asume que en lugar de defendernos<br />
a nosotrxs mismxs de la violencia, podemos sufrir la violencia pacientemente<br />
hasta que una parte suficiente de la sociedad pueda ser movilizada a oponerse<br />
a ello pacíficamente (o que podamos esperar a “transformar” cualquier<br />
agresión que nos amenace individualmente.) Muchas de lxs que proponen la<br />
no violencia no la presentarán meramente como una práctica política acotada,<br />
sino como una filosofía que merece penetrar en el mismísimo tejido social<br />
60 25
y arrancar la violencia de raíz en todas sus manifestaciones.<br />
Pero el pacifismo parece no haberle dado a la violencia del patriarcado<br />
su consideración<br />
justa. Después de todo, en las guerras, en las revoluciones sociales y en la<br />
vida diaria, las mujeres y las personas transgénero son, dentro de la sociedad<br />
patriarcal, las receptoras primarias de la violencia.<br />
Si sacamos esta filosofía fuera de la impersonal arena política y la<br />
ponemos en un contexto más real, la no violencia implica que es inmoral que<br />
una mujer se defienda de un atacante o que estudie autodefensa. La no violencia<br />
implica que para una mujer maltratada es mejor marcharse que movilizar<br />
a un grupo de mujeres para darle una paliza y echar al marido maltratador<br />
de casa. La no violencia implica que es mejor ser violada que sacar un<br />
bolígrafo del bolsillo y hundirlo en la yugular del agresor (porque hacerlo<br />
supondría alimentar un supuesto ciclo de violencia y animar futuras violaciones).<br />
El pacifismo simplemente no resuena en las realidades diarias de la<br />
gente, a menos que esta gente viva en una extravagante burbuja de tranquilidad<br />
en la que toda forma de reactiva y pandémica violencia civil haya sido<br />
expulsada por la violencia sistémica y menos visible de la policía y de las fuerzas<br />
militares.<br />
Desde otra perspectiva, la no violencia parece capaz de tratar con el<br />
patriarcado. Al fin y al cabo la abolición del patriarcado requiere formas de<br />
resistencia que enfaticen la curación y la reconciliación. La concepción occidental<br />
de la justicia, basada en la ley y el castigo, es totalmente patriarcal. Ya<br />
los primeros códigos legales definían a las mujeres como propiedades, y las<br />
leyes fueron escritas para hombres que ostentaran bienes, que a su vez fueron<br />
socializados para no tratar con emociones; “los delitos” eran corregidos a<br />
través del castigo más que mediante la reconciliación. Y es más, al patriarcado<br />
no lo sostiene una elite poderosa que deba defenderlo por la fuerza, sino<br />
que lo sostiene todo el mundo.<br />
Dado que la distribución del poder dentro del patriarcado es mucho<br />
más difusa que en el estado o en el capitalismo (por ejemplo, un General que<br />
asesora a una empresa armamentística, posee un poder significativo dentro<br />
del estado y del capitalismo, pero no extrae específicamente del patriarcado<br />
mucho más poder que cualquier otro hombre, excepto quizás el de representar<br />
un rol modélico de virilidad), luchar contra los poderosos o máximos responsables<br />
juega un papel mucho más pequeño. En su lugar, las personas<br />
debemos construir una cultura que nos permita tener una identidad propia en<br />
términos de género y que nos apoye mientras construimos relaciones saludables<br />
y sanamos de generaciones de violencia y trauma. Esto es perfectamente<br />
compatible con el entrenamiento en autodefensa para mujeres y gente<br />
transgénero y ataca a las instituciones económicas, culturales y políticas que<br />
ejemplifican el patriarcado o son responsables de una forma especialmente<br />
26<br />
El periodo postmoderno, de acuerdo con Paul Virilio, corresponde “la era del<br />
súbito final de la industrialización, a toda la destrucción global ocacionada por<br />
el progreso”. Debemos sobrepasar la postmodernidad complaciente y deshacer<br />
tal progreso. La civilización es el fundamento que decide todo el resto.<br />
Como Freud anotara, “existen dificultades en la adaptación a la naturaleza de<br />
la civilización, la cual no dará el paso a ningún intento de reformarla”. Las “dificultades”<br />
provienen del origen de la civilización, como la renuncia forzada del<br />
Eros y de la libertad de los instintos; estas “dificultades” que, como Freud anticipó,<br />
producirán un estado de neurosis universal.<br />
Freud también se refirió al “sentido de culpa producido por la civilización en la<br />
cual se deposita un gran volumen del inconsciente, o aparece como un tipo<br />
de malestar, insatisfacción”. La magnitud del crimen llamado civilización explica<br />
la enorme cantidad de culpa acumulada, especialmente desde que la continua<br />
repromulgación del crimen u ofensa -la curvatura de la libertad de los<br />
instintos- es necesaria para mantener la coerción y la destructividad que la<br />
caracteriza.<br />
Spengler, Tainter y muchxs otrxs comparten la idea de que el colapso es inherente<br />
a las civilizaciones. Puede ser que estemos acercándonos al colapso de<br />
esta civilización más rápido de lo que podemos asimilarlo, con resultados casi<br />
inimaginables. ¿Será posible que junto con ver la rápida degradación del<br />
mundo físico, no veamos también la desintegración del sistema de símbolos<br />
de la civilización occidental? Es posible mostrar lo creíble del hundimiento de<br />
aquello sometido al dominio de la tecnología y el capital de muchas formas.<br />
Weber, por ejemplo, identificó la desfiguración o marginalización de las sensibilidades<br />
ético personales como la consecuencia más significativa del proceso<br />
de desarrollo moderno.<br />
El listado de los crímenes es virtualmente infinito. El interrogante es: si una<br />
vez que la civilización haya caído, nos reciclaremos en otra variante del crimen<br />
original.<br />
Este nuevo movimiento responde con su negativa. Lxs primitivistas obtienen<br />
fuerzas de la convicción de que -aún sin importar lo cruda que se haya convertido<br />
nuestra vida en los últimos diez mil años- durante los casi dos millones<br />
de años que habitamos el planeta la vida humana parece haber sido en<br />
verdad saludable y auténtica. Nos estamos desplazando, quienes formamos<br />
parte de esta corriente antiautoritaria, en la dirección del naturalismo primitivo,<br />
y contra una totalidad que nos aleja de esa condición.<br />
Como bien lo plantea Dario Fo, “Lo mejor de hoy es esta brisa y este fantástico<br />
sol -esos jóvenes que se organizan alrededor de todo el planeta”-. Otra<br />
59
lismo tecnológico y la pérdida de significado en la sociedad nunca ha sido<br />
entendida muy bien por lxs postmodernistas.<br />
Nacido tras la derrota de los movimientos sociales de los años sesentas y de<br />
su empobrecimiento durante las décadas posteriores a la derrota y previas a<br />
la reacción, el postmodernismo es el nombre para la posteridad de sus monstruosos<br />
hechos. Alegres en aceptar el presente como una tecnonatura y tecnocultura,<br />
Donna Haraway epitomiza alx postmodernx vencidx.<br />
La tecnología, parece ser que siempre estuvo; no hay razón para ubicarse<br />
afuera de su cultura; lo “natural” no es más que la perversa naturalización de<br />
la cultura. En resumen, no hay naturaleza que defender, “somos todos<br />
cyborgs3.” Esta instancia es obviamente en beneficio de la guerra contra la<br />
naturaleza; específicamente, de aquellas contra las mujeres, las culturas indígenas,<br />
las especies en extinción; es decir: contra toda forma de vida no creada<br />
artificialmente.<br />
Para Haraway, la próstesis tecnológica “se convierte en una categoría fundamental<br />
para entender nuestro más íntimo ser” en el proceso de fusionarnos<br />
con la máquina. “La tecnociencia es inequívocamente para nosotros ciencia”.<br />
Sin sorprendernos la escritora increpa a quienes resisten a la ingeniería genética,<br />
con la advertencia de que el mundo está demasiado “desordenado,<br />
sucio” para veredictos simplistas sobre las prácticas de tecnociencia. En verdad,<br />
oponerse a eso es algo “estúpido” y “reactivista”.<br />
Lamentablemente son demasiadxs lxs que siguen su senda de capitulación<br />
ante el periplo mortal al que hemos sido forzados. Daniel R. White escribe, en<br />
forma increíble, sobre “una rúbrica postmoderna-ecológica” cuyos pasos<br />
sobrepasan la contradicción entre opresor y oprimido. Para luego reflexionar,<br />
haciendo eco a lo dicho por Haraway, que “todos nos estamos convirtiendo en<br />
cyborgs”. “¿Qué tipo de criatura nos gustaría ser? ¿ Es que acaso queremos<br />
ser realmente criaturas? ¿No sería mejor ser máquinas? ¿En qué tipo de<br />
máquinas nos convertiremos?”.<br />
Michel Foucault fue, obvio es decirlo, la figura clave del postmodernismo, y su<br />
influencia no ha sido para nada liberadora. Foucault termina perdiendo el<br />
camino cuando habla sobre el poder. Concluye afirmando que el poder está<br />
en todas partes y en ninguna. Este argumento facilitó la noción de lo postmoderno,<br />
oponiéndolo a la noción de opresión por encontrarla anticuada. Más<br />
específicamente, Foucault terminó diciendo que resistirse a la tecnología es<br />
inútil, y que además las relaciones humanas no tenían otra escapatoria que<br />
ser tecnológicas.<br />
brutal del mismo. Matar a un policía que viola a trabajadoras sexuales o a personas<br />
transgénero sin techo; prenderle fuego a la oficina de una revista que<br />
conscientemente publicita un estándar de belleza que conduce a la anorexia<br />
y a la bulimia o secuestrar al presidente de una empresa que trafica con mujeres.<br />
Ninguna de dichas acciones priva de la construcción de una cultura de<br />
libertad. Sino que más bien es la gente con poder que conscientemente saca<br />
provecho del patriarcado, la que impide activamente la emergencia de esta<br />
cultura. Valorar relaciones más libres se complementa con una oposición militante<br />
a las instituciones que propagan relaciones explotadoras y violentas.<br />
Atacar a los más notables y probablemente incorregibles ejemplos del patriarcado<br />
es una manera de educar a la gente en la necesidad de una alternativa.<br />
La mayoría del trabajo requerido para superar el patriarcado probablemente<br />
será pacífico, centrado en la construcción de alternativas y la cicatrización de<br />
las heridas provocadas por éste. Pero una práctica pacifista que olvida el uso<br />
de cualquier otra táctica deja sin opción a la gente que necesita protegerse de<br />
la violencia aquí y ahora.<br />
En el caso de la violación y otras formas de violencia contra las mujeres,<br />
la no violencia implica las mismas lecciones que el patriarcado nos ha<br />
enseñado durante milenios: glorificar la pasividad -“poner la otra mejilla” y<br />
“dignificar el sufrimiento”- frente a la opresión. Todas las historias, mandamientos,<br />
parábolas y leyes contenidas en el Antiguo Testamento, uno de los<br />
textos más lúcidos que define cómo conservar y poner en práctica el patriarcado,<br />
aconsejan a las mujeres sufrir pacientemente la injusticia y rezar para<br />
que la divina Autoridad intervenga. (Esta prescripción es parecida a la fe que<br />
tiene el pacifismo en que los medios de comunicación diseminen imágenes<br />
del sufrimiento dignificado para motivar a las autoridades a que ejecuten la<br />
justicia). Dado que el patriarcado prescribe claramente una violencia masculina<br />
unilateral, las mujeres estarían interrumpiendo esta dinámica de poder, no<br />
reforzándola, sino reapropiándose de su capacidad de ejercer violencia. En<br />
este sentido, el hecho de que las mujeres reclamen la habilidad y el derecho<br />
al uso de la fuerza no pone fin por sí mismo al patriarcado, pero es una condición<br />
necesaria para la liberación de género, así como una forma útil de<br />
empoderamiento y de protección a corto plazo.<br />
Las pacifistas y las feministas reformistas han señalado a menudo<br />
que son las personas que practican el activismo militante las que son sexistas.<br />
En muchos casos específicos, dicha acusación ha sido válida. Pero la crítica<br />
frecuentemente se extiende a sugerir que el uso activista de la violencia<br />
es sexista en sí mismo, masculino, o por lo menos privilegiado. Como Laina<br />
Tanglewood explica: “Algunas ‘feministas’ recientes critican que el anarquismo<br />
ha condenado a la militancia a ser sexista y a no incluir a las mujeres...<br />
Esta idea es en realidad la más sexista.” Otras anarquistas señalan que “De<br />
hecho, la masculinización de la violencia, con su velada concomitancia sexis-<br />
58 27
ta y la feminización de la pasividad, realmente se debe más a aquellas personascuya<br />
noción del cambio no incluye la revolución o la aniquilación del<br />
Estado.” De igual forma, ¿qué noción de libertad no incluye la capacidad de<br />
las mujeres para defenderse a sí mismas? Respondiendo a la suposición de<br />
que las mujeres sólo pueden ser protegidas por unas amplias estructuras<br />
sociales, la activista Sue Daniels nos recuerda: “Una mujer puede deshacerse<br />
de un atacante por sí misma... No es en absoluto cuestión de quién sea<br />
físicamente más fuerte; es una cuestión de entrenamiento.” The Will to Win!<br />
Women and Self-Defense, un panfleto anónimo, añade lo siguiente: “Es ridículo<br />
que halla tantas organizaciones de apoyo y orientación para mujeres que<br />
han sido violadas, atacadas y maltratadas, y apenas ninguna que trabaje para<br />
preparar y prevenir que estas cosas sucedan. Debemos rechazar ser víctimas<br />
y deshechar la idea de que debemos someternos a nuestros agresores para<br />
mantenernos alejadas de una violencia aún más extrema. En realidad, someternos<br />
a nuestros agresores sólo contribuirá a una violencia futura contra<br />
otras”.<br />
La idea de que la violencia es masculina, o que el activismo revolucionario<br />
excluye necesariamente a las mujeres, queers y gente trans está,<br />
como otras premisas de la no violencia, basada en un olvido histórico. Se<br />
ignoran las mujeres nigerianas ocupadas en sabotear los yacimientos de<br />
petróleo; las mujeres mártires de la intifada palestina; las guerreras queer y<br />
transgénero de la Stonewall Rebellion; las miles de mujeres que lucharon con<br />
el Vietcong; las mujeres líderes de la resistencia Nativa al genocidio europeo<br />
y norteamericano; Mujeres Creando, un grupo de anarco-feministas de<br />
Bolivia; las sufragistas británicas que generaron disturbios y lucharon contra<br />
la policía. Se olvidan también las mujeres que ocuparon los más altos niveles<br />
de liderazgo al frente del Black Panther Party, las zapatistas, las Weather<br />
Underground, y otros grupos militantes. La idea de que defenderse de algún<br />
modo excluye a las mujeres es absurdo. Ni siquiera la historia del blanco y<br />
pacificado “Primer Mundo” lo corrobora, porque ni el patriarcado más efectivo<br />
que pudiéramos imaginar jamás sería capaz de impedir que toda la gente<br />
transgénero y todas las mujeres lucharan de manera militante contra la opresión.<br />
La gente partidaria de la no violencia que hace una limitada excepción<br />
con la autodefensa porque reconoce hasta qué punto es erróneo decir que las<br />
personas oprimidas no pueden o deben protegerse a sí mismas, no tiene<br />
estrategias viables para tratar con la violencia sistémica. ¿Sirve la autodefensa<br />
para defenderse de un marido maltratador, pero no para hacer saltar por<br />
los aires una fábrica emisora del dióxido que intoxica tu leche materna? ¿Qué<br />
hay acerca de una campaña más coordinada para destruir la empresa a la<br />
que pertenece la fábrica y es responsable de liberar los contaminantes? ¿Es<br />
autodefensa matar al general que envía a los soldados que violan a las muje-<br />
28<br />
debemos permanecer ciegxs a la riqueza multisensorial, a la diversidad y a la<br />
proximidad que la tecnología resta de nuestras vidas. El ciberespacio promete<br />
conexión, poder y variedad a las personas -que nunca habían estado tan<br />
aisladas, tan faltas de poder y estandarizadas-. En cada investigación se confirma<br />
que incluso unas pocas horas en internet producen los efectos antes<br />
mencionados. Pero la tecnología también sirve para extender el lugar de trabajo,<br />
a través de diversos aparatos electrónicos: como teléfonos portátiles o<br />
beepers, y el correo electrónico mantiene a millones “en servicio” sin importar<br />
la hora o el lugar.<br />
¿Cuál es el ethos cultural que ha irrumpido de criticismo y resistencia ante la<br />
legitimación de lo ilegítimo? El postmodernismo ha alcanzado finalmente el<br />
nadir de su bancarrota moral e intelectual.<br />
El postmodernismo<br />
Seyla Benhabib nos provee de una versión completa del pensamiento en tres<br />
hipótesis:<br />
“la muerte del hombre entendido como la muerte de su autonomía, del sujeto<br />
autoreflexivo, capaz de actuar bajo principios; la muerte de la historia, entendida<br />
como la ruptura del interés espistémico en la historia de la lucha de los<br />
grupos que construyen sus narrativas del pasado; la muerte de la metafísica,<br />
entendida como la imposibilidad de criticar o legitimizar instituciones, prácticas<br />
y tradiciones sino a través de la eminente apelación a la autolegitimación<br />
de las narrativas menores”.<br />
Marshall Berman encapsula el postmodernismo como “una filosofía de la desesperanza,<br />
enmascarada como moda intelectualoide radical. (…) es la contrapartida<br />
del colapso de la civilización que nos rodea”.<br />
Lxs postmodernistas defienden la diversidad, diferencia y hetereogeneidad, y<br />
escogen ver una realidad fluida e indeterminada. Un paralelo a esta actitud es<br />
el movimiento de productos no perecibles, que circulan vacíos de significado<br />
en el goblalizado ritmo consumista de comida chatarra. El postmodernismo<br />
insiste en la superficie y se esmera en desacreditar cualquier noción de autenticidad.<br />
Ningún significado es aceptado. Universalidades de todo tipo son despreciadas<br />
en favor de una supuesta particularidad. Por otro lado, el significado de<br />
una tecnología homogeneizante y universal no sólo no se<br />
cuestiona sino que se acepta como inevitable. La conexión entre el imperia-<br />
57
al estado de cosas reinante, ciego a la real colonización de la vida moderna<br />
e incluso menos crítico y descriminatorio que sus trabajos anteriores. Hardt y<br />
Negri hablan por su parte en forma bastante directa: “Seríamos anarquistas si<br />
no tuviesemos que ponunciarnos (…) desde el punto de vista de una materialidad<br />
constituida en las redes de cooperación productiva, en otras palabras,<br />
desde la perspectiva de una humanidad que es contruida productivamente<br />
(…) No, no somos anarquistas sino comunistas”. Animosamente, y para clarificar<br />
este punto, Jesús Sepúlveda observa en un texto complementario a su<br />
ensayo El Jardín de las peculiaridades2 (2002) “la anarquía, los movimientos<br />
sociales y los movimientos indígenas luchan contra el orden civilizado y sus<br />
prácticas de estandarización”.<br />
No todos los anarquistas subscriben la ola de suspicacias acerca de la tecnología<br />
y la civilización. Noam Chomsky y Murray Bookchin –actualmente fallecido-,<br />
en los Estados Unidos, por ejemplo, se aferran al concepto tradicional<br />
de desarrollo progresivo. El corazón marxista del anarcosindicalismo tipifica<br />
esta adhesión y se disipa entre sus camaradas de izquierda.<br />
Marx, que sabía muy bien sobre el impacto del proceso productivo y su curso<br />
destructivo como división del trabajo, no obstante creyó -o quiso creer- que la<br />
dinámica tecnológica debilitaría al capitalismo. Sin embargo”no todo lo que es<br />
sólido” se va a “derretir en el aire”; por el contrario, se convierte en lo que<br />
siempre fue. Y esto es tan cierto para la civilización como para el capitalismo.<br />
La civilización tiene hoy la forma que la tecnología le asigna, inseparable del<br />
resto del orden social -el paisaje mundial del capital-y encarna y expresa sus<br />
más profundos valores. “Nos queda solamente la condición tecnológica”, concluye<br />
Heidegger, cuya formulación fue en sí suficiente para exponer el mito de<br />
la supuesta “neutralidad” de la tecnología.<br />
Desde el origen de la división del trabajo hasta la actualidad, la tecnología ha<br />
sido una hipótesis, reprimida como un objeto de cuidado. Al punto que la tecnologización<br />
generalizada caracteriza el mundo y representa el aspecto más<br />
dominante de la vida moderna. Pero el velo se ha levantado. La colonización<br />
tecnológica -invasora de la vida cotidiana- y el sistemático desplazamiento del<br />
medio físico no pueder ser ignorados u ocultados. Un vendaval de interrogantes<br />
lo emplazan.<br />
La salud es uno de ellas, en la medida que somos testigos del resurgimiento<br />
y multiplicación de enfermedades -cada vez más resistentes a la medicina<br />
industrial que proclama haberlas erradicado-. Los antidepresivos, por su<br />
parte, muestran el aumento de síntomas como la tristeza, la depresión, la<br />
ansiedad y la desesperación; mientras, al mismo tiempo, se supone que<br />
res en una zona de guerra? ¿O deben las pacifistas permanecer a la defensiva,<br />
sólo respondiendo a ataques individuales y sometiéndose a sí mismas a<br />
la inevitabilidad de tales ataques hasta que la táctica no violenta haga cambiar<br />
de alguna forma al general o provoque el cierre de la fábrica, en un futuro<br />
incierto?<br />
Aparte de proteger al patriarcado de la oposición militante, la no violencia<br />
también ayuda a preservar las dinámicas patriarcales dentro del movimiento.<br />
Una de las mayores premisas del presente activismo anti-opresión<br />
(nacido del deseo común de promover movimientos más libres y empoderados<br />
y de evitar el cuerpo a cuerpo ampliamente contenido por dinámicas de<br />
opresión y de descuido que invalidó las luchas de liberación de las generaciones<br />
previas) es que las opresivas jerarquías sociales existen y se reproducen<br />
a sí mismas en el comportamiento de toda persona y deben ser superadas<br />
tanto interna como externamente. Pero el pacifismo prospera evitando la<br />
autocrítica. La mayoría de nosotrxs estamos familiarizadxs con el estereotipo<br />
parcialmente justificado de la auto-complacencia, la auto-celebración de activistas<br />
no violentxs que “personifican el cambio que desearían ver en el<br />
mundo” hasta tal grado que en sus mentes ellxs personifican todo lo correcto<br />
y bonito. Un seguidor de una organización pacifista exclamó, en respuesta a<br />
críticas entorno al privilegio, que el líder de raza blanca y género masculino<br />
perteneciente a un grupo, posiblemente no podía ejercer un privilegio por ser<br />
blanco y por ser hombre ya que se trataba de una buena persona, como si la<br />
supremacía blanca y el patriarcado fueran asociaciones enteramente voluntarias.<br />
En tal contexto, ¿con qué facilidad podría un grupo con un liderazgo predominantemente<br />
masculino, entendido como la personificación del ideal no<br />
violento, a resultas de su participación en un impresionante número de huelgas<br />
de hambre y sentadas, ser movilizado contra comportamientos opresivos,<br />
contra la transfobia o contra el abuso sexual?<br />
La tendencia del pacifismo a evitar la autocrítica no es sólo típica, es<br />
funcional. Cuando tu estrategia para vencer proviene de “capturar y mantener<br />
la superioridad moral como una ventaja frente a nuestros oponentes” es necesario<br />
retratarte a ti mismx como moral y a tu enemigo como inmoral. No cubrir<br />
fanatismos y dinámicas opresivas frente a líderes y miembros del grupo es<br />
simplemente contraproducente para tu estrategia escogida. Cuánta gente<br />
sabe que Martin Luther King Jr. trató a Ella Baker (quien es la responsable<br />
general de la construcción de la -Southern Christian Leadership Conference<br />
[SCLC], mientras King era todavía inexperto como organizador) como a su<br />
secretaria; y se rió en la cara de algunas mujeres de la organización cuando<br />
sugirieron que el poder y el liderazgo deberían ser compartidos; dijo además<br />
que el rol natural de las mujeres era la maternidad, y que ellas, desafortunadamente,<br />
se veían “forzadas” a ocupar las posiciones de “maestro” y “líder”; y<br />
echó a Bayard Rustin de su organización porque Rustin era gay? Pero enton-<br />
56 29
ces, ¿por qué estos factores, ampliamente disponibles cuando convertimos a<br />
King en un icono, conllevarían el encubrir tales faltas retratándolo como un<br />
santo? Para el activismo revolucionario, de todos modos, la victoria llegará a<br />
través del empoderamiento y del uso de mejores estrategias para combatir el<br />
estado y sobrevivir a la represión. Tal vereda requiere constante evaluación y<br />
autocrítica.<br />
A menudo preexisten asunciones sexistas que pintan a los grupos<br />
militantes más sexistas de lo que en realidad son. Por ejemplo, las mujeres<br />
eran, efectivamente, excluidas de las posiciones de liderazgo en el SCLC de<br />
King, cuando por el contrario las mujeres (por ejemplo, Elaine Brown) a veces<br />
alcanzaron las más altas posiciones en el Black Panther Party [BPP]. Aún así<br />
es el BPP, y no el SCLC, el que se alzó como el paradigma del machismo.<br />
Kathleen Cleaver lo refutó cuando dijo: “En 1970, el BPP tomó una posición<br />
formal en la liberación de la mujer. ¿Hizo el congreso de los Estados Unidos<br />
la más mínima declaración acerca de la liberación de la mujer?”<br />
Frankye Malika Adams, otra Pantera, dijo: “Las mujeres organizaron<br />
bastante la BPP. No sé cómo consiguieron ser un partido de hombres o pensaron<br />
como si lo fueran)”. Resucitando una historia más rigurosa del Black<br />
Panther Party, Mumia Abu Jamal documenta que fue, de alguna forma, “un<br />
partido de mujeres”. No obstante, el sexismo persistió entre los Panteras,<br />
como persistió en cualquier ambiente revolucionario, y en cualquier otro segmento<br />
de la sociedad patriarcal de hoy en día. El patriarcado no puede ser<br />
destruido de la noche a la mañana, pero puede ser gradualmente vencido por<br />
grupos que trabajan para destruirlo. El activismo debe reconocer al patriarcado<br />
como el principal enemigo y abrir espacios en los movimientos revolucionarios<br />
para mujeres, gente queer y gente transgénero para constituirse como<br />
fuerzas creativas a la hora de dirigir, asesorar y reformular la lucha (mientras<br />
también se da apoyo a los esfuerzos de los hombres para entender y contrarrestar<br />
nuestra propia socialización). Una evaluación honesta muestra que no<br />
importan nuestras intenciones, queda mucho trabajo por hacer para liberar el<br />
movimiento del control de las manos de los hombres y para encontrar formas<br />
más saludables y reconfortantes para tratar con patrones de abuso en las<br />
relaciones, sociales o sexoafectivas entre miembrxs del movimiento.<br />
Casi todas las discusiones tácticas o estratégicas en las que he participado,<br />
fueran éstas militantes o pacifistas, han sido atendidas y dominadas<br />
abrumadoramente por hombres. Lejos de mantener que las mujeres y la<br />
gente transgénero son de algún modo incapaces de participar en un amplio<br />
espectro de opciones tácticas (o incluso de discutirlas), haríamos bien en<br />
recordar las voces de aquellas que han luchado -violentamente, de manera<br />
desafiante, efectivamente- como revolucionarias. Con este fin: Mujeres<br />
Creando es un grupo anarco-feminista de Bolivia. Sus componentes se han<br />
dedicado a campañas de grafitis y campañas antipobreza. Protegen a la<br />
lización aparececería recién alrededeor de 9.000 años atrás. Un lapso empequeñecido<br />
por las miles de generaciones humanas que disfrutaron lo que se<br />
podría llamar estado natural de anarquía. La ortodoxia general en la literatura<br />
antropológica, incluyendo los textos universitarios, retrata la vida fuera de<br />
la civilización como aquella donde se goza de mucho tiempo para el ocio, un<br />
modo igualitario de distribución de comida y convivencia, relativa autonomía<br />
e igualdad de sexos y ausencia de violencia institucionalizada.<br />
Lxs humanxs usaban el fuego para cocinar vegetales fibrosos hace dos millones<br />
de años, y navegaron en altamar por lo menos 800. 000 años atrás.<br />
Tenían un nivel de inteligencia igual al nuestro y disfrutaban de una esplendorosa,<br />
pacífica adaptación al mundo natural como nunca la hemos vuelto a ver.<br />
Allí donde los textos de estudio solían hacer la pregunta retórica de por qué<br />
el homo sapiens se demoró tanto en adoptar la domesticación y la agricultura,<br />
ahora se interrogan sobre las razones reales de haberlo hecho.<br />
A medida que los frutos tanto negativos como terminales de la tecnología se<br />
tornan más nítidos, el viraje hacia una política anticivilización, luddista, cobra<br />
cada vez más sentido. No sorprende detectar su influencia, por ejemplo, en la<br />
jornada de protesta masiva en Genova -contra el G8, o grupos de los ocho<br />
países más poderosos-, en julio de 2001. Más de 300.000 manifestantes se<br />
apoderaron de las calles dejando un saldo de <strong>50</strong> millones de US$ en daños.<br />
El gobierno italiano responsabilizó al Bloque negro anarquista, y particularmente<br />
a su concepción primitivista, por el elevado nivel de manifestación.<br />
Una tarea urgente<br />
¿Cuánto tiempo más tenemos para hacer algo para salvar la biósfera y la<br />
humanidad? Las viejas ideas son equivalentes a sus deacreditados esfuerzos<br />
por liderar este mundo, convertido en una red masificada de producción y<br />
extrañamiento. Lxs anarquistas verdes o primitivistas prefieren la tesis de una<br />
comunidad radical y descentralizada donde se conozcan cara a cara, basándose<br />
más en lo que la naturaleza pueda darnos y no en qué tan definitiva<br />
pueda ser la dominación de la naturaleza. Nuestra visión, por razones más<br />
que obvias, se enfoca contra el dominio de la tecnología y el capital.<br />
La izquierda ha fracasado monumentalmente, en términos del individuo y en<br />
términos de la naturaleza. Al mismo tiempo, la distancia entre la izquierda y el<br />
nuevo movimiento anarquista se amplía. Pierre Bourdieu y Richard Rorty, por<br />
citar un ejemplo, esperaron absurdamente por un conexión rejuvenecida entre<br />
intelectuales y sindicatos, como si esta quimera pudiera de alguna forma cambiar<br />
algo al nivel básico. Jurgen Habermas -Between Facts and Norms-<br />
(Jurgen Habermas, Entre hechos y normas) produce una suerte de apología<br />
30 55
protestatario del Primer Mundo y las luchas de los pueblos indígenas para<br />
mantener su integridad contra el capital usurpador y la tecnología.<br />
Todo ello nos plantea una interrogante de suma importancia sobre este movimiento<br />
y su “amenazante” conexión con los siglos de luchas contra el imperio<br />
en el mundo aún no industrializado. Es decir: si tiene una<br />
orientación anarquista en ascenso, ¿en qué consiste este anarquismo?<br />
Creo que es perfectamente claro que se está convirtiendo en algo que no<br />
forma parte de la izquierda tradicional. Hasta ahora los movimientos modernos<br />
anticapitalistas aceptan en sus bases constitutivas la expansión de los<br />
medios de producción y la continuidad del desarrollo tecnológico. Hoy surge<br />
una negación explicita a esta orientación produccionista. En consecuencia, se<br />
trata del ascenso de una nueva tendencia anarquista.<br />
El movimiento anarco-primitivista -o simplemente primitivista- entiende que<br />
para develar las razones de la sombría realidad actual, se requiere una auscultación<br />
de las instituciones que universalmente se han dado por indiscutibles.<br />
A pesar de que lo posmoderno proscribe la investigación crítica sobre el<br />
origen de estas instituciones, la nueva perspectiva anarquista plantea incluso<br />
a la división del trabajo y la domesticación como causas fundamentales de la<br />
precariedad que gravita sobre nuestra existencia.<br />
La tecnología -es decir un sistema basado en una mayor división del trabajo<br />
y especialización- es también el motor de una cada vez más poderosa tecnologización<br />
de las condiciones de vida en el mundo. La civilización, que llega<br />
cuando la división del trabajo alcanza la etapa en que produce domesticación,<br />
es vista a su vez como muy problemática. En todas partes a lo largo de la historia<br />
la domesticación de animales y plantas fue asumida como algo obvio, en<br />
la actualidad esta lógica se observa con mayor detención. Detenernos, por<br />
ejemplo, en el significado de las expresiones ingeniería genética y clonación<br />
humana, es comnprenderlas como parte implícita del movimiento hacia la<br />
dominación de la naturaleza, es decir, la domesticación. Aunque resulte evidente<br />
que este alcance crítico despierte más interrogantes de los que responde,<br />
el desarrollo de una conciencia anarquista que se enfila hacia respuestas<br />
definitivas no puede retroceder.<br />
No se puede volver a la vieja, fallida izquierda. En este punto ¿quién no es<br />
capaz de darse cuenta que algo distinto se necesita con urgencia?<br />
Una de las fuentes de inspiración de la anarquía primitivista es el cambio<br />
paradigmático, notorio en las últimas décadas, de los estudios de antropología<br />
y arqueología en relación a la vida social durante la “prehistoria”. La civi-<br />
gente de la violencia policial durante las manifestaciones. En su acción más<br />
dramática, se armaron con cócteles molotov y cartuchos de dinamita y ayudaron<br />
a un grupo de granjeros indígenas a tomar un banco para demandar que<br />
les perdonaran la deuda que les estaba matando de hambre a ellxs y a sus<br />
familias. En una entrevista, Julieta Paredes, una miembro fundadora,<br />
explica los orígenes del grupo: “Mujeres Creando es una “locura” iniciada por<br />
tres mujeres [Julieta Paredes, María Galindo y Mónica Mendoza] desde la<br />
arrogante, homofóbica y totalitaria izquierda de la Bolivia de los ochenta... La<br />
diferencia entre nosotras y aquellos que hablan acerca del derrocamiento del<br />
capitalismo es que todas sus propuestas para una nueva sociedad provienen<br />
del patriarcado de izquierda. Como feministas, en Mujeres Creando queremos<br />
revolución, un cambio real del sistema... He dicho ya antes y quiero repetir<br />
que no somos anarquistas por Bakunin o la CNT, sino más bien por nuestras<br />
abuelas, y esta es una hermosa escuela de anarquismo”<br />
Sylvia Rivera, una drag queen puertorriqueña, habló acerca de su<br />
participación en la rebelión de Stonewall en 1969, provocada tras la redada<br />
policial, en el Stonewall Bar en Greenwich Village de la ciudad de Nueva York,<br />
con el fin de acosar a la clientela trans y queer.<br />
“No aceptaremos más mierda de ésta. Hemos hecho mucho por otros movimientos.<br />
Llegó el momento. En primera línea estaban los gays de las calles<br />
de Village y la gente sin techo que vivía en el parque de Sheridan Square frente<br />
al bar, después las drag queens y todo el mundo detrás nuestro... Estoy<br />
encantada de haber estado en los disturbios de Stonewall. Recuerdo que<br />
cuando alguien lanzó un cóctel Molotov, pensé:’¡Dios mío, la revolución finalmente<br />
está aquí!’ Siempre creí que tendríamos que defendernos. Estaba<br />
segura de que nos defenderíamos. Solo que no sabía que iba a ser esa<br />
noche. Estoy orgullosa de mí misma por haber estado allí aquella noche. Si<br />
me hubiera perdido ese momento, me habría sentido de algún modo dolida<br />
porque fue entonces cuando vi cómo cambiaba el mundo para mí y para mi<br />
gente. Aunque claro, todavía queda ante nosotras un largo camino por recorrer”.<br />
Ann Hansen, una revolucionaria canadiense, cumplió siete años de<br />
condena en prisión por estar involucrada en 1980 en los grupos clandestinos<br />
Direct Action y la Wimmin’s Fire Brigade, que, entre otras acciones, pusieron<br />
una bomba en la fábrica de Litton Systems (fabricante de componentes para<br />
misiles navales) y lanzaron bombas incendiarias en una cadena de tiendas de<br />
pornografía que vendía vídeos retratando violaciones. De acuerdo con<br />
Hansen: “Hay muchas formas diferentes de acción directa, algunas más efectivas<br />
que otras en diferentes momentos de la historia, pero en conjunción con<br />
otras formas de protesta la acción directa puede hacer más efectivo el movimiento<br />
por el cambio abriendo caminos de resistencia que no son ni fácilmente<br />
absorbidos ni fácilmente controlables para el estado. Desgraciadamente, la<br />
54 31
gente dentro del movimiento debilita sus propias acciones cuando fracasa en<br />
el entendimiento y el apoyo de las diversas tácticas disponibles... Nos hemos<br />
vuelto pacíficxs”.<br />
Emma Goldman, nacida en Rusia, -la anarquista americana más<br />
famosa-, participó en el intento de asesinato del empresario del acero Henry<br />
Clay Frick en 1892; partidaria de la Revolución Rusa y una de las primeras<br />
críticas con el gobierno leninista, escribe así acerca de la emancipación de las<br />
mujeres: “La historia nos cuenta que toda clase oprimida se gana la verdadera<br />
liberación de sus amos a través de sus propios esfuerzos. Es necesario<br />
que la mujer aprenda esta lección, que se dé cuenta de que no alcanzará su<br />
libertad hasta que alcance el poder para realizarla”.<br />
Mollie Steimer fue otra inmigrante anarquista rusa en América. Desde<br />
muy joven, Steimer trabajó con Frayhayt, un periódico anarquista en yiddish<br />
de Nueva York. En la portada del mismo aparece este lema: “La única guerra<br />
justa es la revolución social”. Desde 1918 en adelante, Steimer fue arrestada<br />
y encarcelada repetidamente por hablar claro en contra de la Primera Guerra<br />
Mundial o en apoyo de la Revolución Rusa, que, en aquel tiempo, antes de la<br />
consolidación leninista y las purgas, tenía un componente significativamente<br />
anarquista. En un juicio declaró: “Para el cumplimiento de esta idea (el anarquismo),<br />
consagraré toda mi energía y, si es necesario, daré mi vida por ello”.<br />
Steimer fue deportada a Rusia y luego encarcelada<br />
por los Soviets por su apoyo a lxs anarquistas presxs allí.<br />
Anna Mae Pictou-Aquash fue una mujer Mi’kmaq y una activista del<br />
American Indian Movement (AIM). Después de enseñar y orientar a la juventud<br />
Nativa, y “trabajar con las Boston’s African American and Native American<br />
Communities”, se unió a la AIM y se involucró en la ocupación de 71 días del<br />
Wounded Knee en la reserva de Pine Ridge en 1973. En 1975, en relación a<br />
un periodo de brutal represión, durante el cual al menos 60 miembros y partidarixs<br />
de la AIM fueron asesinadxs por paramilitares equipados por el FBI,<br />
Pictou Aquash estuvo presente en un tiroteo en el que dos agentes del FBI<br />
fueron asesinados. En noviembre de 1975, fue declarada fugitiva por evadir<br />
comparecencias ante el juzgado con los cargos de tenencia de<br />
explosivos. En febrero de 1976, fue encontrada muerta con un disparo en la<br />
nuca; el forense apuntó como causa de la muerte “hipotermia”. Tras su fallecimiento,<br />
se supo que el FBI la había amenazado de muerte por no delatar a<br />
otrxs activistas del AIM. Durante toda su vida, Pictou-Aquash fue una activista<br />
y revolucionaria muy comprometida: “Esta gente blanca piensa que el país<br />
les pertenece -no se dan cuenta de que si están ahora en el cargo correcto<br />
es solamente porque son más numerosos-. El país entero cambió con sólo un<br />
puñado de peregrinxs harapientxs que vinieron aquí en 1<strong>50</strong>0. Se puede coger<br />
a un puñado de indixs harapientxs para hacer lo mismo; yo intenté ser unx de<br />
esxs indixs.”<br />
rápido crecimiento, así como con el ímpetu profundo del movimiento social<br />
rejuvenecido.<br />
Al mismo ritmo en que los signos vitales de la vida en el planeta empeoran a<br />
toda escala, las mentes brillantes debieran poner atención y buscar soluciones.<br />
Pero, en cambio, la mayor parte de ellas encuentra infinitos modos de<br />
ponderar la paralizante dicotomía civilización versus naturaleza, incapaces de<br />
llegar a una conclusión por lo demás inevitable. Durante la modernidad, un<br />
puñado de individuos perspicaces comenzó este cuestionamiento.<br />
Horkheimer concluye que la dominación de la naturaleza -y de los humanos,<br />
en consecuencia- es la razón instrumental que conlleva tal dominación y proviene<br />
de las “capas más profundas de la civilización”. Bataille comprende que<br />
“en el mismo movimiento con que el individuo niega la madre naturaleza, abre<br />
el camino a la subyugación”.<br />
Por fin la necesaria reacción<br />
Después de casi 30 años de ausencia vemos renacer los movimientos sociales.<br />
Impulsados e informados por la crisis planetaria, alcanzan una profundidad<br />
de comprensión y análisis más aguda que la de aquellos les precedieron<br />
en los años sesentas. Para usar el término adecuado, este nuevo movimiento<br />
es por esencia “anarquista”. Fue partir de noviembre de 1999, cuando la<br />
protesta militante contra la Organización Mundial del Comercio (OMC) irrumpió<br />
en las calles de Seattle (EEUU), que la orientación antiglobalista de la<br />
lucha se hizo cada vez más evidente.<br />
“El anarquismo es la perspectiva dominante dentro del movimiento”, señaló<br />
Barbara Epstein, en 2001 en un artículo. Esther Kaplan lo documenta en<br />
febrero de 2002. Escribe:”desde que pasaron los hechos de Seattle, cada vez<br />
más activistas, sin mucha fanfarria, se han ido identificando explícitamente<br />
como anarquistas, mientras que los colectivos con esa perspectiva brotan por<br />
todas partes (…) El grupo marginal anarquista está convirtiéndose en el centro<br />
mismo del movimeinto”. David Graeber lo expresa sucintamente: “El anarquismo<br />
es el corazón del movimiento, su alma; la fuente de la mayoría de lo<br />
que es nuevo y esperanzador”.<br />
Henry Kissinger calificó las protestas de 1999/2000 como “señales de alerta”<br />
de un “peso político potencial” en los países industrializados del Tercer<br />
Mundo, y tambien como una amenaza al sistema mundial. El informe de la<br />
CIA Global Trends 2015 (Tendencias globales 2015), que se hiciera público en<br />
la primavera de 2000, predice que el mayor obstáculo a la globalización en el<br />
nuevo milenio provendrá de la probable acción conjunta entre el movimiento<br />
32 53
Se informa que el volumen de conocimientos se duplica casi cada cinco años;<br />
sin embargo en este mundo crecientemente tecnificado y homógeneo la<br />
“siempre eterna” realidad sigue adelante sin objeción, al menos hasta ahora.<br />
En la novela de Michel Houellebecq de 1998, Les Particules Elémentaires -un<br />
bestseller en Francia- se captura la triste, desilusionada modernidad en la que<br />
la clonación viene a ser como una redención. La civilización en sí misma ha<br />
fracasado y la humanidad termina liquidándose sometida por completo a la<br />
dominación. No puede ser más a tono con el total fiasco y cínico zeitgeist postmoderno.<br />
La cultura de los símbolos atrofió nuestros sentidos, reprimió nuestra experiencia<br />
no mediatizada, y nos condujoó, como predijo Freud, a un estado de<br />
“infelicidad interna permanente”. Hemos sido rebajados y empobrecidos al<br />
punto que estamos forzadxs a preguntarnos porqué la actividad humana se<br />
ha vuelto tan hostil a la humanidad –sin mencionar su enemistad hacia otras<br />
formas de vida en el planeta-.<br />
Dos libros publicados hace poco: All Connected Now: Life in the First Global<br />
Civilization (Todos conectados ahora: la vida y la primera civilización global) y<br />
What Will Be: How the New World of Information Will Change Our Lives (El<br />
mundo de la informática cambiará nuestras vidas) expresan desde sus mismos<br />
títulos el sometimiento a una cada vez más estandarizada e infeliz problemática.<br />
Estos trabajos reflejan el agotamiento de la creatividad y la bancarrota<br />
moral de una era que la masiva deshumanización y la rampante destrucción<br />
de la naturaleza se producen con el objeto de alcanzar frutos en sus proyectos<br />
interrelacionados.<br />
Entre los años 1997 y 1998 -y por muchos meses- se vio en el cielo del sudeste<br />
asiático una humareda: el producto de cuatro millones de hectáreas de<br />
bosques quemados. Cuatro años después, en el este de Australia, cientos de<br />
incendios consumieron sus bosques durante varias semanas, después de<br />
que algunos adolescentes decidieran prenderles fuego. En EEUU los niveles<br />
de contaminación del agua de napas subterráneas y suelos aumentan por<br />
efecto de la concentración de antidepresivos en la orina humana. La alienación<br />
en la sociedad y el aniquilamiento de las comunidades de plantas y animales<br />
se suman a una macabra, trabada danza de violencia que amenaza la<br />
salud y la vida.<br />
La existencia progresivamente cosificada incapacita cualquier cosa o sujeto<br />
que ose ponerla en duda. ¿De qué otra manera podemos dar cuenta de la<br />
asombrosa naturaleza complaciente del posmodernismo, alérgica a cualquier<br />
interrogante sobre los elementos básicos que constituyen la malevolencia<br />
tecno-capitalista? Sin embargo las interrogantes emergen con un perfil de<br />
52<br />
Rote Zora (RZ) fue un grupo alemán de guerrilla urbana de feministas<br />
antiimperialistas. Junto a las aliadas Células Revolucionarias, llevaron a cabo<br />
más de doscientos ataques, mayoritariamente poniendo bombas, durante los<br />
70 y 80. Apuntaron hacia pornógrafos; empresas explotadoras; edificios<br />
gubernamentales; compañias que traficaban con mujeres para ser esposas,<br />
esclavas sexuales y trabajadoras domésticas; entre otras cosas. En una<br />
entrevista anónima, integrantes del Rote Zora explicaron: “las mujeres del RZ<br />
empezaron en 1974 poniendo una bomba en el Tribunal Supremo en<br />
Karlsruhe porque queríamos la abolición total de la ‘218’ (la ley del aborto)”. A<br />
la pregunta de si la violencia daña al movimiento tanto como sus bombas, respondieron:<br />
“Zora 1: ¡Que daña al movimiento! Hable en todo caso de la instalación<br />
de la represión. ¡Las acciones no dañan al movimiento! Todo lo contrario,<br />
pueden y deben apoyarlo de una forma directa. Nuestro ataque contra los<br />
traficantes de mujeres, por ejemplo, ayudó a exponer a la luz pública sus<br />
negocios, a amenazarlos, y ahora ellos saben que tienen que anticiparse a la<br />
resistencia de las mujeres si quieren seguir adelante con sus negocios. Estos<br />
“caballeros” saben que tienen que prever la resistencia. A esto lo llamamos el<br />
fortalecimiento de nuestro movimiento. Zora 2: Hace ya mucho tiempo que la<br />
estrategia de la contrarrevolución ha comenzado a dividir totalmente al ala<br />
radical del resto del movimiento aislándolos para debilitar al movimiento entero.<br />
En los 70 tuvimos la experiencia de lo que significa que sectores de la<br />
izquierda adopten la propaganda del estado, cuando empiezan a presentar a<br />
aquellxs que luchan de manera autónoma como lxs responsables del estado<br />
de persecución, destrucción y represión. No solo confunden la causa con el<br />
efecto, sino que implícitamente justifican el estado de terror. Por lo tanto, son<br />
ellxs mismos quienes debilitan sus propias posiciones. Estrechando el marco<br />
de las protestas y las resistencias...”. La entrevista prosiguió planteando la<br />
siguiente cuestión: “¿Como pueden las mujeres no autónomas, no radicales,<br />
entender lo que queréis? Las acciones armadas tienen un efecto “ahuyentador”.<br />
Zora 2: Quizás es temible que la realidad del día a día sea cuestionada.<br />
Las mujeres a las que desde pequeñas se les ha machacado la cabeza con<br />
la idea de que son víctimas se vuelven inseguras si tienen que enfren- tarse<br />
al hecho de que las mujeres ni son víctimas ni son pacíficas. Esto constituye<br />
una provocación. Aquellas mujeres que experimentan su falta de poder con<br />
rabia pueden identificarse con nuestras acciones. Dado que cada acto de violencia<br />
en contra de una mujer crea una atmósfera de amenaza contra todas<br />
las mujeres, nuestras acciones contribuyen, incluso si sólo apuntan al responsable<br />
individual, al desarrollo de una atmósfera de ‘¡La resistencia es posible!’”.<br />
Hay, sin embargo, mucha literatura feminista que niega los efectos<br />
empoderadores (e históricamente importantes) de la lucha militante en el<br />
movimiento de mujeres y en otros movimientos, ofreciendo en su lugar un<br />
33
feminismo pacifista. Las feministas pacifistas apuntan al sexismo y al machismo<br />
de ciertas organizaciones militantes de liberación, a las cuales deberíamos<br />
dirigirnos para que lo reconozcan. El argumentar en contra de la no violencia<br />
y en favor de una diversidad de tácticas no debería implicar en absoluto<br />
un acuerdo con las estrategias o culturas de grupos militantes del pasado<br />
(por ejemplo, la postura machista del Weather Underground o el anti-feminismo<br />
de las Brigatte Rosse). Pero el hecho de tomarnos seriamente estas críticas<br />
no impide que señalemos la hipocresía de las feministas que censuran<br />
encantadas el comportamiento sexista de lxs militantes y a la vez lo cubren<br />
cuando son pacifistas lxs que lo cometen -por ejemplo, deleitándose con el<br />
cuento de que Gandhi aprendió de su mujer la no violencia, obviando los<br />
inquietantes aspectos patriarcales de su relación.<br />
Algunas feministas van más allá de las críticas específicas y tratan de<br />
forjar un enlace metafísico entre el feminismo y la no violencia: esta es “la<br />
feminización de la pasividad” antes mencionada. En un artículo publicado en<br />
el periódico de Berkeley Peace Power Carol Flinders cita un estudio de los<br />
científicos de la Universidad de California (UCLA) afirmando que las mujeres<br />
están programadas hormonalmente para responder al peligro no con el mecanismo<br />
del “ataca o corre”, el cual se atribuye a los hombres, sino con el mecanismo<br />
de “cuida o entabla amistad”. De acuerdo con estos científicos, las<br />
mujeres, en un estado de amenaza, “calman a lxs niñxs, alimentan a todo el<br />
mundo, difuminan la tensión y conectan con otras mujeres”. Este tipo de ciencia<br />
sensacionalista ha sido una herramienta favorable para reconstituir el<br />
patriarcado mediante la supuesta prueba de la existencia de diferencias naturales<br />
entre hombres y mujeres; la gente está demasiado predispuesta a olvidar<br />
principios matemáticos básicos con tal de poder entregarse a un mundo<br />
tan bien ordenado. A saber, dividiendo arbitrariamente a la humanidad en dos<br />
partes (hombre y mujer) basadas en un número muy limitado de características<br />
invariablemente producirán diferentes resultados que funcionan como<br />
cánones para cada parte. La gente que no sabe que un resultado extraído a<br />
través de tal operación aritmética no expresa, sino que oscurece la diversidad<br />
de las partes, declara felizmente que dichas partes son categorías naturales<br />
y continúan haciendo sentir a la gente como antinatural y anormal si no encajan<br />
con el cánon de la parte que les corresponde (No quiera Dios que encajen<br />
con el resultado de la parte opuesta. ¡Hagamos una pausa para brindar<br />
por la imparcialidad de la Ciencia!). Pero Flinders no se contenta con detenerse<br />
aquí, con el estudio implícitamente transfóbico y esencializador del género<br />
de la Universidad de California. Prosigue hurgando en “nuestro remoto<br />
pasado pre-humano. Entre lxs chimpancés, nuestras más cercanas relaciones,<br />
los machos patrullan el territorio en el que las hembras alimentan a las<br />
crías... Las hembras raramente están en estos frentes; ellas se dedican más<br />
al típico cuidado directo de su descendencia.” Flinders afirma que esto mues-<br />
EL CREPÚSCULO DE LAS<br />
MÁQUINAS<br />
Ha pasado tiempo desde que W.H. Auden lo resumiera con estas palabras:<br />
“La situación de nuestra época nos persigue como en un crimen escalofriante”.<br />
En la actualidad la crisis se manifiesta y profundiza en todas las esferas.<br />
Las condiciones recrudecen y ninguna de las respuestas de antaño permanece<br />
ya en pie. Una amiga y vecina suele hablarme -con elocuencia y discernimiento-<br />
sobre el trato con lxs otrxs, aconsejando recordar que todxs tenemos<br />
en algún modo el corazón partido.<br />
¿Será posible que haya todavía quienes no sepan cuál es la dirección a la que<br />
el sistema mundial -y esta sociedad en particular- nos lleva? El calentamiento<br />
global, una de las funciones de la civilización industrial, liquidará la biosfera<br />
mucho antes que acabe este siglo. Las especies se extinguen en todo el<br />
planeta a un ritmo acelerado. Avanzan “zonas muertas” en el océano. El aire<br />
y el suelo son envenenados progresivamente, los bosques tropicales sacrificados<br />
y todo lo demás que deviene con ello.<br />
Niñxs, incluso de dos años, son medicados con antidepresivos; paralelamente<br />
los desórdenes emocionales de la juventud se han más que duplicado en<br />
los últimos 20 años y la tasa de suicidios adolescentes se triplicó desde la<br />
década 1971/80. Un estudio reciente señala que casi un tercio de lxs estudiantes<br />
de secundaria beben alcohol por lo menos una vez al mes. Lxs investigadorxs<br />
concluyen que “entre menores de edad el consumo de alcohol<br />
alcanza en EEUU proporciones epidémicas”.<br />
La mayor parte de las personas consume alguna droga para soportar su vida<br />
cotidiana contra el telón de fondo de los brotes homicidas en los hogares,<br />
escuelas y centros de trabajo. Uno de los últimos cuadros patológicos -entre<br />
muchos otros- corresponde al infanticidio perpetrado por lxs padres. Una<br />
panoplia de estremecimiento y fenómenos horrorosos que emanan del corazón<br />
de la sociedad en desintegración. Hemos heredado un paisaje de vacío,<br />
codicia, estrés, aburrimiento, ansiedad en la cual nuestra naturaleza humana<br />
se degrada en la misma proporción de lo que queda vivo en el mundo natural.<br />
34 51
tra que “dedicarse al combate directo nunca ha constituido un rasgo especialmente<br />
adaptativo para las mujeres” y “las mujeres tienden a acercarse a la no<br />
violencia desde frentes distintos e incluso a vivir la no violencia de forma bastante<br />
diferente”. Flinders está cometiendo otro disparate en nombre de la ciencia,<br />
a parte de estar asumiendo un tono destacablemente sexista.<br />
Primeramente, el determinismo evolutivo que usa ni es escrupuloso ni se<br />
puede probar; su popularidad proviene de la utilidad de crear una coartada<br />
para las estructuras sociales históricamente opresivas. Incluso en este marco<br />
dudoso, Flinders es inexacta en sus asunciones. Lxs humanxs no se desarrollaron<br />
a partir de lxs chimpancés; más bien ambas especies se desarrollaron<br />
a partir de una misma predecesora. Lxs chimpancés son tan modernxs como<br />
lxs humanxs y ambas especies han tenido la oportunidad de desarrollar adaptaciones<br />
en el comportamiento que divergen del ancestro común. No estamos<br />
más atadas a las divisiones de género de lxs chimpancés de lo que ellxs lo<br />
están a nuestra propensión a desarrollar listas de palabras inmensas para<br />
oscurecer la verdad del mundo que nos rodea. En segundo lugar, a través del<br />
mismo camino que la llevó a afirmar la tendencia femenina a la no violencia,<br />
Flinders se ha encontrado con la afirmación de que el rol natural de las mujeres<br />
es confortar a lxs niñxs y alimentar a todo el mundo lejos de las lineas del<br />
frente. Flinders ha demostrado marcada aunque accidentalmente, que el<br />
mismo sistema de creencias que dice que las mujeres son pacíficas, también<br />
dice que el rol de las mujeres es el de cocinar y criar niñxs. El nombre para<br />
este sistema de creencias es el de patriarcado.<br />
Otro artículo de una feminista académica se pone esencialista en<br />
menos que canta un gallo. En el segundo párrafo de “Feminismo y No<br />
Violencia: Un Modelo Relacional” (Feminism and Nonviolence: A Relational<br />
Model), Patrizia Longo escribe: “Años de investigación (...) sugieren que a<br />
pesar de los problemas potenciales que supone, las mujeres han participado<br />
de forma consistente en la acción no violenta. Sin embargo, las mujeres eligen<br />
la no violencia no por desear mejorarse a sí mismas a través de un sufrimiento<br />
añadido, sino porque la estrategia encaja con sus valores y recursos”.<br />
Constriñendo a las mujeres a la no violencia parece que las feministas<br />
pacifistas deban también constreñir nuestra definición de los “valores y<br />
recursos” de las mujeres; definen qué rasgos son esencialmente femeninos<br />
encerrando a las mujeres en un rol falsamente identificado como natural, y<br />
dejan fuera a las que no encajan con ese rol.<br />
Es difícil cuantificar cuantas feministas aceptan hoy en día las premisas<br />
del esencialismo, pero parece que un amplio número de feministas de<br />
base no aceptan la idea de que el feminismo y la no violencia estén o deban<br />
estar inherentemente vinculados. En un foro de discusión on line, decenas de<br />
mujeres que se autodefinen como feministas respondieron a la cuestión:<br />
“¿Existe un vínculo entre la no violencia y el feminismo?”. Una mayoría de las<br />
<strong>50</strong> 35
presentes, algunas pacifistas, otras no, expresaron la creencia de que las<br />
feministas no necesitan apoyar la no violencia. Un mensaje lo resumió de la<br />
siguiente manera: “Todavía existe una presión sustancial dentro del feminismo<br />
que vincula a las mujeres a la no violencia. Pero existen también un montón<br />
de feministas ahí fuera, entre las que yo misma me incluyo, que no quieren<br />
verse a sí mismas automáticamente incluidas en una postura (esto es, la<br />
no violencia) simplemente por nuestros genitales o por nuestro feminismo”.<br />
Peter Gelderloos<br />
Traducido por :<br />
RIOT IN TRANSLATION (Sara y Miriam).<br />
DESTROY THE ©OPYRIGHT<br />
Nota editorial. Se han suprimido las “notas” del original por cuestiones<br />
de espacio.<br />
36<br />
truyen palacios y viven en tugurios, que cultivan el trigo y no pueden quitar<br />
el hambre a sus chicxs; unx de la muchedumbre anónima y envilecida que<br />
se yergue un segundo al recibir el golpe delx amx, pero que se somete<br />
todos los días, se conforma con el estado social, actual y, depuesta su<br />
momentánea actitud, tolera, ayuda y ejecuta todas las infamias, todas la<br />
bajezas.<br />
No productorxs, es cierto, pero no cómplices. No productorxs, sí;<br />
ladronxs si queréis -si vuestra poltronería tiene necesidad de otra ruindad<br />
para consolarse,- pero no esclavxs. Desde hoy, cara a cara, mostrando los<br />
dientes alx enemigx.<br />
Desde hoy, temidxs y no humilladxs.<br />
Desde hoy, en estado de guerra contra la sociedad burguesa.<br />
Todo, en el actual mundo capitalista, es indignidad y delito; todo nos<br />
da vergüenza, todo nos causa náuseas, nos da asco.<br />
Se produce, se sufre y se muere como un perro.<br />
Dejad, al menos, al individuo la libertad de vivir dignamente o de<br />
morir como persona, si vosotrxs queréis agonizar en esclavitud.<br />
El destino de la humanidad, se ha dicho, es aquel que ella misma<br />
se sabe forjar; y hoy no hay más que una alternativa: o en rebeldía o en<br />
esclavitud.<br />
“BRIAND” (SEVERINO DI GIOVANNI)<br />
49
No hay duda alguna que son parásitos, pero lo que nadie podrá<br />
hacer es llamarles esclavxs. Lxs esclavxs, en cambio, en su gran mayoría,<br />
son también parásitos mucho más costosxs que aquellxs. Y el parasitismo<br />
de esta mayoría de productorxs es mucho más inmoral, cobarde y humillante<br />
que aquel de lxs expropiadorxs.<br />
¿Llamaréis productorx, trabajadorx honradx o parásitos a aquelx<br />
que está empleadx en la fabricación de joyas, de tabaco, de alcohol, u ocupado<br />
nel far la ... serva al prete? (N. de R. “hacerle de sirvienta al cura”).<br />
Se me dirá que este parasitismo también es impuesto, que la necesidad<br />
de vivir nos obliga, a pesar nuestro, a someternos a esta actividad<br />
negativa y dañosa.<br />
Y con esta pobre excusa, con este cobarde pretexto se gana el pan<br />
nuestro, en forma vergonzosa y hasta criminal. Verdadera complicidad en el<br />
delito; criminalidad no inferior a aquella de lxs primeros responsables: lxs<br />
burguesxs.<br />
Y después de todo, ¿podréis negar que el rehusarse a colaborar en<br />
los embrollos de este régimen criminal, no es mucho más anárquico que el<br />
primero? ¿Podréis negar, acaso, que los dos tercios de la población de<br />
nuestras metrópolis sean parásitos?<br />
Es innegable que si por productorxs se calculan sólo aquellos que<br />
están ocupados en una producción verdaderamente útil, la humanidad, en<br />
su gran mayoría, se debe considerar parásita. Trabajéis o no trabajéis, si no<br />
formáis parte de la categoría de lxs campesinxs o de las pocas categorías<br />
verdaderamente útiles, no podéis ser más que parásitos, aunque os creáis<br />
trabajadorxs honradxs.<br />
Entre el parásito-trabajadorx que se somete a la esclavitud económico-capitalista<br />
y elx expropiadorx que se rebela, prefiero a este último. Este<br />
es un rebelde en acción, el otro es un rebelde que ladra, pero ... no muerde,<br />
o morderá solamente el día de la santísima redención.<br />
Dividido el esfuerzo entre toda la colectividad, dos o tres horas de<br />
trabajo, al día, serían suficientes para producir todo lo que se necesitaría<br />
para llevar una vida holgada. Tenemos, por lo tanto, derecho al ocio, derecho<br />
al reposo. Si el presente sistema social nos niega este derecho es preciso<br />
conquistarlo por cualquier medio.<br />
Es triste, en verdad, el tener que vivir del trabajo de otrxs. Se prueba<br />
la humillación al sentirse igualadxs a lxs parásitos burguesxs, pero se<br />
saborean también grandes satisfacciones.<br />
Parásitxs sí; pero no se beben las amargas heces de la sabida vileza,<br />
de la consentida expresión, no se sienten los tormentos de saberse unx<br />
de aquellxs que, humilladxs van uncidxs al carro delx triunfadorx, regando el<br />
camino con su propia sangre; unx de aquellxs que ofrecen riquezas a lxs<br />
parásitos y mueren de hambre sin osar rebelarse; unx de aquellxs que cons-<br />
EL DERECHO AL OCIO Y<br />
A LA EXPROPIACION<br />
INDIVIDUAL.<br />
Tu haces un trabajo que te gusta, que tienes una ocupación independiente<br />
y a quien el yugo delx patrónx no molesta mayormente; tú también<br />
que te sometes resignadx o cobarde en tu calidad de explotadx: ¿cómo<br />
te atreves a condenar así, tan severamente, a aquellxs que han pasado al<br />
plano de ataque en contra delx enemigx?<br />
Una sola cosa te queremos decir: “¡Silencio!”, por honestidad, por<br />
dignidad, por fiereza. -¿No sientes el sufrimiento de ellxs? ¡Cállate!- ¿No tienes<br />
la audacia de ellxs? Entonces, otra vez ¡cállate!<br />
Cállate, porque tú no sabes las torturas de un trabajo y de una<br />
explotación que se odian.<br />
Desde hace mucho tiempo se viene reclamando el derecho al trabajo,<br />
el derecho al pan, y, francamente, en el trabajo nos estamos embruteciendo.<br />
No somos más que lobxs en busca de trabajo, -de un trabajo duradero,<br />
fijo- y a la conquista de él se encaminan todos nuestros afanes.<br />
Estamos a la pesca continua, obsesionante del trabajo. Esta preocupación,<br />
esta obsesión nos oprime, no nos abandona nunca. Y no es que se ame al<br />
trabajo. Al contrario, lo odiamos, lo maldecimos: lo cual no impide que lo<br />
suframos y lo persigamos por todas partes. Y mientras imprecamos en su<br />
contra, lo maldecimos también porque se nos va, porque es inconstante,<br />
porque nos abandona -después de un breve tiempo: seis meses, un mes<br />
una semana un solo día. Y he aquí que transpuesta la semana, pasado el<br />
día, la búsqueda empieza de nuevo con toda la humillación que ella entraña<br />
para nuestra dignidad de personas; con el escarnio que implica a nuestras<br />
hambres: con la befa moral nuestro orgullo de individualidades conscientes<br />
de este ultraje, relajándonos y pisoteando nuestros derechos rebeldes, de<br />
anarquistas.<br />
Nosotrxs, anarquistas, sentimos la humillación de esta lucha para<br />
huirle al hambre y sufrimos la ofensa de tener que mendigar un pedazo de<br />
pan que nos es concedido de cuando en cuando como una limosna y a condición<br />
de renegar o poner en el desván de los trastos inútiles nuestro anar-<br />
48 37
quismo (si no queréis usar de medios ilegales para defender vuestro derecho<br />
a la vida, sólo os quedará como lugar de reposo el cementerio), y sufrimos<br />
más, porque tenemos conciencia de la injusticia que se realiza en contra<br />
nuestra. Pero donde se agranda nuestro sufrimiento hasta adquirir caracteres<br />
trágicos, es al desentrañar la vergonzosa comedia de la falsa piedad<br />
que se desarrolla a nuestro derredor, mordiéndonos de rabia por nuestra<br />
impotencia y también por sentirnos un poco viles -vileza que es a veces justificada,<br />
pero que casi siempre no tiene justificación alguna frente a esta inicua<br />
y cínica hipocresía que nos hace pasar a nosotrxs, trabajadorxs, como<br />
lxs beneficiadxs, cuando somos lxs benefactorxs; que nos coloca en situación<br />
de mendigxs a quienes se quita el hambre por misericordia, mientras,<br />
que en realidad somos nosotrxs lxs que damos de comer a todxs lxs parásitxs<br />
y les procuramos el bienestar de que gozan: que consumimos nuestras<br />
vidas entre los horrores de las privaciones, para saturar de goces las de<br />
ellxs, para permitir sus expansiones, sus placeres, -su ocio,- teniendo conciencia<br />
del despojo a que se nos somete. Quiere prohibirsenos hasta el<br />
poder sonreír ante las maravillas de la naturaleza, porque se nos considera<br />
como instrumentos, nada más que como instrumentos para embellecer su<br />
vida parasitaria.<br />
Nos damos cuenta de toda la insensatez de nuestros afanes; sentimos<br />
lo trágico, mejor dicho lo ridículo de nuestra situación: imprecamos,<br />
maldecimos, nos sabemos locxs y nos sentimos viles, pero todavía continuamos<br />
bajo la influencia (como cualquierx mortal) del ambiente que nos<br />
circunda, que nos envuelve en una malla de frívolos deseos, de mezquinas<br />
ambiciones de “pobres cristos” que creen mejorar un poco sus condiciones<br />
materiales, intentando arrancar de entre los dientes de lxs lobxs -de los que<br />
poseen y defienden la riqueza- una migaja de pan que no se consigue más<br />
que al elevado precio de nuestra carne y de nuestra sangre dejadas en los<br />
engranajes del mecanismo social.<br />
Y, a pesar nuestro, por necesidad o sugestión colectiva, nos dejamos<br />
arrastrar por el torbellino de la locura común. Y rotas, en nosotrxs, las<br />
fuerzas que nos mantienen íntegrxs en nuestra conciencia que ve claro en<br />
las cosas y sabe que no lograremos nunca por este camino destrozar las<br />
cadenas que nos mantienen esclavxs, porque no se destruye la autoridad<br />
colaborando con ella, ni se disminuye el poder ofensivo del capital ayudando<br />
a acumularlo con nuestro trabajo, con nuestra producción; rotas estas resistencias,<br />
decía, comenzamos a acelerar el paso y bien pronto veloz carrera,<br />
loca carrera sin sentido ni fin, que no nos conduce más que a soluciones<br />
transitorias, siempre vanas e inútiles.<br />
¿Qué decir? ¿Avidxs de ganancia? ¿Sugestión del ambiente?<br />
¿Insensatez? De todo un poco, aunque bien sabemos que con nuestro trabajo,<br />
bajo las condiciones del sistema capitalista, no resolveremos ningún<br />
sé muy bien que existe gran parte de compañerxs que cree sinceramente<br />
que estos actos son nocivos a los fines inmediatos de nuestra propaganda.<br />
Cuando hablo de mala fe, quiero señalar a aquellxs anarquistas tan sectarixs<br />
y tan individualófobxs, que a cada acto de expropiación empiezan por<br />
llamarlo “robo”, queriendo con esto negar al gesto cualquier base social y<br />
éticamente justificable desde el punto de vista anarquista, para asociarlo y<br />
ponerlo en común con todos aquellxs individuos vulgares e inconscientes<br />
(en gran, parte también excusables porque son productos genuinos del presente<br />
sistema social) que hacen elx ladrónx con la misma indiferencia que<br />
harían elx verdugo si esta última profesión les procurase aquello que buscan.<br />
Sin embargo, yo estoy bien lejos de justificar siempre y en todas las<br />
circunstancias alx expropiadorx. Una cosa que encuentro condenable en<br />
cierto número de expropiadorxs, es la corrupción a que se entregan cuando<br />
un buen golpe les ha salido bien. En ciertos casos, lo admito, la crítica y la<br />
condenación están bien justificadas, pero a pesar de todo esto, ella no<br />
puede llegar más allá de aquella hecha al buenx trabajadorx que consume<br />
su sueldo en borracherías y prostíbulos, hecho que, desgraciadamente, ocurre<br />
todavía y demasiado frecuentemente entre lxs nuestrxs.<br />
Ha sido dicho por ciertos críticos que la apología del acto individual<br />
engendra en ciertxs anarquistas el utilitarismo mezquino, una mentalidad<br />
estrecha y en contradicción con los principios de la anarquía, suposición tan<br />
antojadiza como decir que cada anarquista que tenga contacto con elementos<br />
no anárquicos, acaba por pensar en forma antianárquica.<br />
Pero hay una cosa que no quiero olvidarme de decir, y es la siguiente:<br />
siendo la expropiación un medio para substraerse individualmente a la<br />
esclavitud, los riesgos deben ser soportados individualmente, y los compañeros<br />
que practican la expropiación “per se” pierden todo derecho -aunque<br />
exista para las otras actividades anarquistas, y yo no lo creo- a reclamar la<br />
solidaridad de nuestro movimiento cuando caen en desgracia.<br />
La intención mía en este estudio no es la de hacer la apología de<br />
éste o de aquel hecho, sino la de llegar a las raíces del problema, la de<br />
defender el principio y el derecho a la expropiación, y el mal uso que ciertxs<br />
expropiadorxs hacen del fruto de sus empresas, no destruye el hecho<br />
mismo, como el hecho de que existan perfectxs canallas que se llaman<br />
anarquistas, no destruye el contenido ideológico de la anarquía.<br />
Examinemos una más grave acusación, la condena máxima: aquella que<br />
sostiene que los actos de expropiación individual atentan contra los principios<br />
anarquistas.<br />
Se ha llamado a lxs expropiadores, parásitos, ¡y es cierto! Son parásitos;<br />
no producen nada. Pero son parásitos involuntarixs, forzadxs, porque<br />
en la presente sociedad, no puede haber más que parásitos o esclavxs.<br />
38 47
que deben efectuar algunas categorías de obrerxs (y digo “categorías” porque<br />
hay varixs obrerxs que no conocen la bestialidad y el peligro terrible de<br />
ciertos trabajos ejecutados por otrxs trabajadorxs), no solamente implican<br />
una verdadera esclavitud, sino que se asemejan a un verdadero suicidio.<br />
En el fondo de las minas, al lado de las máquinas monstruosas, en<br />
las infernales fundiciones, en medio de los productos malsanos, la muerte<br />
está siempre en acecho. Cuerpos que se vuelven tísicos, pulmones envenenados,<br />
miembros lacerados, cuerpos curvados, ojos privados de la luz eterna,<br />
cráneos aplastados, he ahí lo que lxs honradxs trabajadorxs, a millares<br />
ganan con el sudado pan. Y ninguna piedad para ellxs, ninguna moral, ninguna<br />
religión para conmover alx aprovechadorx que junta sus millones amasados<br />
con diarios crímenes cometidos para obtener un poco más de beneficio,<br />
para llevar a sus cajas unos centavos más.<br />
¡Es necesario, por lo tanto, rodearlo de nuestra ternura, vaciar nuestro<br />
depósito lacrimógeno ante la mala fortuna que puede caer sobre la cabeza<br />
de algunx de ellxs, por el hecho forzado de alguno de lxs nuestrxs!<br />
Verdad, es que debemos mostrarnos buenxs, humanxs, generosxs<br />
cuando se trata de respetar la bolsa o la piel de nuestrxs enemigxs, y buenas<br />
bestias cuando nuestrxs enemigxs nos hacen reventar.<br />
¿De modo qué individualmente, no tenemos el derecho de tomar en<br />
nuestras manos la espada de la justicia sin el consentimiento colectivo? -<br />
¡No violéis la virginidad de la moral común con vuestros todavía no santificados<br />
pecados! ¡Un poco de paciencia, hermanxs míos, que el reino del Señor<br />
vendrá para todxs!<br />
“Si tenéis hambre, gruñid, pero quietxs: nosotrxs no estamos todavía<br />
prontos. Si se os apalea, rugid, pero no os mováis: tenemos aún plomo<br />
en los pies. Si se os masacra, después de haberos robado, ¡alto ahí! Volved<br />
la cara alx ladrónx, nosotrxs os proclamaremos héroes / heroínas. Pero si<br />
queréis recobrar el dinero sin nuestro consentimiento, aunque fuese con<br />
vuestro único riesgo, no lo hagáis, porque entonces no seréis más que<br />
villanxs bandidxs. Es la moral, nuestra moral”. ¡Mierda, entonces!<br />
Y me será permitido hacer una pregunta, la siguiente: cuando el<br />
capital me roba y me hace morir de hambre, ¿quién es el robado y quién el<br />
que muere de hambre: yo o la colectividad? ¿Yo? Y ¿por qué, entonces,<br />
solamente la colectividad tendrá el derecho de atacar y defenderse?<br />
Yo sé que la acción delx expropiadorx se puede prestar a muchas<br />
falsas interpretaciones, a muchos equívocos. Pero la culpa de todo esto, la<br />
responsabilidad por la falsificación de los motivos éticos, sociales y psicológicos<br />
que han determinado y determinan -en su gran mayoría- los actos<br />
individuales de expropiación, cae principalmente -en gran parte- sobre la<br />
mala fe de sus críticos.<br />
No por esto quiero sostener que todos sus críticos son de mala fe, porque<br />
problema esencial de nuestras vidas, salvo raros casos particulares y condiciones<br />
especiales.<br />
Cada aumento de nuestra actividad en el presente sistema social no<br />
tiene otro resultado que un aumento de la explotación en nuestro daño.<br />
Impostorxs son aquellxs que afirman que la riqueza es fruto del trabajo, del<br />
trabajo honesto, individual.<br />
Pasemos adelante. ¿Para qué detenerse a rebatir los sofismas de<br />
ciertas teorías económicas que no son sinceras ni honradas y que sólo convencen<br />
a lxs pobres de espíritu -desgraciadamente son la mayoría de la<br />
sociedad,- que no persiguen otra finalidad que la de cubrir torpes intereses<br />
con la apariencia de la legalidad y del derecho. Todxs vosotrxs sabéis que el<br />
trabajo honrado, el trabajo que no explota a otrxs, no ha creado nunca, en el<br />
presente sistema, el bienestar de persona alguna y mucho menos, su riqueza<br />
puesto que esta es el fruto de la usura y de la explotación, las cuales no<br />
se diferencian del crimen más que en las formas exteriores. Después de<br />
todo, no nos interesa un relativo bienestar material obtenido por la extenuación<br />
de nuestros músculos y de nuestro cerebro: queremos, sí, el bienestar<br />
adquirido por la posesión completa, absoluta del producto de nuestro esfuerzo,<br />
la posesión incontrastable de todo aquello que sea creación individual.<br />
Estamos, entonces, consumiendo nuestras existencias a total beneficio<br />
de nuestrxs explotadorxs, persiguiendo un bienestar material ilusorio,<br />
eternamente fugitivo, jamás realizable en una forma concreta, estable, porque<br />
la liberación de la esclavitud económica no nos podrá llegar por medio<br />
de un aceleramiento de nuestra actividad en la producción capitalista, sino<br />
con la creación consciente, útil, y con la posesión de lo que se produce.<br />
Es falso decir: “una buena recompensa, un buen salario por una<br />
buena jornada de trabajo”. Confiesa esta frase que deben existir lxs que<br />
producen y lxs que se adueñan del producto, y que después de haber quitado<br />
una buena parte para ellxs -aún no habiendo participado en su creacióndistribuyen,<br />
en base de criterio y principios absurdos, enteramente arbitrarios,<br />
aquello que creen conveniente darle alx verdadero productor. Establece<br />
la retribución parcial, el robo, la injusticia: consagra, por lo tanto, de hecho,<br />
la explotación.<br />
Elx productorx no puede aceptar como base equitativa y justa la<br />
retribución parcial. Solamente la posesión integra puede establecer las<br />
bases de la Justicia Social. Por consecuencia, todo concurso nuestro a la<br />
producción capitalista es un consentimiento y una sumisión a la explotación<br />
que se ejerce sobre nosotrxs. Cada aumento de producción es un remache<br />
más para nuestras cadenas, es agravar nuestra esclavitud.<br />
Más trabajamos para elx patrónx, más consumimos nuestra existencia,<br />
encaminándonos rápidamente hacia un fin próximo.<br />
Más trabajamos, menos tiempo nos queda para dedicarlo a activida-<br />
46 39
des intelectuales o ideales; menos podemos gustar la vida, sus bellezas, las<br />
de carga, resignada bestia que sufre, produce y está privada de todo. La<br />
satisfacciones que nos puede ofrecer; menos disfrutamos de las alegrías,<br />
felicidad se obtiene en el ocio. También se adquiere con el esfuerzo, pero<br />
los placeres, el amor.<br />
con el esfuerzo útil, con el esfuerzo que procura mayor bienestar - aquel<br />
No se puede pedir a un cuerpo cansado y consumido que se dedi-<br />
esfuerzo que acrecienta la variedad de mis adquisiciones, que me eleva,<br />
que al estudio, que sienta el encanto del arte: poesía, música, pintura, ni<br />
que de verdad me redime-.<br />
menos que tenga ojos para admirar las infinitas bellezas de la naturaleza.<br />
No hay, por lo tanto, felicidad posible para elx trabajadorx que<br />
Un cuerpo exhausto, extenuado por el trabajo, agotado por el hambre y la<br />
durante toda su vida está ocupado en resolver el terrible problema del ham-<br />
tisis no apetece más que dormir y morir. Es una torpe ironía, una befa sanbre.<br />
No hay felicidad posible para elx paria que no tiene otra preocupación<br />
grienta, el afirmar que una persona, después de ocho o más horas de un<br />
que su trabajo, que no dispone sino del tiempo que dedica al trabajo. Su<br />
trabajo manual, tenga todavía en sí fuerzas para divertirse, para gozar en<br />
vida es bien triste, bien desoladora, y para poder soportarla arrastrarla,<br />
una forma elevada, espiritual. Sólo posee, después de la abrumadora tarea,<br />
aceptarla sin rebelarse, se precisa, un gran coraje o una gran dosis de<br />
la pasividad de embrutecerse, porque para esto no necesita más que dejar-<br />
cobardía.<br />
se caer, arrastrar.<br />
Del deseo de vivir, de la desesperación íntima y profunda que nos<br />
A pesar de sus hipócritas cantores, el trabajo, en la presente socie-<br />
coloca frente a la perspectiva de toda una vida consumida, para beneficio<br />
dad, no es sino una condena y una abyección. Es una usura, un sacrificio,<br />
de gente indigna, de la desolación sentida al perder la esperanza en una<br />
un suicidio.<br />
salvación colectiva durante la fugaz trayectoria de nuestra breve existencia:<br />
¿Qué hacer? Concentrar nuestros esfuerzos para disminuir esta<br />
he ahí de lo que está formada la rebelión individual; he ahí de qué fuegos<br />
locura colectiva que marcha hacia el enervamiento. Es preciso poner en<br />
están alimentados los actos de expropiación individual.<br />
guardia alx productorx en contra de este fatigoso afán, tan inútil como idiota.<br />
Triste, muy triste, es la vida delx trabajadorx inconsciente; pero, ¡ay<br />
Es necesario combatir el trabajo material, reducirlo al mínimo, volverse<br />
de mí!, la vida del anarquista es verdaderamente trágica.<br />
vagxs mientras vivamos en el sistema capitalista bajo el cual debemos pro-<br />
Si vosotrxs no sentís todos los sufrimientos, toda la desesperación<br />
ducir.<br />
de vuestra trágica situación, permitidme deciros que tenéis piel de conejo y<br />
El ser trabajadorx honradx, hoy día, no es ningún honor, es una<br />
que el yugo no os está tan mal. Y si el yugo no os pesa; si por vuestra situa-<br />
humillación, una tontería, una vergüenza, una vileza. El llamarnos “trabajación<br />
particular no sentís la apresión directa delx patrónx; si, a pesar de<br />
dorxs honradxs” es tomarnos el pelo, es burlarse de nosotrxs, es, después<br />
todas vuestras superficiales lamentaciones, no podéis vivir sin el trabajo, por<br />
del daño, agregarnos la burla.<br />
qué no sabéis cómo ocupar vuestras horas de ocio, y a falta de un trabajo<br />
¡Oh soberbixs y magníficxs vagabundxs que sabéis vivir al margen<br />
manual, os aburrís terriblemente; si sabéis aguantar la disciplina cotidiana<br />
de las conformaciones sociales, yo os saludo! Humillado, admiro vuestra fie-<br />
de la oficina, respetar los continuos reproches de lxs capataces imbéciles o<br />
reza y vuestro espíritu de insumisión y reconozco que tenéis mucha razón<br />
malvadxs, reventar de trabajo primero, y de hambre después, sin que sintáis<br />
en gritarnos: “es fácil acostumbrarse a la esclavitud”.<br />
las ganas de abrazar alx más odiosx de lxs criminales, de llamarlx hermanx<br />
y no sentiros invadir la ternura hacia el oficio de verdugo, vosotrxs no habéis<br />
***<br />
alcanzado el grado necesario de sensibilidad para comprender los sufrimientos<br />
espirituales y los motivos sociales que determinan los actos de expropia-<br />
¡No!, el trabajo no redime, sino que embrutece. Los bellos cantos a<br />
ción individual, -de aquellos de los cuales yo hablo- y todavía menos tenéis<br />
las masas activas, laboriosas, pujantes: los himnos a los músculos vigoro-<br />
derecho de condenarles.<br />
sos: las aladas peroraciones al trabajo que ennoblece, que eleva, que nos<br />
Porque no sólo elx anarquista constata todo lo odioso de un trabajo<br />
libra de las malas tentaciones y de todos los vicios, no son más que puras<br />
bestial, criminal y no pocas veces inútil para el bien suyo y el de la humani-<br />
fantasías de gentes que nunca han tomado el martillo ni el escalpelo, de<br />
dad; no solamente se ve obligado a participar élx mismo en el mantenimien-<br />
gentes que nunca han encorvado el lomo sobre un yunque, que jamás se<br />
to de su propia esclavitud, la de sus compañerxs y la del pueblo en general,<br />
han ganado el pan con el sudor de su frente.<br />
sino que debe ejecutar este trabajo en una forma y condiciones tan horribles,<br />
tan insoportables y llenas de peligro que su vida se siente amenazada<br />
La poesía consagrada al trabajo manual no es más que una irrisión y un<br />
todos los instantes de la larga jornada; porque su trabajo, ciertos trabajos<br />
40 45
tanto la propiedad individual como la colectiva. Y si admite el derecho a la<br />
posesión individual, ¿cómo podría negarse alx individuo el mismo derecho a<br />
servirse de los medios que crea oportunos para entrar en posesión de lo<br />
que le pertenece?<br />
Cada acreedorx (y éste sería la clase productora frente a la capitalista)<br />
toma por la garganta a su deudorx en la hora y en la forma que más le<br />
convenga, y se hace restituir su producto -el cual se le ha arrebatado con el<br />
engaño y la violencia- en el menor tiempo posible. El individuo, basándose<br />
en la libertad, -y la libertad es la doctrina de la anarquía,- es el único y solo<br />
árbitro y juez en este acto de restitución.<br />
Se ha admitido la oportunidad y la necesidad de un acto colectivo,<br />
de una revolución social para expropiar a la burguesía, y el individuo, aún<br />
individualista, se asoció voluntario a esta idea, porque fue creencia general<br />
que un esfuerzo colectivo nos libraría más fácilmente de la esclavitud económica<br />
y política.<br />
Pero desde hace años esta confianza ha decrecido en muchxs<br />
anarquistas. Ha tenido que admitirse, al fin, que una verdadera liberación,<br />
una liberación profunda, anárquica, que arrancara de la conciencia de las<br />
masas -con seguridad de nunca más volver- el fetiche autoridad y nos permite<br />
instaurar un estado de cosas que no violara la libertad de cada unx,<br />
necesita forzosamente una larga preparación cultural, por consecuencia,<br />
muchos años todavía de sufrimientos bajo la explotación capitalista. De esto<br />
ha derivado que muchxs rebeldes nuestros, que en un primer momento<br />
habían abrazado con entusiasmo la idea de una revolución expropiadora se<br />
han dicho -sin disasociarse por esto del necesario trabajo de preparación<br />
revolucionaria- que tal espera significaba el sacrificio de toda su vida, consumida<br />
en condiciones odiosas y bestiales, sin ninguna alegría, sin goce alguno,<br />
y que la satisfacción moral de una lucha cumplida en pro de la liberación<br />
humana no era lenitivo suficiente para sus propias penas.<br />
“No tenemos más que una vida -se han dicho en su corazón- y ésta<br />
se precipita hacia su fin con la rapidez del relámpago. La existencia de la<br />
humanidad con relación al tiempo no es verdaderamente más que un instante<br />
fugaz. Si se nos esfuma este instante, si no sabemos extraerle el jugo<br />
que en forma de alegría nos puede dar, nuestra existencia es vana y desperdiciamos<br />
una vida de cuya pérdida no nos resarcirá la humanidad. Por lo<br />
tanto, es hoy cuando debemos vivir, no mañana. Es hoy cuando tenemos<br />
derecho a nuestra parte de placeres, y lo que hoy perdemos el mañana no<br />
nos lo puede restituir: está definitivamente perdido. Por eso es que hoy queremos<br />
gozar nuestra parte de bienes, es que hoy deseamos ser felices”.<br />
Pero la felicidad no se alcanza en la esclavitud. La felicidad es un don de la<br />
humanidad libre, de la humanidad dueña de sí misma, dueña de su destino;<br />
es el supremo don de la humanidad, humanidad que se niega a ser bestia<br />
engaño que nos deberían hacer sonreír, si no llenarnos de indignación y<br />
rebeldía.<br />
¡La belleza del trabajo ... el trabajo que eleva, ennoblece, redime! ...<br />
¡Si, si! Mirad allá, a lo lejos. Son lxs obrerxs que salen de las fábricas<br />
que surgen de las minas, que abandonan los puertos, los campos, después<br />
de la jornada de trabajo. ¡Miradlxs, miradlxs! Apenas si sus piernas<br />
pueden soportar aquellos cuerpos derrengados. Escrutad esas caras pálidas,<br />
mustias, extenuadas. Asomaos a esos ojos tristes, mortecinos, sin luz,<br />
sin vitalidad. ¡Ah, los bellos, los potentes músculos ... la alegría de los corazones<br />
por el trabajo que ennoblece! ...<br />
Penetrad en aquella fábrica y observarlxs en su actividad.<br />
Enclavadxs como parte integrante de la máquina, están constreñidxs a repetir<br />
por mil, por diez mil veces el mismo movimiento, automáticamente, como<br />
la máquina, sin que casi sea necesaria la intervención de sus cerebros.<br />
Podrían muy bien haberlos dejado en sus casos, puesto que una vez emplazadxs<br />
en sus puestos, continuaría igualmente sus trabajos. No conservan<br />
nada de la propia personalidad, de la propia individualidad. No son seres<br />
sensibles, pensantes, creadores. No son más que cosas sin espiritualidad,<br />
sin impulso propio. Van porque todxs van. Se mueven con ritmo uniforme,<br />
igual, sin independencia. Se les ha ordenado ejecutar aquel movimiento y lo<br />
deben hacer hoy, mañana, .. ¡siempre! ... ¡cómo las máquinas! ...<br />
Hemos llegado a la destrucción completa de la personalidad humana<br />
en el ochenta por ciento de la producción moderna. No se hallan ya lxs<br />
artesanxs, lxs artistas. La producción capitalista, no lxs pide, no lxs precisa.<br />
Se han inventado cosas para cada necesidad y máquinas para hacerlo todo,<br />
y hemos llegado al punto de tener que crear nuevas necesidades para<br />
poder fabricar nuevos productos. En realidad es esto lo que ya se hace y es<br />
por esto que la vida se va siempre complicando más y el vivir se hace cada<br />
día más difícil.<br />
Se ha suprimido la estética de las cosas y no se crea más que en<br />
serie, en montón. Se han educado los gustos en línea general; se ha distribuido<br />
en los individuos cualquier, originalidad artística, cualquier antojo diferente,<br />
y se ha alcanzado -¡oh, prodigio de la propaganda!- hacer apetecer a<br />
la generalidad aquello que a los capitalistas conviene fabricar: una misma<br />
cosa para cada individualidad distinta.<br />
Ya no se tiene necesidad de seres que creen, sino de entes que<br />
fabriquen; ya no existen -¡ay!- artistas, obrerxs intelectuales; sólo quedan<br />
obrerxs manuales. No se pone más a prueba nuestra inteligencia; en cambio,<br />
se mira si tenéis buenos músculos, si sois vigorosxs. No se mira mucho<br />
lo que sabéis, sino cuánto podréis producir. No sois vosotrxs los que hacéis<br />
marchar la máquina, es la máquina la que os hace marchar. ¡Y aunque<br />
parezca paradoja! -y no es más que la pura realidad- es también la maquina<br />
44 41
la que “piensa” lo que ha de hacerse, quedándoos a vosotrxs sólo la obligación<br />
de servirla, de hacer lo que ella enseña. Es ella el cerebro y vosotros el<br />
brazo; ella la materia pensante, creadora y vosotros la materia bruta, autómata:<br />
ella, la individualidad, vosotros la ... máquina.<br />
¡Horror! Si una sola individualidad se introdujese en el funcionamiento<br />
de la oficina Ford, por ejemplo, ella destruiría todo el engranaje de la<br />
producción.<br />
***<br />
Lxs obrerxs no son más que presidiarixs. O, si os ha de servir de<br />
mayor consuelo, soldados acuarteladxs en las fábricas. Todxs marchan al<br />
mismo paso; todxs hacen -a pesar de la variedad de los objetos- los mismos<br />
movimientos. No encontramos ya ninguna satisfacción en los trabajos que<br />
hacemos; no nos apasionamos por ellos, porque nos sentimos completamente<br />
extrañxs a los mismos. Seis, ocho, diez horas de trabajo, son seis,<br />
ocho, diez horas de sufrimiento, de angustia.<br />
No amamos, no, el trabajo; lo odiamos. No es nuestra liberación, ¡es<br />
nuestra condena! No nos eleva y libra de los vicios; nos abate físicamente y<br />
nos aniquila moralmente hasta tal extremo que nos deja incapacitadxs para<br />
sustraernos a ellos. Será necesario realizar estos trabajos, lo sé, pero será<br />
siempre de mala gana si se quiere mantener también mañana el presente<br />
sistema por economía de esfuerzos. Será siempre sufriendo aún cuando la<br />
jornada sea reducida a menos horas.<br />
Yo no sé qué piensan lxs animales de la carga que se les coloca<br />
sobre el lomo; pero lo que si sé decir por lo que observo y por lo que por mi<br />
mismo siento, es que la persona no ejecuta con alegría, con verdadera<br />
satisfacción, más que los trabajos intelectuales, artísticos. Si al menos no<br />
considerase malgastado e inútil su sacrificio, la persona se armaría de coraje<br />
y su fatiga le parecería menos amarga, menos dolorosa. Pero cuando<br />
observa que todo su esfuerzo es malgastado, que no es sino el trabajo de<br />
Sisifo con innumerables desastres y sacrificios en cada recaída, entonces el<br />
coraje huye de su corazón y en cada ser consciente, en cada ser sensible y<br />
humano, el odio se enciende en contra de este bárbaro y criminal estado de<br />
cosas y la aversión y la rebeldía en contra del trabajo es inevitable.<br />
Se comprende, entonces, que existan lxs desconformes que no<br />
quieren doblegarse a esta esclavitud repugnante. Se comprende que existan<br />
lxs vagabundos indomables que prefieren la incertidumbre de su mañana -la<br />
mayoría de las veces sin el mísero mendrugo acordado alx trabajadorx<br />
constante- antes que someterse a este sistema humillante. Se comprende la<br />
bohemia incorregible, sin genio si queréis, pero que no forma parte en el<br />
cortejo humillante de los arias ... Y se comprende, también, a lxs grandes<br />
42<br />
haraganes, lxs ociosxs ideales que pasando su vida en completa hermandad<br />
con la naturaleza, gozando al contemplar las maravillosas auroras, los<br />
melancólicos crepúsculos, colmando sus espíritus de melodías que sólo una<br />
vida simple y libre puede procurarles, imponiendo silencio a las imperiosas<br />
necesidades del hambre por no caer en la esclavitud en la cual nosotros<br />
estamos hundidxs. Sentadxs al borde del camino observan con infinita tristeza,<br />
con profunda piedad, la negra caravana que todos los días se encamina<br />
dócil y deshecha hacia las fábricas -prisiones que lxs engullen ya exhaustxs<br />
y los devuelven por la noche hechos cadáveres.<br />
Y huyen, huyen estxs ociosxs ideales con el corazón oprimido al ver<br />
tanta estulticia, tanta miseria, tanta locura. Huyen hacia la vida libre, indócil,<br />
no conformista diciéndole a su corazón que antes de someterse cada día a<br />
esta vida miserable, vil y privada de elevación y espiritualidad, la muerte es<br />
preferible.<br />
Odiar el trabajo manual en régimen capitalista, no significa ser enemigx<br />
de toda actividad, como aceptar la expropiación individual no equivale<br />
a hacer la guerra al trabajadorx-productoxr, sino alx capitalista-explotadorx.<br />
Estxs vagabundxs ideales a lxs que tanto admiro, tienen una actividad,<br />
viven una intensa vida espiritual, riquísima en experiencias, observaciones,<br />
goces. Son enemigxs del trabajo, porque encuentran malgastados en<br />
gran parte sus esfuerzos en aquella dirección; no pueden, por lo tanto,<br />
someterse a la disciplina que exige aquella especie de actividad, y no quieren<br />
tolerar que se haga de ellxs una máquina sin cerebro, que se mate, en<br />
fin, en ellxs aquella personalidad, que es lo que más aprecian.<br />
Entre estxs vagabundxs espirituales, -refractarixs a la domesticación<br />
y disciplina capitalistas, -es necesario buscar lxs expropiadorxs, lxs partidarixs<br />
de la expropiación individual, aquellxs que no quieren esperar a que las<br />
masas estén preparadas y dispuestas para cumplir el acto colectivo de justicia<br />
social. Estudiando bien los matices psicológicos, éticos y sociales que<br />
determinan esa actitud en ellxs, sabremos comprender, justificar y apreciar<br />
mejor sus actos y también defenderlxs de los ataques biliosos de muchxs de<br />
aquellxs que aún compartiendo las mismas ideas sobre muchos otros problemas,<br />
se afanan en tirar fango sobre, estxs impacientes que no saben<br />
resignarse hasta que llegue el día de la redención colectiva.<br />
El derecho a la expropiación individual no se puede negar, basándose<br />
sobre un cierto derecho colectivo a la expropiación. Si fueramos socialistas<br />
o comunistas-bolcheviques, podríamos negar al individuo el derecho de<br />
apropiarse -por los medios que estime más convenientes- de aquella parte<br />
de riqueza que a élx como productor le pertenece. Porque lxs bolcheviques<br />
y lxs socialistas niegan la propiedad individual y admiten una sola forma de<br />
propiedad: la colectiva. Pero este no es el caso de lxs anarquistas, sean<br />
individualistas o comunistas, pues todxs teórica y prácticamente admiten<br />
43
puede componerse de para-choques fabricados en México, de componentes<br />
electrónicos de Taiwan, siendo el conjunto ensamblado en Alemania mientras<br />
los beneficios circulan por Wall-Street.<br />
En cuanto a los Estados, acompañan esta mundialización deshaciéndose<br />
del sector público heredado de la economía de guerra (desnacionalización),<br />
“flexibilizando” y reduciendo el coste del trabajo tanto como sea posible.<br />
Esto tiene como resultado en Francia la Ley de las 35 horas que tanto reclamó<br />
a diestro y siniestro el movimiento ciudadanista (en sus manifestaciones<br />
oficiales cuanto menos), el movimiento de parados de 1998 y el PARE [Plan<br />
de ayuda para la vuelta al trabajo].<br />
La llegada de la izquierda al poder en 1981 y el movimiento de estudiantes<br />
y de ferroviarixs en 1986, son puntos de referencia que nos permiten<br />
situar el progreso de esta disolución y el reemplazo del viejo movimiento obrero<br />
por el ciudadanismo, en el marco de la mundialización.<br />
El movimiento de 1968, en Francia como en el resto del mundo, ha<br />
sido en efecto, “el último asalto contra la sociedad de clases”. Su fracaso<br />
marca la liquidación histórica de lo que hasta ese momento fue el sueño de la<br />
asunción histórica del proletariado como proletariado, es decir, como clase<br />
trabajadora. La autogestión y los consejos obreros han sido el límite más<br />
extremo de este movimiento. No nos arrepentimos. Después de esos años,<br />
también ha sido liquidada toda una contestación social mucha más amplia y<br />
multiforme, mientras se abatía sobre el mundo la pesada capa de plomo de<br />
los años ochenta.<br />
A pesar de que todavía se pueda oír en las manifestaciones el eslogan<br />
“todo es nuestro, nada es de ellxs”, es exactamente lo contrario a la realidad,<br />
y siempre ha sido así. Obviamente, hace referencia a un ilusorio “reparto<br />
de la riqueza” (¿y de qué riquezas podemos hablar hoy?), pero proviene<br />
directamente del viejo movimiento obrero que pretendía gestionar por sí<br />
mismo el mundo capitalista. Se vislumbra en esa frase a la vez un resurgir,<br />
una continuidad y una tergiversación de los ideales del viejo movimiento obrero<br />
(evidentemente en lo que tenía de menos revolucionario) por parte del ciudadanismo.<br />
Es lo que llaman el arte de aprovechar los restos. Más adelante<br />
volveremos sobre este punto.<br />
La desaparición de la conciencia de clase y de su proyecto histórico,<br />
agotados tras el estallido y la parcelación del trabajo, tras la desaparición progresiva<br />
de la gran fábrica “comunitaria” así como la precarización laboral<br />
(todo ello resultado no de un complot que trata de amordazar al proletariado,<br />
sino del proceso de acumulación del capital que ha conducido a la mundialización<br />
actual), han dejado al proletariado afónico. Éste llega incluso a dudar<br />
de su propia existencia, duda que ha sido enardecida por gran número de<br />
intelectuales y por lo que Debord definió como el “espectáculo integrado”, que<br />
no es más que la integración al espectáculo.<br />
82<br />
Somos personas con nuestros criterios, que luchamos por unas ideas, que,<br />
como hemos dicho, van más allá de las palabras usemos. En ese ambiente,<br />
pese a las diferencias que podamos tener, los sectores que queremos destruir<br />
la realidad presente e intentar contruir nuestros socialismos y anarquismos<br />
podemos tener posibilidades de éxito en nuestros proyectos. No, no somos<br />
primitivistas, sin embargo consideramos que son compañerxs y aliadxs en<br />
nuestra lucha. De hecho, pese a las diferencias teóricas, en la práctica, estamos<br />
en muchas cosas de acuerdo.<br />
GRUPO CHORNOE ZNAMIA<br />
63
64<br />
A escala mundial, tenemos movimientos como Greenpeace, etc., y todos<br />
aquellos sindicatos, asociaciones, lobbies, tercermundistas, etc., que se<br />
encontraron en Seattle. Dar aquí una lista completa sería pesado. Lo importante<br />
es que todas estas agrupaciones se encuentran ideológicamente en el<br />
mismo terreno, con variantes locales. El ciudadanismo es ahora un movimiento<br />
mundial, que descansa sobre una ideología común. De Seattle a Belgrado,<br />
de Ecuador a Chiapas, asistimos al auge de dicho movimiento, y ahora se<br />
trata, tanto para él como para nosotrxs, de saber qué camino emprenderá y<br />
hasta dónde puede llegar.<br />
II.- Premisas y fundamentos<br />
Las raíces del ciudadanismo deben buscarse en la disolución del<br />
viejo movimiento obrero. Las causas de esta disolución se encuentran tanto<br />
en la integración de la vieja comunidad obrera como en el fracaso manifiesto<br />
de su proyecto histórico, el cual ha podido manifestarse bajo formas extremadamente<br />
diversas (digamos, del marxismo-leninismo a los consejistas). Este<br />
proyecto llamaba, en sus diversas manifestaciones, a que el proletariado retomase<br />
el modo de producción capitalista, modo de producción del que son sus<br />
hijxs y por consiguiente sus herederxs. El crecimiento de las fuerzas productivas,<br />
en esta visión del mundo, también era la marcha hacia la revolución, el<br />
movimiento real a través del cual el proletariado se constituía como futura<br />
clase dominante (la dictadura del proletariado), dominación que conducía<br />
posteriormente (tras una problemática “fase de transición”) al comunismo. El<br />
fracaso real de este proyecto tuvo lugar durante los años veinte, y en 1936-<br />
38 en España. El movimiento internacional de los años 60 (1968), a menudo<br />
ha sido considerado “el segundo asalto proletario contra la sociedad de<br />
clase”, después del que tuvo lugar en la primera mitad del siglo XX.<br />
Con la crisis y la puesta en marcha de la mundialización en su forma<br />
moderna, los años 70 y luego los 80 marcan el ocaso y la desaparición de<br />
este proyecto histórico. Esta mundialización se caracteriza por la creciente<br />
automatización, es decir, por el paro en masa y la deslocalización productiva<br />
hacia los países más pobres, expulsando fuera de las fábricas al viejo proletariado<br />
industrial de los países más desarrollados. Se observa aquí una tendencia<br />
empresarial a “deshacerse”, al menos formalmente, de buena parte del<br />
sector productivo para relegarlo a la subcontratación, para idealmente no ocuparse<br />
más que de marketing y especulación. Es lo que lxs ciudadanistas llaman<br />
la “financiarización del capital”. Una empresa como Coca-Cola no posee<br />
actualmente, de forma directa, prácticamente ninguna unidad de producción,<br />
y se conforma con “gestionar la marca”, con hacer fructificar su capital bursátil<br />
y “reinvertir” comprando la competencia más pequeña, a la que anteriormenteya<br />
había forzado a la deslocalización, etc. Existe un doble movimiento<br />
de concentración del capital y de fragmentación de la producción. Un coche<br />
81
texto será empezar a definirlo de una manera más precisa.<br />
Por ciudadanismo, entendemos en principio una ideología cuyos rasgos<br />
principales son:<br />
1) La creencia de que la democracia es capaz de oponerse al capitalismo<br />
2) El proyecto de reforzar el Estado (o los Estados) para poner en<br />
marcha esta política.<br />
3) lxs ciudadanxs como base activa de esta política.<br />
La finalidad expresa del ciudadanismo es humanizar el capitalismo,<br />
volverlo más justo, proporcionarle de alguna forma, un suplemento de alma.<br />
La lucha de clases es sustituida aquí por la participación política de lxs ciudadanxs,<br />
que no sólo deben elegir a sus representantes, sino además actuar<br />
constantemente para hacer presión sobre ellxs, con el fin de que apliquen<br />
aquello para lo que fueron elegidxs. Naturalmente lxs ciudadanxs no deben<br />
en ningún caso sustituir a los poderes públicos. Pueden, de vez en cuando,<br />
practicar lo que Ignacio Ramonet ha llamado la “desobediencia cívica” (ya no<br />
“civil”, término que recuerda con excesiva incomodidad a la “guerra civil”),<br />
para obligar a los poderes públicos a cambiar de política.<br />
El estatuto jurídico de “ciudadanx”, entendido simplemente como<br />
natural de un Estado, adquiere un contenido positivo, incluso ofensivo. En<br />
cuanto adjetivo, “ciudadanx” describe en general todo lo que es bueno y generoso,<br />
aplicado y consciente de sus responsabilidades, y más generalmente,<br />
como se decía antaño, “social”. Es en este sentido que podemos hablar de<br />
“empresa ciudadana”, de “debate ciudadano”, de “cine ciudadano”, etc.<br />
Esta ideología se manifiesta a través de una nebulosa de asociaciones,<br />
de sindicatos, de órganos de prensa y de partidos políticos. En Francia<br />
tenemos asociaciones como ATTAC, lxs amigxs de “Monde Diplomatique”,<br />
AC! [actuar juntos contra el paro], Droit au Logement [Derecho a Techo],<br />
APOC [objetores de conciencia], la Ligue des Droits de l’Homme [Liga de<br />
Derechos Humanos], la red Sortir du nucléaire [Salir de lo nuclear], etc.. Vale<br />
la pena señalar que la mayoría de las personas que militan en el seno de este<br />
movimiento forman a menudo parte de varias asociaciones a la vez. En el<br />
plano sindical, tenemos a la CGT [vinculado al Partido Comunista Francés],<br />
SUD [fundado por trotskistas], la Confédération Paysanne, la UNEF [Unión<br />
Nacional de lxs Estudiantes de Francia], etc. En cuanto a los partidos políticos<br />
están representados por los partidos trotskistas y los Verdes. Sin embargo,<br />
los partidos políticos tienen un estatuto distinto, pero dejaremos esta cuestión<br />
para más adelante. A la extrema izquierda del ciudadanismo, podemos<br />
incluir a la Fédération Anarchiste, la CNT y los anarquistas antifascistas, que<br />
en la mayoría de los casos van a remolque de los movimientos ciudadanistas<br />
para añadir su grano de arena libertario, pero que se hallan de hecho en el<br />
mismo terreno.<br />
80<br />
DESARROLLAR RELACIONES DE<br />
AFINIDAD.<br />
”Hoy el alma se ahoga en una masa de encuentros al azar. Estamos buscando<br />
a aquell@s que aún están lo suficientemente viv@s para apoyarse<br />
un@s a otr@s más allá de esto; aquell@s que escapan de la Vida Normal.”<br />
Against Sleep and Nightmare<br />
Vivimos en una sociedad en la que la mayoría de nuestros encuentros<br />
han sido ya definidos en forma de roles predeterminados y relaciones<br />
en las que no tenemos nada que decir. Una aleatoriedad desprovista de sorpresa<br />
rodea el tormento programado del trabajo con un “tiempo libre” que<br />
carece del gozo, de la capacidad de asombro o de cualquier libertad real de<br />
actuar a nuestro antojo, un “tiempo libre” no muy diferente del trabajo del<br />
que se supone que es un respiro.<br />
La explotación se hace presente en el conjunto de la existencia al<br />
estar cada una de nuestras interacciones canalizadas hacia una forma de<br />
relacionarse que ya ha sido determinada en función de las necesidades del<br />
orden dominante, con el fin de garantizar la reproducción continuada de una<br />
sociedad en la que un@s poc@s controlan las condiciones de la existencia<br />
de tod@s, y por tanto poseen nuestras vidas.<br />
Así pues, la revuelta contra nuestra explotación no es esencialmente<br />
una lucha política o incluso económica, sino una lucha contra la totalidad<br />
de nuestra existencia actual (y por tanto contra la política y la economía),<br />
contra las actividades e interacciones cotidianas que nos son impuestas por<br />
la economía, el estado y todas las instituciones y aparatos de dominación y<br />
control que componen esta civilización. Esta lucha no se puede llevar a<br />
cabo por cualquier medio.<br />
Requiere un método de encontrarse y actuar en el mundo en el que<br />
se manifiesten aquí y ahora nuevas relaciones, las de individu@s libres que<br />
rechazan ser explotad@s y dominad@s e igualmente rechazan dominar o<br />
explotar. En otras palabras, nuestra lucha debe ser la reapropiación inmediata<br />
de nuestras vidas, en conflicto con la actual sociedad.<br />
65
Partiendo de esta base, el rechazo a la formalidad y el desarrollo de<br />
relaciones de afinidad no puede ser visto en términos meramente tácticos o<br />
estratégicos. Más bien, son el reflejo en la práctica de aquello por lo que<br />
estamos luchando si, efectivamente, estamos luchando por retomar nuestras<br />
vidas, por reapropiarnos de la capacidad de determinar las condiciones<br />
de nuestra propia existencia -es decir, la capacidad para la autoorganización.<br />
El desarrollo de relaciones de afinidad es específicamente el desarrollo<br />
de un profundo conocimiento del otro de un modo complejo, una profunda<br />
comprensión de las ideas, sueños, deseos, pasiones, aspiraciones,<br />
capacidades, y concepciones de la lucha y de la vida, de los demás. Es por<br />
supuesto un descubrimiento de lo que se tiene en común, pero más significativamente<br />
es un descubrimiento de las diferencias, de lo que es único en<br />
cada individu@, porque es en la diferencia donde se puede descubrir realmente<br />
qué proyectos se pueden llevar a cabo con otr@s.<br />
Dado que el desarrollo de relaciones de afinidad es en sí mismo un<br />
reflejo de nuestros objetivos como anarquistas y dado que se propone crear<br />
un conocimiento profundo y en constante expansión del/a otr@, no se<br />
puede abandonar simplemente al azar. Necesitamos crear adrede la oportunidad<br />
para los encuentros, discusiones y debates en los que nuestras ideas,<br />
aspiraciones y visiones de la lucha revolucionaria puedan ponerse en discusión,<br />
donde las afinidades reales y los conflictos reales salgan a la luz y se<br />
desarrollen-no con el objetivo de encontrar un termino medio en el que<br />
tod@s transijan por igual, sino para clarificar distinciones y así descubrir una<br />
base real para crear proyectos de acción que no sean simplemente desempeñar<br />
el papel de radical, activista o militante, sino que sean reflejos reales<br />
de los deseos, pasiones e ideas de quienes se impliquen.<br />
Aunque las publicaciones, los tablones de discusión en Internet y la<br />
correspondencia pueden proporcionar medios para hacer esto en algunos<br />
niveles, en cuanto que son foros abiertos tienden a ser demasiado aleatorios,<br />
con el riesgo de que la discusión pierda cualquier proyectualidad y se<br />
desvía hacia el intercambio democrático de opiniones que tienen poca conexión<br />
con la propia vida.<br />
A mi entender, las mejores y más significativas discusiones pueden<br />
tener lugar en encuentros cara a cara entre gente con alguna claridad de<br />
porqué se están reuniendo para discutir. Así pues, organizar grupos de discusión,<br />
debates, encuentros, etc. es una parte integral del desarrollo de relaciones<br />
de afinidad y por tanto de proyectos de acción.<br />
La necesidad de perseguir el desarrollo de relaciones de afinidad de<br />
forma intencionada no significa el desarrollo de una base formal para la afinidad.<br />
La formalidad socava la posibilidad de afinidad, porque está basada<br />
por naturaleza en un espacio común predeterminado, y por tanto arbitrario.<br />
66<br />
EL IMPASE CIUDADANISTA<br />
CONTRIBUCIÓN A UNA CRÍTICA DEL CIUDADANISMO<br />
“Si la lógica de la falsa conciencia no puede conocerse verídicamente, la búsqueda<br />
de la verdad crítica sobre el espectáculo debe ser también una crítica<br />
verdadera. Tiene que combatir, en la práctica, entre lxs enemigxs irreconciliables<br />
del espectáculo, y admitir estar ausente allí donde lo están ellxs. Son las<br />
leyes del pensamiento dominante, el punto de vista exclusivo de la actualidad,<br />
que reconoce la voluntad abstracta de la eficacia inmediata cuando se arroja<br />
hacia las concesiones del reformismo o de la acción común de los restos<br />
seudo-revolucionarios. Con ello el delirio se reconstituye dentro de la misma<br />
posición que pretende combatirlo. Por el contrario, la crítica que trasciende el<br />
espectáculo, debe saber esperar.”<br />
Guy Debord, La Sociedad del Espectáculo<br />
Las tesis que se presentan a continuación no pretenden decir la última<br />
palabra sobre el tema que tratan. Son más bien un conjunto de pistas que<br />
en algunos casos podrán ser seguidas, profundizadas, y en otros, sencillamente<br />
abandonadas. Si logramos dar algunos puntos de referencia (históricos,<br />
entre otros) a una crítica que todavía se busca a sí misma, alcanzaremos<br />
plenamente nuestro fin.<br />
Asimismo pensamos que ni este texto ni ningún otro podrá, por la sola<br />
fuerza de la teoría,derribar el ciudadanismo. La verdadera crítica del ciudadanismo<br />
no se hará sobre el papel, sino que será el resultado de un movimiento<br />
social que deberá forzosamente contener esta crítica, lo que no será, ni de<br />
lejos, su único mérito. Es el orden social al completo lo que será puesto en<br />
cuestión a través del ciudadanismo, precisamente porque éste orden lo contiene.<br />
El momento nos parece adecuado para iniciar esta crítica. Si el ciudadanismo,<br />
en sus inicios, ha podido mantener cierta confusión alrededor de<br />
lo que era realmente, hoy en día, sin embargo, se ve forzado debido a su propio<br />
éxito a avanzar cada vez más a cara descubierta. A más o menos corto<br />
plazo deberá mostrar su verdadero rostro. Este texto trata de anticipar este<br />
desenmascaramiento, para que por lo menos no nos pille desprevenidos y<br />
sepamos reaccionar de forma apropiada.<br />
1.- Definición previa<br />
Nos limitaremos a dar una definición introductoria del ciudadanismo,<br />
es decir, que se centrará únicamente en lo más evidente. El objetivo de este<br />
79
OBSERVATORIO METROPOLITANO CONTRA LA ESPECULACIÓN URBANÍSTICA<br />
Notas:<br />
http://www.klinamen.org/noalparking/<br />
(1). El conflicto contra el parking dela avenida Eladio Perlado, aún cuando es<br />
el más reciente, no es el único gran conflicto que ha vivido el barrio de<br />
Gamonal. En 1977 tras una decisión municipal en la que se acordó la subida<br />
de 5 de las antiguas pesetas el precio del billete del autobús, los habitantes<br />
del bario montaron en cólera y decidieron volcar y dar fuego a un autobús en<br />
medio de la calle Vitoria, una de las principales arterias de la ciudad que atraviesa<br />
el barrio... ....el tiempo pasa las luchas continúan.<br />
(2).Otra zona de la ciudad donde el ayuntamiento esta realizando un parking<br />
subterráneo, el cual no pudo ser frenado<br />
(3). Durante las cargas policiales llegaran a perderse, no una, sino varias pistolas<br />
reglamentarias. Hechos que, tras una reunión de la Junta de Seguridad<br />
local (Ayuntamiento, Subdelegación del Gobierno y mandos policiales), fueron<br />
sellados con un pacto de silencio.<br />
(4).El documental “¿De quien es la calle?” puede ser solicitado en la siguiente<br />
dirección de correo electrónico: apoyoencausados@klinamen.org<br />
78<br />
La organización formal se basa en una unidad ideológica o programática<br />
que resulta por último en adhesión a la organización como tal. Las diferencias<br />
se deben dejar a un lado por la causa de la organización, y cuando las<br />
diferencias se dejan a un lado, lo mismo ocurre con los sueños, deseos,<br />
aspiraciones y pasiones dado que éstas solo pueden pertenecer al individu@.<br />
Pero, de hecho, la organización formal no tiene nada que ver con la<br />
intención o la proyectualidad. En realidad, al proporcionar una ideología a la<br />
que adherirse, libra al individuo de la responsabilidad de pensar por si<br />
mism@ y desarrollar su propia comprensión del mundo y de su lucha en el.<br />
Al proporcionar un programa, libra al individuo de la necesidad de actuar<br />
autónomamente y hacer análisis prácticos de las condiciones reales en las<br />
que está luchando. Por tanto, en realidad la formalidad socava la proyectualidad<br />
y la capacidad para la autoorganización y de esta forma socava el<br />
objetivo de la lucha anarquista.<br />
Las relaciones de afinidad son la base necesaria de auto-organización<br />
en el nivel cotidiano más básico de lucha y de vida. Es el conocimiento<br />
profundo y creciente del/a otr@ lo que proporciona la base para desarrollar<br />
proyectos de revuelta que reflejen verdaderamente nuestras propias aspiraciones<br />
y sueños, para desarrollar una lucha compartida que se base en el<br />
reconocimiento y, en el mejor de los casos, el apasionado disfrute de nuestras<br />
muy reales y hermosas diferencias.<br />
El desarrollo de la revolución social requerirá, por supuesto, una<br />
organización de la actividad más allá del ámbito de nuestras relaciones de<br />
afinidad, pero son los proyectos que desarrollamos de estas relaciones lo<br />
que nos proporcionan la capacidad para la auto-organización, la fuerza para<br />
rechazar toda formalidad y, por tanto, a todos los grupos que pretenden<br />
representar la lucha, ya se llamen partidos, sindicatos o federaciones.<br />
En las relaciones de afinidad, empieza ya a desarrollarse una nueva<br />
forma de relacionarse libre de todos los roles y de toda relación social ya<br />
manida, y con ésta una aparente impredecibilidad que las autoridades<br />
nunca entenderán. Aquí y ahora, abrazamos un mundo de maravilla y gozo<br />
que es un arma poderosa para destruir el mundo de dominación.<br />
WILLFUL DISOBEDIENCE VOL. 2 NO. 12<br />
67
mental se estrenase. Sin embargo, después de una concentración de protesta<br />
en la puesta del edificio en cuestión, la gente se desplazó hasta una plaza<br />
cercana donde se proyectó el documental... Nada más y nada menos que un<br />
20 de diciembre, con una temperatura de 0ºC que no mermó ni un ápice el<br />
calor combativo de lxs que allí nos congregamos.<br />
Cabe decir además que el documental ha sido proyectado en otras realidades<br />
geográficas donde se sufren similares procesos especulativos como el barrio<br />
del Cabañal en Valencia, el “Forat de la Vergonya” en Barcelona, el barrio de<br />
Aluche en Madrid, Alicante, Granda, Zaragoza y todo un largo etcétera....<br />
La lucha sigue inexorable....<br />
....un proceso especulativo llamado “Master Plan”<br />
El conflicto y la lucha que hemos venido relatando en este escrito es solamente<br />
el inicio, o mejor dicho, una etapa de las futuras luchas que se avecinan en<br />
esta ciudad. Por suerte (o por desgracia para algunos) la movilización contra<br />
la especulación en Burgos continua activa, más aún cuando se avecina un<br />
nuevo proceso especulativo a gran escala, algo que ha venido a denominarse<br />
como “Master Plan”.<br />
Dicho proyecto que, como siempre, estaría respaldado por las grandes<br />
empresas constructoras y las principales cajas de ahorro de la ciudad, pretende<br />
aprovecharse de una de las reivindicaciones históricas de los habitantes<br />
de la ciudad de Burgos: el soterramiento del ferrocarril que parte en dos la ciudad.<br />
Soterramiento, hay que decirlo, que no se producirá, sino que será sustituido<br />
por un desvió, en el que, aprovechando el primigenio trazado del ferrocarril,<br />
que será sustituido por una carretera de cuatro carriles, se pretende<br />
destruir los numerosos espacios naturales que aún conserva la ciudad.<br />
Para ir terminando... Con este artículo hemos pretendido reflejar de forma nítida<br />
el desarrollo de un conflicto contra la especulación urbanística, un conflicto<br />
vecinal histórico en Burgos y que ha demostrado que la fuerza de la unión<br />
y de la acción colectiva son capaces de hacer frente al más grande de los<br />
contrincantes, sea quien sea, y se llame como se llame. Algo que se permanece<br />
en la memoria colectiva puede ser una valiosísima referencia de cara a<br />
las nuevas luchas que se avecinan, ya sea en Gamonal, en otros barrios de<br />
Burgos, o allá donde se sucedan.<br />
Gamonal<br />
junio de 2006<br />
68 77
que habría que sumar los 13.200 euros solicitados en concepto de daños.<br />
La prensa local aireó de forma parcial algunas de las partes de las que se<br />
componía el escrito de acusación del Ayuntamiento. Leyéndolo entre líneas,<br />
se desprende que el Ayuntamiento sigue fiel a su hipótesis inicial cuando, afirmando<br />
que “un grupo de jóvenes compuesto por 20 personas derribaron las<br />
vallas de las obras e invadieron la calzada de la calle Vitoria para intentar cortar<br />
el tráfico...” trata de aislar a lxs vecinxs detenidxs aludiendo de forma implícita<br />
al fantasma de las “personas ajenas al barrio” o la receta mágica de la<br />
kale borroka y/o grupos anti-sistema que suele servir para casi todo. Sin<br />
embargo, la cosa se complica mucha más cuando ni tan siquiera las propias<br />
imágenes publicadas por la prensa local se corresponde con lo redactado en<br />
dicho escrito de acusación, puesto que puede apreciarse perfectamente que<br />
quienes resisten al inicio de las obras de construcción del aparcamiento no<br />
son solamente “grupo de jóvenes”, y ni mucho menos tan sólo 20 personas.<br />
Rencorosos por el hecho de que un barrio entero osara desafiar su sacrosanta<br />
voluntad, lxs políticos y especuladorxs han puesto en marcha su particular<br />
venganza jurídica, en la que con el linchamiento jurídico y mediático de unxs<br />
pocxs detenidxs al azar, pretenden que escarmiente el barrio entero. Por eso<br />
solicitan penas astronómicas en forma de años de cárcel o cantidades de<br />
dinero. Sin embargo el tiro les ha salido por la culata, como se suele decir, la<br />
gente de Gamonal ha comprendido que, en el proceso que en breve dará<br />
comienzo, no solamente se pretende juzgar a una serie de personas concretas,<br />
sino la revuelta de un barrio entero contra la especulación urbanística y<br />
lxs caciques políticxs, algo que no podrá ser jamás tolerado por estos últimos.<br />
¿De quién es la calle?<br />
Es el título del documental(4) donde se recogen los momentos más significativos<br />
de la lucha contra el parking, incluyendo además entrevistas con la<br />
gente que ha vivido el conflicto en primera persona, además de interesantes<br />
colaboraciones musicales como la del grupo de un grupo de hip-hop de<br />
Gamonal que pone la banda sonora para las impactantes imágenes de la<br />
noche del 18 de agosto.<br />
Entre las múltiples avatares que acompañan la vida de esta documental cabe<br />
destacar el de la absoluta voluntad de censura desplegada desde medios<br />
municipales. A escasos dos días de su estreno en la Casa de la Cultura de<br />
Gamonal, un espacio público, recordémoslo, el permiso para su proyección es<br />
denegado por el señor Eduardo Francés, concejal al mismo tiempo de Cultura<br />
y de Policía, aludiendo a una supuestas obras de remodelación del edificio en<br />
cuestión. Una maniobra que, a todas luces, trataba de impedir que el docu-<br />
76<br />
[BURGOS] PARA QUIEN NO ESTUVO AL<br />
CORRIENTE DE LOS ACONTECIMIENTOS DE<br />
GAMONAL<br />
Para quien no estuvo al corriente de los acontecimientos<br />
De la lucha contra el parking y la especulación urbanística: ...la extraña e<br />
increíble historia de una Avenida llamada Eladio Perlado.<br />
Una ciudad llamada Burgos...<br />
Burgos es una pequeña ciudad al norte de la meseta castellana donde se desarrolla<br />
uno de los más intensos procesos de especulación urbanística de toda<br />
la geografía ibérica. Antigua “capital de la cruzada” franquista, desde mediados<br />
de los años 70 ha ido variando su estructura urbanística a pasos agigantados.<br />
Proceso propiciado, en gran medida, por la actividad imparable de las<br />
grandes constructoras que dominan la ciudad, interesadas más en el lucro<br />
personal e inmediato, que en los necesidades reales de sus respectivos habitantes.<br />
Un proceso especulativo de dimensiones espectaculares, más aún si tenemos<br />
en cuenta que nos estaríamos refiriendo una ciudad relativamente<br />
pequeña, que hunde sus raíces en dinámicas y aptitudes mentales del periodo<br />
tardo-franquista, caracterizadas en su mayor parte por una visión caciquil<br />
de la estructuración de la ciudad. Esta concepción de la estructuración urbana<br />
pone en evidencia una marcada jerarquización territorial y un empeño<br />
constante de hacer visible a los habitantes el apabullante de las entidades<br />
constructoras. Proceso en el que, a su vez, participarán los gestores de las<br />
administraciones locales, terminando en más de un ocasión con fragantes<br />
escándalos, como el denominado “caso de la construcción”, que se saldó con<br />
la inhabilitación del entonces alcalde de Burgos, José María Peña, y el encarcelamiento<br />
del actual magnate inmobiliario y de los medios de comunicación,<br />
69
el señor Miguel Méndez Pozo.<br />
Burgos es conocida por su frío siberiano, por el, a veces, hosco carácter de<br />
sus habitantes, por sus morcillas, por guerreros, más legendarios que históricos,<br />
como el Cid, y también, todo hay que decirlo, por el accidente laboral que<br />
el 13 de enero de 2005 costó la vida a 10 trabajadores mientras trabajaban<br />
para la empresa constructora Arranz Acinas en una subcontrata del<br />
Ayuntamiento de Burgos.<br />
...y un barrio llamado Gamonal.<br />
Gamonal es uno de los barrios más populosos de la ciudad de Burgos; recibe<br />
su particular toponimia de un tipo de planta denominada “gamón”, que<br />
según parece abundaba en la zona.<br />
El antiguo pueblo de Gamonal de Río Pico fue definitivamente engullido por<br />
la ciudad de Burgos para convertirse en uno de los barrios que albergarían el<br />
importante éxodo rural que, a mediados de los años 70, llegaría a la ciudad<br />
procedente del campo. De esta manera, las gentes que fueron sucesivamente<br />
llegando comenzaron a trabajar en las múltiples fábricas que se crearon,<br />
situadas en un polo industrial de nueva configuración ubicado justo en el<br />
mismo borde del nuevo bario de Gamonal. Era necesario, por lo tanto, crear<br />
nuevas viviendas donde alojar a estxs recién llegadxs, las cuales se construyeron<br />
con la celeridad y los ínfimos materiales que demandaban los nuevos<br />
tiempos.<br />
Todo ello apuntaba al desarrollo del problema de estructuración poblacional<br />
que arrastra actualmente dicho barrio, y por consiguiente la ciudad , en el que<br />
las cifras hablan por si solas: la ciudad de Burgos posee en torno a 175.000<br />
habitantes, 80.000 de las cuales se hacinarían en Gamonal dentro de una<br />
estructura urbanística desordenada, característica del periodo post-franquista,<br />
fruto del proceso especulativo que hemos venido señalando y fuente de<br />
conflictos como el que a continuación relataremos(1).<br />
El conflicto del aparcamiento de la Avenida Eladio Perlado<br />
El aparcamiento subterráneo que el Ayuntamiento de Burgos tenía proyectado<br />
construir en la avenida Eladio Perlado desató, desde un principio, un intenso<br />
rechazo en el barrio de Gamonal, en tanto que, lxs vecinxs de dicha zona<br />
lo percibirán como una clara agresión. Su ubicación era incompatible con el<br />
tipo de avenida en el que abundan las casas altas, y por la que, además,<br />
pasaría un río subterráneo. A lo que hay que añadir que, otro de los aparcamientos<br />
realizados por el ayuntamiento en un zona colindante, provocó daños<br />
Desde la propia tarde del viernes 19 de agosto, en la que fue convocada una<br />
nueva asamblea par informar de la situación, se expuso colectivamente y de<br />
forma reiterada que en ningún momento se pensaba dejar solxs a lxs detenidxs,<br />
añadiéndose además que se iba a estar con ellxs “fuesen o no fuesen<br />
del barrio” (como puede comprobarse en el video-documental ¿De quién de<br />
es la calle?, al que luego nos referiremos). Algo, sin duda alguna, sumamente<br />
importante y valioso la hora de afrontar el proceso al que estxs compañerxs<br />
han de enfrentarse.<br />
De la lucha contra el parking<br />
a la solidaridad con todxs lxs detenidxs y encausadxs.<br />
A)La lucha da sus frutos.<br />
En enero de 2006 el Ayuntamiento de Burgos hará público que da por desestimada<br />
la realización de un parking subterráneo en la Avenida Eladio Perlado.<br />
Ante la imposibilidad de oponerse a la gran movilización vecinal, cabe resaltar<br />
que uno de los lemas de las manifestaciones siguientes fue “Si las vuelven<br />
a traer las romperemos otra vez”, el Ayuntamiento decide dar marcha<br />
atrás a sus pretensiones, no sin antes elaborar minuciosamente su particular<br />
venganza diseñada desde hacía meses.<br />
B) Ensañamiento y persecución municipal.<br />
Inmediatamente después de los hechos del 18 de agosto algunxs vecinxs<br />
comenzaron a recibir citaciones judiciales, lo que resultaba sorprendente es<br />
que ninguno de ellxs había sido ni detenidx ni identificadx aquella tardenoche.<br />
Dichas citaciones respondían a un claro intento de criminalizar y castigar<br />
a aquellxs vecinxs que, desde medios municipales, eran consideradxs<br />
significativxs. Algunas de estas denuncias llegarán incluso después de que<br />
pasaran 8 meses, acompañadas además de múltiples irregularidades. Todas<br />
encuadrables dentro de un mismo patrón acusatorio: “desordenes públicos, e<br />
incitación a tirar las vallas”, referidas ambas a los hechos acaecidos durante<br />
la mañana. Cabe decir que, todas estas acusaciones son consideradas falsas<br />
por lxs vecinxs que las han recibido, fruto de una venganza municipal a posteriori.<br />
A finales de mayo de 2006, el Ayuntamiento hará público, a través de una<br />
intensa campaña de criminalización en los medios locales, el escrito de acusación<br />
contra lxs 8 vecinxs detenidxs arbitrariamente la noche del 18 de agosto.<br />
En su escrito de acusación el Ayuntamiento solicita de entre 7 a 8 años de<br />
cárcel para cada unx de lxs procesadxs, un total de 54 años de cárcel, a lo<br />
70 75
son aprovechados a modo de barricada incendiaria para frenar el avance policial(3),<br />
quienes incluso llegaran romper los cristales del portal de la avenida<br />
para acceder a su interior como si de autenticas tropas de ocupación se tratase<br />
(lo sorprendente es que algunx de ellxs es vecinx del barrio de toda la<br />
vida).<br />
Las obras que tenían previsto dar comienzo la mañana del 18 de agosto de<br />
2005 van a concluir ese misma noche, la acción colectiva de cientos y cientos<br />
de vecinxs que se echaron a la calle hace que, en meses siguientes, la<br />
ubicación del parking en la avenida sea desestimada.<br />
Aquella noche histórica en la ciudad de Burgos se saldará con 8 personas<br />
detenidas arbitrariamente, quienes además de ser brutalmente agredidas y<br />
vejadas, se enfrentan actualmente a un proceso jurídico en el que el<br />
Ayuntamiento de Burgos solicita escalofriantes condenas, cuestión que más<br />
adelante pasaremos a analizar con detalle.<br />
La manipulación mediática.<br />
“Los medios de comunicación en democracia son lo que las pistolas en dictadura”.<br />
Dicho anónimo y recurrente<br />
Después de las porras, las pelotas de goma y las cargas indiscriminadas, lxs<br />
especuladores y políticxs de turno utilizaron otra de sus armas favoritas: la<br />
manipulación de los medios de comunicación. La totalidad de los mas-media<br />
locales se harán amplio eco de la noticia, sin embargo su versión de los<br />
hechos difiere mucho de lo realmente acontecido la jornada del 18 de agosto<br />
en Gamonal.<br />
Si los medios escritos plantearon inicialmente la fantasiosa hipótesis de la llegada<br />
de miembros de la Kalle borroka para participar en los enfrentamientos,<br />
el alcalde, Juan Carlos Aparicio, en una rueda de prensa convocada a toda<br />
prisa tras su precipitado regreso de sus vacaciones en Turquía, señala que<br />
todo ha sido obra de un reducido grupo de “radicales anti-sistema” que se<br />
habrían coordinado a través de internet.<br />
Por otro lado, cuando la hipótesis Kalle Borroka comenzó a perder peso,<br />
desde la Subdelegación del Gobierno se apuntó hacia “grupos anarquistas<br />
radicales” y/o “extrema izquierda”; diferentes versiones para ocultar lo evidente:<br />
que cientxs y cientxs de vecinxs había participado en la revuelta contra el<br />
parking y la especulación urbanística, y que las personas que habían sido<br />
detenidas arbitrariamente esa noche eran todas gentes del barrio, algunxs de<br />
ellxs a demás tuvieron que transcurrir varios días hospitalizadxs.<br />
en las viviendas, las cuales terminaron por resquebrajarse.<br />
Otra de las causas que, desde el mismo inicio, provocó indignación entre lxs<br />
vecinos de Gamonal fue que la realización de las obras recayó en la empresa<br />
constructora Arranz-Acinas, que como hemos ya apuntado, está involucrada<br />
en el accidente laboral en el que murieron 10 trabajadores. Parece ser que,<br />
donde estos trabajadores se cambiaban, una lonja propiedad de dicha empresa,<br />
también se almacenaba maquinaria y material inflamable. La combinación<br />
resulto mortal, sin embargo la empresa constructora continúa afirmando que<br />
el accidente fue debido a circunstancias que los propios trabajadores provocaron.<br />
Aún cuando lxs políticxs locales se afanaron en repetir de forma machacona<br />
que la constructora era modélica, respaldando implícitamente la versión de la<br />
empresa (subcontratada por el propio ayuntamiento), las gentes del barrio<br />
percibieron que de nuevo entre políticxs y constructorxs se estaba dando un<br />
proceso de corporativismo, o más bien, de flagrante encubrimiento, con el fin<br />
de hacer tragar al barrio una nueva imposición caciquil, esta vez en forma de<br />
aparcamiento subterráneo...<br />
Alguna voz anónima señaló audazmente que todo podía resumirse con la<br />
habitual letanía de “favores que lxs políticxs debían a lxs constructorxs”, etcétera.<br />
Igualmente, el aparcamiento fue percibido como un mero negocio especulativo.<br />
Lxs vecinxs de Eladio Perlado se cansaron de repetir al ayuntamiento que<br />
existían otros aparcamientos cercanos que se encontraban medio vacíos.<br />
¿Por qué entonces construir otro?. ¿Por qué el ensañamiento del<br />
Ayuntamiento y su negativa constante a dar marcha atrás? ¿Quién gobierna<br />
realmente en la ciudad de Burgos, lxs políticxs que dicen representarnos o<br />
sus amigxs especuladorxs? Y así una larga lista de preguntas, todas ellas sin<br />
respuesta....<br />
Con todo, quizá aquello que supuso el detonante del conflicto, fue la actitud<br />
totalmente caciquil del Ayuntamiento, tratando de imponer a toda costa, y por<br />
todos los medios, el parking a sus supuestxs usuarixs. En todo momento trató<br />
de hacer ver de forma absolutamente prepotente que su decisión era irrevocable,<br />
y que todas las protestas eran debidas a un “puñado de agitadores politizados”.<br />
Los hechos demostrarían a posteriori que los que protestaban contra<br />
su imposición eran algo más que un “puñado de agitadores”.<br />
74 71
La movilización:<br />
Contra el parking y contra la Especulación.<br />
Las movilizaciones contra la construcción de un parking en la Avenida Eladio<br />
Perlado van a dar comienzo a partir de marzo de 2005. De forma prácticamente<br />
semanal, todos los lunes, comienzan a realizarse manifestaciones que<br />
recorrían la propia avenida en las que se reunía una gran cantidad de vecinos,<br />
no solamente las personas afectadas directamente por la construcción<br />
del aparcamiento, sino también otrxs vecinxs del barrio que apoyaban la lucha<br />
contra la especulación. La atención que los medios de comunicación locales<br />
concedían a estas movilizaciones era prácticamente nula, en ocasiones<br />
rayando incluso el menosprecio, lo que representará la antesala de la manipulación<br />
mediática con la que después dichos medios abordarían los hechos.<br />
Manipulación mediática que dará comienzo en junio de 2005 cuando lxs<br />
vecinss deciden hacerle llegar sus quejas al mismo oído del alcalde mientras<br />
inauguraba un parque en Gamonal, quejas que se hicieron extensibles al presidente<br />
del Consejo de Barrio, un señor que solo se representa a si mismo,<br />
teniendo ambos que abandonar Gamonal escoltados por la policía. La reacción<br />
airada de los medios de comunicación señaló la parte de la barricada en<br />
la que los medios oficiales de comunicación se situaban. Como no podría<br />
haber sido de otra manera, al lado de sus gestorxs políticxs y dueñxs empresariales,<br />
es decir, al lado de lxs de toda la vida.<br />
En el transcurso de la lucha fueron celebradas diversas asambleas vecinales<br />
multitudinarias, conviene destacar, por su especial importancia, aquella que<br />
se celebró a finales de junio de 2005 en la Casa de la Cultura de Gamonal<br />
algunos días después de los hecho que hemos narrado. Durante el desarrolló<br />
de la misma fueron identificados una pareja de agentes de la Brigada de<br />
información de la Policía Nacional (lo que antes venía a llamarse políticosocial),<br />
los cuales, identificados por un vecino que tomó la palabra, fueron<br />
gentilmente invitados a abandonar la sala a grito de ¡fuera!, ¡fuera!, ¡fuera!...<br />
La consiguiente reacción fue una autentica campaña de intimidación por parte<br />
de la Subdelegación del Gobierno, empeñada en criminalizar y señalar con el<br />
dedo a aquellxs vecinxs del barrio que, según su criterio, no eran “ni políticamente<br />
correctos, ni buenas compañías”.<br />
Llega el verano, y a pesar de que el ayuntamiento se había comprometido a<br />
no dar comienzo a las obras durante el periodo estival, nadie, ni en Eladio<br />
Perlado, ni en Gamonal, se fiaba de la palabra de estxs señorxs. Un grupo de<br />
vecinxs había sido ya expulsado, y no de muy buenas maneras, del pleno<br />
municipal donde se decidió aprobar la construcción del aparcamiento, preludio<br />
de la que aún estaba por venir. Las malas maneras con que la policía reci-<br />
bió a lxs vecinxs del parque de Virgen del Manzano(2) el día 11 de agosto<br />
anunciaron, pero a pequeña escala, lo que ocho días más tarde sucedió en<br />
Eladio Perlado.<br />
18 de Agosto<br />
El 18 de agosto de 2005 van a comenzar de madrugada las obras de construcción<br />
de un descomunal parking en la Avenida Eladio Perlado. Sin previo<br />
aviso, sin posibilidad de reclamación alguna, tratando de imponer “su” obra<br />
mediante la política de hechos consumados. Un vecino con el sueño ligero dio<br />
la voz de alarma, inmediatamente fueron llegando varixs efectivxs de la policía<br />
local y nacional para escoltar a los obreros, contratados para colocar las<br />
vallas, que acotarían el perímetro donde pensaba construirse el parking.<br />
Pitos, sirenas, cacerolas y alta-voces hicieron que unxs 60 vecinxs se echaran<br />
a la calle para intentar detener el inicio de las obras, poniéndose frente a<br />
los camiones para complicar el colocado de las vallas. La policía local comenzó<br />
a cargar con dureza, ancianxs, niñxs y todo elx que pasaba por allí fueron<br />
golpeadxs brutalmente. Aquella misma mañana se produjo la primera de las<br />
detenciones y un número indeterminado de personas tuvo que pasar por el<br />
hospital.<br />
Esa misma tarde es convocada una asamblea vecinal en el patio de un colegio<br />
cercano, la tensión podía percibirse en los alrededores. Las vallas habían<br />
sido colocadas y la policía local custodiaba el perímetro donde en breve darían<br />
comienzo las obras. Después de 30 minutos de asamblea multitudinaria,<br />
en la que se expusieron los hechos de la mañana, se decide partir en manifestación<br />
hasta el cercano perímetro vallado que acotaba la avenida entera,<br />
donde, sin pensárselo dos veces, la gente empieza a zarandear las vallas que<br />
van siendo derribadas ante la mirada atónita de la policía local. Tras unos<br />
minutos de confusión, esta realizará un amago de carga, pero se verá desbordada<br />
por la situación.<br />
Sin embargo, una vez que llega la noche, y habiendo solicitado refuerzos,<br />
comienza una carga indiscriminada a la que lxs vecinxs de Gamonal responden<br />
arrojándoles todo aquello que tenían a mano, no solo aquellos que estaban<br />
en la calle, sino incluso desde las ventanas de sus casas, de donde<br />
comenzaron a llover sartenes, botellas, bolsas de basura, naranjas, patatas e<br />
incluso un tapa de un inodoro. La avenida se convierte en un autentico escenario<br />
de guerra, la caseta de obra que había instalado la empresa arde.<br />
Vuelan las pelotas de goma, una de ellas, disparada a apenas 5 metros, va a<br />
ir a para a la cabeza de unx chavalx que pierde el sentido. Los contenedores<br />
72 73
irremplazables entre sí. El debate queda abierto, y también es respecto a<br />
todas estas preguntas, que debemos “saber esperar”.<br />
VII.- Conclusión provisional<br />
Hemos intentando evocar en este texto los principales límites y debilidades<br />
del ciudadanismo. Queda claro que no se trata solamente de límites<br />
o debilidades “teóricas”, sino muy reales y que le resultarán fatales a corto o<br />
largo plazo. Tampoco se trata de quedarse sentado de brazos cruzados,<br />
“esperando” a que el ciudadanismo se derrumbe, dejando lugar mágicamente<br />
a la revolución. Sin duda, a este movimiento todavía le quedan muchos<br />
recursos, es capaz de adaptarse a nuevas condiciones. Pero hemos precisado<br />
aquí a qué “condiciones” no sabrá adaptarse. En cualquier caso, no hemos<br />
hecho más que esbozar la crítica, que otros proseguirán.<br />
Otra pregunta a la que hemos tratado de responder, es aquella que<br />
trata la forma de abordar la crítica. Demasiado a menudo, algunxs revolucionarixs<br />
critican a lxs que consideran reformistas, bajo el único pretexto de que<br />
no son revolucionarixs. Eso es presentar el debate como si se tratara de un<br />
simple debate de opiniones, en definitiva iguales o igualmente vacías: palabras<br />
vacías frente a la todopoderosa realidad objetiva del mundo. De proceder<br />
así, se puede defender cualquier cosa: preferir lxs indios de Zerzan a lxs<br />
cowboys de Kaczynski, el Renacimiento a la sociedad industrial, lxs proletarixs<br />
con gorra a lxs jóvenes raperxs con Nike.<br />
El próximo movimiento revolucionario, también deberá hallar su propio<br />
lenguaje. Probablemente no se expresará en los términos que aquí se<br />
emplean, que son los de una cierta tradición teórica. El lenguaje teórico que<br />
empleamos, es una herramienta para comprender la revolución que vendrá,<br />
pero no es esa revolución. Deberemos salir del empleo mágico-afectivo del<br />
lenguaje, que es el lenguaje de la alienación contemporánea, el lenguaje de<br />
los que no tienen ningún poder práctico sobre el mundo y que no puede, por<br />
lo tanto, hacer otra cosa que soñarlo. Solamente lxs que no tienen ningún<br />
poder sobre el mundo pueden decir lo que sea sin miedo a ser desmentidxs,<br />
ya que saben que su discurso carece de consecuencias.<br />
En el mundo de la integración capitalista, ya no hay ni verdad ni mentira:<br />
sólo sensaciones efímeras. Y debemos dejar de temer a la verdad. Si,<br />
ocurre a menudo que percibimos la voluntad de decir la verdad como una<br />
dominación -un “fascismo”, una voluntad de hegemonía del discurso- es porque<br />
en el mundo capitalista sólo lxs que dominan pueden pretender decir la<br />
verdad, ya que son ellxs quienes la crean, quienes detentan el monopolio de<br />
la “palabra verdadera”. Pero esta verdad es tan manifiestamente falsa, y<br />
nuestra impotencia a la hora de contestarla tan aplastante, que acabamos<br />
asqueadxs de cualquier tentativa de buscar la verdad: finalmente terminamos<br />
dudando de la posibilidad de poder decir cualquier cosa cierta, es decir, en la<br />
98<br />
Ante esta ausencia de perspectivas, la lucha de clases únicamente<br />
podía encerrarse en luchas defensivas, a veces muy violentas, como en el<br />
caso de Inglaterra. Pero esta energía era sobretodo la energía de la desesperación.<br />
También se puede resaltar que esta pérdida de perspectivas positivas<br />
se ha manifestado a menudo, en las personas que han vivido los años 60-70,<br />
por una desesperación personal muy real llevada a veces hasta sus últimas<br />
consecuencias, el suicidio o el terrorismo.<br />
El ciudadanismo se inscribe pues en este marco: enterrada la revolución,<br />
cuando ya ninguna fuerza se sentía capaz de emprender la transformación<br />
radical del mundo y en vista de que la explotación seguía su curso, era<br />
necesario que se expresara alguna forma de contestación.Esta fue el ciudadanismo.<br />
Su acto oficial de nacimiento puede situarse en el transcurso de la<br />
agitación de diciembre de 1995 [en Francia]. Este movimiento, nacido sobre<br />
la base real de la oposición a la privatización del sector público y al consiguiente<br />
empeoramiento de las condiciones de trabajo y la pérdida del propio<br />
sentido del trabajo, no podía en esa situación manifestarse sino como defensa<br />
del sector público y no como cuestionamiento de la lógica capitalista en<br />
general, tal y como se manifiesta en el servicio público. La defensa de dicho<br />
sector implica lógicamente que se considera que dicho sector está, o debería<br />
estar, fuera de la lógica capitalista. No fue una buena crítica la que se le hizo<br />
a este movimiento cuando se le reprochó ser un movimiento de privilegiadxs,<br />
o sencillamente de egoístas corporativistas. Pero sí se puede constatar que<br />
incluso las acciones más generosas o radicales de este movimiento contenían<br />
los mismos límites. Abastecer gratuitamente todos los hogares de electricidad,<br />
es una cosa: reflexionar sobre la producción y el uso de la energía es<br />
otra. Se puede ver en estas acciones que el Estado es concebido como una<br />
comunidad parasitada por el capital, capital que se interpone entre lxs ciudadanxs-usuarixs<br />
y el Estado. El ciudadanismo no dice otra cosa.<br />
Podemos ver que el ciudadanismo no podría recuperar un movimiento<br />
que fuese más radical. Por el momento, tal movimiento sencillamente no<br />
existe. El ciudadanismo se desarrolla como ideología producida necesariamente<br />
por una sociedad que no concibe perspectivas de superación [del sistema].<br />
También podemos resaltar que el movimiento de 1995, fecha de nacimiento<br />
del ciudadanismo, fue un fracaso, hasta en sus limitados objetivos<br />
básicos. La privatización del sector público sigue viento en popa y tal sector<br />
puede incluso situarse en la vanguardia de la ideología de lo privado, en cuanto<br />
empresa participativa, de implicación en la gestión, etc. En él, hay despidos<br />
masivos, se genera cada vez más precariedad laboral, el denominado “trabajo-<br />
joven”, se suprimen puestos de trabajo y se sobrecarga los que quedan.<br />
También el sector público está en primera línea respecto a la aplicación<br />
de la ley de las 35 horas, es decir, a la flexibilización. Una vez más, si<br />
fuera necesario, podemos ver que la lógica del Estado y la del capital no se<br />
83
oponen en absoluto, lo que constituye una de las limitaciones internas<br />
del ciudadanismo.<br />
III.- La relación con el Estado, el reformismo y el Keynesianismo.<br />
La relación del ciudadanismo con el Estado es a la vez de oposición<br />
y de apoyo, pongamos de apoyo crítico. Puede oponerse al Estado, pero no<br />
puede prescindir de la legitimidad que le ofrece. Los movimientos ciudadanistas<br />
deben convertirse rápidamente en interlocutores y para ello, algunas<br />
veces deben emprender acciones “radicales”, es decir, ilegales o espectaculares.<br />
Se trata a la vez de situarse en posición de víctima, de coger al Estado<br />
en falta (es decir, oponer el Estado ideal al Estado real) y de llegar lo más rápidamente<br />
posible a la mesa de negociaciones. La llegada de los CRS<br />
[Cuerpos de Seguridad Republicanos, antidisturbios] viene a confirmar que<br />
lxs ciudadanistas han sido entendidxs. Naturalmente, todo esto debe suceder<br />
bajo la mirada de las cámaras. Aquí, la represión es la precursora de los movimientos<br />
ciudadanistas: el enfrentamiento ya no es como en otros tiempos el<br />
momento en que se mide la relación de fuerzas, sino que consiste en una legitimación<br />
simbólica. De ahí, por ejemplo, el malentendido entre René Riesel<br />
[ex-miembro de la Internacional Situacionista] y algunos otros de la<br />
Confédération Paysanne que pretendían generar esta relación de fuerzas, y<br />
José Bové (y manifiestamente la mayor parte de la Confédération), que a través<br />
de una acción espectacular pretendían hacer de su movimiento un interlocutor<br />
con el Estado, en lo que de hecho se obtuvo un logro parcial.<br />
El propio Estado acepta generosamente estas prácticas, y cualquiera<br />
puede hoy hacer una pequeña manifestación, por ejemplo, bloquear la periferia<br />
y ser recibido oficialmente a continuación para exponer sus reivindicaciones.<br />
Lxs ciudadanistas se indignan con este estado de cosas que han contribuido<br />
a crear, pensando que, aún y así, no se debe molestar al Estado por<br />
minucias. Lxs interlocutorxs privilegiadxs ven con malos ojos a lxs parásitxs y<br />
demás aves de rapiña de la democracia.<br />
Asimismo, algunas prácticas ciudadanistas son promovidas directamente<br />
por el Estado, como lo demuestran las “conferencias ciudadanas” o<br />
“los debates de ciudadanxs” con las cuales el Estado se arroga el “dar la palabra<br />
a lxs ciudadanxs”. Es interesante ver hasta qué punto este movimiento se<br />
conforma con cualquier sucedáneo de diálogo, y están dispuestos a ceder en<br />
cualquier cosa con tal de que se les escuche y que lxs expertos hayan “atendido<br />
a sus inquietudes”. El Estado juega aquí el rol de mediador entre la<br />
“sociedad civil” y las instancias económicas, del mismo modo que lxs ciudadanistas<br />
harán de intermediarios entre el programa del Estado (que no es otra<br />
cosa que la correa de transmisión de la dinámica del capital) revisado de<br />
forma crítica, y la “sociedad civil”. Se ha visto con la ley de las 35 horas.<br />
84<br />
fácilmente que algunxs puedan sentirse atraídos hacia Zerzan [teórico neoprimitivista<br />
de los EE.UU.] o Kaczinski [más conocido como “Unabomber”],<br />
entre otras regresiones, y la condición misma de la propia liberación. Lxs primitivistas<br />
quieren liberarse de la humanidad, volver a la armonía primordial de<br />
la comunidad restringida y aislada. Pero tal regreso es imposible. No hay<br />
afuera del capitalismo.<br />
En 1860, Marx aun podía escribir en El Capital: “Para reencontrar el<br />
trabajo común, es decir la asociación inmediata, no es necesario regresar a<br />
su forma primitiva natural, tal como aparece en los albores de todos los pueblos<br />
civilizados. Tenemos muy cerca un ejemplo en la industria rústica y<br />
patriarcal de una familia de campesinos que produce para sus propias necesidades<br />
(...)”. Este “ejemplo” ha desaparecido. Toda la actividad humana, o<br />
casi toda, está regida por el capitalismo, lo que lleva a algunos -Zerzan o Kaczinski, y<br />
muchxs otrxs- a añorar los “buenos viejos tiempos”, sean primitivofuncionales o patriarcal-artesanales.<br />
Pero ninguna de estas formas de organización social supo resistir al<br />
capitalismo, por lo que nos parece muy difícil que puedan constituir su futuro, a menos<br />
que se postule una naturaleza de la humanidad cuya manifestación serían estas formas,<br />
y también una autodestrucción del capitalismo (es decir, del mundo) en una catástrofe<br />
tras la cual podrían con toda comodidad volver a ocupar su lugar, momentáneamente<br />
usurpado. Pero esta “autodestrucción” del capitalismo, también sería la nuestra,<br />
por lo que debemos plantearnos el futuro a partir del capitalismo, nos<br />
guste o no.<br />
Hemos visto que la globalización de lxs individuos desborda considerablemente<br />
los límites del trabajo asalariado. Cada uno de los aspectos de la<br />
vida está sometido a esta globalización, con lo que cada uno de los aspectos<br />
de la vida pedirá ser transformado unitariamente. Dicho de forma más llana,<br />
hoy no se puede cambiar nada sin cambiarlo todo. Esta será la principal condición<br />
de la revolución venidera.<br />
De forma muy concreta, cada problema que heredaremos del capitalismo,<br />
no podrá resolverse más que a escala de una sociedad entera.<br />
Residuos nucleares, transportes, agricultura, todo esto nos llevará a decisiones<br />
y modos de organización que deberán ser tratados globalmente, fuera de<br />
la propiedad privada y de la división jerárquica del trabajo. Y no se tratará sólo<br />
de trabajo. El “mundo sin fronteras” que el capitalismo ha creado para la mercancía<br />
será efectivamente un mundo sin fronteras para la humanidad. No<br />
habrá derecho de aduanas. Dejaremos para más adelante la necesidad de<br />
desarrollar todo lo que esto implica. También podríamos analizar lo que podrían<br />
ser las formas de organización que las personas adoptarían, pero la enorme<br />
cantidad de problemas prácticos que pueden llegar a plantearse será tal<br />
que deberán ponerse en práctica necesariamente soluciones inéditas y sin<br />
duda, marcadas a menudo por la urgencia. La iniciativa individual será quizás<br />
entonces tan importante como el consenso general, a sabiendas de que son<br />
97
capital crea sus propios “bárbarxs” internos), pero también conlleva una desmoralización<br />
del trabajo, considerado por todo el mundo como algo vacío de<br />
sentido, puramente arbitrario, una obligación exterior, una explotación. La<br />
moral del trabajo que compartían antiguamente burguesía y proletariado se<br />
está diluyendo en el movimiento de la integración capitalista. La integración<br />
capitalista (problema central que tendremos que afrontar más adelante) se<br />
percibe cada vez como algo más artificial, y en todos los casos, es muy problemática,<br />
y conduce a lo que se podría denominar una neurosis de masa,<br />
relacionada con el sentimiento de haber perdido todo el control sobre su propia<br />
vida. El próximo movimiento revolucionario no podrá eludir esta constatación,<br />
ya que dicha impotencia, que corresponde a lo que se denominó en otro<br />
tiempo alienación, forma parte integrante de nuestra relación con el mundo<br />
capitalista.<br />
VI.- “¡Proletarixs del mundo, no tengo ningún consejo que daros!”<br />
No vamos a hacer el ridículo presentando aquí lo que deberá ser el<br />
próximo movimiento revolucionario. Nadie puede decirlo con certeza sin caer<br />
en una ideología de recambio. Aún y así, podemos imaginar a partir de lo que<br />
ya existe lo que este movimiento podrá ser, es decir, lo que en la situación<br />
presente es el germen de una situación futura.<br />
La mundialización del capital y la disolución de los capitales nacionales<br />
implican que se tratará de un movimiento mundial, y no precisamente bajo<br />
la forma caricaturesca de una acción contra la OMC o la CNUCED[?]. No se<br />
tratará de ir quemar Frankfurt o Bruselas, sino de actuar contra el capitalismo<br />
tal y como aquí se presenta, donde nos encontramos: porque aquí, donde nos<br />
encontramos, es dónde se juega realmente la mundialización. La mundialización<br />
del capital también es la mundialización de la lucha, y cuando se decide<br />
en Nueva York lo que se produce en México y se empaqueta en Pas-de-<br />
Calais [una región en el norte de Francia], todo ataque local tiene repercusiones<br />
globales.<br />
La disolución de la conciencia de clase y del viejo movimiento obrero,<br />
tienen también como consecuencia que cada uno se encuentra sólo en su<br />
vida, frente a la explotación y la dominación, de forma simultánea. Ya no hay<br />
refugio posible, ni comunidad dónde replegarse. La identidad que uno se<br />
construía a través del trabajo tiende a disolverse y ser progresivamente sustituida<br />
por la esfera de lo privado, de la peña de amigxs o familiares, del ocio.<br />
Pero con la masificación del ocio, la descomposición de la familia y la brutalidad<br />
de las relaciones sociales, lo particular se encuentra constantemente reexpulsado<br />
hacia lo general. Elx humanx moderno es unx humanx público.<br />
Nunca, a lo largo de toda la historia de la humanidad, las personas se<br />
han visto obligadas a pensarse de forma tan global, en tanto que humanidad,<br />
a escala mundial. Esto implica a la vez sufrimiento (por lo que se entiende<br />
96<br />
Lxs ciudadanistas juegan aquí el papel otorgado anteriormente a los<br />
sindicatos en el mundo del trabajo, para todo lo que se denomina “problemas<br />
de la sociedad”. La amplitud de la mistificación muestra también la amplitud<br />
del campo de la contestación posible, que se ha extendido a todos los aspectos<br />
de la sociedad. En su relación con el Estado, lxs ciudadanistas por lo<br />
menos en Francia- empiezan a enfermar a consecuencia de su victoria. Cada<br />
vez más, el movimiento se escinde y se recompone entre lxs que tienden a<br />
confiar en el poder (a la izquierda), y los más radicales, que quieren continuar<br />
la lucha. Pero el problema esencial ha quedado planteado. Una vez que la<br />
izquierda llegue al poder ¿a quién más podrían votar? ¿Hacen falta más<br />
Verdes en el gobierno, o deben éstos retirarse del poder para ejercer más<br />
favorablemente su papel de oposición?<br />
Pero, ¿para qué sirve un partido político, si no es para entrar en la<br />
arena democrática? El ciudadanismo es por propia constitución incapaz de<br />
concentrarse en un partido, por lo menos en las sociedades democráticas que<br />
conocemos. Haría falta una dictadura o una democracia autoritaria para que<br />
las aspiraciones de la pequeña y la mediana burguesía entrasen en resonancia<br />
con una contestación más amplia, y lograsen organizar un partido democrático<br />
de oposición radical. Lo hemos visto en Belgrado o en Venezuela con<br />
el nacional-populismo de Chávez. En cambio, allí donde hay democracia los<br />
partidos que representan las aspiraciones de esta pequeña y mediana burguesía<br />
ya existen, y es precisamente de este sistema de partidos del que gran<br />
parte de lxs ciudadanistas ya no se fían. En los países más desarrollados, el<br />
ciudadanismo se concentra esencialmente alrededor de un deseo de democracia<br />
más directa, “participativa”, de una democracia de “ciudadanxs”.<br />
Naturalmente no proponen ningún modo de conseguirlo, y este deseo de<br />
democracia directa acaba, como siempre, ante las urnas o en la abstención<br />
impotente.<br />
Desde este punto de vista, los Verdes ofrecen un espectáculo interesante<br />
puesto que manifiestan este límite del ciudadanismo. Surgidos de los<br />
movimientos ecologistas de los años 70, han sabido mantenerse a flote<br />
durante los años 80. Pero siguen basándose en el viejo modelo de partido,<br />
una forma jerarquizada que es antinómica a la naturaleza nebulosa de las<br />
fuerzas vivas del ciudadanismo. Debido a su propia naturaleza, corrían pues<br />
el riesgo de hallarse frente a la experiencia real del poder, que es lo que<br />
acabó por suceder. De hecho, este es el último riesgo político que corren lxs<br />
“reformistas”, el de gobernar. Militar en este cuadro no está siempre exento de<br />
consecuencias, como los Verdes han podido comprobar a sus expensas.<br />
Lo que permite bordear el riesgo, es el “lobbying”. Los lobbies no ejercen<br />
nunca el poder de forma directa. Por lo tanto, no se les puede imputar los<br />
“fracasos” del Estado. El militantismo del “lobbying” no tiene fin, en todos los<br />
sentidos del término. He aquí algo enormemente satisfactorio para las perso-<br />
85
nas que deseen compromiso sin correr demasiados riesgos políticos. En un<br />
lobby, uno se encuentra entre lxs suyxs, no es necesario buscar una base<br />
social, como ocurre con los partidos clásicos, usando medios más o menos<br />
demagógicos.<br />
Unx puede con toda tranquilidad, mostrarse “radical”. Unx puede<br />
hacer tranquilamente de consejerx críticx del Príncipe, sin tener que afrontar<br />
las dificultades de gobernar. Unx puede lamentar eternamente la falta de<br />
“voluntad política” en materia nuclear, de inmigración o de salud pública, sin<br />
necesidad de considerar, en lo más mínimo, lo que un Estado puede hacer<br />
efectivamente en el contexto capitalista.<br />
Uno de los ejemplos más delirantes de ello es la inenarrable asociación<br />
ATTAC. Es sobremanera conocido que la idea misma de una tasación de<br />
las transacciones bursátiles hace contorsionarse de hilaridad alx economista<br />
más estúpidx. Resulta evidente que la aplicación en un sólo Estado de esta<br />
tasación lo sumiría en una profunda crisis y que es visiblemente imposible la<br />
aplicación mundial de esta medida. Salta a la vista que incluso en el caso de<br />
que una organización como la OMC, presa de un arrebato de locura, predicara<br />
esta medida, el rechazo mundial sería tal que no le quedaría más remedio<br />
que dejarlo de nuevo en su cajón. Y para llevarlo al absurdo, si tal medida<br />
fuera aplicada, se seguiría automáticamente un aumento mundial de la explotación,<br />
para corregir las pérdidas.<br />
Todo ello no impide a lxs economistas de ATTAC pregonar sobre este<br />
asunto con curvas y gráficas, ante la indiferencia socarrona de quienes ejercen<br />
el poder. Estarán dispuestxs a recibirlxs de vez en cuando, para reírse un<br />
rato, y sobretodo para mostrar hasta qué punto el Estado muestra atención<br />
hacia todas las propuestas que lxs ciudadanxs estén dispuestos a hacer. De<br />
todas formas, hay que conceder a ATTAC el mérito de haber introducido, en<br />
una disciplina tan siniestra como es la económica, ese elemento cómico del<br />
que carecía. Vemos aquí que su impotencia no es todavía un problema para<br />
el ciudadanismo. Casi nadie piensa en juzgarlo sobre la base de sus resultados,<br />
puesto que la urgencia de obtener resultados todavía no se ha hecho<br />
sentir. Cuando esto empiece a hacerse a gran escala, es indudable que ya no<br />
le quedará mucho tiempo.<br />
Llegados a este punto, no podemos dejar de evocar la cuestión del<br />
“reformismo” ciudadanista. Sabemos que lxs ciudadanistas asumen de buena<br />
gana este calificativo. Se entiende que quieren, a través del empleo de este<br />
término, sugerir que son más pragmáticxs y más realistas que lxs malditxs<br />
idealistas revolucionarixs. Y efectivamente, podemos ver hasta dónde llega su<br />
pragmatismo y su realismo con una asociación como ATTAC.<br />
En cualquier caso nosotrxs, pobres revolucionarixs, compensamos<br />
nuestra falta de pragmatismo con la mala costumbre de juzgar a menudo las<br />
cosas recurriendo a la historia, es decir, a lo que realmente se ha producido<br />
86<br />
de producción capitalista de los últimos veinte años han pulverizado todo esto<br />
y han generado la separación de lxs individuos.<br />
En el transcurso de su expansión, el capitalismo tuvo que destruir las<br />
antiguas comunidades de origen campesino para crear la clase obrera que<br />
necesitaba. Y justo después de haberla creado, debe destruirla de nuevo, y<br />
se encuentra con el problema de integrar a millones de individuos en su<br />
mundo.<br />
Lxs ciudadanistas proponen una respuesta irrisoria cuando intentan<br />
recomponer el vínculo que unía antiguamente a la “clase obrera” mediante<br />
otro que uniese a lxs “ciudadanxs”, es decir, el Estado. La voluntad de reconstituir<br />
dicho vínculo a través del Estado se manifiesta en el nacionalismo latente<br />
de lxs ciudadanistas. Se sustituye el capital abstracto y sin rostro por figuras<br />
nacionales, por el bigote de José Bové o la rehabilitación del himno zarista<br />
en Rusia (por supuesto que en este caso no se trata de ciudadanismo, sino<br />
de la manifestación de un nacionalismo mucho más general e igualmente sin<br />
ninguna salida). Pero el Estado sólo puede proponer símbolos y sucedáneos<br />
a esos vínculos, puesto que él mismo está saturado de capital, para así decirlo,<br />
y tan sólo puede agitar sus símbolos en el sentido que le dicta la lógica<br />
capitalista a la que pertenece. Proponer alx “ciudadanx” como vínculo manifiesta<br />
la existencia de un vacío, o mejor dicho, que incumbe ahora al capitalismo,<br />
y únicamente a él, la tarea de integrar a esos miles de millones de personas<br />
que se encuentran privadas de la comunidad. Y debemos constatar<br />
que, hasta ahora, lo consigue a duras penas.<br />
Sin embargo, se sigue percibiendo al capitalismo como una fuerza<br />
exterior y hostil a la humanidad, ya sea porque la priva de pan o porque la<br />
priva de “sentido”. En las sociedades capitalistas avanzadas esto se manifiesta<br />
mediante la fuga de individuos separadxs hacia lo que los sociólogos denominan<br />
“la esfera privada”, es decir, el ocio, la familia o lo que queda de ella,<br />
la pandilla de amigxs, etc. De esta forma, se desarrolla lógicamente un mercado<br />
de la separación que se materializa en las herramientas de comunicación-consumo.<br />
Pero en el mundo de las mercancías, ese consumo del “estar<br />
juntos” acaba siendo un “poseer solo” que vuelve a caer en la separación que<br />
en un principio debía paliar.<br />
El propio trabajo, que constituye siempre la principal fuerza de integración<br />
del capital, se percibe cada vez más como una obligación exterior y<br />
ya sólo sirve de un modo muy marginal para dibujar la identidad de individuos<br />
cada vez más perdidxs en la masa y cada vez más faltxs de identidad propia.<br />
En el momento en que las profesiones desaparecen y se ven reemplazadas<br />
por funciones que no requieren ninguna competencia particular, esta situación<br />
no es nada sorprendente. El “mundo del trabajo” también se ha convertido en<br />
el de la incompetencia. Algunas personas perciben esta dinámica de descalificación<br />
como algo decadente (y la dinámica de la integración mediante el<br />
95
ción y de producir para dicha acumulación pasa por encima de cualquier idea<br />
de “necesidad”, así como de la necesidad vital que supone para la humanidad<br />
preservar su medio ambiente. El capital tan sólo obedece a sus propios fines,<br />
no puede ser un proyecto humano. No existe “mundialización” otra. Ante él no<br />
están las necesidades de la humanidad, sino la necesidad de la acumulación.<br />
Si, por ejemplo, se dedica a reciclar, la rama que se cree para ello hará todo<br />
lo necesario para tener siempre cosas que reciclar. El reciclaje, que no es más<br />
que otra forma de producir materia prima, crea siempre más desechos “reciclables”.<br />
Además, contamina tanto como cualquier otra actividad industrial.<br />
Para evitar confusiones, es importante que aclaremos que no compartimos la<br />
idea un tanto paranoica que ciertos “radicales” difunden, según la cual el capital<br />
contaminaría para crear un mercado de la descontaminación, o en cualquier<br />
caso que todo daño causado por el capitalismo engendraría mercados<br />
para arreglar dichos daños, como lo haría “unx bomberx incendiarix”. Existen<br />
no pocos daños que nadie quiere reparar sencillamente porque su reparación<br />
no constituye ningún mercado. Prueba de ello es que la mayoría de las veces<br />
los Estados deben asumir solos el coste de las descontaminaciones, lo que<br />
puede conducir a una situación conflictiva entre los Estados y las empresas,<br />
conflicto que se hace visible en el debate “quién contamina / quién paga”. La<br />
verdadera cuadratura del círculo que el “capitalismo ecológico” debe resolver<br />
y lo que realmente está en juego en las “reglamentaciones ecológicas” es evitar<br />
los estragos y sobre todo los gastos, sin por ello ahuyentar a los inversores.<br />
Nunca se trata de no contaminar más, sino de saber quién debe pagar<br />
cuando la contaminación es demasiado catastrófica y visible. El supuesto<br />
“mercado de la descontaminación”, contrariamente al del reciclaje, no existe<br />
realmente, ya que el único beneficio que se puede conseguir es el de conformarse<br />
con determinadas reglamentaciones y no supone nada más que una<br />
carga para las empresas, carga que les conviene limitar lo máximo posible.<br />
Nadie quiere descontaminar, como se pudo comprobar recientemente en la<br />
Conferencia de la Haya. Podríamos desarrollar todavía más este tema pero<br />
sobrepasaríamos las intenciones de este texto. En cualquier caso, queda<br />
claro que no se puede plantear una gestión “humana” de la producción capitalista,<br />
y menos aún seguir con dicha producción tal como se encuentra.<br />
Todo está por reconstruir. La revolución también será el momento del<br />
“gran desmantelamiento” y el de la recuperación sobre bases inéditas de la<br />
actividad humana, actualmente casi dominada por completo por el capital. El<br />
viejo movimiento revolucionario manifestaba el vínculo que unía capitalismo y<br />
proletariado. Hasta elx más explotadx de lxs obrerxs podía sentirse depositario,<br />
a través de su trabajo, de un mundo futuro en el que el trabajo dominaría<br />
al capital. El Partido era al mismo tiempo una familia y el germen de un estado<br />
obrero, por lo que todos lxs jefxs sindicales podían sentirse vinculadxs a la<br />
comunidad obrera del presente y del futuro. Las transformaciones del modo<br />
94<br />
hasta ahora. Y estamos forzados a constatar que el reformismo surge siempre<br />
en los momentos de crisis del capitalismo. El Front Populaire [Frente<br />
Popular], por ejemplo, era reformista. En un momento en que la insurrección<br />
obrera era generalizada, en que las fábricas estaban ocupadas, entre otras<br />
respuestas, el Front Populaire daba vacaciones pagadas a los obreros y las<br />
obreras, cosa que jamás había sido reivindicada. Keynes también era reformista,<br />
y la crisis de 1929 tuvo algo que ver. Sin embargo actualmente no hay<br />
huelgas insurreccionales, ni crisis de las inversiones, ni bajadas significativas<br />
del consumo. Incluso la reciente y relativa subida de los tipos de interés, tras<br />
un decenio de bajada continua, y la muy previsible “debacle” de los “valores<br />
tecnológicos”, son percibidos más bien como una consolidación de los mercados<br />
que como un riesgo de crisis. No hay actualmente ninguna crisis real<br />
del capital. No debería pues de haber reformistas.<br />
Por otro lado, todas las reformas emprendidas en el capitalismo no<br />
han sido más que para salvar el propio capitalismo. No hay reformas anticapitalistas.<br />
Keynes no se escondía de ser un liberal, ni de querer salvar el sistema<br />
liberal puesto en peligro por la crisis de 1929. Deberemos detenernos<br />
aquí un instante sobre Keynes, presentado por el ciudadanismo como el economista<br />
de los milagros, remedio a todos nuestros males. Ante todo, cabe<br />
decir que Keynes conocía muy bien el capitalismo de su época, puesto que<br />
había amasado una fortuna personal de <strong>50</strong>0.000 dólares dedicando únicamente<br />
una hora y media al día a transacciones internacionales en divisas y<br />
bienes, al tiempo que trabajaba para el gobierno inglés. Se entiende que el<br />
Crack de 1929 no le haya dejado indiferente.<br />
El Crack de 1929 marca la entrada del capitalismo en su periodo<br />
moderno. Es el resultado de la formidable expansión del siglo XIX, que parecía<br />
no tener que hallar ningún límite, especialmente en América. El sueño<br />
americano llegaba a su punto álgido e iba a terminar en pesadilla. Este sueño<br />
reposaba sobre el espíritu de empresa, en la audacia empresarial de lxs herederxs<br />
de lxs conquistadorxs del Oeste, pero fue abatido por la realidad del<br />
capitalismo, dónde las inversiones no se hacían por gusto al riesgo o espíritu<br />
de empresa, sino para lograr beneficios. Alcanzado su madurez, el capitalismo<br />
comenzaba a estancarse y se empezaba a percibir que el crecimiento<br />
indefinido no era adquirido para siempre, como si de una ley natural se tratase.<br />
Las inversiones bajaban, o más bien se descalabraban. Las teorías económicas<br />
clásicas postulaban que mientras hubiese demanda, siempre habría<br />
oferta, obviando el hecho que las empresas no producen para administrar<br />
bienes sino para extraer la plusvalía de la producción.<br />
Fue en este contexto que intervino Keynes. El elemento realmente<br />
necesario era la inversión, saber crear nuevos mercados, inventar nuevos<br />
productos, entrar en el mundo del consumo de masas. En el contexto de la<br />
crisis, el Estado debía hacerse cargo del esfuerzo inicial, es decir: volver a<br />
87
poner, en la medida de lo posible, a trabajar a la gente, establecer una política<br />
monetaria inflacionista y crear infraestructuras como base sobre la que el<br />
capital privado pudiera reinvertir. ¿Quién fabricará automóviles, dice Keynes,<br />
si no hay suficiente carreteras? De hecho, el presidente Roosevelt ya había<br />
empezado a poner en práctica esta política sin el preciado apoyo teórico que<br />
Keynes le aportaría más tarde. Tampoco debemos olvidar que la crisis de<br />
1929 había echado a millones de paradxs a la calle, y que las “uvas de la ira”<br />
empezaban a madurar peligrosamente.<br />
Vemos en todo caso que el keynesianismo es esencialmente liberal.<br />
Considera simplemente que el liberalismo no puede regularse por sí mismo,<br />
que el simple juego de la oferta y la demanda no es el motor que permitiría al<br />
capital crecer indefinidamente, y que es pues al Estado a quien le corresponde<br />
reconstruir las condiciones de crecimiento, para dejar paso posteriormente<br />
a los inversores privados. En 1934 Keynes escribe en una carta al New<br />
York Times: “Veo el problema de la recuperación económica de la siguiente<br />
forma: ¿Cuánto tiempo necesitarán las empresas ordinarias para acudir en<br />
ayuda de la economía? ¿A qué escala, por qué medios y durante cuánto tiempo<br />
los costes anormales del gobierno deben proseguir a la espera de dicha<br />
recuperación?”. Hemos subrayado “anormales”. Se ve claramente que la idea<br />
de Keynes no era de ninguna manera la de un control permanente y continuo<br />
del capital privado por el Estado o por diversas instancias internacionales.<br />
Keynes no era socialista. De hecho, estaba tan lejos del socialismo que en<br />
1931 escribió, en referencia al “comunismo”: “¿Cómo podría adoptar una doctrina<br />
que, prefiriendo el pan a las tortas, exalta al proletariado maloliente en<br />
detrimento de la burguesía y de la “intelligentsia”, que a pesar de todos sus<br />
defectos, son la quintaesencia de la humanidad y están ciertamente tras toda<br />
obra humana?”. Es verdad que la burguesía era entonces bien diferente a<br />
aquello en lo que se ha transformado, y que todavía no sentía la necesidad<br />
de lamentarse, junto a Viviane Forrester, sobre lo que ha convenido llamarse<br />
a despecho “el horror económico”.<br />
Para terminar, es necesario señalar que las teorías de Keynes tenían<br />
sus límites, y que el capitalismo tiene otros métodos para “impulsar las inversiones”:<br />
10 años después de la crisis de 1929, empezaba la guerra que iba a<br />
devastar el mundo, dar un golpe de látigo inesperado al progreso tecnológico,<br />
y hacer entrar el mundo industrializado en los felices años del consumo de<br />
masas. De hecho, Keynes en persona aportó su contribución a este “impulso<br />
de las inversiones” escribiendo un opúsculo titulado Cómo financiar la guerra.<br />
Lxs ciudadanistas pretenden criticar el liberalismo valiéndose de Keynes. Ya<br />
que tampoco pretendieron nunca ser anticapitalistas se deduce de ello que, si<br />
están contra el liberalismo sin dejar de ser procapitalistas, están por lo que se<br />
llamó en otro tiempo “socialismo”, es decir, capitalismo de Estado. Así se<br />
entiende mejor la presencia de trotskistas en sus filas. Pero, lógicamente,<br />
88<br />
Anteriormente, hemos comentado que el ciudadanismo acomodaba<br />
los restos del viejo movimiento revolucionario. El ciudadanismo quiere ser hoy<br />
“reformista” porque en el fondo el viejo movimiento revolucionario no constituía<br />
una superación del capitalismo sino su gestión por parte de la “clase ascendente”<br />
que algún día se esperaba que fuera el proletariado. La “gestión obrera”<br />
del capital se ha convertido simplemente en “reparto de la riqueza” o “<br />
tasación del capital”, la producción ha ido desapareciendo en favor del beneficio,<br />
del capital financiero y del dinero. Un eslogan francés proclama “De l’argent,<br />
il y en a, dans les poches du patronat” [Dinero sí que hay, en los bolsillos<br />
de la patronal]. Y es cierto, pero ¿en nombre de qué debería llegar ese<br />
dinero a los bolsillos de lxs proletarixs, perdón, lxs “ciudadanxs”? El viejo<br />
movimiento obrero, ya que no pudo llevar a la realización de la comunidad<br />
humana, se reduce, de forma obscena y reveladora, a conseguir parte de los<br />
beneficios capitalistas (aunque es importante comentar que si “sólo” se le pide<br />
dinero al capitalismo es porque sabemos que no podemos esperar nada<br />
más). Es sin duda motivo suficiente para desalentar a unx viejx revolucionarix,<br />
unx de aquellxs que creía que podría construir un mundo mejor. Pero si la<br />
creencia de que se podía construir ese mundo mediante la gestión obrera del<br />
capital ya era una ilusión, también lo es creer que se puede obligar al capitalismo<br />
a compartir sus beneficios para sumo contento de todxs lxs “ciudadanxs”,<br />
si aceptamos que su dinero puede darnos felicidad. El ciudadanismo<br />
aborda el centro de una ilusión que tiene un siglo de antigüedad, y dicha ilusión,<br />
de hecho ya muerta, está a punto de ser destruida.<br />
“Todo es nuestro, nada es de ellxs”, proclaman obstinadxs lxs manifestantes.<br />
Sin embargo, el capital, esa masa de dinero que sólo pretende acumularse<br />
mediante la dominación de la actividad humana, y por consiguiente,<br />
mediante la transformación de dicha actividad según sus propias reglas, ha<br />
creado un mundo en el que “todo es de él, nada es nuestro”. Y no incumbe<br />
únicamente a la propiedad privada de los medios de producción, sino también<br />
a su naturaleza y sus objetivos. El capital no se conformó con apoderarse de<br />
todo lo necesario para que la humanidad pudiera sobrevivir, lo que constituyó<br />
el primer paso de su dominación, sino que lo ha transformado, gracias a la<br />
industrialización y la tecnología, de forma que actualmente casi nada se produce<br />
para ser consumido sino sencillamente para ser vendido.<br />
Producir para satisfacer nuestras necesidades no puede venir del<br />
capitalismo. No queda prácticamente nada de la actividad humana precapitalista.<br />
El mundo se ha convertido realmente en una mercancía. El capital no es<br />
una fuerza neutra que, “orientada” convenientemente, podría engendrar la<br />
felicidad de la humanidad de la misma manera que provoca su perdición. No<br />
puede “descontaminar de la misma manera que contamina”, como pretendía<br />
unx ciudadanista ecologista, puesto que su propio movimiento lo conduce<br />
ineluctablemente a contaminar y destruir, o sea, el movimiento de acumula-<br />
93
y desarrollado (actualmente ya existen las premisas por ejemplo la posición<br />
anti-americanista desarrollada por José Bové y muchos otros). No obstante,<br />
la crítica del capital mundializado no tiene que enfrentarse con la posibilidad<br />
de volver al capital nacional, defendido por el Estado. Si esta alternativa muy<br />
improbable entrara en juego, lo más probable es que se desencadene una<br />
guerra. Como podemos ver, nada garantiza que el próximo movimiento social<br />
sea revolucionario.<br />
En todo caso, contribuirá a desenmascarar definitivamente el ciudadanismo,<br />
y puede que abra una nueva vía para retomar el muy viejo proyecto<br />
de transformar el mundo, más allá del Estado y del capital.<br />
V. Ciudadanismo y revolución.<br />
Todo el viejo movimiento revolucionario se basaba en el hecho de que<br />
lxs obrerxs tomasen las riendas del modo de producción capitalista, del que<br />
se sentían virtualmente dueñxs, visto el lugar efectivo que ocupaban en la<br />
producción. La automatización y la precarización de los años 70 han pulverizado<br />
ese lugar efectivo, que correspondía a una verdadera relación entre el<br />
proletariado y la producción. Algunxs radicales, como lxs de la Encyclopédie<br />
des Nuisances o G. Carmatte (de Invariance), intuyeron o teorizaron dicha<br />
transformación. Sin embargo, no podían salir de la antigua concepción de la<br />
revolución sin abandonar la revolución misma, y de hecho es lo que ocurrió.<br />
La Internacional Situacionista tan sólo preconizaba que “se emplearan mejor<br />
las fuerzas productivas” para crear situaciones mediante los consejos obreros.<br />
No vieron (pero, ¿cómo verlo en aquel momento?) que el modo de producción<br />
capitalista era capitalista y la automatización que ellos preconizaban<br />
no era un medio para liberar tiempo y “vivir sin tiempo muerto y disfrutar sin<br />
obstáculos”, sino tan sólo un modo de extraer beneficio para el capital. Y tras<br />
la “contrarrevolución” de los años 70-80, se han conformado con identificar<br />
esa producción que lxs obrerxs no pudieron recuperar como fuente de todos<br />
los males. En lugar de percibir la desaparición del viejo movimiento obrero<br />
como una nueva condición de un movimiento revolucionario naciente, y sobre<br />
todo como una oportunidad para ese movimiento, lo han vivido como una<br />
catástrofe. De hecho fue una gran catástrofe para ese viejo movimiento obrero,<br />
su certificado de defunción. La gran mayoría de la generación posterior a<br />
los movimientos del 68 se ha perdido en el vacío ocasionado por esa derrota.<br />
Y no pretendemos en absoluto reprochárselo, ya que ni en un día ni en veinte<br />
años se puede olvidar una concepción vigente durante un siglo.<br />
Hoy en día, se puede empezar a efectuar un balance. Desde 1995, hemos tenido<br />
el dudoso privilegio de poder observar como se reconstruía una ideología sobre las<br />
ruinas de la revolución. Hemos podido identificar rápidamente los nuevos aspectos de<br />
dicha ideología, pero hemos tardado mucho más tiempo en percibir su talante arcaico,<br />
es decir, lo determinada que estaba por la historia.<br />
92<br />
también se defienden de esto. Es realmente complicado saber que es lo que<br />
quieren.<br />
Afirmamos que actualmente -Nota. Este texto ya tiene alrededor de<br />
10 años- no hay ninguna crisis capitalista y ellxs, naturalmente, afirman todo<br />
lo contrario. En efecto, es necesario que haya una crisis para que se les necesite.<br />
La crisis es el elemento natural del reformismo. Creyeron encontrar una<br />
en el Sur-Este Asiático, pero esta crisis era más bien la prueba de que el capitalismo<br />
ha aprendido bien las lecciones de Keynes y que ya no cree que el<br />
liberalismo pueda regularse solo. Así es que la crisis asiática ha sido rápidamente<br />
sofocada, inclusive con algunas “consecuencias sociales”. Pero al<br />
capitalismo le traen sin cuidado las “consecuencias sociales”, mientras no se<br />
le ponga radicalmente en cuestión. Ya no habrá keynesianismo social, ya no<br />
habrá más Gloriosos Años Treinta. Eso también ha quedado atrás.<br />
Si lxs ciudadanistas pueden hablar de crisis, es que primero habló de<br />
ella el Estado. Desde hace 30 años, se dice que Francia esta en crisis. Esta<br />
“crisis”, real en su inicio, ha sido luego una forma de justificar la explotación.<br />
Hoy en día, es la “recuperación” la que juega este papel y lxs reformistas<br />
están fastidiadxs. Ello les obliga a reajustar su discurso, siempre calcado al<br />
del Estado, y aquellxs que nos hablaban de una crisis mundial generalizada<br />
nos hablan hoy de “repartir los frutos del crecimiento”. ¿Dónde está la coherencia?<br />
¿Dónde están pues esxs keynesianos antiliberales, esxs reformistas<br />
sin reforma, esxs estadistas que no pueden participar en el Estado, esxs ciudadanistas?<br />
La respuesta es simple: están en un callejón sin salida, en un<br />
impase.<br />
Puede parecer descabellado afirmar que un movimiento que ocupa<br />
tan manifiestamente todos los ámbitos de la contestación pueda encontrarse<br />
en un impase. Algunxs verán en ello una afirmación gratuita, dictada por no<br />
se sabe bien que resentimiento. Sin embargo hemos evocado más arriba la<br />
descomposición y la desaparición de un movimiento mucho más viejo y dotado<br />
de una base social infinitamente más amplia y combativa, sin haber adoptado<br />
para ello ninguna precaución oratoria particular, tan evidente nos parece<br />
hoy esa desaparición. De la misma forma pensamos que otro movimiento<br />
social es posible sobre bases, hasta la fecha, inéditas.<br />
IV. Ciudadanismo y ciudadanxs<br />
Cuando Ignacio Ramonet habla de desobediencia “ cívica “ y no de<br />
desobediencia “ civil “, marca una clara diferencia que muestra la relación que<br />
existe entre el ciudadanismo y su propia base. La palabra “civil” se refiere de<br />
forma objetiva y neutra alx ciudadanx de un Estado que no ha elegido nacer<br />
en él. El término “cívicx” define lo que corresponde a unx buenx ciudadanx,<br />
es decir, aquella persona que demuestra activamente que forma parte de ese<br />
Estado. Como lo podemos comprobar, la diferencia es esencialmente de<br />
89
carácter moral. En efecto, una de las fuerzas del ciudadanismo reside en ese<br />
carácter esencialmente moral, por no decir moralizador. Pasa fácilmente de la<br />
denuncia de la “crisis” a la propuesta de “repartir los frutos del crecimiento” sin<br />
tener en cuenta los hechos y sin realizar ningún análisis.<br />
Lo que cuenta es tener la posición más “cívica” posible, es decir, la<br />
más generosa, la más moral. Y por supuesto, todo el mundo se posiciona por<br />
la paz, contra la guerra, contra la “mala-comida”, por la “buena-comida”, contra<br />
la miseria, por la riqueza. En resumen, más vale ser ricx y gozar de buena salud en<br />
tiempos de paz, que ser pobre y estar enfermo en tiempos de guerra.<br />
En un mundo que se sitúa enérgicamente, un siglo después de<br />
Nietzsche, más allá del bien y del mal, lo que más se vende es la moral. Pero<br />
esa necesidad de consolación es imposible de satisfacer. Podemos ver por<br />
ejemplo el malestar que causó entre las filas de lxs ciudadanistas el penoso<br />
asunto de Givers. Esta revuelta tuvo la particularidad de ser al mismo tiempo,<br />
un resurgimiento arcaico de la agitación obrera y la manifestación de una desesperación<br />
muy propia de los tiempos de hoy. Unx ciudadanista se preguntaba<br />
desde las páginas del periódico “Le Monde”, durante el motín, si la acción<br />
de lxs obrerxs de CELLATEX podía ser calificada de “acción ciudadana”.<br />
Podemos contestar: el agua hasta el cuello, totalmente perdidxs, lxs obrerxs<br />
asalariadxs de Givers no disponían del optimismo y la inquietud bien pensante<br />
propia de lxs lectorxs del “Monde Diplomatique”, no son ciudadanxs y no<br />
actuaron como tales. La impotencia, que manifestaron lxs ciudadanistas para<br />
actuar en tales circunstancias, demuestra de sobra que tipo de reacción podrían<br />
tener en otras circunstancias, a escala más grande. Naturalmente no tardarían<br />
en llamar a la represión de lxs malxs ciudadanxs, en nombre de la<br />
democracia, del Estado de Derecho y de la moral. En efecto, el discurso del<br />
ciudadanista en “Le Monde” no iba encaminado a otra parte, ya que pretendía<br />
con su cuestionamiento insidioso (totalmente objetivo, por supuesto)<br />
impedir cortar cualquier simpatía que pudiera surgir y llamar a la razón lxs ciudadanxs<br />
para preparar la posible represión (que no tuvo lugar, naturalmente,<br />
ya que en la situación actual, lxs trabajadores no tenían otra opción que negociar).<br />
De todas maneras, es interesante ver cómo en esta mini-crisis, unx ciudadanista<br />
se apresura en proponer sus servicios de mediador al Estado. El<br />
ciudadanismo es potencialmente un movimiento contrarevolucionario. El<br />
ejemplo nuestra también que el ciudadanismo es incapaz de reaccionar ante<br />
movimientos que no han sido creados por él mismo.<br />
Por otro lado, es importante destacar que la base social delx ciudadanismo<br />
es mucho más amplia y difusa que la formada por militantes de asociaciones<br />
y de sindicatos. El ciudadanismo refleja las preocupaciones de una<br />
determinada clase media culta y de una pequeña burguesía que ha visto desaparecer<br />
sus privilegios y su influencia política a la vez que desaparecía la<br />
antigua clase obrera. La reestructuración mundial del capitalismo ha provoca-<br />
90<br />
do la caída del viejo capital nacional y por consiguiente, la de la burguesía que<br />
lo poseía y de las clases medias que ésta empleaba. La antigua sociedad burguesa<br />
del siglo XIX, oliendo todavía a Ancien Régime [Antiguo Régimen], ha<br />
desaparecido por completo.<br />
La consolidación del Estado y la crítica de la mundialización actúan<br />
como nostalgia de ese viejo capital nacional y de esa sociedad burguesa, así<br />
como la crítica de las multinacionales no es sino expresión de la nostalgia de<br />
los negocios familiares. Una vez más, se lamentan de un mundo que se ha<br />
perdido. Un mundo que se ha perdido dos veces, puesto que en el término<br />
“ciudadanx” también se refiere a la antigua denominación republicana, sin<br />
duda alguna a la del inicio de la revolución burguesa y no a la de la Comuna<br />
de París (aunque una reciente película interminable y voluntariamente anacrónica<br />
que trata el tema parece indicar que se quiere recuperar también a la<br />
Comuna). Pero esa revolución se llevó a cabo y nosotrxs vivimos en el mundo<br />
que ella creó. Lxs sans-culotte se sorprenderían si vieran la transformación<br />
que ha sufrido la República que ellxs mismxs ayudaron a construir, pero de la<br />
misma manera que es imposible vivir dos veces la misma situación, los muertos<br />
nunca regresan. No obstante, puede ser que futurxs sans-culottes vestidos<br />
de Nike anden algún día paseando por algún rincón de un moderno<br />
suburbio.<br />
Mediante el ciudadanismo las clases medias desheredadas reconstruyen<br />
su identidad de clase perdida. De modo que un local “bio” puede presentarse<br />
como “un escaparate de los estilos de vida y de pensamiento ciudadano”.<br />
¡Ojo! Que sepan las personas que no coman “bio” que no son “ciudadanxs”.<br />
Unx joven ciudadanista puede entonces llegar a simplificar rápidamente<br />
sus dudas sobre el proletariado: “¿Qué se puede esperar de ellxs? Van<br />
a comprar a Auchan (un supermercado)”.<br />
Lxs ciudadanistas no podrán, sobre las bases que ocupan actualmente,<br />
recuperar movimientos sociales más radicales ya que se encuentran visceralmente<br />
separados por completo de éstos. Llegado el momento, sólo<br />
podrán ofrecer al Estado que defienden una garantía moral para su represión.<br />
Las seudo-soluciones que proponen ante una situación de crisis real aparecerán<br />
como lo que realmente son, un medio para preservar el orden existente.<br />
Cuando importantes grupos de personas empiecen a buscar repuestas a<br />
sus situaciones concretas, las oposiciones abstractas y sin fin entre Estado y<br />
capital, “verdadera” democracia y democracia que vivimos o “economía solidaria”<br />
y liberalismo, son insuficientes. Un movimiento que surge de una gran<br />
crisis, es decir, del cuestionamiento de las mismas condiciones de existencia,<br />
no aguantará por mucho tiempo estos juegos.<br />
Sin embargo, como lxs ciudadanistas están ahí, podrán ocupar<br />
durante un tiempo la revuelta, la cual podría también tomar la forma de un<br />
nacionalismo exacerbado, nacionalismo que ellxs mismos habrán alimentado<br />
91
medida de nuestras posibilidades, hacer inteligible el mundo en que vivimos.<br />
En lo arbitrario del espectáculo, todo es cuestión de “puntos de vista”. Desde<br />
“su punto de vista, cada uno puede a la vez tener razón o no tenerla, y la indiferencia<br />
liberal respeto al otro se manifiesta en el respeto a todas las “opiniones”.<br />
La llamada “revolucionaria” a la subjetividad, residuo del surrealismo y<br />
del situacionismo vaneigemista [Vaneigem era miembro de la Internacional<br />
Situacionista], es hoy más reaccionaria que nunca, cuando el capitalismo<br />
mismo llama a la separación gozosa: “Soñad, nosotrxs haremos el resto”. Al<br />
contrario, debemos hallar de nuevo un lenguaje común. Sólo podremos realmente<br />
construir nuestra subjetividad siendo capaces, junto a otrxs, de captar<br />
la objetividad del mundo que compartimos. Entender es dominar, luego poder<br />
cambiar el mundo. Empezar a tratar de entender es reestablecer la comunicación<br />
con aquello que nos rodea, quebrar el hielo que nos separa.<br />
No hemos criticado a lxs ciudadanistas porque no tengamos los mismos<br />
gustos, los mismos valores o la misma subjetividad. Y tampoco hemos<br />
criticado a lxs ciudadanistas en cuanto personas, sino al ciudadanismo en<br />
cuanto falsa conciencia y en cuanto movimiento reaccionario, como se decía<br />
antes; es decir, como movimiento que contribuye a ahogar lo que todavía sólo<br />
está en germen. Lo hemos criticado históricamente, o al menos esa era nuestra<br />
intención.<br />
Tanto es así que no dudamos que una gran cantidad de personas,<br />
empalagadas por las contradicciones del ciudadanismo en su loable deseo de<br />
actuar sobre el mundo, se unirán un día a aquellxs que desean transformarlo<br />
realmente. No somos ni más ni menos “radicales” que el momento en el que<br />
nos encontramos<br />
ALAIN C.<br />
99
100<br />
PRÓLOGO CHORNOE ZNAMIA<br />
PÁG.1<br />
ÍNDICE<br />
DE PROLETARIADO A INDIVIDUO WILLFULL DESOBEDIENCE<br />
PÁG. 13<br />
YO NO HE FIRMADO EL CONTRATO SOCIAL SEVERO ROSCI<br />
PÁG. 19<br />
LA NO VIOLENCIA ES PATRIARCAL P.GELDERLOOS<br />
PÁG. 25<br />
EL DERECHO A LA EXPROPIACIÓN INDIVIDUAL SEV. DI GIOVANNI<br />
PÁG. 37<br />
EL CREPÚSCULO DE LAS MÁQUINAS JHON ZERZAN<br />
PÁG. 51<br />
LO NATURAL NO EXISTE CHORNOE ZNAMIA<br />
PÁG. 61<br />
DESARROLLAR RELACIONES DE AFINIDAD WILL. DESOBEDIENCE<br />
PÁG. 65<br />
GAMONAL PEÑA DE GAMONAL<br />
PÁG. 69<br />
EL IMPASE CIUDADANISTA ALAIN C.<br />
PÁG. 79
montar nuestro propio proyecto. Nadie limita a nadie, sólo, quizás,<br />
falta un poco de sentido común. Debemos de ser más optimistas, de<br />
ver que tenemos capacidades y que existen proyectos que llevan tiempo<br />
funcionando, puede que nunca rozando la perfección, pero sí que<br />
apuntando trazos correctos. Es obvio que de nosotrxs depende, principalmente,<br />
el resultado de nuestras luchas...<br />
Grupo Chornoe Znamia<br />
PALABRAS FINALES<br />
Quizás te preguntes qué es lo que ha motivado esta recopilación<br />
y edición. Principalmente nos han movido las ganas de compartir<br />
ciertos textos e ideas que considerábamos interesantes. Pensamos que<br />
la práctica de muchxs compañerxs antiautoritarixs es la acertada, aunque<br />
a veces lamentamos ciertos problemas que se producen en el contexto<br />
de las luchas autogestionarias. Este recopilatorio pretende ser<br />
una aportación a los debates existentes, a la par que una herramienta<br />
para poder aproximarse a parte de las ideas antiautoritarias...<br />
Vemos claramente que la vieja sociedad proletaria y su “lucha<br />
de clases” ha sido substituida en este occidente mercantilizado por la<br />
sociedad postmoderna y su ausencia teórica de conflictividad social. El<br />
ciudadanismo es la constatación, a nuestro juicio, de dicha visión de la<br />
realidad. La lucha de clases ha muerto, por lo tanto sólo queda reformar<br />
el Sistema... Quienes en ese contexto aún creen en la revolución,<br />
o incluso en la negación de todo proyecto, se encuentrann completamente<br />
noqueadxs. La postmodernidad ha confirmado que los viejos<br />
esquemas de lucha no nos sirven de gran cosa, puesto que todos han<br />
fracasado. Fracasó el proyecto anarcosindical, tuvo sus momentos en<br />
otra época, pero dificilmente, a menos que cambien de enfoque completamente,<br />
en nuestros días se podrían dar situaciones propicias para<br />
su desarrollo revolucionario. Por otro lado la crítica a los burocratismos<br />
existentes y manipulaciones constatadas en el medio asambleario<br />
tampoco nos aseguran grandes resultados prácticos bajo esos esquemas<br />
organizativos. Frente a esta constatación parte de las luchas<br />
actuales siguen los rígidos esquemas de otra lucha fracasada, que no<br />
fue otra que la “Autonomía”, que de proletaria sólo tuvo ciertas manifestaciones<br />
en Italia y en zonas del estado español en los 70. De esa<br />
“Autonomía”, ciertos sectores han sabido permanecer en un discurso<br />
combativo, sin embargo ese movimiento al márgen de partidos y sindicatos,<br />
basado en la democracia directa, demostró que, a menos que<br />
se sepa “controlar” la asamblea por parte de lxs elementos más activxs<br />
en los planteamientos revolucionarios, normalmente el Sistema conseguía<br />
vencer y en muchos casos integrar, dichos conflictos en su dinámica<br />
depredadora. No es que reneguemos de las asambleas, sencillamente<br />
pensamos que no hay que transformarlas en una finalidad,<br />
104 101
puesto que en el fondo no son otra cosa que un encarnizado campo de<br />
batalla político, de la oratoria y de las manipulaciones. Sencillamente<br />
la aceptamos como un medio, porque en la cultura dominante es la<br />
forma primaria de coordinación que las personas “de la calle” suelen<br />
utilizar en momentos de conflicto. Pensamos que la construcción de<br />
nuevas y viejas formas de lucha, no basadas en las asambleas sería lo<br />
deseable, sin embargo nos rendirnos ante la evidencia de que aún, la<br />
mayor parte de las personas que se proclaman revolucionarias son<br />
partidarias de la democracia directa como método organizativo y reflejo<br />
de la autogestión de la futura sociedad revolucionaria. Pensamos<br />
que es un error y mostramos nuestras dudas, sin embargo no rechazamos<br />
la solidaridad entre nuestras respectivas luchas.<br />
El gran gueto antiautoritario es, en realidad, la suma de varios<br />
micro-guetos. Existe el gueto presista, el anarcosindicalista, el okupa,<br />
el feminista, el antiespecista, el primitivista, lxs insus, etc. Cada gueto<br />
tienen activistas eficientes, sin embargo rara es la lucha que logra el<br />
apoyo solidario de los otros micro-guetos. Pensamos que muchas<br />
veces perdemos el tiempo en debates que, ciertamente, son necesarios,<br />
pero que si no van acompañados de resultados prácticos no conducen<br />
a ningún lugar. Si debemos de esperar a que una lucha sea lo<br />
“suficientemente pura” cómo para interesarnos, deberíamos quizás<br />
dedicarnos mejor a otra cosa. Sobre la realidad que vemos a nuestro<br />
alrededor es en dónde debemos de incidir. Nos guste o no, debemos<br />
de poner nuestros esfuerzos en luchar por lo que nos motiva y, no lo<br />
olvidemos, nos apasiona y divierte también. A veces parece que hay<br />
compañerxs que parecen haber olvidado eso, y permanecen en sus<br />
respectivas torres de Babel machacándose el cerebro con estériles<br />
debates ideológicos... No somos vanguardia de nadie, sencillamente<br />
expresamos lo que pensamos.<br />
Y pensamos que los contactos, a falta de una corriente hegemónica,<br />
son necesarios, así como las coordinaciones y campañas realizadas<br />
más allá del reducido círculo más afín. Y no nos lamentamos,<br />
ciertamente, esta falta de corriente hegemónica, de centro neurálgico,<br />
nos libra de muchos problemas y pone en el mismo plano horizontal a<br />
todas las luchas, a día de hoy sólo mediante la solidaridad entre explotadxs<br />
podemos conseguir que éstas, aisladas entre ellas, logren cierta<br />
incidencia y conflictividad social.<br />
¿Quienes somos? Lxs que no creemos en el ciudadanismo ¿Qué<br />
queremos? No ser explotadxs ¿Qué hacemos ante la explotación?<br />
Luchar para su total desaparición. ¿Cómo lo podemos hacer? Mediante<br />
la lucha individual y colectiva contra cualquier forma de explotación.<br />
Y para nosotrxs la explotación es el resultado de ciertas rela-<br />
ciones sociales y medioambientales que nos provocan, en un plano<br />
individual y/o colectivo, la pérdida de nuestra/s autonomía/s. Es decir,<br />
cuando nos explotan acatamos roles de sumisión y obediencia. Y ni<br />
queremos ser sumisxs, ni tampoco queremos ser obedientes.<br />
Queremos poder decidir sobre todxs los aspectos vitales que nos afectan.<br />
En otras palabras, queremos ser soberanxs de nosotrxs mismxs.<br />
Y sabemos que eso sólo es posible bajo el resultado de relaciones<br />
libres de explotación entre personas. Es bien sencillo, no queremos<br />
explotar ni ser explotadxs. Bajo estas premisas, bajo este tipo de relaciones,<br />
estamos seguro que nuestras luchas podrán salir de su aislamiento<br />
y, ciertamente, pensamos que ya empiezan a surgir proyectos<br />
antiautoritarios que logran salir de su respectivo y estrecho marco de<br />
actuación.<br />
Sobre la lucha pensamos que cada persona que ha decidido<br />
luchar por su libertad es lo suficientemente madura para plantearse<br />
hasta dónde quiere llegar en un momento determinado. No somos<br />
nadie para valorar si es correcto o no el uso de la fuerza, nuestro día<br />
a día, nuestras impresiones personales, decidirán si apoyamos o no<br />
ese recurso.<br />
Ciertamente, nosotrxs pensamos que en este momento, si aparece<br />
una lucha interesante, potenciar su radicalización, ya sea porque<br />
formamos parte de la misma lucha o porque desde fuera nos cause<br />
simpatías, es un linea de actuación acertada. No tenemos fórmulas<br />
mágicas, pero ganas nos sobran.<br />
Por otro lado, la radicalización de la lucha la entendemos como<br />
una generalización social del conflicto, intentando que el conflicto<br />
rebase el estricto marco identitario de orígen, que no deja de ser una<br />
muestra de rechazo al poder establecido basado en relaciones jerárquicas<br />
y explotadoras. La solidaridad entre luchas, entre espacios diferentes<br />
pero con muchas cosas en común, es un camino que podemos<br />
explorar, valorar y entonces, decidir si es el camino correcto o no. Tirar<br />
piedras a nuestro propio tejado sólo nos provocaría un permanente<br />
aislamiento. Posiblemente esta sea una de las causas de las muchas,<br />
quizás demasiadas, lamentaciones en el llamado movimiento antiautoritario.<br />
Nuestra crítica general al Sistema es acertada, tenemos un<br />
montón de espacios, ateneos, centros sociales, distribuidoras, locales,<br />
periódicos... Posiblemente si se potenciasen más, si en vez de abrir<br />
otro nuevo local en un barrio con dos o tres locales más afines, medio<br />
vacíos en algunos casos, nos integrasemos y potenciasemos lo existente<br />
lograríamos un mayor conocimiento mútuo y en algunos casos<br />
una mayor incidencia en la calle. Si igualmente, potenciamos un proyecto<br />
existente pero no nos acaba de convencer, siempre podremos<br />
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