jaramillo, pedro - l..
jaramillo, pedro - l.. jaramillo, pedro - l..
Tercer domingo de Adviento 1. Lo nuevo que va a germinar (Is 33,1 -6a. 10) El anuncio seguro de lo nuevo tiene arraigo en la visión esperanzada del profeta. La confianza en el Dios que salva es más grande que todas las trabas y tropiezos. Esperanza que se expresa en la transformación de l naturaleza y del ser humano. El yermo y el desierto, llamados a alegrarse con el regocijo de una floración inesperada. Una belleza tal que abrirá los corazones a la belleza misma de Dios: «Verán la gloria de Dios, la belleza de nuestro Dios». Y unos seres humanos deprimidos que se abren a la nueva fortaleza. Ni debilidad ni vacilación ni cobardía: «Sed fuertes, no temáis». Incluso aquellos que experimentan el deterioro físico reciben el anuncio de gozar en plenitud de la función de sus órganos atrofiados: los ojos, los oídos, las piernas y la lengua. No más ciegos ni sordos ni cojos ni mudos. Todos vienen «rescatados» por el Señor. Una gran peregrinación de hombres renovados, guiados por «la alegría perpetua»; flanqueados en su camino por «el gozo y la alegría». Al resguardo de toda «pena y aflicción».
Novedad maravillosa que, en medio del sufrimiento, estimula y anima la esperanza. 2. Esperando con firmeza (Sant 5,7-10) Esperando, como lo hace el labrador que aguarda la cosecha, con una paciencia inquieta y activa. Se sabe el brador llamado a trabajar su parcela, pero ha aprendido a mirar al cielo en espera de las lluvias. Las necesita y anhela, pero no puede causarlas, «ni las tempranas ni las tardías». Las espera. Y lo hace con inquietud y paciencia, pero siempre con una segura firmeza. Cuando las lluvias se tardan, apuntan la desesperanza el cansancio de tanto trabajo frustrado. Lo mismo pasa en la vida, cuando se teme que el Señor se ha ocultado y retrasa su venida: la «venida» en el final; y las «venidas» en cada momento de nuestra historia, tantas veces reseca y agostada como la tierra en sequía. Pero, en los momentos duros, es cuando crece la esperanza. Esperanza tantas veces dolorida por el retraso y silencio de quien tiene que venir y no acaba de llegar. En la paciencia esperanzada está también la firmeza: «La venida del Señor está cerca... Él está ya a la puerta». 3. Lo nuevo que ha germinado (Mt 11,2-11) ¿Se cumplió ya la promesa o sigue el tiempo de espera? Dos períodos se entrecruzan: el de Juan que se pregunta: «¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a
- Page 1 and 2: a Palabra leditación y poesía (ci
- Page 3 and 4: Pedro laramillo Rivas, sacerdote de
- Page 5 and 6: íblicos de las lecturas de la Litu
- Page 7 and 8: a los otros dos ciclos, no se trata
- Page 9 and 10: Primer domingo de Adviento 1. Un ca
- Page 11 and 12: La vigilia preocupada de Noé lo sa
- Page 13 and 14: Con el Espíritu del Señor, habrá
- Page 15: Retoño salvador Del tocón de Jes
- Page 19 and 20: El Señor está cerca i Cómo emula
- Page 21 and 22: 2. «Dios-con-nosotros»: el Hijo d
- Page 23 and 24: NAVIDAD «Un niño nos ha nacido-,
- Page 25 and 26: 2. «Ha aparecido la gracia de Dios
- Page 27 and 28: Envuelto en pañales Fueron cuarent
- Page 29 and 30: abandones mientras vivas». Para qu
- Page 31 and 32: Amor de esmero Os desveláis por un
- Page 33 and 34: 2. ... nacido de una mujer (Gal 4,4
- Page 35 and 36: Latido de eternidad Cronos saca hoy
- Page 37 and 38: 2. Bendecidos antes de la creación
- Page 39 and 40: Germinó la Palabra Germinó la Pal
- Page 41 and 42: 2. Coherederos de la promesa (Ef 3,
- Page 43 and 44: Caminar tras la estrella Ni el perf
- Page 45 and 46: la prisión, y de las mazmorras a l
- Page 47 and 48: El siervo es el Hijo Llega la Navid
- Page 49 and 50: Miércoles de Ceniza 1. «La bendic
- Page 51 and 52: entregada; ni nacer ayuno que ser p
- Page 53 and 54: de estar desnudos por dentro es una
- Page 55 and 56: Vivir en el desierto Saltar al suel
- Page 57 and 58: en bendición para todas aquellas p
- Page 59 and 60: Desde Ur al Tabor ¡Transfigurar la
- Page 61 and 62: 2. «La esperanza no defrauda» (Ro
- Page 63 and 64: El agua que no cesa \ laz brotar de
- Page 65 and 66: porque no estaba previsto que entra
Tercer domingo de Adviento<br />
1. Lo nuevo que va a germinar<br />
(Is 33,1 -6a. 10)<br />
El anuncio seguro de lo nuevo tiene arraigo en la visión esperanzada<br />
del profeta. La confianza en el Dios que salva<br />
es más grande que todas las trabas y tropiezos.<br />
Esperanza que se expresa en la transformación de l<br />
naturaleza y del ser humano. El yermo y el desierto,<br />
llamados a alegrarse con el regocijo de una floración<br />
inesperada. Una belleza tal que abrirá los corazones a la<br />
belleza misma de Dios: «Verán la gloria de Dios, la belleza<br />
de nuestro Dios».<br />
Y unos seres humanos deprimidos que se abren a la<br />
nueva fortaleza. Ni debilidad ni vacilación ni cobardía: «Sed<br />
fuertes, no temáis». Incluso aquellos que experimentan el<br />
deterioro físico reciben el anuncio de gozar en plenitud<br />
de la función de sus órganos atrofiados: los ojos, los<br />
oídos, las piernas y la lengua. No más ciegos ni sordos<br />
ni cojos ni mudos.<br />
Todos vienen «rescatados» por el Señor. Una gran<br />
peregrinación de hombres renovados, guiados por «la<br />
alegría perpetua»; flanqueados en su camino por «el gozo<br />
y la alegría». Al resguardo de toda «pena y aflicción».