IN LAK´ECH Saludo Maya

absurdo, no cabe en la cabeza; esa proposición es contraria al
principio de identidad. (1998, p. 64).
El filósofo contemporáneo Clement Rosset comenta uno de los
diálogos platónicos llamados Crátilo o del lenguaje, en el que la unicidad se
presenta como característica del ser tal como el principio de identidad indica
siendo el doble imposible:
Sócrates muestra que la mejor reproducción de Crátilo implica
necesariamente una diferencia con respecto a Crátilo: no
puede haber dos Crátilos, pues sería preciso que a cada uno
de los dos le perteneciera paradójicamente la propiedad
fundamental de Crátilo, que es la de ser él mismo y no otro.
Como a cualquier cosa en el mundo, a Crátilo le caracteriza su
singularidad, su unicidad. Esta estructura fundamental de lo
real, la unicidad, designa a la vez su valor y su finitud: cualquier
cosa posee el privilegio de no ser más que una (…). (2008, p.
83).
Más adelante el mismo autor afirma “Se Comprende entonces que
todo lo que es, es uno, y que no hay doble de lo único: por tanto, hay que
decidirse entre ser «individuo» o no ser, y cualquier otra opción queda
excluida.” (2008, p. 100).
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