El giro decolonial.indd - Patricio Lepe Carrión
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de Occidente); por ello se erradica la coca (para que pueda concentrarse la<br />
escandalosa riqueza que proporciona su procesamiento: la cocaína); por<br />
ello se desprecia el conocimiento de las comunidades (para poder usurparlo<br />
mediante el pillaje de las patentes); por ello se silencian los levantamientos,<br />
bloqueos y protestas campesinas e indias de los Andes.<br />
Y a pesar de los esfuerzos de muerte, la razón terca y la palabra janiwa 26<br />
vuelven y vuelven a crecer. Así lo vieron con lucidez dos pensadores andinos,<br />
desde sus lugares distintos, coincidiendo en su análisis, en sus supuestos y<br />
en su propuesta desafi ante:<br />
Kay pata chiri jallp’akuna pampas ñuqanchikpata, ñawpa tatakunanchik saqisqanku,<br />
kaypi tiyakunchik. Chaytaqri mana chinkaq, mana tukukuq, kunankamapis<br />
kawsachkallanchikpuni, kay kikinpi saqisqas, kikinpi wañuq, kikinpi kawsaq. Mana<br />
waq llaqtamantachu rikhurinchik, kay kikin llaqtayuq kanchik, qhurajina kanchik<br />
mujumanta watanpaq watanpaq kutirin mana tukukuq, qhura jina mana tukukuq<br />
kanchik. [Estas pampas de las alturas son nuestras porque las hemos heredado de<br />
nuestros mayores y aquí vivimos. Y esto no se pierde, no se acaba nunca y hasta<br />
ahora permanecemos de generación en generación. No hemos venido de otros países;<br />
somos propios dueños de esta tierra, somos como la hierba que de la semilla retoña<br />
año tras año. Somos como la hierba: interminables]. (Vallejos, 1995, pp. 3-4)<br />
Urku ukshata kuchukpi, kutin wiñakshinami kanchik, shinallatakmi, urku ukshashina,<br />
pacha mamataka khatachishun. [Somos como la paja del cerro que se arranca<br />
y vuelve a crecer; y de paja del cerro cubriremos el mundo]. 27<br />
Al caminar por esta pasarela en torno a conceptos como eurocentrismo,<br />
colonialidad del poder, diferencia colonial, geopolíticas del conocimiento,<br />
interculturalidad, diglosia cultural y epistémica, mi esfuerzo y mi intento ha<br />
sido uno solo: usar la propia palabra y el propio saber para decir y pensar, con<br />
la ayuda de otros y otras, pero desde mi propio lugar. Si la interculturalidad<br />
no es un hecho constatable sino un proceso en construcción por prácticas y<br />
acciones concretas, como dice Walsh, es necesario esforzarse por refl ejar tal<br />
realidad también en el lenguaje. Y, entonces, resulta que la interculturalidad<br />
puede ser entendida más como verbo que como sustantivo, parafraseando la<br />
popular canción de Arjona. Interculturalizar la razón y la palabra es el camino<br />
por el que quisiera andar, no para asimilar, no para contemplar la esencia<br />
identitaria del otro/a, no para usufructuar su presencia y su acción; interculturalizar<br />
la razón y la palabra como camino de vida desde la confrontación, la<br />
crítica, el aprendizaje y la crisis.<br />
En este intento de entender la heterogeneidad cultural de Abya Yala, que<br />
resiste a los intentos de homogenizar la diferencia, de modernizar la tradición<br />
y de desarrollar el subdesarrollo, pareciera que no funcionan las fórmulas<br />
26 Janiwa signifi ca, literalmente, ‘no’, en aimara; en el habla popular boliviana andina es una<br />
palabra que se usa, de forma despectiva, para referirse a una persona obstinada y terca.<br />
27 Dolores Cacuango, citada en Raquel Rodas (1998, p. 52). Véase, además, el excelente análisis<br />
de este texto de Dolores Cacuango, que hace Armando Muyulema (2001, pp. 351-360).<br />
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