jaramillo, pedro - l..

anuncio acompañan. Llamada a cumplir la dinámica de
la misión: Liberados, para liberar; evangelizados, para
evangelizar... Es verdad..., «El Señor nos ha liberadorapostólicamente,
lo ha realizado para hacernos instrumentos
de salvación para los demás.
2. Me envió el que me escogió
desde el seno de mi madre
(Gal 1,11-20 -vigilia-; 2Tim 4,6-8.17-18 -día-)
La liturgia de la Vigilia y del Día de la solemnidad de hoy
centran la segunda lectura en la figura de Pablo; en la
primera lo hacen en la de Pedro.
En la Carta a los gálatas, Pablo hace una especie
de confesión, centrada en su elección como apóstol. C
evidente cuño profético, remonta su vocación hasta el
seno de su madre. Subrayada así la iniciativa divina, ech
una mirada a su pasado personal y señala sin ambages:
«Perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba»: Y, además,
lo hacía «con saña».
La descripción de su pasado no puede ser más sombría
por su parte. Reconocido su error y su maldad, prepara
lo admirable del cambio. De perseguidor se convie
en misionero. ¿Cuál es la clave del cambio? La vocación
reveladora: «El que me llamó, se dignó revelar a su Hijo en
mí». El mismo Pablo será revelación del Hijo para los demás
en su actividad misionera... Porque no podía faltar:
a la vocación sigue la misión-. «Para que yo lo anunciara a
los gentiles» (Vigilia).
El comienzo y el final. En la Carta a Timoteo, una especie
de testamento de Pablo. Entre los dos momentos,
la vida dura y entregada del Apóstol «a los trabajos del