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JESUS y EL ESPIRITU

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178 Jesús y el Espíritu<br />

b) Percepción física. ¿Entra el término opbtbénai de Pablo<br />

en la categoría de percepción física o de percepción visionaria?<br />

K. H. Rengstorf rechaza no sólo la percepción mental de Michaelis<br />

como interpretación de óphthe sino también la hipótesis<br />

visionaria, tanto la tesis de la «visión subjetiva» de Strauss como<br />

la tesis de la «visión objetiva» defendida más recientemente por<br />

H. Grass. El sugiere ciertamente que «en el opbtbe de 1 Co 15,<br />

5 ss. (cf. Hch 13, 31; 9, 17; 26, 16) tenemos nosotros la protesta<br />

válida más primitiva del cristianismo, incluso en el lugar<br />

de la antigua comunidad palestiniana, contra el intento de despojar<br />

el acontecimiento pascual de su carácter objetivo y transformar<br />

de este modo 10 que fue algo de Dios en algo de los discípulos<br />

36.<br />

Es ciertamente verdadero que la mayor parte de las manifestaciones<br />

de la resurrección en los evangelios, particularmente en<br />

Lucas, parecen haber intentado transmitir la impresión de que se<br />

referían a una percepción física compleja (cf. § 21,1). Y sería<br />

posible argumentar que Pablo, describiendo todas las manifestaciones<br />

de la resurrección en 1 Co 15, 5-8 con la misma palabra<br />

(ophthe), intenta dar a su propia experiencia la misma objetividad,<br />

como las manifestaciones de la resurrección relatadas en los<br />

evangelios 37. Sin embargo, en el caso de Pablo sería difícil negar<br />

la subjetividad de la experiencia.<br />

como tampoco cabe duda de que quiere decir: 10 he visto en cuanto el<br />

Señor celestial, exaltado, en el resplandor de la gloria divina (2 Co 4,<br />

6); cí. R. H. FULLER, Resurrection 30, 34. W. MICHA<strong>EL</strong>lS, Erscheinungen<br />

100 ss. 108, sin raz6n ninguna da de lado a 1 Co 9, 1: no dice nada<br />

sobre la clase de visión y significa sencillamente un encuentro con el<br />

Resucitado en su «presencia de revelación» (Offenbarungsgenwart). Tampoco<br />

convence 10 que dice de las angelofanías (PP. 111 s. 116 s.). En<br />

cuanto a Marxsen hay que decir que sería equivocado pensar que Pablo<br />

era más libre en el lenguaje a utilizar en Ga 1 por la sencilla raz6n de que<br />

Ga 1 se escribió antes que 1 Co 15; en ambos casos puede ser que la terminología<br />

estuviera fija y que fuera debido a la tradición o a los oponentes<br />

con los que se las tenía que ver (cí. K. KERT<strong>EL</strong>GE, Apokalypsis [esou<br />

Christou (Ga 1, 12), en Neues Testament und Kircbe, Sc1mackenburg Festscbrijt<br />

275 s. 279 s.). Así que es un hecho que Pablo no tuvo la' menor<br />

dificultad en servirse de la terminologío de revelación y de aparición a<br />

la hora de hablar de la experiencia de su conversión.<br />

36. K. H. RENGSTORF, Auferstehung 58-62 (1a cita es de p. 58).<br />

37. eL K. H. RENGSTORF, Auferstehung 85 s.; BRUCE, Cor 142: «Si<br />

Pablo se sirve de la misma terminología... no es para indicar que su experiencia<br />

de ellos era tan 'visionaria' como la suya sino para afirmar que<br />

la suya era tan objetiva como la de ellos»; D. P. FULDER, Easter Faith<br />

and History, Tyndale 1968, 171, dice que Pablo sacó eso del «cuerpo

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