IN LAK´ECH Saludo Maya

Sin embargo, más que situarse a medio camino entre sí y no, es al
mismo tiempo sí y no, ser y no ser. De tal forma, queda evidenciada la
directa correspondencia lógico-estructural de lo siniestro con las figuras del
fantasma y el doble.
Entonces lo siniestro es y no es familiar, es y no es extraño. Tanto
como el fantasma es y no es un muerto, es y no es un vivo. Tanto como el
doble es y no es yo, es y no es otro. Son entidades que cobran existencia
por, y en, la paradoja.
En conclusión, tanto el estudio lingüístico de la palabra siniestro como
las experiencias de lo siniestro (el encuentro con fantasmas o dobles)
poseen la misma matriz lógico-estructural caracterizada por la paradoja.
Por último ilustraremos la experiencia de lo siniestro con este
fragmento del cuento ¿Él? de Guy de Maupassant de 1883.
No tengo miedo de un peligro. Si entrase un hombre, lo mataría
sin que me temblara ni un músculo. No tengo miedo de los
fantasmas; no creo en lo sobrenatural.
No tengo miedo de los muertos; creo en la aniquilación
definitiva de todo ser que desaparece.
¿Entonces?…
Sí, ¿entonces?…
Pues bien! Tengo miedo de mí mismo!
Tengo miedo del miedo!
Miedo de la angustia de la mente que se extravía, miedo de
esa horrible sensación que es el terror incomprensible…
Tengo miedo de los muros, de los muebles, de los objetos
familiares que se animan, para mí, de una especie de vida
animal.
Tengo miedo sobre todo de la horrible turbación de mi
pensamiento, de la razón que se me escapa en un caos,
extraviada por una misteriosa angustia invisible…
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