JESUS y EL ESPIRITU
JESUS y EL ESPIRITU JESUS y EL ESPIRITU
578 Jesús y el Espíritu las cosas, por lo que quizás lo más acertado sea considerar a Juan como representante de una reacción en contra de esta tendencia 57. Parece que Juan intencionadamente vuelve la espalda a la creciente institucionalización y sacramentalización de su tiempo, manteniendo la vinculación paulina con el pasado sin subordinar el Espíritu a la tradición y resolviendo el problema del aflojamiento de la tensión escatológica mediante la individualización del culto en vez de institucionalizarlo. Por tanto, Juan quizás represente a los que anhelaban la relación directa con Jesús, la misma de que gozaron sus discípulos mientras él estuvo sobre la tierra; es decir, la solución de Juan intenta mantener, en la situación posterior a la resurrección, la relación horizontalmente no estructurada y que fue la propia de los discípulos del Jesús terreno. Para Pablo y las Pastorales, por el contrario, la idea del «discipulado» no juega papel alguno. Tengo que confesar que a mí me resulta más atractiva la vitalidad y madurez de la exposición paulina. No hay duda de que el fallo del concepto paulino al sobrevivirlo a él no nos autoriza a desplazarlo considerándolo meramente como «un estadio transitorio en la constitución paulina» y que de ningún modo representara «un ideal autorizado de la contitución paulina» 58. Los textos de Rm 12; 1 Co 12-14, e incluso Ef 4, no permiten sacar la conclusión de que 1 Co 12 intentaba sólo dar una respuesta a las condiciones que existían en Corinto, como tampoco se puede mantener que el mismo Pablo abandonó su concepción básica de 10 que es una comunidad carismática, haciéndose así cargo de los vientos que soplaban dentro del cristianismo helenístico. Por supuesto, puede ser que la concepción paulina sea algo que no se puede llevar a la práctica. Es tan profunda la contradicción interior que corre por los creyentes considerados como individuos, que impide ese influjo mutuo que Pablo considera como el funcionamiento propiamente tal de la comunidad carismática. Pero las alternativas adolecen de debilidades todavía mayores y están expuestas a peligros aun más serios, de modo que el concepto paulino mantiene su atractivo. Quizás el reto más formidable para el cristianismo del siglo xx sea el tomar en serio el modo paulino de ver las cosas y el comenzar, no a partir de que 10 que hoy existe sea debido 57. E. KASEMANN, Ketzer, 306. 58. Contra 1. GOPPELT, Apostolic Times, 187.
Conclusión 579 a la tradición o institución, sino que 10 que hay que hacer es, más bien, el abrirse a esa experiencia de Dios que está en los primeros pasos del cristianismo; hay que tener el coraje de dejar que esa experiencia, asegurada como es debido según las exigencias de Pablo, cree nuevas expresiones de fe, de culto y de misión tanto a nivel individual como comunitario. De una cosa podemos estar seguros: el único modo de que la vida de la Iglesia cristiana siga adelante es que cada generación sea capaz creativamente de reinterpretar su evangelio y su vida común, partiendo de su propia experiencia del Espíritu y la palabra que están en la raíz misma de la existencia del cristianismo 59. 59.4 . Comenzamos afirmando la primacía de la experiencia en la configuración del curso y el carácter de la primera generación cristiana. La validez de esta afirmación se ha demostrado una y otra vez en las páginas que han ido siguiendo. Es dato a todas luces que en cada estadio nos hemos ido encontrando con una teología y una teologización que es indudablemente racional, pero que no se conforma con pensar o hablar meramente de Dios y mucho menos todavía con raciocinar sobre él. El pensar teológico sobre Jesús que llevaron a cabo los primeros cristianos, Pablo y Juan, fue en cada momento algo dinámico, algo enraizado en su experiencia de Dios, algo viviente y en continuo crecimiento a partir de su experiencia religiosa. Hemos visto, en especial, cómo las notas características de la predicación de Jesús surgían inmediatamente de su propia experiencia: de Dios que está cercano (Padre) y del poder escatológico de Dios que ya está actuando (Espíritu). Ha sido muy importante también la amplitud de la teología paulina abarcada en nuestro estudio sobre su concepto de la experiencia religiosa; es decir, hemos visto 59. Cf. M. GOGUEL, Birtb, 13 S., quien acertadamente reconoce la primacía de la experiencia religiosa en lo concerniente a la creación de comunida en lo religioso, llamando la atención sobre las consecuencias que se vienen encima cuando la doctrina y los ritos se separan de la experiencia religiosa y se ponen por encima de ella. Escribe Goguel 13 s.: «Normalmente las religiones acaban por degradarse llegando a una teología racionalista, una moral formal y un culto ritualista. Cuando ritos y prácticas se separan así de la experiencia religiosa, la única manera que tienen de sobrevivir es convirtiéndose en una forma de presión que la sociedad religiosa ejerce sobre sus miembros... A veces una religión que no es nada más, ha cesado de vivir. Tomar una religión en tal estado de existencia y seguir llamándola religión es casi como coger un cadáver descompuesto y tomarlo como definición de vida y de ser viviente».
- Page 528 and 529: 528 Jesús y el Espíritu de la exp
- Page 530 and 531: 530 Jesús y el Espíritu es decir,
- Page 532 and 533: 532 Jesús y el Espíritu a partir
- Page 534 and 535: 534 Jesús y el Espíritu Por tanto
- Page 536 and 537: 536 Jesús y el Espíritu alegría
- Page 538 and 539: 538 Jesús y el Espíritu hijos por
- Page 540 and 541: 540 Jesús y el Espíritu Jesús. N
- Page 542 and 543: 542 Jesús y el Espíritu de sufrim
- Page 544 and 545: 544 Jesús y el, Espíritu puede ma
- Page 546 and 547: 546 f esús y el Espíritu un sufri
- Page 548 and 549: 548 Jesús y el Espíritu Resumiend
- Page 550 and 551: 550 Jesús y el Espirit« esté lib
- Page 552 and 553: 552 Jesús y el Espíritu y resucit
- Page 555 and 556: 10 Conclusión Una mirada a través
- Page 557: Conclusián 557 q.ue aminora los la
- Page 560 and 561: 560 Jesús y el Espíritu a Timoteo
- Page 562 and 563: 562 Jesús y el Espíritu entusiás
- Page 564 and 565: 564 Jesús y el Esptritu de Jesús
- Page 566 and 567: 566 Jesús y el Espíritu la idea d
- Page 568 and 569: 568 Jesús :JI el Espíritu Recorde
- Page 570 and 571: 570 Jesús y el, Espíritu pertenen
- Page 572 and 573: 572 Jesús y el Espíritu en este p
- Page 574 and 575: 574 Jesús y el Espíritu nado «hi
- Page 576 and 577: 576 Jesús y el Espíritu En las Pa
- Page 580: 580 Jesús y el Espíritu cómo gra
- Page 585: Bibliografia 585 DENIS, A. M., 'L'i
- Page 591 and 592: Bibliografía 591 LiNDBLOM, J., Pro
- Page 593 and 594: Bibliografía 593 I'ACKER. J. l., "
- Page 596 and 597: 596 Bibliografía STENDAHL, K., ed.
- Page 598 and 599: 598 Bibliografía ZUNTZ, G., The Te
- Page 600 and 601: 600 Indice bíblico 74,9 145 24-27
- Page 602 and 603: 602 Indice biblico D) NUEVO TESTAME
- Page 604 and 605: 604 Indice bíblico 10,5 s. 141 13,
- Page 606 and 607: 606 Indice bíblico 2, 5 163 11,25
- Page 608 and 609: 608 Indice bíblico 9,10 287 11,15s
- Page 610: 610 Indice bíblico 8,6 ss.13 510 8
- Page 613 and 614: I ndice bíblico 613 14, 1-5.39 145
- Page 616: 616 I ndice bíblico 6,1 s. 519 4 5
- Page 621 and 622: 11. INDICE DE AUTORES MODERNOS Abel
- Page 623 and 624: Autores modernos Deichgraber, Ro, 3
- Page 625 and 626: Autores modernos Hooker, Mo Do, 79,
- Page 627 and 628: Autores modernos Nauck, W., 200, 51
578 Jesús y el Espíritu<br />
las cosas, por lo que quizás lo más acertado sea considerar a<br />
Juan como representante de una reacción en contra de esta tendencia<br />
57. Parece que Juan intencionadamente vuelve la espalda<br />
a la creciente institucionalización y sacramentalización de su tiempo,<br />
manteniendo la vinculación paulina con el pasado sin subordinar<br />
el Espíritu a la tradición y resolviendo el problema del aflojamiento<br />
de la tensión escatológica mediante la individualización<br />
del culto en vez de institucionalizarlo. Por tanto, Juan quizás<br />
represente a los que anhelaban la relación directa con Jesús, la<br />
misma de que gozaron sus discípulos mientras él estuvo sobre<br />
la tierra; es decir, la solución de Juan intenta mantener, en la<br />
situación posterior a la resurrección, la relación horizontalmente<br />
no estructurada y que fue la propia de los discípulos del Jesús<br />
terreno. Para Pablo y las Pastorales, por el contrario, la idea del<br />
«discipulado» no juega papel alguno.<br />
Tengo que confesar que a mí me resulta más atractiva la<br />
vitalidad y madurez de la exposición paulina. No hay duda de<br />
que el fallo del concepto paulino al sobrevivirlo a él no nos autoriza<br />
a desplazarlo considerándolo meramente como «un estadio<br />
transitorio en la constitución paulina» y que de ningún modo<br />
representara «un ideal autorizado de la contitución paulina» 58.<br />
Los textos de Rm 12; 1 Co 12-14, e incluso Ef 4, no permiten<br />
sacar la conclusión de que 1 Co 12 intentaba sólo dar una respuesta<br />
a las condiciones que existían en Corinto, como tampoco<br />
se puede mantener que el mismo Pablo abandonó su concepción<br />
básica de 10 que es una comunidad carismática, haciéndose así<br />
cargo de los vientos que soplaban dentro del cristianismo helenístico.<br />
Por supuesto, puede ser que la concepción paulina sea<br />
algo que no se puede llevar a la práctica. Es tan profunda la<br />
contradicción interior que corre por los creyentes considerados<br />
como individuos, que impide ese influjo mutuo que Pablo considera<br />
como el funcionamiento propiamente tal de la comunidad<br />
carismática. Pero las alternativas adolecen de debilidades todavía<br />
mayores y están expuestas a peligros aun más serios, de modo<br />
que el concepto paulino mantiene su atractivo.<br />
Quizás el reto más formidable para el cristianismo del siglo<br />
xx sea el tomar en serio el modo paulino de ver las cosas<br />
y el comenzar, no a partir de que 10 que hoy existe sea debido<br />
57. E. KASEMANN, Ketzer, 306.<br />
58. Contra 1. GOPP<strong>EL</strong>T, Apostolic Times, 187.