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<strong>Año</strong>s más tarde, concretamente en 1469, con decreto de 16 de junio, se obligó a todos los padroni<br />
de Murano a marcar su producción con un sello y que tal marca no pudiera ser similar a la de otro<br />
padrone.<br />
Sin embargo, el robo de información reservada más famoso relativo a los Barovier fue el<br />
perpetrado por Giorgio Ballarin a mediados del XV.<br />
De origen extranjero ―era oriundo de Split en Croacia―, Giorgio Ballarin llegó a Venecia en 1456,<br />
alojándose en casa de otro vidriero compatriota suyo llamado Menego Caner. Más tarde, ya como<br />
“famulus”, es decir operario, trabajó y vivió con Marino y Marco Barovier. Este último hubo, sin<br />
embargo, de despedirlo como consecuencia de la aprobación de las leyes restrictivas contra el<br />
aprendizaje de extranjeros. Sorprendentemente, en 1481 y en contra de la legislación veneciana,<br />
Giorgio Ballarin aparecía inscrito ante el Podestá de Murano como “Magister Vitrarius”, abriendo<br />
con un compatriota su primer taller en Venecia.<br />
“Giorgius Sclavonus, vitrearius, dicto Ballarin” tuvo que superar diversas dificultades y el acoso de<br />
la gastaldía de Giovanni Barovier, quien le acusó junto con un grupo de compatriotas ―Zorzi di<br />
Spalato dito Ballarin, Zuan Tamburlin dito Salamon y Piero Chaner de Spalato― ante la Avvogaria<br />
del Comun por el delito de sacar materia prima de Murano con la intención de abrir un horno en<br />
Venecia. Al año siguiente, el 1 de julio 1482, el taller de Ballarin en Venecia era cerrado 15 .<br />
Después de diez años de infructuosos intentos, en 1491, Giorgio Ballarin, reconocido como<br />
maestro de vidrio por el gremio desde finales de los años setenta del XV, lograba abrir su propio<br />
taller en la isla de Murano, donde trabajaría hasta el final de sus días en 1506, logrando gran fama<br />
en la Italia del Renacimiento 16 por sus estupendas composiciones y, especialmente, por sus<br />
magníficos esmaltes.<br />
Lo significativo de este vidriero fue que, viniendo de una zona sin especial tradición vidriera como<br />
era Split, alcanzase en tan poco tiempo la maestría en el arte del vidrio siendo extranjero y que, de<br />
un modo casi inmediato a la consecución del reconocimiento, fuese perseguido por la gastaldía y<br />
las instituciones venecianas controladas por los Barovier. En buena lógica, un hombre de gran<br />
talento como Giorgio Ballarin habría sido protegido por el gremio, conservándose para Venecia<br />
ese don. No hay que olvidar que las leyes gremiales si bien prohibían la enseñanza de la maestría<br />
en el arte del vidrio a los operarios extranjeros, alentaba la asimilación de éstos cuando se trataba<br />
de maestros.<br />
La explicación a la repentina maestría de Giorgio Ballarin era descrita de manera muy gráfica por<br />
Astone Gaspareto 17 en 1958:<br />
Ricorda sempre Giannantonio che durante una momentánea asenza della bottega dei Barovier,<br />
di Maria, un famulus tale Giorgio Ballarin, entrase nel local dove si tenevanno le ricette per la<br />
composizione di vetro e rubatele, le consegnasse a un vetrario concorrente del quale poi per<br />
premio sposò la figlia con la cui dote fondo una fornace que fu famosa anche nel secolo succesivo.<br />
Es decir, la maestría de Ballarin se basó en el robo del libro di fornace de la bottega de Angelo<br />
Barovier, también recogido por Cesare Moretti a principios del XXI 18 .<br />
Para lograr su objetivo, además de trabajar durante años como operario en la bottega de los<br />
Barovier, Ballarin comenzó a frecuentar a la hija del gran Angelo Barovier, llamada María y<br />
conocida como Marietta, logrando la familiaridad y confianza suficiente que le permitió comprender<br />
15 Zecchin, 1987I: 59.<br />
16 Levi, 1895: 23-27.<br />
17 Gaspareto, 1958: 80.<br />
18 Moretti, 2001: 60.<br />
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