recursos virtuales para problemas reales - liz vidal
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Aunque rea<strong>liz</strong>ada con fines<br />
distintos a los planteados en este<br />
trabajo, la adaptación que rea<strong>liz</strong>a<br />
González Requena del modelo de<br />
Benveniste nos sirve <strong>para</strong> pensar<br />
discursos que presentan<br />
estrategias enunciativas<br />
simultáneas en dos niveles y con<br />
una diversidad de figuras<br />
discursivas.<br />
ESTRATEGIAS ENUNCIATIVAS<br />
INFORMÁTICAS E<br />
INTERACTIVIDAD<br />
Una vez considerados los principios<br />
básicos de la enunciación<br />
podemos abordar las características<br />
que la enunciación asume en<br />
el intercambio que se produce<br />
entre las nuevas tecnologías<br />
informáticas y los usuarios. El<br />
sistema operativo, en todo<br />
intercambio, plantea al usuario<br />
una relación de carácter<br />
simbólico, similar a la de la<br />
conversación textual en la que el<br />
enunciador se corresponde con<br />
las características del mismo<br />
sistema. Para Vittadini, éste debe<br />
configurar múltiples destinatarios que designen a diversos usuarios posibles<br />
según sus competencias.<br />
Por su parte, el usuario una vez que acepta las condiciones de intercambio<br />
propuestas por el sistema operativo al iniciar la interacción contribuye a<br />
producir un texto que no es totalmente previsible a priori, con lo que el lugar<br />
del usuario en la conversación textual simbólica también se superpone por<br />
momentos con la figura del enunciador.<br />
Esta posibilidad de intercambiar los roles en la "conversación" es una característica<br />
inherente a la modalidad “interactiva”. La misma supone que el usuario pueda<br />
dirigir las acciones a rea<strong>liz</strong>ar, etapa por etapa, en tiempo real, con lo cual los<br />
sujetos implicados en la comunicación (tanto el usuario como el sistema) puedan<br />
cumplir alternativamente los roles de emisor y receptor. El usuario, entonces,<br />
estaría en condiciones de determinar, en forma co-operativa: las informaciones a<br />
intercambiar, su sucesión, los tiempos de la interacción y sus resultados.<br />
Además de la emisión y la sucesión de la información objeto de la interacción, el<br />
usuario establece los tiempos en que ésta se desarrollará: determina el inicio y<br />
el fin de la misma. Mientras que al sistema le corresponde la capacidad de<br />
responder a determinada velocidad, tanto que la noción de "tiempo real" muchas<br />
veces define "el tiempo sobre el que se basa tecnológicamente la interactividad"<br />
(Bettetini 1995:158).<br />
La duración de la interacción está condicionada, igualmente, tanto por el sistema<br />
cuanto por el usuario, dado que aquél propone ciertos recorridos a rea<strong>liz</strong>ar por<br />
el usuario y éste se plantea determinados objetivos que pueden variar en su<br />
complejidad.<br />
Los recorridos en forma de árbol sirven de ejemplo a estas consideraciones, ya<br />
que a partir del objetivo planteado, el usuario debe llevar a cabo una serie de<br />
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