JESUS y EL ESPIRITU

La experiencia de Jesús acerca de Dios. La filiaci6n 73
pio conocimiento mesiánico» de Jesús, y ninguna diferencia puede
establecerse entre siervos (profetas) e hijo, ya que el contraste
puede explicarse completamente desde el climax dramático
de la parábola 133.
e) Lucas 22, 29 s.: «y yo dispongo del Reino en favor vuestro,
como mi Padre ha dispuesto de él en favor mío, para que
comáis y bebáis a mi mesa en mi Reino y os sentéis sobre tronos
como jueces de las doce tribus de Israel». Estas pueden ser muy
bien las últimas palabras de la Q (Mt 19, 28) (colección de
sentencias completadas con la disposición testamentaria de Jesús
sobre su herencia) 134. Que Mateo 19, 28 es una formulación adornada
de la frase viene indicado por las repeticiones como el lema
de Mateo «seguir» (akoloutheín) 135, la palabra helenística «regeneración»
(palingenesía) y quizá la fórmula «el Hijo del Hombre»
en lugar del «reino» propio de Lucas 136. Es probable, 'en
consecuencia, que Lucas conservara la forma Q más primitiva.
Es también totalmente posible que la Q haya conservado aquí
una palabra auténtica de Jesús. El carácter arcaico de la sentencia
ha sido advertido con frecuencia 137; Y la idea del reino
expresada en los versículos 29 s. va unida muy estrechamente con
el «voto de abstinencia» de Marcos 14, 25, un texto que exige
ser estimado; debe de ser tenido en gran consideración, como
las mismas palabras de Jesús 138.
Puesto que Jesús enseñó a sus discípulos a compartir en algún
sentido su «relación-abba» con Dios, les envió por delante a
participar en su misión de proclamar el reino a Israel (cf. más
133. Cf. M. HENGEL, Das Gleichnis von den Weingartnerll Mc 12,
1-12 im Licbte der Zenonpapyri und der rabbiniscben Gleicbnisse, ZNW
59 (1968) 38.
134. E. BAMMEL, Das Ende uon Q, en Verborum Veritas: Festschrift
für G. Stáhlin, ed. O. BOcher· K. Haacker, Wuppertal 1970, 39·50; Bammel
cita las parábolas de TestBenj 10, 4 s.; Testjob 45, 4; TestIsaac 8,
18, también jn 20, 22 s. con 200, 24 ss., considerado como el primer
suplemento (p. 46 s.); en contra de J. BEHM, TDNT 2, 105.
135. CL Mt 4: 20. 22; 8, 22. 23; d. Bornkarnm en G. BORNKAMM-
G. BARTH - H. J. HELD, Tradition and Interpretation in Matthew, ET
SCM Press 1963, 54 s.
136. Véase, además, H. SCHÜRMANN, [esu Abscbiedsrede Lk 22, 21-38,
Münster 1957, 40-44; d. R. H. FULLER, Foundations 123 s. De otro modo
Schulz, Q 330 ss.
137. Véase W. GRUNDMANN, Lukas 402 ss. y los autores que cita.
138. J. JEREMIAS, The Eucharistic Words 01 [esus, 31960, ET SCM
Press 1966, 207-17; W. G. KÜMMEL, Promise 30 ss.