JESUS y EL ESPIRITU
JESUS y EL ESPIRITU JESUS y EL ESPIRITU
560 Jesús y el Espíritu a Timoteo (1 Tm 4, 14; 2 Tm 1,6); se trata deun don único que al recibirlo lo capacitó para distintas responsabilidades y que le confiere su puesto y autoridad. La exhortación y la enseñanza (en especial 1 Tm 4, 13) ya no son carismas, sino que forman parte sencillamente de las responsabilidades normales de Timotea 12. En resumen, el charisma se ha convertido en poder de oficio B. b) En las Pastorales charisma ha perdido su carácter dinámico. Ya no se trata de la manifestación individual de la gracia sino que es un poder o aptitud que tiene Timoteo, que está dentro de él (1 Tm 4, 14; 2 Tm 1, 6), Y que él mismo puede poner a actuar. c) El carisma ya no es el don totalmente libre del Espíritu, como lo eran los carismas de la primitiva perspectiva paulina. Se trata más bien de un don dado de una vez para siempre cuando uno es ordenado, cosa que se lleva a cabo «mediante la profecía 14 y la imposición de manos para la ordenación como presbítero» (1 Tm 4, 14) 15; «por la imposición de mis manos» 12. CL R. BULTMANN, Tbeology Il, 105. 108. La enseñanza de que habla 1 Tm 2. 12 probablemente se considera como función oficial: «... enseñar o tener autoridad sobre gente» (d. 1 Tm 3, 12; Tt 1, 9). Sólo la oración parece que representa una actividad general de la comunidad (1 Tm 2, 8). 13. Cf. M. GOGUEL, Gburcb, 71. 118; G. Fl\.lEDRICH, Geist, 85; E. KASEMANN, ENTT 86 ss. Lo que J. Wobbe 67·70 dice sobre e! carisma como gracia de oficio (Amtsgnade) se basa exclusivamente en las pastorales. 14. En las únicas referencias que se hacen a la profecía (1 Tm 1, 18; 4, 14) pertenece también al pasado y era parte de las ceremonias de ordenación de Timoteo (aunque proagoüsas en 1, 18 pudiera indicar una palabra profética dicha algún tiempo antes de la ordenación de Timoteo). ¿Se había convertido la profecía también en parte formalizada de! buen orden? 4, 1: «El Espíritu dice expresamente ... '> pudiera indicar una actividad profética contínua, pero probablemente se trata de una referencia a una palabra profética del pasado, o sea, antes de los «últimos tiempos» que el autor tiene presentes (E. SCHWEIZER, Church Order, 6c; d. C. SPICQ, Les Épitres Pastorales, EB 1947, 136); realmente la frase puede ser una fórmula fija para introducir una palabra tomada de la tradición, como lo es la fórmula rabínica corriente de «El Espíritu Santo grita y dice... » (véase antes cap. 7 nota 218); d. luego el apartado d). 15. Sobre esta traducción véase DAUBE, Rabbinic [udaism, 224-46; J. JEREMÍAS, Presbyterion aussercbristlicb bezeugt, ZNW 48 (1957) 127 32; al que siguen KELLY; Pastorals, 107 s.;C. K. BARRETI', The Pastoral, Epistles, Oxford 1963, 72; G. HOLTZ, Die Pastoralbriefe, THNT 1965, 111. Véase también la discusión en HASENHÜT'1'L, 247 ss.
Conclusi6n 561 (de Pablo, 2 Tm 1, 6) 16. Además tenemos que tener en cuenta d) que parece haber desaparecido el tenso equilibro que Pablo, finalmente, había conseguido entre profecía y enseñanza, o sea, entre las nuevas revelaciones del Espíritu escatológico siempre presente y la transmisión e interpretación de la tradición establecida 17. La preocupación absolutamente dominante es la de conservar las conquistas doctrinales del pasado. La «enseñanza / doctrina sana», los «dichos verdaderos», las «palabras sanas», «la fe» 18. El Espíritu se ha convertido en el poder de salvaguardar la herencia de la tradición recibida del pasado (2 Tm 1, 14 - phylaxon dia pneúmatos hagíou) 19. Y al mismo Pablo se le presenta más como el guardián de la tradición que como su autor (2 Tm 1, 12) 20. Está claro, por tanto, que la idea de una comunidad carismática ha desaparecido; el ministerio y la autoridad se han convertido en prerrogativa de unos pocos; la experiencia del Cristo Espíritu ha perdido su vitalidad; el conservar el pasado ha adquirido mayor importancia que la apertura cara al presente y al futuro. El Espíritu y el carisma han sido, de hecho, sometidos al oficio, al ritual y a la tradición. Aquí tenemos realmente el primitivo catolicismo. No sabemos por qué hubo que llegar a tal estado de cosas. Pudiera haber ocurrido que los entusiastas se hicieron con las riendas en las Iglesias paulinas tras la muerte de Pablo 21, sacándose la conclusión que una comunidad carismática no funcionaba y que desembocaba inevitablemente en la anarquía y la autodestrucción. Pudiera ser también que las Pastorales se escribieran como respuesta a un resurgimiento de anteriores excesos 16. H. VON CAMPENHAUSEN, Autbority, 116 R. BULTMANN, Theology ll, 104. 106 s.; E. KASEMANN, Das Formula« einer neutestamentlicben Grdinationspsránese, en Neutestamentlicbe Studien ¡ür Rudol] Bultmann, Berlín 21957, 261-68, sugiere que en 1 Tm 6, 11-16 tenemos una de las formas más antiguas de conferir un oficio mediante ordenación. 17. Cf. E. SCHWEIZER, Church Order, 6c. 18. Enseñanza / doctrina sana: 1 Tm 1, 10; 2 Tm 4, 3; Tt 1, 9; 2, 1; d. 1 Tm 4, 6. 16; 6, 1. 3; 2 Tm 2, 2; Tt 2, 10; dicho fiel: 1 Tm 1, 15; 3, 1; 4, 9; 2 Tm 2, 11; Tt 1, 9; 3, 8; palabras irreprochables: 1 Tm 6, 3; 2 Tm 1, 13; d. 2 Tm 2, 15; la fe: 1 Tm 3, 9; 4, 1. 6; 5, 8; 6, 10. 12. 21; 2 Tm 3, 8; 4, 7; Tt 1 13; 2, 2; lo que ha sido confiado: 1 Tm 6, 20; 2 Tm 1, 12. 14. 19.Cf. E. SCHWEIZER, Cburcb Order, 6d; G. HAsENHÜTTL, 254 ss. Este es el único texto de las Pastorales donde se habla de la «inhabitación» del Espíritu. . 20. ]. ROLOFF, Apostolat, 248 s. 21. E. KASEMANN, ENTT, 93. 36
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Conclusi6n 561<br />
(de Pablo, 2 Tm 1, 6) 16. Además tenemos que tener en cuenta<br />
d) que parece haber desaparecido el tenso equilibro que Pablo,<br />
finalmente, había conseguido entre profecía y enseñanza, o sea,<br />
entre las nuevas revelaciones del Espíritu escatológico siempre<br />
presente y la transmisión e interpretación de la tradición establecida<br />
17. La preocupación absolutamente dominante es la de conservar<br />
las conquistas doctrinales del pasado. La «enseñanza / doctrina<br />
sana», los «dichos verdaderos», las «palabras sanas», «la fe» 18.<br />
El Espíritu se ha convertido en el poder de salvaguardar la herencia<br />
de la tradición recibida del pasado (2 Tm 1, 14 - phylaxon dia<br />
pneúmatos hagíou) 19. Y al mismo Pablo se le presenta más como<br />
el guardián de la tradición que como su autor (2 Tm 1, 12) 20.<br />
Está claro, por tanto, que la idea de una comunidad carismática<br />
ha desaparecido; el ministerio y la autoridad se han convertido<br />
en prerrogativa de unos pocos; la experiencia del Cristo<br />
Espíritu ha perdido su vitalidad; el conservar el pasado ha adquirido<br />
mayor importancia que la apertura cara al presente y al<br />
futuro. El Espíritu y el carisma han sido, de hecho, sometidos al<br />
oficio, al ritual y a la tradición. Aquí tenemos realmente el primitivo<br />
catolicismo. No sabemos por qué hubo que llegar a tal estado<br />
de cosas. Pudiera haber ocurrido que los entusiastas se hicieron<br />
con las riendas en las Iglesias paulinas tras la muerte de Pablo 21,<br />
sacándose la conclusión que una comunidad carismática no funcionaba<br />
y que desembocaba inevitablemente en la anarquía y la<br />
autodestrucción. Pudiera ser también que las Pastorales se escribieran<br />
como respuesta a un resurgimiento de anteriores excesos<br />
16. H. VON CAMPENHAUSEN, Autbority, 116 R. BULTMANN, Theology<br />
ll, 104. 106 s.; E. KASEMANN, Das Formula« einer neutestamentlicben<br />
Grdinationspsránese, en Neutestamentlicbe Studien ¡ür Rudol] Bultmann,<br />
Berlín 21957, 261-68, sugiere que en 1 Tm 6, 11-16 tenemos una de las<br />
formas más antiguas de conferir un oficio mediante ordenación.<br />
17. Cf. E. SCHWEIZER, Church Order, 6c.<br />
18. Enseñanza / doctrina sana: 1 Tm 1, 10; 2 Tm 4, 3; Tt 1, 9;<br />
2, 1; d. 1 Tm 4, 6. 16; 6, 1. 3; 2 Tm 2, 2; Tt 2, 10; dicho fiel: 1 Tm<br />
1, 15; 3, 1; 4, 9; 2 Tm 2, 11; Tt 1, 9; 3, 8; palabras irreprochables:<br />
1 Tm 6, 3; 2 Tm 1, 13; d. 2 Tm 2, 15; la fe: 1 Tm 3, 9; 4, 1. 6;<br />
5, 8; 6, 10. 12. 21; 2 Tm 3, 8; 4, 7; Tt 1 13; 2, 2; lo que ha sido<br />
confiado: 1 Tm 6, 20; 2 Tm 1, 12. 14.<br />
19.Cf. E. SCHWEIZER, Cburcb Order, 6d; G. HAsENHÜTTL, 254 ss.<br />
Este es el único texto de las Pastorales donde se habla de la «inhabitación»<br />
del Espíritu.<br />
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