jaramillo, pedro - l..

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12.04.2013 Views

Bautismo del Señor 1. La investidura del Siervo (Is 42,1-4.6-7) Poco importa la misteriosa identidad del Siervo para poder calibrar la sobria solemnidad de su investidura. En su misterio, se trata de una identidad abierta. Segurament estamos ante una pretendida intención del profeta: Un Siervo identificable en su perfil y misión, pero pretendidamente no identificado en su nombre y concreción. Siervo elegido, sostenido y preferido por Dios. Lleno de su Espíritu, para una misión universal: «traer el derecho a las naciones». Pero, lo hará «al estilo de Dios»: sin gritos ni algarabías, sin espectáculos ni clamores... Colmará, más bien, la esperanza de los débiles: «La caña cascada no la quebrará; el pabilo vacilante no lo apagará». Para los sencillos y con ellos, cumple la misión recibida de su Dios: «Implantar el derecho en la tierra». A la misión ha precedido la vocación-. «Te he llamado.. te he tomado de la mano, te he formado». Llamado para los demás («alianza de un pueblo»; «luz de las naciones»), actuará al dictado de los preferidos de Dios: «Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de

la prisión, y de las mazmorras a los que habitan en las tinieblas». Un Siervo llamado e investido para una misión liberadora. 2. La investidura de lesús (He 10,34-38) La recuerda Pedro en el libro de los Hechos. Es para él la acción fundamental del Espíritu sobre lesús: «Ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo». Aquello aconteció con ocasión del bautismo predicado por luán y recibido por Jesús. Subraya Pedro la fuerza del Espíritu. Por ella, «Dios e taba con él»; y por ella, el misterio de Jesús es también liberador: «Pasó... curando a los oprimidos por el diablo». Un mesianismo sanante de todo lo que interna o externamente oprime al hombre. Con la sencillez de quien «pasa entre los hombres haciendo el bien». Se trata de una descripción de la vida pública de Jesús que sobrecoge por su sencilla austeridad. Sin aspavientos ni alardes, simple y sencillamente «.haciendo el bien-» para vencer la fuerza del mal con múltiples expresiones... ¡Qué hermosa descripción para toda vida de un bautizado! Pasó haciendo el bien y liberando... 3. «Se presentó a luán para que lo bautizara» (Mt 3,13-17) El bautismo de Jesús cierra el ciclo de «presentaciones». Después del largo período de la vida oculta, esta ma-

la prisión, y de las mazmorras a los que habitan en las<br />

tinieblas». Un Siervo llamado e investido para una misión<br />

liberadora.<br />

2. La investidura de lesús<br />

(He 10,34-38)<br />

La recuerda Pedro en el libro de los Hechos. Es para él la<br />

acción fundamental del Espíritu sobre lesús: «Ungido por<br />

Dios con la fuerza del Espíritu Santo». Aquello aconteció<br />

con ocasión del bautismo predicado por luán y recibido<br />

por Jesús.<br />

Subraya Pedro la fuerza del Espíritu. Por ella, «Dios e<br />

taba con él»; y por ella, el misterio de Jesús es también<br />

liberador: «Pasó... curando a los oprimidos por el diablo».<br />

Un mesianismo sanante de todo lo que interna o externamente<br />

oprime al hombre.<br />

Con la sencillez de quien «pasa entre los hombres<br />

haciendo el bien». Se trata de una descripción de la vida<br />

pública de Jesús que sobrecoge por su sencilla austeridad.<br />

Sin aspavientos ni alardes, simple y sencillamente<br />

«.haciendo el bien-» para vencer la fuerza del mal con<br />

múltiples expresiones... ¡Qué hermosa descripción para<br />

toda vida de un bautizado! Pasó haciendo el bien y liberando...<br />

3. «Se presentó a luán para que lo bautizara»<br />

(Mt 3,13-17)<br />

El bautismo de Jesús cierra el ciclo de «presentaciones».<br />

Después del largo período de la vida oculta, esta ma-

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