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Ensayo - Cátedras

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Algunas personas de espíritu apocado se sienten muy inquietas por esa gran<br />

cantidad de jóvenes prematuramente envejecidos, o enfermos, o mutuos, y se me ha<br />

pedido que dedique mis reflexiones a ellos, y a la solución que pudiera hallarse para<br />

aliviar a la Nación de tan gravoso estorbo. Pero ese asunto no me aflige mucho, pues<br />

bien se sabe que día tras día agonizan, y se pudren, debido al frío y al hambre y a la<br />

inmundicia y a los piojos, con toda la rapidez que puede esperarse. Y en cuanto a los<br />

trabajadores jóvenes, se encuentran ahora en situación casi tan prometedora como la<br />

de los viejos. No pueden conseguir trabajo, y, en consecuencia, languidecen por falta de<br />

alimentos, hasta tal punto que si en cualquier momento se los toma, por casualidad,<br />

para un trabajo común, no tienen fuerza para llevarlo a cabo, y así el país y ellos<br />

mismos se ven felizmente librados de los males venideros.<br />

He divagado más de lo debido, y por ello volveré a mi asunto. Creo que las ventajas<br />

de la proposición que ríe hecho son obvias y numerosas, así como de la mayor<br />

importancia.<br />

Pues primero, como ya he observado, disminuiría en mucho el número de papistas,<br />

que nos sobrepasan, siendo los principales engendradores de la Nación, así como<br />

nuestros más peli-grosos enemigos, y que con toda intención permanecen en la patria<br />

con el propósito de librar al Reino del Pretendiente, esperando sacar ventajas de la<br />

ausencia de tantos buenos protestantes que han preferido abandonar su país, y pagar<br />

diezmos a un pastor episcopal, aunque ello contraríe a sus conciencias.<br />

Segundo: los inquilinos más pobres poseerán algo de valor que por ley puede<br />

embargarse para ayudar a pagar la renta al propietario, habiéndoseles quitado ya la,<br />

cosecha y el ganado, y siendo el dinero una cosa desconocida.<br />

Tercero: puesto que el mantenimiento de cien mil niños, de dos años y más de<br />

edad, no puede estimarse en menos que dos chelines anuales por cada uno, el capital<br />

de la Nación será aumentado de ese modo en cincuenta mil libras por año, además de<br />

las ventajas que presenta la introducción de un nuevo plato en las mesas de todas las<br />

gentes de fortuna del Reino que poseen gusto refinado, y el dinero circulará entre<br />

nosotros, pues la cría y fabricación de esas mercancías nos pertenecen por entero.<br />

Cuarto: los criadores constantes, además de la ganancia de ocho chelines por año<br />

que les produciría la venta de sus hijos, se librarán del gasto de mantenerlos después<br />

del primer año.<br />

Quinto: también este alimento tendrá gran salida en los mesones, donde los<br />

taberneros tendrán sin duda la prudencia de obtener las mejores recetas para<br />

aderezarlos a la perfección; y en consecuencia, verán sus casas frecuentadas por todos<br />

los finos caballeros que con justicia se valoran según su conocimiento del buen comer;<br />

así, un cocinero diestro, que sepa cómo agradar a sus huéspedes, se dará maña para<br />

hacerlo todo lo costoso que ellos deseen.<br />

Sexto: esto sería un gran aliciente para el matrimonio, que todas las naciones<br />

sabias han alentado con recompensas, o forzado con leyes y penalidades. Aumentaría<br />

el cuidado y terneza de las madres por sus hijos, cuando estuvieran seguras de que los<br />

pobres infantes no carecerían de una colocación segura y de por vida, provista en cierto<br />

modo por el público, y que en vez de ocasionarles gastos les daría provecho; pronto<br />

veríamos una honesta emulación entre las mujeres casadas, que disputarían entre sí<br />

por llevar al mercado al niño más gordo. Los hombres se dedicarían a sus mujeres<br />

durante el período de preñez tanto como se dedican ahora a sus yeguas, vacas o<br />

cerdas preñadas, y no las amenazarían con golpes y puntapiés (como es práctica<br />

frecuentísima) por temor de un mal parto.<br />

Muchas otras ventajas podrían enumerarse. Por ejemplo, la suma de varios miles<br />

de unidades en nuestra exportación de carne envasada; la propagación de la carne de<br />

cerdo, y el adelanto en el arte de hacer buen tocino, que tanto escasea entre nosotros<br />

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