jaramillo, pedro - l..

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12.04.2013 Views

Interesante la descripción paulina de la acción evangelizados, origen de la comunidad: palabras y convicci profunda. Y en ambas, la fuerza del Espíritu Santo. Un ciado breve de todo esfuerzo evangelizador. 3. Dios y el César (Mt 22,15-21) Astuta tentación para poner a prueba a Jesús. Intento de que confronte a los dos poderes en juego: el de Dios con del César; el del César con el de Dios. La respuesta de Jesús se ha utilizado siempre para distinguir esferas-, la civil y la religiosa. Cuando no hay t distinción, se siguen las confusiones y funcionan los atropellos. Las dos esferas son independientes. Pero, es Dios mismo quien instituye a la autoridad civil, incluso en el caso de aquellos que aún no lo reconocen (primera lectura). Pero, aun procedente de Dios, tiene esta autoridad su ámbito y sus propios fines, que es preciso respet «Dad al César ¡o que es del Cesan). Pero tampoco puede el César invadir el espacio que co rresponde a Dios-. «Dad a Dios lo que es de Dios». Dios n puede quedar arrinconado. Ni la historia puede cortar el «cordón umbilical» que la une al origen y a la meta de las cosas. Los caminos son distintos, y ambos gozan de su justa autonomía. Pero ambos tienen en Dios el origen, dirigién dose los dos a una única meta. En un lenguaje actual, podríamos hablar de que es preciso no confundir secularidad con secularismo, ni laicidad con laicismo. Y con el Concilio, hablaríamos de la legítima autonomía de las realidades temporales -in-

cluida la política-. Pero una autonomía -diríamos- que no corta el cordón umbilical que a toda realidad humana la liga con el Creador. Dios y el César Entre el César y Dios no hay competencia. Tiene cada nivel su autonomía. Todo en la creación es armonía, que condice poder y omnipotencia. La fe no invade el campo de la ciencia, pues el valor no quita cortesía; no humilla a ningún ser la jerarquía ni empaña el albedrío de la obediencia. Ciro es ungido, pese a ser pagano, y el mismo Dios lo lleva de la mano -liberando a Israel- a la victoria. No le importa la fe en ningún momento: lo elige como dócil instrumento de su amor en el curso de la historia.

Interesante la descripción paulina de la acción evangelizados,<br />

origen de la comunidad: palabras y convicci<br />

profunda. Y en ambas, la fuerza del Espíritu Santo. Un<br />

ciado breve de todo esfuerzo evangelizador.<br />

3. Dios y el César<br />

(Mt 22,15-21)<br />

Astuta tentación para poner a prueba a Jesús. Intento de<br />

que confronte a los dos poderes en juego: el de Dios con<br />

del César; el del César con el de Dios.<br />

La respuesta de Jesús se ha utilizado siempre para<br />

distinguir esferas-, la civil y la religiosa. Cuando no hay t<br />

distinción, se siguen las confusiones y funcionan los<br />

atropellos. Las dos esferas son independientes. Pero, es<br />

Dios mismo quien instituye a la autoridad civil, incluso<br />

en el caso de aquellos que aún no lo reconocen (primera<br />

lectura). Pero, aun procedente de Dios, tiene esta autoridad<br />

su ámbito y sus propios fines, que es preciso respet<br />

«Dad al César ¡o que es del Cesan).<br />

Pero tampoco puede el César invadir el espacio que co<br />

rresponde a Dios-. «Dad a Dios lo que es de Dios». Dios n<br />

puede quedar arrinconado. Ni la historia puede cortar el<br />

«cordón umbilical» que la une al origen y a la meta de las<br />

cosas.<br />

Los caminos son distintos, y ambos gozan de su justa<br />

autonomía. Pero ambos tienen en Dios el origen, dirigién<br />

dose los dos a una única meta.<br />

En un lenguaje actual, podríamos hablar de que es<br />

preciso no confundir secularidad con secularismo, ni<br />

laicidad con laicismo. Y con el Concilio, hablaríamos de<br />

la legítima autonomía de las realidades temporales -in-

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