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EL BAMBUCO Y LOS SABERES MESTIZOS: ACADEMIA Y COLONIALIDAD DEL PODER EN LOS ESTUDIOS MUSICALES LATINOAMERICANOS Carolina Santamaría Delgado No es nueva la discusión que se ha venido desarrollando en los círculos académicos acerca de la erosión de las fronteras disciplinarias. En las Ciencias Sociales y las Humanidades, los límites del saber entre áreas como la antropología, la sociología y el psicoanálisis, cuyos campos de acción estaban antes muy claramente diferenciados, parecen haberse ido borrando progresivamente en los últimos veinticinco años. Corrientes de pensamiento surgidas en los años sesenta, setenta y ochenta, como el feminismo, los estudios culturales y los estudios poscoloniales, comenzaron a cuestionar seriamente las maneras como las disciplinas, y los discursos elaborados por las mismas, articulaban desigualdades de poder que eran parte constitutiva y particular de la cultura occidental. Al desmoronarse el ideal de la pureza absoluta de la objetividad científi ca heredado de la Ilustración, los viejos paradigmas de análisis cultural han tenido que ser nuevamente replanteados. Los estudios musicales, cuyas disciplinas de investigación, como la musicología, la etnomusicología y el folclor, operan no pocas veces con metodologías derivadas de las Ciencias Sociales, no han estado ajenos a todos estos cambios. En este medio académico, poco a poco se ha reconocido la condición del musicólogo como un sujeto posicionado, es decir, como alguien que analiza expresiones musicales desde un punto de vista social particular, de acuerdo con su momento histórico, su género, su estatus étnico y su clase social. La caída en desuso de la idea del musicólogo/observador-científi co como un ser neutral y objetivo se ha convertido en una preocupación, no solamente para los investigadores que se enfrentan con el trabajo de campo y los métodos etnográfi cos, sino también para aquellos que manipulan e interpretan partituras y documentos históricos. Al tener que enfrentarse, básicamente, con los mismos problemas para tratar de entender lo musical dentro de un marco cultural específi co, y desde 195
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EL BAMBUCO Y LOS SABERES MESTIZOS:<br />
ACADEMIA Y COLONIALIDAD DEL PODER EN LOS ESTUDIOS<br />
MUSICALES LATINOAMERICANOS<br />
Carolina Santamaría Delgado<br />
No es nueva la discusión que se ha venido desarrollando en los círculos académicos<br />
acerca de la erosión de las fronteras disciplinarias. En las Ciencias<br />
Sociales y las Humanidades, los límites del saber entre áreas como la antropología,<br />
la sociología y el psicoanálisis, cuyos campos de acción estaban<br />
antes muy claramente diferenciados, parecen haberse ido borrando progresivamente<br />
en los últimos veinticinco años. Corrientes de pensamiento surgidas<br />
en los años sesenta, setenta y ochenta, como el feminismo, los estudios<br />
culturales y los estudios poscoloniales, comenzaron a cuestionar seriamente<br />
las maneras como las disciplinas, y los discursos elaborados por las mismas,<br />
articulaban desigualdades de poder que eran parte constitutiva y particular<br />
de la cultura occidental. Al desmoronarse el ideal de la pureza absoluta de<br />
la objetividad científi ca heredado de la Ilustración, los viejos paradigmas de<br />
análisis cultural han tenido que ser nuevamente replanteados. Los estudios<br />
musicales, cuyas disciplinas de investigación, como la musicología, la etnomusicología<br />
y el folclor, operan no pocas veces con metodologías derivadas<br />
de las Ciencias Sociales, no han estado ajenos a todos estos cambios. En este<br />
medio académico, poco a poco se ha reconocido la condición del musicólogo<br />
como un sujeto posicionado, es decir, como alguien que analiza expresiones<br />
musicales desde un punto de vista social particular, de acuerdo con su momento<br />
histórico, su género, su estatus étnico y su clase social. La caída en<br />
desuso de la idea del musicólogo/observador-científi co como un ser neutral<br />
y objetivo se ha convertido en una preocupación, no solamente para los<br />
investigadores que se enfrentan con el trabajo de campo y los métodos etnográfi<br />
cos, sino también para aquellos que manipulan e interpretan partituras<br />
y documentos históricos.<br />
Al tener que enfrentarse, básicamente, con los mismos problemas para<br />
tratar de entender lo musical dentro de un marco cultural específi co, y desde<br />
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