IN LAK´ECH Saludo Maya

La estrecha relación entre el estadio del espejo y esta tesis fue
establecida solo tardíamente. Eso ayudó al desarrollo de la lógica que cobró
derroteros propios. De haber notado antes el paralelo, todo hubiera quedado
teñido por su influencia y su lenguaje, ya que su gran poder explicativo nos
hubiera llevado a utilizar sus justificaciones y a alienarnos prematuramente
en sus significantes. Creemos que el presente trabajo termina apoyando y
complementando al estadio del espejo.
El estadio del espejo es una fase del desarrollo, la relacionada con la
formación del yo, de ahí su valor histórico en la ontogénesis del humano.
Pero además es un concepto teórico que da cuenta de la estructura
constitutiva del yo.
El niño entre los 6 y 18 meses queda subyugado por el espejo como
no lo hace el chimpancé que se desinteresa rápidamente al comprender la
imagen virtual como ilusoria. El niño no posee la inteligencia instrumental del
chimpancé y en cambio, es traído al mundo en un estado de prematuración
característico. Esta inmadurez genera la dependencia a los adultos
encontrando en sus cuidados la única posibilidad de continuar con vida.
La prematuración implica la vivencia propioceptiva sentida como
fragmentación y es la imagen especular la que le devuelve en contraste la
ilusión dinámica de unidad, armonía, coherencia y estabilidad en un todo
gestáltico de sí mismo que falsea los datos de la realidad vivencial. Debido a
ese desfase, discordancia o incorrespondencia estructural existente entre la
incapacidad para coordinar los movimientos y la imagen virtual coherente;
entre el cuerpo sentido y el cuerpo visto, se genera una tensión irreductible
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