jaramillo, pedro - l..
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La peregrinación de los magos no es de simple verifica astronómica. Es una peregrinación religiosa: «venimos a adorarlo». Los gentiles son llamados a la común adoración, con los judíos..., en la extraña sencillez del origen del Mesías: Belén, la pequeña aldea de Judá, hecha grande por la cuna del Mesías. Hacia aquella humilde cuna ¡es guía la estrella... Y aco pañan la adoración con multitud de dones... Comienza a cumplirse la visión universalista de Isaías. Desde aquella pequeña aldea de Belén brilla la estrella, convirtiéndose en luz para todas las naciones... En respuesta, una buena súplica de todos: «¡No me otorgues, Señor, otro tesoro que contemplar la gloria de tu nombre!».
Caminar tras la estrella Ni el perfume oriental que embriaga al hombre, ni el destellar hipnótico del oro... ¡No me otorgues, Señor, otro tesoro que contemplar la gloria de tu nombre! No ambiciono riqueza... ni renombre..., ni un marchamo de público decoro...; sólo habitar tu casa sin desdoro, contemplando una estrella que me asombre... ¡Tolera el roncear de mi jumento..., la terca voluntad que no se rinde al ver que sólo da cuanto prescinde! ¡Ciega eí orgullo de mi entendimiento, con la fecunda antorcha del misterio, que trueca en esperanza el cautiverio!
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Caminar tras la estrella<br />
Ni el perfume oriental que embriaga al hombre,<br />
ni el destellar hipnótico del oro...<br />
¡No me otorgues, Señor, otro tesoro<br />
que contemplar la gloria de tu nombre!<br />
No ambiciono riqueza... ni renombre...,<br />
ni un marchamo de público decoro...;<br />
sólo habitar tu casa sin desdoro,<br />
contemplando una estrella que me asombre...<br />
¡Tolera el roncear de mi jumento...,<br />
la terca voluntad que no se rinde<br />
al ver que sólo da cuanto prescinde!<br />
¡Ciega eí orgullo de mi entendimiento,<br />
con la fecunda antorcha del misterio,<br />
que trueca en esperanza el cautiverio!