jaramillo, pedro - l..
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Interesante la descripción paulina de la acción evangelizados, origen de la comunidad: palabras y convicci profunda. Y en ambas, la fuerza del Espíritu Santo. Un ciado breve de todo esfuerzo evangelizador. 3. Dios y el César (Mt 22,15-21) Astuta tentación para poner a prueba a Jesús. Intento de que confronte a los dos poderes en juego: el de Dios con del César; el del César con el de Dios. La respuesta de Jesús se ha utilizado siempre para distinguir esferas-, la civil y la religiosa. Cuando no hay t distinción, se siguen las confusiones y funcionan los atropellos. Las dos esferas son independientes. Pero, es Dios mismo quien instituye a la autoridad civil, incluso en el caso de aquellos que aún no lo reconocen (primera lectura). Pero, aun procedente de Dios, tiene esta autoridad su ámbito y sus propios fines, que es preciso respet «Dad al César ¡o que es del Cesan). Pero tampoco puede el César invadir el espacio que co rresponde a Dios-. «Dad a Dios lo que es de Dios». Dios n puede quedar arrinconado. Ni la historia puede cortar el «cordón umbilical» que la une al origen y a la meta de las cosas. Los caminos son distintos, y ambos gozan de su justa autonomía. Pero ambos tienen en Dios el origen, dirigién dose los dos a una única meta. En un lenguaje actual, podríamos hablar de que es preciso no confundir secularidad con secularismo, ni laicidad con laicismo. Y con el Concilio, hablaríamos de la legítima autonomía de las realidades temporales -in-
cluida la política-. Pero una autonomía -diríamos- que no corta el cordón umbilical que a toda realidad humana la liga con el Creador. Dios y el César Entre el César y Dios no hay competencia. Tiene cada nivel su autonomía. Todo en la creación es armonía, que condice poder y omnipotencia. La fe no invade el campo de la ciencia, pues el valor no quita cortesía; no humilla a ningún ser la jerarquía ni empaña el albedrío de la obediencia. Ciro es ungido, pese a ser pagano, y el mismo Dios lo lleva de la mano -liberando a Israel- a la victoria. No le importa la fe en ningún momento: lo elige como dócil instrumento de su amor en el curso de la historia.
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Interesante la descripción paulina de la acción evangelizados,<br />
origen de la comunidad: palabras y convicci<br />
profunda. Y en ambas, la fuerza del Espíritu Santo. Un<br />
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3. Dios y el César<br />
(Mt 22,15-21)<br />
Astuta tentación para poner a prueba a Jesús. Intento de<br />
que confronte a los dos poderes en juego: el de Dios con<br />
del César; el del César con el de Dios.<br />
La respuesta de Jesús se ha utilizado siempre para<br />
distinguir esferas-, la civil y la religiosa. Cuando no hay t<br />
distinción, se siguen las confusiones y funcionan los<br />
atropellos. Las dos esferas son independientes. Pero, es<br />
Dios mismo quien instituye a la autoridad civil, incluso<br />
en el caso de aquellos que aún no lo reconocen (primera<br />
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su ámbito y sus propios fines, que es preciso respet<br />
«Dad al César ¡o que es del Cesan).<br />
Pero tampoco puede el César invadir el espacio que co<br />
rresponde a Dios-. «Dad a Dios lo que es de Dios». Dios n<br />
puede quedar arrinconado. Ni la historia puede cortar el<br />
«cordón umbilical» que la une al origen y a la meta de las<br />
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Los caminos son distintos, y ambos gozan de su justa<br />
autonomía. Pero ambos tienen en Dios el origen, dirigién<br />
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En un lenguaje actual, podríamos hablar de que es<br />
preciso no confundir secularidad con secularismo, ni<br />
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