JESUS y EL ESPIRITU

Los comienzos entusiásticos... en Luces 309
ticia a Lucas, si insertamos en él respuestas a cuestiones que él
nunca planteó.
Pero, tercero, si uno continúa insistiendo en tomar el relato
de Lucas de la efusión del Espíritu como normativo para la
experiencia actual del Espíritu, el bautismo en el Espíritu o 10
que sea, debe atender siempre a Lucas. El hablar en lenguas
que manifiesta la llegada del Espíritu en Hechos es locución
extática o un verdadero torrente lingüístico. Pero no estaría bien
rebajar el «necesario signo físico» a unas pocas palabras pronunciadas
en un lenguaje desconocido mentalmente o vocalmente formado.
Con todo, la doctrina pentecostal ha descendido también
con Irecencia a semejante casuística en la práctica 1M. Lucas no admite
ni siquiera esa diferencia. Los pentecostales, por consiguiente,
deben ciertamente prescindir de su cobertura doctrinal
de Lucas, o al menos hacer uso de una mayor diversidad de materiales
que los proporcionados únicamente por Lucas.
El hecho es que los fenómenos extáticos y físicos han sido
una realidad concomitante normal de los despertares religiosos y
de los avivamientos en la historia del cristianismo 162. Pienso, por
ejemplo, en los «desmayos» que acompañaron tanto al evangelismo
abierto de Wesley 163, en las postraciones físicas que caracterizaron
el despertar del Ulster en 1859 164 , o en el canto y en la
danza que ha sido un rasgo del despertar de Aírica del Este en
este siglo 165. Por algo los «Cuáqueros» y los «Sbakers» recibieron
estos apodos. Los mismos Pentecostales se les conoció durante
bastante tiempo bajo el mote despreciativo de «Holy Rollers»,
La naturaleza de la psique humana es tal que tan pronto como se
piensa un modelo de experiencia o de comportamiento con un
significado concreto, se tiende a reproducir el modelo bajo estímulos
apropiados 166. Así bajo los estímulos de la emoción religiosa
161. Yo he sido testigo de tal aconsejar.
162. F. M. DAVENPORT, Primitive Traits in Religious Revivals, Macmillan
1905.
163. P. G. S. HOPWOOD 184 s. da ejemplos del [ournal de Wesley.
164. W. GIBSON, The Year 01 Grace: A History 01 the Ulster RevivaZ
01 1859, Edinburgh 1860.
165. M. WARREN, Revival. An Enquir», SCM Press 1954, 63 ss.
166. W. SARGENT, BattZe [or tbe Mind, Pan Books 1959, 67 advierte
que es posible que un individuo en tratamiento freudiano puede tener
sueños de tipo freudiano, mientras que el mismo tipo de persona, o incluso
el mismo paciente, que (luego) vaya a un psicoanalista de la escuela
de jung con frecuencia tendrá sueños «colectivos subconscientes»
de este tipo.