jaramillo, pedro - l..

falta que se merezca el repudio; está ante el misterio que l
pide adoración: «La criatura que hay en ella viene del Espí
ritu Santo».
Y, desde entonces, a él se le encargan las funciones de
padre Le corresponderá a él ponerle el nombre. Un nombre
que le es dado; fosé recibe una orden: «Y tú le pondrás
por nombre Jesús». Pero le tocará a él como padre
aquel acto importante de dar nombre al recién nacido,
losé acogió, nombró y acompañó desde una fidelidad
obediente. Así lo llama nuestro soneto: «¡losé! Luz de
silencio clamoroso/ Fidelidad tallada en la obediencia./
Atalaya de fe. Flor de paciencia».
Custodio fiel
¡José! Luz de silencio clamoroso.
Fidelidad tallada en la obediencia.
Atalaya de fe. Flor de paciencia.
Chortal de amor continuo y pudoroso.
Regostadero del dolor gozoso.
Abrigo en el acoso y la inclemencia.
Sin par testigo de la trascendencia.
Artesano del gozo doloroso.
Honesto hasta dejárselo de sobra,
oye en sueños a Dios y al punto obra,
ahogando en la piedad su lucha interna...
Ni una de sus palabras hizo historia;
bastaba su impecable ejecutoria...
¡Custodio fiel de la Palabra eterna!