La recepción de Maquiavelo y en ámbito iberoamericano - Contrastiva

La recepción de Maquiavelo y
en ámbito iberoamericano
Edición de
María Begoña Arbulu Barturen
Sandra Bagno
.
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La recepción de Maquiaveloy Beccaria en ámbito iberoamericano
Edición de
Maria Begoña Arbulu Barturen y Sandra Bagno
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Dipartimento di Romanistica
PRESENTACIÓN
1'
Indice
RECEPCIÓN Y FORTUNA DE lL PRINCIPE DE MAQUIAVELO
EN ESPAÑA
María Begoña Arbulu Barturen
1. Introducción
2. Ilprimipe: la obra en su contexto histórico
2.1. Vida y obra de Maquiavelo
2.2. La publicación de las obras de Maquiavelo
2.3. Il principe
2.3.1. La génesis y composición
2.3.2. El género literario
2.3.3. La estructura
2.3.4. Estilo
3. La fortuna de Maquiavelo en Italia y Europa: el caso de España
3.1. Maquiavelo y la Iglesia: la prohibición de sus obras
3.1.1. Italia
3.1.2. El resto de Europa
3.1.3. El caso de España
3.2. Maquiavelismo y antimaquiavelismo en España
3.2.1. Reflexiones generales
3.2.2. Maquiavelismo y antimaquiavelismo en España
4. La fortuna de Ilprincipe en España
5. Conclusiones
Fuentes
Bibliografía
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I

María Begoña Arbulu Barturen
Tommasici, Oreste (1900) "Intomo ad una nuova eclizione del Principe" en Rendiconti
dei!Accademia dei Lincei, 1900, págs. 311-316.
Urzainqui, Inmaculada (1991): "Hacia una tipología del traductor en el siglo XVIII: los
horizontes del traductor" en M.L. Donaire y F. Lafarga (eds.), Traducción y
adaptación cultural: España-Francia, Oviedo, Universidad de Oviedo, págs 623-638. Argumentación y cohesión discursiva
en las primeras traducciones
al español de Dei delitti e delle pene
de Cesare Beccaria
90
1. Introducción
F!orencio del Banio de la Rosa
En su obra más conocida, Dei de!itti e del/e pene (1" ed., Livorno, 1764) 1 ,
Beccaria describe la situación legal de la Europa de la segunda mitad del siglo
XVIII, poniendo de relieve la desproporción entre delitos y penas, la antigüedad
y tirania de las leyes y sus deseos de modificar el código penal, y coloca las
bases del moderno Estado de Derecho 2 • Sin embargo, la exposición de Beccaria
no indica cómo ha de llevarse a cabo la reforma concreta, sino que, más bien,
intenta convencer al lector de la necesidad y urgencia de tal reforma.
Por este motivo, nos interesa en este trabajo presentar la estructura
argumentativa que subyace a la obra original y analizar cómo ésta, así como
otros elementos de la argumentación, se reflejan en las primeras traducciones al
1 Para el texto italiano, seguimos la edición presentada por Franco Venturi (véase la
referencia en la sección de "Fuentes" al final del trabajo), que recoge la última edición
realizada por Beccaria, la de 1766, edición que, como dice el editor moderno, fue

Flormcio del Barrio de la Rosa
filósofo italiano una forma más codificada (Godechot, 1966). Los dos
traductores españoles adoptan la propuesta del francés y titulan sus
traducciones con el nombre de Tratado de los delitos y de las penas. En efecto, la
obra de Beccaria no se ocupa únicamente de los delitos y de las penas, sino de
la relación que ha de establecerse entre ellos, por medio de los procedimientos
para investigarlos y juzgarlos. De este manera, los tres sustantivos del título se
convierten en los tres tópicos: delitos, penas y procedimientos, de los que se
trata en la obra 5 •
Pero el filósofo y jurista italiano no se limita únicamente a exponer los
errores de una legislación anticuada y brutal, en la que dominaba la
desproporción entre los delitos y las penas, y a examinar

Florencio del Barrio de la Rosa
ilustración, controlen las pasiones y puedan Vlvl.r con la confianza y la
tranquilidad que proporciona una sociedad gobernada por leyes justas y
eficaces: «Si se trata seriamente de evitar delitos, es necesario hacer leyes claras,
sencillas y tales que toda la sociedad gobernada por ellas reuna sus fuerzas para
defenderlas» (Rivera, XLI, 122). Además, Beccaria sugiere una serie de medios
que contribuirían al fin de los delitos: la ilustración (capítulo 42, de las ciencias), el
fin de la corrupción (capítulo 43, de los magistrados), las recompensas a la virtud
(capítulo 44, de las recompensas) y, por último, la educación (capitulo 45, de la
educacion).
De este modo, cuando los castigos sean por fin moderados, eficaces y
humanos, no habrá necesidad de aplicar la clemencia (capitulo 46, delperdon).
4. Fase de la conclusión. Esta fase supone el fin de la argumentación y
establece la validez o el rechazo de la Opinión defendida en la argumentación.
En el Tratado de los delitos y de las penas se trata de comprobar la necesidad de
cambiar las leyes. Si se atiende a las palabras con que se finaliza la obra, se
comprueba cómo la necesidad de cambiar las leyes adaptándolas a la sociedad
contemporánea queda demostrada y aceptada:
(3) Daré fin á mi obra observando que el rigor de las penas debe ser relativo al
estado actual de la nacion. [ ...]. Al paso que se suavizan las costumbres en el
estado social, se aumenta la sensibilidad; y si entonces se desea conservar las
mismas relaciones entre el objeto y la sensacion, es necesario disminuir el rigor
de los suplicios (Rivera, XL'li, 133).
2.2. Losprotagonistas de la argumentación
Es interesante observar la argumentación como un proceso comunicativo,
en el que está involucrado un interlocutor. En efecto, en la obra de Beccaria, no
existe únicamente la intención de exponer un punto de vista, sino también de
convencer de una opinión. Aunque el texto de Beccaria es monológico, se deja
ver la presencia de distintos interlocutores: el lector ideal, ilustrado; y un lector
vulgar, obstáculo para la consolidación de las ideas ilustradas. El lector
ilustrado, cuyos asentimiento y comprensión busca Beccaria, constituye el
verdadero antagonista de la argumentación, el interlocutor ideal: «pero los
filósofos, para quienes escribo... » (Rivera, Introducción, 3); «si hablase yo á
gentes que no estuviesen ilustradas con las luces de la religion ...» (Rivera, XXXI,
93); etc.
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Ar:gumentacióny cohesión dismrsiva en las primeras traduccioms de Dei delitti e delle pene
2.2.1. Lapresencia delyo protagonista
El protagonista de la argumentación que aparece en el Dei delifti e del/e pene
puede identificarse con su autor, es decir, con Cesare Beccaria. Sin embargo, en
el momento en que se estudian las traducciones de la obra el protagonista de la
argumentación ya no es únicamente el autor del original, sino que además debe
tenerse en cuenta al traductor, pues éste, en efecto, va a intervenir en el texto,
no sólo desde el punto de vista traductológico, sino también desde el textual.
Después de analizadas las diferencias que a este respecto se encuentran entre la
traducción de De las Casas y la de Rivera, se estará en una mejor posición para
sostener esta opinión.
Tanto la traducción de De las Casas como la de Rivera mantienen los casos
en que Beccaria se hace presente en su obra a través del pronombre de primera
persona. Basten los siguientes ejemplos:
(4a) Yo creo que la confesion del reo, que en algunos Tribunales se requiere como
esencial para la condenacion, tenga un origen no desemejante (Casas, XVI, 82-3).
(4b) Yo creo que se puede señalar el mismo origen al uso que observan ciertos
tribunales de exigir la confesion del reo como esencial para su condenacion
(Rivera, XVI, 42).
(Sa) Me juzgo con derecho de sacar una conseqüencia general (Casas, XXXI, 186).
(Sb) Me creo autorizado para deducir una consecuencia general (Rivera, XXXI, 96). 10
Sin embargo, llaman la atención los casos en que De las Casas, fiel a
Beccaria, emplea expresiones impersonales, que ocultan al protagonista,
mientras que Rivera utiliza la primera persona:
(6a) Estas Leyes, heces de los siglos mas bárbaros, se han examinado en este libro
por la parte que corresponden al systema criminal (Casas, Autor, XIII).
(6b) Estas leyes, restos de los siglos mas bárbaros, son las que examino en la
presente obra, por lo que toca á la jurisprudencia criminal (Rivera, Autor, VIII).
(7a) Las criticas mal entendidas, que se han publicado contra este Libro, se fundan
sobre confusas nociones (Casas, Autor, :xv).
(7b) Pero como las criticas mal entendidas que se han publicado contra mí, estan
fundadas en nociones confusas (Rivera, Autor, IX).
10 Beccaria (XVI, 40; XXXI, 78).
101

Florencia del Barrio de la Rosa
(8a) Obsérvese, que la palabra Derecho... (Casas, II, 12).
(8b) Observaré ademas que el derecho... (Rivera, II, 6-7).
(9a) Al que 0 clixese que la misma pena dada al noble y al plebeyo, no es realmente
la misma ... (Casas, XXl, 113).
(9b) Si se me objeta que la pena igual impuesta al noble y al plebeyo deja de ser la
misma... (Rivera, XXl, 57) 11 .
Si bien conviene aclarar que ni el tono impersonal que presenta De las Casas
ha de confundirse con una mayor objetividad ni la presencia del yo en Rivera
impregna de subjetividad a la argumentación; sí que es cierto, no obstante, que,
en el caso de Rivera, el protagonista recurre al yo a fin de hacer más personal y
dinámica la argumentación y demostrar su intervención para exponer, defender
y discutir sus ideas. La argumentación se hace así más intera.ctiva. . , ,
Con todo, no faltan casos en los que es Rivera el que elige la expres10n mas
impersonal. Quizás sí se pretenda conseguir en estos ejemplos -de todos
modos, poco frecuentes- una mayor generalidad de lo dicho, evitando así que
pueda confundirse con una opinión personal y, por lo tanto, discutible:
(1 Oa) Pero yo juzgo importante distinguir el fallido fraudulento, del fallido inocente
(Casas, XXXIV, 201).
(10b) Pero es tambien muy importante no confundir el fallido fraudulento con el que
lo es de buena fe (Rivera, XXXIV, 104) 12 .
La mayor presencia explicita del protagonista se conjuga también con una
mayor modalización de las afirmaciones en Rivera:
(11a)
(11b)
No hay comparacion entre la primera y las otras, con relacion á su fin principal;
pero son semejantes en que conducen todas tres para la felicidad de esta vida
mortal (Casas, Autor, XVI).
Sin duda no se puede comparar la revelacion con la ley natural ó con las
instituciones sociales, en el sublime objeto que se propone principalmente; pero
vemos que concurre con ellas á asegurar nuestra felicidad temporal (Rivera,
Autor, IX).
(12a) Y o afirmo que la primera tendrá tanto temor de su mayor pena, como la
segunda (Casas, XXVII, 138).
11 Beccaria ("A chi legge", 3, 4; II, 13; XXl, 51).
12 Beccaria (XXXIV, 84).
102
Argumentacióny cohesión discursiva e¡¡ las primeras traducciones de Dei delitti e delle pene
(12b) Yo me atrevo á afirmar que las dos esperimentarán igual terror con la idea de
un suplicio que es el mayor que conocen (Rivera, XXVII, 70).
(13a) Es suficiente apuntar estos principios (Casas, XXX, 172).
(13b) Claro está que debo limitarme á indicar los principios generales (Rivera, XXX,
88) 13 .
La conclusión de que la presencia explicita del yo en Rivera ha de
relacionarse con la interacción activa del proceso argumentativo recibe un
apoyo en el hecho de que este traductor también personaliza a su interlocutor,
haciéndole partícipe, implicándole en el razonamiento argumentativo, así como
en el contenido general del tratado, de modo que no se ocupa únicamente de

Florettcio del Barrio de la Rosa
(26a) [Feliz la humanidad, si por la
primera vez se la dictasen Leyes,
ahora que vemos colocados sobre
los tronos de Europa BENÉFICOS
MONARCAS, Padres de su Pueblos,
animadores de las virtudes pacíficas,
de las Ciencias, y de las
Artes. Ciudadanos coronados,
cuyo aumento de autoridad forma
la felicidad de los súbditos; porque
deshace aquel despotismo intermedio,
mas cruel por menos
seguro, con que se sofocaban los
votos siempre sinceros del pueblo,
y siempre dichosos, quando
pueden llegar al trono]Inicio· [Si
ELLOS, digo, dexan subsistir las
antiguas Leyes, nace esto de la
infinita dificultad que hay en
quitar de los errores la Herrumbre
venerable de muchos siglos]Medio,
[siendo un motivo para que los
Ciudadanos iluniinados deseen
con mayor ansia EL CONTINUO
ACRECENTAMIENTO DE SU
AUTORIDAD]FIN (Casas, XXVIII,
162).
(26b) . [¡Dichosa la humanidad, si algun
dia llega á recibir leyes! ¡Dichosa,
si estas leyes son dictadas por LOS
SOBERANOS; que gobiernan actualmente
la Europa, por estos
príncipes benéficos, protectores
de las artes y de las ciencias; por
estos; ciudadanos coronados que
son los que dan origen á las
virtudes pacíficas en el seno de los
pueblos á quienes miran como á
sus hijos!]Irucio [Consolidándose
SU¡ AUTORIDAD, se aumenta el
bien estar de sus súbditos, y se
destruye el despotismo intermedio,
tanto mas cruel cuanto
menor es su firmeza, y cuya
bárbara política, interceptando los
votos sinceros del pueblo, sufoca
continuamente su voz, siempre
oída cuando llega hasta el trono.
¡Ojala SE AUMENTE DE DIA EN
DIA ESTA AUTORIDAD!x)Medio
[Talx es EL DESEO DE LOS CIUDA­
DANOS ILUSTRADOS, los cuales
conocen muy bien que si estos
príncipes conservan todavía algunas
leyes defectuosas, es por la
suma dificultad que encuentran en
destruir errores acreditados por
una larga serie de siglos]F;n
(Rivera, XXVIII, 82).
Como puede verse en la distribución de las partes del párrafo que se ofrece
en los ejemplos de (26), Rivera construye un párrafo más armónico y coherente,
donde el comienzo y el fmal de las partes en que se divide el párrafo queda
clara. Gracias a esta distribución, el tópico discursivo se desarrolla
progresivamente, pues, como se muestra en la Fig. 3, cada uno de los conceptos
que aparecen se van enlazando unos con otros, formando una secuencia bien
108
A¡;gttmentacióny cohesión disettrsiva en las primeras traducciones de Dei delitti e delle pene
cohesionada. En definitiva, la distribución del párrafo y la progresión temática
del mismo no sólo facilitan la lectura, sino que influyen en el razonamiento
argumentativo y, por lo tanto, han de lograr de manera más efectiva la finalidad
de convencer al interlocutor. Con el análisis del fragmento de (26i 1 , se han
puesto de manifiesto los mecanismos a los que recurre Rivera para conseguir la
cohesión discursiva, sin que esto signifique que desprecie el valor de estas
expres1ones como comentadores del discurso_y como orgaruzadores textua es.
Inicio
Medio
Fin
Fig. 3.- Organización de los párrqfos
De las Casas (1774)
Benéficos Monarcas
t
Ellos
El aumento de su
autoridad
Rivera (1821)
Soberanos
!
Su autoridad
(El aumento de su
autoridad)
El Lde lo' ciudadanm
ilustrados
2.2.2. El interlocutor. Lafunción discursiva de laspreguntas retóticas
En la argumentación el interlocutor es una figura imprescindible, junto con
el protagonista, puesto que la intención de éste es la de convencerle. Beccaria
tiene muy claro a quién se dirige y, ya al comienzo de su obra, en la fase de
apertura de la argumentación, presenta a su interlocutor. Es cierto que en el
prólogo dice que va a exponer las incoherencias y las deficiencias del sistema
penal a los que tienen la autoridad y el poder de cambiarlos -ejemplos de (27a)
21 Se volverá más abajo a examinar el uso racional que Rivera hace de los párrafos.
109

Florencia del Barrio de la Rosa
Por último, tanto De las Casas como Rivera utilizan antes bien para traducir el
it. piuttosto:
(91a) Obsérvese, que la palabra Derecho no es contradictoria de la palabra fuerza; antes
bien aquella es una modificacion de esta (Casas, II, 12).
(91 b) Observaré ademas que el derecho no dice contradiccion con la fuerza, sino qt¡e
antes bien la modifica (Rivera, n, 6-7) 78 .
e) Reformulación recapitulativa: por medio de este tipo de reformulación, se
presenta al miembro reformulado como una conclusión o una síntesis de los
miembros anteriores (Martín-Portolés, 1999:4133). En Rivera se encuentran·
recapituladores como en fin, en una palabra y en resolución, que no aparecen en De
las Casas.
De en fin ya se ha descrito el uso que presenta como organizador textual, en
correspondencia con finalmente, que usa De las Casas, y se ha hablado de que, al
introducir el último miembro de una serie, adquiere un matiz recapitulativo,
como demuestra el hecho de que Rivera lo emplea para traducir el it. in somma
(Beccaria, XVI, 44), que De las Casas traduce por en suma:
(92a) ¿No se descubrirán los cómplices del examen del reo, de las pruebas y cuerpo
del delito, del examen de los testigos, y en suma, de todos aquellos medios
mismos, que deben servir para certificar el delito en el acusado? (Casas, XVI, 94).
(92b) ¿No se podrá venir en conocimiento de los cómplices por los interrogatorios de
los testigos y del reo, por el examen de las pruebas y del cuerpo del delito, y en
fm por todas las pesquisas que se deben hacer para justificar la acusacion?
(Rivera, XVI, 48).
El reformulador en resolución traduce en Rivera el adverbio it. dunque, que De
las Casas reproduce por el conector consecutivo pues. De este modo, el
traductor más moderno resalta el carácter resolutivo y definitivo del miembro
que introduce y lo presenta como una conclusión de una serie de miembros
anterior:
(93a) El éxito, pues, de la tortura es un asunto de temperamento y de cálculo (Casas,
XVI, 87).
(93b) En resolucion, el resultado del tormento depende del temparamento [sic] y del
cálculo (Rivera, x\Tl, 44) 79 .
78 (Beccaria, II, 13).
79 (Beccaria, XVI, 41).
Argummtacióny cohesión discursiva en las primeras traducciones de Dei delitti e delle pene
Por lo que respecta a en una palabra, éste no tiene, en cambio,
correspondencia ni en el original ni en la traducción de De las Casas, sino que
representa un uso independiente y autónomo por parte de Rivera. Este
reformulador introduce una conclusión definitiva y breve, interrumpiendo una
serie de elementos que podría alargarse aún, pero que quedan recogidos
extensivamente en el contenido del miembro recapitulador -cfr. (85b) más
arriba-.
(94a) [...] Castigarlo quando volviese el reo, seria estorvar que se reparase el mal
causado en la Sociedad, haciendo todas las ausencias perpetuas. La misma
prohibicion de salir del Pais, aumenta en los Nacionales el deseo de conseguirlo,
y es una advertencia á los estraños para no establecerse en él (Casas, XXXII, 191).
(94b) [...] Esto seria impedir que se reparase el daño hecho á la sociedad; seria
desterrar para siempre del Estado á cualquiera que le hubiese abandonado una
vez: en una palabra, la prohibicion de salir de un pais es, para el que le habita,
un motivo de dejarle, y con respecto al estrangero una razon para no
establecerse en él (Rivera, XXXII, 98-9) 80 .
Estos reformuladores recapitulativos, al presentar el miembro que encabezan
como una conclusión, la destacan y sirven de señal al lector para la
correcta interpretación del discurso: «al presentar algo como resumen parece
llamar más la atención» (Fuentes, 1993:185). Esta idea pone de manifiesto la
función de los reformuladores como indicadores de relevancia, idea que puede
extenderse a todos los marcadores.
4. Conclusiones
En este trabajo se ha llevado a cabo un análisis textual de las dos
traducciones de la obra principal de Beccaria, Dei delitti e del/e pene, destacando
las dimensiones argumentativa y cohesiva en las que se organiza la
superestructura tanto de la obra original como de las traducciones y,
basándonos en ese análisis, se han comparado las dos traducciones españolas.
Las conclusiones pueden resumirse en:
80 (B . )
eccana, XXXII, 80 .
146 147

Flomzcio del Barrio de la Rosa
1) Rivera, consciente del potencial jurídico de la obra de Beccaria, decide
realizar una nueva traducción con el propósito de producir algún efecto en el
debate legislativo que se desarrolla en la tercera década del siglo XIX y muestra
una mayor conciencia textual que De las Casas, el traductor de 1774. Esta
conciencia textual queda reflejada en su traducción, tanto en la organización de
los párrafos como en la organización del enunciado. ·
2) Beccaria expone la situación jurídica del momento y desea convencer de
la necesidad de cambiar las leyes, destacando su antigüedad y basándose en la
siguiente RG: las leyes, como producto de la justicia humana, pueden
cambiarse. Esta dimensión argumentativa tiene un papel trascendental en la
obra de Beccaria y se traslada a las traducciones. Ya en el prólogo de la obra se
declara el deseo de convencer y de conseguir el asentimiento de los lectores
ilustrados, que son los únicos que pueden apoyar al autor en su deseo de
cambiar las leyes.
3) Este lector ilustrado, para el que escribe Beccaria, constituye el
antagonista de la argumentación, no tanto porque defienda una postura
contraria, sino porque es el interlocutor al que se dirige Beccaria y cuya
adhesión trata de conseguir. Al mismo tiempo que Beccaria presenta un yo
textual para hacer más dinámica la argumentación, presencia que se hace más ·
clara en la traducción de Rivera, también se utiliza el nosotros para implicar a este
lector ideal en el proceso argumentativo. El recurso de nosotros es un medio
eficaz para involucrar al lector y aproximarle a la opinión defendida. De nuevo,
es Rivera, frente a De las Casas, el que más provecho sabe sacar de este recurso.
4) La presencia del lector en la argumentación por medio del nosotros la
convierte en más dinámica e interactiva. A estas propiedades contribuyen
también las preguntas retóricas. Éstas sirven para implicar al interlocutor en el
proceso argumentativo, obligándole a seguir el razonamiento, a reflexionar y a
aceptar como asertado lo que se presenta aparentemente como una pregunta.
5) En este trabajo se ha puesto de relieve que la cohesión textual no se
consigue por medios explícitos, sino que supone una propiedad semántica
inherente al texto. Al comparar las dos traducciones, se llega a la conclusión de
que Rivera no recurre a mecanismos explícitos, sino que en muchos casos la
cohesión permanece implícita, como se ha mostrado al analizar la secuencia
ASERCIÓN (porque) JUSTIFICACIÓN en los dos traductores.
148
Argumentacióny cohesión discursiva en las primeras traducciones de Dei delitri e delle pene
En cualquier caso, Rivera prefiere recurrir a mecanismos de cohesión más
sutiles, aunque sean explícitos. Así, el aprovechamiento de la posición inicial de
la oración, la organización de la información en el párrafo o la ilación de los
enunciados dentro del mismo son mecanismos depurados de cohesión, que
hacen manifiesta además la conexión entre la organización cohesiva del texto y
su organización informativa.
En Rivera se produce, pues, un salto cualitativo desde las relaciones
estructurales, que abundan en De las Casas, a las cohesivas. Es evidente en el
caso del análisis de algunos marcadores como el de los operadores efectivamente y
en efecto. En una palabra, la mayor conciencia textual de Rivera se refleja tanto en
la perspectiva textual como en la argumentativa.
6) Dado el carácter inherente e implícito de la cohesión textual, los
marcadores discursivos no son necesarios para construirla, sino que éstos se
limitan a hacer explicitas ciertas inferencias. La función esencial de los
marcadores es la de señalar al lector cómo ha de interpretar el texto y orientarle
hacia una conclusión concreta. De este modo, la noción de relevancia y la
repercusión argumentativa son dos fenómenos clave para entender y explicar el
uso de los marcadores. Estos fenómenos, además, destacan el carácter interactivo
del texto, poniendo en relación al emisor y al destinatario, al autor y al
lector.
Un caso paradigmático lo proporciona el uso que Rivera hace de los
reformuladores recapitulativos. Así, el recapitulador en una palabra, que sólo
aparece en la traducción de 1821, presenta como una resolución definitiva y una
sin tesis de una serie de términos o miembros discursivos anterior, de tal manera
que presenta el término o el miembro que encabeza como una conclusión y, al
mismo tiempo, al presentar el contenido como un resumen o recapitulación,
llama la atención al lector sobre lo que viene a continuación.
Fuentes
Beccaria, Cesare (1774): Tratado de los delitos y de las penas traducido del italiano por D. Juan
Antonio de las Casas, Madrid, D. Joachin Ibarra, Impresor de Cámara de S.M.
Beccaria, Cesare (1821): Tratado de los delitosy de las penas traducido al castellano por Don Juan
Rivera, Madrid, Imprenta de D. Fermin de Villalpando, Impresor de Cámara de
S.M.
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