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El giro decolonial.indd - Patricio Lepe Carrión

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como resisten, se crean, se recrean y se regeneran los saberes y los decires en<br />

la(s) frontera(s), en el límite de los espacios de confrontación, y aún más allá<br />

de ellos. Por eso cerraré esta refl exión, acudiendo a las categorías de diglosia<br />

y de interculturalidad, como posibilidades de espacios interpretativos de la<br />

complejidad identitaria cultural y lingüística.<br />

DIGLOSIA CULTURAL, LINGÜÍSTICA Y EPISTÉMICA<br />

La sociolingüística ha desarrollado el concepto de diglosia, primero, pensando<br />

en variantes de una misma lengua y, luego, en distintas lenguas dentro de un<br />

determinado territorio. 22 Por diglosia generalmente se entiende la coexistencia<br />

confl ictiva, dentro de un territorio, de dos o más lenguas, o variantes de lenguas,<br />

en condiciones asimétricas de uso y valoración. De esta manera, una<br />

de las lenguas en cuestión acapara para sí todos los usos y funciones, mientras<br />

las demás restringen sus usos y funciones a los ámbitos doméstico y agrícola.<br />

A la variedad estándar, o superpuesta, se la llama A (alta), y a las variedades<br />

regionales, B (bajas). Cada variedad tiene funciones especializadas; por<br />

ejemplo, la variedad A sirve para dar sermones en la iglesia o en la mezquita,<br />

discursos en el Parlamento, conferencias en la universidad; para informarse<br />

de noticias por radio y en el periódico, para escribir poesía, etc. Mientras la<br />

variedad B sirve para dar órdenes a sirvientes y trabajadores, para conversar<br />

con la familia, amigos y colegas, para la literatura folclórica, etc.<br />

Lo interesante de esta repartición de funciones es que si el hablante de la<br />

comunidad en la que se dan estas situaciones no emplea la variedad apropiada,<br />

hará el ridículo. Y ello porque todos creen que A es superior a B y, a veces,<br />

incluso, niegan la existencia de esta última. Pero, al mismo tiempo, resulta<br />

interesante observar que dentro de este esquema de dominación lingüística,<br />

los hablantes de B, al estar obligados a usar A en algunos contextos, pueden<br />

moverse en uno u otro código, mientras que los que hablan A no pueden hacer<br />

lo mismo con B. Sin embargo, en cualquier caso, hay que tomar conciencia<br />

de que el fenómeno diglósico se da siempre en términos de adquisición y posición<br />

de prestigio de la variedad A, lo cual conlleva, obviamente, a relaciones<br />

de tensión y confl icto con las otras variantes involucradas.<br />

Este esquema sobre cómo funciona la diglosia y cómo permite a los grupos<br />

lingüísticamente subalternos moverse estratégicamente de un lado a otro en<br />

el escenario social, ha motivado a Lienhard a traspolar el concepto al ámbito<br />

cultural en general. 23 Este autor propone extender el uso del concepto de<br />

22 Para esta sección tomo como base la síntesis del desarrollo conceptual del término que<br />

ya he realizado en otro lugar. Véase Fernando Garcés (2002, pp. 12-15). Para un estudio<br />

más amplio del concepto y alcances del término diglosia, se puede consultar Xavier Albó<br />

(1998, pp. 126-155; y 1999); Robert Cooper (1989); Joshua Fishman (1995); Yolanda Lastra<br />

(1992); Luis Enrique López (1988) y Aurolyn Luykx (1998, pp. 192-212).<br />

23 Martín Lienhard (1996, pp. 57-80) y (1990, pp. 92-115).<br />

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