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JESUS y EL ESPIRITU

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546 f esús y el Espíritu<br />

un sufrimiento y un morir en su experiencia, y de que en tal<br />

sufrimiento y muerte se encontraba Cristo implicado de tal modo<br />

que podía hablar de ello como de la experiencia de la pasión y<br />

muerte de Cristo, lo cual no suponía para él contradicción alguna<br />

respecto de sus afirmaciones en el sentido de que la muerte y la<br />

resurrección de Cristo son hechos que tuvieron lugar en el pasado<br />

histórico. ¿Deberíamos calificar esto como algo «místico», «pneumático»<br />

o «carismático»? Poco importa el nombre siempre que<br />

tengamos en claro lo más que podamos la experiencia de que<br />

trata 174.<br />

La base del pensamiento de Pablo parece que es la siguiente:<br />

cuando habla de la participación en los sufrimientos de Cristo,<br />

Pablo asocia dos de los componentes fundamentales de su teología,<br />

en concreto, su cristología y su antropología. Aquí no podemos<br />

sino limitarnos a esbozadas muy brevemente. 1) En su<br />

vida terrena Jesús se identificó con el hombre; era representante<br />

del hombre; era uno con el hombre en su derrumbamiento adamítico<br />

(Rm 8, 3; 1 Co 15,27; Flp 2, 7 s.). Con su sufrimiento y<br />

muerte le mostró al hombre el único fin que puede esperar como<br />

hombre caído: sufrimiento y muerte, muerte en cuanto destrucción<br />

de la carne y muerte como fin del hombre en cuanto carne<br />

(2 Co 5, 14) 175. Pero se vio que la pasión y muerte de Jesús<br />

fueron los dolores mesiánicos, puesto que Jesús volvió a resucitar<br />

venciendo la muerte, dado que el Adán segundo, el escatológico,<br />

fuera el comienzo de la nueva humanidad. 2) La muerte no constituye<br />

solamente el único fin del hombre caído, sino que se encuentra<br />

actuando ya en él, las fuerzas de destrucción actúan ya.<br />

En su obra de destrucción esas fuerzas cuentan con el apoyo de<br />

la Ley (Rm 8, 2; 1 Co 15, 56; 2 Co 3, 6) 176, Y la ira de Dios<br />

(Rm 1, 18-32) 177 Y el hombre se encuentran en un círculo vicioso<br />

de pecado y pecaminosidad que lo único que hacen es acelerar su<br />

muerte como hombre.<br />

174. Véase también A. DEISSMANN, Paul, 182; F. BücHs<strong>EL</strong>, Geist,<br />

300 SS.; M. DIB<strong>EL</strong>IUS, Paul«s und die Mystik, 134-59.<br />

175. Véase más en detalle ]. D. G. DUNN, Paul's Understanding 01<br />

tbe Deatb 01 [esus, en Reconctliation and Hope, Morris Festschrift 126-31.<br />

176. R. BULTMANN, Theology 1, 267 s. Compárese con Qumran (antes<br />

nota 80).<br />

177. Cf. C. H. Donn, Romans, 20-29; pero en lo concerniente a la<br />

cuestión de si «la ira de Dios» es personal o impersonal son mejores<br />

los resultados alcanzados por WHIT<strong>EL</strong>EV, Paul, 64-69.

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