JESUS y EL ESPIRITU

La experiencia carismática 359
mente» (Rm 12, 2). Con esta última frase Pablo se refiere evidentemente
a la configuración y transformación fundamentales de
las motivaciones interiores y de la conciencia moral (noys) 123
que él concibe en todas partes como la ley escrita en el corazón
y como la acción del Espíritu escatológico (2 Co .3, .3)124. No se
trata de algo realizado una vez por todas en un tiempo concreto
(conversión o experiencias subsiguientes); Pablo lo entiende más
bien como un proceso imetamorpboystbe, tiempo presente). En
consecuencia, dokimázein no significa aquí «examinando» 125 o
sometiendo a prueba, a saber, mediante alguna norma o modelo,
implantado de una vez por todas en el corazón, o inscrito fuera
en tablas de piedra. Significa más bien una conciencia espontánea
de lo que Dios quiere en la situación determinada y en el dilema
ético de lo concreto que siempre es nuevo, y un reconocimiento
y aprobación de esa voluntad como algo bueno, aceptable y
perfecto. Cullmann describió bien este cbarisma de revelación cuando
dice: «La actuación del Espíritu Santo se muestra a sí misma
principalmente en la "evaluación" (dokimázein), esto es, en la
capacidad de formar un juicio ético cristiano correcto en cada
momento dado ... Esta "evaluación" es la clave de toda la ética
cristiana... Ciertamente, el juicio moral en sentido concreto es, en
último análisis, el único gran fruto que el Espíritu Santo... produce
en el hombre individual» 126.
No supone obstáculo alguno para esta interpretación de dokimázein
que Pablo, en Flp 1, 9 s., presente la expresión dokimá-
123. Cf.]. BEHM, TDNT 4, 958.
124. El hecho de que Pablo está pensando en el Espíritu se fundamenta
en estas razones: a) anakaín6sis: junto con Tt 3, 5 (fórmula paulina
más tradicional) es ésta la única vez que el término aparece con toda
la producción literaria de Pablo. y en Tt 3, 5 se aplica expresamente al
Espíritu; piénsese también en Rm 7, 6: en kainóteti pneématos; b) el
Espíritu se toma típicamente como el comienzo, primicias y garantía de
todo el proceso de transformación y nueva creación (Rm 8, 23; 2 Ca 3,
18; 5, 5); e) se prueba igualmente que se piensa en el Espíritu por el
contexto específicamente carismático de Rm 12, 1-8; piensese también en
el contexto de revelación de El 5, 8-14.
125. V. P. FURNISH, Ethics, 104. 188 s. 230, interpreta aquí dokimázein,
sin razón, en el sentido de «escoger».
126. O. CULLMANN, Cbrist, 228. Cf. W. GRUNDMANN, TDNT 2, 260,
nota 19: ««Mediante la posesión del Espíritu el cristiano puede tener
conocimiento directo de la voluntad de Dios»; O. MICHEL, Romer, 294,
nota 2. Sobre Rm 12, 1-2 en su conjunto véase, ante todo, LEENHARDT,
Romans, 301-7.