jaramillo, pedro - l..
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Natividad de san ]uan Bautista {misa de vigilia y del día) (24 de junio) 1. «En las entrañas maternas, pronunció mi nombre» (Jer 1,4-10 -vigilia-; Is 49,1-6 -día-) La vocación de Jeremías y la vocación del Siervo dan el contexto bíblico a la Natividad de Juan, el Bautista. El «antes de nacer» es insistencia en la gratuidad de l elección: elección, consagración y misión (en las dos primeras lecturas): llamada-. «Antes de formarte en el vientre te escogí» (Jeremías); «estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó» (Siervo). Misión: «Te nombré profeta de los gentiles» (Jeremías); «me nombró siervo suyo... para que trajese a Jacob, para que reuniese a Israel» (Siervo). En los dos casos, también el temor. «Ay, Señor, mira que no sé hablar, que soy un muchacho» (Jeremías); «en vano me he cansado: en viento y nada he gastado mis fuerzas» (Sierva)... Y, en los dos casos, la confianza que procede de la presencia salvadora de Dios: «Yo estoy contigo para librarte» (Jeremías); «mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios..., mi Dios fue mi fuerza» (Siervo). Hermoso contexto bíblico para encuadrar la aparición del Bautista. La absoluta iniciativa de Dios en la elección
Jeremías y del Siervo abre el horizonte para «atender» a la acción de Dios, «.apartando para sí» y para el anunc de la presencia del «Cordero de Dios» al «más grande de nacido de mujer», ya desde el vientre mismo de Isabel, su madre. 2. El tema que investigaron y escrutaron los profetas (1 Pe 1,8-12 -vigilia-; He 13,22-26 -día-) La primera Carta de Pedro se dirige «a los que no vieron a Jesús, y lo aman; a los que no lo ven ahora y creen en él». El apoyo de su amor y de su fe: la gozosa experienc de la salvación. Una salvación anunciada, investigada y escrutada (los profetas); una salvación esperada y ansiada para el propio tiempo; pero una salvación realizada sólo en Cristo Jesús. Y por tanto, «no para su tiempo» (el de los profetas), sino para el nuestro; una salvación predicada por quienes son heraldos del Evangelio. En todo ese proceso de salvación anunciada y realizada, encaja la figura de Juan el Bautista (Vigilia). En esta «sincronización de tiempos», la figura de Juan el Bautista, anunciador, pero testigo de la realización: «Y no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias». Él es ya el precursor del cumplimiento: «A vosotros -a través de Juan- se os ha enviado este mensaje de salvación». Comienza ya el «tiempo vuestro», contrapuesto al de aquellos que simplemente lo esperaron con no menor intensidad (Día).
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Jeremías y del Siervo abre el horizonte para «atender» a<br />
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nacido de mujer», ya desde el vientre mismo de Isabel,<br />
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2. El tema que investigaron y escrutaron<br />
los profetas<br />
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La primera Carta de Pedro se dirige «a los que no vieron<br />
a Jesús, y lo aman; a los que no lo ven ahora y creen en<br />
él». El apoyo de su amor y de su fe: la gozosa experienc<br />
de la salvación.<br />
Una salvación anunciada, investigada y escrutada (los<br />
profetas); una salvación esperada y ansiada para el propio<br />
tiempo; pero una salvación realizada sólo en Cristo Jesús.<br />
Y por tanto, «no para su tiempo» (el de los profetas), sino<br />
para el nuestro; una salvación predicada por quienes son<br />
heraldos del Evangelio. En todo ese proceso de salvación<br />
anunciada y realizada, encaja la figura de Juan el Bautista<br />
(Vigilia).<br />
En esta «sincronización de tiempos», la figura de Juan<br />
el Bautista, anunciador, pero testigo de la realización: «Y<br />
no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no<br />
merezco desatarle las sandalias».<br />
Él es ya el precursor del cumplimiento: «A vosotros -a<br />
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Comienza ya el «tiempo vuestro», contrapuesto al<br />
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