jaramillo, pedro - l..

2. El anuncio de la última venida
(2Pe 1,16-19)
La mirada del autor de la segunda Carta de Pedro se
orienta a la última venida del Señor. La venida en gloria,
distinta de aquella venida humana, que al mismo Verbo
de Dios lo había hecho «uno de tantos, pasando como
un hombre cualquiera».
La confesión de la gloria vivida (Resurrección), y de
la gloria esperada (Parusía) formó parte de la experiencia
apostólica del Jesús de la historia: al hablar de la venida
en gloria, dice la Carta, «no nos fundábamos en fábulas
fantasiosas, sino que habíamos sido testigos oculares de
su grandeza».
El autor recurre a la transfiguración, y no a la resurrección,
para poner a )esús en la lista de testigos que
confirman las palabras de los profetas. Es a él, con su
humanidad aún terrena y no glorificada, a quien «Dios
Padre le da honra y gloria», proclamándolo Hijo.
Se cumple así el anhelo profético ya en el hombre-Jesús.
Él es ya luz de lámpara..., pero será pleno día, «cuan
el lucero nazca en vuestros corazones». Cuando la humanidad
glorificada y exaltada del Verbo encarnado haga
nuevas todas las cosas.
3. «Levantaos, no temáis» (Mt 17,1 -9)
La experiencia de la gloria de Jesús produce en los apóstoles
la experiencia bíblica del miedo. El miedo que no
habían tenido ante Jesús transfigurado, lo tienen ahora
ante la voz que los invita a entrar en el misterio: «Este es
mi Hijo, el amado».