jaramillo, pedro - l..

Undécimo domingo
1. «Vosotros seréis mi propiedad personal»
(Éx 19,2-6a)
La vocación de todo un pueblo: «Ser propiedad personal
del Señor... un reino de sacerdotes y una nación santa».
Así se entendía Israel ante Dios y así lo retrotrajo hasta
el momento fundante del Éxodo.
A la vocación, como quien intenta provocar asentimien
to, precede una hermosa descripción de los cuidados y
desvelos de quien llama. Llama el Señor a Israel, pero
no le impone la respuesta; solamente le pide un recuerdo
agradecido a su guía por el desierto, expresada en metáfora
conmovedora: «A vosotros os he llevado sobre las
alas de águila»..., para que se dé un encuentro personal:
«Os he traído a mí».
Una vez con el Señor, la elección no es incondicional.
Dios quiere que Israel entienda siempre la realidad de
su vida como una respuesta fiel: «Si de veras escucháis m
voz y guardáis mi alianza...». De nuevo, la escucha de la
Palabra y el compromiso de vida de una Alianza que mira
hacia Dios y a los hermanos. iLástima que el pueblo no
entendiera siempre su elección! Muchas veces, su his-