recursos virtuales para problemas reales - liz vidal
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Hoy los chicos tienen a disposi-ción<br />
una enorme cantidad de información<br />
no escolarizada y desordenada que<br />
requiere que los docentes vuelvan a<br />
preguntar-se qué fines, legitimidad y<br />
valor tiene, en qué país fue generada,<br />
o si, por ejemplo, fue elaborada por<br />
un organismo de gobierno o por una<br />
empresa de turismo.<br />
[…] La cuestión es cómo se potencia<br />
esta fuente de información y de<br />
comunicación en la escuela. Para eso<br />
los docentes deben desarrollar<br />
estrategias que permitan que los<br />
chicos ref lexionen, se sientan atraídos<br />
por la lectura o sepan seleccionar<br />
material porque, por ejemplo, antes<br />
un tema se trabajaba con tres libros y<br />
hoy hay más de 300 textos a<br />
disposición. (Litwin, 1993:5)<br />
Por eso adherimos al concepto de<br />
tecnología educativa que esta<br />
autora propone, esto es: “el<br />
cuerpo de conocimientos que,<br />
basándose en disciplinas<br />
científicas referidas a la práctica<br />
de enseñanza, incorpora todos los<br />
medios a su alcance y responde a<br />
la consecución de fines en los<br />
contextos sociohistóricos que le<br />
otorgan significación” (Litwin,<br />
1993: 5), es decir, como vehículos<br />
de contenidos educativos y al<br />
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mismo tiempo como entornos de aprendizaje, nunca como herramientas<br />
inocuas.<br />
La concepción instrumental de las tecnologías, que las piensa –y difunde, y<br />
vende– como “objetos fijos, con un uso y una finalidad concretas”,<br />
externa<strong>liz</strong>ándolas, pierde de vista que las herramientas siempre han modificado<br />
a sus usuarios, “inf luyendo (incluso) sobre la cultura y los valores”. Por lo tanto:<br />
…nunca las usamos sin que ellas, a la vez, nos “usen” […] Los cambios introducidos en la<br />
tecnología siempre van acompañados de una multitud de otros cambios en los procesos<br />
sociales y pautas de actividad; y tal vez sean estos últimos, no las “tecnologías” mismas, los<br />
que ejercen en mayor impacto global en el campo social. Por lo tanto, la tecnología no es sólo<br />
la cosa, sino la cosa y las pautas de uso con que se la aplica, la forma en que la gente piensa<br />
y habla sobre ella, así como los <strong>problemas</strong> y expectativas cambiantes que genera. (Burbules y<br />
Callister, 2001: 21 y 23)<br />
Esta adhesión conceptual supone pensar en tecnologías educativas no sólo<br />
como las relacionadas con la informática, sino en propuestas más abarcativas,<br />
multimediales, que en buena medida la misma informática vehicu<strong>liz</strong>a:<br />
La tecnología educativa, al igual que la didáctica, se preocupa por las prácticas de la<br />
enseñanza pero a diferencia de ésta, incluye entre sus preocupaciones el análisis de la teoría<br />
de la comunicación y los nuevos desarrollos tecnológicos: La informática hoy en primer lugar,<br />
el video, la tv, la radio, el audio y los impresos, viejos o nuevos, desde libros hasta carteles.<br />
(Litwin, 1993: 5).<br />
Sin embargo, por más amplio que resulte el concepto, lo que hemos visto en la<br />
mayoría de los casos hasta ahora es que la incorporación de materiales –sobre<br />
todo audiovisuales, por la mayor disponibilidad de equipamiento en escuelas y<br />
probablemente por la simplicidad de su uso, si se la com<strong>para</strong> con la<br />
informática– no conlleva necesariamente una verdadera integración de tales<br />
medios y discursos a prácticas con intencionalidad educativa. Las prácticas<br />
docentes más habituales omiten toda referencia a los lenguajes, en ocasiones<br />
¿ RECURSOS VIRTUALES PARA PROBLEMAS REALES?