JESUS y EL ESPIRITU

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386 Jesús y el Espiritu Por otra parte, la oración para Pablo nunca es simplemente un asunto de pronunciar (decir) oraciones. Orar es rezar, en relación con unas personas concretas y unas situaciones particulares 2\0. En consecuencia, para Pablo existe inevitablemente una graduación amplia de espontaneidad en toda oración. Añadiríamos, con todo, que existe un modo de rezar determinado totalmente por el Espíritu, donde las palabras y los sentimientos vienen a los labios del que reza, como concedidos por Dios (palabra inspirada). Esto está implicado en 1 Co 11, 4 s. 13, donde probablemente se considera tanto a la oración como a la profecía como discurso carismático. Anteriormente, en la misma carta la dedicación a la oración es la otra cara del charisma del celibato voluntario (1 Co 7, 5-7; d. p. 329 s.). En El 6,18 existe la exhortación específicamente «para orar en todo tiempo en el Espíritu». Esto es, manteneos vosotros mismos abiertos a la oración del Espíritu (d. El 5, 18 ss.), en cada situación concreta (d. anteriormente Rm 8, 15 s. 26 s.) 211. Y en 1 Co 14, 14-17 lo que se considera es evidentemente la oración como expresión inspirada, tanto la oración en lenguas, como la oración inteligible. Ante todo, tenemos la familiaridad de Pablo con la oración-Abba de Jesús (cí. § 4) en Rm 8, 15 s. y Ga 4, 6 Y su descripción de la oración del Espíritu en Rm 8, 26 s. Rm 8, 15 s.: «Que no habéis recibido el espíritu de siervos para recaer en el temor, antes habéis recibido el Espíritu de adopción por el que clamamos 'Abba, Padre'. El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios... ». Con frecuencia, se ha sugerido que Pablo aquí está pensando en el uso litúrgico propio de las oraciones de la asam- 210. Proseucbé: Km 1, 10; 15, 30; El 1, 16; Col 4, 12; 1 Ts 1, 2; Flm 4. 22; proseúcbomai: Flp 1, 9; Col 1, 3. 9; 4, 3; 1 Tes 5, 25; déésis: Km 10, 1; 2 Co 1, 11; 9, 14; El 6, 18; Flp 1,4. 19; 4,6; déo­ 111ai: Km 1, 10; 1 Ts 3, 10; eucbaristia: 2 Ca 9, 11 S.; Flp 4, 6; 1 Ts 3, 9; eucbaristé6: El 5, 20. Recojo sólo los textos en que se ve alguna indicación clara sobre e! contenido de la oración. G. DELLING, Worship, 110 s., piensa que las reuniones a veces pasaban toda la noche en oración (d. 1 Ts 3, 10; Col 4, 2; El 6, 18 s.), 211. H. SCHLIER, Epbeser, 301. Un ejemplo clásico sería e! de Policarpo de Esmirna, de! que MartPolicarpo, 7, 2, nos dice que estando arrestado (año 155 ó 156 d.C.) se le dio permiso para rezar: «y cuando se lo permitieron, se puso en pie y oró, tan lleno de la gracia de Dios estaba que no paró durante dos horas, para sorpresa de quienes lo escu·· chaban»,

La experiencia carismática 387 blea, tal vez en concreto en la oración del Señor (Lc 11, 2) 212 • Esto no es probable 213. El tema central en estos versículos, como también probablemente en Ca 4, 6 214 es la conciencia filial y la confianza del creyente 215, Y el Abba se refiere casi ciertamente a una expresión espontánea de este sentido de filiación, mediante un grito de exultación y confianza; una expresión inspirada. Con razón, surge un contraste con «un espíritu de esclavitud» y una «vida de miedo» (8, 15), expresiones con las que Pablo piensa muy probablemente en esa problematización interior que a menudo origina la ostentación religiosa del hombre; la inseguridad interior y la ausencia de confianza en Dios que obligan a buscar seguridad en la letra de la ley y en la conformidad ritual 216. Por el contrario, el «Espíritu de filiación» hay que referirlo a esa confianza interior de pertenecer a Dios, que no es producto de un esfuerzo ansioso, sino algo concedido en el punto de partida de una conducta (8, 14), Y de una oración 217. Para Pablo la confianza, con otras palabras, no es cuestión de persuadirse uno mismo a volver a la fe, como si la fe fuera sencillamente algo racional, la aceptación de ciertas proposiciones. La confianza tampoco es cuestión de suprimir las dudas interiores mediante una conformidad ciega con la tradición, en alguna manera autorizada. La confianza es conciencia y confianza filial. Dios no sólo desea que los hombres sean sus hijos, quiere también que ellos lo sepan. En segundo lugar, el verbo que Pablo usa al describir la oración abba, tanto en Rm 8, 15 como en Ca 4, 6 es krázein (gritar), que es una expresión muy fuerte. Puede usarse como una proclamación solemne (como en Rm 9, 27); pero en el Nuevo 212. SEEBERG, Katecbismus, 242; G. KITTEL, TDNT I 6; H. LIETZ­ MANN, Romer, 83 s.; LEENHARDT, Romans, 214; C. K. BARRETT, Romans, 164; H. PAULSEN, Überliejerung und Auslegung in Rom 8. Inaugural­ Disseration, Mainz 1972, 172-85. 213. E. KXSEMANN, Rámer, 217: «Absolutamente excluído». 214. Véase }. D. G. DuNN, Baptism, 113 s., y los autores que cita en nota 33. 215. C. A. SeoTT, Christianity according to Sto Paul, Cambridge 1927, 170: «Una sensación abrumadora de filiación»; P. ALTHAus, Der Brief an die Rbmer, NTD 101966, 91: «Con inmediatez profética». 216. Cf. R. BULTMANN, Theology 1, 243 s. 217. «Un Espíritu de filiación» significa «un Espíritu que nos hace hijos» y no sólo que nos haga conscientes de que somos hijos, pero en este último aspecto es en el que quiero fijar la atención aquí; d. L. CER­ FAUX, Christian, 300.

La experiencia carismática 387<br />

blea, tal vez en concreto en la oración del Señor (Lc 11, 2) 212 •<br />

Esto no es probable 213. El tema central en estos versículos, como<br />

también probablemente en Ca 4, 6 214 es la conciencia filial y la<br />

confianza del creyente 215, Y el Abba se refiere casi ciertamente a<br />

una expresión espontánea de este sentido de filiación, mediante<br />

un grito de exultación y confianza; una expresión inspirada. Con<br />

razón, surge un contraste con «un espíritu de esclavitud» y una<br />

«vida de miedo» (8, 15), expresiones con las que Pablo piensa<br />

muy probablemente en esa problematización interior que a menudo<br />

origina la ostentación religiosa del hombre; la inseguridad<br />

interior y la ausencia de confianza en Dios que obligan a buscar<br />

seguridad en la letra de la ley y en la conformidad ritual 216. Por<br />

el contrario, el «Espíritu de filiación» hay que referirlo a esa<br />

confianza interior de pertenecer a Dios, que no es producto de<br />

un esfuerzo ansioso, sino algo concedido en el punto de partida<br />

de una conducta (8, 14), Y de una oración 217. Para Pablo la<br />

confianza, con otras palabras, no es cuestión de persuadirse uno<br />

mismo a volver a la fe, como si la fe fuera sencillamente algo<br />

racional, la aceptación de ciertas proposiciones. La confianza tampoco<br />

es cuestión de suprimir las dudas interiores mediante una<br />

conformidad ciega con la tradición, en alguna manera autorizada.<br />

La confianza es conciencia y confianza filial. Dios no sólo desea<br />

que los hombres sean sus hijos, quiere también que ellos lo<br />

sepan.<br />

En segundo lugar, el verbo que Pablo usa al describir la<br />

oración abba, tanto en Rm 8, 15 como en Ca 4, 6 es krázein<br />

(gritar), que es una expresión muy fuerte. Puede usarse como una<br />

proclamación solemne (como en Rm 9, 27); pero en el Nuevo<br />

212. SEEBERG, Katecbismus, 242; G. KITT<strong>EL</strong>, TDNT I 6; H. LIETZ­<br />

MANN, Romer, 83 s.; LEENHARDT, Romans, 214; C. K. BARRETT, Romans,<br />

164; H. PAULSEN, Überliejerung und Auslegung in Rom 8. Inaugural­<br />

Disseration, Mainz 1972, 172-85.<br />

213. E. KXSEMANN, Rámer, 217: «Absolutamente excluído».<br />

214. Véase }. D. G. DuNN, Baptism, 113 s., y los autores que cita<br />

en nota 33.<br />

215. C. A. SeoTT, Christianity according to Sto Paul, Cambridge 1927,<br />

170: «Una sensación abrumadora de filiación»; P. ALTHAus, Der Brief<br />

an die Rbmer, NTD 101966, 91: «Con inmediatez profética».<br />

216. Cf. R. BULTMANN, Theology 1, 243 s.<br />

217. «Un Espíritu de filiación» significa «un Espíritu que nos hace<br />

hijos» y no sólo que nos haga conscientes de que somos hijos, pero en<br />

este último aspecto es en el que quiero fijar la atención aquí; d. L. CER­<br />

FAUX, Christian, 300.

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