jaramillo, pedro - l..

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12.04.2013 Views

primeras comunidades necesitaban luz para discernir una evangelización que se hacía universal. Mateo responde, presentando a un Jesús «judío» (su evangelio va destinado a judeocristianos): «Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel», pero que atiende a la llamada de compasión que le hace una mujer extranjera («una mujer cananea»). Lo que conmueve a lesús de aquella mujer es que quiera compartir el pan de la mesa de ¡a salvación, aunque sólo sea comiéndose las migajas (en la designación de los gentiles, hay reminiscencias de designaciones judías: guardaban el título de «hijos» para los judíos, y no era infrecuente designar a los gentiles como «perros»). Pero la fe rompe barreras. Se está llevando hasta el tiempo de Jesús, lo que fue práctica de la Iglesia primitiva: «Dios no hace distinción de personas, salva a todos los que creen en él, sean de la nación que sean». La apelación de Jesús a la fe de la cananea para romper definitivamente la barrera: «Mujer, ¡qué grande es tu fe!». Es la fe la que «hace milagros».

Los hijos y los perros «Porque riges la tierra con justicia, proclaman su alegría las naciones...». Sahuma el incienso de sus oraciones tu casa de oración, siempre propicia... El día al día le pasa la noticia y la noche a la noche tus sermones le susurra... ¡Saltad los corazones! ¡La salvación de Dios es gentilicia! ¡Atiende mi oración, Señor! Que crea como creyó la humilde cananea tras oír tus palabras rigurosas... ¡Que mi esperanza aguarde tu clemencia amorosa, tu tierna providencia, que cuida de la vida y de las cosas!

primeras comunidades necesitaban luz para discernir una<br />

evangelización que se hacía universal.<br />

Mateo responde, presentando a un Jesús «judío» (su<br />

evangelio va destinado a judeocristianos): «Sólo me han<br />

enviado a las ovejas descarriadas de Israel», pero que<br />

atiende a la llamada de compasión que le hace una mujer<br />

extranjera («una mujer cananea»). Lo que conmueve<br />

a lesús de aquella mujer es que quiera compartir el pan de<br />

la mesa de ¡a salvación, aunque sólo sea comiéndose las<br />

migajas (en la designación de los gentiles, hay reminiscencias<br />

de designaciones judías: guardaban el título de<br />

«hijos» para los judíos, y no era infrecuente designar a los<br />

gentiles como «perros»).<br />

Pero la fe rompe barreras. Se está llevando hasta el<br />

tiempo de Jesús, lo que fue práctica de la Iglesia primitiva:<br />

«Dios no hace distinción de personas, salva a todos<br />

los que creen en él, sean de la nación que sean». La<br />

apelación de Jesús a la fe de la cananea para romper definitivamente<br />

la barrera: «Mujer, ¡qué grande es tu fe!». Es<br />

la fe la que «hace milagros».

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