JESUS y EL ESPIRITU

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478 Jesús y el Espíritu 5, 11) 198. En especial, es en 1 Co donde oikodomé se utiliza como criterio en varios de los altercados que amenazan la unidad de la Iglesia de Corinto; es la consecuencia a que se llega por 10 dicho en 3, 16 s., sobre todo en la disputa sobre el acierto o desacierto de comer la carne sacrificada en templos paganos (8, 1: «Pero la ciencia hincha; sólo la caridad edifica»; 10, 23: «Todo es lícito, pero no todo conviene») 1

El cuerpo de Cristo 479 a la comunidad; cualquiera que sea incapaz de darse cuenta de ello, está revelando, gracias al mismo criterio, que no es un hombre espiritual. En ese caso este individuo no es reconocido por Dios y cualquier carisma que pretenda tener no debería ser reconocido por la comunidad (14, 38). La razón de por qué se debería respetar y seguir a Estéfanas y a otros como él (16, 15 ss.), es ni más ni menos que se ve que contribuyen efectivamente a la oikodomé a base del servicio que prestan y de 10 mucho que trabajan en pro de la comunidad. Resaltemos, finalmente, que la dimensión misional de la proclamación y la profecía es parte integrante del concepto que Pablo tiene de oikodomé (d. 1 Co 3, 5 ss.; 2 Co 10, 8; 12, 19; 13, 10). Por ejemplo, en 1 Co 14, 22-25 el efecto que las manifestaciones inspiradas tienen sobre los visitantes y no creyentes es precisamente lo que constituye el criterio de oikodomé aplicado a tales manifestaciones. Lo que el visitante encuentra absolutamente carente de sentido, no puede contribuir a la edificación de la Iglesia. Y viceversa: lo que edifica a la Iglesia es precisamente lo que abre los ojos del mero visitante para reconocer lo que él mismo es y para darse cuenta de la presencia de Dios en la comunidad 201. Resumiendo, puesto que los carismas son funciones del cuerpo de Cristo, «actos de servicio» (diakonía), provenientes del Espíritu de Dios para la edificación de la comunidad carismática en la unidad del amor y de los fines comunes 202, precisamente por ello, todo lo que no edifica, cualquier palabra o acción que destruya la unidad de la asamblea, que dañe a sus miembros o que deje al espectador sencillamente desconcertado, que quede claro que se trata de una palabra o de una acción que no pasa la prueba de la oikodomé, debiendo, pues, ser ignoradas o rechazadas, aunque parezcan ser inspiradas o carismáticas 203. 201. Cf. G. BORNKAMM, Experiences, 163 S.; E. SCI/WEIZER, Church Order, 7 s. 202. MICIlEL, TDNT 5, 141, llama acertadamente la atención sobre el «carácter carismático del proceso de crecimiento». 203. Cf. H. GUNKEL, 73 ss. Las pruebas de la falsa profecía en la Didaché 11, 5 s., 9 s.; 12 y en HERMANS, Mand, 11, 7-16, son sencillamente desarrollos y aplicaciones del criterio de oikodomé en Pablo. GUN­ KEL, 74 hace este interesante comentario: «La expresión 'los dones del Espíritu sirven para la mutua edificación de la comunidad', no es un juicio adquirido por experiencia, sino una exigencia hecha a los pneumátiros».

478 Jesús y el Espíritu<br />

5, 11) 198. En especial, es en 1 Co donde oikodomé se utiliza<br />

como criterio en varios de los altercados que amenazan la unidad<br />

de la Iglesia de Corinto; es la consecuencia a que se llega por 10<br />

dicho en 3, 16 s., sobre todo en la disputa sobre el acierto o<br />

desacierto de comer la carne sacrificada en templos paganos (8,<br />

1: «Pero la ciencia hincha; sólo la caridad edifica»; 10, 23:<br />

«Todo es lícito, pero no todo conviene») 1

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