El giro decolonial.indd - Patricio Lepe Carrión
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ciplinariedad nos permite ligar (link) los diversos elementos y formas del conocimiento,<br />
incluyendo, como veremos en la segunda parte de este texto, los<br />
conocimientos que la modernidad había declarado como dóxicos.<br />
Pero una universidad que piensa complejamente debe ser también una<br />
universidad que funciona complejamente. Esto signifi ca que debe hacer que<br />
sus estructuras también sean rizomáticas. Pienso, por ejemplo, en una universidad<br />
donde los estudiantes puedan ser coautores de sus propios planes<br />
de estudio, matriculándose, ya no en las estructuras fi jas de un programa en<br />
particular, sino en una red de programas. <strong>El</strong> estudiante podría navegar, así,<br />
entre diversos programas de maestría e incluso de pregrado, conectados en<br />
red, no sólo en el interior de una sola universidad sino entre varias universidades.<br />
Pienso en una estructura donde los profesores puedan pertenecer<br />
a varios departamentos a la vez, facilitando así el ejercicio de la transdisciplinariedad<br />
arriba descrito. Pienso en la utilización masiva de las nuevas<br />
tecnologías para la generación de programas virtuales, desescolarizados, en<br />
los que el aprendizaje pueda ser interactivo con las máquinas.<br />
Sin embargo, considero que el avance hacia una universidad transdisciplinaria<br />
lleva consigo el tránsito hacia una universidad transcultural, en la<br />
que diferentes formas culturales de producción de conocimientos puedan<br />
convivir sin quedar sometidos a la hegemonía única de la episteme de la<br />
ciencia occidental. Y esto por una razón específi ca: el pensamiento complejo<br />
permite entablar puentes de diálogo con aquellas tradiciones cosmológicas<br />
y espirituales, para las cuales la “realidad” está compuesta por una red de<br />
fenómenos interdependientes —que van desde los procesos más bajos y<br />
organizativamente más simples, hasta los más elevados y complejos— y<br />
que no pueden ser explicados sólo desde el punto de vista de sus elementos.<br />
Tradiciones fi losófi cas o religiosas en las que el entretejido es mayor que cada<br />
una de las partes (Bateson, 1997).<br />
LA UNIVERSIDAD TRANSCULTURAL<br />
<strong>El</strong> tema de la transdisciplinariedad en la universidad se encuentra unido<br />
a otro asunto no menos importante: el diálogo de saberes. No se trata sólo<br />
de que el conocimiento que proviene de una disciplina pueda articularse<br />
con el conocimiento proveniente de otra, generando así nuevos campos del<br />
saber en la universidad. Esto es tan sólo un aspecto al que probablemente<br />
nos llevaría la asimilación del pensamiento complejo, y del cual existen ya<br />
ciertas señales, aunque todavía tímidas. Pero el otro aspecto, el más difícil<br />
y que todavía no da señales de vida, tiene que ver con la posibilidad de que<br />
diferentes formas culturales de conocimiento puedan convivir en el mismo<br />
espacio universitario. Diríamos, entonces, que mientras que la primera consecuencia<br />
del paradigma del pensamiento complejo sería la fl exibilización<br />
transdisciplinaria del conocimiento, la segunda sería la transculturización del<br />
conocimiento.<br />
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