jaramillo, pedro - l..
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3. La encomienda de un trabajo permanente (Mt 25,14-30) La parábola de los talentos cierra el pequeño ciclo de los últimos domingos del tiempo ordinario. Y nos fija la mirada en el compromiso con la tierra. Son domingos de sa escatológico. Pero, bien lo sabemos ya, la escatología no nos saca de ¡a historia. No importa lo que hayamos recibido. Lo que importa es recibirlo «con gratitud» y trabajarlo «.con empeño-». N tros bienes no son nuestros. Nos han sido encomendados. Pero están en nuestras manos. No para ser cautelosamente guardados; lo están para ser multiplicados; y aumentados en un serio compromiso, ser de nuevo devueltos a las manos que los dieron. ¡Que no podemos ser en la vida «empleados negligentes y holgazanes»! Quedarnos sin realizar la tarea significa no llenar nuestra existencia de la obediencia a la herencia y al mandato: «Llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes». Nos viene a la memoria el encargo del cuidado de la tierra que, al principio, hiz Dios a los humanos... Y la espera se nos llena así de un empeño permanente en devolver al Señor los bienes mult plicados.
Negociar los talentos ¡Vendrá el Señor! No gastes energías especulando el cómo, el día o la hora... Vendrá sin adelanto ni demora. ¡Negocia los talentos y los días! Alejado de necias fantasías, realiza tu deber aquí y ahora como si al sol de la siguiente aurora fuera a ocurrir la vuelta del Mesías. Teme al Señor y sigue su camino: te nutrirá, sabroso el pan y el vino de tu trabajo y de su Eucaristía. Medrarás en los hijos..., y tu esposa será parra fecunda y vigorosa en al cálido hogar de la alegría.
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Negociar los talentos<br />
¡Vendrá el Señor! No gastes energías<br />
especulando el cómo, el día o la hora...<br />
Vendrá sin adelanto ni demora.<br />
¡Negocia los talentos y los días!<br />
Alejado de necias fantasías,<br />
realiza tu deber aquí y ahora<br />
como si al sol de la siguiente aurora<br />
fuera a ocurrir la vuelta del Mesías.<br />
Teme al Señor y sigue su camino:<br />
te nutrirá, sabroso el pan y el vino<br />
de tu trabajo y de su Eucaristía.<br />
Medrarás en los hijos..., y tu esposa<br />
será parra fecunda y vigorosa<br />
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