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JESUS y EL ESPIRITU

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El Espíritu de Jesús 517<br />

Pablo describiendo una experiencia existencial (1a conciencia carismática<br />

de ser hijos), que es el distintivo del Espíritu de Dios<br />

y que indica que el Espíritu es concretamente el Espíritu de filiación,<br />

el Espíritu del Hijo de Dios (8, 15; Ca 4, 6 s.). También<br />

aquí se ve con bastante claridad la importancia del pensamiento<br />

de Pablo. Según él las experiencias que se tienen del Espíritu de<br />

Dios se pueden concretar más a la luz de la experiencia que Jesús<br />

mismo tuvo de Dios y de su relación con él. Al Espíritu de Dios<br />

se le puede definir más concretamente como el Espíritu de la<br />

relación propia de Jesús con el Padre, y como el Espíritu que<br />

establece la misma relación en los creyentes y la hace existencialmente<br />

real. Resumiendo, podríamos decir que para Pablo el carácter<br />

del Espíritu ha tomado su "forma" de la impronta de la<br />

relación del mismo Jesús con Dios.<br />

En tercer lugar, tenemos 2 Ca 3, 18. Este versículo se encuentra<br />

en una sección muy discutida hoy en día. Tenemos que<br />

conformarnos con decir que existe amplio acuerdo en todos los<br />

campos sobre el sentido de que el cap. 3 es parte de una polémica<br />

o defensa paulina contra otros misioneros, presumiblemente<br />

judea-cristianos, los cuales, para Pablo, realzaban demasiado la<br />

continuidad entre judaísmo y cristianismo 87. Insistían, en concreto,<br />

en que la revelación, la ley, dada a través de Moisés seguía<br />

siendo norma vinculante para los cristianos (3, 3. 6 ss.). Al responder<br />

Pablo afirma que el cristianismo es esencialmente una religión<br />

del Espíritu y no de la ley (vv. 3 y 6), representando la realización<br />

de la esperanza profética para el mundo nuevo (Jr 31,<br />

31 ss.). Luego, echando mano de la exposición alegórica de Ex<br />

34,39; 35 (vv. 7-18), llega a igualar alegóricamente a este Espíritu<br />

con Yahvé (vv. 16 ss.), en cuanto que es la fuente de la gloria 88.<br />

87. Véase especialmente D. GEORGI, Gegner, 246-82; aunque es improbable<br />

que en los vv. 7-18 Pablo incorpore un midrash ya existente<br />

sobre Ex 34 y utilizado por sus oponentes (GOLLANGE, 67 s. 72 s.). Véase<br />

también aquí nota 34. La cuestión sobre la relación existente entre esta<br />

sección de 2 Ca y 2 Ca 10-13 y los oponentes atacados en cada sección<br />

("los mismos o diferentes?) es demasiado compleja como para ocuparnos<br />

ahora de ella. Véase antes § 47, 2.<br />

88. Véase]. D. G. DUNN, 2 Ca 3, 17 'The Lord is the Spirit', JTS<br />

NS 21 (1970) 309-20; C. F. D. MOULE, 2 Co 3, 18b' katháper apo kyriau<br />

pneúmatos, en Neues Testament und Gescbicbte: bistoriscbes Gescbeben<br />

und Deutung im Neuen Testament, Osear Cullmann zum 70. GEBURTSTAG,<br />

ed. H. BALTENSWEILER-B. REICKE, Zürich 1972, 231-37; C. K. BARRETT,<br />

2 Ca 122 s. Lo que 3, 17 quiere decir es que «el Señor» de Ex 34, 34<br />

(v. 16) se ha de entender en consonancia con el Espíritu de 2 Ca 3, 6;

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