Sobre las minorías lingüísticas - Biblioteca Nacional de Panamá

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Centro de Documentación de las Minorías Lingüísticas de Panamá
¿Por qué un proyecto sobre minorías lingüísticas? ©
Cuando se habla de minorías por lo común se hace referencias a las minorías étnicas; así se oye en los medios de
comunicación y así también se ven en los libros de texto cada vez con más frecuencia. Por lo tanto, quien vea por
primera vez el concepto "minorías lingüísticas“ puede reaccionar con sorpresa ante el hecho de que se hable de
minorías sin utilizar el concepto de grupos étnicos.
Más aún, las minorías étnicas las asociamos frecuentemente con conflictos políticos, sociales o religiosos, tal vez
influidos por las imágenes de los medios; puede que esa asociación negativa la extendamos sin darnos cuenta al
concepto de “minoría linguística“ y nos preguntemos: ¿Porqué dedicarle esfuerzos a grupos que según parece no
quieren integrarse plenamente a la vida nacional en sus respectivos países?
Por otra parte, al considerar el caso de Panamá también entra en juego otro factor que nos hace cuestionar la
atención a las minorías. Nos referimos a la imagen y a la realidad de Panamá como país pequeño y supuestamente de
"menor importancia" en los tratados de culturas regionales. No sorprende que México, Perú o un país con numerosa
población indígena lance un proyecto de este tipo, o que Brazil considere su herencia africana, pero todavía llama la
atención que Panamá afirme una continuidad y pluralidad cultural de este tipo.
Un ejemplo de estas imágenes sobre Panamá: en Alemania uno de los libros de cuentos infantiles más populares se
llama : "¡Oh, qué lindo es Panamá!. Es una historia muy entretenida, apropiada para el género, y hasta premiada,
pero representa a Panamá como un lugar inalcanzable y paradisíaco donde "todo huele a guineos". Para quienes han
crecido solamente con este acercamiento a Panamá causa sorpresa encontrarse con la realidad de un lugar con una
complejidad política y cultural.
Algunas de estas reacciones son procesos normales ante el encuentro de nueva información que desafía puntos de
vista e ideas que se dan por sentadas. Pero bien vale aclarar la relación entre los conceptos de minorías étnicas y
minorías lingüísticas. En primer lugar cabe explicar el sentido general del concepto de minorías en este proyecto.
Una minoría es...
Al hablar de minorías nos referimos aquí a un grupo con una cultura o una forma de actuar y pensar claramente
identificable y distinta de la "oficial" o dominante en un país. El concepto de minorías, por lo tanto nos ubica en el
sistema de los estados-nación, (repúblicas o países que surgieron después de la Época Colonial), y en ese contexto
nos señala los procesos de subordinación y desigualdad que se dan entre los distintos grupos culturales que conviven
en un país, a la vez que apunta también hacia procesos de cambio social y de pluralidad.
Importante es también resaltar que desde este punto de vista una minoría o "grupo minoritario" puede ser
numéricamente mayor que una mayoría!
El concepto de minorías étnicas y sus dificultades
Como indicamos arriba al mencionar la palabra minoría se procede a hacer una asociación casi automática hacia
minorías étnicas. El término étnico tiene una larga trayectoria en la historia de las ideas; ya los antiguos griegos
usaban el concepto ethnos para referirse a extranjeros o "gentiles“ (ver http://folk.uio.no/geirthe/Ethnicity.html para
detalles y una explicación más amplia sobre etnicidad).
El concepto guardó más o menos este sentido hasta el siglo XIX cuando se comenzó a darle a lo étnico el sentido de
lo racial. Es decir, un grupo étnico, se interpretaba entonces como una „raza“. Esta fijación en lo biológico y
apariencia física o corporal como elemento para discriminar entre un grupo humano y otro comenzó a perder terreno
a partir de los 1960`s.
En general puede definirse a una etnia como a un grupo identificable por compartir varios de los elementos tales
como: las mismas (o muy similares) costumbres, expresiones estéticas, lengua(s), religión o prácticas religiosas, o
inclusive, la misma interpretación de una apariencia física o trazo biológico. Muchas veces el grupo también cuenta
con el mismo"mito o historia de origen“. A veces se interpreta el sentido de grupo étnico como " pueblo", o "nación" o
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inclusive "tribu", pero en realidad no son términos equivalentes. Hay que aclarar bien en cada caso a qué se quiere
hacer referencia, teniendo en cuenta sobre todo el contexto socio-histórico.
Uno de los mayores problemas hoy día en definir a los grupos étnicos, sean minoritarios o no, recae en quién hace la
identificación, o hablando comúnmente, "quién pone la etiqueta" al supuesto grupo. ¿Se trata de los mismos
miembros del grupo en cuestión que se autopresentan como grupo étnico? O se trata de miembros de un grupo
dominante que decide resaltar uno u otro elemento juntando bajo una misma etiqueta a grupos que en realidad son
distintos los unos de los otros?
Debido a esta situación hay también una especie de desconfianza frente a la existencia de las minorías étnicas. Se
duda de si solamente son una fantasía de los investigadores, o una creación de extranjeros curiosos, o de individuos
que buscan una ventaja social a través de "ser diferentes" o inclusive de explotar un rol de víctimas de la
desigualdad.
El sentido de desconfianza tiene que ver con el hecho de que la representación, las imágenes que circulan (o hasta
se mercadean) sobre estas minorías tienen un trasfondo mitificante. Se tiende a representarlos como grupos
homogéneos, y donde prácticamente no existe ni competencia ni desigualdades o abusos entre sus miembros. En los
peores casos se glorifica implícitamente al grupo por ser una "raza pura", proyectando así viejas ideas de "jerarquías
raciales".
A veces estas representaciones mitificadas son ingenuos intentos para dar una imagen positiva de estos grupos; en
otros casos las razones no escapan a conveniencias políticas o profesionales. Esta postura mitificante puede ser útil
en un momento dado pero a la larga fozilisa la imagen del grupo.
Y más específicamente en cuanto al término "minorías étnicas" hay que considerar otro elemento: el de la relación de
acceso al poder y acceso a los recursos que existen entre un grupo étnico y los demás que conviven en un país o
estado-nación. Desde esta perspectiva no pocas veces se asocia al término minorías étnicas de forma negativa con
incesantes reclamos por "más" (más derechos, más recursos, etc.) y con los conflictos armados protagonizados
supuestamente o de hecho por grupos étnicos.
Tanto las imagenes (representaciones) homogéneas e ingenuas de las minorías étnicas como las imágenes
únicamente negativas que proyectan ciertos espacios y medios de comunicación resultan en detrimento de la
autonomía y libertad de expresión del grupo. Ambas fomentan desconfianza y actitudes negativas pre-existentes por
parte de la sociedad dominante. 1
"Etnias" y "étnico": el lado positivo
La receptividad negativa y los problemas con el término minorías étnicas son lamentables porque como ya se
señaló arriba, la adopción del término "etnia" en las ciencias sociales a partir de los 1960´s representa en realidad un
giro positivo en la historia de las ideas. Estos términos tomaron auge como una alternativa al concepto de razas para
referirse a grupos humanos. Al hablar de etnias se resalta que la pertenencia a un grupo humano, a una colectividad
tiene mucho o casi todo que ver con ideas, mentalidades y factores ambientales, inclusive económicos, más que con
hechos biológicos o genéticos.
La toma de conciencia de esta realidad conduce a que el concepto de raza para denominar a grupos humanos haya
ido perdiendo validez, y a que los sistemas y mecanismos sociales basados en ideas de superioridad racial sean
puestos en evidencia 2
1 Es interesante acotar que en Europa dicho concepto se reserva para hablar en los medios de la situación en Africa y en Europa,
pero que al describir su propia situación "multicultural" se prefiere el término de "inmigrantes" inclusive en tercera o cuarta
generación.
2 Un ejemplo: los confllictos que se dieron en Ruanda y Burundi en los años 1990 en Africa. Allí la prensa reportó "conflicto
interétnicos" entre Huttus y Tutsis. El uso por los medios de comunicacion del termino "conflicto interétnico" da la impresión de ser
más una conveniencia que una confrontación decidida con la compleja situación política, económica y étnica del área.
Lamentablemente este uso cómodo de lo "interétnico" reafirma la idea que en Africa todos son "de la misma raza".
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El papel de las lenguas en la diferenciación y cohesión de los grupos humanos
No es un secreto que el lenguaje juega un papel importante en el sentido de ser parte de un grupo étnico. Ya sea
que se hable una lengua completamente distinta a la lengua oficial del país, o que el grupo cultive un dialecto de la
lengua oficial, o tenga un amplio repertorio lingüístico. Lo interesante es que este fenómeno de lengua como forma
de identificación, o como medio para sentirse parte o no del grupo funciona no solo para grupos étnicos, sino que
está presente en nuestra cotidianidad en muchos otros contextos.
Al respecto damos algunos ejemplos:
• La llamada „comunidad científica“: Esta comunidad formada por personas que comparten los resultados de
sus trabajos en algún campo de la ciencia. No importa su primera lengua, las científicas y científicos en todo
el mundo reconocen que es importante aprender inglés para conocer los adelantos de sus colegas y dar a
conocer su propio trabajo. Antiguamente se utilizaba el alemán, el francés o el latín para este propósito.
• También es fácil observar que en la sociedad siempre se están creando modas o nuevas formas de hablar.
Las y los adolescentes, por ejemplo, les recuerdan a los mayores a través de su forma de hablar que las
barreras generacionales están allí y que las distintas generaciones forman distintas "clases de grupos". Las y
los adolescentes con frecuencia crean su propio vocabulario o estilo de hablar (incorporando el conocimiento
de nuevas tecnologías) para identificarse con personas de su edad y de su situación socioeconómica y dejar
al mundo adulto "fuera de onda".
• Otra situación bien conocida es la de quienes deben aprender una lengua antigua o "clásica" para poder ser
parte de una comunidad religiosa. Distintas religiones salvaguardan sus textos sagrados en lenguas antiguas
o místicas. Los miembros de estas comunidades religiosas debe tener la capacidad de entender estas
lenguas y más aún, algunos de sus miembros deben dominarlas completamente si desean llegar a
convertirse en las autoridades espirituales de estos grupos.
El lenguaje es un recurso único, práctico y obvio para construir diferencias o parecidos y para marcar barreras a nivel
profesional, religioso, generacional, o étnico. Puede manejarse o aprovecharse a distintos niveles: desde elegir cuál
lengua se hablará en un momento dado, hasta manipular detalles estéticos del lenguaje que dan forma a la poesía,
los chistes, e inclusive las "formas de cortesía".
Un tipo de colectividad humana que ha demostrado una preocupación muy especial por el lenguaje son los "estadosnación"
o repúblicas independientes, un sistema mundial político que se consolidó en el siglo XIX y que es el que hoy
día rige. En el marco de las ideas de entonces se fortaleció la creencia de que los miembros de estado-nación
estaban ligados por "naturaleza" a una sola lengua, una idea que venía tomando auge desde mucho atrás. Lealtad a
la patria era sinonimo de lealtad a la lengua de la patria, y considerar más de una lengua como propia era razón de
sospecha. En realidad, estas ideas tenían estrechos vínculos con interpretaciones erradas de la Evolución como
evidencia de superioridad de una "raza" sobre otra, algo que se extendía a la valoración de las lenguas. De allí que se
hablara de "lenguas primitivas" y "lenguas civilizadas".
Pero a medida que el concepto de "grupos raciales" comenzó a ser cuestionado esta idea de solo una lengua para
cada una nación o un país también comenzó a desmoronarse.
No obstante, todavía se recurre con éxito al argumento de que cada estado-nación (cada república o país
independiente) funciona mejor cuando apoya única y exclusivamente a una lengua. En este contexto la lengua es
considerada implícitamente uno más entre los diversos "símbolos nacionales". Quienes comparten esta perspectiva se
plantean algo como lo que sigue:
"Cierto que hay una '"diversidad de gentes" viviendo en nuestro suelo; pero ningún país tiene dos banderas, o dos
escudos de armas, o dos himnos nacionales… ¿ porqué entonces tener más de una lengua? Además, no resultaría el
bilingüismo o plurilingüismo una carga para la economía?".
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El plurilingüismo ilegítimo
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Este ideal de sólo una lengua por país (de monolingüismo) parece ser ventajoso y eficiente sobre todo en cuanto a
costos; pero una mirada más profunda nos revela algunos problemas.
Aquí analizamos estos problemas en dos situaciones en el Nuevo Mundo (Abya Yala). Nos referimos al caso de los
llamados "Amerindios", los descendientes de los pobladores del continente antes de la incursión de los europeos en el
siglo XV y también a los descendientes de las niñas y niños, mujeres y hombres de diferentes etnias africanas que
fueron secuestrados y traídos al Nuevo Mundo por el inhumano sistema de esclavitud de los gobernantes coloniales.
Estos grupos han logrado mantener una identidad propia a través de 500 años de etnocidios, esclavitud, persecución,
represión y pobreza. Y más asombroso, algunos de los grupos sobrevivientes han mantenido sus lenguas a pesar de
encarnizadas ofensivas de políticas pro-"monolingüismo nacional".
Y es que aunque los miembros de estos grupos demuestren que dominan la lengua nacional o se interesan en
aprenderla, la presión por el monolingüismo no cede fácilmente. Las puertas a una vida de bilingüismo legítimo
continúan cerradas para estas clases de grupos étnicos. Con la excepción del Paraguay, que reconoce a una lengua
indígena (el Guaraní) como lengua oficial y nacional además del español, las lenguas de estos grupos continúan
siendo vistas como de poco valor práctico, o juzgadas como deficientes o primitivas en su estructura, y peor aún
como una amenaza para la unidad nacional.
En la cotidianidad el uso de estas lenguas "menores" y minoritarias en público provoca con frecuencia irrisión,
sospecha, o en el mejor de los casos indiferencia. Esta presión social afecta no solamente la motivación de enseñarle
a las generaciones nuevas sus lenguas propias, sino que también mina la capacidad de hacerle frente a la influyente
mentalidad de que el bilingüismo en casa interfiere con los procesos de escolaridad.
Otros aspectos relacionados con esta actitud se refieren a la ignorancia por parte de la sociedad dominante del valor
de las tradiciones verbales o el potencial literario de estas lenguas. También hay poca disposición para aceptar que
algunas y algunos de sus hablantes estén teniendo acceso a las más modernas tecnologías de la comunicación,
utilizándolas y apropiándoselas, enriqueciendo así las posibilidades de estos medios.
Las actitudes aquí descritas continúan arraigadas a pesar de los esfuerzos para desarrollar e implementar programas
bilingües que tengan como fin la continuidad de estas lenguas minoritarias.
Para el caso de Panamá el documento del Ministerio de Educación de Panamá sobre Educación Intercultural y Bilingüe
(que todavía no contempla las lenguas Creoles) recoge por una parte algo de las dificultades, transformaciones y
logros de estos programas. Con motivo de la presentación al público de los documentos de dicho programa (agosto
del 2005) los dirigentes de los distintos grupos indígenas manifestaron su sentir frente al desarollo de programas
oficiales, reconociendo los progresos y presentando con igual claridad sus cuestionamientos y experiencias 3 .
En realidad, aún queda mucho por hacer en cuanto a la recepción de estos programas por parte de la sociedad
nacional; el tomar en serio las dudas y cuestionamientos frente a estos programas y la necesidad de refutar los
argumentos pseudocientíficos a favor del monolingüismo todavía están pendientes.
Aquí queremos acercarnos precisamente a dichos cuestionamientos y dudas acerca de los programas para la
educación bilingüe e intercultural. Para comenzar las reformulamos como preguntas sencillas:
1. ¿Porqué es importante invertir en la continuidad de lenguas "menores" como las de las
minorias linguisticas?
3 Sobre este tema la tesis de Keyla Price recoge de primera mano entrevistas originales y referencias para el caso específico de la
comunidad Kuna o Tule. Dicha tesis y los documentos del Programa de Educación Bilingue están disponibles en la Sección "Lenguas
y Voces“ de esta Plataforma.
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2. ¿No es más eficiente colocar los recursos en mejorar los programas de bilingüismo legítimo, es
decir, en la enseñanza de lenguas "mayores" y "útiles" como el inglés o el francés?
3. ¿No sería lógico enseñar las "lenguas minoritarias" solamente una vez que la lengua del país
este bien aprendida, es decir, que las y los escolares de las minorias linguisticas demuestren
lealtad a la lengua nacional?
Ahora bien, hay otro punto de vista "pro-monlingüismo" que ni siquiera tendría cabida en estas preguntas. Según
esta postura la continuidad existencial y cultural de un grupo humano, sea minoría o no, tiene poco o nada que ver
con su lengua! Quienes piensan así harían otro tipo de preguntas, tal vez:
4. ¿Qué les impide a los grupos minoritarios, a los grupos indígenas por ejemplo, seguir adelante
con su cultura usando una lengua distinta?"
Todos estos cuestionamientos deben ser debidamente aclarados, y no simplemente atacados o ignorados si se quiere
que los programas para la Educación Intercultural y Bilingüe se desarrollen exitosamente. Al aclarar estas dudas se
evita que se considere el bilingüismo hacia las lenguas mayores (inglés, francés, mandarín, etc.) como legítimo (con
razón a lo práctico y utilitario) en contraposición al multiingüismo de las minorías lingüísticas que quedaría
representado como ilegítimo por ser supuestamente impráctico, oneroso, y hasta divisorio.
Algunas Respuestas
Para aclarar los argumentos o dudas que describimos arriba podría recurrirse al tema de los derechos humanos, o
inclusive al de principios morales. Seguramente que estos campos del pensamiento ofrecerían material para refutar
cualquier duda sobre la legitimidad del plurilingüismo de las minorias lingüisticas . Pero en la práctica, la defensa de
los derechos humanos opera a base de persuasión, y la conformidad a los derechos de las minorías --de cualquier
tipo-- está condicionada por listas de prioridades nacionales.
Por eso se hace imperativo dar respuestas que partan desde otra perspectiva, que aunque relacionada con la anterior
proporcione evidencia concreta. Aquí consideramos la evidencia científica desde la lingüíistica, para explicar todo lo
que no se pierde cuando las minorías en cuestión tienen la posibilidad de continuar utilizando y nutriendo sus
lenguas propias. La palabra "todo" aparece con doble énfasis porque es mucho más que un sistema de combinación
de sonidos o conjunto de palabras que desaparecen cuando una lengua como las que aquí se consideran deja de ser
hablada.
Si bien es cierto, hemos aclarado ya un poco el hecho de que el lenguaje juega un papel importante en dar cohesión
o diferenciar a grupos de todo tipo, incluyendo aquellos que no son minoritarios (la comunidad científica, grupos de
adolescentes y demás que ya hemos mencionado, entre otros).
Lo prioritario es aclarar que hay una diferencia importantísima entre 1) la relación o nexo de esos
diversos grupos con la lengua o uso del lenguaje y 2) entre el vínculo de las minorías lingüísticas que
aquí consideramos con sus propias lenguas.
La densidad del nexo lengua-cultura-sociedad para el caso (2), es decir, entre las minorías lingüísticas que aquí
consideramos y sus lenguas no es un objeto o un "hecho material“ en sí. Ese nexo es el producto de un uso
prolongado de las lenguas autóctonas; tanto así que podemos llamarlas lenguas "ancestrales", siguiendo al
linguista Anthony Woodbury (1993), cuyo trabajo discutiremos mas adelante. Con esto se quiere resaltar
que se trata de un proceso histórico y que el uso de la lengua es tan antiguo que no se puede dar fácilmente razón
de cuándo y cómo estas sociedades adquirieron y fueron dándole forma a sus sistemas del habla.
Por ser este nexo tan antiguo tanto la forma como la función de la lengua autóctona tienen una orientación altamente
local, es decir, que esta muy adaptada y especializada al entorno de sus hablantes.
Las minorias lingüísticas de las que aquí nos ocupamos son en su mayoría sociedades pequeñas y relativamente
homogéneas, donde inclusive se practican de forma importante patrones de subsistencia económicos pre-industriales.
En su categorización de formaciones étnicas el antropólogo Thomas Hylland Eriksen se refiere a grupos de este tipo
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sencillamente como "grupos indígenas" y los contrasta por ejemplo con las "minorías étnicas urbanas" (ver
http://folk.uio.no/geirthe/Ethnicity.html).
La característica de lo "ancestral" en el vínculo lengua-cultura-sociedad entre estos grupos indígenas destaca cómo el
paso del tiempo ha permitido comprimir capa tras capa de significados en muchas de las palabras y expresiones de
sus lenguas, y en las prácticas asociadas con ellas. Estas capas de significados tienen su continuidad y dinamismo en
cuanto a que son creadas, aprendidas, usadas y transmitidas por los propios miembros del grupo.
El hecho distintivo es que el vínculo entre el grupo y su lengua es incomparablemente más denso, rico y complejo en
el caso de las minorías lingüísticas que consideramos aquí, que en los casos de otros grupos de redes sociales
transitorios o más recientes.
Detalles concretos
El lingüista Anthony Woodbury ha resumido los rasgos que caracterizan el optimo y estrecho vínculo entre los grupos
indígenas y sus lenguas ancestrales (http://studentorgs.utexas.edu/salsa/Proceedings%201993.htm#Woodbury)
dando ejemplos concretos para una comunidad de lengua Athabaskan (en Alaska).
Woodbury utiliza ese ejemplo concreto para demostrar que las lenguas en cuestión no pueden ser reemplazadas tan
fácilmente, y sin consecuencias negativas. En la mayoría de los casos sencillamente el grupo no puede continuar
como entidad cultural con otra lengua que no sea la suya. En los párrafos a continuación resaltamos algunos de los
principales puntos en los que se sostiene el argumento de Woodbury.
• En primer lugar, Woodbury nos recuerda que no se trata sencillamente de dejar una lengua por otra, pero
que se trata de tener que usar la lengua de otro grupo. En este cambio lingüístico, el valor
emblemático de esta lengua ocupa un papel importante.
A través de diversos estudios se ha demostrado que una lengua actúa como emblema para un grupo y sus
valores. En el caso de los grupos indígenas entonces, resulta ingenuo esperar que estos grupos tengan la
inclinación de reproducir sus prácticas culturales en una lengua „mayor“ que generalmente ha servido para
marginarlos.
• En segundo lugar, Woodbury incorpora el concepto lingüístico de enfoque. Este concepto es utilizado para
evaluar hasta qué punto un grupo se percibe a sí mismo como una comunidad, y cree que su lengua es un
hecho real (--que es una lengua y no otra cosa), y es "suya", de su propiedad.
Al hablar de enfoque linguístico pueden también incorporarse los conceptos desarrollados por el antropólogo
Richard Adams cuando presenta sus ideas de etnicidades externas e internas. Al usar ambos
paradigmas, sería de esperar que una comunidad que tiene un alto índice de enfoque lingüístico tenga
también una etnicidad interna bien consolidada. Es decir, que el grupo étnico como tal no existiría solo en la
visión, fantasías, percepciones y necesidades políticas de otros, (es decir que „las etiquetas“ no vienen de
afuera o surgieron por imposición), pero que los miembros de la comunidad por sí mismos tienen una idea
clara de quiénes son en cuanto a grupo humano al contrastarse con otros, que producen sus propias formas
culturales, y sus propias normas de orden social.
Pero cómo se desarrolla este alto nivel de enfoque lingüístico? Como ya se mencionó arriba, el paso del
tiempo parece ser un factor clave en este proceso. Quienes hablan lenguas ancestrales son miembros de un
grupo que han invertido muchas generaciones en darle forma a su lengua: han creado reglas
gramaticales (que no tiene nada que ver con la existencia de formas escritas de la lengua) a través del uso
repetido de ciertas formas, y han creado también una "etiqueta comunicativa" no escrita (como saludar,
como dirigirse unos a otros con cortesia segun el caso, como conversar bien, etc.).
• Más importante aún, la comunidad ha ido codificando elementos de su cultura material y su paisaje no sólo
en sus expresiones y en el vocabulario, sino en la propia gramática. Las palabras y expresiones y sus
combinaciones con las posibilidades gramaticales se vuelven ricos símbolos que no solo tienen un siginficado
superficial y referencial, sino que evocan paisajes, geografías, formas de conducirse y de imaginar
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colectivamente las fuerzas positivas (o del bien) y las fuerzas del mal (o negativas). (ENLACE A EJEMPLOS
POR COLOCAR)
• El prolongado nexo entre la lengua y el grupo tambien les ha permitido desarrollar categorías de arte verbal,
que van de expresiones cotidianas y triviales, a formas rituales y sagradas. Inclusive la capacidad de
expresar aspectos morales del yo colectivo social han sido facilitadas a través de esta larga relación entre
lengua y cultura. En pocas palabras: la lengua ha ido tomando forma para llenar las necesidades
del grupo y su forma de hacer las cosas. Esto es lo que hace que la lengua se haya vuelto muy
"del grupo" y lo que soldifica la etnicidad interna.
En resumen, la lengua ha servido de apoyo y material de construcción para la estabilidad
cultural del grupo, y llega a orientar su visión del mundo (Weltaanschaung). El desplazar la
lengua ancestral con una lengua de otro grupo, en particular de un grupo dominante, afectaría
todas estas dimensiones.
• Woodbury resalta en consecuencia la pérdida de control sobre las alternativas gramaticales como un ejemplo
evidente del impacto de este desplazamiento lingüístico. El grupo cuya lengua ancestral es desplazada tiene
poco que decir, o se le permite decir muy poco, sobre los aspectos gramaticales de las lenguas impuestas o
importadas. Por supuesto que un grupo indígena minoritario puede desarrollar su propia variante de la
lengua dominante, lo que hasta puede funcionar para identificarles como grupo. Pero al no encontrarse en
una posición de igual, la nueva variante lingüística tenderá a ser estigmatizada, en vez de servir de
afirmación cultural en relación a la sociedad dominante.
No significa que la existencia de un grupo étnico que constituye una minoría lingüística no sea viable si experimenta
un desplazamiento linguistico, ni que ninguno de estos grupo considere como ventajoso estos cambios en algun caso
especifico; se trata de comprender lo que se acaba o pierde cuando estos desplazamientos ocurren: que en la
mayoría de los casos el nexo lengua-cultura-sociedad no puede ser cortado sin que el grupo pierda parte de su
identidad y el patrimonio cultural de la humanidad pierda parte de su memoria histórica.
¿Y las comunidades Creoles?
En nuestra discusión de minorías lingüísticas hemos enfatizado hasta ahora el caso de las comunidades indígenas del
Nuevo Mundo, resaltando el aspecto ancestral de sus lenguas y el prolongado nexo de la relación entre lengua,
aspectos cogniscitivos, cultura y sociedad. Bajo esta perspectiva, ¿qué tiene que ver entonces el concepto de minoría
lingüística con las lenguas Creoles y sus hablantes?
Para encontrar respuestas trataremos aquí también partir de preguntas más específicas que recogen muchas dudas
en los encuentros cotidiandos con estas lenguas. Mucho tiene que ver con la necesidad de aclarar qué son las
lenguas Creoles y cómo surgieron. Nos basamos en gran parte al abarcador y riguroso estudio de Claire
Lefebvre (2004) cuyo trabajo ha puesto un poco de orden en las divergentes interpretaciones que cursan hasta ahora
sobre la naturaleza de las lenguas Creoles
1. ¿Al usar el término „lengua Creole“ estamos hablando de lo mismo que por ejemplo el "francés
patois“ (Patwá o Patuá), o el llamado "inglés chombo"?
En general sí, al igual que la lengua oficial de Haití que se llama Kreole. A continuación iremos dando detalles
para aclarar el término.
2. ¿Son las lenguas Creoles variantes del inglés o francés solamente o hay también Creoles
de otras lenguas?
Históricamente se dice que las lenguas más creolizadas son el inglés y el francés, aunque todavía queda mucho
por estudiar al respecto. La mayoría de los estudios enfocan en Creoles relacionados al inglés o al francés,
especialmente del Caribe debido a que en la Época Colonial, millones de hombres y mujeres existieron como
esclavos dominados por una minoría europea. El caso de Creoles relacionados al español sigue siendo un tema
con mucho por decir.
Ahora, teóricamente hablando la linguística nos aclara que cualquiera lengua puede experimentar un proceso
de creolización.
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Y en realidad esta pregunta (2) tiene un problema. Una lengua Creole no es sencillamente una „variante“ (una
forma distinta) del inglés o del español o de otra lengua. Las lenguas Creoles son mucho más complicadas que
esto. Lo explicaremos más adelante.
3. ¿Cómo puede decirse que las lenguas Creoles son "lenguas“ distintas si cuando uno las oye suenan
a inglés o francés "mal hablado“?
En primer lugar existen varios Creoles que "suenan" a inglés, o a francés o a otra lengua "mayor", pero en
realidad esta impresión es sólo una parte de lo que la lengua es en realidad. Lo que ocurre es que aunque el
vocabulario de la lengua Creole abunde en palabras que suenan a inglés o francés (dado el caso), la lengua NO
ES inglés o francés desde el punto de vista de la GRAMÁTICA.
4. ¿Por qué entonces los hablantes de estos Creoles les llaman a su lengua "inglés“ por ejemplo, y no
otra cosa?
Lo más interesante de las lenguas Creoles es que su estudio nos fuerza a reconciliar los aspéctos técnicos
lingüísticos con los procesos sociales e históricos en que se usan estas lenguas. Aunque es de rigor ver
elementos formales, históricos, sociológicos y etnográficos por separado para su examen, a la hora de llegar a
conclusiones hay que tener una visual integral del uso de estas lenguas para poder comprender su naturaleza.
Desde esta perspectiva "discursiva“ hay que aceptar que las personas que hablen Creoles llamen a sus lenguas
que suenan como inglés sencillamente "inglés". Esto no significa que estas personas no sepan que hay
diferencias entre sus lenguas y el inglés estandard o dominante; la denominación tiene una razón histórica y
puede ser una ventaja para el grupo en ciertos contextos.
5. ¿En el caso de los Creoles del inglés por ejemplo, si suenan como inglés, y sus hablantes le llaman
inglés, por qué no son inglés („mal hablado“)?
Una lengua Creole es:
a) Una nueva lengua que surge a partir de una base de varias lenguas (nunca de una sola lengua
b) La base multilingüe de la que surge ha tenido una jerarquía social como sigue
• Una lengua dominante (L1) hablada por el/los grupo(s) étnico(s) de mayor jerarquía
socioeconómica y con gran control sobre los recursos.
• Varias lenguas pertenencientes a grupos étnicos subordinados (hablantes de L2, L3, L4, etc.)
• Las lenguas de los grupos subordinados generalmente tienen estructuras gramaticales
parecidas, pero vocabularios distintos de forma de que al principio tienen dificultades tanto
para comunicarse entre sí, como también para comunicarse con el grupo dominante (L1).
c) Las transformaciones necesarias de las distintas lenguas de base y su convergencia en una lengua nueva
se dan en un periodo relativamente rápido (dos o tres generaciones) en comparación con los cambios que se
dan en las gramáticas y vocabularios de otras lenguas.
6. ¿Por qué surgen lenguas nuevas en vez de sencillamente aprender la lengua del grupo dominante.
No es más lógico?
Debido a la estructura socioeconómica (históricamente se trata de explotación laboral de los grupos subordinados) los
hablantes de los grupos subordinados tienen solamente acceso marginal o restringido a la lengua dominante (L1) y su
aprendizaje formal es prácticamente imposible.
7. ¿Entonces porqué no se escoge una lengua común, (lingua franca) de entre las de los grupos
subordinados?
Porque no existen grandes ventajas en perder la lengua propia para tomar la de un grupo que también se encuentra
en una situación desventajosa. En realidad, es probable en situaciones donde había una gran número de lenguas
subordinadas haya una lengua que aporte más que las otras, e inclusive que haya lenguas subordinadas cuyo aporte
pueda desaparecer en el proceso de la formación del Creole.
8. ¿La lengua que se forma de este „encuentro de lenguas“, es decir, la lengua Creole es entonces una
mezcla de la lengua dominante y todas o algunas de las lenguas dominadas o subordinadas?
Sí, pero no es una mezcla al azar. Se trata de un proceso sistemático y que puede ser científicamente descrito. Se
produce una gramática definida y un vocabulario nuevo basado en un inventario de sonidos ya presentes,
pertenecientes a las lenguas subordinadas.
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http://www.uni-lueneburg.de/fb3/suk/akpam
http://www.binal.ac.pa/panal/
Centro de Documentación de las Minorías Lingüísticas de Panamá
9. ¿Cómo es posible que las lenguas se mezclen a tal punto, si ya se dijo que los grupos subordinados
no tenían la posibilidad de aprender la lengua dominante, y que no tenían mucho acceso a ella?
Cierto, la lengua L1 no podía aprenderse sistemáticamente, pero siempre era necesario el contacto entre los grupos y
rápidamente los miembros de los grupos subordinados se vieron obligados a reconocer un número de palabras
sueltas de la lengua dominante. En los procesos de creolización, según Lefebvre, los hablantes de las lenguas
subordinadas reconocen con relativa rapidez nombres de cosas y adjetivos de L1. Al repetir, reproducir o apropiarse
de estas palabras, ellas y ellos las adaptan a los sonidos de sus lenguas maternas.
Con el paso del tiempo las lenguas subordinadas con gramáticas más emparentadas o parecidas (por ejemplo, las
gramáticas del español y del francés) fueron convergiendo. Como mencionamos arriba, probablemente las gramáticas
de lenguas muy distintas fueron desapareciendo. Las palabras aisladas que todos los grupos fueron adquiriendo con
sonidos propios, llegaron a formar un vocabulario común. Es decir, el "nuevo vocabulario" es una creación conjunta d
de los grupos subordinados. Así surgen las lenguas Creoles: de gramáticas parecidas, a una gramática convergente, y
con un vocabulario de palabras nuevas adaptadas a sonidos propios, e inclusive con una amplitud de significado
(campo semántico) que refleja el de las lenguas subordinadas y no el de la que fuera la L1. Es un proceso de triunfo
de creatividad colectiva (Lengua Creole) que se impone a las palabras de una minoría dominante (hablantes del L1)
10. Entonces a pesar de que las lenguas Creoles se forman relativamente rápido, no son lenguas
completamente nuevas?
Depende del punto de vista. Hablando en términos puramente técnicos se trata de una gramática nueva y un
vocabulario nuevo, ambos surgidos a través de transformaciones de un inventario de lenguas ya presentes.
Desde el punto de vista del significado cultural de la lengua, es correcto decir que no son lenguas
completamente "nuevas“ porque tanto la gramática como los patrones de sonidos y las formas de
utilizar el lenguaje (patrones comunicativos) recogen formas ancestrales de conocer el mundo y de
definirse como grupo y como persona.
Esta es la respuesta a la pregunta de qué tienen que ver las lenguas Creoles con las lenguas amerindias. Las lenguas
Creoles de Abya-Yala persisten en una continuidad cultural ancestral con raíces en el continente africano, donde las
generaciones actuales podemos conocer más acerca de cómo se formó la conciencia de la persona humana, de la
sabiduría que ha acumulado en su relación con su entorno (naturaleza y sociedad) y sus estrategias de supervivencia.
A partir de estas explicaciones, podemos concluir que el concepto de minorías lingüísticas nos revela una profunda
realidad sobre el papel de las lenguas en la configuración de grupos humanos, la conmovedora fuerza de persistir en
la continuidad cultural de lo ancestral aún frente a las situaciones más adversas, el papel de la estética (por ejemplo,
la belleza de los sonidos que nos son familiares) en relación a procesos cognoscitivos (de cómo percibimos lo que nos
rodea) y mucho más. El concepto de minorías lingüísticas nos ayuda a tomar conciencia del error de la fijación en
la idea de lo racial, inclusive cuando se le disfraza de "étnico", porque la capacidad de creatividad lingüística y de
depositar en ella un caudal de conocimiento ancestral es exclusiva de una única raza: la humanidad.
Por Marta de Gerdes
Derechos Reservados © 2006
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