JESUS y EL ESPIRITU

Manifestaciones de la Resu"ecci6n 181
surrección corporal 43, él no aprovecha lo que parecería ser su
respuesta más convincente: «yo sé qu el cuerpo resucita después
de la muerte, porque cuando yo ví a Jesús resucitado se
me manifestó como un cuerpo espiritual». ¿No implica ésto que
hubo algo indescriptible en el modo de la existencia de Jesús
tal como Pablo la percibió, o que no existía una definición o
descripción de lo que él vio?
Así también, cuando se defendía a sí mismo contra aquellos
que cuestionaban su apostolado, él no presentó el suceso de su
vocación. Ello reclama, pero no lo describe (Ga 1, 1. 11 s. 15 s.).
En cambio, apela a su integridad y al cambio efectuado por su
conversión (Ga 1, 10. 13 ss.), y en 1 Co 9, 2 apela al impacto
de su ministerio sobre los mismos corintios. Un relato más detallado
de su conversión y vocación, ¿no hubiera sido un argumento
tan fuerte como esos otros (como en Hch 26, 12-29)?
¿Por qué no elaboró Pablo su experiencia del camino de Damasco?
¿Fue porque no quiso o porque no pudo? De la misma
manera, cuando trataba de las «señales de un apóstol» en 2 Co
10, 13, él no se refirió, en absoluto, a su manifestación de la
resurrección. Cuando se vio obligado a comparar experiencias,
con «estos superapóstoles» (2 Co 12, 11) él pudo jactarse de
«visiones y revelaciones» (12, 1) e intentar alguna descripción
de un suceso semejante (12, 2 ss.): pero nunca intentó una descripción
de su experiencia de conversión. Esto sugiere que su
conversión y vocación tuvieron un carácter diferente, de modo
que el mismo Pablo no pudo decir otra cosa que «yo vi a Jesús
nuestro Señor» 44.
El único pasaje que arroja un poco más de luz es 2 Co 4,
6 (d. nota 42). Lo que Pablo vio fue una luz deslumbrante que
él identificó con Jesús resucitado; «la luz del conocimiento de
la gloria de Dios en el semblante de Jesucristo» 45. Esta luz fue
43. Véase K. WEGENAST, Tradition 61 s. y los autores citados en J.
D. G. DUNN, 1 Corintbians 15, 45: Last Adam - Life-giving Spirit, CSNT
128. nota 2; también aquí p. 347 s. Sobre el debate al respecto véase B.
SPORLEIN, Die Leugnung der Afuerstehung, Regensburg 1971.
44. Cf. W. SCHMITHALS, Gnosticism in Corintb, ET Abingdon 1971,
210; también Apostle 26 s. 32 ss.
45. Cf. R. H. PULLER, Resurrection 47. El contenido central de los
pronombres plurales de estos versículos (nosotros, a nosotros, nuestro)
es el ministerio apostólico de Pablo (y de sus compañeros: es lo que
indican 3, 1 ss.; 4, 5, 12 ss.). La propia experiencia de Pablo imprime su
impronta a sus afirmaciones de tipo más general. Véase también aquí p.
340 Y nota 74.