jaramillo, pedro - l..

Cuarto domingo
1. La dicha de caminar humildemente
junto al Señor
(Sof 2,3; 3,12-13)
Hoy vamos de dichas, de bienaventuranzas. En el fondo,
se trata de los auténticos valores con los que se construye
la vida. En ese nivel es donde el hombre percibe
más la paradoja. En ese fondo, se dan las mayores contradicciones
entre los proyectos propios y aquellos que
son acogidos con la humildad de quien ha escogido a
Otro como fuente de su dicha: «Un pueblo humilde que
confiará en el nombre del Señor».
La raíz de la dicha es la confiama: saberse dejar y apoyarse
en quien puede ofrecer felicidad «desconcertante».
En la confianza está el apoyo para el cumplimiento de lo
mandatos. Arranca, incluso cuando la dificultad arrecia y la
contradicción se siente, de una convicción: «Sé de quién
me he fiado»... como la oveja que pasta y se siente sin
sobresaltos, desde el «instinto confiado» de que hay un
pastor que siempre vela.