JESUS y EL ESPIRITU

El Espiritu de Jesús 549
de esta tensión y de este conflicto es absolutamente equivocado 181.
No hay experiencia más alta que libre al creyente de la realidad
de su estado de desgarramiento como hombre de Espíritu y de
carne; mientras e! creyente se encuentre en la carne, no puede
gozar de la vida plena de! Espíritu. Sólo existen dos maneras de
escapar, y ambas pasan por la muerte'. una es e! camino hacia
delante, o sea, e! adentrarse en e! conflicto Espíritu-carne hasta que
llegue e! final de la muerte física; e! otro camino va hacia atrás,
es decir, implica e! abandono del conflicto, el retirarse a una vida
vivida sólo a nivel de la carne; el ámbito en que la muerte es
la única que tiene la palabra, y es la esfera de muerte. Dicho
con otras palabras: el único modo de escapar a la muerte es la
muerte del cuerpo o la de todo el hombre.
Resumiendo, el cristiano que tome a Pablo en serio jamás se
debería alarmar por la paradoja y el conflicto de su experiencia
religiosa. Como tampoco debería desalentarse por la derrota ni
sacar la conclusión de que la gracia ha perdido la batalla. Al
contrario, e! conflicto espiritual es la señal de la vida; señal de
que e! Espíritu está jugando su papel en la configuración de!
hombre. El sufrimiento significa esperanza (Rm 5, 3 ss.). La
muerte forma parte de la experiencia actual de la vida (2 Ca
4, 10 ss.). Dado que la vida tiene que ser ahora vida en este cuerpo,
el único modo de que el Espíritu esté presente es a base de
paradoja y conflicto. Esta paradoja y este conflicto constituyen la
impronta de una experiencia religiosa auténtica; mala señal si
no se dieran tal paradoja y tal conflicto. «El Espíritu está ausente
cuando dejamos de luchar y no cuando perdemos» 182.
56.2. En cuanto a Pablo se refiere, la experiencia religiosa
abarca a la totalidad de su vida. Puesto que la totalidad de ésta
es, en cierto sentido, vida en la carne, e! conjunto de esta vida
se convierte en la arena en que se libra el conflicto entre Espíritu
y carne. Si se excluye al Espíritu de alguna parte de esa vida,
quiere decir que ese aspecto no sólo se vive en la carne sino
según la carne. Como quiera que no hay aspecto de la vida que
181. Desde un punto de vista la historia del cnstiamsmo es una
historia de tales intentos mediante la gnosis, el ascetismo, el misticismo,
la «santificación», la «segunda bendición», el «bautismo en el Espíritu»
(cf. J. D. G. DuNN, Spirit-baptism and Pentecostalism, 397-407). Véase
también antes párr. 34.
182. H. BERKHOF, Spirit, 78.