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JESUS y EL ESPIRITU

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Manifestaciones de la Resurrecci6n 199<br />

hayan recogido aquí un testimonio antiguo o prueba textual usada<br />

por los primeros cristianos para justificar su fe en que Dios<br />

resucitó a Jesús de entre los muertos. Una de las escrituras a la<br />

que de hecho se refiere 1 Co 15, 4. Es verdad que el texto está<br />

tomado, no extrañamente, de los LXX y no del texto hebreo 100,<br />

puesto que los LXX permiten una interpretación de la resurrección<br />

más fácilmente que el texto hebreo; pero esto no implica<br />

necesariamente que el texto griego fuera elegido, primariamente,<br />

como un testimonio, por una iglesia de lengua griega. Los rabinos<br />

también interpretaron el Salmo 16, 9 (en su forma hebrea) como<br />

una referencia a la resurrección como preservación de la carne,<br />

después de la muerte 101; y puesto que no es posible que ellos havan<br />

recibido la interpretación de los cristianos, con seguridad, su<br />

interpretación de la resurrección es anterior a la interpretación<br />

cristiana (una de las pruebas textuales por las que los fariseos<br />

intentaban conseguir una autoridad mayor para su creencia en<br />

la resurrección en contra de los saduceos). Esto sugiere que la<br />

línea de argumentación desarrollada por el Salmo 16, 8-11 fue<br />

una muestra de la primitiva apologética cristiana 102. En cuyo caso<br />

debemos advertir de nuevo el tosco concepto físico de resurrección<br />

que aquí se defiende. La resurrección de Jesús se logró<br />

previniendo e invirtiendo el proceso usual de corrupción del<br />

cuerpo físico 103.<br />

100. H. CONZ<strong>EL</strong>MANN, Die Apostelgescbicbte, HNT 1963, 29; E. HAEN­<br />

(HEN. Acts 182, nota 1. Adviértase ante todo el epélpidi del v. 16 y el<br />

diapbthorán en el v. 17.<br />

101. Billerbeck 2. 618. Véase también A. SCHMITT, Ps. 16, 8-11 als<br />

Zeugnis der Auferstehung in der Apostelgescbicbte, BZ 17 (1973) 245 s.<br />

102. Véase también W. 1. KNOX, The Acts of tbe Apostles, Camhridge<br />

1948, 86; J. V. DOEVE, fewish Hermeneutics in the Synoptic Gospcls<br />

and Acts.. Assen 1953, cap. 6: B. LINDARS, New Testament Apolozetic,<br />

SCM Press 1961, 40 ss.; J. W. BOWKER, Speecbes in Acts: A Stud»<br />

in Proem and Y'elammedenu [orm, NTS 14 (1967-68) 96-106.<br />

103. La naturaleza física del cuerpo resucitado de Jesús se resalta<br />

nl añadir «su carne» en la interpretación que de los LXX se hace en el<br />

v . 31: «ni su carne vio corrupción», pero se trata de una interpretación<br />

natural a la luz del Sal 16. 8 (

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