JESUS y EL ESPIRITU
JESUS y EL ESPIRITU JESUS y EL ESPIRITU
342 Jesús y el Espíritu revela el camino escatológico de Dios hacia la plenitud (Rm 8, 17ss.; 1 Co 2, 7; Col 1, 27)72. Por consiguiente, la revelación no es simplemente un suceso del pasado, confinado a la realidad irreversible de la historia. Tampoco es una revelación limitada a los acontecimientos pasados de la vida de Jesús, la muerte y la resurrección. Para Pablo el acto de la revelación tiene lugar donde quiera que Cristo se manifiesta y se da él mismo a conocer, sea en su parusía (1 Co 1, 7; 2 Ts 1, 7), o sea, ahora, mediante el evangelio (Rm 1, 17; 16, 25 s.: 1 Co 4, 1; 2 Co 2, 14; 4, 4 ss.: Ef 3, 7 ss.; 6, 19; Col 1,24.28; 4,4)73. Para el mismo Pablo, en particular, la revelación tuvo lugar de modo preeminente en su conversión. La «revelación de Jesucristo» (Ca 1, 12; 16; d. pp. 177 s., 183) y el uso del lenguaje de revelación cuando se refiere al evangelio y al objeto de su ministerio, muestra en qué medida Pablo estaba influenciado en su pensamiento por su propia experiencia 74. Con otras palabras, para Pablo la conversión implica un acto de revelación; Cristo se da a conocer a sí mismo mediante el evangelio, y es reconocido en la realidad de su vida resucitada y de su significado escatológico. Por tanto, la revelación se concibe aquí como un acontecimiento que ilumina la mente y el corazón (el hombre como uno que piensa, que siente, que quiere y que existe), originando así una tal realidad trascendente y penetrante, que el conjunto de la propia comprensión, la visión del mundo y el estilo de vida, se transforman y se reorientan de acuerdo con su luz. 40.3. Visión y éxtasis. La revelación no está limitada a la experiencia de conversión o a la proclamación del evangelio 75. Pablo mismo gozó de muchas otras y diversas experiencias de revelación a lo largo de su vida cristiana, y confiaba en que otros creyentes gozarían de experiencias similares; experiencias en las que se conocían interiormente las realidades cosmológicas 72. Cf. G. BORNKAMM, TDNT 4, 819 ss.; A. OEPKE, TDNT 3, 584 s. 73. Cf. R. BULTMANN) Reuelation in the New Testament, en Existen: and Faitb, ET Fontana 1964, 82-93. 91: «La predicación misma es revelación y no se conforma solamente con hablar de ella». 74. Póngase atención especialmente en el empleo de «nuestro» en vez de «mío» en 2 Ca 4, 6. Véase también antes cap. 6, notas 42. 45. 75. Compárese la expresión «la Palabra de Dios», según KITTEL, TDNT 4, 113, aunque adviértase igualmente 1 Ts 4, 15 (véase luego, p. 369.
La experiencia carismática 343 y divinas que habían sido concedidas al creyente, y experiencias en las que se resolvían para el creyente las decisiones particulares, los problemas de conducta y la vida de cada día. Entre sus revelaciones particulares Pablo incluye las experiencias extáticas y visionarias: las «visiones y revelaciones» de 2 Co 12, 1 (
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revela el camino escatológico de Dios hacia la plenitud (Rm 8,<br />
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Por consiguiente, la revelación no es simplemente un suceso<br />
del pasado, confinado a la realidad irreversible de la historia.<br />
Tampoco es una revelación limitada a los acontecimientos pasados<br />
de la vida de Jesús, la muerte y la resurrección. Para Pablo el<br />
acto de la revelación tiene lugar donde quiera que Cristo se manifiesta<br />
y se da él mismo a conocer, sea en su parusía (1 Co 1, 7;<br />
2 Ts 1, 7), o sea, ahora, mediante el evangelio (Rm 1, 17; 16,<br />
25 s.: 1 Co 4, 1; 2 Co 2, 14; 4, 4 ss.: Ef 3, 7 ss.; 6, 19;<br />
Col 1,24.28; 4,4)73. Para el mismo Pablo, en particular, la<br />
revelación tuvo lugar de modo preeminente en su conversión.<br />
La «revelación de Jesucristo» (Ca 1, 12; 16; d. pp. 177 s., 183)<br />
y el uso del lenguaje de revelación cuando se refiere al evangelio y<br />
al objeto de su ministerio, muestra en qué medida Pablo estaba<br />
influenciado en su pensamiento por su propia experiencia 74. Con<br />
otras palabras, para Pablo la conversión implica un acto de revelación;<br />
Cristo se da a conocer a sí mismo mediante el evangelio,<br />
y es reconocido en la realidad de su vida resucitada y de su significado<br />
escatológico. Por tanto, la revelación se concibe aquí<br />
como un acontecimiento que ilumina la mente y el corazón (el<br />
hombre como uno que piensa, que siente, que quiere y que existe),<br />
originando así una tal realidad trascendente y penetrante, que el<br />
conjunto de la propia comprensión, la visión del mundo y el<br />
estilo de vida, se transforman y se reorientan de acuerdo con<br />
su luz.<br />
40.3. Visión y éxtasis. La revelación no está limitada a la<br />
experiencia de conversión o a la proclamación del evangelio 75.<br />
Pablo mismo gozó de muchas otras y diversas experiencias de<br />
revelación a lo largo de su vida cristiana, y confiaba en que<br />
otros creyentes gozarían de experiencias similares; experiencias<br />
en las que se conocían interiormente las realidades cosmológicas<br />
72. Cf. G. BORNKAMM, TDNT 4, 819 ss.; A. OEPKE, TDNT 3, 584 s.<br />
73. Cf. R. BULTMANN) Reuelation in the New Testament, en Existen:<br />
and Faitb, ET Fontana 1964, 82-93. 91: «La predicación misma es revelación<br />
y no se conforma solamente con hablar de ella».<br />
74. Póngase atención especialmente en el empleo de «nuestro» en<br />
vez de «mío» en 2 Ca 4, 6. Véase también antes cap. 6, notas 42. 45.<br />
75. Compárese la expresión «la Palabra de Dios», según KITT<strong>EL</strong>,<br />
TDNT 4, 113, aunque adviértase igualmente 1 Ts 4, 15 (véase luego,<br />
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