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JESUS y EL ESPIRITU

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212 Jesús y el Espíritu<br />

Entonces si se concede la verosimilitud de que las mujeres,<br />

que descubrieron la tumba vacía, tuvieron allí o cerca una experiencia<br />

visionaria, debemos continuar preguntándonos: ¿qué fue<br />

10 que ellas vieron? Y aquí el carácter ambiguo llega a aparecer<br />

muy claramente. Marcos habla de un joven en la tumba, vestido<br />

con una túnica blanca (Me 16, 5); Lucas habla de «dos hombres<br />

vestidos de hábitos deslumbrantes», más adelante habla de «una<br />

visión de ángeles» (Le 24, 4. 23); Mateo habla de «un ángel del<br />

Señor», cuyo «aspecto era como el relámpago, y su vestidura<br />

blanca como la nieve», que se sentó sobre la piedra, fuera de la<br />

tumba (MI 28, 28 s.), y sigue relatando brevemente el encuentro<br />

de las mujeres con Jesús, por el camino, cuando volvían de la<br />

tumba (28, 8 ss.}; y Juan habla de dos ángeles vestidos de blanco<br />

en el interior de la tumba, a quienes sólo María vio, y, en consecuencia,<br />

habla de la manifestación de la resurrección únicamente<br />

a María (Jn 20, 12. 14 ss.). En referencia a la misma manifestación,<br />

Mateo dice que las mujeres «asieron sus pies», mientras<br />

que Juan habla de un Jesús tangible, aunque no aceptó que<br />

María 10 tocara (Jn 20, 17).<br />

Otras dos pistas importantes que nos conducen hacia la evidencia<br />

deben de ser presentadas aquí. Primera, la cualidad evidentemente<br />

numinosa de la experiencia de las mujeres es un buen<br />

ejemplo de 10 que atto llama el mysterium tremendum et [ascinans<br />

135. Las mujeres estaban «fuera de sí a causa del terror»,<br />

«estupefactas» (Me 16, 8). Ellas abandonaron la tumba en un<br />

estado de confusión, mezcla de temor y gozo, y el temor fue su<br />

respuesta a la manifestación de Jesús (Mt 28, 8-10); Y quizá In<br />

20, 17 se hace eco también de una experiencia tabúde1 tremendum<br />

136. Segunda, la advertencia hecha de que las mujeres no<br />

dijeron nada (Me 16, 8), Y que tampoco su testimonio fue creído<br />

(Le 24, 11; Me 16, 11).<br />

el índice; K. E. KIRCK, Tbe Vision 01 Cod, Longmans 1931, término «visión»<br />

en el índice J. LINDBLOM, Gesicbte 13·26; M. K<strong>EL</strong>SEY, Dreams:<br />

The Dark Speech of the Spirit, Doubleday 1968; y especialmente E. BENZ,<br />

Visiono WILLIAM JAMES, Varieties 29, al referirse a aquellos «para los<br />

cuales la religión no es algo aburrido sino más bien una fiebre alta»,<br />

dice que «frecuentemente han caído en éxtasis, han oído voces y visto<br />

visiones ... ».<br />

135. Hol», cap. 4·6. En realidad, atto no utilizó la frase latina completa<br />

como tal.<br />

136. J. LINDBLOM, Gesicbte 94 s.

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