CDMC Temporada 2008-2009
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<strong>CDMC</strong> <strong>Temporada</strong> <strong>2008</strong>-<strong>2009</strong><br />
Auditorio 400. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía<br />
15<br />
19:30 horas<br />
09<br />
JUN<br />
Ensemble Residencias<br />
Trío Arbós:<br />
Juan Carlos Garvayo, piano<br />
Miguel Borrego, violín<br />
José Miguel Gómez, violonchelo<br />
Neopercusión:<br />
Juanjo Guillem, percusión<br />
Rafa Gálvez, percusión<br />
Juanjo Rubio, percusión<br />
Carlos Cuesta, director invitado<br />
Ramón Lazkano, compositor residente<br />
Hilda Paredes Alegoría tri-partita<br />
Ramón Lazkano Wintersonnenwende-3 *+<br />
Jo Kondo Eight categories<br />
George Benjamin Octet ++<br />
*+ Estreno absoluto, encargo del <strong>CDMC</strong><br />
++ Dirigida por Carlos Cuesta
<strong>CDMC</strong> <strong>Temporada</strong> <strong>2008</strong>-<strong>2009</strong><br />
Auditorio 400. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía<br />
15<br />
19:30 horas<br />
09<br />
JUN<br />
Ensemble Residencias<br />
Trío Arbós:<br />
Juan Carlos Garvayo, piano<br />
Miguel Borrego, violín<br />
José Miguel Gómez, violonchelo<br />
Neopercusión:<br />
Juanjo Guillem, percusión<br />
Rafa Gálvez, percusión<br />
Juanjo Rubio, percusión<br />
Carlos Cuesta, director invitado<br />
Ramón Lazkano, compositor residente<br />
Hilda Paredes Alegoría tri-partita (13’)<br />
Ramón Lazkano Wintersonnenwende-3 *+ (7’)<br />
Jo Kondo Eight categories (8’)<br />
George Benjamin Octet ++ (15’)<br />
*+ Estreno absoluto, encargo del <strong>CDMC</strong><br />
++ Dirigida por Carlos Cuesta<br />
Músicos invitados Carlos Gálvez Taroncher, clarinete<br />
Cécile Daroux, flauta<br />
Paul Cortese, viola<br />
Vitan Ivanov, contrabajo<br />
1
Depósito Legal: M-39.953-2001<br />
NIPO: 556-09-008-7<br />
2
GESTO, IMPROVISACIÓN Y COLOR<br />
Hilda PAREDES, Alegoría tri-partita<br />
Al referirse a Hilda Paredes (Tehuacán, 1957) uno teme caer<br />
en los tópicos de siempre: mujer y mexicana. Es imposible<br />
encontrar una entrevista a Paredes en la que la autora no<br />
tenga que dar cuenta de alguna cuestión relacionada con el<br />
hecho de ser compositora, mujer y mexicana, a pesar de llevar<br />
treinta años viviendo en Londres y de gozar de un prestigio<br />
bien asentado internacionalmente. Otro tópico bien extendido<br />
es el de la ascendencia maya de su música. Si bien es cierto<br />
que gran parte de su catálogo lleva títulos en idioma maya, en<br />
referencia a lo exclusivo y lo secreto que un idioma perdido<br />
como este puede evocar, es francamente difícil encontrar en<br />
la música de Paredes referencias folklóricas o antropológicas<br />
que justifiquen ese supuesto entroncamiento con los mayas.<br />
Es más, su estilo es perfectamente internacional, y sus técnicas<br />
compositivas, en ocasiones, elegantemente inglesas. Al<br />
hablar de sus referentes Paredes se refiere a Stravinsky,<br />
Lutoslawski, Takemitsu, Elliott Carter y a la música tradicional<br />
del norte de la India e Indonesia, y no al folklore mesoamericano<br />
o precolombino o a los nacionalistas Chávez, Revueltas u<br />
otros mexicanos.<br />
En la Alegoría tri-partita para violín, violonchelo y piano, realizada<br />
en el <strong>2008</strong> por encargo del Trio Arbós, a quien está dedicada<br />
la obra, con el patrocinio del Ernst von Siemens Musikstiftung,<br />
encontramos características familiares en la obra de<br />
Paredes: una plasticidad definida por las texturas, la tímbrica<br />
y las articulaciones más que por las armonías, una economía<br />
de medios que se traduce en una expresividad clara y directa,<br />
y un cierto interés por caracterizar a cada instrumento individualmente.<br />
Cada una de las cuatro secciones contrastantes de<br />
Alegoría tri-partita está caracterizada por “la gestualidad, la<br />
rítmica, el tratamiento melódico y las posibilidades instrumentales”,<br />
y vinculadas por elementos recurrentes que reaparecen<br />
en el transcurso de la obra. Esta Alegoría tri-partita<br />
tiene, además, algo de montaña rusa: el material más característico<br />
al oído son sus contínuas subidas y bajadas, tanto en<br />
su mínima expresión, como pueden ser los jetés microtonales<br />
de las cuerdas, hasta los grandes glissandi del piano y pasajes<br />
que ascienden o descienden de forma gradual. Todo ello, claro<br />
está, arropado por un sutil trabajo rítmico y melódico de con-<br />
3
4<br />
traste que lleva la obra mucho más allá de lo que pudiera<br />
parecer obvio.<br />
La autora explica así el desarrollo de Alegoría tri-partita: “La<br />
primera parte introductoria se caracteriza por ideas contrastantes<br />
que se suceden y que desembocan en un clímax virtuosístico<br />
en los tres instrumentos. Los confrontamientos de<br />
ideas: tremolando, pizzicato y cascadas en el piano, se suceden<br />
e interrumpen antes de desintegrarse en pizzicato en las cuerdas,<br />
lo que da paso a la primera transición caracterizada por<br />
col legno battuto sobre una nota que se ha tocado en pizzicato<br />
con la mano izquierda. Esta nueva textura desemboca en la<br />
segunda sección de la obra en la que prevalece el arco jeté en<br />
la cuerda en interacción con staccatos y arpegios en el piano.<br />
Una segunda transición, caracterizada por el ton loss en la<br />
cuerda y glissandi en el arpa del piano, nos lleva a la tercera<br />
sección en la que se combinan nuevos elementos instrumentales<br />
a partir de la sordina metálica en la cuerda y la continuación<br />
de los glissandi dentro del piano escuchados en la<br />
transición. Pequeños clusters en el piano interrumpen el discurso<br />
de la cuerda y así, se establece la interacción instrumental<br />
de esta tercera sección.<br />
La tercera transición combina los elementos de la segunda,<br />
pero también los armónicos en la cuerda que caracterizan la<br />
cuarta parte de la obra cuyo liricismo desemboca en la coda<br />
final construida con elementos de la introducción.”<br />
Ramón LAZKANO, Wintersonnenwende-3<br />
Wintersonnenwende-3 es la decimosexta y, hasta el momento,<br />
última de las creaciones que Ramón Lazkano (San Sebastián,<br />
1968) ha incorporado a su extenso ciclo de obras camerísticas<br />
inspiradas en el Laboratorio de tizas del escultor vasco Jorge<br />
Oteiza. El Laboratorio de tizas, custodiado en la Fundación<br />
Museo Jorge Oteiza de Alzuza (Navarra), es una vasta colección<br />
de alrededor de dos mil piezas de pequeño formato realizadas<br />
en tiza, latón, escayola, papel, madera y corcho, nacidas<br />
de la experimentación personal de Oteiza tras dar por concluida<br />
su investigación escultórica pública en 1959. Todas ellas<br />
forman un corpus deslumbrante en su diversidad. No obstante,<br />
y aunque se trata de obras escultóricas de primer orden, el<br />
espíritu de lo incompleto y lo provisional sobrevuela el interior<br />
de la cámara sellada que las cobija en Alzuza. No debemos<br />
olvidar que se trata, básicamente, de apuntes: en alguna gra-
ación se puede observar la forma rápida y nerviosa en que<br />
Oteiza trabajaba sobre estos pedazos de materia fácilmente<br />
modelable, como si el crear escultura fuera un ansia vital que<br />
no podían saciar del todo el ensayo estético ni la poesía, formas<br />
a las que se dedicó tras el 59.<br />
La investigación estética de Ramón Lazkano en el ámbito de<br />
lo musical presenta una serie de afinidades claras con la de<br />
Oteiza en lo escultórico. Una de ellas es la preocupación por el<br />
espacio y la fisicalidad del sonido. En una entrevista reciente,<br />
Lazkano habla literalmente de “tallar el sonido”, de darle forma<br />
en un espacio invisible pero determinado por la realidad física<br />
de las vibraciones sonoras. Él lo describe como “una forma de<br />
emanación espacial común entre la escultura y la música”, aunque<br />
puntualiza que no se trata de simbiosis ni tiene por qué<br />
implicar causalidad. No obstante, si insistiésemos en revelar el<br />
lado escultórico de Lazkano, lo podríamos lograr con tótems<br />
orquestales como Zur-Haitz (Madera-Piedra), Hilarriak (Piedras<br />
funerarias) o Ilunkor, de una fisicalidad sonora que logra poner<br />
en vibración cada centímetro cúbico de aire de esos monumentales<br />
espacios vacíos que son salas de conciertos, empleando<br />
un símil muy afín al pensamiento de Oteiza.<br />
¿Qué ocurre con el Laboratorio de tizas para que Lazkano<br />
haya regresado a él hasta dieciseis veces? Juan Pablo Huércanos,<br />
subdirector del Museo Oteiza, da una pista sobre el verdadero<br />
valor del Laboratorio cuando explica que para Oteiza “la<br />
escultura más monumental debía caber en el hueco de una<br />
mano, porque el hueco de la mano nos da la medida del<br />
mundo.” Esto implica una cuestión fundamental sobre lo afectivo<br />
para Lazkano: “Uno puede abrazar las piezas pequeñas en<br />
una especie de relación directa con el tamaño de uno mismo.<br />
Eso es algo que me resulta maravilloso en el Laboratorio de<br />
Oteiza. Existe la posibilidad de abrazar todo ese mundo experimental<br />
con una cercanía física muy grande, debido al tipo de<br />
formato y a la multiplicación de piezas que rehuyen la idea del<br />
gigantismo y que no rebasan el espacio físico que uno percibe<br />
de sí mismo.”<br />
En su acercamiento sonoro al Laboratorio de tizas, Lazkano<br />
opta por conjuntos de cámara de instrumentación, a veces,<br />
bastante inusual, pero es en esa elección de un formato<br />
pequeño y materiales infrecuentes donde terminan los paralelismos<br />
directos con la colección escultórica. Parece que a Lazkano<br />
no le interesa tanto el resultado concreto de los experimentos<br />
de Oteiza como el ansia misma de experimentación<br />
personal que es principio generador de las dos mil esculturas<br />
5
6<br />
de la colección. “La idea de estas piezas únicas -explica en<br />
relación a sus obras- es responder en cada momento a una<br />
cuestión concreta y precisa, y no a la elaboración compleja de<br />
muchos materiales distintos en el tiempo.” Esa respuesta<br />
puede llegar en formas y duraciones muy diversas. Así, y<br />
ciñéndonos al subciclo Wintersonnenwende (Solsticio de invierno),<br />
la primera de las piezas dura dos minutos y medio y está<br />
escrita para trío de cuerda y celesta, pero la segunda es para<br />
violonchelo y piano y dura doce minutos. Wintersonnenwende-1<br />
se inspira en la luz fugaz del día más corto del año, mientras<br />
que Wintersonnenwende-2 celebra la desaparición de esa luz<br />
con la llegada de la noche más larga.<br />
Wintersonnenwende-3, finalizada el 12 de mayo de <strong>2009</strong>,<br />
está escrita para violín, violonchelo, piano y percusión, y dura<br />
aproximadamente siete minutos. Su fisonomía es brillante y<br />
nerviosa, con unas cuerdas que mutan su sonoridad constantemente<br />
y una percusión que zozobra entre ritmos que nunca<br />
terminan de asentarse. Parece que esté concebida a base gestos,<br />
más que de notas. Es un perfecto ejemplo de este proyecto<br />
singular, el Laboratorio de tizas, que para Lazkano: “no es en<br />
realidad un proyecto, sino un movimiento espontáneo”.<br />
Jo KONDO, Eight categories<br />
Jo Kondo (Tokio, 1947) llama a su música “Sen No Ongaku”,<br />
música lineal. Intentar definirla nos lleva al callejón sin salida<br />
al que han llegado ya otros comentaristas de la música del<br />
japonés, que no saben si clasificarlo como minimalista, impresionista,<br />
modernista, todo ello a la vez o absolutamente nada<br />
de eso. El propio Kondo se define como “libre de categorías”,<br />
y cuenta su anécdota con Morton Feldman, quien le dijo que<br />
debería vivir en Hawai, un lugar entre Japón y América, entre<br />
Oriente y Occidente. La clave que explica la música de Kondo,<br />
en todo caso, es la ambigüedad. Él dijo en una ocasión que su<br />
música “no se refiere al arte de ser ambiguo, sino que ES el<br />
arte de ser ambiguo.” Esta ambigüedad proviene de su forma<br />
de estructurar la música, que a menudo deja a los intérpretes<br />
perplejos. Kondo, a diferencia de la inmensa mayoría de compositores,<br />
estructura su música desde lo más pequeño, centrándose<br />
en los sonidos individuales. Es la micro-estructura<br />
de cada sonido individual lo que le interesa, y reconoce no<br />
tener un interés excesivo por dotar de un significado global a<br />
la pieza: “Se podría decir que mis composiciones, más que
una construcción integrada de sonidos, es una colección de<br />
sonidos, cada uno con su propia cualidad musical proveniente<br />
de sus relaciones intertonales.”<br />
Otra carácterística bastante particular en Kondo es que<br />
algunos elementos constructivos de su música aparecen recurrentemente<br />
en numerosas obras de su catálogo, algo que ha<br />
hecho sospechar de una posible interrelación entre piezas.<br />
Curiosamente, la explicación que da el japonés sobre esto es<br />
aún más sorprendente que el hecho en sí: “Siempre empiezo<br />
a escribir una nueva pieza desde cero. Mi forma de componer<br />
es una especie de improvisación, no sobre un instrumento,<br />
sino directamente sobre el papel. Antes de empezar a apuntar<br />
las notas no tengo plan ni método sistemático alguno, ni<br />
siquiera sé cuánto va a durar la pieza. Cuando improvisas tiendes<br />
a utilizar material que ya has usado en improvisaciones<br />
anteriores. De la misma manera, puedes encontrar que el<br />
mismo material aparece en otra pieza mía, porque es una<br />
improvisación sobre el papel.”<br />
Eight categories, compuesta en 1991 como respuesta a un<br />
encargo del Festival de Verano de Tokio, hace uso una vez más<br />
del que es sin duda el instrumento insignia de Kondo: el cencerro.<br />
Esta fijación del japonés por los cencerros llegó a su<br />
máxima expresión con Under the umbrella, una larga pieza del<br />
76 compuesta exclusivamente para cencerros y un gong. Esto<br />
provocó un comentario del antes mentado Morton Feldman:<br />
“Somos más dependientes de modelos con la percusión de lo<br />
que lo somos con otros instrumentos, por eso hay tanta música<br />
para percusión repleta de clichés. Pero él [Jo Kondo] está<br />
locamente enamorado de los cencerros, y los utiliza de una<br />
manera hechizante y correctísima en su pieza, lo que da a la<br />
música un aire de distinción. Yo no tengo afinidad con un cencerro,<br />
así que eso me resulta muy, muy interesante.” Efectivamente,<br />
la utilización que Jo Kondo hace de los cencerros nos<br />
transporta más al mundo del gamelán que a la escena bucólica<br />
que a todos se nos pasa por la cabeza en un primer instante.<br />
Eight categories hace uso de quince cencerros repartidos en<br />
tres sets de percusión que suman un total de treinta y nueve<br />
instrumentos, entre los que destacan marimbas y vibráfono<br />
por el uso que Kondo hace de ellos, como si quisiera imitar el<br />
complejo espectro armónico de los cencerros o de campanas.<br />
Aunque la repetición está muy presente, Eight categories<br />
esconde una serie giros sutiles pero inesperados en su evolución,<br />
que la diferencian de otras obras del periodo anterior del<br />
japonés.<br />
7
8<br />
George BENJAMIN, Octet<br />
En contraste con el prolífico Jo Kondo, el programa de hoy termina<br />
con un autor que ha dado también mucho de que hablar,<br />
pero por todo lo contrario: por no componer. Si el japonés improvisa<br />
sus creaciones, el paranoico perfeccionismo de George<br />
Benjamin (Londres, 1960) le ha embarcado en procesos creativos<br />
de hasta diez años, como en el caso, ¡qué ironía el título!, de<br />
la pieza orquestal Sudden time (Tiempo súbito) terminada en<br />
1993. Su Octeto para flauta, clarinete, celesta, percusión, violín,<br />
viola, violonchelo y contrabajo tiene un estatus difícil de definir:<br />
si el inglés hubiera compuesto el triple de lo que lo ha hecho<br />
hasta la fecha, este Octeto quizá sería considerado una pieza de<br />
juventud; como no lo ha hecho, se trata de una de las obras clave<br />
de su producción camerística.<br />
Fue compuesto en 1978, año en que Benjamin, con dieciocho<br />
años, creó también su obra más influenciada por las enseñanzas<br />
de Messiaen, la Sonata para piano. El Octeto, en contraste, es ya de<br />
una madurez extraordinaria, y anticipa claramente las que serían<br />
las piezas orquestales que le harían mundialmente famoso en los<br />
cuatro años siguientes, Ringed by the Flat Horizon (1980), A Mind of<br />
Winter (1981) y At First Light (1982). Hay, no obstante, algunas diferencias<br />
estimables entre ellos: aunque el Octeto está inmerso ya en<br />
el particular concepto colorístico de Benjamin, su orquestación es<br />
más clásica, con cuerdas y vientos trabajando casi siempre en bloques<br />
diferenciados y la celesta y la percusión como nexo tímbrico<br />
entre ambos. Suena magnífico gracias al cuidadoso trabajo armónico,<br />
repleto de cuartas y quintas, pero no hay lugar en este Octeto<br />
para los delicados equilibrismos tímbricos de las piezas orquestales.<br />
Otra diferencia notable está en el carácter: mientras que A<br />
Mind of Winter o At First Light deben su magia a sonidos prolongados<br />
y texturas complejas y evocadoras, el Octeto es una obra dramática<br />
en la gran tradición camerística del término. Las seis secciones<br />
y las transiciones inteligentemente articuladas que las unen<br />
generan una tensión estructural que empujan la música siempre<br />
hacia delante, desde un inicio ambiguo hasta un final que se desvanece<br />
sutilmente. Entre medias nos encontramos con prolongadísimos<br />
crescendos construidos mediante la proliferación rítmica de<br />
los instrumentos en contrapunto, partes homofónicas de gran<br />
agresividad, pasajes de armónicos y celesta puramente franceses...<br />
todo un catálogo de recursos magistralmente empleados y<br />
que conforman una pieza impactantemente talentosa y precoz.<br />
Mikel Chamizo
© Xavi M. Miró<br />
ENSEMBLE RESIDENCIAS<br />
Se establece como grupo gracias al fruto del trabajo conjunto<br />
durante los últimos años del Trío Arbós y del Grupo Neopercusión,<br />
dentro del ciclo “Residencias” promovido por el Centro<br />
para la Difusión de la Música Contemporánea. En el año 2005,<br />
el compositor Jorge Fernández Guerra lanzó la idea de “Residencias”:<br />
una plataforma que tenía como objetivo la realización<br />
de varios conciertos dentro de la temporada del <strong>CDMC</strong> en<br />
el Auditorio 400 del Museo Nacional Centro de Arte Reina<br />
Sofía, interpretados conjuntamente por grupos españoles de<br />
pequeño formato y de reconocido prestigio dentro del panorama<br />
internacional de la música actual, junto a destacados<br />
solistas invitados.<br />
Trío Arbós y Grupo Neopercusión, dos grupos que comparten<br />
años de constante trabajo, una trayectoria ascendente y la<br />
pasión y el rigor a la hora de abarcar este tipo de repertorio,<br />
han conformado un conjunto de intérpretes que, desde su presentación,<br />
han ejecutado programas del más alto nivel, fascinando<br />
a público y a crítica especializada por sus sorprendentes<br />
y extraordinarias interpretaciones y por su compromiso<br />
con la música de vanguardia.<br />
9
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Desde 2005, el Ensemble Residencias ha realizado un gran<br />
número de estrenos mundiales y nacionales, ha interpretado<br />
importantes obras del repertorio de autores como Stockhausen,<br />
Carter, Crumb, Kyburz, Spahlinger, Vivier, Harvey, Xenakis,<br />
Sciarrino, Fedele, Aperghis, Feldman, Davidovsky, Lindberg,<br />
Zimmermann, Wenjing, Ferneyhough, etc., y ha inspirado novedosas<br />
creaciones de compositores como Jesús Torres, Mauricio<br />
Sotelo, Eneko Vadillo, Alberto C. Bernal, Miguel Gálvez Taroncher,<br />
Gregorio Jiménez, Ramon Humet, Oliver Rappoport, Voro<br />
García, María de Alvear y Juan María Cué consolidándose como<br />
uno de los proyectos más interesantes y atractivos de la música<br />
contemporánea española.<br />
En <strong>2008</strong> el Ensemble Residencias organizó y protagonizó los<br />
Encuentros de Música Contemporánea de Gijón (Asturias): un<br />
espacio de encuentro entre intérpretes, público y compositores<br />
articulado en torno a conciertos, talleres y mesas redondas que<br />
han suscitado un gran interés a nivel nacional. Recientemente el<br />
Ensemble Residencias ha grabado la obra de Oscura Llama de<br />
Mauricio Sotelo para el sello Glossa-Diverdi en colaboración con<br />
el flautista Roberto Fabbriciani, el contrabajista Stefano Scodanibbio,<br />
y el cantaor Arcángel, dirigidos por el propio compositor.
AUDITORIO 400 MNCARS. PRÓXIMOS CONCIERTOS<br />
22 de junio<br />
SOLISTAS DE LA ORCAM<br />
PROGRAMA<br />
“El último Stravinsky”<br />
Cantata<br />
Three Songs from William Shakespeare<br />
Introitus T. S. Eliot in Memoriam<br />
Septet<br />
In Memoriam Dylan Thomas<br />
Misa<br />
29 de junio<br />
Ernst KOVACIC, violín<br />
Steven DANN, viola<br />
Anssi KARTTUNEN, violonchelo<br />
Electroacústica LIEM<br />
PROGRAMA<br />
Ernst KRENEK: Parvula Corona Musicalis<br />
Pablo ORTIZ: Trois Tangos en Marge *<br />
Kaija SAARIAHO: Vent Nocturne<br />
Michael SPASSOV: HEX **<br />
Arnold SCHOENBERG: String Trio<br />
Martes, 30 de junio. 19:30h.<br />
JIEM XVI. (Jornadas de Informática y Electrónica Musical)<br />
"El Laboratorio del Espacio"<br />
Multidifusión de sonido en 22 canales "surround"<br />
PROGRAMA<br />
Ricardo ATIENZA BADEL: Voyage d'eau II<br />
Joan BAGES I RUBÍ: Surrealistas PDJ<br />
Juan GARCÍA ESCUDERO: Sur la pente du talus<br />
Pedro GUAJARDO: Fire<br />
Guillermo GUTIÉRREZ HERNÁNDEZ: Broken Air<br />
José María PASTOR SÁNCHEZ: PM8<br />
Diego SAIZ IZQUIERDO: Díptico II<br />
* Estreno mundial ** Estreno en España<br />
11
Centro para la Difusión de la Música Contemporánea<br />
12<br />
director Jorge Fernández Guerra<br />
coordinadora de producción<br />
y asistente del director Charo López de la Cruz<br />
gerencia Enrique García<br />
administración Mercedes Tenjido<br />
Ana Gil<br />
Juana Lerma<br />
Patricia Gallego<br />
servicios de prensa Gema Parra<br />
Laboratorio de Informática y Electrónica Musical (LIEM-<strong>CDMC</strong>)<br />
coordinador Adolfo Núñez<br />
audio Juan Ávila<br />
software Juan Andrés Beato<br />
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía<br />
Santa Isabel, 52.<br />
28012 Madrid<br />
Tels. 91 7741072 - 91 7741073<br />
Fax. 91 7741075<br />
http://cdmc.mcu.es<br />
cdmc@inaem.mcu.es<br />
Catálogo general de publicaciones oficiales<br />
http://publicaciones.administracion.es
Nueva página web<br />
Centro para la Difusión<br />
de la Música Contemporánea<br />
http://cdmc.mcu.es<br />
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