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CAPITULO V
EL ORIGEN Y EVOLUCION DE LA PROPIEDAD Y TENENCIA DE
LA TIERRA DEL GRAN GLOBO DEL URIBANTE
La Grita de donde proviene todo
La Grita, al igual que la mayoría de los pueblos andinos, fue fundada por
hispanos provenientes de Pamplona - Colombia, desde donde se mantuvo
comunicación permanente, bien fuera por el simple interés de la búsqueda de las
supuestas riquezas que en estos territorios se decía existían o, por el incipiente flujo
comercial que en el siglo XVI, se inició entre la Nueva Granada, El Tocuyo y las
tierras andinas de Venezuela. Ahí se incluye desde luego, a las tierras de La Grita,
por estar dentro de la jurisdicción administrativa de la Audiencia de Santa Fe de
Bogotá que abarcaba gran parte del espacio andino. Inicialmente constituyó tierra de
paso y de descanso por ser un valle acogedor y a la vez de pastoreo para el ganado
vacuno y caballar.
Su fundador Francisco de Cáceres (nacido en 1539 en España), en 1569,
formó parte de la expedición, que dirigía el Capitán Diego Fernández de Serpa,
saliendo de España, en ese mismo año con rumbo a Venezuela, llegando a las costas
de Cumaná, donde Francisco de Cáceres escribe a su hermano Alonso de Cáceres,
que vivía en Tunja, Nueva Granada, una carta con fecha de Santa Fe en1571. Allí
hace referencia del nombrado viaje. El Padre Nectario María, en su recopilación en el
Archivo de Indias, dice:
"En esta interesante comunicación relata todo lo acontecido: El Gobernador
Serpa resolvió que fuese el Capitán Francisco de Cáceres con una embarcación,
ocho soldados y doce piraguas más, con indios amigos por mar y subiera por el
Orinoco, que llamaban Urripari, aguas arriba, unas ochenta leguas y que marcara
aquel sitio con una cruz; él iría por tierra y subiría por el mismo río unas cien leguas
y encontraría su señalamiento" 7 . Así se prepara Cáceres desde Margarita a iniciar la
travesía por el territorio venezolano, pero al mes y medio de esta orden, su superior
el Capitán Serpa, fue muerto junto a sus ochenta soldados por los indios
Cumanagotos en Santiago de los Caballeros. Cáceres, dice Nectario María, junto a
sus hombres rompió el cerco que tenían puesto los Cumanagotos en la ciudad
7 H. Nectario María. Breve Historia Documental de la Fundación de la Grita. 1975. Villena Artes Gráficas
Madrid – 35. P. 12 – 13.

liberando a la población blanca de la inminente muerte, y luego tomó camino hacía
Nueva Granada a principios del año de 1570.
La venida de Cáceres, al Nuevo Reino de Granada, no esta explícita porqué vía
la hizo; se supone, pudo haber utilizado, la vía transitada anteriormente por Andrés
Pernía y Pedro Villarroel desde El Tocuyo. Llega a la región del Táchira donde tiene
conocimiento de los bárbaros indios "Bailadores", quienes tienen azotados a los
viajeros que pasaban por las tierras de La Grita. Cáceres, deja ver que en dicha región
existían un número muy importante de indios (seis mil) donde sobresalían los
Bailadores, quienes se dedicaban a matar y asaltar los viajeros provenientes de El
Tocuyo, Mérida y otras regiones de la Capitanía General de Venezuela que iban a
Nueva Granada y viceversa, siendo vía obligatoria el valle de La Grita. De esto,
Nectario María dice lo siguiente:
"Para transitar por aquellos parajes, los viandantes tenían que agruparse e
irse bien protegidos y armados. Por las diversas declaraciones de testigos, sabemos
que, algunos años antes de la fundación de La Grita, en 1570, Pedro Villarroel,
comerciante en ganados, llevaba desde el Tocuyo para la región de Santa Fe unas
500 unidades, entre reses, caballos, mulas y asnos e iba escoltado por 16 soldados
armados. Habían pasado el valle, donde más tarde se pobló La Grita y el cruce de la
quebrada que designaban Pernía, por haber dado muerte en aquel lugar a Andrés
Pernía. Como iban todos desprevenidos, fueron sorpresivamente atacados por los
Bailadores, quienes mataron a Villarroel, a catorce soldados, a una mujer y a un
fraile, así como también a algunos indios que iban como ayudantes de la comitiva.
Solo pudieron escaparse dos soldados... Ambos llegaron a San Cristóbal y dieron la
triste noticia a las autoridades, que prepararon una expedición de treinta hombres
para castigo de los Bailadores. Pero quiso la casualidad del destino, que Francisco
de Cáceres, que venía de paso hacía Santa Fe de Bogotá, se encontrara con el
contingente venido de San Cristóbal. Ambos grupos se juntaron en el valle de San
Bartolomé de La Grita y así unidos, dieron fuerte castigo a los Bailadores, quienes
quedaron escarmentados de sus fechorías, pero no corregidos, pues volvieron
nuevamente a sus ataques contra los viajeros matando a personalidades como el
Juez Antonio Vázquez, Bartolomé Morales y los Capitanes Luis de Suelbes y Zapata.
En total se calcula que estos indios mataron por lo menos a una setenta personas" 8
No hay que olvidar, que fueron los españoles los que iniciaron, las grandes
matanzas de aborígenes desde que llegaron a la América, y no por defenderse de
estos, sino por asaltarlos, violarlos y esclavizarlos llegando al extremo algunas veces
de ingerirlos como alimento. Alfonso Pérez de Tolosa junto a Diego de Lozada,
8 Ibid.p17 a la 20.

fueron unos de los iniciadores de esta barbarie en la expedición de 1546, que desde El
Tocuyo se hiciera hasta Cúcuta, antes en 1530, lo había hecho Ambrosio Alfinjer
representante de los Belzares al atravesar la serranía de los Itotos, hasta Valle de Upar
este. Este alemán que por sus características nada tenia que envidiarle a los bárbaros
españoles masacraba por puro gusto a los naturales que conseguía en su camino
Este rápido pasaje del Capitán Francisco de Cáceres, desde Santiago de los
Caballeros hasta llegar a los valles o llanos del Espíritu Santo de La Grita de paso a
Santa Fe de Bogotá, no tenia otra intención que el mismo interés que sus antecesores
tuvieron (Alonso Pérez de Tolosa entre otros) de conseguir las grandes riquezas
imaginarias que siempre existieron en la mente de los conquistadores españoles. Con
esta idea, arribó a Santa Fe de Bogotá, y de inmediato montó la empresa que tenía en
mente desde España, y por la cual se había unido a la expedición de Diego Fernández
de Serpa. Allí en Bogotá, reunió a 27 hombres y sin consentimiento de la Audiencia
de Santa Fe se devolvió a Venezuela posiblemente tomo el camino de Tunja,
Pamplona, Cúcuta por donde entró al valle de Santiago (San Cristóbal).
Antes había hecho una travesía por las tierras llaneras de la Nueva Granada
(Casanare y Guaviare), después volvió a las tierras de La Grita donde fundó y asentó
sin permiso de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá, un pequeño caserío con el
nombre de "Espíritu Santo", siendo destruido por orden nueva granadina. Pasándole
lo mismo que a Juan Rodríguez Suárez fundador de Mérida que sin permiso de la
Audiencia de Santa Fe de Bogotá fundó dicha ciudad en 1558, y a quien el Virreinato
de la Nueva Granada le dicto auto de detención por haber violado los reglamentos de
la Corona española. En esta ocasión, la Audiencia de Santa Fe, no tan sólo desaprobó
tal acto sino que ordenó capturar a Cáceres y llevarlo preso ante ella, pudiendo esté
salir de huida por Venezuela e irse a España donde logró por parte de la Corona
obtener Cédulas Reales y Capitulaciones para el descubrimiento y población de
tierras nuevas.
Con todo este apoyo y con un buen grupo de hombres se hizo de nuevo a la
mar con rumbo al nuevo mundo. Nectario María dice: "En España, y tras andanzas e
informaciones de sus méritos y servicios a la Corona, que supo presentar con
sorprendente habilidad, consiguió cuanto apetecía. Vuelto a Santa Fe, el 17 de
febrero de 1575 presentó ante la Audiencia sus Cédulas aprobatorias, que ésta
reconoció y aceptó; y ordenó pregonar en Santa Fe y Tunja el título que le
acreditaba como gobernador de las tierras que se empeñaba en salir pronto a
conquistar y poblar" 9 . Las antiguas tierras conquistadas por Francisco de Cáceres,
allá en Colombia, en los llanos del Casanare y Guaviare, quedaron bajo su
gobernación pero con el poco apoyo que consiguió de parte de los comerciantes y la
9 Ibid. P. 21 y 22.

nula colaboración del Virreinato de Santa Fe, fracasó en su intento de volver a fundar
y poblar la ya desaparecida población del Espíritu Santo.
Esto lo obligo, a devolverse a los Andes Táchirenses llegando de nuevo a las
mismas tierras por el conquistadas "La Grita" donde afirmó que estas pertenecían a su
gobernación por tanto tomó posesión de ellas. Esa situación le originó un sin número
de inconvenientes, a la gente de Pamplona y San Cristóbal, ya que las Cédulas Reales
de que era poseedor Francisco de Cáceres, no le daba autorización de asumir dichas
tierras ni menos tenerlas como parte de su gobernación cosa por la cual, fue
denunciado nuevamente por el corregidor de Pamplona, San Cristóbal y Mérida Don
Iñigo de Aranza quien se encontraba, precisamente, en abril de 1576, en la Villa de
San Cristóbal y quien elevó una queja al Consejo de Indias que según Nectario María
plasmo así:
"...Y estando yo en la villa (San Cristóbal) tomando residencia al
corregimiento y cabildo della llegó Francisco de Cáceres con su gente perdido de la
jornada que havia pretendido hazer del dorado tan sin recaudo y fundamento quanto
no lo debia haver para se lo encargar, y contra el orden de su capitulación y los
requerimientos que le hice. Una noche a media noche, domingo de Lázaro de la
cuaresma pasada (1) (en 1576, el llamado domingo de Lázaro cayó el 8 de abril), se
me amotinó y cometiendo fuerza y delito e hiriendo un alcalde fue a poblar en aquel
valle de la Grita, y pobló tomando posesión por su gobernación tres leguas de la
villa en el camino real e hizo una manera de reedificación de la ciudad de espiritu
Santo diciendo que antes lo havia poblado a las espaldas de guatavita y nombró
oficiales de hacienda e otros y en efecto hizo allí cabeza de su gobernación (2) (
Archivo General de Indias, Santa Fe, 85, párrafos de una carta de Iñigo de Aranza al
Consejo de Indias, fechada en Santa Fe a 30 de enero del año de 1577)" 10 .
Al parecer todos estos reclamos y enfrentamientos en poco o en nada afectaron
a Cáceres en sus propósitos, pues pasando por encima de ellos logro someter a sus
oponentes siguiendo adelante con su empresa de refundar la ciudad del Espíritu Santo
de La Grita. Todo esto causo un gran malestar no tan solo en Pamplona y San
Cristóbal sino también en la Audiencia de Santa Fe de Bogotá desde donde se
despachó el 27 de junio de 1576, una carta al Rey de España manifestando su
incomodidad por el mal comportamiento y el estado de sublevación que mantenía el
Capitán Francisco de Cáceres contra la autoridad de estas comarcas. La carta decía
así:
10 Ibid. P. 25 y 26.

"El Capitan Francisco de Caceres salio desbaratado sin haber hecho efecto
alguno a la ciudad de Pamplona y se rreiso de hasta quarenta soldados y entro por
la villa de san Xpoval y en un valle que esta entre aquella villa y la ciudad de merida
que se llama de la Grita el qual valle tenia unos yndios que sevian de mala paz a los
vecino de san Xpoval y en el fundo una poblacion que llamo el espiritu santo y puso
alcaldes y oficiales reales pretendiendo ser de su gobernacion lo qual todo hizo no
embargante ciertas contradiciones que por la justicia se le hicieron ansi por esto se a
ynbiado a mandar parescer en esta corte y por convenir a la seguridad del camino
emos sustentado la poblacion y puesto persona que los tenga en justicia y de los que
mas sucediera avisaremos a V. M. si alla ocurriese rrepresentando servicios hasta
aora no ha hecho mas questo y es fuera de su governación y en tierra descubierta y
poblada de xpianos muchos años ha. S. C. R. M. besan los pies reales de V. M. – sus
humildes criados. Firmado: el licenciado Francisco Anguita – el licenciado Alonso
de Cetina. (Archivo General de Indias – Santa Fe, legajo 16)" 11 .
La diatriba, permaneció presente como se puede observar en la anterior queja,
al igual se mantuvo el llamado a comparecer ante la Real Audiencia de Santa Fe de
Bogotá del Capitán Francisco de Cáceres, asunto que por lo que se ve jamas le
preocupo, y es en definitiva el 22 de abril de 1576 cuando se asienta el acta de
fundación de la ciudad del Espíritu Santo de La Grita. A lo último la Real Audiencia
de Santa Fe de Bogotá dio plenos poderes y considero al Capitán Francisco de
Cáceres gobernador absoluto de la Grita cerrando el caso y dejando sin efecto los
reclamos de su subordinado Iñigo de Aranza Corregidor de esas tierras.
Por lo que se puede ver, los conquistadores españoles que dirigieron los grupos
de exploradores hacia los territorios de los Andes Venezolanos, (Táchira, Mérida) y
luego fundaron ciudades en estas tierras, eran de muy poca disciplina y anteponían al
mandato del Rey, sus aspiraciones personales, exacerbando los ánimos de los
reinosos (Pamplona – Bogotá) quienes se veían impotentes ante tanto desorden y
desacato; peor aun lograban conseguir muchas veces respaldo desde la madre Patria
como lo logro el Capitán Francisco de Cáceres, imponiendo a lo ultimo su voluntad,
la huida del Capitán, Juan Rodríguez Suárez de la Cárcel de Santa Fe de Bogotá
donde había sido sentenciado a morir degollado; llega a Venezuela donde lo ampara
Diego de Paredes en El Tocuyo desde donde siguió prestando sus servicios y por
último las pretensiones del Capitán Juan Maldonado, de independizar la ciudad
fundada por él (San Cristóbal) del Virreinato de la Nueva Granada. Todo esto hacía
ver los grandes conflictos de poder que existían entre los mismos españoles, que
conformaban ese Virreinato desde donde se desprende posiblemente la voracidad
congénita de seguir conquistando tierras que hasta hoy en día tienen los oligarcas
colombianos hacía Venezuela.
11 Ibid. P. 28 y 29.

OJO TODO LO SUBRRAYADO POSIBLEMENTE VA
HA SER ELIMINADO'''''''''''''''''''''''''''
Desde la composición de las tierras de La Grita, en 1657, hasta 1793.
Inicio de la tradición registral de las tierras del "Gran Globo del Uribante".
Dentro de la situación histórica enunciada, el estudio se propone realizar una
investigación sobre el problema del Poblamiento, Tenencia y propiedad de la tierra
en el “Gran Globo del Uribante”, el cual tiene su inició en la forma primigenia
como se ocupó el espacio geográfico en la región andina venezolana. Antes de
1.492, los habitantes prehispánicos del territorio mencionado, no conocían la
propiedad privada individual. En las condiciones históricas en que se encontraban,
hace suponer que tan sólo existía una relación armónica entre el hombre y la tierra,
debido a que el suelo, la vegetación y las aguas, dotaban de los recursos para la
subsistencia.
Se toma como fundamento básico para explicar esta situación, que las
culturas prehispánicas poblaron en forma lenta y persistentemente el territorio
americano y se dispersaron ocupando las comarcas que les brindaron facilidades
para la subsistencia. Esta forma de poblamiento se realizó por diferentes vías,
como lo explica Acosta Saignes 11 , al comentar la “Teoría de la H” de Cornelius
Osgood y George Howard y que fue resumida por Walter Dupoy: Venezuela
parece haber sido una suerte de encrucijada para las culturas provenientes de
Centroamérica, las Antillas y Sudamérica.
Sanoja e Iraida Vargas 12 señalan que en un período comprendido entre 12.000
a 10.000 años antes del presente, se pobló el territorio venezolano a través de
oleadas sucesivas. La incesante búsqueda del alimento y mejores tierras, mantenía
el nomadismo en dichas culturas, estimulándolos a movilizarse en procura de
lugares excelsos en frutos, lo que se traducía en cambios constantes. Sin embargo,
al sedentarizarse, tampoco existieron delimitaciones que no fueran las originadas
por el espacio geográfico al cual asumían y a el que le dedicaban su esfuerzo,
trabajo y tiempo. Esto conllevaba garantizar la subsistencia de la comunidad
aborigen.
11 Acosta Saignes Miguel. (Prologo). Antiguas Formaciones y Modos de Producción Venezolanos. Monte
Avila Editores. Caracas. Venezuela. 1.974. p. 11.
12 Sanoja Mario e Iraida Vargas. Antiguas Formaciones y Modos de Producción Venezolanos. Monte
Avila Editores. Caracas. Venezuela. 1.974. p. 29.

Estos primeros habitantes, conformaron en principio grupos cuya única
finalidad era buscar el alimento que le prodigaba la tierra; cuestión que los llevaba
a mantener una incipiente relación social. Esta inicial forma de vinculación entre la
población y la tierra se manifestó en diversas etapas. Según Lewis Morgan (citado
por Hernández), 13 éstas se dividen en salvajismo, barbarie y civilización humana.
En el estadio Inferior o del salvajismo, el citado autor ubica al hombre en su aurora
biológica y social, considerándola arborícola y cuyo hábitat se encuentra en los
bosques tropicales y subtrópicales. El principal alimento lo constituyeron los
frutos, semillas y raíces. Su forma de comunicarse se basó en un lenguaje
articulado y sus costumbres se fueron constituyendo de acuerdo a sus propias
necesidades fisiológicas. Su relación con la tierra fue la de tomar sus frutos sin
tener que ver nada con el trabajo y producción de ésta.
En el estadio medio o de la barbarie, aparecen nuevos elementos que van a
influir de manera determinante en los individuos de esta etapa, entre otros la
utilización y manipulación del fuego, tanto en la preparación de los alimentos
como en el abrigo que éste genera a él y su grupo familiar. De esta forma, se dio
inicio a la actividad de la pesca y lentamente se inventaron los instrumentos
utilizando la piedra; tal es el caso de la lanza, que permitió realizar una caza
suplementaria y ocasional. Aparece la alfarería, se impone la domesticación de
animales y el proceso de cultivo, en su gran mayoría se compone de cereales.
Se puede decir que, a partir de ese momento, el hombre inicia su interés por
trabajar la tierra e impone un criterio de pertenencia que viene a fortalecerse con el
trabajo que tiene que realizar para cultivar y recoger la cosecha. Conjuntamente a
estos resultados, se van creando métodos para mejorar las siembras como son los
canales de regadío, la construcción del adobe, la utilización de la piedra en la
construcción y la invención de nuevas herramientas que van a mejorar la incipiente
agricultura.
La etapa más importante es la de la civilización o estadio superior, la cual se
caracteriza por la presencia de un cuadro en principio insignificante de
organizaciones humanas, allí se forman las primeras aldeas y, en consecuencia, la
aparición del derecho de pertenencia que primitivamente fue comunal para luego
transformarse en individual, iniciándose así un proceso de tenencia de la tierra
basado en las acciones y bienhechurias que realizaban los grupos culturales
comunitarios, o en su defecto el grupo familiar, creando más adelante los primeros
linderos apuntalados sobre figuras naturales tales como: cursos de ríos, riachuelos,
13 Hernández Jesús R. Sociología Rural. Instituto Internacional de Andragogía. Caracas. 1.986. p. 3 - 11.

quebradas, accidentes topográficos y otros hasta llegar a la aparición del cercado.
Este cercado fue construido en principio de piedra llamado "cimiento"
manteniéndose hasta nuestros días y es uno de los pocos legados que quedan
presentes de la agricultura prehispánica.
En esta etapa, se dan nuevos inventos y se revolucionan otros, en especial, los
construidos con el hierro como fueron el arado de hierro vinculado a animales y
otros utensilios, se inicia la construcción de viviendas con vahareque y barro que
permitieron con el tiempo la formación de caseríos y aldeas permitiendo el avance
de la agricultura, la artesanía y la fabricación de instrumentos (piedra, madera y
hierro) hasta convertirse en puntal de la economía y del crecimiento poblacional
humano, cuya concentración va a dar origen a la aparición de las estructuras de
clases y a la estratificación social fundamentada con el nacimiento de los imperios
y del señorío.
Bajo estas eventualidades se integran un conjunto de rasgos que van a perfilar
el contexto cultural de las primeras sociedades prehispánicas. Esa evolución
prehistórica tiene similitud con los acontecimientos que van a permitir la presencia
del aborigen y el consecuente poblamiento del territorio venezolano. Estas
características constituyen la base ancestral para la interpretación de la ocupación
del territorio y el uso primigenio de la tierra y responden a los criterios expuestos
por Morgan; a la vez que van incorporando nuevos procesos y elementos, que van
surgiendo de la interrelación sociedad naturaleza, los cuales van a cambiar el
rumbo establecido hasta esos momentos, sobre la naturaleza de la tenencia y el
aprovechamiento de las tierras.
Con la llegada del hispano a la América y Venezuela, la situación cambió
notablemente. Ahora priva la concepción sobre la tenencia y producción de la
tierra, pues introducen los criterios y costumbres de su originaria España. Esto
plantea la "aplicación" de Códigos y Leyes, cuyas raíces provienen del lugar de
origen de los conquistadores europeos, iniciándose un proceso de concentración de
la propiedad de la tierra que, según Arcila Farias y otros, 14 comienza en el siglo
XVII y se mantiene durante casi cinco centurias adquiriendo fisonomía real,
individual y colectiva.
Eso va a originar formas de tenencia bajo intereses y aspiraciones económicas
y políticas sucesivas que responden a criterios de dominación y atienden a los
intereses económicos y fiscales de la Corona española. Las tierras del llamado
“nuevo mundo “son colonizadas bajo el régimen jurídico y filosófico del Estado
14 Ibídem. P. 46 - 47.

español, quien estableció su señorío y patrimonio en un principio, en la Ley de
Conquista. Se aplicaron los “derechos legales” sobre el territorio conquistado con
la imposición, de la encomienda, repartimiento, Capitulaciones y composiciones
manejadas en las diversas instrucciones, impartidas por la Corona, que se recogen
antes y después de 1.573 con las Reales Cédulas, Reales Provisiones y Ordenanzas
para América. Esto trajo como consecuencia la concentración de la propiedad
territorial en una o pocas manos en la América y en especial en Venezuela. Proceso
que adquirió una significativa importancia durante el siglo XVIII y se mantuvo
hasta la década del 20 del siglo XIX, sin alteración alguna.
Los acontecimientos políticos que se producen en el siglo XIX, en territorio
Venezolano, modifican, en cierto modo, las antiguas formas de poseer la tierra.
Arcila Farias 15 al hablar de la consolidación de la República, se refiere a esos
cambios haciendo énfasis en el decreto (4 de Octubre de 1.821) de disolución de
las comunidades indígenas que dejaron libres a las grandes extensiones de tierras
buenas para el cultivo y la cría. Pasando luego a manos de los terratenientes
allegados al nuevo orden institucional. Esto produjo una transferencia de la
propiedad que se reflejó en estructura social de la época alcanzando la cúspide de
su clímax en las tres primeras décadas del siglo XX.
La aplicación de las Leyes y Ordenanzas sobre la propiedad de la tierra, no se
produjo al mismo tiempo en el territorio venezolano, sino en la medida en que el
hispano fue desarrollando la colonización. Sin embargo, en la región llanera, dadas
las características del espacio geográfico, y lo difícil de su penetración y las
circunstancias de lo bravío de sus habitantes (indígenas) utilizaron como punta de
lanza a los religiosos católicos y por medio de la evangelización lograron fundar
pueblos verbigracia los fundados por los Capuchinos andaluces como son: Payara
entre 1768 y 1769 en San Juan de Payara por el Clérigo Fray Alonso de Castro con
547 indios otomacos, yaruros y taparitas, así otros pueblos como: Atamaica,
Cunaviche, Achaguas, Arauca, Capanaparo, Guachara, Sinaruco, Setenta,
Corocoro, Guanarito, Morrones y Sigmaringa y ocupar grandes extensiones
territoriales, lo que sirvió de base para gestar la legalización de la gran propiedad,
conocida con el nombre de “LATIFUNDIO”. El proceso de ocupación del
dominio llanero se inicia con intenciones coloniales, al final del siglo XVI, con la
fundación de San Sebastián de los Reyes en 1.584. Este hecho histórico fue
realizado por Sebastián Díaz De Alfaro, quien, citado por Briceño Tarcila, 16
señala que en ese mismo momento, ya se había comenzado un proceso de
penetración desde la ciudad de Mérida hacía los llanos.
15 Ibídem. P. 22 - 23.
16 Briceño Tarcila. La Ganadería en los Llanos Centro Occidentales Venezolanos. 1.910 - 1.935.
Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Caracas. No. 69. 1.985. p. 11.

En el caso de la ocupación de los llanos piedemontinos del occidente
venezolano, se da poco después que el Capitán Juan Andrés Várela, funda un
pueblo de avanzada en el Valle medio del río Santo Domingo, en su vertiente
derecha, con el nombre de Altamira de Cáceres, constituyendo el asentamiento
inicial de la actual Barinas. La actividad económica que allí comienza a
desarrollarse es la ganadería, la cual alcanza su mayor auge, partir del siglo XVII
y, muy particularmente, en el siglo XVIII, siendo representado por el “HATO” y
por la hacienda ganadera como unidad de producción, que marcó rumbo para la
formación y fundación de los pueblos llaneros.
Más tarde, específicamente, en el siglo XVII, en este territorio del pie de
monte andino llanero, (lugar donde se encuentra el "Gran Globo del Uribante") se
inició un proceso de ocupación por gentes provenientes de la zona montañosa del
norte del estado Táchira. Se trata de habitantes de Pregonero y La Grita, quienes en
procura de la obtención de tierras, entre otros aspectos, se desplazaron hacia las
áreas planas del suroeste andino llanero. El desarrollo de este acontecimiento tiene
su justificación, según Virgilío Tosta, 17 en la búsqueda de nuevas posesiones de
tierra por los habitantes afectados por la carencia de propiedades, en áreas de
influencia de la provincia del Espíritu Santo de La Grita y al Corregimiento de
Mérida, que ocupan las jurisdicciones político - administrativas de Táchira,
Barinas y Apure. Se destacan las extensiones de tierra que fueron adjudicadas por
La Corona (composición) durante los años 1607 a La Grita y hasta 1622, a Mérida.
Esto da respuesta del por qué en el siglo XVII, las transacciones comerciales de los
llanos occidentales y del Apure, se concentraran básicamente en los núcleos
urbanos de la cordillera andina, antes que en la Provincia de Caracas.
No se descarta, para esos momentos, la penetración al territorio ubicado al
suroeste andino - tachirense, el cual es posible se hiciera desde Barinas y alto
Apure, siguiendo la ruta de Alfonso Pérez de Tolosa, para ocupar los llanos
aluviales del pie de monte andino - llanero, que se extienden desde el territorio
actual tachirense y, que convergen con Mérida, Barinas y Apure. Necesariamente,
la ocupación de nuevas tierras para el desarrollo ganadero, sirvió de estímulo para
ocupar tierras en forma indiscriminada e iniciar el asentamiento de pueblos y
Hatos en forma dispersa. Desde Barinas, se procede también, a fundar pueblos
llaneros ya no por religiosos sino por españoles, tal es el caso de la persona de Don
José Ignacio del Pumar, uno de los hombres más poderosos de la colonia asentado
en Barinas, llegando a ostentar varios títulos Reales como el de Caballero de la
Real y Distinguida Orden de Carlos III; Teniente de Gobernador, Justicia Mayor y
Cabo principal a Guerra, Juez de comisos y administrador perpetuo; Vizconde del
Pumar y Marquéz de la Riveras de Bocono y Masparro.
17 Tosta Virgilío. Historia Colonial de Barinas -. Volumen I. Caracas. 1.962. p. 9.

Don José del Pumar, fomento y fundo pueblos de españoles, tal como: la
Vice parroquia de San Jacinto de la Orqueta de Apure, por allá en el año 1770,
fundo a Guasdualito cerca del puerto de Periquera en la confluencia de los ríos
Sarare y Uribante, dándole calor a pueblos ya establecidos entre los que se
encontraba San Pablo de Guachiva, fomentando el comercio con la Provincia del
Casanare y demás ciudades de Nueva Granada. Guasdualito, sirvió de apoyo para
la fundación de hatos, y ya para 1787 existían en su jurisdicción nueve de ellos con
más de 15.502 cabezas de ganado vacuno y 2.561, de ganado caballar; al igual allí
se fabricaba aguardiente, por tanto se cultivaba la caña de azúcar que servía de
insumo para tal fin. Tosta, habla de la ubicación de Guasdualito y su cambio al
Apure más adelante y relata:
"Guasdualito se hallaba a una milla de Periquera, puerto que se formó
después a la margen derecha del río Sarare cerca de la confluencia de este río
Sarare cerca de la confluencia de este río con el Uribante, en que comienza a correr
el caudaloso Apure. (...) En virtud de la Ley de división Territorial del 25 de junio
de 1824, Guasdualito dejó de pertenecer a la Provincia de Barinas, para integrarse
a la entonces creada Provincia de Apure. Tosta dice que en la Obra "Por lo llanos
de Apure" de Calzadilla Valdez aparece la palabra "Periquera" como una antigua
posada donde eran frecuentes los escándalos y alborotos es decir periquera" 11 .
La importancia de las tierras pertenecientes al suroeste Venezolano, no sólo es
por su topografía ondulada y plana y su potencialidad agrológica, sino también por
el sentido territorial que le asignaron las autoridades reales. Las decisiones que el
Rey Felipe II había tomado al ordenar este espacio geográfico en 1.598, se hace
mediante la composición de las tierras de La Grita. Walter Marquez ( 18 ), sin
embargo, señala que no es sino hasta 1.657 que el Rey Felipe IV da inicio a la
composición de tierras pertenecientes al Cantón de La Grita. Allí se establecen los
linderos de las tierras resultado de dicha composición y que dejan a La Grita como
única propietaria y van, desde La Grita hasta el Lago de Maracaibo entre los ríos
Catatumbo y Escalante (norte), por el sur va hasta los límites con Barinas entre los
ríos Uribante y Caparo desde la frontera Colombiana hasta Mérida.
Ésta composición llega a medir más de un millón de hectáreas, a las cuales el
Concejo de La Grita, tenía que cancelar 500 patacones de 8 reales a la Hacienda
11 Tosta Virgilío. Pueblos de Apure. 1976. Ediciones del Congreso de la República. Caracas. P. 60 y 61.
18 Marquez R Walter Oscar. El Fantasma de Felipe II Redime a los Campesinos Andinos. Edición
Impacto. Diario La Nación. San Cristóbal. Táchira. Venezuela. 1.985. p. 11 - 12.

Real de Maracaibo por dicha composición, cosa que no realizó. El 23 de
Noviembre de 1.793, en pleno reinado de Fernando VI, el Cabildo de La Grita
pregona una nueva composición de tierras con la finalidad de cancelar dicho
compromiso, iniciando un proceso de ventas sobre las tierras compuestas en 1.657.
Una de esas ventas, que los historiadores citan con atención, no sólo por la
extensión de tierras que se venden, sino también por las consecuencias históricas
que eso generó, se realiza en la zona suroeste del Estado Táchira, específicamente,
en las tierras pertenecientes al denominado “Gran Globo del Uribante”, sitio de la
presente investigación, al vender el Concejo de La Grita al Sr. Ramón García,
vecino de Pregonero, una extensión de 250.000 Hectáreas correspondientes a dicho
territorio el 12 de Diciembre de 1.793. A partir de ese momento comienza la
tradición registral de tales tierras.
Con la muerte de Ramón García, las tierras del “Gran Globo del Uribante” son
heredadas por su mujer María del Carmen Molina y sus hijos: Ana, Josefa,,
Barbara, José del Rosario, María Silvestre, Ramona, Antonio María, Encarnación,
Leonarda y María de los Santos García todos hijos legítimos del finado Ramón
García quienes venden el 23 de agosto de 1.852 al Párroco de La Grita Presbítero
Pablo Antonio Morales las 250.000 hectáreas por cincuenta pesos. En el Tomo
LXXV 18 depositado en el Archivo Principal de San Cristóbal reza lo siguiente:
"Decimos nosotros, María del Carmen Molina y mis hijos, Ana Josefa,
Barbara, José del Rosario, María Silvestre, Ramona, Antonio María, María
Encarnación, Leonarda, y María de los Santos todos hijos legítimos del finado
Ramón García, y vecinos, que por la presente escritura pública de Venta,
confesamos que vendimos en venta pública y para siempre jamas, al Señor
Presbítero Pablo Antonio Morales, es a saber las tierras que tenemos de nuestra
propiedad, sentadas en los montes Del río del Uribante, de esta jurisdicción, hasta
confinar con los llanos, dándole de presente el citado Río. Por arriba con las tierras
que posee el Señor Francisco Noguera. Por abajo el recitado río hasta Su
desembocadura en el río Caparo; y por el frente el expresado río Caparo, divisoria
con la Provincia de Barinas, según consta en la composición hecha el día doce de
diciembre de mil setecientos noventa y tres con el Cabildo de esta ciudad, que hizo
nuestro esposo el finado Señor Ramón García, cuyos montes fueron comprados en
globo, y en la misma forma hemos vendido al expresado Señor Presbítero".
18 Cf. Tomo LXXV. 1907. En El Archivo Principal de San Cristóbal, Partición material de los terrenos de
Uribante pertenecientes a la Sucesión del Presbitero Pablo Antonio Morales. Folio 36. (en adelante se
citará A.G.S.C. N° F.).

En esta documentación se establece, como fue pautada la composición de
1793 entre el Cabildo de la Grita y Ramón García, además allí se manifiesta una
venta de tierras situadas en el río Uribante para acá hasta el de San Antonio (San
Antonio de Caparo) Hecha por el propio Ramón García, el cual consta en el libro
de Composición de tierras en el folio ochenta hasta el ochenta y dos donde éste le
vende a particulares. La viuda y los hijos del finado Ramón García dejan claro lo
siguiente: "solo nos había quedado sin vender lo que acabamos de manifestar que
hay entre los ríos Uribante y Caparo con excepción de las que posee el señor
Francisco Noguera que estas pasan de Oribante a Caparo así deslindadasy libre de
todo gravamen". Desde esta primera composición que el Cabildo de la Grita hace
como soberana legal de las antiguas tierras pertenecientes a la Corona española, ya
con anterioridad existían variados intereses por parte de localidades como San
Cristóbal, Pedraza, Barinas, etc., en cuyas dependencias se evidenciaba la utilidad
que podía prestar para ese entonces dicha región (región del Suroeste andino –
llanero tachirense, donde se encuentra el "Gran Globo del Uribante").
En términos generales, dicha región del "Gran Globo del Uribante" desde el
proceso colonial hasta bien entrado el siglo XX ha sido una zona facilitadora de las
comunicaciones comerciales entre las regiones llaneras de Barinas, Alto Apure,
San Cristóbal y Colombia; bien por presentar una topografía benévola para él
transito de mercaderías y ganado variado o por su ubicación geográfica de
encrucijada entre Barinas, Apure y Mérida. Además sus propias riquezas naturales
eran por sí solo un atractivo tentador; por tanto allí el interés que había en ponerle
las manos a dichas tierras, creando desde luego todo un conjunto de maniobras y
de pleitos hasta el momento, sin poderse dilucidar legalmente.
Las apetencias de San Cristóbal sobre el "Gran Globo del Uribante"
Desde antes del año de 1766, el "GRAN GLOBO DEL URIBANTE"
pertenecientes a las tierras del Suroeste andino – llanero tachirense, era reclamada
por las gentes de San Cristóbal ante el Virreinato de Nueva Granada (Santa Fe de
Bogotá), allí el Alférez Real mayor y Registrador perpetuo de la Villa de San
Cristóbal Don Ignacio Gutiérrez de Caviedes dio poder absoluto al vicario y Cura
de la Parroquia del Señor San Joseph Dr. Don Esteban Antonio Gutiérrez de
Caviedes perteneciente a la villa de San Cristóbal, para hacer las diligencias y
reclamaciones pertinentes sobre dicho caso. En el documento titulado "GRAN
GLOBO DEL URIBANTE". De fecha 16 de septiembre de 1766 presentaron ante
el Escribano del Rey Pedro Joseph Bonilla en la ciudad de Santa Fe de Bogotá los
recaudos correspondientes para tal fin, siendo testigos del acto Antonio Francisco

de Bonilla, Don Antonio Ramírez y Don Manuel de Santander; todos vecinos de la
Villa de San Cristóbal.
En el tomo depositado en el Archivo General de Santa Fe de Bogotá
correspondiente al siglo XVIII (1769) 19 reza lo siguiente:
"1769. Gran Globo del Uribante. Tierras vacantes en juridicción entre los
rios Sarare y Uribante (Santa Fe de Bogotá) f. 784. Jesus María y José. Don Juan
Ygnacio Gutierrez. Alferez Real de laVilla de San Cristobal. Que se haga merzed
de las tierras que se hallan vacantes en aquella jurisdicción entre los rios Sarare y
Uribante. (...) Doy mi poder tan bastante y cumplido quanto por derecho se
requiere y es necesario para valer al Sreñor Doctor Don Estevan Antonio
Gutierrez de Caviades cura y vicario de la Parroquia de señor san Joseph, y Juez
de Diezmos de esta dicha villa Que se halla actual en la ciudad de Santa Fe
generalmente para todas mis causas pleitos y negocios Que tengo de presente y
pueda tener en adelante siendo actor o reo asi demandando como dependiendo
por mi y en mi nombre representando mi misma persona parezco ante todas u
qualesquier Justicias o enferiores y en sus juzgados y tribunales ponga demandas
y execusiones y siga las dichas Causas por todos los terminos grados dispuestos y
prevenidos en derecho presentando testigos Escritos Escripturas y todas las demas
Provanzas que me combengan y pueda tachar testigos".
Bajo esa estructura de poder se mantuvo el litigio sobre las tierras del Gran
Globo del Uribante o las tierras entre los ríos Uribante y Sarare. Es muy
importante, establecer que dichas tierras tienen sus linderos naturales y por tanto se
le denomina "Gran Globo" por estar ubicadas entre los ríos Uribante y Caparo y no
entre el Uribante y Sarare; desconociendo la composición de 1657 con la Grita o
haciendo caso omiso a está. Es posible que haya sucedido la omisión ya que en
ningún momento se dirigieron a Maracaibo a quien le competía directamente
aclarar dicha situación y a la cual pertenecía la autoria de la composición de las
tierras de la Grita. En consecuencia se hace harto difícil pensar que Santa Fe de
Bogotá no estuviese al tanto de todo lo relacionado con dichas composiciones.
Desde San Cristóbal, se manejaron por mucho tiempo infinidad de
argumentos sobre las tierras del Globo del Uribante, desde la explicación
geográfica detallada según sus intereses, hasta todos los males, plagas y
resquemores que en ella había; estimando para ello la comparecencia de sendos
testigos oculares que bajo juramento expresaban lo indómito e inconoso que eran
estas tierras; no se sabe si con esta postura ayudaban a diluir los otros muchos
19 Gran Globo del Uribante. 1769. Cf.: "Tierras vacantes en juridicción entre los rios Sarare y Uribante en
archivo General de Santa Fe de Bogotá. N° F. 784 – 785 – 786. (transcripción Paleográfa Archivo
Histórico de Mérida María Villafañe O ver anexos) (en adelante se citará A G. S. F. B.)

intereses que existían sobre esta región o por el contrario buscaban desanimar a los
tribunales de Santa Fe de Bogotá para que no hiciesen ningún tipo de experticia
que llevara al traste con las pretensiones de los Sancristobalenses de apoderarse de
dichas tierras y así poder extender sus predios hasta dicha zona.
Ante esta situación, el Alcalde Ordinario y primer voto de la Villa de San
Cristóbal Señor Miguel Joseph de Cárdenas ante la petición del Señor Alférez Real
Don Juan Ygnacio Gutierrez de Caviedes, produjo un decreto para llamar a todas
aquellas personas conocedoras de las tierras y parajes del Gran globo del Uribante
a atestiguar sobre ellas. Algunas de esas declaraciones se hacen muy importantes
ya que dejan ver la intencionalidad de sus autores; entre otras tenemos la realizada
por Chrisostomo Alvarez de Sossa, que al comparecer ante el Alcalde de San
Cristóbal el día ocho de mayo de 1766 dice lo siguiente como testigo N° 1:
" Juramento que lo hiso en vastante forma de derecho por Dios nuestro
Señor y una señal de la cruz devajo el cual prometio desir verdad en lo que
supiere y le fuere preguntado y le fue leido el escripto presentado y preguntado a
su tenor dixo que es cierto y verdadero que entre los dos rios oribante y sarare en
esta jurisdición ay un dilatado glovo de tierras llanas y montañas empinadas y
agrestes, que no se save hasta donde confina por las partes de occidente y que se
reconose ser tierras ynundadas de plagas de moscos yegines, sancudos, y animales
ponsoñosos, y fieras bravas y que comummente ha oydo desir, y oyo a su
antepasados que dentro de dicho globo habitan algunos yndios barbaros de los
que hasta ahora no se ha hecho redución, por estar dichas tierras sin descubrir,
ni distintamente verse la laia de ellas".
Luego sigue como testigo N°2. Don Francisco Xavier Ybañes de Caviedes
en el mismo día 8 de mayo de 1766 se juramenta ante el Señor Alcalde Ordinario
respondiendo lo siguiente:
"Preguntado a su thenor dixo que save y le consta que entre los dos rios de
Orivante y Sarare ay un glovo de tierra mui dilatado, que por la parte de poniente
no se save hasta donde confina por ser tierras donde hasta lo presente a sus
confines no ayan entrado exploradores, y solo se reconose andan rios avajo que se
juntan con Apure, que son tierras y de montañas levantadas y agrestes, y por lo
que experimenta en Orivante, son plagosas, e ynfisionadas de moscas abispas,
gegenes, sancudos, y culebras, y fieras brabas y que a oydo desir, que en el
corazon de ellas avitan yndios barbaros , sin conquistar ni pasificar, que la
calidad de aquellas tierras conose seran calidas humedas, mas no se ve las plantas
que produsen. Y que lo que ha dicho y declarado es la verdad en fuersa del

juramento que lleva hecho en que se afirmó y ratificó siendole leyda su
declarasion, y lo afirmó con su merced el Señor Alcalde de que yo el Escrivano doi
fe"
El testigo N° 3, Miguel Francisco López juramentado de igual forma por el
Alcalde Ordinario de la Villa de San Cristóbal el mismo día del 8 de mayo de 1766
relata lo siguiente:
"Prometió desir verdad en lo que supiere y le fuere preguntado , y le fue
leido el escripto sentado, y preguntado asu thenor dixo: que en varias veses que ha
transitado por el rio Orivante a las misiones de Apure, ha visto y determinado, que
en el transito que ay de dicho rio al de Sarare ay un arbusto de tierra sin descubrír
de montaña agreste, la qual por la parte del ocasso. No se save hasta donde
confina, por pareserle que hasta aora ninguna persona la habrá visto Sus fines, y
solo si reconose que la dicha tierra es toda llana, y que será ymbadida de diversas
Plagas , y animales ponsoñosos, y fieras, y que ha oydo desir varias veses que
entro ellas, avitan yndios gentiles, a quienes aun no ha llegado noticia de nuestra
Ley evangelica, y que le parese que dichas tierras seran calidas humedas, porque
assi es toda la tierra descubierta que las rodea y por esta rason las supone
enfermaz y que acarrean frios y calenturas, como subssede en las de Cuite". 20 .
Y así siguen otros testigos aduciendo bajo juramento relatos sobre las tierras
del Globo del Uribante, explicados con el mismo tenor y con la misma frecuencia
dándole fuerza al "poco valor" que tenía dicha región. Esta información recogida
por el Cabildo de San Cristóbal, sirvió para que el Alcalde Ordinario, Don Miguel
Joseph de Cardenas mandara a pregonar por él termino de treinta días la presencia
de algún postor que reclamase las tierras entre los ríos Uribante y Sarare
consideradas baldías y realengas y admitir su postura ante el Superior Tribunal de
Santa Fe de Bogota y ante el Excelentísimo Señor Virrey de Nueva Granada. En
consecuencia, se buscaba la integración de las tierras del Globo del Uribante a la
Real Hacienda de la Villa de San Cristóbal por medio posiblemente de argucias
que permitiesen obtener con ello la composición que de los posibles resultados
favorables se obtuviesen.
Adelantándose a los acontecimientos o a las decisiones que pudiera tomar
Santa Fe de Bogotá, se llamo públicamente a comparecer los interesados o a los
que tuvieran algo que ver con dichas tierras, usando para ello el sitio de la plaza
Mayor de la Villa de San Cristóbal. Dicha plaza, estaba ubicada en lo que es hoy la
plaza "Juan Maldonado" frente a la Catedral de San Cristóbal sitio donde fue
20 AG.S.F.B. N° F. B. 790 – 792 - 793

fundada la ciudad; siendo treinta los pregones que se hicieron presentes durante
esos días poniendo como ejemplo los siguientes Pregones:
Pregón N°1. "En la Villa de San Chrystoval en nueve de mayo de mil
setecientos sesenta Y seis años Yo el escrivano en conformidad de lo provehido,
estando en la Plaza publica y parte acostumbrada, por vos de Francisco
Rodriguez que hizo Oficio de pregonero hize pregonar y se pregonaron las tierras
que se hallan entre los rios de Orivante y Sarare, y no huvo ningun ponedor fueron
testigos Don Juan Alvares de Sossa, y Paulino Sambrano de que doy fee. Bonilla
escri-Vano publico (firmado). Pregón N° 2. En dicha Villa, en dies del referido
mes y año yo el escrivano estando en la parte acostumbrada, por vos del mismo
pregonero, hize dar otro pregon a las referidas Tierras, y no hubo ningun postor,
fueron testigos Don Antonio Ramires y Don Antonio Bonilla presentes, de que doy
fee. Bonilla escrivano publico (firmado)" 20 .
En adelante se hicieron 28 pregones más obteniendo la misma respuesta (sin
postor alguno). Dando como concluido el pregón sobre las tierras bacantes y
baldías ubicadas entre los dos ríos Uribante y Sarare. Con este informe el escribano
publico Pedro Joseph de Bonilla hizo constar la no comparecencia de ningún
postor, manifestando el derecho que le asistía al Alférez Real Don Juan Ignacio
Gutiérrez de Caviedes de obtener dichas diligencias constituyendo pruebas
fehacientes de que no existía ningún interesado o propietario alguno sobre las
tierras en referencia. Con estas pruebas el Señor Alférez Real Don Juan Ygnacio
Gutierrez de Caviedes de la Villa de San Cristóbal, hace valer ante la Real
Audiencia de Santa Fe de Bogotá y ante el Señor Pedro Joseph de Hinostroza
Procurador de la misma, el interés que la Hacienda Real de la Villa de San
Cristóbal tenía en ellas (tierras del Gran Globo del Uribante).
En estas diligencias representadas ante el Señor Procurador de la Audiencia
de Bogotá, por el Doctor Don Estevan Antonio Gutierrez de Caviedes cura y
vicario de la Parroquia del Señor San Joseph de la Villa de San Cristóbal,
apoderado del Señor Alférez Real de la misma, se dio inicio al esperado caso por la
Audiencia de Santa Fe, estando presentes los demandantes y el día 24 de
noviembre de 1766 en la ciudad de Santa Fe de Bogotá, después de haber leído y
confrontado los informes por el Señor apoderado del Alférez Real; el Señor
Procurador de la Audiencia de Santa Fe Don Pedro Joseph de Hinostroza, escucho
los argumentos y proposiciones siguientes:
20 AG.S.F.B. N° F.B. 794 – 795- 796.

"(...) Ante vuestra exelencia paresco y digo que consta de las diligencias que
con igual solemnidad manifiesto, en la jurisdiccion de la dicha Villa se halla en
un glovo de tierra entre los rios de Sarare y Uribante del qual terreno se ignora su
extencion y enteramente sus cualidades por no saverse, ni aun tenerse noticias que
persona alguna le haya registrado, ni reconocido, y solo por el clima inmediato a
sus confines, se infiere que el dicho ignorado terreno por ser montuoso, sera
calido, y humedo, e infestado de todas plagas, de fieras, y animales ponsoñosos, y
que tal vez avitaran en su zentro algunos yndios barbaros, por lo que deceando de
mi parte servir a su Magestad, se obliga a explorar dichas tierras, y si las
considerarsse utiles abrir por ellas un camino mas prompto para el comercio de la
expressada Villa con la ciudad de Barinas y que tendrá dicho caminos ciempre
abiertos, y corriente , y que servirá a su Magestad con veinte, y cinco pesos que se
enteraran de prompto encadas Reales con su media annata por solo este
imaginario derecho, vajo las capitulaciones siguientes, que Se exponen a vuestra
exelencia ´por considerar que si se ocurriera con ellas al Señor jues Brivativo
Nombrado por vuestra exelencia se las remitiera su superioridad por reducirse a
capitulaciones y nueva merced, respectiva al descubrimiento de aquellas tierras en
que puede interesarse el bien publico" 21 .
El "desconocimiento" por parte del Sr. Alférez Real de la Villa de San
Cristóbal Don Juan Ygnacio Gutiérrez de Caviedes, lo llevaba a mantener su
interés por las tierras del Globo del Uribante; pero lo mas extraño del caso, es la
negligencia con que se actuaba, ya que por simple curiosidad o conveniencia lo
más sensato era indagar sobre la existencia o no de algún hecho legal que tuviese
que ver con dicho globo. Pues no podía ser tan secreta la composición de tierras de
1657, hecha a La Grita por La Corona española representada por El Virreinato de
Santa Fe de Bogotá y ejercida por Maracaibo quien en definitiva da el visto bueno
a la transacción. Qué pasaron casi cien años para cancelar el precio de cincuenta
patacones de a ocho reales cada uno por parte de La Grita, esto tampoco dejaba sin
efecto la composición ya que en los archivos de la Audiencia de Santa Fe de
Bogotá reposan hasta hoy los documentos probatorios del caso; allí lo que pudo
haber pasado que ha sabiendas de que estas tierras pertenecían a La Grita, se hizo
hincapié en hacer ver que los linderos no eran Uribante – Caparo sino Uribante –
Sarare llevándolos a más de 800.000,oo hectáreas en tierras barinesas y apureñas.
En los referidos argumentos se expresan claramente dichos linderos,
asumiendo que el único deseo era de que dichas tierras sirvieran más para el uso
publico que para conformar intereses personales; el representante del Señor
Alférez Real de la Villa de San Cristóbal Dr. Don Antonio Gutiérrez de Caviedes,
pide al Señor Pedro Joseph de Hinostrossa Procurador de la Real Audiencia de
21 AG S.F.B. N° F.B. 799 – 800.

Santa Fe de Bogotá, la representación del caso de dichas tierras ante la vista del
Señor Fiscal de su Majestad Don A Olarte, para que sean descubiertas,
proponiendo tres formulas que permitan reducir cuanto antes a capitulaciones y a
nuevas mercedes la tan codiciada región. Ellas son:
"La primera que se ha de hacer, merced de todas las tierras que hay
ignorada al presente dentro de los dos rios de Uribante y Sarare, cuya longitud y
latitud igualmente se ignora quedando ambos rios por linderos hasta que se junta
para entrar en el de Apure. La segunda que si en este terreno se hallasen yndios, y
quiciessen reducirse al gremio de Nuestra Santa Ley, y al dominio de nuestro
Catholico soberano, y hacer en el sus poblasiones, se les dará para cada
poblasion una o dos leguas de tierra, segun la esterelidad o fertilidad de ella, y el
mayor o menor numero de yndios que se poblaren . La tercera, que los que
passassen con vacunos por el nuevo camino que se llegare a abrir aunos ser
obligados a contribuirle a mi parte tres reales por cada caveza de dicho ganad
Que por alli transitare y ninguna cosa por las personas, ni por las bestias mulares,
caballares ni por otros animales, pues estos no pueden causar tanto daño en los
caminos, labores o sementeras, que tal vez se cultivaren, como los ganados
vacunos, y aun si para la cría de estos fuessen á propocito a quellas tierras, los
transeuntes, y forasteros les pueden causar grande daño a los de mi parte, assi en
la mexna de pastos, como el de cría sega al trausente o este maltrate a aquel,
especialmente si es bravo, e indomito, como suele serlo el que comunmente se saca
de Barinas" 21 .
Prácticamente allí, se deja entrever que lo dicho por los diferentes testigos
que sumaron treinta y que declararon toda lo malévola de las tierras del Gran
Globo del Uribante, no se compadecía ni con el interés y las posibilidades
manifestadas en esas propuestas. Aun más, allí se percibe toda una estrategia para
desarrollar junto a los caminos, puntos de hatos, haciendas y fincas que
aprovecharían la Real Hacienda de la Villa de San Cristóbal y algunos de sus
prominentes habitantes. Porque bien es sabido, que todo el comercio entre Barinas
y San Cristóbal se manejaba con gentes de estas dos ciudades en especial la
ganadería que necesitaba de muchos puntos de descanso, alimentación y de
engorde para reparar las largas trayectorias que les tocaba hacer a las manadas de
ganado vacuno, caballar, mular, etc.
Muchas veces provenientes desde el bajo Apure, alto Apure y misma
Barinas que por lo intrincado y la no- existencia de camino alguno en la tierras del
Globo del Uribante y por lo caudaloso del río Caparo les tocaba rodearlo e
21 AG.S.F.B. N° F.B. 799.

internarse por el antiguo camino que atravesaba las selvas de San Camilo en una
larga y difícil travesía hasta llegar al río la Morita o laguna de la Morita, donde
después de varios días de descanso seguían rumbo a San Cristóbal, zona norte del
Táchira y Colombia. Por este mismo camino y durante mucho tiempo fue paso
obligatorio de pasajeros y mercaderes haciendo las veces también de caminos de
recua entre Barinas Apure, San Cristóbal y Colombia, pues la única vía de acceso
para las gentes era por Puerto Teteo que con las lluvias era imposible transitarlo
teniendo por obligación buscar otra salida.
En ese ambiente, no tan solo se preveía, el desarrollo de una vía de
comunicación o comercial pues tiene que considerarse que la misma dinámica de
transformación que se presentará en esa región podría causar la fundación de
pueblos resultado de la inmigración de corrientes provenientes de variados lugares
como Pregonero, la Grita, San Cristóbal y de las regiones llaneras circundantes a
las tierras del Suroeste Andino tachirense – llanero, atraídos por el posible flujo
comercial y las grandes extensiones de tierra vírgenes presentes en la zona. La
penetración y la construcción del referido camino en las tierras del Gran Globo del
Uribante, fueron explicadas de manera muy vehemente por el Fraile Don Esteban
Antonio Gutiérrez de Caviedes, aduciendo lo difícil de tan ardua empresa,
explicando los detalles de costos, Hombres (obreros, guardianes, etc.,), el
enfrentar los grandes peligros allí existentes y las enfermedades causadas por tanta
plaga. En este sentido, exponía lo siguiente:
"El viajar o no por este camino ha de estar al arbitrio de los caminantes al
modo que si aun con la pención de tres reales por cada res, lo jusgassen mas
conmodo podran transitar por el y si no por el antiguo o por donde mejor les
pareciesse. Y para que no paresca corta la exibicion de los veinte y cinco pesos, ni
exessiva la contribución de los tres reales en el modo expresado, debo poner
presente a Nuestra exelencia los grandes costos, que empenderá mi parte en
registrar, y reconocer dichas tierras con gente, armas, y peligros, y en abrir
camino franco por ellas a que se expone, assi en que dichas tierras, despues de
reconosidas, sean del modo inutiles, como en molestias y travajos que padesera
con las plagas y fieras, y contan enfermo temperamento, y que tal vez tendran
algun sangriento encuentro con algunos yndios barbaros. (...) A Vuestra
exelelencia suplico, se digne hacer merced a mi parte de las tierras denunciadas,
vajo las expressadas capitulaciones, y en lo necesario juro en anima de mi parte.
(firma) Pedro Joseph de Hinostrossa" 22 .
22 A.G.S.F.B. N° F.B. 800 – 801.

En esta audiencia, Hinostrossa no logra que se haga realidad las
pretensiones de hacerle merced a las tierras vacantes del gran Globo del Uribante a
favor de la Villa de San Cristóbal representadas, por su Alférez Real Don Juan
Ignacio Gutiérrez de Caviedes (ver anexo, f. 799 – 800 nota margen izquierda)
reconociendo y aceptando que se le haga antes un estudio pormenorizado. Bajo
estas circunstancias, el Señor Fiscal procedió a aplicar las medidas
correspondientes basadas en su mayoría en las proposiciones hechas por el Señor
Procurador de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá Don Joseph de Hinostroza
que no era otra cosa que obligar a la exploración y descubrimiento de dichas
tierras, abrir caminos hasta la ciudad de Barinas, responder a su Majestad con el
cobro de los 25 pesos y la media anata y con las demás condiciones previstas en las
susodichas propuestas. Allí el Señor Fiscal deja sentado lo siguiente:
"(...) Según las diligencias que se precentan, que la tierra que se pretende es
mucha aunque con sertesa no se sabe su porción hasta con (borrado) y deviendose
haser la composicion por más o menos según la porción de la tierra su calidad y
conveniencia le parece al fiscal se podría dar comicion a una persona que con
imparcialidad y exastitud practicasse el reconosimiento de dichas tierras las
huviesse incluir, y no admitiendo mensura se hiciese por antes una prudente
regulacion abaluasen por peritos y que por lo respectivo a la apertura y camino
informe al gobernador de Maracaivo tomando los de subjetos fidedignos en casso
necesario sobre la utilidad de Dicho camino, dandose la comisión a un subjeto de
aquella jurisdicion que sea de la satisfasión De vuestra excelencia para la practica
de las diligenzias que ban mencionadas (borradas) estas con Toda axactitud y
segun lo que resultasse remitidas las diligenzias con su inspección pedira el fiscal
Lo conbeniente sobre la insignuada propuesta y sobre todo le provera lo que fuere
de justicia. Santa Fe , y noviembre 26 de 1766" 23 .
Al tomar dicha decisión, se tuvo cuidado de informar al Gobernador de
Maracaibo de tal acontecimiento eso demuestra sin duda alguna bajo que
jurisdicción se encontraban las tierras del Uribante, por tal motivo es muy estraño
el que no se conociese en la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá, la composición
del año de 1657 hecha a La Grita. La Real Audiencia de Santa Fe, pide al Señor
Fiscal A Olarte que se dirija al Gobernador de Maracaibo y le manifieste la
necesidad de que disponga de personas probas y experimentadas, para hacer las
experticias que tengan lugar en la región del Gran Globo del Uribante; y luego
informe a la Real Audiencia de Santa Fe sobre la utilidad del camino, que pretende
abrir Don Juan Ygnacio Gutiérrez en dichas tierras. Esto en vías de resguardar
cualquier daño a la Real Hacienda o publico, dicha información tenia que hacerla
23 A.G. S.F.B. N° F.B. 800 (ver anexo 2)

llegar el Señor Gobernador de Maracaibo al gobierno superior de Santa Fe de
Bogotá. (ver anexo 2. F. 801 – 802)
Aún más el mandato de la Real Audiencia de Santa Fe, le indicaba al
Señor Gobernador llamar a los testigos que testificaron haber conocido las tierras
del Globo del Uribante y que fueron presentados, como pruebas por Don Juan
Ygnacio Gutiérrez ante la Real Audiencia; de igualmanera se dejo claro que dichas
tierras no podían ser reconocidas ni menos componerlas hasta que no hubiesen sido
exploradas y descubiertas por las gentes que ha bien tuviese el Señor Gobernador
de Maracaibo nombrar para tal fin. Esto no fue tan sencillo, puesto que la misma
Audiencia determinaba los problemas naturales presentes en esa región, tales como
la cercanía de las lluvias y el poco tiempo de sequía que quedaba (tres meses
enero, febrero y marzo).
Si la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá estaba en desconocimiento de la
composición de las tierras pertenecientes a la Grita, (1657) en las cuales estaban
insertas las del Gran Globo del Uribante, no desconocían la denuncia que había
hecho antes de 1765 el Señor Don Joachín Gutierrez, y Guerrero de las tierras
ubicadas entre los ríos Caparo, Apure, y Suripá pertenecientes a la misma
jurisdicción de la Villa de San Cristóbal y que ponía como ejemplo el Procurador
Don Pedro Joseph de Hinostrossa, ampliando que no procedió por cuanto el Señor
Fiscal de la Real Audiencia no acepto el valor ofertado por Don Joachín de cien
pesos y la media annata dejando de percibir la Real caja dichas entradas, dejándose
de poblar las referidas tierras. (ver anexo 2 f. 803).
Las circunstancias antes descritas y otras como la falta de claridad del pago
de los costos de las diligencias de exploración, confirmación y el poco
ofrecimiento por las tierras en litigio al parecer dio al traste con las aspiraciones
que tenían las gentes de San Cristóbal de apoderarse del Gran Globo de Uribante.
En tal sentido el Fiscal de la Real Audiencia de Santa Fe decía lo siguiente:
"Que respecto a no haverse verificado las diligenzias, mandadas practicar
por decreto de 27 de noviembre del año inmediato passado, a que la merced de
tierras solicitada por Don Juan Ygancio Gutierrez no debe recaer sobre una
porsion indefinida e incierta que puede traer lession a la Real Hazienda mas bien
que utilidad Nuestra merced se ha de servir mandar guardar lo provenido en el
Sitado decreto, y que en reconsecuencia se expida el despacho de diligenzia sin las
que no es admicible la corta cantidad que por las tierras se ofrece ni la pretenzion
al mencionado Gutierrez que assi en justisia que el Fiscal pide. Santa Fe y
Febrero, 25 de 1767. Peñalber. Santa Fe 26 de Febrero de 1767, Autos, Olarte,

Santa Fe 2 de Junio de 1767. Visto como Parece al Señor Fiscal, Olarte
(firmado)" 24 .
Con esta aclaratoria el Fiscal de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá,
dejo sin efecto la petición de anexar las tierras entre el río Uribante y el Sarare a la
Villa de San Cristóbal. En cuanto a reclamo alguno, en ningún momento hubo una
declaración por parte del La Audiencia de Santa Fe de Bogotá ni mucho menos de
La Grita o de Maracaibo en contra de las pretendidas aspiraciones presentadas por
La Villa de San Cristóbal, ya que en la decisión no aparece ningún indicio de este
tipo; por lo contrario al parecer lo que llevo el que se diera el veredicto definitivo
fue el exiguo valor ofertado ante ese máximo tribunal. No obstante si hubo quien
se enfrentara a los intereses de San Cristóbal sobre el "Gran Globo del Uribante" y
no fue otro que la ciudad de Pedraza, quienes protestaron airosamente ante tal
osadía llevando el caso a la propia Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá.
Las molestias causadas por las pretensiones de San Cristóbal
en la ciudad de Pedraza. Barinas.
Ya se ha dicho, que otra de las regiones que se consideraba con derechos
sobre las tierras del Gran Globo del Uribante era Barinas en particular Pedraza, en
cuyos dominios se contaba con este globo de tierra, y que al saberse las intensiones
que tenia la Villa de San Cristóbal de apropiarse de las mencionadas tierras also la
vos contra semejante provocación, poniendo en movimiento su población para
defender lo que consideraban era suyo. Esto condujo a que el Teniente
Gobernador, Justicia Mayor de esta jurisdicción Don Pedro Xavier Evia de Vivas
llamara de urgencia a toda su población para manifestarle tan imprudente noticia y
a la vez tomar acciones que sirviesen de resguardo de dichas tierras de la tan
aprovechada Villa. Evia de Vivas, en su pregón dice lo siguiente:
"En al ciudad de nuestra Señora de las Gracias (borrado) dias del mes de
maio de mil setesientos sesenta y siete años yo Don Pedro Xavier Evia de Vivas
theniente de Gobernador justicia maior en ella abiendo combocado todo el
vecindario asi jente de los principales como todo el comun , del numero estando en
esta mi sala haciendo fuerza de aiuntamiento conferimos y tratamos el que con
ocasión de aver llegado a nuestra noticia el que por los vecinos de la Villa de San
Christobal se pretende estrabiarnos y quitarnos gran parte de nuestra jurisdezion
con el pretesto de que dicha tierra toca y perteneze a dicha Villa y que se debe
reconocer por su jurísdicion siendo asi que lo que hemos reconocemos y la
24 A.G.S.F.B. N°. F. B. 802- 803- 804.

jurisdicion que ha tenido esta tierra sitada en Pedrasa ha sido anteriormente
desde el río de Caparo por la parte del poniente hasta la quebrada de las
(borrado) por el naciente ynseparablemente pues solo al presente se imaginan el
querer a fuerza lo que tan a las claras se vee y asi para que lo que se ve aprendido
por la referida Villa, de ser asi y que se reconzca a nuestro total derecho en el que
hemos vivido antiguamente hemos de liberado el dar y confesiese nuestro poder
general a Don Juan Francisco del Pumar, y la Riva vecino de la ciudad de
Barinas persona de todas circunstancias para confiarse mejor negocios quien se
halla prompto para seguir marcha para la ciudad y Corthe de Santa Fe en cuios
tribunales se ha de presentar alegando nuestro derecho juntamente con una
infacion que ante mi dicho theniente se hizo apedimento de Don Florencio
Fernandez y para que todo tenga efecto que este vecindario desea por el presente
instrumento decimos conocemos y otorgamos todo nuestro poder..." 25 .
Ese poder conferido a Don Juan Francisco del Pumar por la vecindad de
Pedraza, le otorgaba discrecionalidad para defender los derechos que ellos creían
tener sobre las vastas tierras del Uribante, ante el Superior Tribunal del
Excelentísimo Señor Virrey en su Real Audiencia y pedir, alegar y defender el
derecho de la jurisdicción de ese territorio (ver anexo 2 f. 805 – 806 – 807.). De
esta forma Don Juan Francisco del Pumar vecino y residente de la ciudad de
Barinas se presento ante la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá donde presento
querella contra Don Juan Ygnacio Gutierrez de Caviedes vecino de la Villa de San
Cristóbal, expresando que las tierras pertenecientes al Globo del Uribante y a las
cuales el mencionado Señor pidió le hiciesen merced de ellas pertenecen a la
ciudad de Pedraza.
Ésta diatriba, entre la Villa de San Cristóbal y Pedraza de Barinas se
mantuvo por largo tiempo y siguió alimentándose por la falta de decisión y
precisión de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá, apareciendo nuevos
defensores de parte y parte, al igual que el uso de distintas influencias (políticas,
comerciales y hasta familiares) que los querellantes utilizaron en búsqueda de
obtener para sí la razón y el beneficio de la parte en conflicto; que no era otro en
que definitivamente se aprobara por ese Real Tribunal la tan esperada composición
a favor de una de los dos demandantes. Entre estos nuevos defensores se encuentra
Don Blas de Valenzuela Procurador apoderado de Don Juan Ygnacio Gutierrez,
que al comparecer ante ese Real Tribunal el día 20 de mayo de 1769 ventila de
nuevo el caso, pidiendo se le informará el porqué el Gobernador de Maracaibo no
procedió a lo pautado por dicho tribunal (ver anexo 2. F. 816 – 817).
25 A.G.S.F.B. N° F.B. 804 – 805.

Blas de Valenzuela, pidió por medio del Señor Fiscal de la Real Audiencia
de Santa Fe información al Gobernador de Maracaibo sobre el expediente de las
tierras del Uribante – Sarare. En concordancia, la Real Audiencia de Santa Fe de
Bogotá, procedió hacer efectivo el pedimento refrendado por el Virrey del reino de
Santa Fe y a instancia de Don Juan Ygnacio Gutierrez de Caviedes Alférez Mayor
de la Villa de San Cristóbal. En consecuencia Maracaibo respondió lo siguiente:
"(...) recivan justificacion con personas fidedignas practicas, e inteligentes
de los convenientes, o daños, que podra traher la apertura de camino, por la
vereda, que denuncio, para hir a la ciudad de Barinas y bolber de ella, por sus
tierras que se hallan entre los rios Sarare y Uribante, de que pretende merced lo
que reconoceran los citados Theniente o Alcalde Ordinario por su efecto,
haciendolas medir por peritos, que para ello diputaran, procediendo aceptación
del cargo y juramento quienes en caso de encontrar difícil la mensura por ser las
tierras asperas o montuosas derán las leguas estancias o cavallerias que
prudentemente conciba contenga el globo, exponiendo sobre su situacion y
montes, aguadas, y demas que se encontrase en aquel terreno por cuanto conciven
podrá valer según i a con estimación que se le da en el país , a las tierras e
informando en todos los citados Theniente o Alcalde o este govierno en lo que
jusguen correspondiente a instruir el animo del exelentisimo Señor Virrey, y que la
merced solicitada por el enunciado Alferez Real Gutierrez se haga sin perjuicio de
tercero, ni de su magestad lograndose el commodo del publico en el camino que se
intenta habrir para Barinas, y verificadas las diligencias que han prevenido las
remitiran prontamente a este gobierno Y se enzertará lavista del Señor Fiscal Real
y decreto de su excelencia. Dr. Romana (firmado). Proveydo el Señor Don Alonso
del Rio y Castro Theniente Coronel de los Reales exersitos, Gobernador y
comandante General de esta ciudad de Maracaybo y su provincia condictamen del
Señor Doctor Don Antonio Joseph Romana y Herrera, Abogado de la Real
Audiencia del Distrito Theniente General auditor de guerra y lo firmaron a
primero de Agosto de mil setecientos sesenta y Nueve. Antemí Joseph Ygnacio
Balbuena Escrivano publico y de Gobierno" 26 .
Siendo Don Alonso del Rio y Castro, Teniente Coronel de los Reales
Ejércitos, Gobernador y Comandante General de la ciudad de Maracaibo y su
provincia por el Rey Nuestro Señor, hizo saber al Teniente de justicia o Alcalde
Mayor de la Villa de San Cristóbal, el decreto emanado del excelentísimo Señor
Virrey que contenía la petición de Don Ygnacio Gutierrez con fecha ocho de junio
de 1769 y donde se manifestaba la solicitud de merced realizada por éste,
volviendo a señalar los posibles perjuicios que podían surgir con la apertura del
camino entre San Cristóbal y Barinas. De la misma manera expresa que
26 A.G.S.F.B. N° F.B. 817 – 818.