JESUS y EL ESPIRITU

548 Jesús y el Espíritu
Resumiendo, si el hombre escoge vivir su propia vida, morirá
su propia muerte, y se acabó. Pero si gracias al poder del Espíritu
muere ahora la muerte de Cristo, entonces vivirá la vida de Cristo
aquí y después. Por lo tanto, la antítesis de la antropología y la
cristología paulinas encuentra la solución en su pneumatología. Y
en la experiencia de participación en la vida y la muerte de Cristo
halla esta solución su expresión más profunda e intensa.
56. Conclusiones
56.1. Para Pablo la experiencia religiosa del creyente se caracteriza
por la paradoja y el conflicto: la paradoja de vida 'Y
muerte, el conflicto de Espiritu y carne. Se trata de una religión
de lucha, la fe que se encuentra asaltada siempre por el interrogante
y la duda, la vida siempre combatida por la muerte, el
Espíritu siempre atacado por la carne (Ca 5, 16 s.) 180. Se trata
de una vida en tensión, a veces casi insoportable (Rm 8, 22s.;
2 Ca 5, 4); la tensión derivada de la pertenencia simultánea a
dos mundos opuestos, la tensión de conocer la vida del Espíritu
pero tener que expresarla a través del cuerpo de muerte. Es una
tensión permanente. El grito de frustración de Rm 7, 24 es el
grito continuo del cristiano; durante toda su vida el creyente vive
con un pie en cada campo (Rm 7, 25b; 8, 10); durante toda su
vida se abre ante él la posibilidad de caminar según la carne o
de hacedo según el Espíritu; ambas cosas son posibilidades reales
y, al menos hasta cierto punto, hechos que duran hasta que
acaba esta vida.
Es importante el darse cuenta que la conversión, la experiencia
de Espíritu y la experiencia carismática, no sitúan al creyente
por encima de este conflicto o fuera de su alcance, sino que la
presencia y actividad del Espíritu lo que hacen es, más bien,
agudizado. Es cierto que Pablo sabe de experiencias que lo sacan
de sí mismo y, en tales ocasiones, hasta quizá lo sacaron del
cuerpo, al parecer (2 Co 12, 2 ss.). Pero tales experiencias son
las menos importantes para Pablo. Es la experiencia diaria de la
debilidad la que más lo acerca a Dios y a su poder, que con más
fuerza actúa por medio de él (2 Co 12, 9 s.; 13, 4). Si Pablo
tiene razón, entonces quiere decir que todo intento de escaparse
180. Contra W. BOUSSET, Kyrios Cbristos, 181.