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dado que los costes implicados en esta operación no son realmente tan elevados como a veces<br />
se podría presuponer.<br />
Por otro lado, si bien las vidrieras son generalmente obras unitarias de gran formato, compuestas<br />
por numerosos paneles individuales, cuando una vidriera llega a un museo o exposición lo hace<br />
generalmente en forma de paneles individuales y no como una vidriera entera. Esta característica,<br />
a diferencia de otro tipo de obras, supone en cierta manera el presentar una parte fragmentada y<br />
descontextualizada de una obra global. No obstante, a menudo la simple presencia de unos pocos<br />
paneles en una exposición puede ser lo suficientemente atractiva para el gran público, tal y como<br />
se puede comprobar en las muchas obras expuestas en museos por toda Europa. Ocurre lo<br />
mismo en España en el caso de los retablos, los cuales, a veces fragmentados y a veces<br />
completos, son habitualmente expuestos en los museos.<br />
Figura 5. Imagen superior: inauguración de una<br />
exposición sobre vidrieras en el Museo del<br />
Hermitage en San Petersburgo (Rusia). En algunos<br />
países, la presencia de vidrieras tanto en<br />
exposiciones temporales o en colecciones<br />
permanentes como en museos o en salas de<br />
exposiciones es un hecho bastante frecuente.<br />
Imagen inferior: Museo de la FCNV de La Granja de<br />
San Ildefonso, uno de los escasos museos<br />
españoles donde se exponen vidrieras de forma<br />
permanente.<br />
Muchas de las dificultades que puede suponer el<br />
desmontaje y montaje de una vidriera han sido<br />
paulatinamente solventadas en las últimas<br />
décadas con la instalación de acristalamientos de<br />
protección de tipo isotérmico. Este método de<br />
conservación preventiva, conocido a menudo<br />
como un sistema semi-museístico, si bien no evita<br />
el montaje de andamios, sí que facilita y acelera<br />
enormemente el proceso de desmontaje de<br />
paneles individuales o de toda una vidriera. De<br />
esta manera es posible disponer de paneles para<br />
su exposición, estudio o protección, evitando<br />
gastos y riesgos innecesarios.<br />
Otro de los motivos por los que en otros países<br />
existe una abundante presencia de vidrieras en<br />
sus museos es debido a la gran movilidad que<br />
tradicionalmente ha tenido este tipo de obras.<br />
Esta facilidad de movimiento, entendida aquí<br />
como una propiedad de los bienes muebles, es<br />
sin duda lo que ha fomentado la posibilidad de un<br />
mercado de compra y venta de estas obras. En<br />
España no hemos tenido una tradición de<br />
coleccionismo contemporáneo como ha sucedido<br />
en otros países. El coleccionismo en el caso de<br />
las vidrieras, especialmente el desarrollado<br />
durante los siglos XVIII y XIX, fomentó que en<br />
algunos países, especialmente en el Reino Unido,<br />
se desarrollara un atractivo mercado para de este<br />
tipo de obras, las cuales, o bien fueron colocadas<br />
en los ventanales de otros edificios o bien han<br />
terminado formando parte de colecciones<br />
públicas o privadas. En España sin embargo<br />
nunca ha existido una valoración semejante por el<br />
arte de la vidriera, ya fuera por parte de<br />
particulares o instituciones públicas, como para<br />
que se hubiera generado este tipo de comercio<br />
alrededor de las vidrieras.<br />
En cualquier caso, dado que ésta no es la situación española, sí que existen otras maneras de<br />
hacer llegar este tipo de obras a los museos o exposiciones. Una primera posibilidad<br />
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